Научная статья на тему '“Por una democracia política, social y económica”. La experiencia del Movimiento Social Progresista (Perú, 1955-1962)'

“Por una democracia política, social y económica”. La experiencia del Movimiento Social Progresista (Perú, 1955-1962) Текст научной статьи по специальности «История и археология»

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socialismo / democracia / revolución / socialprogresismo / discurso político / socialism / democracy / revolution / social progressivism / political discourse

Аннотация научной статьи по истории и археологии, автор научной работы — Jorge Luis Duárez Mendoza

El presente artículo explora la experiencia del Movimiento Social Progresista (MSP), caso poco estudiado por las investigaciones de historia y sociología política en Perú. El MSP surgió a mediados del siglo XX en Perú, en un contexto de crisis del Estado oligárquico. A través de su propuesta de forjar una democracia integral desde una posición socialista, el MSP planteó una alternativa de solución a la crisis de aquel período. Sobre la base de las contribuciones de Eliseo Verón y Ernesto Laclau, utilizamos la metodología del análisis del discurso político, enfocándonos en los destinatarios de la enunciación socialprogresista, en sus principales componentes y en sus nodos estructurantes. Para ello se realiza una revisión de fuentes hemerográficas. Sostenemos que la experiencia del MSP permite analizar el ensayo de nuevos significados de tres conceptos claves de la política moderna para dar respuesta a situaciones de crisis: la democracia, el socialismo y la revolución.

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“For a political, social and economic democracy”. The experience of the Progressive Social Movement (Peru 1955-1962)

This article explores the experience of the Progressive Social Movement (PSM), a case little studied by history and political sociology research in Peru. The PSM emerged in the mid-twentieth century in Peru, in a context of crisis of the oligarchic state. Through its proposal to forge an integral democracy from a socialist position, the PSM proposed an alternative solution to the crisis of that period. Based on the contributions of Eliseo Verón and Ernesto Laclau, we use the methodology of political discourse analysis, focusing on the recipient of the social-progressive enunciation, its main components and its structuring nodes. For this purpose, a review of hemerographic sources is carried out. We argue that the experience of the PSM allows us to analyze the testing of new meanings of three key concepts of modern politics to respond to crisis situations: democracy, socialism and revolution.

Текст научной работы на тему «“Por una democracia política, social y económica”. La experiencia del Movimiento Social Progresista (Perú, 1955-1962)»

52, junio 2023: 1-25

"Por una democracia política, social y económica". La experiencia del Movimiento Social Progresista (Perú, 1955-1962)

"For a political, social and economic democracy". The experience of the Progressive Social Movement (Peru 1955-1962)

Jorge Luis Duárez Mendoza*

Resumen: El presente artículo explora la experiencia del Movimiento Social Progresista (MSP), caso poco estudiado por las investigaciones de historia y sociología política en Perú. El MSP surgió a mediados del siglo XX en Perú, en un contexto de crisis del Estado oligárquico. A través de su propuesta de forjar una democracia integral desde una posición socialista, el MSP planteó una alternativa de solución a la crisis de aquel período. Sobre la base de las contribuciones de Eliseo Verón y Ernesto Laclau, utilizamos la metodología del análisis del discurso político, enfocándonos en los destinatarios de la enunciación socialprogresista, en sus principales componentes y en sus nodos estructurantes. Para ello se realiza una revisión de fuentes hemerográficas. Sostenemos que la experiencia del MSP permite analizar el ensayo de nuevos significados de tres conceptos claves de la política moderna para dar respuesta a situaciones de crisis: la democracia, el socialismo y la revolución.

Palabras clave: socialismo, democracia, revolución, socialprogresismo, discurso político.

Abstract: This article explores the experience of the Progressive Social Movement (PSM), a case little studied by history and political sociology research in Peru. The PSM emerged in the mid-twentieth century in Peru, in a context of crisis of the oligarchic state. Through its proposal to forge an integral democracy from a socialist position, the PSM proposed an alternative solution to the crisis of that period. Based on the contributions of Eliseo Verón and Ernesto Laclau, we use the methodology of political discourse analysis, focusing on the recipient of the social-progressive enunciation, its main components and its structuring nodes. For this purpose, a review of hemerographic sources is carried out. We argue that the experience of the PSM allows us to analyze the testing of new meanings of three key concepts of modern politics to respond to crisis situations: democracy, socialism and revolution.

Keywords: socialism, democracy, revolution, social progressivism, political discourse.

Recibido: 13 de febrero 2023 Aceptado: 23 mayo de 2023

Peruano. Doctor, profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). jduarezm@gmail.com El artículo fue elaborado en el marco del proyecto de investigación "Coyunturas críticas en la historia de la república peruana" Código E22150011 financiado por el Vicerrectorado de Investigación y Posgrado de la UNMSM.

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Introducción

A mediados de los años cincuenta del siglo XX, la escena política a nivel mundial se encontraba signada por la Guerra Fría. La Unión Soviética y los Estados Unidos se disputaban la hegemonía global incidiendo en procesos políticos regionales y nacionales. En este contexto, América Latina experimentaba profundos cambios socioeconómicos y políticos influidos por los debates en torno al desarrollo, animados desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y otros espacios académicos y políticos de la región.1 En el Perú, estos debates influyeron en diferentes alternativas políticas que se ensayaron para hacer frente a la crisis del Estado oligárquico.2 El presente estudio aporta al análisis de una de estas alternativas políticas que ha sido poco estudiada, a pesar -consideramos- de su importante contribución a la renovación de los lenguajes políticos del Perú de mediados de los años cincuenta, nos referimos al Movimiento Social Progresista (MSP). El MSP irrumpió en la escena política de un país que experimentaba procesos de cambio culturales, económicos y políticos relacionados a procesos tales como: el acelerado proceso de urbanización generado por las masivas migraciones del campo a la ciudad; el progresivo crecimiento del sector industrial (con importante presencia de capitales extranjeros) y el desarrollo de organizaciones obreras; y la irrupción del movimiento campesino en el sur andino. Estos procesos generaron la crisis del Estado oligárquico.3

Quizás las razones del escaso interés por un estudio sistemático del MSP se deban a su corta trayectoria en comparación a otras agrupaciones políticas que surgieron en el Perú en el mismo período, tales como Acción Popular y la Democracia Cristiana; o a su fracaso en las elecciones generales de 1962.4 Sin embargo, consideramos que estas razones son insuficientes para desconocer la contribución del MSP al debate con lenguajes políticos renovadores en un contexto de cambios sociales. Estas contribuciones se pueden identificar en el campo político por la influencia que sus planteamientos ideológicos y programáticos tuvieron en el denominado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas liderado por Juan Velasco Alvarado (1968-1975) y en el campo académico en la fundación del Instituto de Estudios Peruanos en 1964.

1 Ver los trabajos de Rosemary Thorp y de Osvaldo Sunkel sobre el papel de la CEPAL en el desarrollo de América Latina en los años cincuenta y sesenta, publicados en CEPAL, La CEPAL en sus cincuenta años. Notas de un seminario conmemorativo (Santiago de Chile: CEPAL, 2000, 19-40).

2 Por Estado oligárquico entendemos una forma de organización del poder en el Perú basado en la neutralización política de sectores de las clases medias y en la exclusión de los sectores populares de los derechos democráticos. Dos datos ejemplifican esto: la Constitución de 1933 prohibía la participación electoral del APRA y del Partido Comunista y no reconocía el derecho al voto de analfabetos (esto generó, por ejemplo, que para 1956 solo el 17.6% de la población podía sufragar). El bloque dominante de esta forma de estado estuvo conformado por el sector agroexportador vinculado al capital extranjero, los terratenientes tradicionales que ejercían un poder local sobre la base de relaciones semiserviles y la burguesía comercial y financiera. Adoptó su forma más acabada en el Perú entre 1895 y 1910 debilitándose progresivamente desde los años 30. Ver: Henry Pease y Gonzalo Romero, La política en el Perú del Siglo XX (Lima: Fondo Editorial de la PUCP, 2013, 27-30); Sinesio López, El Dios Mortal. Estado, sociedad y política en el Perú del siglo XX (Lima: Instituto Democracia y Socialismo, 1991, 37-61); y Roisida Aguilar, «La ampliación del cuerpo electoral. Ciudadanía, sufragio femenino y experiencia parlamentaria, 1956-1962», Revista Elecciones, n° 2 (2003): 141-168.

3 Nos basamos en: Matos Mar, Desborde popular y crisis del Estado (Lima: IEP, 1984); Bruno Seminario, El desarrollo de la economía peruana en la era moderna. Precios, población y producción desde 1700 (Lima: Universidad del Pacífico, 2016, pp. 907-979); Julio Cotler y Felipe Portocarrero «Organizaciones campesinas en el Perú», en Hacienda, comunidad y campesinado en el Perú, José Matos Mar (comp.) (Lima: IEP, 1976), 267-309; y Sinesio López, Ciudadanos reales e imaginarios. Concepciones, desarrollo y mapas de la ciudadanía en el Perú (Lima: Instituto Diálogo y Propuesta, 1997, 255-261).

4 El Partido Político Acción Popular fue fundado en 1956 por el Arquitecto Fernando Belaunde Terry (1912-2002), quien fue presidente del Perú en dos oportunidades (1962-1968 y 1980-1985). Acción Popular continúa participando en la política nacional peruana. El Partido Demócrata Cristiano también fue fundado en 1956 teniendo como líder a Héctor Cornejo Chávez (1918-2012). En 1966 un grupo disidente, liderado por Luis Bedoya Reyes (1919-2021), fundó el Partido Popular Cristiano - PPC. Durante décadas el PPC tuvo una participación protagónica en la política peruana, decayendo progresivamente su influencia.

