Научная статья на тему 'VOCES DE LOS 80. DE LOS ACTORES COLECTIVOS A LOS SENTIDOS HISTóRICOS DE LAS LUCHAS ANTIDICTATORIALES EN CHILE (1973-1989)'

VOCES DE LOS 80. DE LOS ACTORES COLECTIVOS A LOS SENTIDOS HISTóRICOS DE LAS LUCHAS ANTIDICTATORIALES EN CHILE (1973-1989) Текст научной статьи по специальности «История и археология»

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DICTADURA MILITAR CHILENA / ACTORES SOCIALES / MEMORIA MILITANTE / HISTORIA POLíTICA

Аннотация научной статьи по истории и археологии, автор научной работы — Oyarzo Vidal Gemita

El objetivo de esta comunicación es presentar un modelo narrativo preliminar que pueda mostrar las diferentes texturas de las voces que, en torno a diversos sentidos políticos del pasado reciente, intentan decodificarse en el presente. Dicho modelo se desprende de la revisión de 5 testimonios que intentan cubrir un aspecto de la experiencia política de los actores que formaron la oposición a la dictadura. El propósito de esta presentación es discutir el proceso en que se traducen empíricamente los llamados sentidos históricos de la acción política

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Текст научной работы на тему «VOCES DE LOS 80. DE LOS ACTORES COLECTIVOS A LOS SENTIDOS HISTóRICOS DE LAS LUCHAS ANTIDICTATORIALES EN CHILE (1973-1989)»

Voces de los 80. De los Actores colectivos a los sentidos históricos de las luchas antidictatoriales en Chile (1973-1989)

Voices from the 80's. From collective actors to historic senses of the anti-dictatorship struggle in Chile (1973-1989)

Gemita Oyarzo Vidal*

Resumen

El objetivo de esta comunicación es presentar un modelo narrativo preliminar que pueda mostrar las diferentes texturas de las voces que, en torno a diversos sentidos políticos del pasado reciente, intentan decodificarse en el presente. Dicho modelo se desprende de la revisión de 5 testimonios que intentan cubrir un aspecto de la experiencia política de los actores que formaron la oposición a la dictadura. El propósito de esta presentación es discutir el proceso en que se traducen empíricamente los llamados sentidos históricos de la acción política

Palabras clave: dictadura militar chilena; actores sociales; memoria militante; historia política

Abstract

The aim of this paper is to present a preliminary narrative model that can show the different textures of the voices that, around various political directions of the recent past, try to decode the present. This model comes from the review of 5 evidences that try to cover an aspect of the political experience of the actors who formed the opposition to the dictatorship. The purpose of this presentation is to discuss the process that translates empirically-called historical meanings of political action

Keywords: Chilean military dictatorship, social actors, memory militant, political history

*

Chilena, Socióloga, docente del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Concepción, Dra. (c) en Estudios Americanos, mención Estudios Sociales y Políticos Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) e- mail: geoyarzo@hotmail.com

1. Consideraciones iniciales del trabajo con relatos

1.1. De las categorías sociales a las categorías históricas: La importancia de la historia política en la comprensión de la movilización social.

Un estudio diacrónico que pretenda reconstruir diversos sentidos históricos de la acción política acarrea desafíos empíricos que es preciso comentar: El reto principal consiste en trabajar los testimonios como un objeto de una textura diferente de la conceptualización centrada en los "actores colectivos del fin de la dictadura": Así, la reconstrucción de las diversas experiencias, narradas en clave biográfica, puede entenderse como un coro de voces disonantes que pugnan por imponer una determinada interpretación de la historia. Sin embargo, es preciso señalar que la comprensión de una coyuntura histórica particular (el Chile dictatorial) viene pues a organizar las voces de este coro que no consigue unificarse en una misma armonía1..

A los inicios de esta investigación, construimos un mapa de actores colectivos que fuera reflejo de lo que se sabía del período en Chile, desde el 73 hasta 1989. Recurrimos entonces, en primera instancia, al muestreo teórico. La revisión bibliográfica del período permitía distinguir distintas etapas en el proceso de conformación de la oposición política a la dictadura (Guillaudat & Mouterde, 1998): La primera etapa, estaba marcada por la lucha por los derechos humanos y comprendía los años 1975 a 1978.Así, la politización de la defensa del derecho a la vida se sellaba con el hallazgo de los cuerpos de Lonquén en el año 1978 (Hutchinson,991). Luego, un segundo momento político (1979-1982) se inauguraba a partir de la consagración de la institucionalidad autoritaria en la ley laboral de 1979 y la constitución política de 1980. El intento de Pinochet por construir la institucionalidad autoritaria se ve remecido por la crisis económica de 1982. Este tercer momento inicia con las llamadas "Jornadas de Protesta Nacional", proceso que comprende los años 1983-1986. La clausura de lo que podríamos considerar el momento más epopéyico de la oposición a la dictadura se definirá por dos hitos muy importantes para entender el curso que tomó la transición chilena: 1) la conformación de la asamblea de la civilidad; 2) el atentado a Pinochet. Finalmente, el último período (1987-1989) esta marcado por las negociaciones para terminar con el régimen militar, por la preparación del plebiscito de 1988 y las elecciones presidenciales de 1989.

