Научная статья на тему 'Rebeldes generando acción: La izquierda de la Universidad Católica y la rearticulación del movimiento estudiantil chileno en la posdictadura (1993-1997)'

Rebeldes generando acción: La izquierda de la Universidad Católica y la rearticulación del movimiento estudiantil chileno en la posdictadura (1993-1997) Текст научной статьи по специальности «История и археология»

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Movimiento estudiantil / juventudes políticas / izquierda chilena / Universidad Católica de Chile / Student movements / political youth / Chilean Left / Catholic University of Chile

Аннотация научной статьи по истории и археологии, автор научной работы — Cristóbal Karle Saavedra

Este artículo aborda, a través de documentación, entrevistas y registros inéditos, la trayectoria de la izquierda estudiantil en la Universidad Católica de Chile entre los años 1993 y 1997. Se destacan las dinámicas de articulación política en un contexto nacional y local adverso, a través de colectivos locales, intervenciones culturales y manifestaciones callejeras, avanzando desde la dispersión y la marginalidad hasta la construcción progresiva de un movimiento estudiantil amplio y diverso, complejo en sus estructuras, hitos y contradicciones, con capacidad de disputar espacios de poder y atraer interés en la sociedad.

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Rebels generating action: the Left of the Catholic University and the rearticulation of the Chilean Student Movement after the dictatorship (1993-1997)

This article approaches, through documentation, interviews and previously unpublished records, the trajectory of the student Left in the Catholic University of Chile between 1993 and 1997. Dynamics of political linkages in an hostile national and local environment, through local collectives, cultural interventions and street demonstrations, are highlighted, looking at the gradual development of a movement from the margins to a broad and diverse coalition, with complex structures, milestones and contradictions, with the capacity to contest power and attract interest in society at large.

Текст научной работы на тему «Rebeldes generando acción: La izquierda de la Universidad Católica y la rearticulación del movimiento estudiantil chileno en la posdictadura (1993-1997)»

52, agosto 2023: 1-28

Rebeldes generando acción: La izquierda de la Universidad Católica y la rearticulación del movimiento estudiantil chileno en la posdictadura (1993-1997)

Rebels generating action: the Left of the Catholic University and the rearticulation of the Chilean Student Movement after the dictatorship (1993-1997)

Cristóbal Karle Saavedra*

Resumen: Este artículo aborda, a través de documentación, entrevistas y registros inéditos, la trayectoria de la izquierda estudiantil en la Universidad Católica de Chile entre los años 1993 y 1997. Se destacan las dinámicas de articulación política en un contexto nacional y local adverso, a través de colectivos locales, intervenciones culturales y manifestaciones callejeras, avanzando desde la dispersión y la marginalidad hasta la construcción progresiva de un movimiento estudiantil amplio y diverso, complejo en sus estructuras, hitos y contradicciones, con capacidad de disputar espacios de poder y atraer interés en la sociedad.

Palabras clave: Movimiento estudiantil, juventudes políticas, izquierda chilena, Universidad Católica de Chile.

Abstract: This article approaches, through documentation, interviews and previously unpublished records, the trajectory of the student Left in the Catholic University of Chile between 1993 and 1997. Dynamics of political linkages in an hostile national and local environment, through local collectives, cultural interventions and street demonstrations, are highlighted, looking at the gradual development of a movement from the margins to a broad and diverse coalition, with complex structures, milestones and contradictions, with the capacity to contest power and attract interest in society at large.

Keywords: Student movements, political youth, Chilean Left, Catholic University of Chile. Recibido: 4 mayo 2023 Aceptado: 15 agosto 2023

Introducción

Durante los últimos años, una serie de estudios han permitido relevar las trayectorias de la izquierda chilena como un objeto de estudio historiográfico relevante, dando cuenta de la multiplicidad de subjetividades y experiencias que se han sedimentado en torno a la construcción de una alternativa política no capitalista para Chile durante las últimas décadas. Aquello dice relación no solamente con el

* Licenciado en Sociología y Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile. Tesista de Magíster en Sociología, Pontificia Universidad Católica de Chile. Correo: cakarle@uc.cl. ORCID: 0000-0002-1557-8492. El presente trabajo ha sido realizado en el marco de un proyecto de recuperación histórica de la organización política estudiantil en la Universidad Católica, con financiamiento independiente y encabezado por el autor.

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resurgimiento de la "historia política" como área de estudio para la comprensión de las dinámicas sociales en general,1 sino con un enfoque interdisciplinario que autoriza la producción de aproximaciones investigativas provenientes desde diferentes espacios, que permiten articular una comprensión integral acerca de los fenómenos políticos que se busca concretamente estudiar.2 En este sentido, los estudios sobre movimientos estudiantiles han adquirido una relevancia particularmente notoria, en especial a partir de las movilizaciones de 2011, que derivaron en un amplio cuestionamiento al sistema de educación legado por la dictadura y, eventualmente, sentaron las bases para la emergencia de una nueva izquierda cuyos líderes llegarían al gobierno una década más tarde. Los estudios de Fabio Moraga,3 Luis Thielemann4 y Víctor Muñoz Tamayo5 constituyen importantes referencias a la hora de abordar estos fenómenos en su especificidad, y su capacidad de expresar tensiones sociales que habitualmente exceden a las estrechas instancias donde ellas se manifiestan primariamente.

Si bien es posible hablar de un movimiento estudiantil como actor histórico en términos de movimiento social, como "el comportamiento colectivo organizado de un actor de clase luchando contra su adversario de clase por el control social de la historicidad en una comunidad dada",6 el foco de este trabajo se ubica en las expresiones orgánicas de aquella lucha; lo que McCarthy y Zald denominan "organizaciones de movimiento social".7 Estas organizaciones, sin embargo, no constituyen por sí mismas un movimiento estudiantil, sino que reflejan y expresan las tensiones y disputas internas, dando cuenta de la heterogeneidad de la fuerza social concentrada al interior del movimiento. Es así como "el movimiento estudiantil es, o se constituye fuera de la voluntad de sus agentes, integrantes o protagonistas y que su carácter está en permanente definición, y su dirección en permanente disputa".8 Las organizaciones del movimiento estudiantil, sus altos y bajos, ciclos ascendentes y descendentes, convergencias y rupturas, van expresando en su trayectoria el carácter que adquiere su lucha por consolidar su identidad juvenil, estudiantil o propiamente política, en un contexto histórico situado y determinado.

En el caso chileno, los trabajos pioneros de Luis Thielemann y Fabio Moraga han permitido registrar la existencia de un ciclo ascendente de la movilización y organización estudiantil de izquierda que transcurre entre 1993-94 —con la demolición de las orgánicas encabezadas por la Concertación— y 1997, año en el cual el movimiento estudiantil logra desafiar a gran escala, y mediante una demostración de

1 Cristina Moyano Barahona, «La historia política en el bicentenario: Entre la historia del presente y la historia conceptual. Reflexiones sobre la nueva historia política», Revista de Historia Social y de las Mentalidades 15, n.° 1 (2011): 227-245.

2 Rolando Avarez, «Historia e historiografía del comunismo: debates y nuevos enfoques», Revista de Historia Social y de las Mentalidades 21, n.° 2 (2017): 11-29.

3 Véase, por ejemplo, el libro Muchachos casi silvestres: la Federación de Estudiantes y el movimiento estudiantil chileno, 1906-1936 (Santiago: Universidad de Chile, 2007), que recoge pormenorizadamente la historia de los treinta primeros años desde la fundación de la FECh.

4 Véase, por ejemplo, el libro La anomalía social de la Transición. Movimiento estudiantil e izquierda universitaria en el Chile de los noventa, 1987-2000 (Santiago: Tiempo Robado, 2016), que aborda la trayectoria de las organizaciones políticas estudiantiles durante la primera década de la transición.

5 Véase, por ejemplo, el libro Generaciones. Juventud universitaria e izquierdas políticas en Chile y México (Santiago: LOM Ediciones, 2012), que estudia procesos de construcción política en la izquierda estudiantil de dos países latinoamericanos, principalmente hacia finales del siglo veinte.

6 Alain Touraine, The Voice and the Eye (Cambridge: Cambridge University Press, 1981), 77.

7 John McCarthy y Mayer Zald (1977). «Resource Mobilization and Social Movements: A Partial theory.», American Journal of Sociology 82, n.° 6 (1977), 1218. https://doi.org/10.1086/226464

8 Moraga, Muchachos casi silvestres, 50.

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fuerza social significativa, el programa y proyecto político concertacionista.9 Este ciclo se abre con la caída en desgracia de varias de las federaciones universitarias más importantes del país, hasta entonces encabezadas por las juventudes partidarias de la Concertación.10 En la UC la institucionalidad mantiene su vigencia, aunque la debacle concertacionista devuelve la hegemonía al Movimiento Gremial. Durante los cuatro años en los que se mantiene la conducción gremialista, el resto de las fuerzas políticas entran en procesos de reorganización que culminan, hacia el final de la década, en un panorama completamente distinto del existente al iniciarse la transición.11

De tal suerte, este trabajo relata y describe la historia del movimiento estudiantil de izquierda en la Universidad Católica durante el período que transcurre entre noviembre de 1993, con la derrota socialista en las elecciones FEUC de aquel año, y noviembre de 1997, con la victoria del Frente de Estudiantes de Izquierda, que agrupa a comunistas, anarquistas y socialistas. Ella marca el tránsito desde una izquierda universitaria dispersa, marginal y virtualmente inexistente, hacia una que es capaz de congregar a miles de estudiantes en un proyecto de transformación integral, aún en un contexto estructuralmente adverso.

Como se verá, se trata de un relato principalmente cronológico estructurado en cuatro partes, aunque la continuidad de las temáticas abordadas puede producir traslapamientos ocasionales. Existe una trayectoria claramente ascendente en términos cualitativos: de las expresiones territoriales se pasa a los colectivos políticos, luego a la coordinación formal de estos colectivos, y por último a su trasmutación en un instrumento político con intenciones de disputar —exitosamente— las instancias de poder institucional disponibles. Desde un punto de vista metodológico, se recurre a la técnica de "entrevistas autobiográficas narrativas" desarrollada por el sociólogo alemán Fritz Schütze,12 que constituyen "una vía privilegiada de acceso a procesos subjetivos de significación que a su vez se nutren de discursos sociales, normas y valores culturales".13 Estos testimonios se enmarcan en un relato historiográfico descriptivo que recurre a fuentes de distinto tipo: documentos inéditos —facilitados por algunos de los entrevistados— como boletines, volantes o actas; archivos de hemeroteca, con periódicos y revistas de la época; y trabajos académicos previos, que permiten contextualizar algunas de las descripciones.

9 Luis Thielemann, «Hijos de Recabarren, hijos de la transición. Sobre las JJCC y la anomalía estudiantil de los '90», en Un trébol de cuatro hojas, ed. por Rolando Ávarez y Manuel Loyola (Santiago: Ariadna Ediciones, 2014), 218-247.

10 Sobre estos procesos, véase Thielemann, La anomalía social de la transición. Para una exploración más enfocada en la Universidad de Chile, véase Rodrigo Roco, «La FECH de fines de los 90: relatos de una historia presente», Anales de la Universidad de Chile 6, n.° 17 (2005), 51-83; y Fabio Moraga, «Crisis y recomposición del movimiento estudiantil chileno (19902001)», en Movimientos estudiantiles en la historia de América Latina (III), ed. por Renate Marsiske (México DF: Plaza & Valdés, 2006), 179-252.

11 Cristóbal Karle, «Un sistema de partidos "bonsái". Dinámicas internas e institucionalización política en torno a la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile, 2000-2020» (tesis para obtener el grado de Licenciatura en Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2021).

12 Maruska Svasek y Markieta Domecka, «The autobiographical narrative interview. A potential arena of emotional remembering, performance and reflection», en The Interview. An Ethnographic Approach, ed. por Jonathan Skinner, (Londres: Routledge, 2012), 107-126.

13 Carolina Agoff y Cristina Herrera, «Entrevistas narrativas y grupos de discusión en el estudio de la violencia de pareja», Estudios Sociológicos 37, n.° 110 (2019): 315.

