Научная статья на тему 'Por la unidad obrero campesina. La intervención del Partido Comunista de la Argentina en el Ocampazo. (1968 1969)'

Por la unidad obrero campesina. La intervención del Partido Comunista de la Argentina en el Ocampazo. (1968 1969) Текст научной статьи по специальности «История и археология»

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Partido Comunista de Argentina / Ocampazo / Unidad Obrero Campesina / Crisis Azucarera / Cuestión Agraria / Obreros Azucareros / Campesinado / Levantamientos populares / Communist Party of Argentina / Ocampazo / Work er Peasant alliance / Sugar Industry Crisis / Agrarian cuestion / popular mobilizations / workers in the sugar industry.

Аннотация научной статьи по истории и археологии, автор научной работы — Juan Cruz Mondino

El presente artículo reconstruye la intervención del Partido Comunista de la Argentina (en adelante, PCA) en la pueblada conocida como el “Ocampazo” entre noviembre de 1968 y abril de 1969, siendo la “Marcha del Hambre”, del 11 de abril de este último año, el pico máximo de convulsión y agitación entre la población. El levantamiento de Villa Ocampo, ciudad ubicada al noreste de la provincia de Santa Fe, perteneciente al partido de General Obligado, se produjo luego de que los empleados del ingenio Arno S.A, empresa dedicada a la industrialización de la caña de azúcar, comenzaron una lucha por el pago de los salario s adeudados por parte de la firma. Además, el Ingenio debía a los productores cañeros el importe equivalente a tres cosechas, por el cual también reclamaron el pago de las sumas pendientes. La amenaza del cierre de la principal fuente laboral de la región tensó las bases de la irrupción popular que dio lugar al primer levantamiento que se enfrentó a la política de racionalización económica promovida por la dictadura del general Juan Carlos Onganía. El PCA intervino activamente en el conflicto, volcando fuer zas militantes y cuadros importantes de la organización al distrito, con el objetivo de penetrar en los núcleos de obreros azucareros y productores cañeros, corporizando de esta manera una de sus principales consignas de la época: la alianza “obrero campes ina”.

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For worker peasant alliance. The intervention of the Communist Party of Argentina in the Ocampazo. (1968 1969)

This article reconstructs the intervention of the Communis t Party of Argentina (hereinafter, PCA) in the town known as "Ocampazo" between November 1968 and April 1969, being the "Hunger March" of April 11 of this last year, the maximum peak of convulsion and agitation among the population. The uprising in Villa O campo, a city located in the northeast of the province of Santa Fe, belonging to the General Obligado party, occurred after the employees of the Arno S.A. mill, a company dedicated to the industrialization of sugar cane, began a fight for payment of wages owed by the firm. In addition, the Mill owed the sugarcane producers the amount equivalent to three harvests, for which they also demanded payment of the pending amounts. The threat of closing the main labor source in the region tensed the bases of the pop ular irruption that gave rise to the first uprising that faced the economic rationalization policy promoted by the dictatorship of General Juan Carlos Onganía. The PCA actively intervened in the conflict, transferring militant forces and important cadres o f the organization to the district, with the aim of penetrating the nuclei of sugar workers and sugarcane producers, thus embodying one of its main slogans of the time: the alliance “worker peasant”.

Текст научной работы на тему «Por la unidad obrero campesina. La intervención del Partido Comunista de la Argentina en el Ocampazo. (1968 1969)»

52, junio 2023: 1-25

Por la unidad obrero-campesina. La intervención del Partido Comunista de la Argentina en el Ocampazo. (1968-1969)

For worker-peasant alliance. The intervention of the Communist Party of Argentina

in the Ocampazo. (1968-1969)

Juan Cruz Mondino*

Resumen: El presente artículo reconstruye la intervención del Partido Comunista de la Argentina (en adelante, PCA) en la pueblada conocida como el "Ocampazo" entre noviembre de 1968 y abril de 1969, siendo la "Marcha del Hambre", del 11 de abril de este último año, el pico máximo de convulsión y agitación entre la población. El levantamiento de Villa Ocampo, ciudad ubicada al noreste de la provincia de Santa Fe, perteneciente al partido de General Obligado, se produjo luego de que los empleados del ingenio Arno S.A, empresa dedicada a la industrialización de la caña de azúcar, comenzaron una lucha por el pago de los salarios adeudados por parte de la firma. Además, el Ingenio debía a los productores cañeros el importe equivalente a tres cosechas, por el cual también reclamaron el pago de las sumas pendientes. La amenaza del cierre de la principal fuente laboral de la región tensó las bases de la irrupción popular que dio lugar al primer levantamiento que se enfrentó a la política de racionalización económica promovida por la dictadura del general Juan Carlos Onganía. El PCA intervino activamente en el conflicto, volcando fuerzas militantes y cuadros importantes de la organización al distrito, con el objetivo de penetrar en los núcleos de obreros azucareros y productores cañeros, corporizando de esta manera una de sus principales consignas de la época: la alianza "obrero-campesina".

Palabras clave: Partido Comunista de Argentina, Ocampazo, Unidad Obrero-Campesina, Crisis Azucarera, Cuestión Agraria, Obreros Azucareros, Campesinado, Levantamientos populares

Abstract: This article reconstructs the intervention of the Communist Party of Argentina (hereinafter, PCA) in the town known as "Ocampazo" between November 1968 and April 1969, being the "Hunger March" of April 11 of this last year, the maximum peak of convulsion and agitation among the population. The uprising in Villa Ocampo, a city located in the northeast of the province of Santa Fe, belonging to the General Obligado party, occurred after the employees of the Arno S.A. mill, a company dedicated to the industrialization of sugar cane, began a fight for payment of wages owed by the firm. In addition, the Mill owed the sugarcane producers the amount equivalent to three harvests, for which they also demanded payment of the pending amounts. The threat of closing the main labor source in the region tensed the bases of the popular irruption that gave rise to the first uprising that faced the economic

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Argentino. Se desempeña como Profesor de Historia en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. E-mail: juancruzmondino@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9438-1574

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rationalization policy promoted by the dictatorship of General Juan Carlos Ongama. The PCA actively intervened in the conflict, transferring militant forces and important cadres of the organization to the district, with the aim of penetrating the nuclei of sugar workers and sugarcane producers, thus embodying one of its main slogans of the time: the alliance "worker-peasant".

Keywords: Communist Party of Argentina, Ocampazo, Worker-Peasant alliance, Sugar Industry Crisis, Agrarian cuestion, popular mobilizations, workers in the sugar industry.

Recibido: 4 mayo 2023 Aceptado: 18 junio 2023

Introducción

El levantamiento popular acontecido el 11 de abril de 1969 en la ciudad de Villa Ocampo, conocido como "Ocampazo" fue el primer eslabón de una cadena de manifestaciones populares que pusieron en jaque la política de racionalización económica de la "Revolución Argentina", proceso que abarca el golpe de estado de 1966 que derrocó al presidente Arturo Humberto Illia hasta el retorno democrático en 1973. El golpe dirigido por el general Juan Carlos Onganía desenvolvió una política de fuertes recortes en la producción azucarera, principalmente de los ingenios tucumanos y del norte santafesino, afectando de esta manera una de las principales fuentes laborales de estas regiones.

Villa Ocampo es una ciudad ubicada en el noreste de la provincia de Santa Fe, que pertenece al departamento de General Obligado, siendo el tercer municipio mas poblado de la región por detrás de Avellaneda y Reconquista. La historia del cultivo y la industrialización de la caña de azúcar en Villa Ocampo comienza en 1883, cuando Manuel Ocampo Samanés funda el primer ingenio azucarero que funciono hasta 1890. Esta primera experiencia fue positiva para considerar que "(...) las tierras de la región norte de la provincia eran aptas para cultivo de la caña de azúcar, solo hacía falta impulsar la industrialización de la misma" (Jolyot, Martínez de Bosch, 1992: 207). En 1938, la empresa "La Forestal Argentina" adquiere las instalaciones de la fábrica de tanino propiedad de la "Compañía Industrial del Norte de Santa Fe", dedicándose está exclusivamente a la industrialización del azúcar. Esto dio lugar a la construcción del Ingenio Arno, financiada con capitales de la región y de la ciudad de Rosario. El ingenio suponía, para la década de 1960 la principal fuente laboral de la región.

La industria azucarera sufría una severa crisis de sobreproducción. Hacia abril de 1966, el gobierno radical de Arturo Illia había dispuesto la disminución de la producción de caña de azúcar en la provincia de Tucumán en un 70%. El golpe de estado de 1966, autodenominado por los militares como la "Revolución Argentina" encabezado por Juan Carlos Onganía llevó adelante una política de racionalización económica tendiente al cierre los ingenios considerados enclaves "artificiales" o "improductivos", en los cuales los que estaban ubicados en el norte de Santa Fe conformaban el sector más vulnerable. Para 1967, la dictadura sancionó la Ley 17.163 que dispuso una reducción de la producción azucarera a nivel nacional, expropiando a los productores cuya producción sea menor a 8 toneladas. La política del gobierno de facto en materia azucarera fue favorecer un proceso de concentración que apuntaba a beneficiar a los ingenios más poderosos y entrelazados con los capitales multinacionales, instalados en las provincias de Salta y Jujuy (Giarraca y Aparicio, 1991: 23).