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Algunos trabajos de ciencia política y sociología que se han dedicado al estudio del período de 1956 a 1962 han incluido referencias puntuales sobre el MSP destacando su contribución al debate político con ideas políticas renovadoras, sin precisar en dónde reside dicha renovación.5 En el estudio titulado Apogeo y crisis de la izquierda peruana editado por Alberto Adrianzén con el objetivo de recordar la tradición de la izquierda peruana, el MSP es referido solo en ocho oportunidades (¡en un texto de más de 600 páginas!). Entre las pocas referencias que se hacen del socialprogresismo las más inexactas son las que realiza Francisco Guerra García al caracterizar al MSP como un partido de orientación "centrista" desconociendo su vocación revolucionaria y obviando la influencia que militantes del MSP tuvieron sobre el reformismo militar. Opiniones distintas sobre este último punto son las de Alberto Adrianzén y Osmar Gonzales quienes afirman, en la misma publicación, que el MSP sí es un antecedente clave para comprender el velasquismo, aunque este planteamiento no es desarrollado.6

Uno de los pocos trabajos que nos ofrece un mayor acercamiento a la experiencia del MSP es el escrito por François Bourricaud. El análisis del sociólogo francés se centra en la coyuntura electoral de 1962, desarrollando una crítica a la actuación del MSP sobre la base de lo que el autor considera inconsistencias doctrinales, contradicciones políticas e incapacidad para encausar una alternativa de poder frente a la oligarquía. Esta crítica tiene como trasfondo el reconocimiento de una característica que para el autor era común en la izquierda peruana de la época (básicamente el Partido Comunista, grupos trotskistas y el MSP) : la de tener certeza del derrumbe de la vieja sociedad oligárquica, pero carecer de una estrategia política para que ello ocurra. Bourricaud cuestiona la presencia de un "inminente apocalipsis" en los "sistemas de proyecciones" de la izquierda peruana.7 Pero su crítica no le permite identificar una relación que, consideramos, es particularmente significativa en los objetivos básicos del MSP, la articulación que plantean entre socialismo, democracia y revolución. Nos interesa evidenciar en el presente estudio que el carácter renovador de las ideas políticas del socialprogresismo pasó por dicha articulación discursiva.

Considerando lo hasta aquí planteado, nuestro objetivo es conocer cómo el MSP buscó construir una representación política desde la izquierda en el Perú de mediados de los años cincuenta. En breve, nos interesa explorar la identidad socialprogresista.8 Nuestra hipótesis de trabajo es que el MSP significó una renovación de los discursos políticos en el Perú en un contexto de crisis del Estado oligárquico. Las preguntas que orientan nuestro estudio son: ¿cómo el socialprogresismo buscó dotar de un nuevo impulso intelectual y práctico al socialismo en el Perú de mediados del siglo XX? ¿qué lugar ocupó la democracia en la identidad política del MSP? ¿cómo el socialprogresismo buscó orientar la acción revolucionaria en un contexto de crisis? ¿cuáles fueron los límites del proyecto del MSP en su búsqueda de construir representación política?

Nuestro interés por la experiencia socialprogresista se encuentra motivada por conocer cómo se resignifican determinadas unidades de nominación que orientan la acción colectiva en contextos de crisis políticas. El MSP propuso un conjunto de resignificaciones de conceptos claves de la política moderna para hacer frente a la crisis del Estado oligárquico. A nuestro criterio, llevar a cabo similares esfuerzos en los tiempos políticos actuales de crisis de las democracias liberales son sin duda indispensables. El artículo se encuentra organizado en seis apartados. El primer apartado presenta las consideraciones metodológicas del estudio; el segundo describe el contexto y los actores involucrados en la fundación del MSP; el tercero explora el lugar que ocupó la democracia en el proyecto socialprogresista; el cuarto se aproxima el tipo de socialismo

5 Entre estos trabajos encontramos: Magdalena Chocano y Carlos Contreras, El desafío de la revolución. Reforma, nacionalismo y subversión (1956-1990) (Lima: Derrama Magisterial, 2022, pp. 19-23); y Henry Pease y Gonzalo Romero, La política, 161-164.

6 Ver: Alberto Adrianzén, ed., Apogeo y crisis de la Izquierda Peruana (Lima: IDEA y Fondo Editorial de la UARM, 2011, pp. 25, 53, 6270).

7 François Bourricaud, Poder y sociedad en el Perú contemporáneo (Buenos Aires: Sur, 1967), pp. 211-221.

8 Nuestra aproximación a la identidad política se basa en el trabajo de Gerardo Aboy, Las dos fronteras de la democracia argentina: la reformulación de las identidades políticas de Alfonsín a Menem (Rosario: Homo Sapiens, 2001), p. 54.

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que postuló; el quinto analiza su concepción revolucionaria; y el sexto apartado identifica los límites de la representación política ensayada por el socialprogresismo. Finalizamos nuestro trabajo proponiendo algunas conclusiones preliminares.

1. Consideraciones metodológicas

Para responder nuestras preguntas de investigación hemos utilizado el análisis de discurso político. Nuestra forma de entender el análisis de discurso se basa en las contribuciones de Eliseo Verón, las cuales hemos complementado con los aportes de Ernesto Laclau. Entendemos que los discursos políticos son mecanismos significantes que estructuran las relaciones sociales sobre la base de criterios adversariales. El estudio de estos mecanismos significantes permite que nos aproximemos a las representaciones que se generan en las prácticas políticas. Los sentidos que orientan la acción de los sujetos se generan dentro de las gramáticas públicas que habilitan procesos de intercambios discursivos.9

Nuestro análisis se enfoca en la enunciación política socialprogresista considerando sus destinatarios, sus nodos estructurantes y sus componentes discursivos. Estudiamos la construcción de dos destinatarios: el prodestinatario y el contradestinatario, considerando las relaciones que el enunciador entabla con ambos. El primero apela a un receptor que compartiría los mismos valores y objetivos que el enunciador político; y el segundo remite a una alteridad que representa aquello que niega la práctica de los valores y la consecución de los objetivos del prodestinatario. Analizamos en este proceso los nodos estructurantes que, por su capacidad de articular los componentes del enunciado, fijan parcialmente los sentidos que orientan la acción colectiva del sujeto. En nuestro caso de estudio tres significantes operan como nodos estructurantes: la democracia, el socialismo y la revolución. Estudiamos cómo operan cada uno de estos nodos considerado cuatro componentes del discurso socialprogresista: el componente descriptivo, referido a cómo el sujeto evalúa el contexto en el que interviene; el didáctico, que remite a los principios cognoscitivos a los que el sujeto apela para legitimar su acción; el prescriptivo, referido a los valores ético-políticos que operan como reglas deontológicas; y el programático, vinculado a lo que el enunciador considera que se puede y deber hacer para cambiar un orden de cosas (ver anexo).10

Para aproximarnos a la experiencia del MSP nos hemos adentrado a las páginas de Libertad, órgano de prensa del partido, que se publicó de manera interrumpida entre los años de 1956 y 1962. Su distribución fue legal, aunque no faltó oportunidad en que el segundo gobierno de Manuel Prado (1956-1962) intentara censurarla.11 A través de las páginas de Libertad encontramos procesos y acontecimientos, tanto nacionales como internacionales, que influyeron en la formación de la identidad política del MSP: el final de la dictadura de Manuel Odría (1948-1956)12; las protestas húngaras contra el comunismo soviético; el crecimiento de las

9 Ver: Silvia Sigal y Eliseo Verón, Perón o muerte. Los fundamentos discursivos del fenómeno peronista (Argentina: EUDEBA, 2002), 13-26; Eliseo Verón «La palabra adversativa. Observaciones sobre la enunciación política», en El discurso político. Lenguajes y acontecimientos, Eliseo Verón, Leonor Arfuch y María Chirico (Buenos Aires: Hachette, 1987), 13-26; y Ernesto Laclau, La razón populista (Argentina: FCE, 2005), 91-97. Sobre las contribuciones de Eliseo Verón y Ernesto Laclau para el análisis del discurso ver: Hernán Fair, «Laclau y Verón: discusiones teóricas y contribuciones para la praxis en dos teorías del discurso», Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas, n° 1 (2008): 09-24. Sobre el concepto de gramáticas públicas ver: Daniel Cefai «¿Qué es una arena pública? Algunas pautas para un acercamiento pragmático» en La herencia del pragmatismo. Conflictos de urbanidad y pruebas de civismo, Daniel Cefai e Isaac Joseph (coord.), (Francia: Éditions de l'Aube, 2002), 51-81.

10 Ídem.

11 Manuel Prado (1889-1967) fue un banquero y político que se desempeñó como presidente de la república en los períodos 1939-1945 y 1956-1962. Durante su primer gobierno Prado reprimió duramente al aprismo encarcelando y deportando a sus militantes. En su segundo gobierno realizó una alianza con el APRA lo cual se conoció como "la convivencia".

12 Manuel Odría (1897-1974) fue un militar y político que dio un golpe de estado al presidente Luis Bustamante y Rivero en 1948, dando inicio a una dictadura que se prolongó hasta 1956.

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zonas urbano-marginales producto de las masivas migraciones del campo a la ciudad en el Perú; la Revolución Cubana; el surgimiento del 'tercermundismo', entre otros.

Siguiendo la temporalidad definida por el propio MSP, la publicación de Libertad tuvo cuatro épocas. La primera época comprende los meses de enero a junio de 1956, la cual se caracteriza por la defensa de la democracia luego de ocho años de dictadura. La segunda época comprende los meses de abril a septiembre de 1957 en modalidad quincenario. Esta época se destaca por la definición identitaria que asume la organización. La tercera época de la publicación se dio el año de 1959. Lamentablemente no hemos podido acceder a los ejemplares de esta época. La cuarta y última época de la publicación vio la luz desde abril de 1961 hasta junio de 1962. En sus páginas encontramos los ecos de la revolución cubana y las definiciones ideológicas y programáticas que asume el MSP en el marco de las elecciones generales de 1962.13

2. La fundación del MSP: contexto y actores.

Hacia finales de 1955 la política peruana se encontraba marcada por una profunda crisis del régimen autoritario de Manuel Odría. Luego de ocho años en que la dictadura había buscado garantizar los intereses de la oligarquía agroexportadora y terrateniente a través de medidas distributivas focalizadas y acciones asistenciales dirigidas a los sectores populares, el régimen empezó a mostrar serias deficiencias para dar respuestas a las demandas de un país que experimentaba profundos cambios sociales, económicos y culturales. Las protestas sociales en contra de la dictadura tuvieron como epicentro a la ciudad de Arequipa. En este contexto, en diciembre de 1955, se fundó el MSP. El grupo organizador del MSP estuvo conformado principalmente por intelectuales y docentes universitarios representantes de las emergentes clases medias que se habían constituido en el Perú durante la primera mitad del siglo XX, producto del crecimiento de la burocracia estatal y la expansión de la educación superior. Entre los organizadores del MSP estuvieron Jorge Bravo Bresani (1916-1983), Alberto Ruiz Eldredge (1917-2011), Augusto Salazar Bondy (1925-1974), Sebastián Salazar Bondy (1924-1965) y José Matos Mar (1921-2015). El MSP se fundó asumiendo un conjunto de objetivos básicos, entre ellos: la defensa de las instituciones democráticas, la afirmación de las libertades ciudadanas, el fomento del movimiento sindical, la planificación y descentralización económica y la reforma agraria.14 La identidad política del socialprogresismo se forjó en torno a los debates que se dieron durante las décadas del 50 y 60 en el Perú y América Latina sobre el desarrollo, la democracia y la revolución.