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1. Antecedentes: La izquierda y centroizquierda de la UC a inicios de los '90

Aunque inicialmente refractaria a los procesos de cambio y movilización social, por su naturaleza de origen confesional, la Universidad Católica se convertiría desde la década de 1930 en un importante núcleo de producción de élites políticas y culturales "renovadoras", en la conceptualización de Cristián Gazmuri.14 El locus de actividad política estudiantil es la Federación de Estudiantes (FEUC), organizada en el año 1938 y cuyo primer presidente fue el falangista José Piñera Carvallo. En torno a ella, y a las disputas por su conducción, emergen durante décadas organizaciones estudiantiles y sucesivas generaciones de liderazgos políticos juveniles que se insertan rápidamente en el panorama nacional. Un giro decisivo de politización ocurre en 1959, cuando la Democracia Cristiana Universitaria toma el liderazgo de la Federación y conduce al movimiento estudiantil de la universidad hacia una radicalización progresiva que alcanza su cénit en 1967, con la Toma de la Casa Central y el inicio de la Reforma Universitaria.15 De tales dinámicas, de sus líderes y opositores, emergen al menos dos grupos de élites con relevancia nacional: el MAPU, fundado en 1969 por varios de los dirigentes reformistas; y el Movimiento Gremial, liderado por Jaime Guzmán, que dirige la FEUC a contar de 1969 y hegemoniza la institucionalidad estudiantil tras recibir la venia de las autoridades militares de la dictadura.

Con el auge de las movilizaciones populares contra la dictadura, el sistema de designación indirecta propiciado por el gremialismo se vuelve insostenible y la oposición estudiantil recupera la FEUC en 1985, inaugurando de esta manera un nuevo ciclo de presidencias democratacristianas, las que se insertan en un clima nacional de efervescencia y rearticulación del movimiento estudiantil como instrumento de lucha contra la tiranía.16 Durante 1986 se multiplican las protestas e incluso se organiza una segunda Toma de Casa Central, la cual es intensamente reprimida. Sin embargo, luego de la derrota de la tesis insurreccional para derrocar a la dictadura, cristaliza en el movimiento estudiantil una estrategia de inserción en el itinerario fijado por la Constitución de 1980, que implica alentar la inscripción en los registros electorales para el plebiscito de 1988. Según Luis Thielemann:

La movilización en función de las batallas electorales nacionales dejó sin programa propio a la lucha sectorial, tal y como estaba sucediendo en otros movimientos. El activismo electoral consumió el tiempo y los recursos de las juventudes políticas, y desde ahí se agitó al movimiento estudiantil. [...] Se acabó así la lucha estudiantil contra la Dictadura, disuelta en la lucha contra el dictador. La paradoja de la movilización electoral consistió en que al retornar a los campus, en marzo de 1990, el movimiento estudiantil se dio cuenta que desde la crisis de la reforma en 1973 no tenía un programa de cambio para la universidad. La movilización electoral terminó con la movilización contra el régimen, y con ello sepultó en el olvido la línea reformista de los estudiantes en contra de la universidad construida.17

14 Cristián Gazmuri, «Notas sobre las élites chilenas, 1930-1999», Boletín de la Academia Chilena de la Historia, n.° 110 (2000): 105129.

15 Cristián Cox y Manuel Antonio Garretón, La Reforma en la Universidad Católica de Chile. Biblioteca del Movimiento Estudiantil, Tomo II (Santiago: Ediciones SUR, 1987).

16 Simón Castillo Fernández, «El movimiento estudiantil en la Universidad Católica y los inicios de la democratización en Chile, 1983-1985», Centro de Estudios Miguel Enríquez - Archivo Chile. http: / / www.archivochile.cl/Mov_sociales/mov_estudian/MSmovestud0003.pdf

17 Thielemann, La anomalía social de la transición, 68-70.

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Ya en 1987 la DCU había presentado una lista en solitario a la FEUC, relegando a socialistas y comunistas en un año clave para la movilización electoral. Luego, a finales de 1988, los gremialistas recuperan sorpresivamente la Federación a raíz del desgaste y las rencillas internas del sector reformista, obteniendo la mayoría absoluta en primera vuelta ante las alternativas de centroizquierda e izquierda.18 El tránsito en la oposición coincide, para las fuerzas estudiantiles de izquierda, con una intensa reconfiguración del sistema de partidos. Las Juventudes Comunistas se dispersan hasta casi desaparecer en virtud de las tensiones que enfrentan a sus dirigentes por aquellos días.19 Las dos orgánicas del Partido Socialista —almeydistas y "renovados"— convergen a nivel juvenil en la Unión de Jóvenes Socialistas (UJS), anticipo del proceso de unificación socialista que culminaría al año siguiente.20 Otras de las fuerzas con presencia estudiantil —MAPU, Izquierda Cristiana, Socialdemocracia— terminan confluyendo en alguno de los partidos ya existentes, o en el recién formado PPD.

Cuando la lista "2B" encabezada por Claudio Orrego recupera la FEUC en noviembre de 1989, el escenario es ya muy diferente. La lista vencedora se identifica nítidamente con la Concertación, y la desaparición de la izquierda permite incluso que los democratacristianos se queden con la Consejería Superior, cargo electo por mayoría simple. Orrego caracteriza al estudiantado como afectado por "...el natural hastío de lo que por mucho tiempo fue la política estudiantil fundada esencialmente en el conflicto político nacional".21

Yo estoy perdido como dirigente estudiantil, porque no está tan claro lo que tengo que hacer ahora como lo estaba hace dos años. Pero como joven también estoy perdido. Los jóvenes tenemos una gran sed de encontrarle sentido a lo que hacemos y no hemos podido lograrlo aún. De allí que se note apatía juvenil en los estudios, en la política, en todo. Los jóvenes se han replegado, como a la espera de encontrar algo.22

La gestión de Orrego se destaca por su activa promoción de la vida estudiantil, buscando instalar nuevas temáticas como la ecología y organizando actividades recreativas interuniversitarias. La movilización social pasa a un segundo plano.23 Políticamente, el diseño concertacionista de Orrego se replica por dos años más, bajo las presidencias de Clemente Pérez (1991) y Alberto Undurraga (1992). Las listas se sostienen en un liderazgo incuestionado de la DCU, que cede anualmente dos cargos en la Directiva a los socialistas. Son años de elecciones con participación declinante y amplios márgenes de triunfo para la centroizquierda ante un gremialismo debilitado, donde las únicas expresiones políticas relevantes —además del Movimiento Gremial— son la DCU y la Juventud Socialista. Este último grupo, que reúne a cuadros provenientes de diferentes tradiciones políticas, cultiva progresivamente la idea de construir un "camino propio", separado de la hegemonía democratacristiana. Ello se cumple en octubre de 1992, cuando —pocos días antes de la inscripción de listas— los socialistas deciden presentar

18 Alejandra Miranda, «FEUC: Tiempo de críticas y autocríticas», Análisis, n.° 254 (1988): 24.

19 Para una perspectiva general de la crisis del Partido Comunista y sus juventudes en los albores de la transición a la democracia, véase Fernando Pairicán, «La gran crisis: Las Juventudes Comunistas de Chile defendiendo su identidad en tiempos de transición y renovación democrática, 1989-1992», Izquierdas, n.° 30 (2016): 124-160.

20 Víctor Muñoz Tamayo, «Militancia, facciones y juventud en el Partido Socialista Almeyda (1979-1990)», Izquierdas, n.° 37 (2017): 226-260.

21 Claudio Orrego, «La FEUC para los nuevos tiempos», Pro-Vocación Universitaria, julio de 1990.

22 Juanita Rojas, «Claudio Orrego: "Muchos juzgan nuestra generación desde la perspectiva de los '60», Análisis, n.° 349 (1990): 25-27.

23 Rolando Devia Muñoz, entrevista por Cristóbal Karle, 27 de marzo de 2023.

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candidaturas alternativas al margen de la DCU. Entre las principales razones del quiebre cabe considerar el desgaste natural luego de tres presidencias democratacristianas, así como su posición moderada en los debates valóricos y también respecto al financiamiento universitario.

La primera campaña socialista sin la DC luego del fin de la dictadura adquiere un tono de reivindicación cultural y ruptura. La lista es denominada "4N", en alusión a las listas de izquierda previas a la Concertación, y como lema se escoge la frase "Hagamos la nueva mente", con un doble sentido propio de la época.24 La composición de la lista refleja también la vertiginosa reconfiguración de la izquierda en años previos: el presidente proviene de la renovación; el segundo vicepresidente, del MAPU; el secretario general, del PS-Almeyda; y el secretario ejecutivo, de las Juventudes Comunistas. En la campaña se suman otros ex comunistas y miristas, previamente aislados por la DCU. A contrapelo de las expectativas del mundo político, los socialistas derrotan al gremialismo en un balotaje y Fulvio Rossi asume como presidente. El propio Ricardo Lagos llega a la fiesta de celebración en la Casa Central, y promete llevar el espíritu socialista de la UC a una propuesta nacional. Los estudiantes lo reciben con euforia y le realizan un "manteo".25

Sin embargo, a poco andar la mesa liderada por Rossi comienza a experimentar tensiones internas. Si bien la gestión no debe confrontar escándalos como los que afectan por entonces a la FECh, tampoco registra grandes hitos de movilización, a excepción de una polémica por la censura de la obra teatral "Popol Vuh". Las posiciones respecto del arancel diferenciado, el nivel de autonomía respecto del gobierno y el carácter rupturista del proyecto generan diferencias al interior de la Juventud Socialista. Hacia el final del mandato, se organiza una primaria interna en Campus Oriente para definir al candidato presidencial del año siguiente, la cual termina en un quiebre entre un sector moderado (Mauricio Soto, vicepresidente) y otro más radical en su propuesta, encabezado por el secretario general Ricardo Calderón.

En ese momento yo tenía una visión distinta. Ricardo [Calderón] iba más en la ruda, iba más en la dura. A mí me parecía que, en el fondo, cambios tan fuertes requieren generar ciertos consensos, porque finalmente no basta con la idea del cambio en sí, sino que en el fondo también hay una visión de lo que es cambiar las cosas, pero también el cambio se tiene que implementar. Y cuando tú lo implementas, necesitas generar cierta base de apoyo.26

Con un sector democratacristiano aún en nocaut por su derrota del año anterior, la FEUC vuelve a manos del Movimiento Gremial, que no la dejaría hasta cuatro años después. Se produce, entonces, una diáspora: pocos meses antes Lagos había perdido por amplio margen las primarias en la Concertación, y la perspectiva de seis años más de la DC encabezando el gobierno era poco alentadora para la izquierda juvenil. Los sectores independientes de izquierda que habían sostenido la campaña de Rossi comienzan

24 Las listas a la Federación del MDP (1986) y las JJ.CC. (1988) habían ocupado el dorsal 4 en las papeletas. Respecto a la N, Calderón recuerda que "era una letra que te abría muchos conceptos... como de 'ene' onda, 'ene' hueveo, 'ene' cultura". La frase tiene un significado dual: "Hagamos la nueva mente" refiere al deseo de ruptura cultural frente a la seriedad democratacristiana, y "hagámosla nuevamente" remite a la Reforma Universitaria de 1967, de cuyo inicio se cumplía por esos días un cuarto de siglo.

25 «Buenas relaciones esperan tener rector y presidente de FEUC», La Tercera, 21 de noviembre de 1992. Los socialistas alcanzaron 3.966 votos (50,6%) contra 3.874 del gremialismo.

26 Mauricio Soto Durán, entrevista por Cristóbal Karle, 12 de diciembre de 2022.

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a buscar otros rumbos. De las más de diez orgánicas políticas relevantes que existían en la UC hacia 1985, y las tres de 1992, a finales de 1993 parece claro que pronto habrá sólo una: el gremialismo.