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Los tres Ingenios instalados en el norte de Santa Fe (Villa Ocampo, Las Toscas y Tacuarendí) se vieron severamente afectados por la política de racionalización impuesta por el gobierno dictatorial. Luego del desmantelamiento de gran parte de los ingenios instalados en la provincia de Tucumán, el achique productivo pretendido por la dictadura tuvo su episodio siguiente en el norte santafesino (Borsatti, 2007:15). La imposibilidad del estado para ofrecer alternativas para diversificar las actividades industriales en la región amenazaba a los habitantes de la región a flagelos nocivos, como un aumento exponencial de la desocupación, mayores índices de pobreza y un aislamiento con respecto a los centros poblacionales importantes de la provincia. El accionar del Estado, por lo tanto, fue el detonante de la intensificación del conflicto social en el norte santafesino. Los militantes comunistas intervinieron en este marco de ascenso de masas contra la política de la dictadura que tuvo su máximo pico en la "Marcha del Hambre", ocurrida el 11 de abril de 1969. El Ocampazo significó para el PCA el primer gran levantamiento de una serie de alzamientos populares que hirieron de muerte al gobierno de facto, siendo el Cordobazo el punto más alto en el ámbito nacional. Sin embargo, los comunistas le otorgaron a los sucesos de Villa Ocampo un factor distintivo del resto de las puebladas posteriormente conocidas como los "azos" A diferencia de los Cordobazos y Rosariazos, de marcado corte urbano, el levantamiento de Villa Ocampo ocurrió en una región donde la agro-industria convivía con una sociedad predominantemente vinculada a la vida rural, en el cual la intervención de sujetos sociales vinculados al agro fue destacada, fundamentalmente los productores relacionados con el cultivo de la caña de azúcar. (San Esteban, 1986:20)

El PCA fue una de las organizaciones que intervino de manera más exhaustiva entre los obreros rurales y los productores agropecuarios durante las décadas de 1960 y 1970. La visión del partido sobre la estructura agraria Argentina presentaba a los estratos medios y pequeños de los chacareros como "explotados" por los terratenientes y el latifundio. Este consideraba que a pesar de la difusión de las relaciones sociales y económicas capitalistas en el campo, aún sobrevivían rémoras semifeudales y formas de contratación (aparcería, mediería, arriendo) que fueron presentadas como nave insignia del atraso. La responsabilidad de la "crisis de estructura" del campo argentino se basaba en el dominio de la oligarquía, la preeminencia del latifundio y la influencia del imperialismo (Kohen, 1968; p.11).

El PCA pretendió ser el "centro coordinador" de las luchas anti-dictatoriales, promoviendo una alianza entre los sectores obreros, los estudiantes, el campesinado y los sectores de la pequeño-burguesía no aliados al capital imperialista. El XIII Congreso Nacional del Partido, que sesionó en marzo de 1969, delineó como estrategia principal la constitución de un Frente Democrático Nacional para enfrentar a la oligarquía terrateniente y el capital monopólico-imperialista, responsables del atraso nacional y de la deformación de la economía argentina. El gobierno dictatorial, caracterizado como "clerical-fascista" debía ser derribado y el poder tendría que ser asumido por una "coalición democrática" que finalmente convoque a una asamblea constituyente (Camarero y Mangiantini, 2019:5).

El Partido Comunista levantó desde diciembre de 1968 la consigna de expropiación del Ingenio Arno bajo control obrero y campesino, además de exigir el pago de los salarios adeudados a los obreros azucareros y el pago de las cosechas a los productores de caña. La lucha contra el cierre del Ingenio Arno era entendida por los comunistas como parte una pelea frontal contra la política de racionalización económica de la dictadura de Onganía. Partimos de la consideración de que el PCA tuvo una activa intervención durante el conflicto, desarrollando acciones que tendían a la coordinación de las fuerzas políticas, sindicales y sociales que apoyaban la lucha. El Partido intervino en la lucha con posiciones propias que lo obligaron a delimitarse

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sistemáticamente, principalmente con las fuerzas que ejercían mayor influencia entre la población ocampense: los sectores eclesiásticos (principalmente los curas tercermundistas) y el peronismo.

La tarea principal de los militantes comunistas durante el levantamiento fue convertir al Partido en el "centro dirigente" de la lucha contra el cierre del Ingenio, meta que fue cumplida parcialmente, ya que esa "dirección" fue compartida con otras fuerzas fuertemente instaladas entre la sociedad ocampense y en toda la región, fundamentalmente sectores radicalizados de la iglesia encabezados por el cura párroco de Villa Ana, Rafael Yacuzzi. Esta situación decantó para el PCA en la necesidad de brindar una batalla política e ideológica al interior del movimiento, con el objetivo orientar la lucha bajo los planteos de la organización, además de abrir un proceso de reclutamiento entre las fuerzas activas en el conflicto, principalmente, obreros azucareros y productores cañeros. Este último objetivo se cumplió moderadamente, pero con saldos positivos para la organización, como lo demuestra el ingreso de militantes partidarios a posiciones de dirigencia en los organismos gremiales que intervenían en la lucha, principalmente entre los productores de caña de azúcar, y el reclutamiento de obreros azucareros a sus filas.

El presente trabajo no pretende ser una reconstrucción de los hechos que dieron lugar al Ocampazo, sino un acercamiento a la intervención del Partido Comunista y su militancia entre los actores sociales que protagonizaron el conflicto, observando así la penetración y evolución de sus planteos entre estos últimos. Teniendo en cuenta esto, se priorizarán las fuentes primarias producidas por el Partido Comunista y sus organismos intermedios (Partido Comunista de Villa Ocampo, Comité Provincial Santafesino y la Comisión Agraria Provincial). A estas fuentes sumaremos el testimonio de un protagonista directo de la lucha, Ricardo San Esteban, responsable del trabajo agrario del Partido Comunista de Santa Fe durante el Ocampazo y miembro del Comité provincial Santafesino.

Los trabajos que han abordado las luchas y levantamientos de finales de las décadas de 1960 y principios de 1970 contra la dictadura autodenominada "Revolución Argentina" han privilegiado el análisis de las organizaciones guerrilleras, por un lado, y los escenarios de conflictividad fabril y juvenil, de carácter netamente urbano (James, 2003; Brennan, 1996; Brenann y Gordillo, 2008; Balvé y Balvé, 2005). El mundo rural no estuvo ajeno a estos conflictos ni a los debates que se sucedieron durante este periodo de fuertes convulsiones políticas y sociales. Los estudios que pretenden dilucidar la vinculación y el accionar de las izquierdas entre los diferentes actores sociales del campo argentino son aún menores, existiendo una serie de estudios para la primera etapa del siglo XX (Graciano, 2007, 2008 y 2010; Ascolani, 2009; Sartelli, 2010,2021), siendo más escasos los referidos a la segunda mitad del siglo (Graciano, 2007, 2008, 2010; Lissandrello, 2019, 2020, 2021; Ascolani, 2022; Mondino, 2021)

Los trabajos referidos a la crisis del complejo azucarero en el norte del país junto a sus consecuencias sociales están referidos principalmente a la provincia de Tucumán (Losada, 2004; Sigal, 1978; Nassif, 2015; Gras, 1994; Giarraca y Aparicio, 1991). Las producciones académicas que han tomado el levantamiento de Villa Ocampo como objeto de estudio son escasas, como también lo son las publicaciones que analizan la naturaleza, el desarrollo y la crisis del complejo azucarero instalado en el Norte de Santa Fe. El trabajo pionero y más conocido sobre la gesta popular es el de Raúl Borsatti (1999), que desde la prensa gráfica realiza un relato sobre los acontecimientos entre noviembre de 1968 y abril de 1969. El mismo autor ha compilado una gran cantidad de corpus documental sobre las fuerzas político-sociales que intervinieron durante el Ocampazo, además de relevar gran parte de los documentos internos y prontuarios policiales producidos por la Guardia Rural "Los Pumas", fuentes que nos permiten reconstruir el accionar de las fuerzas represivas antes y durante

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el levantamiento (Borsatti, 2007). Diana Masin (2011), por su lado, analiza el conflicto a la luz de fuentes primarias, principalmente la prensa periódica regional y fuentes vinculadas al movimiento de sacerdotes tercermundistas y el peronismo (especialmente la revista "Cristianismo y Revolución") tomando con principal relevancia la actuación de la iglesia y del peronismo durante el conflicto. En este último caso, la intervención de las fuerzas políticas se presenta en clave "general" sin dejar entrever los debates políticos y las disputas ideológicas ocurridas entre los obreros, los cañeros, los empresarios y las organizaciones políticas.

La primera parte del artículo estará abocada a desarrollar la caracterización de los comunistas sobre la crisis azucarera y sus consecuencias sobre el norte de Santa Fe, para adentrarse posteriormente a las posiciones que el partido fue elaborando al calor de la lucha, priorizando así la observación del grado de penetración que estas tuvieron entre los sujetos sociales inmiscuidos durante el levantamiento.

La caracterización de los comunistas sobre la crisis azucarera

El gobierno dictatorial que tomó el poder el 28 de junio de 1966 encabezado por el general Onganía luego de derrocar al presidente Arturo Illia inauguró un proceso autodenominado por los militares como "Revolución Argentina". La dictadura llevó adelante una política de racionalización económica que golpeo fuertemente a las economías regionales. En el caso de la industria agro-azucarera, el gobierno emprendió una reorientación integral, direccionando su política al desarrollo de un proceso de concentración de la producción en determinados actores, caracterizados por ser grandes empresas ligadas al capital extranjero. La producción azucarera en el norte santafesino, un área periférica, se resintió luego que el gobierno estableciera la "Ley Azucarera" (Ley N° 16.926/66), que fijaba como tope la cantidad de 750,000 toneladas para la zafra distribuidas en tres zonas de producción (Tucumán, Salta y Jujuy, y el resto del país).