En los años cincuenta los intelectuales y políticos de América Latina ensayaban respuestas a los desafíos sociales y económicos generados por los procesos de industrialización y urbanización que, a diferentes velocidades, avanzaban en los países de la región.15 Los intelectuales organizados en el MSP

13 Buena parte de los ejemplares de Libertad pueden ser consultados en la Biblioteca Nacional del Perú y en la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Los ejemplares de Libertad de los años 1961 y 1962 se pueden consultar de forma virtual en: https://cedoc.sisbib.unmsm.edu.pe/biblioteca-digital/ revistas/libertad?pagina=1

14 Sobre el grupo organizador del MSP y sus objetivos básicos ver Libertad, 07 de enero de 1956. Dentro del grupo organizador del MSP también se encontró Mario Vargas Llosa, aunque en las páginas de Libertad no encontramos contribuciones del escritor. Años después se sumaron a la organización el destacado periodista y humorista político Luis Felipe Angell "Sofocleto" (1926-2004), el poeta Javier Heraud (1942-1963) y el difusor cultural Nicomedes Santa Cruz (1925-1992). Sofocleto fue director de Libertad durante parte de

1961, Javier Heraud perteneció a las juventudes del partido (tal como se evidencia en su carta de renuncia a la organización del año

1962. Disponible en: https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/131735). Nicomedes Santa Cruz fue candidato al Congreso por el MSP en las elecciones de 1962, tal como se señala en la edición de Libertad, del 06 de junio de 1962.

15 Durante este período una de las principales contribuciones en el campo intelectual fue el realizado por Raúl Prebisch «El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas», Trimestre Económico n° 63 (1949): 347-431. Para una aproximación a los debates en torno al desarrollo en los años cincuenta en América Latina ver: Maristella Svampa Debates Latinoamericanos. Indianismo, desarrollo, dependencia, populismo (Buenos Aires: Editorial Edhasa, 2016) 137-154. En el campo político resultan emblemáticas las experiencias del denominado "populismo clásico": Juan Domingo Perón en Argentina y Getúlio Vargas en

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formaron parte de la denominada "segunda red intelectual de la región" constituida por científicos sociales y profesores universitarios de las áreas económicas y sociales, quienes diagnosticaban que América Latina debía desarrollarse industrializando su economía y modernizando su cultura a través de la ciencia y la técnica.16 Pero detrás de este aparente consenso existían diferentes posiciones políticas, algunas más próximas al desarrollismo cepalino y otras animadas por una crítica radical al capitalismo. El MSP se ubicó en esta segunda postura.17 A diferencia de otras organizaciones políticas que surgieron en el Perú de los años cincuenta, tales como Acción Popular y la Democracia Cristiana, el MSP planteó una posición sobre la democracia desde el socialismo.

3. La democracia como elemento constitutivo de la identidad del MSP

Como ya hemos mencionado, el grupo organizador del MSP se constituyó durante la dictadura de Manuel Odría. Este es un dato no menor para comprender la identidad del socialprogresismo, en tanto su crítica a la dictadura planteó una primacía de la democracia como orden económico, social y político capaz de garantizar los derechos de las mayorías. Algunos de los integrantes del socialprogresismo habían apoyado el gobierno democrático y reformista de Bustamante y Rivero (1945-1948), el cual se vio interrumpido por el golpe del dictador Odría.18

El grupo organizador del MSP estaba convencido de que sin libertades no era posible que el Perú supere la situación de subdesarrollo en la que se encontraba.19 Este convencimiento los llevó a criticar también al comunismo soviético. Pero el tipo de democracia que reivindicó el MSP no fue la democracia liberal, sino planteó una concepción alternativa denominada "democracia integral". En este apartado describiremos la crítica del MSP a la dictadura de Manuel Odría y haremos un breve análisis comparado de su concepción de la democracia frente a las concepciones de otros dos referentes de la izquierda peruana de la época: el Partido Comunista Peruano (PCP) y el APRA.

3.1. La crítica a la dictadura y la defensa de la democracia

Desde su fundación, la consigna del MSP fue "Por una Democracia Política, Social y Económica". Como se evidencia en la columna «Vieja y nueva política», publicada en Libertad el 07 de enero de 1956, el MSP entendía que su quehacer se inscribía en una "nueva política" caracterizada por su optimismo clarividente, el respeto del derecho de todos sin excepción y el estudio sereno y objetivo de la realidad nacional; en oposición a la "vieja política" representada por la dictadura, signada por la arbitrariedad, el

Brasil. Sobre los denominados populismos clásicos ver: Osmar Gonzáles, «Los orígenes del populismo latinoamericano. Una mirada diferente», Cuadernos delCENDES, n° 66 (2007): 75-104.

16 Sobre la relación entre intelectuales, política y los debates en torno al desarrollo en América Latina nos basamos en: Eduardo Devés, El pensamiento latinoamericano en el siglo XX. Desde la CEPAL hasta el neoliberalismo (1950-1990) (Buenos Aires: Editorial Biblos — Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2003); y Andrés Donoso, «El desarrollo en disputa en la intelectualidad latinoamericana (19501980)», Revista Izquierdas, n.° 27 (2016): 272-292.

17 Ver: «Manifiesto a la nación», Libertad, 31 de enero de 1962.

18 El gobierno de Bustamante y Ribero fue el resultado de un esfuerzo de articulación entre el APRA, el PCP y profesionales convencidos de la necesidad de realizar reformas sociales y políticas en el Perú. Sin embargo, desde su inicio el gobierno se vio envuelto en enfrentamientos entre quienes apoyaban a Bustamante y Ribero generándose una situación de inestabilidad política que fue aprovechada por Manuel Odría.

19 Sobre la descripción del Perú como país subdesarrollado en el discurso del MSP ver, por ejemplo: «Economía de la miseria o del bienestar», Libertad, 10 de enero de 1956; «Por los caminos de la revolución peruana», de Libertad del 24 de mayo de 1961 y del 31 de mayo de 1961; y Augusto Salazar Bondy «El gobierno antinacional», en Libertad del 05 de junio de 1961.

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desequilibrio en los poderes del Estado y las libertades recortadas. La alteridad dictadura/democracia fue un elemento constitutivo de la identidad socialprogresista.

La crítica del MSP a la dictadura de Manuel Odría no se limitó a considerar el quiebre institucional que este generó al privar a la ciudadanía de sus derechos democráticos, sino que además planteó una relación entre dictadura y subdesarrollo. Para los miembros del MSP la dictadura de Manuel Odría era responsable de que el Perú se mantuviera en su condición de país subdesarrollado en tanto defendía los intereses de la oligarquía, generando la persistencia de la ignorancia, la miseria y la enfermedad sufrida por una mayoría explotada y excluida.

Los denominados "Objetivos Básicos" que orientaron la constitución del MSP consideraron tanto la defensa de la constitución y de las instituciones democráticas, como la necesidad de planificar la economía nacional, de llevar a cabo una reforma agraria, de descentralizar el Estado y de desarrollar la educación. Para el MSP la democracia era política, social y económica. Estos planteamientos se presentaron en la columna «Movimiento Social Progresista. Objetivos básicos» publicada en la edición de Libertad del 07 de enero de 1956, los cuales fueron ratificados con cambios menores en la primera convención nacional de la organización llevada a cabo del 01 al 07 de agosto de 1957 en la ciudad de Arequipa.20

En lo inmediato, el MSP exigió a la dictadura de Manuel Odría la derogación de la ley de seguridad interior, la reforma del estatuto electoral y la amnistía política para apristas y comunistas que habían sufrido prisión por defender sus planteamientos políticos. La democracia como régimen político fue parte del lenguaje socialprogresista denunciando las vulneraciones que de la misma había realizado la dictadura de Manuel Odría. Entendían que la defensa de los derechos civiles y políticos resultaba fundamental y desafiante en un país con una escasa tradición democrática. Debemos considerar que durante la primera mitad del siglo XX en el Perú primaron los golpes de Estado, los gobiernos autoritarios y las dictaduras.

Para 1955, la dictadura se mostraba desgastada. El acontecimiento que resultó ser el inicio del fin de la dictadura fue la huelga general declarada en la ciudad de Arequipa en diciembre de dicho año. La causa de este acontecimiento fue la intervención de agentes de seguridad de la dictadura en una reunión pública que se llevaba a cabo en el Teatro Municipal de Arequipa, en donde se discutía la necesidad de derogar la ley de seguridad interior, de realizar una reforma electoral y de declarar una amnistía política general. Las protestas sociales que se desencadenaron fueron respondidas por Manuel Odría convocando a elecciones generales.21

La coyuntura política que se inauguró con el anuncio de elecciones generales fue encarada por el MSP buscando la conformación de un frente nacional que aglutine a los actores políticos que el movimiento identificó como progresistas y demócratas, representantes de las clases trabajadoras. Esta aspiración pronto se vio frustrada. El APRA apoyó la candidatura de Manuel Prado negociando su legalización y el PCP apostó por la candidatura de Luciano Castillo que no logró su inscripción, quedando fuera del juego electoral. Cabe recordar que las elecciones de 1956 se realizaron dentro del marco de la Constitución de 1933 que en su artículo 53 declaraba que el Estado no reconocía a los partidos políticos de organización internacional, siendo declarados ilegales el APRA y el PCP. Por ello ambos partidos se veían obligados a buscar alianzas para viabilizar su participación. Finalmente, el MSP apoyó la candidatura de Fernando Belaúnde Terry (1912-2002), identificando en él el "fermento progresista nacional".22

20 Sobre la convención nacional ver: «Crónica de la Convención Social Progresista», Libertad, 06 de septiembre de 1957.

21 Sobre el proceso de transición a la democracia de los años 55 y 56 ver: Livia Letts «El origen de la transición democrática 1955-1956: el surgimiento de una oposición política al gobierno de Odría y la lucha de esta por elecciones libres y competitivas» (tesis de magister, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2014).

22 El editorial de la edición de Libertad del 13 de junio de 1956 expuso las razones por las que el MSP decidió apoyar a Fernando Belaúnde Terry en las elecciones de 1956.

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Las críticas del MSP estuvieron orientadas a la candidatura de Lavalle, hombre cercano a Manuel Odría. Para el MSP la candidatura de Lavalle representaba la defensa de la estructura feudal y el régimen de privilegios que mantenían al Perú en el subdesarrollo.23 A su vez, el MSP cuestionó también otras candidaturas al considerar que estas estaban motivada por el reparto del poder político y no por el compromiso con cambios sustantivos para el país. Probablemente se referían a la candidatura de Manuel Prado y su negociación con el APRA.24

Los resultados electorales del 17 de junio de 1956 dieron como ganador a Manuel Prado del Movimiento Democrático Peruano con un 42,8% de los votos emitidos, quedando en segundo lugar Fernando Belaúnde del Frente de Juventudes Democráticas con el 34,5%. Relegado quedó Lavalle con el 16,8%. El apoyo a la candidatura de Belaúnde permitió que integrantes del MSP ganen lugares en el Congreso de la República como diputados. Ellos fueron Germán Tito Gutiérrez por Arequipa, Ricardo Llaque Descalzi por Junín y Efraín Ruíz Caro por Cusco.25 Con el triunfo de Prado se inició una nueva etapa política que estaría signada por lo que se conoció como la 'convivencia' debido al apoyo que el APRA brindó al nuevo gobierno.