Fue así como, a partir de la periodización construida, aparecieron 6 tipos de actores que originaron el muestreo teórico de este trabajo: 1) Organizaciones de derechos humanos; 2) Partidos políticos; 3) Sindicatos y gremios profesionales; 4) Estudiantes ; 5) Pobladores y organizaciones barriales; 6) Grupos armados.

A través de la técnica de bola de nieve, con nombres y datos de personas que habían participado en los distintos momentos de la lucha antidictatorial, se recogieron 6 testimonios preliminares, los cuales, muy tempranamente, obligaron a desechar el mapa inicial de actores, pero no la periodización. Al recoger los testimonios, los casos mostraron dos generaciones de militantes que tienen distintos derroteros desde el inicio de la dictadura, hasta 1990. Por lo tanto, más que pensar empíricamente en individuos que respondieran a categorías sociológicas de muestreo,

1 Los casos que se presentan corresponden a la experiencia de los partidos de izquierda en la dictadura. Trabajamos aquí con los testimonios a 2 ex militantes de las Juventudes Comunistas de Chile (JJ.CC), una ex militante del frente abierto del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y a dos militantes activos del Partido Socialista de Chile, quienes son actualmente Diputados de la República. Queda todavía por cubrir la experiencia política del Partido Demócrata Cristiano, la cual también es muy importante para comprender el espectro político chileno en torno al fin de la dictadura.

especialmente aquéllas que permitían reconocerlos como actores adscritos a distintas organizaciones sociales y políticas (Mc Adams, 1999), los primeros hallazgos obligaron a re- pensar el estudio a través de categorías históricas: Estábamos ante trayectorias vitales que, por encima de sus componentes y reivindicaciones sociales, respondían a procesos de subjetivación política que no podían comprenderse fuera de las militancias que se generaron en uno de los períodos más intensos de la historia política de Chile en el siglo XX (Moyano, 2009): la Unidad Popular, en el caso de la primera generación y; al calor de la movilización antidictatorial, en el caso de la segunda.

La militancia en los partidos con todas sus estructuras y formas de organización eran factores claves, no sólo para entender la narración del período y el recuento de los hitos centrales de la dictadura: En el caso chileno, la presencia de los frentes clandestinos y abiertos de los partidos políticos que se alinearon con la oposición al régimen es vital para comprender la orgánica de la movilización antidictatorial. No obstante, creemos que, además de las militancias, el peso simbólico de la lucha antidictatorial es un factor que define el destino y los niveles de participación política de los militantes. Además, sirve para reconocer los virajes más significativos en el recorrido histórico de los distintos actores. De ahí la importancia de la generación en el análisis. En este trabajo, las diferencias generacionales son más importantes que las diferencias partidarias. De hecho, dentro de un mismo partido encontramos "experiencias políticas" diferentes. Así, las vivencias de las distintas generaciones son trascendentales para comprender su proceso de politización y la manera en que el pasado se reconstruye.

Si bien hemos renunciado a la utilización de categorías sociológicas tradicionales, esto es, tipos de actores colectivos, es preciso hacer algunas consideraciones respecto al componente social de los actores que participaron en las luchas antidictatoriales y a sus espacios de expresión.

Por tratarse de un estudio centrado en las trayectorias vitales que ocurren en un tiempo histórico, en vez de establecer la pertenencia social de un tipo determinado de actor, preferimos hablar de "espacios sociales de expresión política". Estos espacios son copados por diversos actores en distintos momentos de la lucha por la democracia. Dicho de otro modo, ya no estamos pensando en la movilización antidictatorial como tributaria de determinados tipos de "Movimientos sociales". Ya no podemos hablar del movimiento de pobladores compuesto por "los pobladores"; o del movimiento estudiantil compuesto por "estudiantes", así como lo pensaron los sociólogos en la década de los 80 y 90 (Touraine,1987; Garretón, 1987; Tironi, 1987; De la Maza, 1999). Estamos hablando de actores multiposicionales que deben leerse desde su recorrido histórico y, por lo tanto, a partir de su experiencia de vida.

Desde este punto de vista, la universidad, la calle, la parroquia, las oficinas de la Vicaría de la Solidaridad, la población, son, ante todo, espacios de realización de determinadas prácticas colectivas (Melucci, 1999). Por lo tanto, si entendemos lo social como un espacio de producción, la acción colectiva ya no puede leerse como el fruto de una identidad previamente establecida, así como lo pensó la teoría clásica de "movimientos sociales" (Touraine, 1999). Acción e identidad colectiva son producto de la reiteración de las prácticas que siempre son diversas y plurales (Melucci, 1999:151). Pidiéndole un préstamo conceptual a los textos dramáticos, podemos hablar de "escenarios sociales de acción política" y de actores que van saliendo a escena. Esto no significa que las diferencias sociales o si se quiere, las "posiciones de clase" deban soslayarse en el análisis, sino que no pueden considerarse como un componente determinante de la acción política. No obstante, es preciso hacer una digresión al respecto.