La ley marcaba una orientación clara: "(•••) no reabrir ingenios, se cierra el registro de cañeros, y se establece que no se compraran nuevos equipos ni se ampliara la producción fabril" (Sigal, 1978:411). Entre las propuestas más destacadas de la ley aparecía la necesidad de cerrar un número importante de ingenios (Bella vista, Esperanza, La Florida, Lastenia, Trinidad, Nueva Baveria, Santa Ana y San Antonio) ubicados en la provincia de Tucumán. Estos fueron intervenidos con apoyo de la gendarmería y la Policía Federal (Losada, 2004:11). Los ingenios ubicados en Salta y Jujuy fueron ampliamente beneficiados por la dictadura. Estos constituían grandes unidades productivas, con un mayor nivel de molienda, más efectividad y más productividad que los ingenios tucumanos y los instalados en el norte de Santa Fe. Una de las cuestiones fundamentales que diferenciaba a los ingenios del Salta y Jujuy de los instalados en Tucumán y en Santa Fe era que los primeros tenían plantaciones propias que representaban el 70 % de la caña, mientras que los segundos tenían que tratar con una gran cantidad de medianos y pequeños productores cañeros, actor social que representaba un factor de presión para la protección de la industria azucarera en ambas regiones (Sigal, 1978:382-383).

Desde el año 1964, los círculos azucareros de Villa Ocampo advertían que los terrenos sembrados con caña de azúcar se habían reducido considerablemente. Esta había arrojado una superficie de 16 mil hectáreas cultivadas. Para 1968, se habían sembrado solamente 9000, reduciendo un 56,21 % con respecto a la anterior zafra. El resultado de esta situación arrojaba que en esta última se habían cosechado 210.000 toneladas menos de producción, dando como resultado pérdidas siderales para el sector cañero que llegaban a los 214.200.000 pesos. A la crisis de la industria azucarera se sumaba la amenaza de cierre de los talleres de vagones ubicados en La Gallareta y Villa Guillermina, situación que configuraba un panorama crítico para la región.

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El trasfondo de esta situación estaba ligado a la política económica llevada adelante por la dictadura. El PCA denunciaba el golpe de 1966 como un "cuartelazo" que instauraba un gobierno de tipo "clerical-militar fascista" (Bonvillani, 2015:118), que pretendía liquidar las principales fuentes de trabajo de las provincias. En enero de 1967, a través del boletín "El Sembrador", periódico editado por la Agrupación por la Democracia en Federación Agraria Argentina (FAA), los comunistas, denunciaban la política azucarera de la dictadura, advirtiendo que el límite a la producción azucarera tenía como propósito beneficiar a los capitales concentrados y a los monopolios del azúcar:

"La resolución de la dictadura de limitar la producción azucarera en 750.000 tn tiene el propósito de centralizar la producción y la comercialización en manos de los grandes monopolios azucareros. Ellos han sido siempre los beneficiarios de las fabulosas subvenciones que "generosamente" otorgaron todos los gobiernos1"

Además, advertía las consecuencias sociales que esta política tendría sobre Tucumán y el Norte de Santa Fe, entendiendo que los ingenios eran la principal fuente laboral de ambas regiones:

"La clausura de los ingenios en Tucumán y el intento de cerrar los tres ingenios productores de la provincia de Santa Fe, están provocando la desocupación de miles de obreros cañeros y de los ingenios, y la ruina de miles de productores a quienes se les adeuda parte de la cosecha de 1965 y casi toda la de 19662"

Como se puede ver, la crisis que vivían los ingenios azucareros tucumanos y del norte santafesino había sido advertida tempranamente por el PCA. La caracterización esbozada por el partido para abordar la situación azucarera, por lo tanto, empalmaba con el proceso de concentración, monopolización y entrelazamiento con el capital imperialista que los comunistas denunciaban en el ámbito nacional, con la consecuente expulsión de arrendatarios, medieros y tanteros por vía de los desalojos3. Inmediatamente después de la amenaza de los cierres, el PCA trazaba una hoja de ruta de organización para los obreros azucareros y los "campesinos" cañeros que apuntaba a la defensa de los puestos de trabajo y de la producción cañera. El caso tucumano significó como una advertencia para los comunistas, que aun con más de un año de antelación, advirtieron que el cierre de los ingenios decantaría en una tendencia a la reacción popular y a la represión por parte del gobierno, por lo que hacían un llamado a la movilización de las principales organizaciones gremiales de los agricultores y del movimiento obrero, la Confederación General del Trabajo (CGT) y la FAA:

1 "Hay realmente sobreproducción de azúcar?" , El Sembrador, Periódico del Movimiento pro Democratización de la F.A.A, Nro 5, Enero de 1967, p.4

2 Ídem.

3 Para mediados de 1967, el PCA calculaba que la cantidad de arrendatarios agricultores que se verían afectados por la Ley 17.253 serian 170.000. Gran parte de la agitación comunista en el ámbito rural durante la Revolución Argentina estuvo abocada a la agitación contra la Ley "Raggio-Onganía". El fin de las prórrogas en los arrendamientos era denunciado como la estocada final de la dictadura para expulsar a los arrendatarios del campo: "Si el campesino arrendatario acepta nuevos contratos de arrendamiento, lo que ganara es trabajar para el dueño de la tierra, mientras que al año siguiente podrá ser expulsado sin miramientos y si compra a los precios venales, no podrá pagar la deuda y al cabo de poco tiempo perderá totalmente el dinero y el campo. No debe olvidarse que la nueva ley es una trampa para esclavizar al campesino": "Proclama del Partido Comunista al campo santafesino", Comisión Agraria del Partido Comunista, Julio de 1967.

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"La instalación de ollas populares durante las últimas luchas, y la participación de todo el pueblo, que provocara la bárbara represión policial, son la demostración del tipo de soluciones que propicia la dictadura. La solidaridad con el proletariado del azúcar y con los cañeros de Tucumán no se debe hacer esperar. La CGT nacional y la Federación Agraria deben unificar la acción en un plan de movilización de toda la clase obrera y los campesinos del país, para impedir que la rancia oligarquía azucarera, apuntalada por la dictadura, lleve a cabo su política devastadora contra el sufrido pueblo tucumano4"

El eje de la agitación del PCA giraba alrededor de la alianza estratégica entre los pequeños y medianos productores cañeros y los obreros azucareros, tarea que también debían impulsar sus organizaciones gremiales, la Unión de Cañeros Independientes de Tucumán (UCIT) y la Federación Obrera de la Industria Azucarera (FOTIA)5. Estas acciones conjuntas, en la interpretación del partido, eran la corporización de la alianza obrero-campesina que debía forjarse para garantizar la producción y los puestos de trabajo, teniendo como horizonte barrer con la dictadura e instalar un gobierno de "nuevo tipo" de corte democrático, antiimperialista y anti-oligárquico. La atención del PCA sobre la situación de los obreros del azúcar y los productores de caña fue, en consecuencia, de gran relevancia política para la organización. Un ejemplo claro de esto fue la asamblea constitutiva de la Unión de Productores Agropecuarios de la República Argentina (UPARA), organización de pequeños y medianos productores orientada por el PCA. Esta se realizó en la provincia de Tucumán., acudiendo a dicho encuentro delegaciones y entidades agrarias de "(•••) pequeños y medianos productores de las provincias de Tucumán, Mendoza, San Juan, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Chaco, Santiago del Estero, Salta y otras provincias6".

La UCIT se hizo presente con una delegación a la asamblea, dando pleno apoyo al encuentro. Varios de sus miembros tomaron la palabra durante el encuentro, destacándose las intervenciones de Julio Bulacio, dirigente cañero, y el presidente de la UCIT Gaspar Lasalle. Este último "(•••) dio la bienvenida a las delegaciones expresando que la UCIT, da el aval a la nueva organización agraria que los agricultores de todo el país han venido a constituir en Tucumán, para reafirmar los derechos de los pequeños y medianos productores agrarios (...)"7. Luego se eligió el Consejo Directivo de UPARA, del que Bulacio fue votado para integrarlo. Esto nos permite dilucidar que el PCA había tendido lazos importantes con las organizaciones gremiales de los productores de caña previamente al Ocampazo, destacándose el acercamiento de dirigentes importantes de la UCIT. También se hizo presente una delegación de dirigentes de la FOTIA, encabezadas por su Secretario General Atilio Santillan y otros miembros de la organización gremial. Gran parte del discurso del presidente

4 Ídem.

5 El PCA saludaba los pactos establecidos entre la FOTIA y la UCIT. El Partido entendía que esta unidad debía ser permanente. Esta alianza estaba basada en la caracterización del Partido de la heterogeneidad del sector, en el cual convivían grandes y pequeños cañeros. Rodolfo Ghioldi, dirigente del PCA y uno de sus principales teóricos, consideraba que el 80 % de los cañeros eran pequeños productores, pero estos solo explotaban el 20 % de la superficie con las peores parcelas, llegando algunas a ser de solo 6 hectáreas. Esto obligaba al productor a emplearse como mano de obra en otros fundos cañeros o como obrero en otras ocupaciones. De esta situación Ghioldi caracterizaba a esta capa de los productores como "semi-proletarios", por lo que promovía que la FOTIA integre al sindicato a los semi-proletarios que no tengan organización propia. Ghioldi, Rodolfo, "Los obreros rurales" Nueva Era: Revista Teórico Política del Partido Comunista, N°8, Editorial Anteo, Septiembre de 1962, p. 43

6 "Se realizó en Tucumán la Asamblea Nacional Constitutiva de la Unión de Productores Agropecuarios de la República Argentina", El Sembrador, Organo Pro Democratización de F.A.A, N° 14, Enero de 1968, p. 1

7 Ídem.

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electo de UPARA, Antonio Naman García, estuvo dedicado a promover una línea de acción frente a la crisis azucarera. En él denunció la política de desalojos promovida por la dictadura y "(...) criticó la ley azucarera sancionada, y apoyó las posiciones de la UCIT en la materia8".

Este breve recorrido nos permite dilucidar que previo al levantamiento de Villa Ocampo, el PCA ya había tejido relaciones políticas con las principales organizaciones gremiales de productores de caña y de obreros del azúcar, algo que le servirá para las experiencias posteriores. El partido se enfocó en impulsar acuerdos recíprocos entre las organizaciones de obreros y productores y la agitación de sus planteos le permitió desarrollar un proceso de reclutamiento de importantes dirigentes de las organizaciones cañeras y de obreros azucareros a las filas partidarias9.