Para el MSP los resultados electorales de 1956 evidenciaban la necesidad de desarrollar una cultura política que se enraíce en las "masas populares", es decir, en obreros y campesinos, para lograr cambios profundos en la estructura socioeconómica del país y, así, avanzar hacia una democracia plena. Este desafío fue señalado en la columna «Doctrina y personalismo», publicada en Libertad el 13 de junio de 1956.

Quedada atrás la dictadura de Manuel Odría, la apuesta del MSP pasó por contribuir al desarrollo de la joven democracia peruana que veían permanentemente asediada, entre otras razones, por el escaso compromiso con la democracia que identificaban en los actores políticos de la época y por las desigualdades sociales y económicas imperantes en el país. Esta apuesta del MSP implicó una forma de comprender la democracia que se diferenciaba de otras concepciones presentes en la izquierda peruana.

3.2. La izquierda peruana y la democracia en los años cincuenta

Hasta 1955, el campo político de la izquierda peruana estaba representado básicamente por el PCP, organizaciones trotskistas y el APRA.26 Cabe precisar que el APRA había iniciado desde mediados de los años cuarenta una redefinición ideológica que progresivamente la alejaría de esta posición política. En este apartado presentaremos de forma breve los planteamientos del PCP y del APRA sobre la democracia. Este análisis nos permitirá evidenciar la innovación discursiva a nivel didáctico, prescriptivo y programático que realizó el MSP para el debate sobre la democracia en el Perú desde la izquierda en los años cincuenta.

El Partido Comunista Peruano y la democracia

Como resultado de un paciente trabajo orgánico e ideológico liderado por José Carlos Mariátegui (1894-1930) se fundó en 1928 el Partido Socialista. La temprana muerte del "Amauta" frustró el desarrollo de un

23 El titular de Libertad del 23 de marzo de 1956 fue "No estamos con Lavalle".

24 Sobre la posición del MSP en el proceso electoral de 1956, ver Libertad del 23 de marzo de 1956 y del 13 de junio de 1956.

25 Luego se sumarían a las filas del MSP el diputado por San Martín Waldemar Tello y el diputado por Ancash Porfirio Sarmiento Vergaray. Con ello el MSP llegó a tener cinco representantes en el Congreso de la República. Ver: Libertad, del 27 de septiembre de 1961.

26 Siendo conscientes del sentido polisémico que el término "izquierda" tiene, aquí asumimos un sentido descriptivo del término, destacando con este las alternativas políticas que definían su identidad considerando una crítica al capitalismo.

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pensamiento marxista original, siendo reemplazado por la ortodoxia del comunismo soviético.27 El Partido Socialista cambió de nombre a Partido Comunista Peruano (PCP) en 1930 y bajo el liderazgo de Eudocio Ravines (1897-1979) inició un proceso de "desmariateguización" que significó en la práctica priorizar las acciones insurreccionales basadas en la táctica de la "clase contra clase". Durante estos años la democracia no tenía un lugar relevante en el discurso político del PCP.28 El objetivo trazado por el PCP fue la formación de un gobierno de Consejos de obreros, indios, campesinos y marineros. Para ello el partido priorizó el trabajo político con los obreros mineros de la sierra central del Perú, promoviendo su organización sindical. Sin embargo, este proceso se vio frustrado tras el fracaso de las acciones insurreccionales en los centros mineros en noviembre 1930, lo cual generó la liquidación de las células comunistas en las minas, la disolución de la Central General de Trabajadores del Perú y el inicio de la persecución anticomunista.29

El VII Congreso de la Internacional realizado en 1935 habilitó las referencias a la democracia en el discurso político del PCP. Poniendo en práctica los acuerdos de dicho congreso el partido reemplazó la táctica de clase contra clase por la de conformar frentes populares para derrotar a la "amenaza fascista". Con la puesta en práctica de la nueva táctica el objetivo del PCP pasó a ser la lucha por "alcanzar la democracia y la independencia nacional".30 Este cambio táctico permitió al partido acercarse a otros actores para buscar acuerdos o alianzas políticas. En este contexto el PCP apoyó al primer gobierno de Manuel Prado (19391945), lo cual generó pugnas internas que evidenciaron la fragilidad organizacional y la precaria legitimidad de la dirección política del partido.31

Otro cambio en el partido sucedió en 1934, cuando Jorge del Prado inició la recuperación del "mariateguismo" como forma y método de acción coincidente con los postulados de Lenin y Stalin.32 Mariátegui fue reivindicado como "marxista-leninista-stalinista", pero el partido no recuperó la creatividad intelectual del Amauta para desarrollar un pensamiento marxista original desde los problemas políticos del país, entre ellos la cuestión de la democracia. La recuperación de Mariátegui no implicó cuestionar la ortodoxia del comunismo soviético.

La táctica de formar frentes populares fue ratificada en el primer congreso nacional del PCP realizado en 1942, catorce años después de su fundación.33 Siguiendo esta línea política el partido colaboró con la candidatura de Bustamante y Rivero para las elecciones de 1945. En estos años encontramos postulados más explícitos del partido sobre la democracia. Por ejemplo, en el discurso de Jorge Acosta -dirigente comunista de la época- pronunciado en 1945 con motivo de la legalización del partido, encontramos la consigna de

27 Sobre la influencia de Mariátegui en la formación del Partido Socialista y sus diferencias con la Internacional Comunista ver: Alberto Flores Galindo La agonía de Mariátegui. La polémica con la Komintern. (Lima: DESCO, 1980).

28 Así lo deja notar, por ejemplo, el documento titulado "El Partido Comunista y las perspectivas revolucionarias" escrito por Eudocio Ravines durante el breve gobierno de Luis Sánchez Cerro. En este documento el autor plantea las tareas del partido sin hacer referencia alguna a la cuestión de la democracia. Ver: Flores Galindo, Elpensamiento comunista. .Antología. (Lima: Mosca Azul Editores, 1982), 136-152.

29 Sobre la acción del PCP en los campamentos mineros de la sierra central nos basamos en Alberto Flores Galindo, «Los mineros de Cerro de Pasco, 1900-1930. Un intento de caracterización social», en Alberto Flores Galindo. Obras Completas I, Alberto Flores Galindo, (Lima: SUR, Casa de Estudios del Socialismo, 1993), 95-126.

30 Ver: Héctor Béjar «APRA-PC 1930-1940; Itinerario de un conflicto», Socialismo y participación, n° 09 (1980): 13-40. Sobre los cambios en la táctica política del PCP nos basamos en: César Guadalupe, «El Partido Comunista Peruano de 1930 a 1942 ¿El período de Ravines?», Debates en sociología, n° 12-14 (1988): 101-128.

31 Ver: Héctor Béjar, «Los orígenes de la Nueva Izquierda en el Perú: la Izquierda guerrillera (Período 1956-1967)» en Pensamiento político peruano 1930-1968, ed. por Alberto Adrianzén, (Lima: DESCO, 1990), 354-355.

32 Ver: Jorge del Prado, «Mariátegui, Marxista-Leninista», en Alberto Flores Galindo, Elpensamiento, 180-198.

33 Jorge del Prado describió de la siguiente manera la realización de este congreso: "[El primer Congreso Nacional] Fue un paso histórico, trascendental. El Partido había vivido más de 12 años sin estatutos, sin Comité Central elegido democráticamente. El Partido desarrolló su actividad al margen del centralismo leninista, dándose por eso mismo -de parte de la Dirección- bandazos de ultraizquierda a ultraderecha." Jorge del Prado, Cuatro facetas de la historia del PCP (Lima: Ediciones Unidad, 1987).

Disponible en: https: / / www.marxists.org/espanol/delprado/1987/4facetas7index.htm

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"organizar el país sobre bases democráticas". Según Acosta esta tarea implicaba defender las libertades públicas, permitir la participación en los asuntos políticos de todos los sectores sociales sin exclusiones y terminar con los fundamentos económicos de la oligarquía. Estos cambios no se lograrían a través de una transformación revolucionaria, sino por medio de planes evolutivos adecuados a la realidad nacional.34

Si acaso la recuperación del "mariateguismo" y la política de la "Unión Nacional" podrían haber contribuido a generar mejores condiciones para que el PCP desarrolle un proyecto democrático alternativo para el país, esto no ocurrió. El alineamiento acrítico del PCP a los postulados del comunismo soviético y su fragilidad orgánica (que no contribuyó a posibles debates colectivos) explicarían en parte que no encontremos en sus postulados el desarrollo de un modelo alternativo de organización democrática para el Perú, es decir, un conjunto de postulados organizados que expliquen las características de la democracia que proponían para el país.

El APRA y la democracia funcional

El APRA desarrolló durante sus dos primeras décadas de existencia una crítica a lo que denominó el "demoliberalismo". Esta crítica la podemos encontrar en El Antiimperialismo y el APRA de 1936. En este texto Haya de la Torre planteó que el sistema democrático debía ser más que un conjunto de procedimientos para la elección de las autoridades, debía fundarse en una utopía, en un estado de justicia social. Para el aprismo la convivencia de la igualdad legal (que en realidad era sumamente restrictiva en el Perú de los años treinta) y las desigualdades sociales, eran intolerables en un ordenamiento social que buscara ser reconocido como democrático. Frente a ello, la democracia funcional aparecía como una alternativa, como una vía para superar el individualismo del sistema demoliberal, considerando al ciudadano no solo como poseedor de derechos, sino además como trabajador que participa en la producción de la riqueza nacional. La democracia funcional propuesta por el APRA se basaba en la articulación de dos principios: el derecho político del individuo como ciudadano y el derecho económico del ciudadano como trabajador.35

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Haya de la Torre sostuvo en El Antiimperialismo y el APRA que para hacer efectiva la democracia funcional el Estado debía intervenir en la economía garantizando los derechos de campesinos y obreros, a través del control los sectores productivos estratégicos. La democracia funcional era entendida por el APRA como instrumento de lucha contra el imperialismo al organizar en un frente único a los trabajadores manuales e intelectuales. Para ello Haya de La Torre consideró "indispensable en el nuevo tipo de Estado la vasta y científica organización de un sistema cooperativo nacionalizado y la adopción de una estructura política de democracia funcional basada en las categorías del trabajo".36 Como sabemos, estos planteamientos no lograron un desarrollo efectivo, entre otras razones, porque los líderes y militantes apristas sufrieron persecución y encarcelamiento durante la dictadura de Oscar Benavides (1933-1939) y el primer gobierno de Manuel Prado.