Si bien el origen social es insuficiente para dar cuenta de la "posiciones" que los actores ocuparon en la contienda por la democracia, sí es determinante para entender la forma en que estos

mismos actores regresaron a la "vida civil" y las dinámicas de la exclusión social y política una vez que éstos decidieron desvincularse de las organizaciones políticas al regreso de la democracia.

Con la vuelta a la democracia no sólo se ajustó el campo de lo políticamente posible (Pirker, 2009), sino que también, se redujeron los espacios sociales de convivencia y encuentro entre actores que no se hubieran topado en otras circunstancias: Terminadas las luchas antidictatoriales, los partidos se vuelcan a la contienda electoral y luego, a la administración del estado. Los pobladores se quedan en su espacio habitual, desplazando la lucha contra la dictadura por la lucha por la sobrevivencia. Muchos jóvenes abandonan la militancia y pasan de ser funcionarios del partido a incorporarse de nuevo a la universidad, a la vida laboral o a la población. En todos estos regresos, el origen social pesó y mucho, sobre todo en quienes no pudieron encontrar nuevos espacios de existencia social.

Hechas estas observaciones, podemos decir que, a la luz de los testimonios ya recogidos, la variable generacional permite comprender el proceso de politización de quienes, por diversas razones (biográficas y coyunturales), decidieron sumarse a las luchas antidictatoriales. La generación es un dato relevante, en la medida que marca experiencias políticas muy distintas, pero que van a coexistir en la disputa por la interpretación y por la conducción política de un proceso histórico. De ahí que pensemos el período político como una narración en tiempos distintos y como la puesta en escena de actores diversos que, en la medida que va avanzando la historia, van a unirse y a fragmentarse en la conquista de un objetivo que sigue siendo superior a todas las diferencias ideológicas y generacionales: terminar con la dictadura.

Respetando entonces las marcas generacionales en la experiencia política, podemos decir que quienes se iniciaron como militantes durante la Unidad Popular, no sólo conocieron el esplendor de los partidos como los mediadores de las reivindicaciones sociales más importantes que ocuparon el ideario político del llamado estado de compromiso, sino que se sintieron parte de un proceso colectivo mucho mayor, la transformación de la sociedad. Así, los jóvenes que de diversos modos y no sin conflictos, se hicieron parte del proyecto de la U.P vivían un momento histórico único, en el cual, la revolución no solamente era posible, sino que se convertía en un imperativo moral que dependía de la acción humana (Moyano, 2006; Vezzetti, 2009). De ahí el impacto del golpe de estado y la incredulidad respecto a las reales dimensiones de la ruptura.

Por otro lado, los jóvenes que empezaron a militar en medio de la dictadura, lo hacen desde los orificios que dejaba la represión política, desde el secreto y la precariedad. A quienes les tocó crecer y educarse en este "estado de cosas" describen el inicio de la militancia como un proceso de toma de conciencia de un orden social que se había naturalizado. No obstante, se puede hacer un paralelo de ambas experiencias generacionales: Los procesos de movilización social iniciados en mayo de 1983 inauguran nuevas posibilidades de cambio político. Aunque la demanda por la democratización puede considerarse un proyecto político más acotado que en la década anterior, se reviste también de un imperativo moral que le otorga la mística a las viejas y a las nuevas militancias: Las distintas "formas de lucha" en contra de la dictadura y la defensa de los derechos humanos serán los grandes tópicos que van a articular a diversos actores en aras de derrocar a Pinochet. No obstante, observaremos matices importantes en la relevancia de estos dos asuntos dependiendo de las militancias. Aun cuando sostenemos que el factor generacional es clave para la comprensión de las experiencias y trayectorias políticas, lo cierto es que la organización partidaria también moldea la interpretación de las circunstancias históricas y las expectativas de futuro.

Consideramos el relato como una cristalización de las experiencias políticas mediadas por las formas de organización de los partidos, pero también, por el ideario político construido por la acumulación de saberes y experiencias anteriores (Moyano, 2009; Vezzetti, 2009). Así, las

circunstancias históricas que ponen a los actores a tomar decisiones respecto de las acciones que deben efectuarse para cumplir con las metas políticas trazadas, tienen consecuencias directas en sus trayectorias vitales. Lo anterior explica que, una vez producido el relato de vida (Bertaux, 2005) no sea posible distinguir en él la separación entre lo político y lo biográfico. Las trayectorias vitales cambiaron y se trazaron en virtud estas circunstancias históricas. Así también, la lucha contra la dictadura redefinirá las viejas identidades e inaugurará nuevos procesos de subjetivación política.