La "tucumanización" del norte santafesino

El diagnóstico realizado por el PCA sobre la situación económico-social del norte santafesino para la década del 60' estaba ligado al accionar de una de las principales empresas que se instalaron en la región: La Forestal S.A. Desde su instalación en 1887, la empresa adquirió un millón y medio de hectáreas dedicadas a la explotación del quebracho colorado. Los comunistas colocaron a La Forestal como el reflejo del accionar del latifundio y el imperialismo sobre la tierra, el clima y la población. Su cierre en el año 1960 dejó como resultado una crisis social de gran envergadura, dando lugar a la extinción de pueblos enteros y el levantamiento de cientos de kilómetros de vías férreas que conectaban a las poblaciones del interior con los centros urbanos.

El resultado final fue nocivo para la región, dejando sin fuente laboral a más de "(...) 50.000 personas, según lo denunciara el sindicato S.U.T.R.E de Villa Ocampo"10. Sumado a esto, las consecuencias sobre la tierra y el clima dejaron estragos de gran relevancia. Los comunistas denunciaban que la empresa había retirado entre los años 1947 a 1960 unas 200.000 cabezas de ganado de las estancias del norte, ocasionando la escasez de carne para el consumo en toda la zona. En el plano agrícola, el PCA denunciaba que la actividad productiva de la región se había retrotraído a un estadio "primitivo", representado por un enorme descenso de la superficie sembrada. Tomando los departamentos de San Javier, General Obligado, Vera, 9 de Julio y Garay (que de conjunto sumaba 5.927.900 hectáreas, representando casi el 50 % del total de la provincia de Santa Fe, "(•••) solo el 3% (196.240 Has.) se dedican a la agricultura"11. El PCA denunciaba que el desmantelamiento de La Forestal y la política de racionalización económica de la dictadura habían repercutido de manera negativa en los principales distritos de la zona:

"Transformo las fábricas de Villa Guillermina y La Gallareta en talleres de

reparación de vagones que — si no lo impide la movilización popular-

8 Ídem.

9 Para el caso de los cañeros, Ricardo San Esteban comentó al autor de este artículo como el trabajo previo al Ocampazo en la UCIT sirvió para impulsar el trabajo sobre los cañeros de Villa Ocampo: "Nosotros dirigíamos en Tucumán la UCIT, la Unión de Cañeros Independientes. Teníamos compañeros en la dirección, y eso también se reflejaba en Villa Ocampo. Había una coordinación a través de UPARA. En los dos lados teníamos compañeros en la directiva" Entrevista a Ricardo San Esteban, 4-12023, Rosario.

10 Comité Provincial Santafesino, "Opinión del Partido Comunista. Sobre el debate legislativo de los Proyectos de Leyes Agrarias y la necesidad de la creación del Instituto de la reforma Agraria en la Provincia de Santa Fe", Rosario, 1964, p.12

11 Ídem.

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cerrarán el 1° de abril al vencer los contratos de E.F.A, que ya declaró que no los renovará(...). En Tacuarendí ya está cerrado el ingenio azucarero y la destilería de alcohol. En Florencia cerró otra destilería. En Reconquista cerrarán fábricas textiles como CICLAR. En Villa Ocampo el pueblo sostiene una lucha denodada para impedir el cierre del Ingenio Arno y la Papelera del Norte. El ingenio de Las Toscas está también sentenciado a muerte"12

El cierre definitivo del Ingenio Tacuarendí fue un paso adelante en la liquidación de los ingenios del norte santafesino. Mediante el decreto de la Ley N° 6442, el gobierno de la provincia de Santa Fe encabezado por el contraalmirante Eladio M. Vázquez anunció el cierre definitivo del establecimiento. Los motivos del cierre estaban vinculados a las pérdidas económicas extraordinarias que arrojaba el ingenio13. El Estado provincial, principal accionista de la "Sociedad Anónima de Economía Mixta" que controlaba el ingenio, se comprometía a pagar a los acreedores y accionistas lo adeudado, así como también las deudas a los obreros azucareros. Además, tenía que cubrir lo que se debía a los productores cañeros que vendían el producto al ingenio. Las consecuencias sociales eran relevantes: la pérdida de 500 puestos de trabajo de la principal fuente laboral de la población local. Las alarmas de los sindicatos y organizaciones de cañeros no se hicieron esperar, denunciando que el cierre del ingenio traería consigo una crisis social y económica que afectaría gravemente a la región. El PCA denunciaba al gobierno provincial como cómplice de la política del poder ejecutivo con respecto a la liquidación de los ingenios:

"Este gobierno fascista encabezado por Onganía y Alsogaray, tiene un satélite aquí, en la provincia de Santa Fe. Es el gobierno de Vázquez, que como satélite solo hace pi pi cuando le tocan el botón desde Buenos Aires. Y bien, han decidido liquidar el ingenio de referencia, que era fuente de trabajo para 500 obreros, un sinnúmero de obreros rurales y cañeros y de todo un importante núcleo poblado que desaparece, como desapareció El Pindó(...)"14

Los comunistas hablaban de una "tucumanización" del norte santafesino. En esta sintonía, señalaban que el cierre del Ingenio Tacuarendí era el comienzo de la liquidación de los otros dos ingenios que quedan en pie: el Ingenio Arno en Villa Ocampo y el de Las Toscas, haciendo énfasis en que estos seguirían el camino de los ingenios tucumanos:

"La situación se ha agravado enormemente a partir del cuartelazo que colocó a Onganía en el poder. La política de tierra arrasada puesta en marcha por este gobierno dictatorial de tipo corporativo fascista se ha visto en toda su desnudez en Tucumán. Ahora se pretende hacer lo mismo con el norte de Santa Fe, donde ya han liquidado al ingenio Tacuarendí y marchan a querer liquidar el ingenio Arno y Las Toscas"15

12 "El Partido Comunista llama a confluir unidos en la Gran Marcha del Hambre a Santa Fe", 1 de Abril de 1969, Rosario, Partido Comunista-Comité Provincial Santafesino, p. 2

13 "Dispuso el gobierno la liquidación definitiva del ingenio Tacuarendí", El Litoral, Viernes 13 de Septiembre de 1968, p. 5

14 "Cerraron el Ingenio Tacuarendí", El Sembrador, Organo Pro Democratización de F.A.A, N° 14, Enero de 1968, p. 6

15 "Declaración del Partido Comunista de Villa Ocampo", Diciembre de 1968.

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La crisis del Ingenio Arno

La situación crítica del Ingenio Arno, propiedad de la "Compañía Industrial del Norte de Santa Fe S.A" se había agravado enormemente con la política de disminución de la producción azucarera de la dictadura, con un pasivo de 1.200 millones de pesos (Borsatti, 1999:39). La empresa tenía que solventar sus deudas con acreedores privados, obreros y productores cañeros. Su cierre representaba para la región una catástrofe no solo laboral, sino social. El ingenio Arno procesaba la caña de azúcar, empleando en épocas de zafra alrededor de 800 obreros. A su vez, el ingenio tenía una de empresa subsidiaria que procesaba el bagazo para convertirlo en papel, la "Compañía Papelera". Ambas fábricas amenazaban con el cierre definitivo. Las deudas con los obreros eran considerables, llegando estas a once quincenas. A los cañeros, por su parte, la empresa les adeudaba un monto equivalente a 210.000.000 de pesos16.

Los comunistas denunciaban que en realidad estas dos empresas eran la misma, y que las declaraciones de déficit eran en realidad fraudulentas. En las páginas de "El Sembrador" denunciaban que el Ingenio Arno estaba asociado a la firma 'TALADAR", empresa subsidiaria de la Compañía Industrial del Norte de Santa Fe y de la Compañía Papelera. Contradiciendo la voz oficial de la empresa, que señalaba que la caña molida era insuficiente y por eso los saldos eran deficitarios, los comunistas denunciaban una maniobra fraudulenta para transferir los ingresos de una empresa a otra, cuando en realidad, se trataba de una sola firma:

"La empresa aduce que la caña que muele actualmente es insuficiente y que ello es una de las causas del déficit. Pero la verdad de la milanesa es que la compañía ha estado facturando a PALADAR el azúcar a un precio inferior al de costo, con lo cual ella aparece perdiendo y la otra ganando, cuando son una y la misma. Se sabe positivamente que los directivos han están comprando campos y derivando los créditos recibidos hacia otros destinos"17

El problema del Ingenio Arno estaba lejos de radicar en su capacidad técnica. Hacia 1967 se lo ubicaba entre los "(...) cinco ingenios que son los más modernamente dotados de los 30 que existen en Argentina18". El ingenio había renovado su parque de maquinarias en 1964 por un valor de 3.000 millones de pesos, llegando a conseguir un azúcar de alta pureza. El nivel de tecnificación del ingenio le permitía abarcar todas las etapas de la producción, desde la llegada de la caña de azúcar hasta el producto totalmente elaborado, incluida la separación del bagazo que se utilizaba mitad como combustible y mitad para fabricación de papel. Los comunistas advertían esta situación, señalando que las condiciones para la continuidad del ingenio eran propicias, basándose en primer lugar en la capacidad técnica del ingenio, y en segundo lugar, en las propicias condiciones para la producción de caña de azúcar que ofrecía el norte santafesino:

"La crisis del Ingenio Arno no es un problema técnico. La planta está dotada de un equipo industrial moderno en condiciones inmejorables de producción, renovado hace muy poco tiempo; las condiciones probadas para el cultivo y producción de la caña colocan a Santa Fe en posibilidades reales de lograr el autoabastecimiento de la provincia. Lo que se pretende es desalentar el