2. Colectivos territoriales y primeras expresiones antisistema (1993-1994)

Durante los años de la democratización, el activo militante de izquierda en la Universidad Católica se concentraba en Campus Oriente, particularmente en carreras como Filosofía, Historia y Letras, entonces denominada Castellano. Sin embargo, a raíz de la reconfiguración dada en los primeros años de la década y la relegación a la marginalidad de las fuerzas antes dominantes —la 'Jota', la JRME y el trotskismo— "se levantan propuestas que defienden un discurso apolítico o antipolítico y en muchos casos se suspende el funcionamiento de los Centros de Alumnos".27 En el caso de Historia, carrera que había albergado durante la década de 1980 a los núcleos más radicalizados del movimiento estudiantil, el Centro de Alumnos es presidido en 1993 por un gremialista que levanta las banderas de la "transversalidad": Alejandro San Francisco, quien a finales de año se presentaría con éxito a la presidencia de la FEUC. En aquel tránsito entre la antipolítica y los resabios del radicalismo pretérito surgen los primeros colectivos de izquierda no identificados con los partidos políticos tradicionales.

Estos primeros colectivos siguen un modelo orgánico bastante sencillo y replicable. Se trata de un grupo de estudiantes, de no más de diez personas y generalmente de una misma carrera, que instalan un diario mural en algún punto concurrido del campus. Estos diarios murales llevan el nombre del colectivo y son actualizados periódicamente con invitaciones a círculos de lectura, actividades sociales o reflexiones sobre el acontecer nacional y universitario. Estas precarias organizaciones suelen estar encabezadas por estudiantes vinculados a los restos de la izquierda revolucionaria, aquella "variopinta turba de militantes [que] utilizaron desde comienzos de los años noventa los campus como refugios, conformando un pequeño pero irreductible sedimento que resistió identitaria y agitativamente, no sólo como corriente política, sino que como cultura de izquierda radical".28 La primera expresión de esta naturaleza en la UC es el colectivo Contrapunto, conformado por estudiantes de Historia. Este grupo aparece en el segundo semestre de 1993 con un diario mural que difunde un discurso contestatario, en oposición a la gestión de San Francisco y llamando a la abstención en las elecciones de su Centro de Alumnos en aquellos meses. Junto a ellos emerge, también en Historia, el colectivo Pato Yáñez —cuyo nombre hace referencia al célebre gesto del futbolista chileno en el estadio Maracaná—; sus integrantes se autodenominan "yañistas" y adscriben al boicot en las elecciones del Centro de Alumnos, aunque su propuesta es notoriamente menos política y más satírica, en un estilo descrito por algunos entrevistados como "izquierda irreverente". Su primer acto es exitoso e impiden a San Francisco, por medio de la falta de quórum, formar una continuidad en el Centro de Alumnos de Historia. Sin embargo, se trata de un movimiento estrictamente local, circunscrito a una carrera que apenas ocupa un espacio reducido dentro del Campus Oriente.

También en 1993, en el mes de agosto, surge en la Facultad de Ciencias Sociales el colectivo Revolucionando Conciencias, bajo un formato similar a Contrapunto. Su particularidad es que, a diferencia de otros grupos más marginales, sus fundadores participan activamente de la FEUC presidida por Fulvio Rossi, aunque representan claramente al sector más rupturista dentro de ella. Para uno de

27 Centro de Estudios Avance, Taller de Análisis Universitario Abril 1995, 4.

28 Thielemann, La anomalía social de la transición, 150.

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sus integrantes, "ya había una cosa intuitiva de que había que organizarse a nivel más local".29 En el segundo piso de la Facultad instalan —con tablas de madera y un soporte— un diario mural que a las pocas semanas se convierte en colectivo, realizando convocatorias de agitación a partir de la oposición a la Ley de Punto Final, que buscaba en 1993 terminar con las investigaciones a violaciones de DD.HH. durante la dictadura. El así denominado "Revolucionando" cobra mayor relevancia luego del quiebre de la Juventud Socialista, atrayendo a independientes de izquierda disconformes con el proyecto concertacionista. Su principal dificultad es, en un comienzo, extender su alcance más allá de Ciencias Sociales, dada la aislada ubicación geográfica de dicha Facultad.

El mapa de colectivos se completa con Al-Margen, grupo de estudiantes de Periodismo que actualiza un diario mural y organiza ciclos de actividades académicas. Encabezados por Fernando Bendeck, se trata de un núcleo ligado a colectivos de la Universidad de Chile como el Movimiento de Estudiantes por la Reforma (MER).30 "Eran hueones más ultrones incluso" recuerda Camilo Brodsky.31 Estas cuatro agrupaciones forman la primera generación de colectivos de izquierda en la Universidad Católica. Aunque distinguibles entre sí de acuerdo con sus carreras (Periodismo, Historia, Ciencias Sociales), su cercanía con la política institucional, sus vínculos con otros actores y la seriedad de su orientación respecto a las problemáticas que abordan, comparten un diagnóstico común en torno a la política universitaria, la cual perciben como agotada e incapaz de movilizar problemáticas sociales. Sus integrantes son "jóvenes descontentos con las limitaciones de la denominada transición a la democracia, los cuales buscan crear alguna forma de organización con un carácter político, pero a través de la cual se busca resolver problemas que atañen a su condición como estudiantes universitarios".32 Si bien muchos de ellos tienen además una posición política definida para efectos del contexto nacional, en un comienzo se expresan en un lenguaje local, territorial y de inquietudes parceladas. No dejan de convivir con sensibilidades concertacionistas, aunque la solidez orgánica de la Juventud Socialista y la DCU sufre un rápido declive luego de las elecciones de 1993, por lo que se trata en su mayoría de estudiantes dispersos que terminan por confluir en muchas actividades. "No había nada, estaba todo desarticulado, entonces nosotros nos dedicamos a hacer cosas culturales, debates, fiestas, peñas rock, de alguna manera para tratar de articular el tejido social. Ese era nuestro cuento, ir articulando a partir de allí militancia de izquierda", recuerda Ricardo Calderón.33

Pese al empuje de sus bases, estos grupos emergentes dentro de la UC tienen, en sus primeros meses de vida, un escollo insalvable: apenas se conocen entre ellos. En muchos casos se trata de militancia anónima, casi completamente inorgánica, que no va más allá del respectivo diario mural y actividades relacionadas, como grupos de lectura o campeonatos de fútbol. La posibilidad de desafiar institucionalmente al Movimiento Gremial, o incluso a los remanentes de la Concertación universitaria, es risible. Las acciones políticas directas se limitan a los Centros de Alumnos y la conmemoración de efemérides como el 29 de marzo o el 11 de septiembre. Para peor, en una época donde la proximidad

29 Darío Quiroga Venegas, entrevista por Cristóbal Karle, 16 de diciembre de 2022.

30 Fabio Moraga Valle describe al MER como una "organización de estructura asamblearia conducida por los sectores más radicalizados de la izquierda", nacida en las facultades de Filosofía y Humanidades y de Ciencias Sociales en la Universidad de Chile. Sus raíces se encuentran en la disolución de la JRME —frente de masas juvenil del MIR— en 1991, y el nacimiento del movimiento SurDA. Véase Fabio Moraga, «Crisis y recomposición del movimiento estudiantil chileno», 195-198.

31 Camilo Brodsky Bertoni, entrevista por Cristóbal Karle, 9 de diciembre de 2022.

32 Nancy Garín y Patricia Torres, «Los colectivos universitarios: una nueva forma de organización» (memoria para optar al título de Periodista, Universidad Nacional Andrés Bello, 1999), presentación.

33 Ricardo Calderón Galaz, entrevista por Cristóbal Karle, 2 de diciembre de 2022.

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geográfica es crucial para la articulación política, Ciencias Sociales se ubica en un sector alejado del Campus San Joaquín, mientras que las demás carreras con sensibilidades de izquierda se reparten entre Oriente y El Comendador. El primer hito relevante se produce en abril y mayo de 1994, con un paro en la Facultad de Filosofía que exige la reestructuración académica de la carrera y la salida del decano Óscar Velásquez.34 La movilización responde a inquietudes específicas de Filosofía —de hecho, participan activamente en ella varios profesores—, aunque impacta de todas formas en el resto de la Universidad.

Se trata de un acontecimiento importante por al menos tres motivos. Primero, se trata de una protesta liderada exclusivamente por mujeres, quienes a fines del año anterior habían presentado una lista al Centro de Alumnos de Filosofía "para reivindicar el papel femenino al interior del Centro de Alumnos".35 Segundo, logra involucrar al conjunto de una comunidad académica en una asamblea multiestamental que inicia un proceso de reestructuración. Y tercero, permite abrir una luz en la ausencia de movilizaciones y conflictos para las sensibilidades reformistas aún organizadas en la universidad. El Consejo de Federación aprueba —por estrecho margen— una declaración de apoyo a la paralización pese a la oposición de la Directiva gremialista, y los firmantes organizan un acto masivo de solidaridad estudiantil en el Campus Oriente, al cual llegan representantes de todas las carreras. Así relata el hecho un boletín del Centro de Alumnos de Sociología:

A simple vista esta noticia podría haberse reporteado en 1983 o 1984. Pero no fue así. Al son de aquel clásico grito, aquella mítica frase —casi un poema—, íbamos marchando nosotros, los alumnos de la UC de 1994. Tras depositar el simbólico sobre azul en el estacionamiento del tal Velásquez, vino un ceatoleí (sin Derecho) algo escuálido —como siempre— y algunos gritos de carreras. Algunos se quedaron con gusto a poco. Querían más acción. Sin embargo, no hay que perder la perspectiva y otorgarle el peso que se merece. Obviamente que si no pasa nada el calibre de las acciones va a tener que ir subiendo. [...] Este hecho es importante, porque ese 'y va a caer' tiene un alcance que va mucho más allá del caso Filosofía.36

Desde "La Tetera", el boletín editado por los Consejeros Ejecutivos electos por la lista de la 4N —varios de ellos, como Pablo Morris, alejados de la orgánica socialista— se anuncia que, con el paro de Filosofía, "alguien encendió el fósforo que cambiaría la temperatura del agua apacible, fría, distante. Las moléculas comenzaron a moverse, a calentarse despacio, muy despacio...".37 Si bien el conflicto sería eventualmente resuelto en sus términos, sin extenderse a otras Facultades o carreras, representó para una nueva generación la posibilidad de construir movimiento a partir de iniciativas locales. Camilo Brodsky, en ese momento estudiante de primer año de Castellano, recuerda que el paro "tenía que ver con hueás propias de la carrera, pero generó obviamente movimiento alrededor suyo. Se empezó a activar la militancia, digamos, básicamente social, porque nadie estaba militando en partidos".38

Tres meses después del paro, en agosto, se organiza el colectivo Sancho. Se trata de cuatro estudiantes de Filosofía, liderados por el comunista José Miguel Avilés, que organizan grupos de lectura y agitación

34 Centro de Alumnos Filosofía '94, Filosofía: Unidad Académica en Crisis. Archivo Ricardo Calderón.

35 Avance, Taller de Análisis Universitario Abril 1995, 8.

36 «¿Y va a caer?», La Buena Voz, n.°4 (1994): 1-2. Archivo Ricardo Calderón.

37 «Alguien encendió el fósforo», La Tetera, n.°4 (1994): 2. Archivo Ricardo Calderón.

38 Camilo Brodsky Bertoni, entrevista por Cristóbal Karle, 9 de diciembre de 2022.

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a través de panfletos y afiches en el Campus Oriente. El nombre del colectivo, inspirado en el personaje del "Quijote" de Cervantes, refleja con cierta claridad la visión de mundo que moviliza a estos pequeños núcleos estudiantiles. La idea de un submundo en la Universidad Católica es fundamental en la expresión primigenia de los colectivos. Se identifican a sí mismos con el Quijote peleando contra una versión real y concreta de los molinos de viento —además de Sancho, surge pocos meses después en Periodismo otro pequeño colectivo de nombre "Rocinante"—, con la fuerza subterránea que se opone al oficialismo universitario y nacional. Reconocen y reivindican su marginalidad. Construyen desde lo cotidiano hacia lo político, mezclando activismo con reflexión teórica.