Es por eso que, más allá de los significados que los actores le otorguen al pasado, podemos decir que, desde el presente, la vida no puede narrarse sin hacer referencia a los episodios más significativos de la militancia. Aún cuando esa referencia sea nostálgica e incluso remota, tanto que no logra leerse en los marcos actuales de la experiencia, es una época ineludible (Pollak, 2006) para el que narra y, por cierto, para quien intenta comprender las modificaciones en la trayectoria vital, los quiebres, los procesos de reinvención de la "vida civil" y también, las decisiones de continuar respetando las reglas de un juego político cada vez más restringido. Las militancias en la dictadura, sus prácticas, sus esperanzas y decepciones, marcaron no sólo los acontecimientos históricos más importantes del siglo XX chileno, sino también, dejaron una huella imborrable y directa en las vidas de aquéllos que se comprometieron con la lucha en contra de la dictadura.

2. Características del relato: ¿Cómo los relatos entran en narrativas mayores? 2.1. Tipos de relato

El trabajo con testimonios nos enfrenta a dilemas prácticos que pueden terminar convirtiéndose en problemas epistemológicos más serios: En primer lugar, la situación de entrevista inaugura, lo quiera el investigador o no, una relación de fuerza donde se pone al entrevistado en la difícil situación de armar un relato coherente de un pasado que no le es inmediatamente disponible y, del cual, incluso no es necesariamente conciente. Pero, una vez que el entrevistado logra armar una historia de sí mismo, podemos reconocer un núcleo duro en la manera de contarla (Pollak, 2006): Hay hitos y explicaciones que se repiten. Esto último es muy importante, porque, más allá de los acontecimientos y de las construcciones simbólicas que organizan la reconstrucción del tiempo histórico y, por encima de la intensidad de los recuerdos que se traen a colación, el relato de vida es siempre una historia que se arma sobre la base de una o varias explicaciones del pasado. Dichas explicaciones se hacen desde le presente, permiten darle sentido al pasado y, eventualmente, ayudan a comprender dónde se anclan las expectativas de futuro (Lechner, 2006).

Pero también hay quienes no logran leer su pasado, ni con las categorías, ni con los términos de su vida presente. Hay relatos en los cuales, el pasado y el presente aparecen disociados. Así, las experiencias del pasado remoto aparecen sin filtros del presente, se convierten en tesoros de nostalgia e idealización que no pueden hacerse disponibles si no es con las palabras del pasado.

Otros, en cambio, han logrado "traducir" en el presente los hitos más significativos de la experiencia pasada y han acomodado de manera exitosa dicha experiencia en marcos generales de comprensión de la historia. Es el caso de los testigos conscientes que han logrado "fijar" una explicación del pasado, desde una posición política, ética o existencial que subordina los otros aspectos de la narración. Si bien podemos decir que todos los relatos (integrados o disociados) se hacen desde una determinada posición, hay narraciones que se presentan más cerradas en los marcos interpretativos y, por consiguiente, en sus explicaciones del pasado. En qué medida el presente puede explicar tanto la disociación como la historia coherente es un asunto que intentaremos exponer en este trabajo.

2.2. La textura del relato

Lo que llamamos "textura del relato" lo decimos en el mismo sentido que la tradición textualista, especialmente aquélla expuesta en los trabajos de la lingüística del texto (Alvarez, 2006; Beaugrande & Dressler,1997 ). Obviando todos los ribetes estructuralistas que todavía podríamos encontrar en esta tradición, decimos que, una vez producido el relato, éste se fija en un texto complejo que puede considerarse una trama de tipologías textuales o, si se quiere, una mezcla de géneros literarios: Hay elementos propios del discurso argumentativo (las justificaciones) y otros, típicos de los textos narrativos: La experiencia política tiene peligros, héroes y villanos. Encontramos también una serie de referencias a las construcciones imaginarias de los otros, a sus lenguajes y declaraciones. Por estas razones, podemos decir que el testimonio es un texto polifónico. De ahí la insistencia en hablar de "voces de los 80". Aunque el título de este trabajo parece rendir tributo a la música del grupo de rock chileno Los Prisioneros, en realidad, está haciendo referencia a la multiplicidad de voces que se activan en los relatos, además de las de los actores concretos que comparecen para contar su versión del pasado.

Expuesta la complejidad del texto testimonial nos encontramos en la disyuntiva de optar por una determinada forma de narración para el análisis de los relatos ¿Qué modelo textual adoptar para revisar un corpus tan complejo, que se parece a muchos textos, pero que, en realidad, es un objeto muy diferente que se ha recogido en una situación de entrevista? Pensamos que, a pesar de su compleja textura, el testimonio sigue pareciéndose más a un texto narrativo. Luego, nuestro énfasis en la "historia política", termina de justificar la arbitrariedad de tratar el relato como un gran texto narrativo.

Con un modelo de esta naturaleza, el testimonio adquiere una estructura de análisis como la que sigue:

1. El inicio de la militancia como proceso de conversión: La conciencia política

2. El esclarecimiento de la contienda política en contra de la dictadura

3. El trabajo político en la estructura (partidaria u organizacional): Todos contra el régimen

4. Decisiones y divisiones

5. El desenlace y cierre

6. Desvinculación y reinvención

El relato biográfico estructurado en estos 6 momentos se haría parte de un relato histórico mayor. La participación en la lucha antidictatorial se define como un proceso paulatino de toma de conciencia, de aprendizaje y esclarecimiento del gran objetivo: Sacar a Pinochet del poder.