La participación del APRA en el gobierno de Bustamante y Rivero estuvo acompañada por redefiniciones ideológicas y programáticas. El clima de postguerra y el New Deal de Roosevelt en Estados Unidos influyeron en el APRA. En lo referido a la democracia, la democracia funcional fue desplazada del discurso político aprista para hablar ahora de la democracia social. Este desplazamiento discursivo implicó una revaloración de la democracia liberal planteando ahora la necesidad de complementarla con los derechos

34 Ver: Jorge Acosta, «El reconocimiento del Movimiento Comunista», en Alberto Flores Galindo, Elpensamiento, 199-218.

35 Hemos trabajado este elemento del discurso político aprista en: Jorge Luis Duárez, «Ser aprista en tiempos neoliberales. Un análisis discursivo del segundo gobierno de Alan García Pérez (2006-2011)», Temas y Debates 36 (julio-diciembre 2018):116, DOI: https://doi.org/10.35305/tyd.v0i36.417

36 Víctor Raúl Haya de La Torre, El antiimperialismo y el APRA (Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2010), 206.

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sociales. Como sabemos, el golpe de estado de Manuel Odría de 1948 volvió al APRA a la clandestinidad. Ocho años después, en 1956 el APRA inició la conocida "convivencia" con el segundo gobierno de Prado, acercándose así a la oligarquía y distanciándose de sus postulados revolucionarios.37

3.3. La democracia según el Movimiento Social Progresista

A diferencia del PCP, el socialprogresismo sí desarrolló una concepción alternativa de la democracia y, a diferencia del APRA, esta concepción no se limitó a revalorar la democracia liberal. La democracia para el MSP era un régimen político articulado a una forma de relacionar al Estado con lo social y lo económico. Esta democracia integral implicaba además de reglas, procedimientos e instituciones para la elección de autoridades, una vinculación con el desarrollo. La columna de Jorge Bravo Bresani titulada «Los mitos del caudillo y del salvador elegido» publicada en Libertad el 17 de junio de 1957 nos ayuda a comprender la concepción de la democracia del socialprogresismo:

"El fin de la democracia es el perfeccionamiento social. Este perfeccionamiento no puede ser concebido sino como el establecimiento de las condiciones sociales, políticas y económicas que permitan el máximo desarrollo -se persigue la plenitud-de las capacidades intelectuales, morales y físicas del hombre, No puede pues negársele a éste -en realidad a cada uno de ellos y a todo su conjunto- su derecho a participar en la tarea de perfeccionamiento social que en última instancia no es otra cosa que su propio perfeccionamiento."

El componente didáctico del discurso político del MSP plantea una concepción de la democracia en donde esta es entendida como un medio para el perfeccionamiento social. La democracia reivindicada por el socialprogresismo tiene como característica central a la participación de quienes conforman la comunidad política en los asuntos públicos. Desde esta perspectiva, la participación evitaría el establecimiento de una dictadura contraria a la libertad intelectual, al pluralismo y, en última instancia, al desarrollo.

En «La democracia integral: hacia el desarrollo comunitario» publicado en Libertad del 12 de julio de 1961 encontramos un argumento que nos permite comprender la relevancia de la democracia política para el MSP:

"La democracia política no debe ceder el paso a un nuevo poder técnico y económico sino apropiarse de los nuevos instrumentos técnicos para cumplir más eficazmente sus funciones políticas. Si no se cumple tal requisito, no se cumplirá nunca el Estado Socialista Democrático y Humanista, sino que la Humanidad degenerará en colmena o máquina humana."

La participación orientada por una ética política que subordina a la razón instrumental es entendida por el MSP como característica constitutiva de la experiencia democrática, en tanto habilita la agencia del ser humano en la historia. La dictadura, como su opuesto, supondría una praxis regresiva en tanto anula la vida activa y creadora del ser humano, imponiendo dogmas e instrumentalizando al ser humano según los fines de

37 Sobre los cambios ideológicos y programáticos del APRA nos basamos en: Antonio Zapata, Pensando a la derecha (Lima: Editorial Planeta, 2016), 13-72; y Nelson Manrique, ¡Usted fue aprista! Bases para una historia crítica del APRA (Lima: CLACSO y PUCP, 2009), 61120.

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quienes concentran el poder.38 Las condiciones sociales de la democracia integral propuesta por el socialprogresismo están orientadas a garantizar el principio ético-político de la igualdad. Bajo el postulado de la preminencia del bien colectivo sobre los intereses individuales (tal como aparece en los objetivos básicos de la organización) la democracia social buscaría garantizar el desarrollo de las capacidades intelectuales, morales y físicas de todos sin excepción a través de servicios públicos básicos.39

Esta concepción de la democracia social dialoga con los postulados de George Gurvitch (quien aparece citado en las páginas de Libertad), jurista socialista quien es autor de La idea del derecho social publicado en 1932. Como sabemos, Gurvitch planteó una crítica a las teorías individualistas del derecho jurídico considerando que estas eran incapaces de dar cuenta de la constitución del orden social. Para Gurvitch el derecho social era el derecho autónomo de comunión (no dependiente del Estado) por el cual la sociedad como totalidad activa lograba su integración. La propuesta socialprogresista no dialogó, por ejemplo, con la teoría de la ciudadanía y derechos sociales propuesta por T.H. Marshall en su Ciudadanía y clase social de 1950, sino con la obra de Gurvitch quien planteó una concepción diferente del derecho basada ya no en el individuo sino en la sociedad como unidad en donde entran en juego el derecho a la integración y a la coordinación.40 Esto se evidencia en la apelación a la "función pública" de la propiedad en el discurso socialprogresista.41

Por último, para comprender la condición económica de la democracia integral que propuso el MSP vale la pena traer a consideración el asunto de la reforma agraria, ya que para el socialprogresismo este era un tema clave para avanzar en la democratización de la economía. La reforma agraria fue planteada en el marco de una estrategia mayor que el MSP denominó el tránsito "del feudalismo al industrialismo". Tal como se puede leer en la columna «Economía de la miseria o del bienestar», publicada en Libertad el 10 de enero de 1956, para el MSP la reforma agraria implicaba la liquidación del gamonalismo, la participación de los campesinos en el beneficio de la producción, la tecnificación de la agricultura y el desarrollo del sistema cooperativo.42 Estos procesos estarían acompañados con la promoción de una industria capaz de fomentar la demanda interna y la generación de mercados locales. Según el MSP el desarrollo planificado de la economía contribuiría a lograr una democracia más estable al orientar el desarrollo productivo al bienestar popular.43

4. La apuesta por revitalizar el socialismo en el Perú.

En este apartado profundizaremos en otro de los principales nodos discursivos de la enunciación socialprogresista: el socialismo. Para ello consideraremos el contexto histórico y político que influyó en la constitución del movimiento y sus críticas al comunismo soviético.

38 Esta argumentación la podemos encontrar, por ejemplo, en Augusto Salazar Bondy «Dogmatismo y libertad intelectual» Libertad, 06 de septiembre de 1957.

39 Al respecto ver los acuerdos de la Convención de Arequipa publicados en Libertad, 06 de septiembre de 1957.

40 Ver: George Gurvitch, La idea del derecho social (España: Editorial Comares, 2005); y Sergio Raúl Castaño, «Nota sobre la Integración como fundamento de la realidad social en la sociología fenomenológica de George Gurvitch», Crítica de Historia de las Relaciones Laborales y de la Política Social, n° 08 (mayo 2014):107-114.

41 Sobre el concepto de función pública en el discurso del MSP ver, por ejemplo, las columnas de Germán Tito Gutiérrez: «La propiedad privada y la función pública» Libertad, 05 de julio de 1961; «La propiedad no debe reemplazar a la seguridad social» Libertad, 14 de marzo de 1962; y «La propiedad colectiva socialista es afirmación de la propiedad» Libertad, 21 de marzo de 1962.

42 Sobre la reforma agraria en el discurso del MSP ver, por ejemplo: «Del feudalismo al industrialismo» Libertad, 15 de marzo de 1956; y Alberto Ruiz Eldredge «La reforma agraria (bosquejo de varios artículos)» Libertad, 10 de julio de 1957.

43 Sobre la planificación en el discurso socialprogresista ver, por ejemplo: «Sin planificación marchamos al caos» Libertad, 28 de marzo de 1956 y «Por los caminos de la revolución» Libertad, 05 de junio de 1961.

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4.1. El socialismo humanista del MSP

En los ejemplares de la primera época de Libertad no encontramos una explícita adscripción del MSP al socialismo. Sin embargo, sí hallamos un indicio que en retrospectiva nos permite identificar el progresivo delineamiento de su identidad política. En la edición del 23 de marzo de 1956, unos días antes de la realización de las elecciones generales que dieron como ganador de la presidencia de la república a Manuel Prado, las páginas de Libertad brindaron un homenaje a José Carlos Mariátegui. El mensaje fue el siguiente:

"Hoy que la nación está en vísperas de unas elecciones más, en que fuerzas regresivas se unen otra vez para consolidar la gran empresa de mantener al Perú en su condición de colonia y al pueblo presa de la miseria, el recuerdo de José Carlos Mariátegui trae a las fuerzas progresistas un mensaje de unión, y la admonición perentoria de unirse contra los traficantes del trabajo, contra los mercenarios de la política, contra los dueños del poder, contra los señores feudales."

Más de un año después, exactamente el 25 de abril de 1957, apareció en las páginas de Libertad la columna titulada «¿Qué es el Progresismo?» escrita por el ideólogo de la organización, el filósofo Augusto Salazar Bondy. En esta columna encontramos la primera referencia al MSP como una organización que se identifica con el socialismo. El autor define en primer lugar su concepción del progresismo, entendido como una ética humanista basada en una concepción ascendente de la historia humana y en los valores de la libertad, la solidaridad y la justicia. El progresismo es comprendido como una política animada por una voluntad transformadora de la realidad social que se identifica con:

"los movimientos de rebeldía contra la opresión, la explotación y el imperio del privilegio, y todos los procesos revolucionarios en los cuales un principio de perfección personal y colectiva, materializado en las luchas de los hombres, han rescatado a clases y pueblos enteros de una condición infrahumana..."