La sociedad es algo que tenemos que reflexionar, la sociedad es el mundo en el que tenemos que vivir... tal vez no basta con preocuparse de la eficiencia de la Federación al entregar becas de alimentación, tal vez hay que preguntarse antes por qué es necesario dar becas de alimentación, por qué hay pobreza ahí afuera, por qué hay estudiantes pobres que aquí en este medio son incapaces de revelar su pobreza, ellos se pierden o tal vez se esconden bajo este mundo de la Católica [...] Hoy en día hablar de política es casi una herejía, la onda es no estar ni ahí con nada. Nosotros creemos que sí hay que hablar de política y política es mucho más que la simple militancia en un partido cualquiera.39

3. Colectivos políticos: la emergencia de Maestranza y las JJ.CC. (1994-1995)

Al llegar octubre de 1994, los patios de la Universidad vuelven a llenarse de propaganda electoral e intrigas políticas. Ha sido un año difícil: salvo por el paro de Filosofía y algunas acciones notorias de colectivos como Revolucionando Conciencias y Sancho, la FEUC gremialista parece consolidarse sin mayor contrapeso, enarbolando un discurso valórico radicalmente conservador incluso para la época, y confía en su reelección.40 Los circuitos remanentes de la Juventud Socialista se articulan para presentar una candidatura alternativa con amplia presencia de independientes, a la cual denominan "9Z" —otra vez con doble significado: de oposición polar a la "1A" gremialista, y en referencia al dorsal de Iván Zamorano—, encabezada por el ex almeydista Esteban Irazoqui. Inicialmente buscan integrar a los colectivos en el proyecto, aunque la alternativa termina por descartarse al buscar una nueva alianza con elementos democratacristianos, la cual tampoco llega a buen puerto.41

Los colectivos de izquierda entonces existentes (Contrapunto, Al-Margen, Revolucionando Conciencias y Sancho) llaman a la abstención "dado el carácter 'típicamente político' de las listas que se presentaban, los acusaron de hacer una política 'añeja' y 'descontextualizada del quehacer universitario'". El colectivo Pato Yáñez de Historia, si bien compartía inicialmente la intención de boicotear los comicios, llega poco antes del plazo de inscripción a presentar una candidatura, que recoge el apoyo extraoficial de algunos de los demás colectivos. Por supuesto, la intención no es ganar, sino "aportar una dosis de discrepancia y crítica en el universo acomodaticio de la politiquería universitaria" y disolver la Federación en el hipotético caso de salir victoriosos.42 No es una empresa demasiado elegante: el

39 Ibídem.

40 Ese año, la FEUC de San Francisco organiza un seminario "por la familia" en oposición a la Ley de Divorcio que entonces se comenzaba a proponer. En la presentación del libro editado con las ponencias, el vicepresidente —y luego presidente— gremialista Alvaro Cruzat anuncia su "compromiso de defensa irrestricta del matrimonio indisoluble, ante la amenaza divorcista siempre presente". Véase Alejandro San Francisco, Seminario FEUC por la Familia (Santiago: FEUC, 1995), 9.

41 Gonzalo Tapia Horment, entrevista por Cristóbal Karle, 23 de marzo de 2023.

42 Avance, Taller de Análisis Universitario Abril 1995, 9-10.

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nombre de la lista es "olo", representando un falo. Los debates se convierten en recriminaciones cruzadas entre los "yañistas", liderados por Manuel Andrade, y los socialistas independientes de Irazoqui, que comprenden el daño que la lista satírica le produce a su candidatura. Finalmente, el Movimiento Gremial se impone contundentemente en primera vuelta y la derrota produce un efecto fatal en lo que queda del socialismo en la UC. Los "yañistas" han despejado el camino para la proliferación de nuevas iniciativas territoriales y contestatarias.

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En noviembre, poco después de la elección, un pequeño grupo de estudiantes lanza el boletín "Catacumba", que se convertiría con el tiempo en la publicación más longeva de esta etapa. Su editor, Camilo Brodsky, invita a integrantes de diferentes colectivos a participar. "Catacumba" se autoidentifica como "pasquín de la ultratumba universitaria" y se propone constituir un espacio común de expresión para los diferentes colectivos antisistema de la universidad. En sus páginas aparecen poemas, microcuentos, cartas abiertas, grabados y esbozos de análisis político, con un tono que mezcla el pesimismo con la convocatoria a la acción directa.43

Entrado el año 1995, la mayoría de la primera generación de colectivos comienza a disgregarse. Los fundadores de Al-Margen prefieren "irse a trabajar a la Chile", mientras que la gente de Contrapunto y Pato Yáñez se resta de las actividades públicas que habían liderado el año anterior.44 En su lugar comienzan a emerger nuevas expresiones. El Campus Oriente, que concentraba a la mayor parte de las carreras tradicionalmente progresistas, se convierte en un reducto casi exclusivamente de izquierda luego de que Derecho fuese reubicado en la Casa Central a inicios de 1994. Allí comienza la agitación durante el primer semestre de 1995. A diferencia de otros boletines de la época, "Catacumba" supera 1994 y distribuye un segundo número en abril de 1995, "para continuar con la grata tarea de sembrar la cizaña y la molestia cómplice en las dormidas cabezas de los católicos estudiantes de esta perversidad".45 Su análisis de las elecciones FEUC habla de los gremialistas y 'los otros", cuyas "palabras que tanto emplean sirven más de terapia de grupo que nada crea y finalmente nada dicen".46

Un día de mayo de 1995, un grupo de estudiantes, la mayoría de ellos vinculados a algunos de los colectivos de izquierda que persistían entonces, entra al casino del Campus Oriente sin la intención de salir. Se trata de una "toma cultural",47 que busca romper con la monotonía y generar movimiento en torno a sí en una veta similar a lo planteado por "Catacumba". Con el tiempo, "el acto del casino de Oriente" pasaría a ocupar un sitial casi mitológico en la cultura de izquierda de la UC.48 Se trata de una acción increíblemente disruptiva para la época, cuyo antecedente más cercano se ubica en las intervenciones del "Pop Power" y los grupos más radicalizados de la oposición a la dictadura a mediados de la década anterior.49

43 «Alea jacta est», Catacumba 1, n.° 1 (1994), 3. Archivo Ricardo Calderón.

44 Avance, Taller de Análisis Universitario Septiembre 1995, 4-5.

45 «¿Editorial...?», Catacumba 2, n.° 2 (1995), 3. Archivo Natalia Chanfreau.

46 «Carta abierta (a los 1a, a los 9z, a los Yáñez, a los revolucionarios auténticos y renovados, y a tantos otros)», Catacumba 2, n.° 2 (1995), 12. Archivo Natalia Chanfreau.

47 Garín y Torres, «Los colectivos universitarios», 133.

48 «Colectivo Maestranza. Tres años trabajando, construyendo, luchando.», Catacumba 4, n.° 8 (1998), 4-5. Archivo Natalia Chanfreau.

49 Verónica Neumann, «El underground de la UC: siempre ávidos de certidumbre», Realidad Universitaria, n.° 5 (1988), 95-102. Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea.

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Hubo un momento en el que nosotros dijimos 'ya, no hay condiciones para tomarse el campus, pero está el casino que es una hueá aséptica, es como un consultorio de clínica', y dijimos... Nos pusimos de acuerdo con estudiantes de Arte en ese momento, y dijimos 'vamos a tomarnos el casino' en la onda de la irrupción de las acciones referenciales de masas. Ya, nos metimos todos al Casino, lo cerramos, hueones arriba de las mesas tirando discursos, otros hueones haciendo murales dentro de la hueá impoluta del Casino. Y nada, la cagá,poh hueón. [...] Igual fue una acción violenta. O sea, hueones arriba de las mesas, y todos los hueones con las bandejas, y los guardias vueltos locos no pudiendo entrar. No, duro.50

Sus críticos dirían que se trata de energía malgastada, ya que los pequeños grupos involucrados apenas tenían fuerza para convocar mayorías políticas que les permitieran incidir dentro de las estructuras de decisión en la Universidad. Pero aunque la toma es rápidamente desactivada y las sanciones no se hacen esperar, ninguno de los participantes es expulsado y se convierte en un hito de referencia simbólica a partir del cual se crean nuevos vínculos. Camilo Brodsky, editor de "Catacumba", se junta con algunos de los estudiantes que en 1993 habían conformado Contrapunto. Todos ellos estudiantes del campus Oriente; la mayoría de Licenciatura en Historia. Muchos traen a cuestas militancias anteriores o provienen de un entorno familiar duramente golpeado por la represión de la dictadura. Así, a comienzos del segundo semestre de 1995 y con un diario mural como expresión de masas, nace oficialmente el colectivo Maestranza, cuyo nombre alude al "trabajo colectivo, entre todos, calor, la fuerza necesaria, golpear los metales, darle forma al futuro".51 Su inspiración es de izquierda revolucionaria, más específicamente mirista, levantando como referentes a Miguel Enríquez y el "Che" Guevara. También se enmarca en el surgimiento de organizaciones similares en otras universidades que comparten el ethos horizontal, asambleísta y la identificación con la izquierda radical, en virtud de un diagnóstico algo más reposado sobre la sociedad que el de sus inorgánicos antecesores.52

La formación de Maestranza tiene que ver con encontrar un espacio que nos refleje políticamente, que nos represente de mejor manera. Un espacio de militancia, de difusión de lo que pensamos a través del diario. Nos agrupamos en torno a colores: Maestranza siempre fue rojo y negro. Desde esa mirada veíamos muchas cosas y analizábamos muchas cosas. Había mucha discusión en el colectivo, mucha, por una foto que gusta o no gusta, mucha reflexión teórica, política, coyuntural. Entonces, yo creo que esa es un poco la idea. Empezar a instalar en la Católica una mirada distinta, una mirada crítica a lo que estaba pasando, y tratar de impulsar desde ahí proyectos políticos.53

El rasgo distintivo de Maestranza respecto a sus predecesores es su creciente voluntad de convertirse en un referente a escala universitaria, no solamente limitado a Letras e Historia. Abandona las problemáticas territoriales para desarrollar un discurso de alta densidad ideológica y política, sin miedo a identificarse con la izquierda revolucionaria. Su discurso rechaza la conducción de los partidos políticos "institucionalizados", llama a no inscribirse en los registros electorales, habla de "aprender del fracaso de la experiencia reformista" en 1973, de "separarse con claridad de los reformismos de toda laya que

50 Camilo Brodsky Bertoni, entrevista por Cristóbal Karle, 9 de diciembre de 2022.

51 «Colectivo Maestranza. Tres años trabajando, construyendo, luchando...», Catacumba 4, n.° 8 (1998), 4-5. Archivo Natalia Chanfreau.

52 Thielemann, La anomalía social de la transición, 150-156.

53 Natalia Chanfreau Hennings, entrevista por Cristóbal Karle, 28 de diciembre de 2022.

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sólo confunden a los trabajadores", y de "desatar lucha política anticapitalista, buscando la extinción de la democracia burguesa con la patria popular, justa y digna para todos sus hijos".54 "Catacumba" pasa, desde finales del año 1995, a convertirse en órgano oficial del colectivo.

Como recuerda Brodsky, ese mismo año "las expresiones más de carrera empiezan a ser reemplazadas por expresiones más políticas y transversales".55 Mientras el colectivo Maestranza surge en Campus Oriente, en San Joaquín reaparecen como expresión orgánica las Juventudes Comunistas; la "Jota". Su cabeza visible es Carlos Insunza, estudiante de Ingeniería Civil e hijo del emblemático dirigente Jorge Insunza, quien recibe apoyo de integrantes de algunos colectivos para formar una base comunista nuevamente en la Universidad Católica, cinco años después de la debacle de la transición. Esta base no rivaliza inicialmente con sus pares en otros sectores de la izquierda emergente; por el contrario, busca integrarse en sus dinámicas y jugar un rol articulador, emulando la estrategia de "asambleas de izquierda" mediante la cual los comunistas buscaban recuperar el protagonismo perdido en otras universidades.56

Lo primero que decidimos fue que, en ese panorama de la existencia de colectivos, nos íbamos a expresar en el mismo formato. Decidimos hacerlo en el mismo formato porque, claro, todos sabían quiénes éramos militantes, pero esa fue la forma en que decidimos hacer nuestra salida. Y el rol que siempre nosotros intentamos jugar fue el de —a propósito de que nosotros teníamos una línea política nacional, y que teníamos una perspectiva en que hay que buscar que desde la Católica lográramos abrir camino para expresar un movimiento estudiantil que se allegara al movimiento que estaba empezando a despuntar en ese período— intentar hacer el mayor aporte para unificar y coordinar el accionar de todas las fuerzas de izquierda que estuvieran en la universidad. Más allá de cuál fuera su formato.57

Al igual que Maestranza, la "Jota" de la UC cuenta con dos órganos de difusión. El primero es la "Tribuna Amaranto", diario mural que da nombre al mentado colectivo formado por los comunistas, que se hace presente a partir de 1995 en San Joaquín; pero también en Campus Oriente y Casa Central. El segundo, ligeramente posterior, es el boletín "La Voz", que lanza su primera edición con la omnipresente efigie grabada de Don Quijote como emblema principal, afirmando "que la apatía caerá bajo los pasos de los que icen las banderas de sus sueños, y se encaminen hacia la construcción de la nueva sociedad que Chile necesita, a la cual, sin lugar a dudas, nosotros llamamos Socialismo".58 La "Jota", más que Maestranza, sigue con atención el proceso de refundación de la FECh en la Universidad de Chile, siempre en contacto con la base comunista que dirige Rodrigo Roco. Este proceso, que empieza a cuajar en octubre de 1995 con la elección de Roco como presidente "transitorio y refundacional" de la FECh, es visto inicialmente con desconfianza por los grupos de tendencia asambleísta y revolucionaria —como el MER y la SurDA, que llaman a la abstención en aquella primera elección—, pero pronto quedará de manifiesto su capacidad para levantar al movimiento estudiantil

54 «Ahora es cuando», Catacumba 3, n.° 6 (1997), 9-10. Archivo Natalia Chanfreau.

