La Nueva Guerra de Arauco: la Coordinadora Arauco-Malleco y los nuevos movimientos de resistencia mapuche en el Chile de la Concertación (1997-2009)
Arauco's New War: the Coordinadora Arauco Malleco and the new movements mapuche in Chile, 1997-2009
Fernando Pairicán Padilla Rolando Álvarez Vallejos
Resumen
La hipótesis central de este artículo es que, a partir del año 1997, comenzó una nueva forma de hacer política en el mundo mapuche. Esta representó la continuación de la politización interna de un sector del pueblo mapuche, que se llevó a la práctica utilizando la violencia política como forma de lucha para conquistar las reivindicaciones de sus tierras ancestrales
Palabras clave: Pueblo mapuche, Concertación, Violencia política, Demandas étnicas
Abstract
The central hypothesis of this paper is that, from 1997, began a new way of doing politics in the chilean mapuche world. This represented the continuation of internal politicization of a sector the Mapuche people, wich was using political violence as a form of struggle to conquer the demands of their ancestral lands. Keywords: Mapuche people, Coalition (Concertacion), Political violence, Ethnics claims
Artículo auspiciado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Clacso, Buenos Aires. Chileno, Licenciado en Historia, Universidad de Santiago de Chile, brianmay17@hotmail.com Chileno, Doctor en Historia, académico Universidad de Santiago de Chile, alvarez_rolando@hotmail.com
Introducción
El sistema político chileno de los últimos veinte años, conocido por su imagen moderada, consensual y democrática, no solo significó la continuidad de una parte importante del legado de la dictadura neoliberal de Pinochet, sino que la exclusión social y política de importantes sectores del país. El triunfo de la derecha en la reciente elección presidencial, es reflejo de una sociedad que, despolitización y aceptación pasiva del modelo económico mediante, se cansó de las promesas no cumplidas de la coalición de gobierno. En este artículo examinaremos un caso especialmente dramático de la falta de correlato entre lo prometido y lo obrado por los gobiernos de centro-izquierda en Chile: el conflicto mapuche, principal minoría étnica del país. La falta de voluntad política para avanzar en solucionar sus miserables condiciones de vida, provocada fundamentalmente por la usurpación de sus tierras, dio origen a una singular, novedosa y radical organización mapuche, la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), protagonista central de la lucha del pueblo mapuche por sus derechos durante la primera década del siglo XXI. Esta nueva organización representó una nueva forma de hacer política desde el mundo mapuche, transformando, desde su aparición a fines de los '90, el panorama político tanto para el pueblo mapuche como para el Estado chileno. Afirmamos que la Coordinadora Arauco Malleco, representó un salto cualitativo en la reconstrucción ideológica, política y miliciana de las organizaciones mapuches. Este salto cualitativo, a su vez, se apoyó en la percepción por parte de las comunidades indígenas, respecto al agotamiento de una determinada forma de relación con el Estado y la sociedad chilena, basada en el peticionismo y la negociación.
Planteamos que a partir del año 1997 comenzó una nueva forma de hacer política en el mundo mapuche. Esta representó la continuación de la politización interna de un sector del pueblo mapuche, que se llevó a la práctica utilizando la violencia política como forma de lucha para conquistar las reivindicaciones de sus tierras ancestrales. De esta manera, desde fines de los noventa y durante toda la primera década del siglo XXI, la sociedad chilena conoció una inédita forma de lucha de los mapuches: quema de camiones forestales, casas de latifundistas, cabañas de turismo, "toma" de tierras, quema de plantaciones forestales, enfrentamientos con fuerzas policiales, etc. El pueblo mapuche se ponía nuevamente de pie.
Por medio del examen de la trayectoria de la Coordinadora Arauco-Malleco, pretendemos mostrar la cara oculta del supuesto "modelo chileno", que a pesar de sus publicistas nacionales e internacionales, está plagado de inconsistencias sociales, democráticas y éticas. El conflicto mapuche es tal vez uno de los mejores ejemplos de esto.
Transición democrática y protesta social. Chile 1990-2010
Desde 1990, una vez terminada la dictadura militar encabezada por el general Augusto Pinochet e iniciada la llamada "transición democrática" chilena, liderada por la coalición de centro-izquierda llamada Concertación de Partidos por la Democracia, el proceso político chileno se desarrolló entre dos almas opuestas. Por un lado, quienes alabaron el llamado "modelo chileno", como caso ejemplar de paso de dictadura a democracia, de la mano de crecimiento económico y estabilidad política. Era la "democracia de los acuerdos" entre oposición y gobierno, como supuesto ejemplo de la virtudes cívicas del pueblo chileno. Aunque con matices, el propio gobierno y la oposición de derecha se identificaron con esta postura, que en la práctica, significó consensuar y naturalizar el modelo neoliberal y la sociedad de consumo en Chile. Por otra parte, otro sector se hizo crítico al "modelo", enfatizando las altas dosis de continuidad con la dictadura militar: similar política económica (neoliberal), permanencia de la institucionalidad antidemocrática (simbolizada por la presencia del propio ex dictador como Comandante en Jefe del ejército hasta 1998) y ausencia de justicia en los casos de violaciones a los derechos humanos. En este contexto, las organizaciones sociales tuvieron una reducida importancia política durante la primera década de la "transición". Algunas movilizaciones de empleados públicos, trabajadores de la salud y profesores, agitaron las tranquilas aguas de la "pax neoliberal" pactada entre los gobiernos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei y la derecha chilena. Solo los estudiantes universitarios en 1997 lograron una mayor presencia, en base a masivas y prolongadas paralizaciones estudiantiles, pero cuyos efectos no tuvieron mayores proyecciones1.
Con la detención de Pinochet en Londres en 1998 y el triunfo del socialista Ricardo Lagos Escobar el año 2000, se estimó que la "transición" chilena enmendaría camino, profundizando la democracia, la justicia social, junto con avances sustantivos en la lacerante herida de los derechos humanos, reabierta luego de la vergonzosa detención de Pinochet. Sin embargo, como ha sido señalado, la administración Lagos privilegió sus relaciones con el mundo empresarial y nuevamente dejando pendiente la agenda social2. Su sucesora, la médico socialista Michelle Bachelet, imprimió un carácter social a su administración, aunque sin desligarse por completo de las políticas económicas de corte liberal.
En este marco, los movimientos sociales jugaron un papel más protagónico que en la década pasada. El movimiento sindical logró recomponerse en base a que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la principal organización de trabajadores del país, definió una política independiente de los gobiernos de turno y se decidió por un sindicalismo "político-social", declaradamente anti-neoliberal. De esta manera, durante el ciclo 20062008, los temas laborales fueron protagonistas de la agenda pública del país, en el contexto de masivas huelgas de los trabajadores sub-contratados del cobre, de las empresas
1 Son escasas las investigaciones sobre estas materias. Al respecto, aún está vigente el trabajo de Paul Drake e Iván Jaksic (ed.), El modelo chileno. (Lom: 1998).
2 Hugo Fazio et al, Gobierno de Lagos: balance crítico. (Lom: 2005) y Marcel Claude, El retorno del Fausto. Ricardo Lagos y la concentración del poder económico. (Ediciones Política y Utopía: 2006).
forestales, de la fruta y de la salmonicultura, todos ligados al sector primario-exportador fomentado por el modelo neoliberal. En este ciclo, por primera vez se logró romper la legalidad laboral -creada por la dictadura- anotándose los trabajadores del cobre y forestales sonados triunfos sobre sus empleadores (el propio Estado y un gran empresario chileno) Además, se realizaron algunas reformas a las leyes del trabajo que mejoraron en parte la abusiva relación entre el capital y el trabajo existente en el país3.