16 "Tratarían con el gobernador el problema del Ingenio Arno", La Capital,, Rosario, 11-2-1969, p. 5

17 "Gravísima situación en Villa Ocampo", El Sembrador, Organo Pro Democratización de F.A.A, Diciembre de 1968, p.6

18 "Un contacto con la realidad azucarera de la provincia durante una visita al ingenio Arno" El Litoral, Martes 15 de Agosto de 1967, p. 3

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cultivo de la caña para destinar esas tierras a la cría del "Cebú" por parte de los yanquis"19

Por otro lado, estaba presente en la visión del PCA la intención de la dictadura de liquidar los ingenios caracterizados como improductivos, específicamente los de las provincias de Tucumán y de Santa Fe, para beneficiar a los instalados en Salta y Jujuy. En la visión comunista, estos estaban controlados por "oligarquías" provinciales aliadas a capitales extranjeros que detentaban el monopolio del procesamiento del azúcar. Estos pretendían ser beneficiados por la política de "cupos" por provincia que la dictadura había sancionado, medida que afectaba severamente la producción azucarera de Santa Fe en beneficio de los monopolios del noroeste. Se denunciaba, por lo tanto, un proceso de concentración monopólica:

"La política azucarera de la dictadura dictada por los señores feudales de Salta y Jujuy y sus asociados los monopolios yanquiingleses está probada y verificada en Tucumán, donde ha llevado a la ruina y al cierre a más de diez ingenios azucareros, sin que la misma tenga miras de detenerse ni se encare su sustitución por otras fuentes de trabajo. Qué puede esperarse entonces en Santa Fe?"20

Hierve Villa Ocampo

Las reuniones entre los representantes del ingenio, los cañeros, los gremialistas azucareros y el gobierno giraron alrededor de la necesidad de cubrir las deudas del ingenio tenía con trabajadores y productores. Las posiciones estaban profundamente marcadas. El directorio de la empresa, a cargo de José Colombo Berra, enfatizaba que la situación del ingenio no tenía solución. La intención de transferir 40 millones de pesos desde la Secretaria de Comercio de la Nación para el pago de salarios y la materia prima entregada por los cañeros se vio trabada por el artículo tercero del reglamento que regía el Fondo Nacional de Emergencia para la industria azucarera, que mencionaba que no se podía destinar fondos para cubrir situaciones deficitarias, aunque estas fueran para pagar salarios. Los anuncios del gobernador Vázquez ratificaron esta situación, alertando aún más a la población de Villa Ocampo. El mandatario expreso que:

"(...) a pesar de las gestiones realizadas ante la Secretaria de Comercio de la Nación para disponer de fondos destinados al pago de los haberes al sector obrero, las mismas no pudieron concretarse por impedimento de las disposiciones de la Ley de Emergencia del Fondo Azucarero"21

El mes de enero de 1969 será el que marcará el inicio de la ebullición y la agitación en Villa Ocampo y la región. El día 3 se instaló una olla popular en la plaza central. Los medios anunciaron que unas 5000 personas asistieron a la convocatoria, obteniendo la solidaridad de los comerciantes que cerraron sus negocios y un gran apoyo de la población22. Los obreros del ingenio decidieron no presentarse a trabajar. Diferentes sectores

19 "La unidad y la solidaridad asegurarán el triunfo en Villa Ocampo", Partido Comunista-Comité Provincial Santafesino, Rosario, 16 de enero de 1969, p.4

20 Partido Comunista-Comité Provincial Santafesino, 1-4-1969, Op. Cit, p. 7

21 "No se halló solución al problema del ingenio Arno" El Litoral, Viernes 3 de Enero de 1969, p.5

22 "Concentración y protesta popular en Villa Ocampo", El Litoral, Viernes 3 de Enero de 1969, p.5

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sociales conformaron la base de apoyo de la lucha contra la liquidación del Ingenio. Por un lado, los estudiantes tomaron una parte activa en el conflicto, llegando incluso a impulsar una huelga de hambre en la iglesia de Villa Ocampo. Las demostraciones de solidaridad con la lucha no se circunscribían a gremios y organizaciones locales, sino que delegaciones obreras y estudiantiles de la región se hicieron presentes en la localidad.

Hacia el mes de febrero, el gobierno provincial comenzó las negociaciones para reanudar las actividades en la fábrica, con la intención de que las acciones de la empresa pasen a manos de las cooperativas de productores cañeros de la zona, entre las cuales figuraban la "Cooperativa "Río Tapenagá, Unión Agrícola de Villa Ocampo, Cooperativa de Florencia (FACA), Unión Agrícola de Avellanada, Sindicato de Cañeros de Las Toscas, Comisión Coordinadora de Productores Cañeros (•••)" (Borsatti, 1999:39). Las partes se mostraban optimistas, ya que se contaba con la caña necesaria y el apoyo de un sector de gran parte de las representaciones cañeras. Los dirigentes de estos en las reuniones con el gobernador Vázquez señalaron además que el cierre del Ingenio Las Palmas, en la provincia de Chaco, podía ser un hecho beneficioso para la continuidad del ingenio Arno en vistas que su producción se derivaría hacia Villa Ocampo. Previo a esto, se debía resolver la deuda del ingenio con distintos acreedores, además de resolver los compromisos que el Ingenio tenía en materia impositiva. Los cañeros solicitaron al gobernador Vázquez la necesidad de continuar las tratativas para adquirir el establecimiento, en conjunto con una moratoria de 1.300 millones de pesos que se adeudaban a entes oficiales, para lograr la normalidad financiera del Ingenio e iniciarse la molienda a mediados de junio del corriente año23.

Los comunistas fueron críticos frente a la posibilidad de que el paquete accionario del ingenio sea comprado por las cooperativas cañeras, ya que consideraban que sobre estas iba a recaer el enorme pasivo de la empresa, ahogándolas económicamente hasta producir el cierre definitivo del ingenio. Esta posible salida era vista como una maniobra impulsada por la dictadura de Onganía y el gobernador Vázquez para que los cañeros asuman la deuda del ingenio, sin ningún tipo de ayuda económica del Estado. En este sentido, colocaban como ejemplo lo sucedido en el ingenio Tacuarendí, en el cual el gobierno dictatorial había promocionado una salida de tipo cooperativa para evitar la quiebra del ingenio, teniendo como desenlace el cierre del establecimiento. El PCA entendía que la misma maniobra se estaba pergeñando en Villa Ocampo. Señalando la "nobleza" de la propuesta de los cañeros, los comunistas advertían que detrás la propuesta de Onganía se tendía una trampa:

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"La actitud y el bien inspirado propósito que anima a la mayoría de estos, que llegan a comprometer sus bienes y recursos económicos, ahorrados en largos años de esforzada labor productiva, con el fin de mantener el Ingenio y la Papelera como fuentes de trabajo e industrialización de la materia prima de la zona, no escapa a la comprensión del PARTIDO COMUNISTA. La mayoría están animados por el noble propósito que los condujo al movimiento y a la lucha por impedir su cierre: el fin de que Villa Ocampo no se convierta en un nuevo Tartagal, Villa Guillermina, Villa Ana, La Gallareta y últimamente Tacuarendí24"

23 "Problemas del Arno se trataron", La Capitdl, 1 de Abril de 1969, p.1-2

24 Partido Comunista-Comité Provincial Santafesino, 1-4-1969, Op. Cit, p. 6

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El punto central de la efectividad de la propuesta radicaba en la posibilidad de que el Estado se comprometa con una ayuda económica para saldar las deudas con los acreedores, promover un aumento de la producción y avanzar en la industrialización del papel. La incertidumbre de la propuesta gubernamental, en la visión del PCA, radicaba en cuál iba a ser el rol del Estado luego del pase de manos del ingenio a las cooperativas:

"Cuál será el futuro de esta sociedad que se forme con el centenar de adquirientes del 51 % de las acciones? Quién garantizara su cuota? Quién garantizara el salario de los obreros y el pago de la caña a los productores? No habrá créditos oficiales. Además serán perseguidas judicial y compulsivamente las deudas del ingenio y la papelera con el Estado (por impuestos, multas, aportes a las cajas de previsión, etc.)"25

La intención de los comunistas de desalentar esta propuesta, por lo tanto, estaba ligada a la salida promovida por el partido:

"El ingenio y la papelera de Villa Ocampo deben ser incautadas y el estado garantizar su pleno funcionamiento, el pago de los salarios y de la caña, asegurando que el control de los trabajadores, los campesinos y los comerciantes de la zona, de manera que paguen los ladrones de guante blanco y no los campesinos y el pueblo los enjuagues de Colombo Berra y Cía"26

Sobre esta base, el PCA abrió un canal de discusión con los cañeros y los obreros azucareros que se potenciara a lo largo del recrudecimiento de la lucha, que tendrá en las jornadas del mes de abril, con su epicentro en la "Marcha del Hambre" su pico máximo de conflictividad.