55 Camilo Brodsky Bertoni, entrevista por Cristóbal Karle, 9 de diciembre de 2022.

56 Véase Fernando Pairicán, «La reconstrucción: la Jota entre la marginalidad y el derecho a soñar (1994-1999)». Páginas 9, n.° 20 (2017), 102-130.

57 Carlos Insunza Rojas, entrevista por Cristóbal Karle, 6 de enero de 2023.

58 «Editorial», La Voz 1, n.° 1 (1996), 1. Archivo José Miguel Avilés.

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desde la crisis de comienzos de siglo, y convertirlo en un vector de crítica e insubordinación ante el oficialismo concertacionista.59

Con la aparición de Maestranza y las JJ.CC. se configuran en la Universidad Católica las dos corrientes político-ideológicas que bregarán durante todo el ciclo político por la conducción y hegemonía dentro de lo que se denomina entonces "izquierda extraparlamentaria". Maestranza articula una sensibilidad que ya venía tomando cuerpo en la forma de colectivos radicalizados; ella rechaza la "instrumentalización del movimiento social", apuesta a una revolución "desde abajo" y a reconstituir el tejido social para la construcción de una alternativa insurreccional contra el orden sociopolítico de la transición. Las JJ.CC. constituyen otro polo de orientación, buscando el fortalecimiento de una alternativa política por medio de la integración de las organizaciones sociales en una estrategia de ruptura diseñada y encabezada por el Partido Comunista como ente central, identificando a los grupos autonomistas como "ultraizquierdistas" cuyas organizaciones de base están condenadas a la volatilidad. Estas dos corrientes —y una tercera, los anarquistas, que tendrían su expresión propia en la UC algunos años después— mantendrán agrias disputas en los distintos espacios que comparten durante estos años.60 Sin embargo, dado el contexto particularmente derechizado de la UC y el reducido tamaño de las organizaciones existentes, ambos polos se ven empujados hacia la unidad, cuestión facilitada por la masa de independientes y dirigentes locales que buscaban formar un espacio de coordinación entre los diferentes colectivos.

Con la noticia fresca de la recomposición de la FECh, los colectivos de izquierda se reúnen y, mediante una declaración conjunta, llaman a la abstención en las elecciones de la FEUC. En esta dinámica participan Maestranza, Tribuna Amaranto (comunistas), Sancho y Rocinante, aunque los dos primeros resultaban significativamente mayoritarios. El objetivo declarado es "levantar una propuesta que fuera capaz de aglutinar a todos aquellos que querían trabajar en la búsqueda y realización de un proyecto de universidad concreto y, de esta manera, remover el actual modelo que se nos impone, el cual no responde a la idea de Universidad que pensamos".61 La elección es bastante extraña. Sin izquierda ni centroizquierda —los DCU y socialistas remanentes, casi enteramente marginalizados, apenas logran presentar una candidatura a la Consejería Superior—, la disputa se produce entre el Movimiento Gremial y una curiosa escisión del propio gremialismo, encabezada por José Luis Barroilhet, que logra congregar a un pequeño grupo de independientes y dirigentes de Centros de Alumnos bajo el nombre "3M". Los gremialistas se imponen con facilidad, aunque la participación registra una baja importante y la suma de nulos y blancos alcanza un total histórico, superior al millar de votos. La nueva presidenta de la FEUC es Francisca Correa Escobar, la primera mujer de la historia en alcanzar semejante posición, a quien los medios presentan como "gremialista, antifeminista y preocupada por la relativización de los valores".62 La izquierda, entretanto, parece lista para dar el paso siguiente.

59 Un relato pormenorizado de este proceso puede hallarse en Rodrigo Roco, «La FECH de fines de los 90: relatos de una historia presente», Anales de la Universidad de Chile 6, n.° 17 (2005), 51-83.

60 Thielemann, La anomalía social de la transición, 148-156.

61 Avance, Taller de Análisis Universitario Marzo 1996, 3.

62 «Francisca Correa: Hiperactiva, gremialista, antifeminista y preocupada por la relativización de los valores», La Segunda, 20 de noviembre de 1995. Correa, quien llegaría a ser presidenta del partido político Evópoli (centroderecha liberal) en el año 2014, manifiesta hoy que ha cambiado sus posiciones con el tiempo, definiéndose como feminista y cercana al centro político.

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4. De MURGA a la Plataforma por la Refundación (1995-1996)

Para los colectivos abstencionistas, el triunfo de Correa representaba la corroboración de un malestar más profundo en el estudiantado —expresado en la baja participación— pero también la necesidad de configurar una alternativa. Los comunistas, activos promotores de la unidad, consideran que es necesario levantar una coordinación para poder sumarse a las instancias de movilización que se planifican desde la CONFECh, que ya ha comenzado a recuperar vigor. Poco después de la elección, el lunes 20 de noviembre de 1995, los colectivos efectúan una asamblea abierta en la cual pretenden establecer los pasos a seguir. En la convocatoria, dirigida particularmente a estudiantes independientes, afirman que "si todos los que pensamos que efectivamente se puede solucionar el problema que nos afecta nos unimos, entonces, realmente podremos hacer algo concreto".63

A esta asamblea concurren más de una treintena de estudiantes, vinculados a los colectivos existentes pero también a Centros de Alumnos, y algunos independientes. En ella, se decide "elaborar un proyecto serio que nos ayudara a alcanzar nuestro objetivo como estudiantes, el cual no coincide con el del actual sistema universitario".64 La metodología consiste en la formación de cuatro comisiones temáticas en torno a diferentes aspectos de la vida universitaria, cuyos documentos resultantes serían presentados en un "claustro de reflexión" realizado un mes después de la primera asamblea. En este, se decide acoger la propuesta de la comisión "Estrategias de Acción": constituirse como grupo organizado para llevar a cabo los proyectos levantados por las demás comisiones.65 Esta estructura consiste en la formación de una Asamblea de Estudiantes que tome las decisiones y proponga líneas de acción para el movimiento, además de una Mesa de Coordinación electa por la Asamblea y la extensión del funcionamiento de las comisiones ya formadas, convirtiéndolas en espacios permanentes. Así nace el Movimiento Universitario Rebeldes Generando Acción: MURGA.

La etiqueta de identificación política es una de las primeras discusiones que definen al movimiento, que pasaría a ser conocido como "la Murga". En su primera declaración, se define puramente como "...un movimiento universitario que pretende avanzar hacia la reconquista de los valores humanos, académicos y culturales que la Universidad ha perdido y en el que los aquí presentes hemos decidido participar de manera solidaria y mancomunada, respetando las diferencias políticas, ideológicas y religiosas, promoviendo la acción y la participación de todos los que estudian en nuestra Universidad, en vistas a lograr una sociedad más justa y más humana",66 eludiendo deliberadamente palabras como "izquierda", "revolución" o "socialismo". Esto implica una concesión por parte de los integrantes de Maestranza, que visualizaban una alternativa ideológicamente de izquierda radical; así como de algunos militantes comunistas, espacio donde "no todos comparten la idea de formar un frente de características tan amplias como las que MURGA plantea".67 En cualquier caso, MURGA cuenta, en sus primeros meses de vida, con tres "elementos constitutivos" dentro de su organización: los neomiristas de Maestranza, los comunistas de Tribuna Amaranto, y otro resto de estudiantes independientes y colectivos preexistentes, como Sancho y Rocinante. La izquierda de la Universidad

63 «Te invitamos.», Anónimo (1995). Archivo José Miguel Avilés.

64 MURGA, «Declaración Pública», marzo de 1996. Archivo José Miguel Avilés.

65 Ibídem.

66 Ibíd.

67 Avance, Taller de Análisis Universitario Abril 1996, 4-5.

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Católica, aunque aún no se identificase como tal, ya contaba con un referente simbólico y orgánico para participar en distintas actividades.

La MURGA fue un movimiento potente, potente. Además fue lindo, porque el nombre era lindo, nuestra estética era estética de murga, había mucha alegría. Era un movimiento realmente bonito. La mayoría éramos de izquierda, y otros cercanos a la izquierda no partidista también, hicimos un manifiesto y nos consagramos al trabajo. Entonces, de estos colectivos surge la MURGA, sin perder la individualidad de cada colectivo, pero la MURGA pasó a ser un movimiento que tuvo en sus filas a un montón de estudiantes que no estaban ni en estos colectivos, ni en partidos. Fue un movimiento grande, organizado, bien pensado.68

MURGA se muestra por primera vez al estudiantado en el primer mes lectivo de 1996, por medio de la realización de cuatro murgas, una en cada campus de la Universidad.69 Su "presentación en sociedad", de acuerdo con un documento del Centro de Estudios Avance, resulta un éxito; las murgas "fueron acogidas con mucho entusiasmo y positivos comentarios, especialmente de los novatos".70 La recepción y relativo éxito en la organización insufla convicción al interior del movimiento, que reafirma su voluntad de seguir operando bajo el modelo orgánico y político antes decidido, sin plantearse objetivos electorales de ningún tipo. También comienza a publicarse el boletín oficial del movimiento, con el nombre "Teluria" y un comité editorial compuesto por cinco integrantes que representan a diferentes corrientes dentro del movimiento. En él se plasma el mismo tono de reivindicación de la marginalidad antes propugnado por Maestranza y Sancho, pero con una veta de optimismo e identificación clara con la Universidad Católica como espacio de acción y transformación.71

Durante el resto del año, MURGA combina intervenciones culturales con eventos de agitación política explícita, redactando documentos de análisis de contingencia, formando grupos de lectura y entrando en contacto con organizaciones en otras universidades. Una de las primeras fue el denominado "murgarden", una intervención de protesta durante la inauguración del "Food Garden" en el patio de Ingeniería, que reemplazaba a los tradicionales casinos.72 Se trataba de una política impopular, respecto a la cual incluso el Movimiento Gremial había presentado reparos, compartiendo el diagnóstico de MURGA: "Se ha tildado al Food Garden de elitista... puede que realmente lo sea".73 Según José Miguel Avilés, "el trabajo político nuestro de la MURGA fue mucha denuncia [...] Era más bien esto, de generar acción al interior de la Universidad, 'revolverles el gallinero' como se dice, y empezamos a plantear temas de fondo".74 El movimiento gana adeptos durante el primer semestre, aunque los colectivos que lo conforman continúan manteniendo su orgánica propia, sin disolverse en MURGA. Se organizan "Semanas Culturales", peñas y conversatorios, pese a que en un comienzo 'la apatía de

68 José Miguel Avilés Radic, entrevista por Cristóbal Karle, 15 de diciembre de 2022.

69 Las murgas son un género de expresión artística y cultural callejera, que consiste en la ejecución de bailes, canciones y actuaciones de carácter popular. Debe notarse que, en el caso del movimiento, la murga organizada en Casa Central fue suspendida por el control de la Universidad.