Apenas iniciado el gobierno de Bachelet, en 2006, el movimiento estudiantil de la enseñanza media dio inicio a la más mediática de las protestas sociales de los últimos 20 años en Chile. Desconocidos jóvenes escolares, desafiaron a la autoridad de gobierno solicitando inicialmente demandas netamente gremiales. Sin embargo, el movimiento -que duró casi dos meses- terminó por exigir la eliminación de la ley que regía el sistema educacional chileno, creada por la dictadura militar, que consagraba los principios neoliberales en el sistema de educación pública en Chile. A pesar del revuelo creado, el movimiento tuvo éxito básicamente en lograr sus demandas gremiales. La ley educacional de la dictadura fue modificada solo en parte un año después, pero en términos muy lejanos a los solicitados en los días de las masivas movilizaciones liceanas en el centro de la capital del país. Con todo, la movilización de los estudiantes secundarios demostró que en Chile era posible que un movimiento social impusiera una agenda de discusión política y que producto de la movilización social, el gobierno y el parlamento tuvieran que pronunciarse. En ese sentido, la llamada "revolución pingüina", tal vez magnificada su importancia en su momento, si dejó como principal legado una fisura en el consenso neoliberal de la clase política chilena. Producida en el mismo tiempo político que las movilizaciones obreras más arriba reseñadas, ambas permiten afirmar que durante el segundo lustro de la década del 2000, se produjo una importante recomposición de las organizaciones sociales-populares en Chile. Sin embargo, estuvieron lejos aún de lograr una protesta coordinada y de romper la "pax neoliberal".
En este contexto, el mapuche fue el único movimiento que con altos y bajos, logró un sostenido protagonismo social y político durante la primera década del siglo XXI. Conflicto que hunde sus raíces, al igual que en otros países latinoamericanos, en procesos estructurales de larga data, es posible afirmar que con el inicio del nuevo siglo, las luchas del pueblo mapuche adquirieron un nuevo perfil y un impensando protagonismo. Parte importante de esto se relacionó con el nacimiento y desarrollo de la Coordinadora Arauco-Malleco, el nuevo dolor de cabeza del Estado, la clase política y el gran empresariado nacional y transnacional en Chile.
3 Ver Antonio Aravena y Daniel Núñez (ed.), El renacer de la huelga obrera en Chile. El movimiento sindical en la primera década del siglo XXI. (Ediciones ICAL: 2009).
El impulso de la subjetividad, la transición hacia un nuevo escenario sociopolítico y el primer ascenso de la Coordinadora Arauco Malleco (1997-
1999)4.
Los orígenes de la CAM se relacionaron a una serie de factores políticos y estructurales presentes en la sociedad chilena como en el resto del mundo. Desde el punto de vista del desarrollo del modelo neoliberal implementado en Chile durante la dictadura del general Pinochet, una de sus actividades "estrella" fue la explotación de la celulosa. De esta manera, gran porcentaje de los futuros militantes de la CAM maduraron durante la misma generación que los pinos radiata y eucaliptus (20 a 25 años de maduración) sembrados por las empresas forestales durante la década de los ochenta. Es decir, los futuros integrantes de la CAM fueron jóvenes de comunidades que se fueron criando junto con esta actividad económica, sufriendo sus devastadoras consecuencias sobre las comunidades en que vivían. Por lo tanto, sus inquietudes políticas nacieron en la búsqueda de soluciones concretas a los problemas que afectaban al mundo mapuche (despojo de tierra, sequías, contaminación de las aguas, etc.) en los noventa. Además, fue una generación de mapuches en rebeldía con sus propios antepasados políticos cercanos, ante la cooptación de dirigentes que generó el nacimiento de CONADI, dejando de lado las reivindicaciones de su pueblo para dedicarse a lo que ellos consideraban como la mera administración de este organismo gubernamental5.
Al mismo tiempo, se continuó con un proceso de politización interna de las organizaciones mapuches, que tuvieron su primer esbozo con Ad-Mapu y profundizado con el Consejo de Todas las Tierras, además de un avance teórico como lo fueron los conceptos de "autonomía", "autodeterminación", "pueblo" y "Nación"6. Estos planteamientos fueron
4 Un desarrollo extenso de este apartado, en Fernando Pairicán Padilla, "La Nueva Guerra de Arauco, la Coordinadora Arauco Malleco en el Chile de la Concertación (1997-2002)", Tomo I. Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia Universidad de Santiago de Chile, 2009.
5 La Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) fue la cristalización de la Ley 19.253 de 1993, basado en el acuerdo realizado entre el Gobierno de Patricio Aylwin y las organizaciones mapuches en el proceso de transición a la democracia. Dicha instancia sería el interlocutor entre los indígenas y las administraciones chilenas. Sin embargo, en los sucesivos gobiernos de la Concertación, dicho organismo fue quedando paulatinamente desplazado en su proyección original, perdiendo legitimidad ante las organizaciones Mapuche. Afectó su imagen ante las organizaciones indígenas especialmente su pobre desempeño en el conflicto generado en 1997 por la construcción de la represa hidroeléctrica Ralco, en la VIII región del país, que inundó para siempre territorios mapuche. Sobre este contexto ver José Marimán, "Movimiento Mapuche. Transición Democrática en Chile (1989-1993) ¿nuevo ciclo reivindicativo mapuche?", tesis para optar al título de Profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica. Facultad de Humanidades, Universidad de la Frontera, Temuco- Chile. Diciembre 1993.
6 Desde 1985 el pueblo mapuche ha tenido un variado abanico de organizaciones. En dicho año nació desde Centros Culturales Mapuche, la organización Ad-Mapu, con integrantes de los Partidos Comunistas, Socialista, MIR y democratacristianos, más militancia autónoma. Surgía ante la necesidad de resistir al intentó de exterminio legal del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990), amparado en la ley Decreto-Ley 2568, el que disolvía las comunidades indígenas y sus particularidades. En 1989, ante la coyuntura del plebiscito y los cuestionamientos de la salida pactada a la dictadura, Ad-Mapu tiene un quiebre en su interior, que dio origen al Consejo de Todas las Tierras, organización clave para comprender el conflicto mapuche. Se convirtió en la catalizadora de la conflictividad en la primera mitad de la década de los 90', siendo desplazada por el nacimiento de CAM a fines de 1998. Durante dicho año, nació la Identidad Territorial Lafkenche, en la
recogidos por la juventud indígena de mitad de los 80' y profundizados a partir de la década de los 90', agregando nuevos contenidos epistemológicos como "Entidad", "Independencia" y "Liberación Nacional". Lo que se explica a su vez, por la convergencia con mapuches provenientes de militancias desde las distintas vertientes de la izquierda chilena. Un papel importante también jugó el plano internacional. Las noticias sobre las reivindicaciones nacionalistas y territoriales en Chechenia, Bosnia, Kurdistán, Palestina, Euskadi, unido al ascenso del movimiento indígena en México, Bolivia y Ecuador, fueron seguidas por las nuevas camadas de militantes mapuches. Finalmente, la coyuntura nacional fue decisiva. La protesta en 1992 ante la conmemoración del Quinto Centenario de la conquista española, la construcción de la represa hidroeléctrica Ralco, en fin, la decepción con gobiernos democráticos que hacían oídos sordos de la causa mapuche, terminaron por radicalizar a viejos y nuevos activistas mapuche.