Actores

Iglesias Partidos Familiares

Iglesias

Familiares

Partidos

Organizaciones

de DD.HH

Sindicatos

Iglesias

Partidos

Familiares

Organizaciones

de DD.HH y

otras.

Sindicatos

Jóvenes

Gremios

profesionales

FPMR

Propósito FIN DICTADURA

Partidos moderados

Dictadura

Coalición electoral

Tiempos o actos

1975-1978

Defensa de la vida

1979-1982

Derechos laborales Constitución

1983-1986

Oposición Masiva

1987-1988 Plebiscito

1989 Clausura

Estrategias

Huelga de Hambre

Encadenamiento

Marchas por el hambre

Protesta Nacional

Lucha armada

Negociación Elecciones

Desmovilización

Figura 1: Esquema narrativo del período político, según aparición de actores

La periodización sirve para reconocer los momentos en que los actores hacen su entrada al gran escenario político de la lucha antidictatorial. Aun cuando una parte importante de estos actores se había instalado con relativo éxito en el espacio político que otorgaba la matriz estatal popular (Garretón, 2001), a través de la reivindicación de dos grandes demandas redistributivas; el salario y las condiciones de vida (Espinoza, 2000), el golpe militar los expulsa eficientemente de la contienda por los recursos y, desde luego, de la lucha por el control del estado. La represión obliga a los actores a reconstituirse en aras de la sobrevivencia: Los partidos pasan a la clandestinidad, mientras que la fisonomía de sus bases sociales se modifica bruscamente. Los diversos colectivos adscritos a la organización partidaria son diezmados, fragmentados y obligados a replegarse a los espacios privados.

Pero, una vez superado el primer impacto de la represión, la lucha por los derechos humanos empieza a ver atisbos de politización. Tal como lo vemos en la figura 1, a esta lucha van a incorporarse activamente actores que tradicionalmente no habían actuado de manera concertada. La iglesia católica y los partidos de izquierda son un buen ejemplo de ello, pero también, partidos que habían sido enemigos originarios en la contienda política (Partido Comunista y Partido Demócrata Cristiano) se ven obligados a coexistir y convivir en las bases sociales. La clandestinidad y la solidaridad con los familiares de los detenidos desaparecidos empiezan a recomponer lentamente el tejido social. Luego, ante los intentos de consolidación institucional de la dictadura y, a propósito de la recesión económica de 1982, se reconstituyen públicamente los viejos actores (Partidos, sindicatos) y empiezan a aparecer nuevos sujetos políticos (Los jóvenes, las mujeres, entre otros).

En su intento de pulverizar lo político, la dictadura iniciaba involuntariamente un nuevo proceso de politización: La proscripción y la represión serían el caldo de cultivo de los enemigos más inéditos al régimen y ayudarían, a la larga, al fortalecimiento y a la recomposición moral de los

viejos y los nuevos actores políticos. La lucha contra el autoritarismo redefine una gama amplia de identidades políticas, las cuales, van a mostrar toda su diversidad en el proceso de movilización social iniciado en 1983.Pero el impacto de las protestas sería más profundo todavía: Las jornadas de protesta nacional abren nuevamente el espacio político y permiten pensar en la factibilidad de derrocar a la dictadura. Así, en la medida que se incorporan nuevos actores a la lucha por la democracia, se multiplican los espacios de acción y, lo que es más importante, se amplia el campo de lo políticamente posible (Pirker, 2008).

Vemos que la periodización permite construir el guión de la lucha, a través de los episodios más álgidos de la historia política de Chile, sin embargo, nos falta un aspecto muy importante para terminar de establecer los nexos entre la historia y la vida, entre lo político y o biográfico. Nos faltan los matices de las voces generacionales.

3. Voces generacionales

La incorporación de las distintas voces nos enfrenta a una importante dificultad metodológica respecto a la manera en que deben exponerse los relatos. Si queremos adentrarnos en profundidad en las biografías políticas, lo esperable es que se expongan caso a caso las trayectorias individuales. Empero, no estamos recogiendo una pura biografía. Lo que intentamos es comprender las formas en que las trayectorias vitales se incorporan en una contienda histórica. Queremos entender los caminos por los cuales las vidas se cruzan con lo político y la manera en que lo político empieza a definir, de ahí para adelante, el curso de esas trayectorias vitales. Por estas razones, hemos optado por una lectura conjunta de los relatos, respetando el esquema temporal y profundizando la manera que los actores vivieron los distintos momentos políticos de la lucha antidictatorial. Es pertinente reiterar que el esquema temporal que organiza las distintas voces, también es producto del testimonio de los actores, pero con algunos ajustes hechos por la autora con el propósito de ordenar la narración.