70 Avance, Taller de Análisis Universitario Abril 1996, 4.

71 «Editorial», Teluria 1, n.° 1 (1996), 1. Archivo José Miguel Avilés.

72 Avance, Taller de Análisis Universitario Abril 1996, 4. El documento señala que la intervención "a juicio de algunos, se vació de contenido y se improvisó, con la ambición de dar una imagen a los alumnos del Campus 'San Joaquín' que MURGA aún no tiene [...] Esto significó una discusión profunda al interior de MURGA entre los que plantean que MURGA no puede, ni debe, caer en el activismo y los que piensan que MURGA irá adquiriendo forma y fuerza, precisamente, en la acción".

73 «¿Qué ganamos con el Food Garden?», Presencia 29, n.° 1 (1996), 1. Archivo Rolando Devia.

74 José Miguel Avilés Radic, entrevista por Cristóbal Karle, 15 de diciembre de 2022.

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nuestro estudiantado hizo que varias de las actividades que organizamos no se concretaran por la poca o nula asistencia".75

Sin embargo, el acontecimiento más importante del primer semestre de 1996 es la reactivación de la política. La DCU, luego de algunos años de silencio, resurge a través de trabajos voluntarios, tejiendo vínculos con el grupo de ex gremialistas encabezado por José Luis Barroilhet, y con una ácida declaración pública interpelando a la Federación,76 la cual es contestada en términos igualmente ácidos por Thomas Leisewitz, dirigente gremialista.77 La CONFECh, revitalizada luego de la reestructuración de la FECh en torno a la presidencia de Rodrigo Roco, comienza a ganar en confianza y alcance nacional, convocando una movilización y paralización nacional para el día miércoles 12 de junio. Francisca Correa, presidenta de la FEUC, se manifiesta públicamente en contra de las protestas, lo cual le vale ser censurada por el pleno de la Confederación y genera molestia al interior de la Universidad. Ante esto, un grupo de estudiantes y representantes estudiantiles —entre los cuales hay integrantes de MURGA— publican declaraciones autodesignándose como "Estudiantes No Federados" (ENOF), adhiriendo a las movilizaciones y declamando la ilegitimidad de la Directiva encabezada por Correa. Ello marca un punto de inflexión en la oposición política interna a la conducción gremialista, que no había debido enfrentarse a problemáticas estudiantiles de alcance nacional en sus dos años previos.78

La movilización se enmarca en la oposición a la Ley de Modernización, iniciativa legal del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle que buscaba reformar las vías de financiamiento estructural a los planteles, "con el fin evidente de enviar al autofinanciamiento a las instituciones públicas de educación superior a la vez que buscaba entregar los créditos para el financiamiento estudiantil a la banca privada".79 En los días previos, distintas facultades de la capital amanecieron tomadas por sus estudiantes, que organizan foros y jornadas de agitación respecto a las demandas del movimiento estudiantil. La protesta del día 12 es un éxito rotundo para los estándares de la época: convoca a decenas de miles de manifestantes, logra suspender la tramitación de la Ley en el Congreso y obliga a sus promotores concertacionistas a justificar su posición ante el público nacional. Se trata, además, de un hito simbólico de articulación estudiantil para la generación de la transición, en el cual los integrantes y dirigentes de la izquierda universitaria agrupada en MURGA participan.80

Para nosotros fue una cuestión así que nos paraba los pelos porque, los estudiantes de la Chile nos reciben con un aplauso, así pero cerrado, cerrado, con el sentimiento de decir 'chucha hueón, hasta los de la Católica se suman en esta demanda'. Y fue una experiencia súper bonita y grande, porque fue la primera vez que la Católica se encontraba en la calle con los otros estudiantes. [...] Esta protesta, esta marcha que hubo grande, donde íbamos como te digo juntos con los de la Chile, y que después nos reunimos en el Caupolicán todos los estudiantes, fue una acción que potenció mucho al movimiento, y que potenció sobre todo la convicción de que estábamos trabajando por una cuestión mucho más amplia que la Universidad Católica.

75 «Movimiento», Teluria 1, n° 1 (1996), 4. Archivo José Miguel Avilés.

76 DCU-UC, «Declaración pública», mayo de 1996. Archivo Marcela Labraña.

77 Thomas Leisewitz, «Algo huele mal», La Farola 2, n.° 3 (1996), 2. Archivo Rolando Devia.

78 Avance, Taller de Análisis Universitario Junio 1996, 3.

79 Thielemann, La anomalía social de la transición, 146.

80 «Universitarios se tomaron la Alameda», El Siglo, 14 al 20 de junio de 1996. Citado en Thielemann, La anomalía social de la transición, 146-147.

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Nos hizo sentir parte del estudiantado chileno, nos hizo sentir que estábamos también nosotros colaborando con nuestra fuerza al cambio en el sistema universitario.81

En la UC, el éxito de la marcha es una inyección de ánimo. A la semana siguiente —19 de junio— se organiza, por parte de MURGA junto a sus colectivos integrantes y algunos Centros de Alumnos, una Asamblea Estudiantil en el Campus Oriente. Como invitado asiste Luis Cornejo, presidente de la FEUCN, como símbolo para reforzar el carácter nacional que adquiere la misión de los estudiantes de izquierda en la UC. En ella se realiza una fuerte crítica a la FEUC y se establecen líneas de acción para seguir contribuyendo al auge del movimiento estudiantil a escala nacional, entre las cuales destaca un Claustro Triestamental.82 Entre agosto y septiembre, se organiza un Congreso Estudiantil convocado por nueve Centros de Alumnos y los colectivos asociados a MURGA, que permite profundizar en los cambios que se proponen no solamente para el país, sino para la propia Universidad Católica.83

Durante el segundo semestre resurgen la FEC y la FEUSACh —dirigidas por la SurDA y los comunistas, respectivamente— la CONFECh alcanza un ritmo estable de funcionamiento —censurando nuevamente a Correa por "desprestigiar al movimiento estudiantil"— y la organización entra definitivamente en un ciclo ascendente, levantando como principales banderas la ampliación del crédito universitario, la democratización de los planteles y el cambio en el modelo de financiamiento, pasando a un régimen de arancel diferenciado.84 A fines de septiembre, la discusión llega a MURGA sobre la posibilidad de presentar una candidatura a las elecciones de la FEUC, agendadas para noviembre de aquel año. Ya se sabe que la conducción del Movimiento Gremial está desgastada —agitada, además, por diferencias internas—, y que la DCU volverá a presentar una candidatura, probablemente en conjunto a los remanentes del proyecto 3-M. Los comunistas de Tribuna Amaranto, encabezados por Carlos Insunza, proponen directamente llevar MURGA a un proyecto electoral, lo cual es rechazado por la mayoría de la asamblea y los colectivos. Según recuerda Insunza, "podríamos haber cometido la locura de habernos lanzado con alguna lista y haber hecho nosotros el esfuerzo solos, y lo que decidimos fue que si habíamos hecho la discusión, en un espacio democrático y habíamos llegado a un acuerdo, lo íbamos a respetar".85

En su lugar, MURGA y sus organizaciones asociadas plantean por tercer año consecutivo la abstención, aunque con una diferencia fundamental. De una "Plataforma de Abstención" se pasa a una "Plataforma por la Refundación".86 Ya no se trata de considerar ilegítima la institución o construir poder al margen

81 José Miguel Avilés Radic, entrevista por Cristóbal Karle, 15 de diciembre de 2022.

82 Avance, Taller de Análisis Universitario Junio 1996, 8-9.

83 «Congreso Estudiantil: ¿Qué Universidad tenemos, qué Universidad queremos?», Anónimo (1996). Archivo José Miguel Avilés. Los Centros de Alumnos convocantes son Historia, Letras, Filosofía, Periodismo, Teología, Geografía, Psicología, Trabajo Social y Sociología (Consejo de Delegados).

84 Patricio Lagos, «Jóvenes Rebeldes y Desarmados: La organización estudiantil universitaria chilena, 1991-2000», 13. Ponencia presentada en las IV Jornadas de Estudio y Reflexión sobre el Movimiento Estudiantil Argentino y Latinoamericano (La Plata, 2012). El mismo trabajo registra que las orgánicas agrupadas en la "izquierda revolucionaria" mantendrían profundas diferencias en torno a la propuesta de impulsar la gratuidad universal como bandera. Para otras perspectivas respecto de este debate, que sólo se zanjaría en favor de la gratuidad en 2011, véase Víctor Muñoz, Generaciones, 124-125.

85 Carlos Insunza Rojas, entrevista por Cristóbal Karle, 6 de enero de 2023.

86 «Plataforma por la Abstención», MURGA (1996). Archivo José Miguel Avilés. Este documento es una versión preliminar de la campaña final de Refundación, titulada "Plataforma por la Abstención", con la palabra "Abstención" tarjada y "Refundación" escrito encima. Por tanto, cabe suponer que se trata de un cambio semántico discutido e implementado en un momento posterior.

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de ella, sino de utilizar la abstención para un objetivo político determinado, con una propuesta bien delimitada. Por ello, una de las consignas de la Plataforma es "nada cae sin que algo se levante". El plan consiste en lo siguiente: hacer campaña activamente por la abstención, de manera tal que el quórum no alcance el 50% requerido por los Estatutos para validar la elección. Luego, en el Consejo de Presidentes —donde las fuerzas vinculadas a MURGA ya tenían una presencia importante—, nombrar una Directiva interina y convocar a un Congreso Estudiantil que redacte nuevos Estatutos para la Federación, en un proceso denominado como "refundacional", convocando a nuevas elecciones a más tardar en el mes de mayo de 1997. En ese sentido, se propone para la nueva institucionalidad una estructura de representación con una Directiva integrada —emulando a la FECh de Roco—, eliminación del voto ponderado, creación de mecanismos de democracia directa, ampliación del Consejo Ejecutivo, fortalecimiento de los Centros de Alumnos, entre otras cosas. La Plataforma comprende una hoja de ruta para la "refundación" de la FEUC, para lograr "una que se base y a la vez sea base del movimiento estudiantil".87

Digámoslo francamente, la FEUC está en crisis. La actual estructura de FEUC nace bajo dictadura, como una sentida necesidad de la gran mayoría de los estudiantes, sin embargo, la federación que ayer aparecía como la más adecuada, como la instancia suprema de democracia y participación de los estudiantes, hace agua por donde se la mire. [...] El llamar a NO VOTAR en una elección de federación, será siempre malinterpretado en forma interesada por quienes buscan mantener el statu quo. Lejos de ser un llamado irresponsable, el llamado a la abstención es la única alternativa real, plural y democrática de construir Organización y Movimiento Estudiantil en la UC. Se trata de potenciar un proceso de caída y posterior refundación de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica.88

El escarnio se dirige principalmente a las listas que compiten ese año: los gremialistas y la "7R", presidida por el DCU Patricio Reyes. Se hace frecuente que integrantes de MURGA lleguen a los debates para protestar contra las listas, mientras empapelan la Universidad y reparten panfletos en las entradas de los campus. "Teluria", el boletín de MURGA, se refiere a los candidatos como los "oportunistas de siempre" que "se alzan en el inhóspito camino hacia el poder virtual y el protagonismo que otorga correr tras la Federación".89 Durante los días de votación, recorren las mesas desincentivando el voto y haciendo campaña activa por la abstención, generando una situación inédita: luego del primer día, la FEUC presidida por Correa —quien era, además, candidata a Consejera Superior— admite su preocupación y recurre a la Universidad para incentivar la votación y llegar al quórum mínimo. Se acusa a MURGA y los colectivos de "irresponsables" y se emiten llamados públicos en el Canal 13, por entonces aún propiedad de la Universidad. Finalmente, el quórum se alcanza a las 16:30 del segundo día de votación, culminando en una cifra cercana al 57%. Lo estrecho

87 «Nada cae. sin que algo se levante», Plataforma por la Refundación (1996). Archivo José Miguel Avilés. Según Camilo Brodsky, la propuesta de lista integrada se justifica en que "no había manera de que la izquierda ganara la hueá como lista única, pero sí había posibilidades de integrar. [...] Las posibilidades de incidencia política pasaban porque fuera lista integrada. Y por lo tanto, que la FEUC no tuviera una voz monolítica frente a los sucesos nacionales sobre todo, más que para dentro de la Universidad". Camilo Brodsky Bertoni, entrevista por Cristóbal Karle, 9 de diciembre de 2022.