De esta manera, la nueva generación mapuche reinterpretó su pasado, retomando lo que estimaron como legado de sus antiguos héroes, como Leftrarü, Callfolican, Pelantarü, Lientur, Mañin Wenü, Kilapan7 Se idealizó un pasado de libertad, esplendor económico y desarrollo comunitario, bañado en la cosmovisión de su pueblo. Fue así como se generaron las condiciones para legitimar nuevas formas de lucha contra lo que se consideraba la opresión del Estado chileno luego de la Ocupación de La Araucanía8, que los forzó a vivir en la pobreza, legitimó el despojo territorial, los calificó de indios y borrachos. Por ende, el resurgimiento del Weichafe, el guerrero mapuche que libró las batallas de la libertad en el pasado heroico, cristalizó en la nueva generación de militantes mapuche de la CAM. Con el renacer del Weichafe, la legitimidad de la violencia política histórica en la lucha contra la dominación de antaño, se recuperó ahora para ser aplicada bajo el nuevo contexto sociopolítico de fines del siglo XX y principios del XXI.
En 1996 surgió el primer esbozo de la futura Coordinadora Arauco-Malleco, al crearse la Coordinadora Territorial Lafquenche (CTL), la que se dividió a mediados de 1998 por desacuerdos en su interior sobre la utilización o no de la violencia política como forma de lucha. De este desprendimiento emergería la Identidad Territorial Lafkenche, liderada por Adolfo Millabur9
comuna de Tirúa. Con el ascenso del Movimiento Político Mapuche, alcanzaron a tener notoriedad dos organizaciones más, Asociación Ñancucheo de Lumaco y Ayllarewe Truf-Truf. Por último, durante el año 2009, sólo dos organizaciones mantienen notoriedad en el escenario político chileno: la CAM y la Alianza Territorial, un nuevo referente surgido luego de la muerte a manos de la policía del comunero Jaime Mendoza Collío.
7 Sobre estos personajes, ver por ejemplo José Bengoa, Historia del Pueblo Mapuche. Siglos XIX-XX. (Lom, 2000).
8 El Estado de Chile llama a este período como la "Pacificación de La Araucanía". Dicho proceso comenzó en 1861 y su objetivo fue dominar los territorios independientes Mapuche. Hasta 1883, cuando los Mapuche fueron derrotados, se dieron distintos focos de resistencia. Para mayor comprensión ver Bengoa, ibid.; Jorge Pinto, De la inclusión a la exclusión. La formación del estado, la nación y el pueblo mapuche. (Universidad de Santiago: 2000) y Roelf Foerster, "¿Pactos de sumisión o actos de rebelión? Una aproximación histórica y antropológica a los mapuches de la costa de Arauco, Chile". Tesis para optar al grado de Doctor en Antropología, Universidad de Chile. 2006.
9 Weftun: antecedentes generales. Número 1, año 1, noviembre 2001. p 3
La idea original según Héctor Llaitul, uno de los fundadores de la CAM, era la "de crear un referente con dos posturas, una que fuera netamente de las comunidades y otro que esperábamos que involucrara al movimiento mapuche que se estaba fortaleciendo, con el Consejo de Todas las Tierras, la Coordinadora Mapuche Metropolitana, entre otras. Entonces lo que nosotros queríamos era una coordinación Mapuche, lo mas amplia posible bajo la base de la resistencia y la lucha mapuche". La primera postura explotó el 1° de diciembre de 1997, cuando en la zona de Lumaco, tres camiones de la empresa Forestal Arauco fueron interceptados por comuneros que luego serían conocidos como integrantes de la CAM. Estos detuvieron los vehículos y premunidos de hachas "reventaron los neumáticos con golpes precisos", en tanto otros irrumpieron en las cabinas de los choferes "atacándolos con palos e instándolos a huir a punta de escopeta, después de golpearlos y dejarlos con contusiones serias en la cabeza y el cuerpo". Una vez consumada la acción, los desconocidos arrojaron bencina sobre las tres máquinas, provocando un incendio "que consumió a dos de ellas en cosa de minutos".10
Dicha acción creó una nueva subjetividad en la militancia mapuche, modificando su forma de hacer política. Esta transformación generó una transición hacia un nuevo escenario político, puesto que las comunidades se radicalizaron en la idea de recuperar las tierras, simpatizando con las formas más radicales de lucha. Según "Antonio", activista mapuche, la quema de los camiones de Lumaco fue un cambio en su vida, pues ese momento lo hizo adherir a la causa mapuche: "a los pocos días me encontré con un 'peñi' [amigo] y le pregunté '¿esta cuestión fueron los mapuche o no?', 'si poh' se sabe que fueron los mapuches' -me contestó- 'ya poh' le dije, 'si son los mapuches entonces me voy a involucrar en eso'"11. Otro testimonio del impacto causado en la subjetividad de los futuros CAM es el de "Antülaf': "cuando aparecieron las primeras acciones de la Coordinadora más o menos como en el 98', yo estaba en el aeropuerto trabajando me acuerdo, y ahí me gustó esa forma, porque...[pensaba] que era la única para que el winka12 entendiera.. .no había otra".13
Para Héctor Llaitul, "la idea era que las comunidades despertaran pero lo hicieran sobre una realidad concreta, más allá de reivindicar tierras y aguas. Que se despertaran para hacer defensa territorial. Resolver una demanda puntual pero con una visión más amplia, que fuera lucha concreta frente al capitalismo". Así, los pasos implementados fueron "desarrollar comunidades en conflicto; luego, articular esas comunidades y después crear un referente que las representara. El cuarto paso fue hacer una correlación de fuerzas que
10 El Diario Austral: "¡Son Terroristas! Estrategia subversiva en Lumaco " 03/12/1997. A9.
11 Escuchando a "Antonio", miembro de la Dirección Política de la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco. 04/04/2008. En algún rincón de Wallmapu (territorio mapuche). Algunos nombres han sido puesto con seudónimo, producto de estar en clandestinidad.
12 La palabra Winka, ha tenido distintos significados, el más aceptado es para referirse a alguien externo al Pueblo Mapuche, a un extranjero. En este caso se refiere a alguien de procedencia chilena.
13 Escuchando a "Antülaf', miembro de la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco. 01/06/2008. Este miembro se encuentra en la Clandestinidad.
generara representación"14. Este gatillador subjetivo, impulsó la radicalización del panorama político del mundo mapuche. Bajo esta nueva forma de hacer política emergió a finales del año 1998 el referente político denominado Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco, luego de prolongadas y continuas recuperaciones territoriales.
De acuerdo al diagnóstico de la CAM, el sistema capitalista era el principal culpable del retroceso económico, cultural y político del pueblo mapuche. El capital, al instalarse en lo que antiguamente era el territorio histórico indígena, fue arrebatando poco en poco las tierras, las secó y contaminó. Cuestión similar ocurrió con las aguas, a causa principalmente de la instalación de empresas forestales durante la dictadura militar y, bajo la recuperada democracia, por el avance de las construcciones hidroeléctricas en las zonas de Alto Bío-Bío y Panguipulli, en el sur del país. Por este motivo, la CAM estimó que el pueblo mapuche estaba en un proceso de exterminio y que la única manera de resistir el extermino, era otorgándole un carácter anti-capitalista a la resistencia mapuche. Ello generaría una politización en los indígenas, que irían saliendo de la oscuridad social y política al que fueron obligados a sumergirse, iniciando la reconstrucción del "ser mapuche" y del mundo que los constituía como tal.