La política de los comunistas: coordinadoras zonales y una gran "Marcha del hambre" a Santa Fe

La estrategia de resistencia tuvo como uno de sus episodios centrales la movilización callejera. La preparación de la "Marcha del Hambre", pautada para el día 11 de abril de 1969 estuvo precedida por una serie de asambleas y reuniones coordinadoras que convocaron a los obreros del ingenio, los cañeros y su representación gremial, los partidos políticos, comerciantes y vecinos. No obstante, previamente a analizar la intervención del PCA en la marcha que llego a convertirse en pueblada, es importante observar el trabajo previo que los comunistas habían realizado en la ciudad de Villa Ocampo y la región. La situación partidaria en Villa Ocampo hacia diciembre de 1968 no era alentadora. Los militantes comunistas habían sufrido los embates que afectaban a toda la población ocampense, y muchos de ellos habían tenido que migrar, dejando como saldo el desmantelamiento casi total de las células partidarias en la localidad, conservando el partido un puñado de afiliados. Ricardo San Esteban, responsable de la Comisión Agraria Provincial del PCA y miembro del Comité Provincial Santafesino arribaba a Villa Ocampo el 1 de diciembre de 1968. En un informe interno comentaba los motivos del paulatino decrecimiento militante en la región:

25 Ibíd, p.11

26 Idem.

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"Nuestro Partido prácticamente había dejado de existir en ese lugar; el hambre, las enfermedades endémicas, tuberculosis, mal de Chagas; las penosas condiciones de vida y la desocupación obligaron a emigrar a gran cantidad de pobladores del lugar hacia las grandes ciudades. Entre los que se fueron estaban casi todos los activistas del Partido, la dirección del comité local, los cuadros"27

Cabe destacar que el partido, con un trabajo militante previo en la región y mediante una caracterización que se fue forjando desde principios de la década del 60' sobre la crisis azucarera, advirtió la importancia del conflicto que se estaba suscitando en Villa Ocampo. Esto explica el envío por parte de la dirección partidaria de importantes cuadros a la ciudad para intervenir en el conflicto, entre ellos el responsable del trabajo agrario provincial, con el objetivo de orientar la lucha bajo los planteos del partido y apuntalar el reclutamiento de obreros azucareros y productores cañeros. También asistieron a expresar su solidaridad referentes sindicales del partido de los principales centros urbanos de la provincia. Tal es el caso de Juan Carlos Sorbellini, dirigente de los trabajadores de la sanidad, Oscar González, dirigente de los obreros de Mataderos de Rosario y del Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCS), detenido y torturado por la policía local, Baltazar Lezcano e Isolina Righi, dirigentes partidarios de la ciudad de Reconquista y Florindo Moretti, uno de los principales dirigentes del PCA en la provincia de Santa Fe. El eje central de la agitación previa a la Marcha del Hambre fue la necesidad de forjar coordinadoras de lucha que reúnan a los diferentes actores afectados por la política de la dictadura en toda la región. Estas coordinadoras se habían formado en las localidades de Villa Ocampo, La Gallareta, Villa Guillermina, Villa Ana, Tacuarendi, Reconquista, Tartagal, Intiyaco y en la Cuña Boscosa28. Estas ideas fueron planteadas por los militantes comunistas al Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Azúcar y a las organizaciones de productores cañeros, con distintos grados de aceptación:

"Era la hora de la siesta, y a pesar de que un dicho popular dice que en el norte a esa hora solo andan por la calle los lagartos y los comunistas, vimos que grupos de obreros se dirigían al sindicato de los obreros azucareros. Hacia allá nos encaminamos nosotros también (•..). A poco hablar nos dimos a conocer como pertenecientes al Partido Comunista, y comenzamos a discutir con ellos las medidas a tomar para conseguir alimentos — que era lo más urgente- y organizar la lucha contra el cierre de las fábricas y por el cobro de los salarios(...) Se realizó a continuación la asamblea y nuestras ideas triunfaron, por se resolvió organizar una manifestación para el día siguiente (ese día no estaba el intendente) y marchar hasta la municipalidad a exigir alimentos y otras cosas(...) Ya nosotros dimos en esa oportunidad las ideas de formar las coordinadoras y de realizar la marcha del hambre sobre la ciudad de Santa Fe, y eso había sido tomado"29

27 San Esteban, Ricardo, "Luchas en el Chaco Santafesino", Rosario, 5 de diciembre de 1969, p.1

28 Se había conformado una "Junta Coordinadora" que aglutinaba las diferentes asambleas de la región. Sus actores se presentaban a si mismos como: "(•..) pobladores urbanos, trabajadores, campesinos, habitantes en general del Norte Santafesino. Hombres y mujeres que vivimos en esta parte del suelo patrio, sometido como tantas otras regiones del país, a la explotación, miseria y desocupación. Son sus responsables, otros argentinos! Que usando el poder, han tomado el gobierno para hacer en el país, todo aquello que sirva a sus intereses de casta y al capital extranjero" Extraído de: "Los pueblos del Norte Santafesino. La marcha y su Porqué", Junta Coordinadora de los pueblos de Villa Ocampo, La Gallareta, Villa Guillermina, Villa Ana, Tacuarendí, Reconquista, Tartagal, Intiyaco, Cuña Boscosa, S/F.

29 "Luchas en el Chaco Santafesino", Op. Cit, p.1-2

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El lunes 2 de diciembre se realizó la primera gran manifestación popular, en la cual el PCA participó y tuvo un orador en el acto. Para este mes, el Partido ya señalaba la necesidad de una gran marcha hacia la capital de la provincia. La aceptación de la propuesta entre los obreros del azúcar no parece haber sido tan entusiasta entre los cañeros, sobre los cuales las ilusiones de la salida cooperativa promovida por la dictadura habían hecho mella. El balance de una primera discusión de la delegación de militantes comunistas con dirigentes cañeros arrojo visiones más escépticas, ya que estos:

"(...) se hallaban divididos entre ellos por viejas cuestiones. No veían la posibilidad de formar una coordinadora para la lucha y la mayoría creía que la salida era la compra del ingenio por parte de las organizaciones campesinas"30

Entre las reivindicaciones levantadas por el PCA en las asambleas coordinadoras se destacaban las que apuntaban a la reincorporación de obreros y empleados cesantes, a la defensa de las fuentes laborales frente a la amenaza del cierre del ingenio, el pago de los 110 millones adeudados a colonos y acreedores, un salario de acuerdo a convenio de los obreros rurales, la entrega de la cuota de azúcar a obreros efectivos, temporarios y colonos a precio de costo y un aumento general del 40 % en los salarios. Como ya se puso de manifiesto, la salida frente al posible cierre del ingenio era la incautación del ingenio y su puesta en funcionamiento bajo control de los obreros y los productores de caña. Además levantaron otras reivindicaciones más generales, como el funcionamiento de los comedores escolares, la defensa de las libertades democráticas, la defensa de la salud pública y la educación, etc.31

En términos generales, la política de los comunistas de forjar coordinadoras zonales no solo tenía la meta de orientar la lucha por el camino de la movilización, sino que también el trabajo militante al interior de ellas permitió al partido desarrollar un proceso de reclutamiento entre los obreros azucareros y los cañeros. Siguiendo los balances de los militantes presentes en Villa Ocampo, parecía corporizarse la estrategia votada en el XIII Congreso del PCA, que llamaba a convertir al partido en el "centro dirigente" de las luchas:

"El programa levantado por nuestro Partido, los diversos documentos y la propaganda fueron desbrozando el camino. La misma práctica nos fue dando la razón. Nuestra influencia dejó de ser difusa y nos fuimos transformando más y más en centro dirigente (...). Hicimos una primera asamblea del Partido, donde se afiliaron 16 obreros y campesinos y se aprobaron las tesis del 13 Congreso"32

Es evidente que el partido hizo valer su experiencia dirigente entre los cañeros tucumanos en Villa Ocampo. Tomando como referencia los documentos internos que señalaban la práctica disolución partidaria en la región previo a diciembre de 1968, sorprende los avances organizativos y políticos en poco tiempo33. Esto se

30 Ibíd, p. 2

31 "Denunciamos ante la opinión pública", Partido Comunista de Villa Ocampo, Diciembre de 1969, p. 2

32 "Luchas en el Chaco Santafesino", Op. Cit, p. 3

33 Además del avance organizativo en lo referido al reclutamiento de obreros azucareros y cañeros, el PCA también realizo un trabajo político desde otro de sus frentes de masas, la Unión de Mujeres de la Argentina (UMA). El balance de diciembre de 1969 comenta: "Se realizo una asamblea propiciada por la Unión de Mujeres de la Argentina (UMA) que reunido a 400 mujeres. En un acto público, el Partido entrego 400 kilos de mercaderías", "Luchas en el Chaco Santafesino", Op. Cit, p. 4

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corporizaba en la inserción de militantes y "amigos del partido" en puestos de dirección en las entidades gremiales que conducían la lucha. La referencia más importante es la de los cañeros independientes de Villa Ocampo, los cuales eligieron como presidente a un miembro de UPARA. Esto fue marcado como un triunfo contra la táctica "distraccionista" de la dictadura para que las asociaciones cañeras adquieran el paquete accionario de la empresa:

"Los cañeros del norte, reunidos en asamblea eligen presidente de su Asociación al compañero Omar Zutión, de UPARA (Unión de Productores de la República Argentina). Es destituido el gerente de la cooperativa cañera y en su reemplazo se designa a un amigo del Partido. Esta fue otra victoria, porque desde esos organismos, la reacción y el gobierno habían estado maniobrando para la compra del ingenio"34

El primer gran precedente de la movilización del 11 de abril de 1969 fue la "Marcha de la Olla Vacía", en la cual según informes del PCA participaron unas 12.000 personas golpeando ollas y garantizando un corte de ruta que paralizo la localidad. En el plano de la movilización popular, también se evidencia que los militantes comunistas se habían ganado un lugar de cierta importancia, popularizando entre la masa consignas y garantizando tener una voz entre los oradores:

"Las consignas y carteles eran contra el imperialismo, la oligarquía y el gobierno; participaron campesinos, mujeres, niños, jóvenes. La encabezaron los obreros y nuestro Partido. Allí hablo un orador del comité provincial. El intendente, que regresaba en ese momento, fue bajado a ollazos del ómnibus por las compañeras. El gobierno enseguida lo defenestro."35

Las ollas populares, además de garantizar el alimento cotidiano, servían como centros de agitación y propaganda en donde se realizaban las asambleas y se tomaban resoluciones. Los comunistas advertían esto, y veían estas instancias como el centro neurálgico de la lucha contra la política de la dictadura. Meses antes del punto máximo de la conflictividad, estos empiezan a ser víctimas de la persecución, la represión y el encarcelamiento por parte de las fuerzas represivas que actuaban en la región:

"Era el poder del pueblo. Los comunistas habíamos conquistado la legalidad y actuábamos como tales en todo momento, siendo impotente la Guardia Rural (Rángers) y la policía para reprimir. Fueron detenidos dos compañeros del comité provincial, cuando iban a tomar el ómnibus fuera de la ciudad"36

En las asambleas no solamente se procesaban las iniciativas de lucha a seguir, sino que también se confrontaban diferentes tendencias ideológicas que en muchas instancias se contraponían. En este sentido, el PCA combino la batalla ideológica frente a los sectores que hegemonizaban la lucha (los sectores eclesiásticos y el peronismo) pero a la vez tendiendo acuerdos y "puentes" que no suponían una ruptura para la unidad de los sectores involucrados en la lucha:

34 Ibíd, p.4

35 Ibíd, p.3

36 Idem.

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"En todo el proceso de las luchas tuvimos que librar una gran batalla ideológica contra las ideas ultras, clericales, comunitarias, del nacionalismo burgués (peronismo) y otras; enfrentamos la acción disgregadora del imperialismo, los terratenientes, los campesinos ricos aliados a ellos, etc."37

En este punto es llamativo ver las relaciones que se tejieron entre el PCA y los sectores vinculados a la iglesia. Esta última estaba atravesando un periodo de importantes movimientos en los cuales los sectores más conservadores denunciaban que la iglesia se veía amenazada por elementos subversivos38. Por dentro de la Conferencia Episcopal Argentina se producía una confrontación entre los sectores tradicionalistas y los que se reivindicaban como renovadores. Estos últimos estaban enfrentados al arzobispo de Rosario, Guillermo Bolatti. Entre los párrocos que participaron del movimiento de lucha se destacaron los curas José María Serra (la revista Panorama lo presentaba como "(...) una especie de Camilo Torres"39) y el cura Rafael Yacuzzi40. El PCA le otorgaba a este sector de la iglesia un rol positivo en la lucha:

"La actitud de franca rebeldía de la mayoría de los sacerdotes de nuestra provincia, frente a la alta jerarquía encabezada por Bolatti-Fassolini, y movidos por una sensibilidad popular y una concepción renovadora de su humanismo, es también una advertencia para los creyentes cuyos problemas deben ser debatidos en su hogar antes de arriesgar el fruto del esfuerzo laborioso y la suerte de su propia familia"41

Como se pone de manifiesto, la intervención del PCA en el periodo previo a la Marcha del Hambre estuvo signada por la agitación de reivindicaciones dirigidas a la solución del conflicto, como la expropiación del ingenio y su control por parte de obreros y cañeros, el financiamiento estatal del establecimiento para garantizar su supervivencia, entre otras. Sumado a esto, estos reclamos y denuncias decantaban en el problema nodal: la política económica y social del gobierno de Onganía. Los comunistas vieron en Villa Ocampo la posibilidad de corporizar las tesis aprobadas en su XIII Congreso, en el cual la "alianza obrero-campesina" ocupaba un rol primordial. Por lo tanto, el problema del reclutamiento, de la organización en células de los obreros azucareros y de los productores cañeros paso a ser una tarea de primer orden, entendiendo que el Partido debía ubicarse como el "centro coordinador" de la lucha. Para esto, el PCA proponía una gran acción política que coloque el problema de Villa Ocampo en la escena provincial y nacional: una gran movilización popular a Santa Fe, la capital provincial.

37 Idem.

38 Esta distinción era atendida por el PCA, que abrió un canal de discusión con los representantes eclesiásticos de la región que apoyaban la lucha: "Discutimos con los representantes del clero, algunos de los cuales estaban ganados por ideas "ultras", otros por Theilerard de Chardin, Marcusse, etc., mientras que un ala conservadora defendía a Onganía. Esta era encabezada por un cura traidor, Giacomozzi, de Las Toscas.", "Luchas en el Chaco Santafesino", Op. Cit, p.3

39 "¿Por quién arden los cañaverales?", Revista Panorama, 15 de abril de 1969.

40 Además de influir entre los sectores más combativos de la iglesia, también se menciona la afiliación al Partido de jóvenes vinculados a las parroquias: "Un sector muy numeroso del clero se adhiere plenamente y encabeza junto a nosotros y otras fuerzas las acciones. Se afilian al Partido alrededor de 40 obreros y campesinos. Varios jóvenes que ayudaban en la iglesia, también lo hacen.", "Luchas en el Chaco Santafesino", Op. Cit, p.4

41 Partido Comunista-Comité Provincial Santafesino, 1-4-1969, Op. Cit, p.10

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La "Gran Marcha del Hambre" a Santa Fe

El 11 de abril de 1969 partía desde Villa Ocampo la "Marcha del Hambre", con destino a la capital provincial. A la movilización se habían adherido las coordinadoras de Villa Ana, La Gallareta, Las Toscas, Tacuarendí y Villa Guillermina, que además habían preparado una serie de actos y manifestaciones42. El gobierno había dispuesto la concentración de más "(•••) 3000 policías, gendarmes e incluso soldados en la zona"43. Además de estos, la guardia rural "Los Pumas" y policías de Reconquista ocupaban sectores estratégicos para impedir el paso de la movilización44. Raimundo Ongaro, máximo dirigente de la CGT de los Argentinos se hizo presente en Villa Ocampo, por el cual las autoridades provinciales de la policía emitieron un pedido de captura inmediato. Miembros del Sindicato de Obreros Azucareros, el propio Ongaro, Sorbellini y otros dirigentes estudiantiles y sindicales fueron "tomados de rehén" por las fuerzas policiales al interior del sindicato. En la reunión previa a la marcha florecieron las ideas de suspenderla en vistas del amplio despliegue represivo. Junto al cura Yacuzzi, los militantes del PCA tenían la posición de realizar la marcha de todas maneras con un plan determinado:

"Propusimos el plan: reunir a la gente en la plaza, marchar hasta el sindicato, liberar a los rehenes y realizar la marcha tal como estaba programada"45

Finalmente, la movilización pudo liberar a los retenidos en el sindicato. Encabezada por dirigentes del gremio azucarero, el propio Ongaro y el párroco Rafel Yacuzzi, la marcha comenzó su camino. En la cabecera también se había ubicado Ricardo San Esteban, en representación del PCA. Luego de una fallida reunión con el intendente de Villa Ocampo, Alcibíades Sambrana, los manifestantes descendieron a la ruta. Las fuerzas represivas impidieron mediante una feroz represión la marcha, hecho que permitió el repliegue de la manifestación de manera momentánea. Frente a la imposibilidad de continuar la marcha por la ruta nacional 11, el nuevo objetivo de la movilización fue la municipalidad. Esta fue tomada por los manifestantes. La toma del municipio fue interpretada por los comunistas instalados en Villa Ocampo como el triunfo de su línea política al interior de las coordinadoras, como lo reflejan el balance de San Esteban sobre la marcha:

"(...) allí, en una asamblea popular, el pueblo defenestro al intendente, que había declarado estar al servicio de Onganía. Las masas populares, en esta lucha, no habían seguido a un hombre; habían seguido a la coordinadora y al Partido. Habíamos tomado el poder en Villa Ocampo (...) El partido del

42 El diario "Tribuna" menciona que unas 1500 personas se concentraron en La Gallereta, encabezada por dirigentes de la UOM. La movilización de esa localidad fue impedida por la policía. En Villa Guillermina marcharon otras 1500 personas, también encabezada por dirigentes de la UOM y reprimida por las fuerzas de seguridad. En la ciudad de Santa Fe se había constituido la "Comisión de Apoyo al Norte Santafesino de los Barrios Marginados". La mayoría de las personas que vivían en ellos provenían de las ciudades del norte, y habían migrado por la falta de fuentes laborales. Esta organizo una marcha en apoyo a la lucha de Villa Ocampo, siendo también fuertemente reprimida. "Manifestantes y Policías generaron una cruenta lucha", Diario La Tribuna, Rosario, 12-4-1969

43 "Palos y gases frenan la Marcha del Hambre", Revista ASI, Año XV, N° 692, 22-4-1969, p.16

44 Los informes de Ricardo San Esteban mencionan un dato llamativo con respecto a la gravitación que habían tenido las posiciones del PCA entre las fuerzas represivas que intervinieron en Villa Ocampo. A pesar de no haber indicios de una agitación estrictamente direccionada hacia las fuerzas represivas, San Esteban comenta que: "La policía local se divide, por un sector numeroso se niega a reprimir al pueblo, y llegan hasta el enfrentamiento armado. Nuestra propaganda había surtido efecto también en ese sector', "Luchas en el Chaco Santafesino", Op.Cit, p.5

45 Luchas en el Chaco Santafesino", Op. Cit, p.5

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lugar, con asistencia nuestra, hizo el primer balance de las luchas. Ahora se trataba de reclutar, de afiliar masivamente al Partido"46

Fruto de la presión popular, el intendente Zambrano ofreció su renuncia. En su misiva, denunciaba la severidad de la represión policial y pedía como medida de "buen gobierno" la libertad de los detenidos sin ninguna causa47. Alertado por las autoridades provinciales, Onganía dictaminaba la expropiación por ley del Ingenio Arno, con la promesa de sostener las fuentes de trabajo. El decreto disponía además de una partida para pagar los salarios adeudados y parte de la cosecha que se debía a los cañeros. El PCA presentó el dictamen del presidente de facto como un triunfo de la movilización popular. Sin embargo, el día posterior a la marcha la represión se acentuó, comenzando una caza sistemática de dirigentes, obreros y militantes48. La persecución de militantes y activistas fue impulsada mediante el cerco que "Los Pumas" y el resto de las fuerzas represivas habían tendido sobre Villa Ocampo, lo cual dificultaba salir del perímetro por las rutas o caminos aledaños. Ricardo San Esteban comenta que:

"Nosotros decidimos salir de inmediato, porque la represión se había intensificado. En lugar de dos puestos de control, "Los Pumas" habían establecido cinco. Debíamos atravesar el monte, en una distancia de 35 kilómetros, a pie"49

Y años después, en una entrevista, recuerda:

"Después de la lucha estábamos escondidos en los campos, nos perseguían por todos los ranchos. La idea era que salgan los compañeros de a uno"50

Finalmente, los militantes que huyeron por el monte se reunieron en Reconquista, en donde realizaron un balance de las jornadas de Abril. Escrito en diciembre del mismo año, colocaba a la lucha de Villa Ocampo en el marco de un ciclo de levantamientos populares que pusieron en jaque a la dictadura, presentando un hilo conductor entre el "Ocampazo" y los siguientes "azos":

"Esto sucedió en el lapso desde diciembre de 1968 a abril de 1969; luego de estas acciones, que fueron las primeras acciones de masas y combates de clase que inaugurarían un periodo de grande luchas populares como las de corrientes, Rosario, Córdoba, etc., por todos los rincones del país se sucedieron los enfrentamientos heroicos con las fuerzas represivas, las huelgas de masas desde mayo hasta septiembre con muertos, heridos, presos, pero sin saber sido mellada la gran combatividad de nuestra clase y del pueblo argentino, que se apresta a librar batallas decisivas contra el imperialismo, la

46 Ibíd, p.7

47 Revista ASI, Op. Cit, p. 18

48 La Ley 17401 sancionada en 1967 por el gobierno dictatorial encabezado por Onganía marcaba que toda actividad relacionada con la difusión de las ideas del comunismo debía ser reprimida. Toda actividad política contraria a la política de la dictadura era relacionada con actividades comunistas, sirviendo como herramienta legal para perseguir a militantes sociales, políticos y sindicales.

49 "Luchas en el Chaco Santafesino", Op. Cit, p.8

50 Entrevista a Ricardo San Esteban realizada por el autor. Rosario, 4-1-2023.

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oligarquía, la dictadura y por un gobierno de nuevo tipo y nuevo contenido social. En esto, nuestra gran preocupación es crecer como Partido"51

Conclusiones

El "Ocampazo" fue el primero de una serie de levantamientos populares que pusieron en jaque a la dictadura que tomo el poder en 1966. Las poblaciones del norte santafesino, especialmente las de Villa Ocampo, La Gallareta y Villa Guillermina, se vieron afectadas por la política de racionalización económica operada por el gobierno de facto. La crisis azucarera y la sanción de la Ley 17.163 que reducía el cupo de producción azucarera a nivel nacional fue el golpe de muerte de una gran cantidad de ingenios instalados en la provincia de Tucumán y el norte santafesino, en beneficio de los establecimientos ubicados en Salta y Jujuy. La dependencia de esta región a la explotación e industrialización de la caña de azúcar no solamente afectaba a los obreros de los ingenios y a los productores cañeros, sino que los damnificados eran parte de una red interconectada en la cual las relaciones entre las distintas actividades que se realizaban en la región estaban sujetas a un destino común. El cierre de los ingenios de Las Toscas y Tacuarendí, y la amenaza de cierre del ingenio Arno amenazaban a las poblaciones de la región con la posibilidad de convertirse en "pueblos fantasmas". El cierre de los talleres ferroviarios de La Gallareta y Villa Guillermina y la clausura de los ramales que conectaban los distritos con las principales ciudades no significaron solamente la perdida de fuentes de trabajo, sino también el aislamiento y la marginación de las poblaciones allí radicadas. Sobre esta base, la reacción de los obreros del azúcar y los productores cañeros tuvo un acompañamiento de amplios sectores de la población. Los comerciantes dependían en gran parte de la posibilidad de consumir por parte de los sujetos vinculados al Ingenio, por lo cual se plegaron a la pueblada. Los sectores políticos y sindicales abordaron el conflicto de manera diversa, aunque las raíces que había echado la iglesia católica en la región produjeron que los curas tercermundistas hayan tenido un rol preponderante en la dirección de la lucha, aunque no exclusivo.

El PCA tomó como hoja de ruta para intervenir en el Ocampazo dos elementos: en primer lugar, su caracterización sobre la dictadura que llega al poder en 1966, la cual es señalada como "clerical-fascista", con una política económica que favorecía a la oligarquía terrateniente, la concentración monopólica y la alianza con el capital financiero internacional, además de su contenido fuertemente represivo. Para enfrentar al gobierno golpista, el PCA promovía una "amplia coalición democrática" compuesta por los obreros industriales, los campesinos medios y pobres, la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional no aliada al capital extranjero. Esta alianza de clases debía conducir a un gobierno de "nuevo tipo" con la tarea primordial de convocar a una asamblea constituyente.

Los congresos XII y XIII del PCA, que sesionaron en los años 1963 y 1968 respectivamente, plantearon la necesidad de fortalecer la alianza "obrero-campesina", afianzando los lazos entre los trabajadores industriales, los peones rurales y los pequeños y medianos productores agrarios expoliados por los terratenientes. El partido se propuso como tarea la necesidad de penetrar entre la pequeña burguesía rural, especialmente entre los medianos y pequeños productores, considerados como elementos oprimidos por la oligarquía y amenazados por el proceso de concentración y monopolización de la tierra. Sobre estas bases políticas, aparece el segundo elemento de gran relevancia en lo que respecta a la intervención comunista en el Ocampazo: frente a la delicada situación partidaria previo a las jornadas de abril, en la cual el partido prácticamente había dejado de existir por el retiro de los principales cuadros dirigentes de la región, el PCA

51 Ídem

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explotó la experiencia previa que la organización había obtenido en Tucumán, en donde había conseguido puestos de dirección en las principales organizaciones gremiales de los obreros azucareros (FOTIA) y de los cañeros (UCIT) promoviendo un trabajo común entre ambas entidades como parte de la solidificación de los lazos entre los obreros y los productores de caña. A través de UPARA, los militantes comunistas pudieron estrechar contactos entre los cañeros tucumanos y los de Villa Ocampo, abriendo un canal de discusión y reclutamiento con estos últimos.

La consigna práctica que orientó al PCA durante el ciclo de levantamientos populares de finales de la década del 60', convertirse en el "centro dirigente" de las luchas, operó para los militantes comunistas de la región y los que viajaron a fortalecer el trabajo partidario a Villa Ocampo como una tarea de primer orden. La necesidad de orientar el conflicto abierto por el cierre del Ingenio Arno hacia la postura defendida por la organización —la expropiación sin indemnización del establecimiento y su puesta en funcionamiento bajo control de los obreros azucareros y los productores de caña- sirvió como un eje de delimitación contra la salida de "cooperativización" que ofrecía el gobierno de Onganía y sectores empresariales, con el objetivo de que las organizaciones cañeras adquieran el paquete accionario de la empresa. En este punto, el partido había advertido a las representaciones de los productores de caña sobre la maniobra del gobierno dictatorial, que tenía como objetivo cargar las deudas del Ingenio sobre las espaldas de la población ocampense.

El PCA tuvo que intervenir durante el Ocampazo sobre una población fuertemente influida por la iglesia católica, en especial, en su faceta tercermundista. Estos jóvenes curas actuaron, como el párroco Rafael Yacuzzi, con el objetivo de potenciar la movilización de los sectores afectados, llegando a coincidir con los comunistas a la hora de impulsar la Marcha del Hambre. No caben dudas que el "centro dirigente" de la lucha no fue exclusividad de una sola fuerza política o social, sino que fue compartida por varios actores, entre los cuales los sectores eclesiásticos radicalizados y el peronismo de base estuvieron un paso por delante, por su influencia y raigambre histórica en el territorio. Sin embargo, el PCA fue un actor relevante, por el peso ganado por el partido en las coordinadoras y la autoridad política conquistada entre la población ocampense. En ciertas circunstancias, se puede aseverar que los planteos comunistas pusieron en cuestión salidas que eran aceptadas por sectores cruciales ligados al cierre del ingenio, como los productores cañeros, como se puede observar en la amplia agitación del partido entre estos últimos y los obreros azucareros en lo referido a lo inoportuno que habría significado para las representaciones gremiales cañeras la compra del paquete accionario del Ingenio para su continuidad. Podemos ver como también, en momentos definitivos, como la propia Marcha del Hambre, los militantes comunistas pudieron hacer pesar su influencia ganada entre la población, logrando junto al cura Yacuzzi y otras fuerzas sociales la necesidad de concretar la movilización a pesar del amplio desligue represivo, situación que permitió que el mismo Onganía anuncie la expropiación del Ingenio por parte del Estado.

La persecución policial contra los comunistas fue feroz, y la salida de los principales cuadros de la ciudad de Villa Ocampo se hizo bajo un gran cerco de las fuerzas de seguridad, que solo pudo ser vulnerado con la colaboración de lugareños que habían sido acercados al partido. Este no es un aspecto menor, ya que podemos observar como la organización se fortaleció. De un proceso en el cual el PCA había dejado de existir en Villa Ocampo, este inicia un curso de reclutamiento de obreros azucareros, productores cañeros y acercando hasta a jóvenes vinculados a la iglesia a las filas partidarias. La caracterización de los militantes que intervinieron en la lucha a finales de 1969 deja a las claras la importancia que la organización le otorgo a la jornada del 11 de abril del mismo año: el comienzo de un ciclo de levantamientos populares entre los cuales el Ocampazo, el primero en orden cronológico de los "azos", había guardado ciertas particularidades con

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referencia al resto, enfatizando en su impronta rural y no urbana, que motivados por necesidades de subsistencia frente a las transformaciones económicas operadas por la dictadura, fueron empujados a un ciclo de luchas y movilizaciones que se corporizaron en una pueblada.

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