Esta identificación del progresismo con los movimientos sociales y los procesos revolucionarios que surgían a nivel mundial fue caracterizada como una "posición democrática" por Augusto Salazar Bondy. Dentro de la argumentación del autor esta caracterización del progresismo como posición democrática no es menor, pues opera en el delineamiento de la identidad política del MSP desmarcándose de lo que se denominó el "sectarismo de la izquierda", el cual, según nuestro autor, apela a fórmulas preestablecidas o a métodos dogmáticos:

"La vocación del progreso humano que define al progresismo exige, pues, la superación del mundo burgués en una sociedad socialista. Pero aceptar la necesidad de esta superación no equivale a reconocer ninguna vía real para la transformación, ni afirmar que ella está consignada en una fórmula preestablecida o sujeta a una metodología dogmática. [...] Al lado de la solución comunista, con todas sus variantes, hay otras fórmulas aplicables al proceso histórico, fórmulas de acción socialista cuya filiación esencial no es necesariamente la marxista."

Nuestro autor propone entender al progresismo como una variante del socialismo en democracia. En esta misma línea, Jorge Bravo Bresani en la columna «Tótem y tabú» publicada en la misma edición de Libertad planteó que: ".la discusión libre es la base de toda democracia efectiva y que es necesario, para iniciar el

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debate ponderado de nuestra realidad nacional, desterrar toda posición sectaria y todo dogmatismo político...". Considerando el contexto internacional, estas columnas escritas por Augusto Salazar Bondy y Jorge Bravo Bresani las podemos comprender como una crítica al estalinismo. Desde la racionalidad de estos líderes del MSP, el dogmatismo político tendría un doble efecto pernicioso, a nivel descriptivo al bloquear la posibilidad de un conocimiento más riguroso de la realidad y a nivel prescriptivo en tanto coarta la libertad intelectual y moral.44

Frente a los intentos de imponer una sola forma de pensar y hacer política los planteamientos de los líderes del MSP pueden ser comprendidos como una defensa del pluralismo político. En la antes citada columna, Augusto Salazar Bondy planteó también lo siguiente:

'Tara la posición progresista, a los pueblos en su singularidad, a las situaciones históricas concretas, a las condiciones de lugar y de mentalidad colectiva toca decidir en cada caso la vía, el método y el modo propio de construir la sociedad que responda a las auténticas aspiraciones del hombre."

En esta línea es interesante destacar la descripción que hizo el mismo Augusto Salazar Bondy del pensamiento de José Carlos Mariátegui, publicada en el mismo número de Libertad. En la columna titulada «Mariátegui y la Libertad Intelectual» el líder del MSP caracterizó al Amauta como un cultivador de una suerte de marxismo abierto, capaz de hacer dialogar el materialismo histórico con otras contribuciones (la filosofía bergsoniana y el historicismo de Croce) que resultasen fecundas para interpretar la abigarrada multiplicidad de los elementos que constituyen la realidad peruana. El filósofo identificó en Mariátegui a un cultor de la libertad intelectual, "valor humano que es irrenunciable para el pensamiento y la acción socialistas" desde una posición dialéctica que entiende que el socialismo no supone renuncia "al patrimonio liberal, en su valor civilizador". El Mariátegui reivindicado por el ideólogo del MSP es distinto al Mariátegui marxista-leninista-stalinista "recuperado" por el PCP.

En «Las tareas del pensamiento progresista» publicada en Libertad el 29 de mayo de 1957 Augusto Salazar Bondy planteó que frente a las teorías abstractas e impuestas se debe abrir y dinamizar el pensamiento socialista. Para ello el filósofo planteó un diálogo entre el pensamiento socialista y las ciencias sociales para edificar en democracia una "nueva comunidad humana", animando una recíproca colaboración entre las diferentes corrientes que se encuentran al interior de la tradición socialista.45

A partir de lo hasta aquí presentado nos resulta razonable avanzar en nuestro análisis comprendiendo al socialprogresismo como un proyecto que, a nivel prescriptivo, reivindicó los valores ético-político de la libertad y el pluralismo para constituir un espacio común de las distintas tendencias socialistas que en su diversidad converjan en derroteros de acción democrática. Esto exigiría fundar una reserva ética para salvaguardar la fecundidad del socialismo, que serviría de crítica a las dictaduras (comunistas o no comunistas) y al capitalismo.46

44 Al respecto ver la ya referida columna de Salazar Bondy, «Dogmatismo y libertad intelectual».

45 Un desarrollo sistemático de la concepción del socialismo propuesto por Augusto Salazar Bondy se encuentra en «Bases para un socialismo humanista peruano», publicado en EntreEsiay CatibcUs. Reflexiones sobre la wdaperuam, Augusto Salazar Bondy, (Lima: Casa de la Cultura del Perú, 1969), 137-188. Según el estudio realizado porJoel Rojas sobre la obra de Augusto Salazar Bondy, este documento escrito en 1961 fue elaborado como base doctrinaria para el MSP. Ver: Joel Rojas «Repensar el giro democrático en la izquierda peruana» (tesis de magister, FLACSO - Ecuador, 2020).

46 Sobre el socialismo humanista del MSP ver, por ejemplo: «Principios», Libertad, 06 de septiembre de 1956; «Una doctrina revolucionaria nacional», Libertad, 12 de julio de 1961; y «Alberto Ruiz dice: queremos que caigan los privilegios», Libertad, 11 abril de 1962.

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4.2. La crítica al comunismo soviético.

En las páginas de Libertad encontramos secciones dedicadas a presentar a sus lectores las críticas al comunismo soviético que se planteaban al interior de distintos países gobernados por regímenes comunistas. Por ejemplo, en las páginas de Libertad del 17 de junio de 1957 se presenta la experiencia del filósofo marxista Wolfgang Harich (1923-1995), condenado a trabajos forzados por encabezar un movimiento "revisionista" al interior del Partido Socialista Unificado de la República Democrática de Alemania. En dicha edición de Libertad bajo el título «Un programa de democratización para Alemania Oriental» se reproducen fragmentos de la plataforma doctrinaria del grupo de intelectuales liderados por Harich, en donde se encuentran planteamientos tales como: "No repudiamos el marxismo-leninismo, queremos liberarlo del estalinismo y restaurar las bases de un pensamiento humanista no dogmático" y "Creemos que él [el socialismo] puede suplantar al capitalismo de una manera pacífica. Creemos aún que, en Europa Occidental, esta transformación del capitalismo en socialismo no se hará siempre bajo la égida del partido comunista". La apelación a esta experiencia sirve al MSP como una suerte de constatación de la deriva en la cual se encontraba el comunismo soviético y le permite a su vez demostrar la necesidad de revitalizar el socialismo desde bases humanistas, tal como por aquello años lo planteaban intelectuales como Erich Fromm, Jean Paul Sartre o Maurice Merleau-Ponty.

Otra experiencia recogida en las páginas de Libertad fue la revolución húngara. Como se recuerda, el 23 de octubre de 1956 el Ejército Rojo de la Unión Soviética invadió Hungría para acabar con las protestas populares que exigían libertad política. En «La Revolución Húngara y el socialismo», publicada en Libertad el 10 de julio de 1957, la descripción socialprogresista de estos acontecimientos destacó la relación no necesaria entre partido único y la realización del socialismo, así como la evidencia del fracaso del modelo soviético hipercentralizado que subordinaba la organización obrera y la excluía de la gestión de la producción económica. Encontramos también en Libertad a la Yugoslavia del Mariscal Tito (1892-1980) y sus desencuentros con la Unión Soviética por su intromisión militar en los países de Europa del Este.47 Las líneas que describen la experiencia yugoslava destacan los avances en la democratización de su economía, a diferencia de lo que Libertad constata en la Unión Soviética, pero estas referencias no dejaron de subrayar la falta de democracia política.

Podemos identificar que una de las principales influencias en el socialismo humanista del MSP fue la obra del ya mencionado filósofo francés Maurice Merleau-Ponty, quien dejó su impronta en Augusto Salazar Bondy.48 Esta influencia nos ayuda a comprender lo que hasta aquí hemos destacado: en el proyecto socialprogresista la libertad como valor ético-político ocupa un lugar relevante a diferencia del estalinismo en donde la libertad es subordinada a los dictados del partido único. Pero la crítica al estalinismo y la reivindicación de la libertad como valor ético-político no supone recaer en su sentido liberal, entendida como autoafirmación individual. En sintonía con Maurice Merleau-Ponty, el MSP entendió que la libertad es la capacidad del ser humano de actuar sobre la realidad histórica, actuación que se define por comprometer a los otros, es decir, a un campo intersubjetivo.49 Esta concepción de la libertad está vinculada al humanismo asumido por el MSP que entiende la existencia como una tarea abierta que involucra un sentido de comunidad, tarea que se encuentra enraizada en la historia, es decir, condicionada -y habilitada a su vez- por una infraestructura económica y política. Este humanismo es el que nutrió la crítica al capitalismo que desarrolló el MSP.

47 Ver, por ejemplo, la nota publicada en Libertad el 06 de septiembre de 1961 sobre la Conferencia de Belgrado de los Países no Alineados celebrada del 01 al 06 de septiembre de 1961.

48 Sobre la influencia de Maurice Merleau-Ponty en Augusto Salazar Bondy, ver Adriana Arpini, Filosofal, cribay compromiso en Augusto Saladar Bondy (Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2016), 243-251.

49 Nos basamos en Salazar Bondy, «Bases para un socialismo humanista peruano», 137-188.

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Revitalizar el socialismo desde bases humanistas, en donde la libertad tenga un lugar preponderante, fue una tarea que asumió el MSP. De esta manera el socialprogresismo se distanció del estalinismo reivindicado por el comunismo peruano y del APRA.50

5. La revolución como acción creadora

Junto al socialismo y la democracia, la revolución fue el tercer nodo estructurante del discurso que orientó la acción política del socialprogresismo. Al igual que en los casos del socialismo y la democracia, el MSP propuso un significado a la acción revolucionaria para diferenciarse de otros actores políticos. Este significado planteó una crítica tanto a las posiciones que fueron identificadas como defensoras de los intereses de la oligarquía al asumir que la revolución era sinónimo de anarquía y caos; como a ciertos sectores de la izquierda que planteaban una relación necesaria entre revolución y violencia.

Para comprender los debates de la época en torno a la acción revolucionaria vale la pena considerar dos hechos de la política internacional. Como sabemos, en 1956 el Partido Comunista de la Unión Soviética celebró su XX Congreso, en el cual se planteó -además de la crítica al estalinismo- el principio de "coexistencia pacífica" con el campo capitalista asumiendo que no era necesaria la guerra para el triunfo del socialismo. Este principio generó un fuerte debate al interior de la órbita comunista encontrando en Mao Tse Tung a uno de los principales críticos del principio de la coexistencia pacífica, anteponiéndole la necesidad de la 'guerra revolucionaria' para el triunfo del socialismo. Tres años después, en 1959 triunfaría la revolución cubana poniendo nuevamente en el debate la relación entre revolución y lucha armada.