La Coordinadora convirtió este análisis en un programa político. Para esta organización, el pueblo mapuche fue colonizado durante la "Ocupación de La Araucanía", principalmente a causa de la expansión del capital hacia los territorios indígenas. Desde esa condición tendrían que edificar una primera etapa de acumulación de fuerza para comenzar un proceso de Liberación Nacional. Dicha acumulación de fuerza, se realizaría en tres facetas. Primero, en la resistencia al capital, es decir, las acciones de sabotaje a empresas forestales, turísticas, hidroeléctricas y latifundistas apostados en territorio mapuche. Segundo, en la reconstrucción sociocultural (nguillatunes, rogativas, medicina natural, etc.), unido con la reconstrucción del mismo "ser mapuche", que se expresará en el Weichafe (guerrero). Finalmente, en los aspectos políticos, lograr generar un Movimiento Político Mapuche Autónomo y cimentar las primeras expresiones ideológicas del pueblo mapuche en post de la Liberación Nacional.
La expresión más acabada de lo anterior, fue lo que denominaron el Control Territorial. Este consistía en llegar a un predio, derribar las plantas forestales (eucaliptos y pino insigne para la construcción celulosa) o quemar casas, bodegas y cosechas de algún latifundista. Luego sembrar papas, tomates, trigo, etc., actividad que denominaron Siembra Productiva. Lo anterior apuntaría fundamentalmente a realizar los primeros eslabones de la Autonomía política, que se complementaba con el derecho a la autodefensa del terreno en disputa. Este paso de la recuperación de tierra a la recuperación del territorio, era el avance cuantitativo y cualitativo que fortificaría la autodeterminación del pueblo mapuche e iniciaría la
14 The Clinic: "Llaitul. El mapuche más temido por las forestales". Año 9, N° 253, jueves 31 de julio de 2008. p 10.
construcción de una segunda fase de una primera etapa por la Liberación Nacional Mapuche15.
Con el nacimiento de la CAM, comenzó también a brotar un nuevo tipo de militante político, el "mapuchista", englobado en lo que se ha denominado el mito del weichafe16. Héctor Llaitul lo caracteriza como "un cuadro político" de 'los nuevos tiempos', el que en sí mismo es una suerte de "portador" de un "cambio, social, moral, político.". Agrega, "un Weichafe es de una alta connotación y entrega"17. Mientras que para "Marcelo", el Weichafe antiguamente era "un luchador que se caracterizaba por tener las cualidades de valentía, se caracterizaba por esa consecuencia, humildad de hasta decir 'yo doy mi vida para que el mapuche, mi gente mapuche, pueda vivir bien, vivir bien'. Entonces el Weichafe es el que está ahí en la lucha misma, el que va y se enfrenta al enemigo, sin importarle la condición que esté, está ahí, su valentía, su coraje, su lealtad a su mismo pensamiento. De nunca titubear en lo que va hacer, toma la decisión y lo hace, pero cuando se toma la decisión de hacer algo, buscará la forma de cómo hacerlo, pero nunca va a decir 'no se cómo hacerlo' porque sería un cobarde. Eso es un Weichafe". Esto se ve complementado por una "mística" militante propia. Como señala Llaitul, "es la aparición, el retorno de los guerreros".18
Por lo tanto, esta nueva forma de hacer política, en su teoría y praxis se vio acompañada de esta mística, que señalaba en la forma en que "debía ser" un mapuche. Este principio se fundamentaba en la convicción de querer transformar la desestructuración del mundo mapuche provocada por la imposición del capitalismo, tanto en lo referido a la destrucción física de sus territorios, como a la forma de vida de los hombres y mujeres "de la tierra". Como ha sido señalado, los miembros de la Coordinadora se hicieron prontamente conocidos por "sus planteamientos semejantes a los desaparecidos Panteras Negras de Estados Unidos: no consumir elementos contaminantes o intoxicantes (como drogas o alcohol), volver a la religión original y, en definitiva, abjurar del sistema político en que se hallaban insertos, un sistema dominador, xenófobo y que les arrebató sus tierras".19 Desde la CAM se impulsó una serie de elementos que bien se podrían denominar los "principios" de los militantes: hacer deporte, no consumir alcohol ni drogas, aumentar el trabajo y el estudio. Sumado a ello, una presencia física, pelo corto, andar con la ropa limpia y dentro de la realidad de cada comunero "andar bien vestido". Además una alimentación con calorías e ingredientes nutritivos para un buen desarrollo del cuerpo. Todo esto apuntado hacia el compromiso que el militante debía ir tomando hacia la organización y "su pueblo" en post de la Liberación Nacional, es decir la reconstrucción del pueblo mapuche. Todo lo anterior puede ser sintetizado en el concepto de "disciplina". Una disciplina militante, de
15 Para mayor profundización en el aspecto programático de esta organización, ver el artículo de la Coordinadora Arauco Malleco "Planteamiento Político-Estratégico de la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco". Marzo del 2000.
16 Sergio Salinas, "Construcción identitaria en el conflicto Mapuche: ¿reencuentro con el mito del Weichafe", en Conflictos de identidades y política internacional. (Editores RIL: 2005).
17 Escuchando a Héctor Llaitul.
18 The Clinic: "Llaitul. El mapuche...
19 La Huella: "La Nueva guerra de los mapuches". N° 8 abril 2002. 3.
Nación, es decir, una disciplina de vida, por lo tanto del "deber ser" del integrante de la CAM.
Durante el año 1998 cuatro comunidades fueron preparando el camino para el primer ascenso de la CAM y del Movimiento Político Mapuche en 1999, lo que la derecha chilena llegó a denominar "nuestro pequeño Chiapas".20 Paulatinamente, fueron desapareciendo las "recuperaciones simbólicas" impulsadas por el Consejo de Todas las Tierras, para dar luz a las recuperaciones efectivas de éstas. Aunque durante dicho año no se realizaron hechos de violencia política de alta connotación, las recuperaciones de tierras fueron la tónica. Este cambio cualitativo no solo se puede observar en el cambio de los mismo mapuches que decidieron afrontar "cuerpo a cuerpo" a los guardias y policías, sino también en la utilización de wexuwes, wiños (chuecas) y también armas hechizas, lo cual marcó una nueva forma de hacer política y también la disposición de enfrentamiento de parte de los mapuches.
Aunque la derecha alarmó sobre una supuesta "insurrección indígena", lo cierto es que la construcción política de los mapuches no presentaba aún la fuerza suficiente para crear tamaña hazaña, a pesar que las "corridas de cerco" y las disputas por tierras se propagaron por las regiones del Bío-Bío (VIII), La Araucanía (IX) y Los Lagos (X). Lo que si es cierto, es que la reconfiguración del mapa político para este pueblo cambió en 1999, tanto por las crecientes manifestaciones de protesta indígena, como por el desarrollo teórico-político y por la consolidación de las organizaciones que movieron los motores del Movimiento Político Mapuche. En la vereda opuesta, el Estado de Chile tuvo que dar respuesta a esta nueva dinámica más radicalizada en su accionar como en sus planteamientos. Esta respuesta siguió dos caminos, la social y fundamentalmente la represiva.
El principal logro de la CAM durante 1999 fue generar un nuevo sentido común ante el resto de organizaciones mapuches, a saber, que lo políticamente correcto era tomar parte del conflicto mapuche con formas radicales de lucha. Esto se tradujo en que el Consejo de Todas las Tierras, Identidad Territorial Lafquenche y la Asociación Ñancucheo de Lumaco, comenzaran sus propias campañas de movilización, lo que fortaleció el Movimiento Político Mapuche en todo su sentido, extendiendo las movilizaciones en distintas zonas del territorio reclamado por estas. Por ende, el contexto creado por la CAM en 1997 con la quema de los camiones, su posterior transición en 1998 y la primera etapa de consolidación y ascenso que se dio inicio en 1999, fue la base de la nueva forma de hacer política mapuche.