Aunque los relatos tienden a coincidir en la información del período, notamos una tensión generacional importante en la manera en que estos actores se inscriben en la historia. Como es obvio, los militantes más jóvenes no recuerdan los primeros años de la dictadura porque van a adquirir conciencia política más tarde. Por eso, en la medida que vamos pasando por los distintos momentos de la oposición política al régimen, empezamos a incorporar las voces, intentando leer en conjunto los casos que comparten una misma experiencia generacional. Por la extensión de este trabajo, hacemos sólo la presentación del modelo que recoge la estructura narrativa de la biografía política (Pirker, 2009). Nos encontramos entonces con una narración que, si bien respeta el curso de los acontecimientos contados por los actores, se refiere a tiempos distintos según se trate de la edad de los militantes. Revisemos la propuesta de análisis.

Estructura narrativa Voces

Generación 1 Generación 2

Caso 1 Caso 2 Caso 3 Caso 4 Caso 5

1. El inicio de la militancia como proceso de conversión: La conciencia política

2. El esclarecimiento de la contienda política en contra de la dictadura.

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3. El trabajo político en la estructura (partidaria u organizacional): Todos contra el régimen

4. Decisiones y divisiones

5. El desenlace y cierre

6. Desvinculación y reinvención

Cuadro 1: Modelo de exposición de casos por estructura narrativa

Como ya dijimos, las voces van a apareciendo en la medida que lo requiere la estructura de la narración. Más que un relato cronológico y fiel a la periodización histórica (primero UP, después golpe, etc.), buscamos resaltar las diferencias en la experiencia política de los militantes de las distintas generaciones. La idea es mostrar que las decisiones individuales son precipitadas por la observación del proceso histórico o bien, por el intento de comprensión de estas mismas circunstancias históricas. Los 6 tópicos narrativos nos muestran que las militancias se van moldeando junto con los acontecimientos históricos: A través de un esquema que lee en conjunto lo político y lo biográfico, podemos entender los distintos estados anímicos por los que pasan los militantes en la medida que recorren el período: Mientras que la primera generación está marcada por el optimismo de la UP en el inicio de la militancia y, luego, por el desconcierto de los primeros años de la dictadura, la generación 2, se subjetiva políticamente en la proscripción. Sobre todo en los casos de los jóvenes que no venían de familias militantes y que no habían tenido experiencias políticas previas, la militancia se vive como un proceso de desnaturalización del orden autoritario. Revisemos.

Casos Tema

"El inicio de la militancia como proceso de conversión: La conciencia política "

Generación!

Caso 1 .. .al ingresar a la universidad .. .yo me di cuenta de inmediato de que era muy difícil prescindir de la participación política , porque todo el mundo tenía opinión y participaba muy activamente y era un momento culturalmente muy estimulante para la participación política" "Toda mi generación , yo creo que entró a militar por Allende .. ,era..primero un orador extraordinariamente envolvente , entusiasmante y para los jóvenes en particular era un personaje extraordinariamente estimulante en muchos sentidos". "yo lo he dicho muchas veces , es probablemente desde el punto de vista de la felicidad humana más integral , es el período más feliz de nuestras vidas para muchos de los que pudimos vivir esa generación"

Caso 2

Generación 2

Caso 3 "Yo estudié en el liceo de la Florida y ahí .entre el año ... primero a cuarto medio entre el año 78-82 y allí tuve una primera aproximación como a la lucha política digamos, sin militar (.) íbamos como a unas charlas .a leer el Manifiesto de Marx cosas así a unas casas que quedaban en la zona sur, sin ninguna otra inquietud que comprender el tiempo que estábamos viviendo. "(.) primero se acercó alguien me acuerdo del . partido socialista, después se acercó alguien del MIR , siempre me acuerdo que el cabro del MIR que venía de historia me parece un día .porque nos veíamos en las marchas incipientes , así como en esos siting y habían asambleas para discutir la construcción de un centro de alumnos .yo iba a todas esas asambleas . me acuerdo que el compañero del MIR que se acerco me preguntó si yo estaba militando .yo le dije que no ..que si me interesaba militar .que no sabía , que me caían bien los comunistas le decía yo .entonces ¿tú sabís que los comunistas mataron al Ché Guevara en Bolivia? (...) "te venimos a hablar en nombre de la Jota y queremos saber si te interesa, en fin te pasamos un documento , me pasaron el .el documento de la Rebelión Popular ..Eso tiene que haber sido como en Junio por ahí del 83 y ahí eh ¡nada po! lo empecé a leer y me enteré sobre el famoso vacío histórico" "yo me leí un documento, después tuve una conversación de nuevo con este cabro que me fue a conversar ..que se llamaba .todos le decían Tiuque . . el estaba en cuarto y yo estaba en primero .el se llamaba Juan Gutiérrez y me dice que, de ahora en adelante, tenía que llamarlo Emilio ¡ya po! .entonces yo le digo y porqué tenía que cambiarle el nombre .por un problema de seguridad... en fin.bueno.conversamos sobre el documento que se yo y me invitaron a una reunión de base"

Cuadro 2: El inicio de la militancia como proceso de conversión: La conciencia política. Cuadro de citas

Casos Tema

El trabajo político en la estructura partidaria (u organizacional):Todos contra el régimen

Generación!