88 Ibídem. Las mayúsculas son textuales del documento original.

89 «Editorial sísmica», Teluria 1, n.° 2 (1996), 1. Archivo José Miguel Avilés.

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de la contienda, que finalmente se decide por siete votos en favor del gremialismo, resulta también un incentivo para votar en el segundo día, derrotando el esfuerzo de los abstencionistas.90

El fracaso de la Plataforma por la Refundación obliga a una reflexión interna en MURGA, aunque no al retroceso en sus demandas. Ya son una fuerza política reconocida: ante las dudas por el estrecho resultado de la elección, los gremialistas explican en la prensa que "nos distrajimos con el llamado a la abstención del MURGA y, frente al susto de que la gente no votara, nos concentramos más en que hubiera quórum y no tanto en que los votos fueran para nosotros". El presidente electo, Thomas Leisewitz, afirma que "a última hora, muchos que habían acogido el llamado de abstención, decidieron sumarse a la 7R influyendo en el resultado final".91 El lunes siguiente, mediante una declaración pública, MURGA agradece a quienes se sumaron a la Plataforma y señala que "cualquier análisis objetivo muestra que el proceso eleccionario confirma la crisis de la Federación". Asimismo, acusa que "en mucho tiempo, no se había visto una campaña del terror tan bien montada", aludiendo a la destrucción de propaganda, y que "la desesperación por lograr el quórum llegó a límites que rayan con la inmoralidad".92 La demanda sigue vigente y 1997 aparece como el año decisivo.

5. Las protestas nacionales y el Frente de Estudiantes de Izquierda (1997)

Durante el verano de 1997, se suceden las asambleas, reuniones y jornadas de discusión entre las fuerzas agrupadas en torno a MURGA. La apuesta por crecer en presencia dentro de los Centros de Alumnos comienza a surtir efecto: ya son más de diez las carreras alineadas con los colectivos de izquierda, articulando una presencia importante en el Consejo de Federación. Es en este período cuando muchos de ellos cambian sus nombres, para empezar a denominarse como Centros de Estudiantes.93 Maestranza realiza su primer Congreso, definiéndose formalmente como una "organización política" y buscando confluir con otras organizaciones universitarias en un referente nacional de izquierda revolucionaria.94 En febrero, tres integrantes de MURGA "se dan cuenta que hay ciertos parámetros que los separan de esta línea de construcción y que están por la idea de constituirse como anarquistas", formando el colectivo J@! (Jóvenes Anarquistas), el cual igualmente se integra en las dinámicas del movimiento, articulando en torno a sí una tercera corriente ideológica, además del comunismo y la izquierda revolucionaria de Maestranza, aunque en los debates internos suele ubicarse junto a estos últimos.95

Como una demostración de fuerza, MURGA convoca, junto a once Centros de Alumnos, a un Congreso Estudiantil bajo la consigna "Todos a democratizar la UC" y un diagnóstico de "crisis

90 Los integrantes de la lista derrotada (7R) no reconocieron inmediatamente el resultado, y hasta el día de hoy consideran que la elección de Thomas Leisewitz como presidente fue fraudulenta. Véase «Confirman el triunfo gremialista en FEUC», El Mercurio, 16 de noviembre de 1996.

91 «Con 7 votos de diferencia, gremialistas ganan la FEUC», La Segunda, 15 de noviembre de 1996.

92 MURGA, «A nuestros compañeros estudiantes», noviembre de 1996. Archivo José Miguel Avilés.

93 El primero de todos es el Centro de Estudiantes de Filosofía. «Declaración por el 1° de Mayo», VV.AA. (1997). Según Avilés, "el origen de la palabra alumno es 'sin luz'; y nosotros queríamos ser protagonistas de nuestra historia, entonces teníamos que definirnos por lo que éramos: estudiantes". José Miguel Avilés Radic, entrevista por Cristóbal Karle, 15 de diciembre de 2022.

94 Garín y Torres, «Los colectivos universitarios», 134.

95 Ibídem, 81. Los J@!, liderados por Andrés Pérez, editan la publicación "La propiedad es un robo" y el diario mural "Utopía", propugnando un anarquismo menos orientado a la violencia y más hacia la teoría. Véase "Anarquistas en la UC", Catacumba 4, n.° 8 (1998), 9. Archivo Natalia Chanfreau.

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generalizada que se constata al interior de nuestra Universidad".96 La principal inspiración es el trigésimo aniversario de la Reforma Universitaria, que se convierte en una referencia permanente durante el año. El Congreso se realiza los días 8 y 9 de mayo, y cuenta con una gran asistencia. Allí se define un pliego de exigencias respecto a la Universidad "y su brazo de propaganda estudiantil, la FEUC".97 Ese mismo mes comenzaron las movilizaciones estudiantiles convocadas por la CONFECh, a raíz de la publicación de las listas de beneficiados con el crédito universitario fiscal, que no alcanzaría para todos los estudiantes. Según Luis Thielemann, las protestas de 1997 "fueron la consecuencia natural de un largo proceso de conformación", el clímax del ciclo ascendente iniciado en 1994.98 Entre los meses de mayo y junio, estudiantes ocupan la USACh y varias facultades de la Universidad de Chile, convocando a multitudinarias marchas por la Alameda. El centro del conflicto es la FECh, quienes impulsan demandas contra su propia universidad en paralelo a las manifestaciones contra la Ley de Modernización, ya conocida como "Ley Marco".99 La protesta más grande se escenifica el día 12 de junio, un año después de la marcha de 1996, con más de 47 mil estudiantes paralizados solamente en Santiago.

Los Centros de Alumnos de izquierda en la UC se pliegan al paro y suman fuerzas para asistir a la manifestación, ubicando a la Casa Central como sitio de concentración previa. De acuerdo con Camilo Brodsky, logran "que la Católica se fuera a paro en la práctica".100 Un enfadado editorial del boletín de la FEUC gremialista afirma que "no puede dejar de sorprender la estupidez de algunas personas", en referencia a los estudiantes que ese día "gritando y haciendo mucho ruido, llegaron marchando para hacer presente su solidaridad con los 'compañeros'". El mismo editorial hace presente la visión del oficialismo sobre MURGA, haciendo referencia a un artículo publicado por "El Mercurio" pocos días atrás:

En pocas palabras [el artículo] decía que grupos asistémicos de izquierda (más allá del PC) llevaban trabajando desde mediados del año pasado en las universidades, pero que sólo ahora habían logrado una temática adecuada que concitara apoyo masivo, al lograr identificar los problemas universitarios y 'engatusar' a muchos estudiantes, independientes de su tendencia política. A través de grupos amorfos, sin una propuesta permanente, pero que a través de una acción dinámica, y escondidos bajo otros nombres (léase MURGA) lograron convencer y movilizar a mucha gente. O sea llegamos al viejo juego político, digno de Gramsci, de conquistar a la juventud y destruir las bases del sistema.101

La FEUC presidida por Leisewitz no puede ignorar ya las movilizaciones. Rechazan abiertamente el paro y las propuestas de la CONFECh, aunque reconocen la autenticidad de las demandas levantadas por otras universidades y no buscan impedir la paralización de las carreras de izquierda, en vista de la magnitud que ha alcanzado el movimiento. Como alternativa plantean un Congreso Estudiantil precedido de un seminario donde asisten, entre otros, el ministro José Pablo Arellano y el senador

96 «Congreso Estudiantil: Todos a democratizar la UC», VV.AA. (1997). Archivo José Miguel Avilés. Los Centros de Alumnos convocantes son Letras, Párvulos, Filosofía, Traducción, Teología, Historia, Psicología, Trabajo Social, Sociología, Música y Periodismo, además del colectivo Maestranza.

97 «Boletín Informativo: Financiamiento Universitario», Anónimo (1997). Archivo José Miguel Avilés.

98 Thielemann, La anomalía social de la transición, 159-161.

99 Moraga, «Crisis y recomposición del movimiento estudiantil chileno», 201-218.

100 Camilo Brodsky Bertoni, entrevista por Cristóbal Karle, 9 de diciembre de 2022.

101 Pablo Correa, «Editorial», El Kaleidoscopio 1, n.° 15 (1997), 2.

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Hernán Larraín.102 Los estudiantes movilizados, por supuesto, no participan. De hecho, muchos de ellos se restan de los Consejos de Federación, al considerarlos espacios ilegítimamente cooptados por el gremialismo. El ambiente lleva a circular la idea de abandonar la FEUC durante el mes de junio, aunque finalmente aquella opción se desestima.103 El ciclo más álgido de movilizaciones termina el 29 de junio, con un acuerdo entre el pleno de la FECh y la Rectoría de la Universidad de Chile para dotar al plantel estatal de un nuevo estatuto, y la posterior presentación ante el Congreso de un proyecto de ley en la materia por parte del gobierno.

Luego del receso de invierno, la actividad en la Universidad Católica se centra en el debate interno por la refundación de la FEUC, propuesta que MURGA mantiene durante todo el año. El martes 19 de agosto, la mayoría gremialista derrota por 19 votos contra 15 a la propuesta de los Centros de Alumnos de izquierda, aprobando una propuesta alternativa que considera un "calendario de discusión" que finaliza con un plebiscito para eventualmente cambiar los estatutos, pero alejando toda posibilidad de un Claustro Pleno. Los gremialistas afirman que los estatutos —redactados en 1985— "han sido una base sólida de estabilidad para la existencia de la Federación" y que "una verdadera reforma pasa por las personas y el estilo".104 A la mañana siguiente, un grupo de estudiantes irrumpe en la oficina de la FEUC en Campus Oriente y la declara "clausurada por derrumbe", iniciando una agria discusión con los representantes gremialistas.105 En las semanas siguientes, los Centros de Alumnos de izquierda buscan introducir nuevamente la posibilidad de un plebiscito refundacional, siendo nuevamente derrotados, pese a sumar en su causa a los Centros de Alumnos de Medicina, Ingeniería Civil, Agronomía y Matemáticas. La alternativa propuesta por Leisewitz se considera "viciada", y la izquierda universitaria se ve obligada a reorientar sus acciones.

En el momento en que el conflicto nacional comienza a bajar, se asumió el criterio de dirigir la lucha hacia el interior de la universidad. Esta línea política que era necesario adoptar no se sopesó en toda su magnitud. Intentamos tomar un movimiento y girarlo tal cual hacia otros objetivos en forma mecánica. No vimos a tiempo el error que esto constituía [... ] Los gremialistas y 7Ristas pasaron a la ofensiva y nos sobrepasaron en las instancias oficiales que en un error garrafal habíamos sustentado mejor en el desarme que se nos venía encima.106

A principios de octubre, MURGA y los colectivos se ven enfrentados a una coyuntura decisiva: la inscripción de candidaturas para las elecciones FEUC de 1997. Los comunistas ya han socializado su posición: constituir una plataforma política y electoral con una dirección única, participando en los comicios con una lista propia que aglutine a los colectivos existentes, al calor de otras experiencias similares lideradas por la "Jota" en otras universidades. Dentro de Maestranza, si bien se establece como prioridad la disputa de los Centros de Alumnos, también hay voluntad para levantar una alternativa a la Federación. Sin embargo, el proceso de discusión y negociación no es sencillo. Pasar de la agitación a la disputa electoral significa concesiones importantes: entre otras cosas, la disolución de MURGA y su reemplazo por un instrumento político diferente, con fines diferentes y una estructura

102 «Movilización», ElKaleidoscopio 1, n.° 14 (1997), 1.

103 «Movimiento en la U. Católica», La Época, 7 de junio de 1997.

104 «Discusión sobre estatutos FEUC», Extra, 1 de septiembre de 1997. Archivo Rolando Devia.

105 «Pobre FEUC.», Refundación 1, n.° 2 (1997). Archivo Ricardo Calderón.

106 JJCC-UC, «Seamos Fuerza de Izquierda - Unitaria - Diversa - Rebelde.», septiembre de 1997. Archivo José Miguel Avilés. En este documento se propone por primera vez la fundación del FEI.