Pero este mismo ascenso, atrajo el despliegue represivo en las zonas en conflictos. Desde el patrullaje por guardias privados, de miembros del Comité de Defensa de los Predios y de los mismos Carabineros de Chile, que prestaron seguridad al interior de los fundos forestales, gracias a la creación de campamentos móviles y fijos con policías en permanente
20 El Mercurio: "Nuestro pequeño Chipas. 1999: el año de la rebelión Mapuche ". Cuerpo D. 28/02/1999.
rotación. Pero como veremos, "la militarización del territorio mapuche"21 como lo denominó la CAM fue la respuesta ante el ascenso y expansión de esta misma. Junto a la Coordinadora, el Consejo y la Identidad también colaboraron al fortalecimiento del MPM. La alianza entre estas organizaciones fue frágil y muchas veces sus diferencias terminaron en abiertas discrepancias y descalificaciones de uno u otro bando. Sin embargo, lo concreto es que la Coordinadora radicalizó el panorama político de las organizaciones mapuche, haciéndolas girar "hacia la izquierda", poniendo como centro de gravedad la conflictividad y la lucha radical antes que la negociación.
De comunero a Weichafe. El salto cualitativo de la CAM, su segundo ascenso y el paso a la clandestinidad. (2000-2002)22
Para comienzos de la administración de Ricardo Lagos y del tercer período de gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia, la atmósfera de las relaciones entre el Estado y las organizaciones mapuches era negativa. Como alguien lo señaló, "la administración Frei (1994-2000) había dejado en claro que los derechos de los pueblos indígenas estaban supeditados al desarrollo productivo vinculado a la economía mundial"23. Sin embargo, gracias a su pragmatismo, Lagos logró atraer a un sector del MPM, haciendo descender durante el año 2000 la conflictividad mapuche y aislar a la CAM de las otras organizaciones. Como se ha dicho, el método empleado por la administración del Presidente Lagos, puede ser resumido en la política de la "zanahoria y garrote". "Mientras la primera de estas políticas fue impulsada por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena y el programa Orígenes, ambos dependientes de MIDEPLAN; la segunda, en cambio, estuvo a cargo del Ministerio del Interior".24
En el primer caso, Lagos prometió que efectuaría una ampliación y perfeccionamiento de la ley 19.253, una reforma en la Constitución Política para dar cabida y reconocimiento en ella a los pueblos indígenas, la ratificación del Convenio 169 de la OIT, y la incorporación de 150.000 nuevas hectáreas de tierras al patrimonio indigenista. Lo anterior se concretó a través de la conformación de un "Grupo de Trabajo" sobre los pueblos indígenas, invitando a distintos sectores del movimiento indígena y de la ciudadanía con la perspectiva de generar una nueva política en la materia. Cuatro meses después, esto se tradujo en el anuncio de la creación de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato, una de las principales peticiones impulsadas desde una organización integrante del Movimiento
21 Buendía, Mauricio: "La militarización del territorio mapuche", en La lucha del Pueblo Mapuche. selección de 10 años de artículos revista Punto Final. (ILWEN Ediciones: 2006). P 211.
22 Un desarrollo extenso de este apartado, en Fernando Pairicán Padilla, "La Nueva Guerra de Arauco, la Coordinadora Arauco Malleco en el Chile de la Concertación (1997-2002)", Tomo II. Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, Universidad de Santiago de Chile, 2009.
23 Nancy Yáñez y José Aylwin (Ed.), El Gobierno de Lagos, los pueblos indígenas y el "nuevo trato". (Ediciones LOM: 2007). P. 19.
24 Ibíd. P 25.
Político Mapuche. Con ello, hábilmente, Ricardo Lagos cooptó a la Identidad Territorial Lafquenche, alejándola de las posturas más confrontacionales25.
La Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato hacia los Pueblos Indígenas, debía "informar acerca de la historia de la relación que ha existido entre los pueblos indígenas y el Estado, y sugerir propuestas y recomendaciones para una nueva política de Estado que permitiera avanzar hacia un Nuevo Trato entre el estado, los pueblos indígenas y la sociedad chilena toda" . Tras casi tres años de trabajo, en donde no participaron todas las organizaciones mapuche debido a que muchas de ellas se restaron de participar producto de problemas de forma y fondo en el desarrollo de su trabajo,27 el día 28 de octubre de 2003 la Comisión de Verdad Histórica dio a conocer su informe final. En lo central, su contenido significó para el pueblo mapuche el reconocimiento de una historia de frustraciones y desarraigos. Sin embargo, no se pronunció sobre las complejidades del conflicto mapuche actual.
Entre las recomendaciones que propuso la Comisión al Gobierno de Chile, estuvieron que el Estado rectificase del trato dado históricamente a los indígenas y que éste se basara en "el respeto, la equidad, el mutuo reconocimiento, la justicia y la dignidad de todos sus miembros"28 Asimismo, recomendó modificar la Constitución Política del Estado, para que incluyese en uno de sus artículos "la existencia de los pueblos indígenas.. , reconozca que poseen culturas e identidades propias....respete la autonomía de sus miembros; y en consonancia con dicha declaración, reconozca y garantice el ejercicio de un conjunto de derechos colectivos a favor de los pueblos indígenas."29 Entre los derechos aconsejados se encontraban los políticos, incluyendo la elección de representantes en el Congreso y la creación de instituciones propias, además de derechos culturales y territoriales.
Casi un mes después de haberse dado a conocer el Informe de la Comisión, en ceremonia efectuada en el Palacio presidencial, Naciones Unidas, representado por su relator especial Rodolfo Stavenhagen, dio cuenta en un informe final de los múltiples problemas que afectaban los derechos del pueblo mapuche, constatando asimismo de "la estrecha correlación entre pobreza e identidad indígena"30 Entre los aspectos identificados por el informe de Naciones Unidas se encontraba el problema de la propiedad y el de los grandes
25 También participaron activamente en esta comisión Aucán Huilcamán por el Consejo de Todas las Tierras, y Alfonso Reimán por la Asociación Comunal Ñancucheo de Lumaco, las otras dos organizaciones que fueron los motores de las movilizaciones durante 1999. Con ello, la CAM quedó sola o aislada en su objetivo de crear un Movimiento Mapuche Autónomo.
26 Documento de Trabajo: Comisión de Verdad histórica y Nuevo Trato hacia los Pueblos Indígenas. http://biblioteca. serindigena. org/
27 Alfredo Seguel, "Crónicas de desencuentros: Gobierno de Ricardo lagos versus Movimiento Social Mapuche" en Yáñez y Aylwin, (Ed.), op.cit.p. 130
28 Documento de Trabajo: Comisión de Verdad histórica y Nuevo Trato hacia los Pueblos Indígenas. http://biblioteca.serindigena.org/
29 Ídem
30 Rodolfo Stavenhagen, (Relator especial ONU) "Informe del Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas", Misión a Chile, naciones Unidas, Consejo Económico Social, E/CN.4/2004/80/add.3, 2003 p. 19.