Caso 1 "y entonces había un pequeño comité que se ponía de acuerdo en que íbamos bueno: A las 11 de la mañana, Cacerolazo , a las 12 y media , un miting en el centro de la cuidad, entonces en la catedral, Plaza de Armas era todo , a las 4 de la tarde , no sé qué cosa , a las siete, que ya estaba oscureciendo velatón, entonces , hay cosas

simbólicas: el caceroleo era super simbólico , el miting siempre era clave , porque ahí eran detenidos , era re importante que hubiera gente detenida". .. .Entonces en las poblaciones, sin que nadie dijera, porque eso no estaba en ningún instructivo, empezaron a hacer barricadas, las más combativas La Legua , La Victoria .Lo Hermida, qué se yo y ahí hubo más represión , ahí empezaron a haber muertes, porque llegaban estos autos de civil de la CNI, en aquélla época era CNI y empezaron a disparar al cuerpo a las personas...

Caso 2 (...) yo no conocí exactamente cómo fue la organización de pobladores, pero evidentemente, lo que había, era que .lo que yo encontré la primera vez que tomé contacto con el CODEM era un grupo de señoras tejiendo .pero todas eran mujeres así como de cuarenta y más .tejiendo. (...) en el CODEM de Lo Valledor estaba dominado por las señora ligada a la iglesia, que era mayor, pero había varias jóvenes más insurrectas digamos, que habían participado en tomas y cosas así y esa .y esto se combinó con que esto fue formado con esta gente cristiana de base, pero ahí empezó a retornar gente mirista (...)

Generación 2

Caso 3 La ..bueno , al final de ese año .no el 84.. ..hubo una protesta muy importante .el 30 de Octubre . un paro nacional me acuerdo yo. entonces comenzó como una actividad de centros de alumnos .paralelamente, funcionaban los CODE, consejos democráticos de escuela , que eran organismos donde concurrían militantes de izquierda .miristas , socialistas , independientes también y gente de la JOTA y que era por decirlo así .el motor político de los centros de alumnos . empecé a tener una actividad. en la militancia, entonces fui secretario de la base , después .asistí a una instrucción militar, pa aprender a usar.yo no había hecho el servicio militar , pa aprender a usar armamento de fuego. Esa instrucción la hicimos en Conce, por supuesto, todo era clandestino, nos juntábamos en un pueblo perdido en los cerros .se llegaba durante una semana de a uno .yo llegué me acuerdo un viernes , porque yo tenía prueba y cosas y era sábado y domingo y dentro de una casa .funcionaba como si fuera una fiesta de estudiantes universitarios, en la casa .en fin y. luego comenzamos. ahí pasé más como a las estructuras partidarias . como dirigente político militar.

Cuadro 3: El trabajo político en la estructura (partidaria u organizacional): Todos contra el régimen

4. Hallazgos preliminares

Hasta ahora, la propuesta de análisis muestra de manera más o menos clara la tensión generacional en la narración de la experiencia política. Sin embargo, también permite dar cuenta de la complejidad de la organización antidictatorial y de la diversidad de espacios en que se desarrolló la contienda por la democracia.

Seguir la "trayectoria política" de los distintos militantes no sólo ayuda a esclarecer los procesos de subjetivación, sino que también, permite narrar el proceso histórico en toda su riqueza y complejidad. A riesgo de que la polifonía en la narración histórica resulte, por momentos, desafinada, el propósito de este trabajo es precisamente ése; el de poner las voces con todas sus diferencias de tono. De ahí que renunciáramos a organizarlas con categorías sociológicas clásicas como "tipo de actor" o "tipo de militancia". Empero, esta renuncia a las categorías sociológicas convencionales no obedece solamente a la arbitrariedad propia de las decisiones metodológicas: Se optó por un modelo narrativo, porque las categorías anteriores resultaron muy limitadas para dar cuenta de la manera en que los diversos actores aparecen y reaparecen en los distintos espacios de las luchas antidictatoriales.

Al abordar el inicio de la militancia, notamos cómo los llamados sentidos históricos de la acción política son sentidos que van naciendo y transformándose en la historia. Incluso, aquellos militantes que tuvieron una disciplinada formación en las militancias de la U.P y que, por lo tanto, parecían tener todas las explicaciones de la historia, deben enfrentar situaciones de profundo desconcierto e incertidumbre y, a partir de ahí, reconfigurar su golpeada identidad política. Descubren desafíos nuevos con los que van nutriendo sus marcos interpretativos: Las generaciones que conocieron la peor cara del estado se ven obligadas a sacar lecciones de la proscripción y de la clandestinidad. En ese camino, aprenden que la represión siempre puede ser más brutal; que los desaparecidos están muertos; que con un poco de suerte y, con muchas precauciones, se puede y se debe sobrevivir. Ante los "golpes represivos" algunos se retractan de sus ímpetus revolucionarios, otros, resuelven incorporar la lucha armada a la estructura partidaria.