En este contexto, el MSP planteó su concepción de la acción revolucionaria como práctica creadora. Desde esta perspectiva, la revolución implicaba cambiar las estructuras económicas y sociales que resultaban injustas e ineficaces para satisfacer las necesidades populares. En la nota titulada «Una estrategia para el desarrollo» publicada en Libertad del 26 de julio de 1961 se afirmó, por ejemplo, que el cauce revolucionario demandaba destruir las "estructuras-obstáculo", entendidas como formas de producción, de institucionalidad política y de educación que respondían al poder de quienes controlan la agricultura, el comercio y las finanzas del país. Para el MSP la mentalidad retrasada de la oligarquía -que rechaza la planificación, que endiosa el éxito económico individual, que idolatra a la empresa privada y asume el mito de la ineficiencia de la administración pública (parafraseando unas líneas de la nota antes citada)- era un duro freno a la acción revolucionaria que exigía la realidad del país.

Ahora bien, para el socialprogresismo este cambio de estructuras no implicaba el uso sistemático de la violencia, en tanto reconocía que los procesos revolucionarios exitosos eran aquellos que se producían desde las lógicas democráticas. En la columna «¿Qué es la revolución?» publicada en Libertad el 17 de mayo de 1961 encontramos el siguiente razonamiento:

"La Revolución es pues, el cambio de estructura por otra; es, fundamentalmente, la construcción de la nueva estructura, acorde con las necesidades populares; construcción que reclama una nueva ac[ti]tud social, una decisión popular y una participación directa de las masas en ese proceso. Y porque la Revolución es construcción y no destrucción, es afirmativa, apasionadamente afirmativa; es creadora, democráticamente creadora, porque solo el aporte popular, el contacto

50 Sobre la crítica del MSP al APRA ver, por ejemplo: «Pero, ¿hubo alguna vez un APRA revolucionaria?», Libertad, 31 de enero de 1962.

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directo del pueblo con sus dirigentes, es capaz de realizar la gran tarea revolucionaria."

Este planteamiento fue desarrollado en extenso en una columna de Jorge Bravo Bresani titulada «Progresismo y Violencia» publicada también el 17 de mayo de 1961 en donde el autor criticó el planteamiento de Mao Tse Tung sobre la "guerra revolucionaria", contraponiéndole una vía pacífica para la revolución, basada en una pedagogía política que fuera capaz de generar cambios en las relaciones de poder al cuestionar la moral individualista imperante y cultivar una moral comunitaria basada en la solidaridad y la justicia. El autor planteó una distinción entre la violencia sistemática y activa (que debe siempre rechazarse) de aquella anecdótica y reactiva, la cual podría justificarse de forma razonable en ciertos casos. Al respecto Jorge Bravo Bresani planteó lo siguiente:

"Hay que desconocer la violencia como fuerza creadora y repugnarla como régimen, sólo aceptarla -diríamos bajo protesta- en situaciones locales, determinados momentos y breves períodos de procesos revolucionarios y sólo como desenlace lógico de una situación que ha llegado a su madurez, a cuya solución se han creado los canales del derecho y que se apresura a vencer los obstáculos artificiales que se encuentran en su camino a fin de concretarse prácticamente."

Esta distinción demuestra que el autor no negaba el vínculo entre política y violencia en la experiencia histórica, evidenciando que la relación problemática entre ambas no permitía una solución simple y general. Ahora bien, la distinción planteada por Jorge Bravo Bresani entre violencia sistemática y violencia anecdótica quedó solo enunciada, no fue profundizada.

Es desde esta perspectiva que el MSP apoyó la revolución liderara por Fidel Castro sin asumir la vía armada como modelo para la toma del poder en el Perú.51 El socialprogresismo comprendió a la revolución cubana como expresión de las transformaciones sociales y económicas de liberación que venían ocurriendo en el "Tercer Mundo". Así lo encontramos, por ejemplo, en la edición extraordinaria de Libertad del 18 de abril de 1961 en donde se expresó el apoyo a la revolución cubana denunciando al "imperialismo yanqui" como enemigo de Latinoamérica. Para los dirigentes socialprogresistas Cuba ponía a la revolución en el centro de la política regional y, evidentemente, nacional, pero sin asumir a la lucha armada como la única táctica posible, ni al marxismo como el único fundamento ideológico para alcanzar al socialismo.52

Para atemperar la presencia de la violencia en el quehacer revolucionario el MSP apeló al derecho. En la disputa política esto implicaba que los partidos políticos debían respetar y cumplir determinadas reglas de juego basadas en valores ético-políticos, tales como la libertad y la igualdad, en procedimientos propios del régimen democrático y el Estado de derecho, pero también excluir pactos con la oligarquía que restrinjan el

51 Ya en Libertad del 06 septiembre de 1957 -dos años antes del triunfo de la revolución cubana- el MSP publicó una declaración de solidaridad con el pueblo cubano, a propósito del avance de la actividad guerrillera del Movimiento '26 de julio' liderado por Fidel Castro, los estallidos populares y las sublevaciones militares que se generaron contra la dictadura de Batista. En la misma edición de Libertad se publicó también «Un atropello del gobierno» en defensa del principio de libre determinación de los pueblos a propósito de la lucha por la independencia de Argelia.

52 Esta posición de los dirigentes del MSP frente a la revolución cubana habría generado tensiones al interior de la organización. Caso emblemático fue la del poeta Javier Heraud, quien en su carta de renuncia dirigida al secretario general del MSP en 1962 sostuvo que las realizaciones sociales que venían lográndose en Cuba eran inseparables de la ideología que las orientaba: el marxismo-leninismo. Para Heraud el MSP había asumido una ambigua posición frente a la revolución cubana, lo cual se explicaba por la falta de una ideología coherente. Ver la ya referida carta de renuncia de Javier Heraud al MSP.

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avance de la democracia. En el lenguaje político del MSP la acción revolucionaria a través de los causes del derecho devenían en cambios progresivos, en reformas, resultando prioritarias la reforma agraria, la reforma de la empresa, la reforma financiera, la reforma de la educación y la reforma del Estado.53 Este programa de reformas formó parte de la representación política que el socialprogresismo buscó construir.

6. La representación política socialprogresista: la aspiración no alcanzada

El socialprogresismo buscó representar a los sectores sociales que, desde su perspectiva, estaban a favor de los procesos de cambio social pero que ya no se identificaban con el PCP ni con el APRA. Con relación al partido de Haya de la Torre entendían que este había declinado a su aspiración revolucionaria. Esto se expresó, por ejemplo, en una charla impartida por Sebastián Salazar Bondy en el local del MSP y que fue publicada por Libertad el 31 de mayo de 1961. En esta conferencia el escritor describe a un aprismo decadente en términos ideológicos, que ha renunciado a su representación histórica al pactar con la oligarquía y que sufre las consecuencias del caudillismo. En su disertación Sebastián Salazar Bondy presentó a una generación en decadencia que venía siendo reemplazada por una nueva generación representada por los socialprogresistas, que se distinguía por ser revolucionarios consecuentes al no declinar en su crítica al "régimen demo-liberal", al defender la libertad de los pueblos del Tercer Mundo y al cultivar un lenguaje más técnico que emocional al considerarlo más efectivo para la lucha política. El MSP aparecía como una alternativa política para dar respuesta a las demandas populares que no habían sido canalizadas de forma eficaz por el APRA y el PCP. En este sentido Augusto Salazar Bondy planteó lo siguiente:

"Por otra parte, puede decirse que los movimientos de masas que en los años veinte señalaron el comienzo de una nueva etapa política, no han logrado alcanzar sus metas principales. El descontento popular ha ido por cierto creciendo en relación directa de la represión y del empeoramiento de las condiciones de vida, pero como acción sistemática, canalizada en los partidos que surgieron en ese entonces -el aprista y el comunista- y que se proponían objetivos revolucionarios de largo alcance, sus logros han quedado muy por debajo de las expectativas más realistas".54

En las páginas de Libertad aquel descontento popular es expresado por el "pueblo trabajador del Perú" -prodestinatario del discurso- que busca ser representado por el MSP. Este pueblo trabajador, al cual se le niega "el pan, la salud, la cultura y la libertad" está constituido en el discurso político socialprogresista por campesinos, obreros y empleados que sufren la explotación de la oligarquía y del capital.55 A las demandas de estos actores sociales el MSP respondía planteando el programa de reformas ya mencionado: la reforma agraria, la reforma de la empresa, la reforma financiera, la reforma de la educación y la reforma del Estado.

Para el socialprogresismo su programa de reformas permitía un cambio sistémico de la realidad nacional en favor de las necesidades del pueblo trabajador. En la columna «Un planteamiento orgánico de la Revolución» publicado en Libertad el 21 de junio de 1961 se sostiene, por ejemplo, que una nueva

53 Para comprender el lugar del derecho en el discurso político del MSP ver, por ejemplo: Alberto Ruiz Eldredge «La agresión desde el poder», Libertad, 24 de mayo de 1961; «Comunicado del Movimiento Social Progresista» en Libertad, 17 de junio de 1961; y «La democracia integral: hacia el desarrollo comunitario», Libertad, 12 de julio de 1961. Sobre las reformas planteadas por el MSP ver: «Una estrategia para el desarrollo», Libertad, 26 de julio de 1961.

54 Augusto Salazar Bondy, Entre Escila y Caribdis. Reflexiones sobre la vida peruana, 15.

55 Sobre las características del prodestinatario del discurso del MSP ver, por ejemplo: «Multitudinario mitin socialprogresista en Huancayo», Libertad,, 28 de junio de 1961; Francisco Moncloa, «Patria Libre», Libertad,, 20 de septiembre de 1961; y «Guerra a la miseria con la revolución», Libertad,, 08 de noviembre de 1961.

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institucionalidad empresarial basada en un renovado concepto de propiedad que supere la propiedad privada, a través de la democratización y socialización de la estructura económica, daría paso a una comunidad de trabajo en donde obreros y campesinos mejorarían la alimentación de sus familias y se desarrollaría la industria nacional. La propiedad ya no se basaría en el interés individual sino estaría al servicio de la seguridad social y las libertades humanas promoviendo distintas formas de propiedad (estatal y comunitaria).