proyectos de desarrollo como lo son las hidroeléctricas y las construcciones camineras. Stavenhagen también llamó la atención sobre el tratamiento judicial dado a las acciones de presión de los mapuches para recuperar sus tierras, así como también de la violencia física y verbal ejercida por el contingente policial presente al interior de sus comunidades31. Asimismo rechazó la aplicación de las leyes especiales, como la ley de seguridad Interior del Estado (N° 12927) y la ley por Conductas Terrorista (N°18314), "sobre las legítimas actividades de protesta o demanda social de las organizaciones y comunidades indígenas"32
El gobierno de Ricardo Lagos retóricamente acogió las recomendaciones expuestas, tanto la de la Comisión como la de Naciones Unidas, sin embargo en la práctica, como ya lo mencionamos, se hizo muy poco. Consecuente con su política de apertura económica, siguió respaldando proyectos de inversión en el territorio mapuche y no se reconoció en el Parlamento la calidad de "pueblo" para las comunidades indígenas. De este modo, este gobierno mantuvo una política dual y contradictoria hacia los pueblos indígenas hasta el final de su mandato.33 Aunque en lo que respecta de la política sectorial cabe destacar el fortalecimiento del Fondo de Tierras y Aguas Indígenas como la creación del programa Orígenes, que consistía fundamentalmente en la elaboración de planes territoriales de desarrollo con motivo de "fortalecer así la capacidad de gestión de las comunidades indígenas participantes, promoviendo prácticas que conduzcan a generar espacios socio-territoriales donde el desarrollo sea sustentable."34
Pero a la vez que impulsó programas de desarrollo asistencial, el gobierno de Lagos aplicó drásticamente el rigor de la ley a los sectores que se negaron a ser cooptados o sencillamente no creyeron en las nuevas promesas, como fue el caso de la CAM. Durante su mandato, la guerra fue total contra esta organización, aplicando lo que la derecha política y económica pidió tantas veces al ex Presidente Frei: la Ley N° 18.314 de 1984, conocida como la Ley Antiterrorista. Al mismo tiempo, la "mortal triple alianza"35 -la unión entre empresarios, Gobierno y carabineros- bajo la administración de Lagos se consolidó, traduciéndose en lo que se denominó "la criminalización de la protesta indígena".36
En la práctica, esto se tradujo en la "judicialización" de las actividades que planteaban demandas mapuches. Se crea una herramienta, "utilizada por el Estado y privados para hacer primar sus intereses por sobre los intereses ancestrales de los pueblos indígenas, haciendo caso omiso de las condicionantes históricas del conflicto y de las consecuencias sociales, culturales y políticas que acarrea."37. La consecuencia de este "Nuevo Trato" dado por Lagos a los mapuches, fue el inicio de la configuración de un nuevo contexto
31 José Aylwin, "La Política del "Nuevo Trato" antecedentes, alcances y limitaciones" en Yañez y Aylwin (Ed.), op.cit. p. 36
32 Stavenhagen, op.cit.p. 69
33 Aylwin, op.cit. p. 46
34 Política del Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas. op.cit. p.. 24.
35 Buendía, "Laguerra sucia contra los mapuches". op.cit. p. 205-210.
36 Eduardo Mella, Los mapuche ante la justicia. La criminalización de la protesta indígena en Chile. (Ediciones LOM/Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas: 1997). p 18.
37 Mella, Op. Cit.
sociopolítico, que durante dos años agudizó el enfrentamiento entre las partes en conflicto, que se terminó de polarizar con el asesinato del joven comunero Alex Lemun a fines del año 2002, que a su vez echó a andar el intento de desarticulación de la CAM.
Por su parte, la Coordinadora Arauco Malleco continuó durante el año 2000 con su línea político-estratégica. A pesar de estar aislada de sus pares, se aferró a la convicción de tener la razón teórica del proceso que gestó durante 1997 y que parió a partir de 1999. Inevitablemente dicha posición le atrajo las críticas tanto del MPM como la persecusión del Gobierno a través del Ministerio del Interior. Lo que a su vez tuvo respuestas concretas, con acciones de violencia política que se realizaron durante dicho año y que ascendieron a finales del mismo para multiplicarse durante el año 2001, lo que la derecha llegó a denominar la "Intifada Mapuche".38 En dicho transcurso de tiempo, el militante CAM se perfeccionó "al calor de la lucha", se desenvolvió milicianamente en las recuperaciones de los fundos El Porvenir y El Carmen39, permitiendo observar un avance cualitativo en la formación paramilitar de sus cuadros. En otras palabras, el comunero se fue convirtiendo en Weichafe, los que a su vez, fueron los gestores del segundo ascenso de la Coordinadora Arauco Malleco durante el año 2001. Además de este perfeccionamiento, surgieron nuevas "comunidades en conflicto", principalmente en la IX Región, las que reivindicaron predios contra latifundistas. Esto provocó que este sector social se endureciera nuevamente, volviendo a legitimar el derecho a la "autodefensa" para defender sus riquezas. Si durante 1999 emergió el Comité de Defensa de los Predios (CDP) durante éste año comenzó a gestarse un ala más radical de los latifundistas, dando a luz durante el 2002 al Comando Hernán TrizanoA4).
Por último, para fines del año 2001 aumentaron la quema de bosques forestales de las empresas Arauco y Mininco. La consecuencia de este ascenso político de la CAM, fue el inicio de la persecusión abierta a dirigentes, miembros y simpatizantes de la organización. Como se ha señalado, el año 2002 fue el "inicio de la razzia" y el comienzo de la "era de la judicialización 'emblemática'". Con este contexto, es posible afirmar que el año 2002, instaló la realidad de la prisión, lo que forzó a la Coordinadora a pasar a las sombras de la clandestinidad.
Durante el año 2002, la CAM trabajó exigiendo la libertad de sus presos políticos. Marchas callejeras, tomas de espacios públicos y el traslado del conflicto mapuche a las ciudades fue la tónica de ese año. Estas actividades se acompañaron con el intento de recuperaciones
38 El Mercurio: "La Intifada Mapuche. se agrava el levantamiento indígena ". 04/02/2001. p D17.
39 Ambos fundos se encontraban forestados con plantas de pino y eucalipto de la empresa forestal Arauco, perteneciente a Anacleto Angelini, uno de los tres hombres más ricos e influyentes de Chile. El lugar geográfico, es la Novena Región, en el sector de Chol-Chol. La importancia de este nuevo proceso, es que provocó el ascenso de la conflictividad como un perfeccionamiento en su manera de actuar, como lo fue reflejando la prensa.
40 Hernán Trizano, es el nombre del creador de las guardias civiles durante la Ocupación de La Araucanía, quien protegió a los colonos mientras el ejercito de Chile se envío al norte, para afrontar la Guerra del Pacífico en 1871 contra sus pares de Bolivia y Perú. Ante la inseguridad, Trizano actuó como el garante de la seguridad, provocando innumerables muertes en su ingreso a los campos mapuches. También es considerado por parte de Carabineros de Chile, como uno de sus antecesores.
territoriales, dentro de las cuales cayó herido por un perdigón metálico Lemún, quien falleció luego de agonizar durante cinco días. Las reacciones de protestan se expresaron en el aumento de la conflictividad y el dividido MPM se unificó de forma efímera para despedir al joven integrante de la CAM, el "primer mártir de este nuevo proceso"41, como dijo el vocero José Llaquileo en su funeral. La Coordinadora elevó sus acciones de violencia política por cerca de dos semanas consecutivas.