Pero también, la represión y el exilio agregan nuevos temas a la lucha por la democracia. Un buen ejemplo de esta apertura es la incorporación del feminismo en las mujeres del MIR, quiénes, después de la cárcel y la tortura, descubren que su incorporación a la lucha armada no había sido igualitaria. De ahí para adelante, las "compañeras" pelearán por su derecho a hacer la revolución, agregándose a sí mismas como un integrante más del largo listado de los oprimidos.

Las militancias son marcos que permiten interpretar la historia, pero que también definen las diversas "formas de participación" en la lucha antidictatorial. Es por eso que nos interesa mostrar que, a propósito de un mismo momento histórico, se despliegan lógicas diversas de acción colectiva. Las citas expuestas en el cuadro 3 muestran cómo en un mismo período de movilización nacional se desarrollan distintas estrategias de acción: Mientras los líderes intermedios de los distintos partidos políticos redactan los instructivos de las protestas; planifican las marchas en el centro de la cuidad, calculando una cantidad razonable de detenidos, en la periferia, la organización de mujeres se mueve entre la sobrevivencia y las reivindicaciones de género. En otro espacio geográfico, un joven militante de la JJ.CC, se desplaza del espacio universitario para entrenarse en el marco de la Política de Rebelión Popular de Masas.

Pero, a pesar de todas las diferencias, y a la luz de los testimonios ya revisados, el período de movilizaciones evidencia la masividad del malestar, al tiempo que muestra los límites del régimen militar. Las Jornadas de Protesta Nacional instalan la certeza de que "todos juntos" pueden derrocar a Pinochet, hasta que empiezan a enfrentarse las diversas lógicas de acción. Comienzan las disputas por imponer una determinada estrategia de salida a la dictadura: La movilización nacional, la lucha armada y el plebiscito. No obstante, es importante recalcar que, quienes estaban en medio de la contienda política, creían en la posibilidad real de todas estas estrategias. A pesar de las suposiciones de uno u otro sector y de los recelos naturales entre partidos diferentes, hasta el 86, nada estaba definido: Luego, el hallazgo de las armas Carrizal y, finalmente, el fallido atentado a Pinochet marcaron el fracaso de la PRP y avivaron una serie de conflictos y desconfianzas, primero, en torno a una salida popular a la dictadura y, después, respecto a la utilidad de la movilización social para los intereses particulares del Partido Comunista.

Agotadas entonces dos de las más importantes estrategias de salida a la dictadura, quedaba por jugar la última carta de finalización: el plebiscito establecido por la Constitución de 1980. Las incertidumbres sobre las posibilidades de una elección transparente con las reglas del juego de la dictadura y el debate sobre la inscripción en los registros electorales, pondría a los diversos actores a tomar las decisiones más difíciles y polémicas del período: A algunos, los enfrentó a la encrucijada de seguir en la lucha dura, o bien; sumarse a la coalición electoral que llevaría adelante el plebiscito de 1988, ganando en las urnas, aquello que no pudieron conseguir con la movilización. Mientras tanto, los miembros de las cúpulas de los partidos moderados, entrenados en las lógicas de la negociación y del poder, se preparaban para conducir el estado, después de largos años de

ausencia. Otros, los más jóvenes, criados políticamente en la agitación e, ilusionados con derrocar heroicamente a la dictadura, les ganó el desencanto. Abandonaron la militancia política, una vez recuperada la democracia.

Hasta ahora, vemos cómo las trayectorias individuales de los distintos actores permiten reconstruir el proceso histórico. Si bien este trabajo no tiene más pretensiones que presentar un modelo de análisis, podemos esbozar un comentario general respecto de la manera en que se van agotando las estrategias de cambio político y, en consecuencia, los horizontes de lo posible: A la luz de esta primera revisión de los casos, podemos decir que, más allá de los anhelos y deseos más íntimos de los distintos actores y, muy paradójicamente, el proyecto político que resultó de todo el proceso, fue más producto de la división que de la unión de todas las fuerzas antidictatoriales. Esta primera constatación resulta clave para las indagaciones posteriores que nos lleven a desentrañar las lógicas de la exclusión de la democracia chilena.

Luego de las tensiones y desencuentros que marcó la aceptación de la estrategia electoral con las reglas del juego de la dictadura comienzan a producirse los primeros quiebres al interior de los partidos de oposición. Luego del plebiscito de Octubre de 1988 y, en torno a la discusión sobre la manera en que debía enfrentarse el nuevo escenario transicional, las organizaciones políticas que funcionaban bajo el alero de los partidos comienzan a desangrase. El ingreso a la administración del estado y las disputas internas parecen ser las razones más evidentes de esta descomposición, sin embargo, no son las únicas. De ahí la necesidad de profundizar en las razones de la desarticulación y de describir los procesos de desvinculación de las organizaciones políticas.

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Recibido: 12 junio 2010 Aceptado, 22 septiembre 2010

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