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orgánica distinta. Además, desahuciar la estrategia abstencionista e integrarse en la institucionalidad política de la FEUC, legitimando al gremialismo como adversario.

Muchos independientes, así como integrantes de MURGA y colectivos como Sancho, no están de acuerdo con la propuesta de constituir una plataforma electoral, a partir de lo cual algunos de ellos se retiran del espacio.107 La pulseada entre Maestranza y los comunistas sube de tono mientras se discute el carácter y los objetivos de la nueva plataforma. La primera decisión tomada es la de presentarse a las elecciones: ello inaugura un frenético ciclo de discusiones, asambleas y conversaciones para consolidar un esfuerzo conjunto que permita reunir a todas las fuerzas (colectivos, organizaciones políticas, Centros de Alumnos y estudiantes independientes) bajo un mismo paraguas, lo cual incluye conversaciones para integrar a los elementos más progresistas de la 7R. Primero se discute el nombre. Presentarse como MURGA no es una posibilidad; la marca "estaba bien quemada por ultra", según Camilo Brodsky.108 Finalmente se impone, con apoyo mayoritario, la alternativa del Frente de Estudiantes de Izquierda: FEI. Luego se pasa a la elección de las seis candidaturas. Carlos Insunza, que ha liderado a los comunistas desde su rearticulación en 1995, es la carta indudable de la "Jota", que incluye también a Paula Leal. El independiente Alvaro Ramis Olivos ya había sido sondeado por algunos dirigentes de Campus Oriente; su perfil parece idóneo para la Universidad Católica, al ser estudiante de Teología y tener una presencia carismática. Representando a los independientes de Ciencias Sociales emerge Patricia Guerrero, del Centro de Alumnos de Psicología. Maestranza presenta a Viviana Castillo y Felipe Espinoza, quien no participa en el colectivo —de hecho, milita en la Juventud Socialista en su comuna— pero cuenta con su confianza. Se define llevar los nombres en un formato de lista abierta, sin los cargos fijados en primera vuelta —aunque tácitamente los colectivos impulsan la opción de Ramis como presidente—, una opción tolerada por los estatutos aunque no utilizada desde los años de la dictadura.

Se inscribe así la lista RU-97 —una referencia a la Reforma Universitaria de 1967— del Frente de Estudiantes de Izquierda, que decide abandonar la marginalidad y el contestatarismo para medir fuerzas, por primera vez, ante la derecha y la centroizquierda con una propuesta de crítica radical al neoliberalismo y la Concertación. En octubre de 1997 termina MURGA, termina el abstencionismo, los colectivos desaparecen, se integran o mutan a organizaciones políticas propiamente dichas, poniendo fin a una etapa y dando inicio a otra que traería sus propias vicisitudes y contradicciones. Es la apuesta sin retorno del ingreso a la institucionalidad tradicional para subvertirla hacia la izquierda; la apuesta de una generación.

Conclusiones

La historia de la izquierda extraparlamentaria en Chile y de los movimientos sociales durante la década de 1990 está todavía por contarse, aunque durante los últimos años han emergido importantes aportes en aquella dirección. Es una historia de lucha ante la adversidad radical: no solamente un marco institucional que objeta su existencia, sino también un contexto social desactivado luego de la recuperación de la democracia. La resistencia se articula desde espacios más reducidos, con fugaces episodios de notoriedad pública como el ciclo de protestas estudiantiles que cristaliza —y comienza a

107 José Miguel Avilés Radic, entrevista por Cristóbal Karle, 15 de diciembre de 2022.

108 Camilo Brodsky Bertoni, entrevista por Cristóbal Karle, 9 de diciembre de 2022. Entretanto, se desecha por similares razones la alternativa "Frente de Estudiantes por el Socialismo" (FES).

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declinar— en 1997. Los estudiantes universitarios, la "anomalía social de la transición", articulan quizás la primera crítica radical desde la sociedad civil a la implantación del modelo neoliberal, el mismo año en que la Concertación pierde un millón de votos y Tomás Moulian publica su obra más célebre.109 Este artículo da cuenta de una perspectiva basada en un caso específico, aunque sumamente ilustrativo de las prácticas, los discursos y los repertorios de acción que plantean las nuevas organizaciones políticas de izquierda en el movimiento estudiantil a mediados de la década. Las lógicas de agitación al margen del sistema político tradicional, la articulación colectiva sostenida en espacios locales y luego proyectada hacia una escala mayor mediante la configuración de alianzas, el ensayo de narrativas rupturistas contra elementos del orden institucional establecido, son algunos de los elementos que los protagonistas de este ciclo ponen en juego, y son retratadas mediante la exploración y recuperación de experiencias colectivas como las que surgen en torno a la izquierda universitaria.

Dentro de la Universidad Católica acontece una trayectoria paralela, aunque con llamativas particularidades. La UC no solamente es un espacio de formación de élites y donde la mayor parte de la clase alta chilena participa en busca de formación profesional, sino también es un espacio histórico de disputa política entre grupos que luego resultan fundamentales para el derrotero de la política nacional. Tal como en el país, los colectivos de izquierda debían asumir la existencia de una derecha ideológicamente robusta, orgánicamente sólida y electoralmente aplastante, y de una centroizquierda que tendría siempre la primera opción para reemplazarla, o viceversa. Ello los conduce por un camino distinto al de otras experiencias: no solamente deben producir contenido, reflexiones y organizaciones propias, sino también construir alianzas, adaptarse a una institucionalidad estudiantil que les precede y habitualmente les supera, y a una cultura donde a priori no hay espacio alguno para ellos. No sería trivial aventurar un paralelismo entre la trayectoria ascendente de la izquierda dentro de la UC en este período y la construcción de poder del Frente Amplio veinte años después. Una similitud clave está en el reconocimiento de la unidad en la diversidad, en el contexto de una correlación de fuerzas políticas adversa pero susceptible de ser contestada.

El Frente de Estudiantes de Izquierda en la UC, por supuesto, convive con otros actores que crecen y decrecen durante su período de acumulación. Su vida posterior a la fundación en 1997 es igualmente enrevesada. Logran un triunfo impresionante, con una mayoría histórica de votos y atención de la prensa nacional; sufren con las rencillas internas una vez llegados al poder, con la división de las fuerzas que habían trabajado juntas en años previos; logran implementar su programa apenas parcialmente, con el ataque incesante de sus adversarios históricos y falencias graves en la gestión producto de su inexperiencia en temas administrativos; y finalmente pierden su mayoría política, con un desfonde que les lleva a perder un millar de votos en las elecciones siguientes, iniciando un proceso de declive intermitente que lleva a su disolución final en diciembre de 2002. Pero dejan una huella indeleble no solamente en la Universidad Católica, su institucionalidad estudiantil y su cultura política, sino en una generación que aprendió cómo levantar organizaciones, reflexionar sobre su entorno y construir poderes autónomos en la adversidad.

109 El concepto da nombre al libro de Thielemann, La anomalía social de la transición; la referencia siguiente es a Tomás Moulian, Chile actual: anatomía de un mito (Santiago: LOM Ediciones, 1997).

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Gazmuri, Cristián. «Notas sobre las élites chilenas, 1930-1999», Boletín de la Academia Chilena de la Historia, n.° 110 (2000): 105-129.

McCarthy, John y Mayer Zald. «Resource Mobilization and Social Movements: A Partial theory», American Journal ofSociology 82, n.° 6 (1977): 1212-1241.

Moyano Barahona, Cristina. «La historia política en el bicentenario: Entre la historia del presente y la historia conceptual. Reflexiones sobre la nueva historia política», Revista de Historia Socialy de las Mentalidades 15, n.° 1 (2011): 227-245.

Muñoz Tamayo, Víctor. «Militancia, facciones y juventud en el Partido Socialista Almeyda (1979-1990)», Izquierdas, n.° 37 (2017): 226-260.

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Neumann, Verónica. «El underground de la UC: siempre ávidos de certidumbre», Realidad Universitaria, n.° 5 (1988): 95-102.

Pairicán, Fernando. «La gran crisis: Las Juventudes Comunistas de Chile defendiendo su identidad en tiempos de transición y renovación democrática, 1989-1992», Izquierdas, n.° 30 (2016): 124-160.

_. «La reconstrucción: la Jota entre la marginalidad y el derecho a soñar (1994-1999)». Páginas 9,

n.° 20 (2017): 102-130.

Roco, Rodrigo. «La FECH de fines de los 90: relatos de una historia presente», Anales de la Universidad de Chile 6, n.° 17 (2005): 51-83.

1.3. Tesis, memorias y ponencias:

Garín, Nancy y Patricia Torres. «Los colectivos universitarios: una nueva forma de organización». Memoria para optar al título de Periodista, Universidad Nacional Andrés Bello, 1999.

Karle, Cristóbal. «Un sistema de partidos "bonsái". Dinámicas internas e institucionalizarión política en torno a la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile, 2000-2020». Tesis para obtener el grado de Licenciatura en Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2021.

Lagos, Patricio. «Jóvenes Rebeldes y Desarmados: La organización estudiantil universitaria chilena, 1991-2000». Ponencia presentada en las IV Jornadas de Estudio y Reflexión sobre el Movimiento Estudiantil Argentino y Latinoamericano, 2012.

2. Fuentes primarias:

2.1. Prensa:

• Análisis (Santiago)

• El Mercurio (Santiago)

• El Siglo (Santiago)

• La Época (Santiago)

• La Segunda (Santiago)

• La Tercera (Santiago)

2.2. Boletines:

• Catacumba (Colectivo Maestranza, UC)

• ElKaleidoscopio (FEUC 1997)

• Extra (FEUC 1997)

• La Buena Voz (Centro de Alumnos de Sociología, UC)

• La Farola (FEUC 1995-96)

• La Tetera (Consejeros Ejecutivos 1994, UC)

• La Propiedad es un Robo (Colectivo J@!, UC)

• La Voz (Juventudes Comunistas, UC)

• Teluria (MURGA, UC)

• Presencia (Movimiento Gremial, UC)

• Pro-Vocación Universitaria (FEUC 1990)

• Refundación (Estudiantes No Federados, UC)

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2.3. Documentos:

• Centro de Estudios Avance.

• Centro de Estudios Avance.

• Centro de Estudios Avance.

• Centro de Estudios Avance.

• Centro de Estudios Avance.

2.4. Entrevistas personales:

• Avilés Radic, José Miguel

• Brodsky Bertoni, Camilo

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• Calderón Galaz, Ricardo

• Correa Escobar, Francisca

• Chanfreau Hennings, Natalia

• Devia Aldunate, Rolando

• Insunza Rojas, Carlos

• Quiroga Venegas, Darío

• Soto Durán, Mauricio

• Tapia Horment, Gonzalo

2.5. Archivos personales:

• Avilés Radic, José Miguel

• Calderón Galaz, Ricardo

• Chanfreau Hennings, Natalia

• Devia Aldunate, Rolando

• Labraña Santana, Marcela

Anexos

Anexo 1. Resultados Electorales de la FEUC (Directiva - 1° vuelta, 1991-1998)

Elección Mov. Gremial (derecha) 3-M (centroder.) DCU+ (centro) JS+ (centroizq.) FEI (izquierda)

1991 (nov.) 39,2% 60,8%

1992 (nov.) 36,9% 26,2% 36,9%

1993 (nov.) 47,6% 18,5% 33,9%

1994 (nov.) 51,0% 43,0%

1995 (nov.) 64,3% 35,7%

Taller de Análisis Universitario, Abril 1995. Taller de Análisis Universitario, Septiembre 1995. Taller de Análisis Universitario, Marzo 1996. Taller de Análisis Universitario, Abril 1996. Taller de Análisis Universitario, Junio 1996.

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1996 (nov.) 50,1% 49,9%

1997 (nov.) 40,9% 21,1% 35,5%

1998 (nov.) 47,7% 29,6% 19,2%

Fuente: Elaboración propia. Adicionalmente, se presentaron las listas "Infinito" (1997) y 'Tato Yáñez" (1994), así como una lista propia de las JJ.CC. (1998). Ninguna de las tres superó el 6% de los votos.

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