En síntesis, el asesinato de Edmundo Alex Lemun Saavedra, marcó el fin del ascenso político y social de la CAM. El Estado chileno analizó acertadamente que este hecho acrecentaría aún más la agudización política ante el nacimiento del primer mártir de esta organización. Por ello, apuró el proceso represivo que gestó desde principios del año 2001, conocido más tarde como "Operación Paciencia". Simbólicamente, para la Coordinadora el hecho significó la confirmación de lo acertado de su línea política, que enfatizaba el carácter represivo del Estado chileno. Ahora, en conjunto con concretar sus planteamientos estratégicos, los miembros de la CAM tenían el deber de ser consecuentes por el objetivo ante el cual perdió la vida su joven miembro, la consabida recuperación de tierras. Sumado a ello, Lemun representaba los elementos que caracterizaron a los militantes de la Coordinadora: joven, sin vicios, campesino, trabajador, militante comprometido y entregado al proceso de liberación de su pueblo. Por otro lado, este joven de 17 años murió combatiendo al Estado que les usurpó las tierras y con wexuwe en mano, resistió el primer intento de desalojo. Por ende, su muerte implicó un ritual político que marcó un antes y un después en el conflicto mapuche.
Pero también el asesinato de Alex Lemun marcó la imposición del nuevo contexto sociopolítico de parte del Estado. Las fuerzas políticas que colisionaron durante el año 2000 y 2001, terminaron por explotar en esta coyuntura. La polarización política terminó por hacer girar "a la derecha" al gobierno de Ricardo Lagos, unificando sus postulados con los de la derecha y el empresariado para perseguir a la CAM. Esto se comenzó a realizar sólo una semana después de la muerte de Lemun, hasta el 13 de diciembre de 2002, cuando se inició el proceso por "Asociación Ilícita Terrorista" contra la Coordinadora Arauco-Malleco.
Así, la organización mapuche que creó una nueva forma de hacer política para su pueblo, fue forzada a pasar a la clandestinidad. Y los años posteriores transcurrieron en las sombras del trabajo político ilegal. Aunque sus dirigentes clandestinos le bajaron el perfil a la persecusión política42, lo cierto es que así se cerró una etapa de la historia del conflicto mapuche, la que podemos denominar como la primera fase de una primera etapa por la Liberación Nacional Mapuche.
41 Documental, "Lemún Renace". 2006.
42El dirigente interno de la CAM, José Llanquilef, señaló sobre esto que "no han demostrado ninguna capacidad mayor en términos represivos, es más que nada una razzia a los que se moviera o a la o que tuvieran a la vista". Enfatizó que el trabajo de inteligencia "no nos deja en mal pie, porque nuestra estructura como organización es muy difícil de golpearla pues las decisiones son más colectivas de lo que ellos piensan". El Siglo: "Entrevista en la clandestinidad a dirigente de la CAM". 13/12/2002. p 7.
El 21 de agosto de 2004, se conoció públicamente la operación de inteligencia que intentó desarticular a la CAM. El mismo encargado de seguridad del Gobierno de Ricardo Lagos, el subsecretario del Interior, Jorge Correa Sutil, reconoció algo que ya es parte de la historia política reciente de Chile, al señalar: "que la desarticulada CAM, el grupo más violentista y al que se les atribuyen los peores atentados, fue el resultado de una exitosa y sistemática labor de inteligencia policial denominada 'Operación Paciencia'".43
Entre la prisión y las sombras. La resistencia desde las cárceles y la generación de una nueva mística (2003-2009).
La clandestinidad volvió a "foguear" a la joven militancia de la Coordinadora Arauco Malleco. "Chequeo", compartimentación, leyendas, conceptos asociados al nuevo estatus legal de la organización, fueron la continuidad de la politización de la CAM y a su vez la consecuencia directa de la "Operación Paciencia". Como dijo "Antonio", "cuando ocurre el proceso de la "Operación Paciencia", nosotros decimos: 'bueno, nos sumergimos, seguimos haciendo un trabajo clandestino o semi clandestino y vamos a seguir avanzando igual'".44 Óptica similar es la de "Marcelo", quien señala que pasar a la clandestinidad fue un aprendizaje, el de "no subestimar al enemigo", pero también el de llevarlos "hacer las cosas bien".45 Con esta nueva "mística", el de vivir en las sombras por el territorio mapuche, la CAM mantuvo a flote su organización, pero al costo de carcomer parte de su trabajo de masas.
El gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010) mantuvo tanto las indefiniciones que fueran características de la política de su antecesor, como las contradicciones entre el discurso y la práctica.46 Por su parte, el reporte final de 2007 de Human Rights Watch, menciona que las intenciones de la Presidenta habían sido las de terminar con el uso de las leyes especiales y antiterrorista en contra de los grupos indígenas, pero que el Parlamento chileno había limitado sus decisiones. Esta era la respuesta a una huelga de hambre que iniciaran cuatro presos políticos mapuches condenados por delitos terroristas a 10 años de cárcel.
Uno de los avances más importantes durante el periodo de Bachelet fue la ratificación en marzo de 2008 del Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, adoptado por la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el 27 de junio de 1989. Aunque que con un retraso de 18 años, la aprobación
43 El Mercurio: "Gobierno avala condena a mapuches ". 22/08/2004. p C12. Las negrillas son nuestras.
44 Escuchando a "Antonio". Citado.
45 Escuchando a "Marcelo". Citado.
46José Aylwin, "La Política Indígena de Bachelet: continuidad peligrosa", diciembre 2006, en http://www.chilepaismulticultural.cl/www/index2.php?option=com content&do pdf= 1 &id=20 y Wiliem Assies, Willem, "El gobierno de Lagos, los pueblos indígenas y el "nuevo trato": Las paradojas de la democracia chilena" Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas. Prólogo, Pág. 9 http://www.observatorio.cl/contenidos/naveg/doc9/libro lagos.pdf
de este convenio "fue posible debido a un acuerdo político entre el oficialismo y la derecha, en orden a limitar sus alcances y cerrar la puerta a otros instrumentos internacionales, tales como la Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU,"47 los cuales a la fecha serían más pertinentes. De acuerdo a visiones más optimistas, el convenio 169 de la OIT es el instrumento jurídico internacional más actualizado sobre el tema y constituye la norma mínima en tanto de las propuestas declarativas a favor de los pueblos indígenas en el seno de Naciones Unidas y el Sistema Interamericano.48
Siguiendo con las medidas tomadas durante el periodo de Bachelet, cabe mencionar el documento de trabajo dado a conocer el 1° de abril de 2008, que plasmó la política del gobierno en materia indígena para los próximos años. Los impulsos de esta iniciativa se articularían en torno a lo que se llamó "Re-conocer: Pacto Social por la Multiculturalidad", el cual, según palabras de la Presidenta, profundizaría y perfeccionaría la política indígena actual.49 Los ejes centrales de esta nueva política se centrarían básicamente en torno a aspectos principales, derechos políticos, desarrollo integral y multiculturalidad.
Las políticas públicas emanadas del Pacto Social fueron asumidas principalmente de forma asistencialista y orientada a obtener logros de corto plazo. Entre ellas se encuentran las becas indígenas, la entrega de tierras, el mejoramiento del programa de salud, un Fondo Solidario de Vivienda, la apertura de jardines infantiles con currículo intercultural y la creación de la unidad de la mujer en CONADI, entre otras. Ahora, en relación con el proyecto de ley que modificaba la ley orgánica y reconocía al Mapuche constitucionalmente como pueblo, este se asumió como compromiso, pero finalmente no fue cumplido. En cuanto a las demandas de fondo de un grupo significativo de asociaciones Mapuche, relacionadas con el logro de su autonomía, esta ni siquiera fue mencionada o asumida como arreglo a negociar o discutir.
Paralelamente, en las cárceles chilenas la resistencia de los presos políticos mapuche (PPM) fue generando una nueva subjetividad. En efecto, la lucha pública se desenvolvió en la exigencia de la libertad de los PPM, los que a su vez, decidieron comenzar huelgas de hambres con este objetivo. Durante los años 2003 y 2004 se efectuaron tres juicios emblemáticos dentro de la Nueva Guerra de Arauco. Uno fue el llamado "Caso de los Loncos", el segundo "Poluco-Pidenco" y el tercero "Asociación Ilícita Terrorista". Los dos primeros terminaron con sentencias condenatorias entre 5 a 10 años de presidio para los inculpados, invocando a la Ley Antiterrorista. Mientras que el tercero fue absuelto por "falta de méritos".
47 Pedro Cayuqueo, "Una demanda histórica. Convenio 169: Entre luces y sombras" Agencia Latinoamericana de Información, ALAI, América Latina en Movimiento, 2008-06-18. Chile.
48 Cifuentes, Ordóñez; Rolando, José Emilio (Coordinadores): "Análisis interdisciplinario del Convenio 169 de la OIT." En Analisis Interdisiplinario del Convenio 169 de la OIT. IX Jornadas Lascasianas del Instituto de Investigaciones Jurídicas. Serie Doctrina Jurídica. Núm. 33. Pág. 5
49 "Mi gobierno quiere profundizar y perfeccionar la política, y creemos que, además, es momento de acelerar el paso. Y hoy es el momento de producir las inflexiones necesarias" Ver discurso completo en el sitio oficial del Gobierno de Chile:
www. gobiernodechile. cl/viewEhe Social. aspx?idarticulo=22941 &idSeccionPadre.
La resistencia desde las cárceles, más la clandestinidad política, generó una profundización en la subjetividad: la ira de las detenciones, de los allanamientos y de vivir en clandestinidad, se convirtió en un nuevo capital de politización para la CAM. Durante la vida entre la prisión y las sombras, se produjeron nuevos encarcelamientos, cuando a fines del año 2006. A partir de esta fecha, comenzó a caer la "Dirección Histórica" de la Coordinadora: en septiembre fue el turno del vocero de la organización, José Llanquileo y en febrero y marzo de 2007 Héctor Llaitul y José Huenchunao, respectivamente.
Con este ciclo se inició una nueva fase. El reflujo político del periodo post clandestinidad dio paso a un nuevo ascenso en la conflictividad. La irrupción partió con la huelga de hambre más extensa realizada por los mapuches. Durante 112 días Patricia Troncoso prolongó esta medida extrema. Dentro de ese contexto, el 3 de enero de 2008 cayó muerto en los predios del fundo Santa Margarita un nuevo integrante de la CAM, Matías Catrileo, mientras se realizaba una recuperación territorial. Al igual que con Lemun, el efímero MPM se unificó para despedir a su joven miembro y segundo mártir de este nuevo proceso. La muerte de Catrileo provocó una nueva ira dentro de la militancia, unificando las dos tendencias subjetivas que caminaron tanto en la resistencia desde las cárceles como el "fogueo" de la clandestinidad. Desde ese momento, hubo un ascenso en las reivindicaciones mapuches que denotó una nueva forma de actuar. Ello quedó explícito desde julio del 2008, cuando las reivindicaciones del predio en la zona de Choque en la VIII Región, generó el paso del Weichafe al Órgano de Resistencia Territorial, un nuevo paso cualitativo de la CAM, que al parecer busca recuperar la antigua división territorial mapuche (gente del mar, gente de la costa, gente de los llanos y gente de la cordillera), integrados por sus cuadros con mayor formación miliciana. De esta manera, en el año del Bicentenario de la Independencia de Chile, plagado del chovinismo oficial, la CAM, la más radical organización mapuche de la historia, ha podido sobrevivir a los dos últimos años, que han conocido de una fuerte escalada represiva por parte de los organismos de seguridad del Estado chileno.
Los logros políticos de la Coordinadora durante la década del 2000 fueron numerosos. En primer lugar, basado en la herencia política de organizaciones anteriores a ella, como Ad-Mapu y el Consejo de Todas las Tierras puso en el centro de gravedad de la cuestión mapuche el problema de la autodeterminación, revolucionando la política mapuche. Parafraseando un legendario texto de los años sesenta, la CAM realizó una "revolución en la revolución" al interior de la epistemología mapuche. Esta revolución silenciosa de toma de conciencia del pueblo mapuche, tuvo su efecto perdurable en la recuperación del orgullo mapuche, en el paulatino restablecimiento de la dignidad de los hombres y mujeres mapuches. La expresión más acabada de este nuevo ciclo ha sido la irrupción de nombres indígenas en las nuevas generaciones, desapareciendo el forzado ocultamiento desde su nacimiento, como fue la tónica de las generaciones mapuches anteriores. En tercer lugar, otra consecuencia directa de lo que hemos denominado la Nueva Guerra de Arauco, ha sido el inicio de las recuperaciones efectivas de tierras, sea por fuerzas propias o por la ingerencia del Estado, el que ha comprado zonas como forma de disminuir la tensión social y política generada por el conflicto. En cuarto lugar, tal vez el logro más notable se
encuentra en los aspectos políticos, relacionado con el surgimiento de un nuevo militante, el militante "mapuchista". Éste sobrepasa las reivindicaciones solo territoriales, enmarcándolas dentro de un proyecto político estratégico que tiene como objetiva final la "Liberación Nacional Mapuche". Para llegar a ésta, el militante debe adoptar los principios de un "deber ser" ético propio de su pueblo, además recuperar aspectos culturales, como la lengua (el mapudungum) y la cosmovisión mapuche.
Entre los fracasos de la Coordinadora se encuentra uno que es clave: no ha podido generar un Movimiento Político Mapuche amplio, donde converjan todas las representaciones del pueblo mapuche, quedando muchas veces aislado de sus pares y ante el Estado como el único enemigo a desarticular. La represión política, unido a este aislamiento, han impedido que la Coordinadora pueda constituirse en una organización de "masas", como lo fue hasta la "Operación Paciencia". Por el contrario, distintos desprendimientos tanto de comunidades como de algunos reconocidos líderes, han mermado su capacidad asociativa. A pesar de esto, durante la encuesta del año 2006, la Coordinadora Arauco Malleco se anotaba un apoyo de confianza del 18%, siendo reconocida por los mapuches con un 33% y siendo abiertamente reivindicada por un 22% de los encuestados50. Cifras importantes para una organización que sobrevive en el centro de la palestra, que inició una nueva forma de hacer política del pueblo mapuche y que ha sufrido los rigores de este ascenso político, social y cultural.
Conclusión
Podemos decir que durante los veinte años en que gobernó la Concertación de Partidos por la Democracia, intentó solucionar de manera muy limitada las demandas de las comunidades indígenas, en especial la de los mapuches. Se efectuaron intentos fallidos de lograr un acuerdo que contemplara el reconocimiento y derechos políticos e institucionales que le dieran una amplia representatividad a este pueblo. En la práctica, se terminó aplicando un sistema asistencialista, que comprendió aspectos de superación de la pobreza, aumento de la productividad y ampliación de la red de servicios básicos, que se mostraron insuficientes para subsanar la crónica pobreza del pueblo mapuche. Por ahora, mientras no se solucionen desde raíz los problemas que aquejan a este, seguramente la conflictividad mapuche se seguirá extendiendo y agudizando. Este sea tal vez, el gran desafío que tendrá que afrontar la derecha ahora desde el gobierno.
Recibido: 23, agosto 2010 Aceptado, 6 abril 2011
50 Centro de Estudios Públicos: "Los mapuches rurales y urbanos hoy. Datos de una encuesta". 2006. www.cepchile.cl. p. 13-15.