El pueblo trabajador que el MSP buscó construir a través del lazo representativo cultivaría una ética de la cooperación forjada a través de la reforma educativa que se llevaría a cabo. Augusto Salazar Bondy fue quien desarrolló este componente del programa del MSP desde una concepción fenomenológica del valor. Esta concepción consideraba que los valores económicos, sentimentales, jurídico-políticos y sociales imprimían apertura y proyección a la acción humana y, por consecuencia, cumplimiento del ser.56 Desde esta perspectiva, la nueva institucionalidad educativa enraizada en una ética de la cooperación fomentaría la formación para el trabajo y para la convivencia familiar y comunitaria. La reforma de la educación, por tanto, contribuiría a la formación de un nuevo tipo de hombre (y mujer agregaríamos hoy) comprometido con el desarrollo social y económico del país.57

La propuesta de reforma del Estado nos revela otro elemento relevante de la representación política que buscó construir el MSP. Para el socialprogresismo era muy importante superar el caudillismo y el dogmatismo que caracterizaba a la política peruana, lo primero promoviendo la participación del pueblo trabajador y lo segundo imprimiendo racionalidad al quehacer político. En el MSP encontramos la convicción de que la política solo adquiere dirección si se le dota de bases científicas, particularmente haciendo uso de las contribuciones de las ciencias sociales. En esta línea se entiende su insistencia de profesionalizar la administración pública, de dotar de un tratamiento científico a la política fiscal, a la gestión del agro, a la minería, a la industria, a la salud, a la educación, entre otros campos.58

El MSP intentó conjugar los "mitos movilizadores" de la política con una "conciencia racional" que le imprima dirección. Este planteamiento fue desarrollado, por ejemplo, en la columna «Mitos, dogmas y postulados en la Reforma Universitaria» escrita por Augusto Salazar Bondy y publicada en Libertad el 02 de agosto de 1961. En esta columna nuestro autor contrapone lo que denominó la "conciencia dogmática" basada en "fórmulas gastadas", en verdades que la autoridad impone, expresión de decadencia del impulso creador; a la "conciencia mítica", la cual se caracterizaría por su disposición a lo nuevo, por su trasfondo ético y predominantemente afectivo. Dirá Augusto Salazar Bondy que: "La actitud mítica sirve así más para destruir que es quehacer de impulso y entrega que para plantear y construir". Para el autor la conciencia mítica sin conciencia racional pierde orientación. Es justamente la conciencia racional la que permitiría, según el filósofo, no imponer dogmas ni limitarse a exaltar mitos sino plantear postulados para dirigir el pensamiento y la conducta hacia determinados fines. En la misma edición de Libertad Sebastián Salazar Bondy escribió la columna «Izquierdismo y resentimiento» en donde también destacó el lugar de la conciencia racional en el proyecto político del MSP:

56 Ver, por ejemplo: La jerarquía axiológica de 1959 o El factor estimativo y antropológico en ciencias sociales de 1961. Sobre la concepción fenomenológica del valor en el pensamiento de Salazar Bondy nos basamos en Arpini, Filosofía, crítica y compromiso en Augusto Saladar Bondy, 51-62.

57 Sobre la reforma de la educación como componente programático del MSP ver, por ejemplo: Germán Tito Gutiérrez «Educación en la solidaridad: objetivo en la revolución», Libertad, 21 de febrero de 1962; Augusto Salazar Bondy «El gran problema de la educacián», Libertad, 11 de abril de 1962; y Miguel Scorza «La reforma de la educación para el socialprogresismo», Libertad, 02 de mayo de 1962.

58 Sobre la reforma del Estado como componente programático del MSP ver, por ejemplo: «El Estado socialista», Libertad, 28 de junio de 1961; y Germán Tito Gutiérrez «Un nuevo Estado para una eficaz clistr¡bucián», Libertad, 09 de mayo de 1962.

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"...con la revolución no se intenta destrozar el universo sino reorganizarlo en beneficio de la mayoría, sin derrochar ningún medio ni ninguna ocasión. No opera en ella, como móvil, el odio, sino la razón más lúcida."

Una interpretación plausible a partir de las columnas arriba mencionadas y de otras citadas a lo largo de este estudio es que el MSP tuvo un particular interés por practicar y promover una política racional en términos instrumentales y normativos. A la imposición de verdades de unos y a la exaltación del líder carismático de otros, el MSP apeló a la "lucidez de la razón" para la acción política. El pueblo trabajador del discurso socialprogresista estaba llamado a participar en la construcción de la sociedad comunitaria orientado por el desarrollo de una conciencia racional que sería promovida por el MSP.59

Desde finales de 1961 encontraremos en las páginas de Libertad una sección titulada «Por los caminos de la revolución» en donde el MSP presentó sus objetivos básicos y desarrolló didácticamente su programa de reformas. Se describen también en estas páginas las "Marchas por la patria libre" organizadas por el socialprogresismo, las cuales consistían en mítines que se realizaban en las plazas y calles de distintas ciudades del Perú con miras a las elecciones generales de junio de 1962. En este proceso electoral el MSP decidió participar con candidato propio a la Presidencia de la República a través de la postulación de Alberto Ruiz Eldredge. Participaron también en estas elecciones el APRA, Acción Popular, el Partido Demócrata Cristiano, la Unión Nacional Odriísta, el Frente de Liberación Nacional (el cual incluyó al PCP) y el Partido Socialista del Perú.

Los resultados electorales dieron el primer lugar a Víctor Raúl Haya de la Torre del APRA con un 32,9% de los votos válidos, quedando en segundo lugar Fernando Belaúnde Terry de Acción Popular con el 32,1% y en tercer lugar el exdictador Manuel Odría de la Unión Nacional Odriísta con 28,4%. Alberto Ruiz Eldredge alcanzó solo el 0.5% de los votos. ¿Qué explicaciones se pueden ensayar para comprender el fracaso electoral del MSP? Al menos dos razones nos resultan plausibles: el limitado desarrollo orgánico del partido y su racionalismo político.

La participación del MSP en las elecciones de representantes para el Congreso de la República nos puede dar una idea sobre el limitado desarrollo orgánico del partido. Para las elecciones generales de 1962 el MSP solo logró presentar candidatos al Congreso de la República en 06 de los 24 departamentos del país, es decir, solo en una cuarta parte del territorio nacional. En dos de los departamentos que el MSP tenía representación en el Congreso de 1956 a 1962 no volvió a contar con candidatos (Ancash y San Martín), lo cual nos indica que en estos territorios no lograron desarrollar una organización política capaz de promover nuevas militancias que se decanten en candidaturas. Sí se logró presentar nuevamente candidatos en Arequipa, Cusco y Junín y se sumaron candidatos en Lambayeque, Loreto y Lima. Sin embargo, estos esfuerzos orgánicos no alcanzaron para cubrir con candidaturas a la mayor parte del territorio nacional.60

Con relación al racionalismo político del MSP, consideramos que el proyecto socialprogresista no comprendió la centralidad de los afectos en el quehacer político. Su rechazo al caudillismo y al liderazgo carismático no les habría permitido reconocer la función de los afectos en la construcción de las identificaciones políticas.61 El permanente componente didáctico del discurso del MSP habría generado una suerte de subordinación de la lógica política a la lógica intelectual, lo cual guarda relación con la trayectoria profesional de parte importante de su grupo impulsor, académicos y docentes universitarios.

59 Al respecto ver: «Hacia una sociedad comunitaria», Libertad, 15 de junio de 1961.

60 Sobre la lista de candidatos del MSP al congreso de la república en las elecciones de 1962 ver: «Con el lema de Ruiz Revolución irán listas parlamentarias por todo el país», Libertad,, 28 de marzo de 1962.

61 Siguiendo a Mouffe, consideramos que la persistencia de la unidad de una colectividad política pasa por los vínculos afectivos que la sostienen, por las formas en que estos colectivos influyen en los deseos y fantasías de quienes busca congregar. Ver: Chantal Mouffe, En torno a lopolítico (Argentina: FCE, 2007), 32-36.

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En las elecciones de junio de 1962 ningún candidato alcanzó el 33.3% requerido para ganar la presidencia, tal como lo estipulaba la Constitución Política de la época. Con estos resultados el Congreso de la República debía elegir al ganador entre los tres candidatos más votados. Sin embargo, el 18 de julio de aquel año el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas llevó a cabo un golpe de Estado contra Manuel Prado aduciendo irregularidades en el proceso electoral. Al año siguiente, el 9 de junio de 1963, se llevarían a cabo nuevas elecciones, donde resultó ganador Fernando Belaúnde Terry. Con el triunfo del líder de Acción Popular se inició una etapa de optimismo en torno a la posibilidad de realizar reformas en democracia, etapa que llegó a su fin el 03 de octubre de 1968 con el golpe de estado de Juan Velasco Alvarado iniciándose así el denominado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, en el cual participaron ex socialprogresistas.

Conclusiones

El presente trabajo exploratorio nos ha permitido identificar que el MSP buscó dotar de un nuevo impulso intelectual y práctico al socialismo en el Perú de mediados del siglo XX a través de un fundamento humanista. A partir de la descripción de un país subdesarrollado y asediado por el autoritarismo de la oligarquía, el MSP propuso una alternativa socialista basada en componentes prescriptivos: la libertad intelectual, la igualdad, el pluralismo, la participación y la cooperación. Para el MSP estos valores ético-políticos orientarían la reorganización del orden socioeconómico y cultural del Perú.

La apelación a la democracia fue un elemento constitutivo de la identidad socialprogresista. El MSP reivindicó un socialismo democrático proponiendo una superación de la democracia liberal a partir de su propuesta de una democracia integral que sea capaz de articular los aspectos políticos, sociales y económicos de la realidad nacional. Esto implicó una crítica no solo a las dictaduras que respondían a los intereses oligárquicos -aliados del imperialismo-, sino también a los regímenes comunistas de partido único.

Frente a la crisis del Estado oligárquico el MSP planteó una salida revolucionaria priorizando la realización de cinco reformas: la reforma agraria, la reforma de la empresa, la reforma financiera, la reforma de la educación y la reforma del Estado. Esta última reforma estaría orientada a la edificación de un "Estado Socialista Democrático y Humanista" capaz de enrumbar al país hacia la construcción de una sociedad comunitaria. El tránsito en el discurso político del MSP de la revolución a la reforma se comprende en la apuesta del partido por llevar a cabo estos procesos de cambio a través de causes institucionales básicos, que permitieran excluir a la violencia de la práctica revolucionaria; y aplicando la racionalidad instrumental al quehacer político. El MSP entendió su opción revolucionaria como parte de los procesos de liberación del denominado 'Tercer Mundo', reivindicando una vía propia.

El MSP buscó representar a las clases medias, a obreros y campesinos planteando una alternativa de izquierda diferenciándose del PCP y reconociendo como adversarios a la oligarquía y al APRA. El socialprogresismo cuestionó el dogmatismo político que identificaba imperante en el comunismo peruano y se opuso al APRA al considerar que el partido de Haya de la Torre había devenido en aliado de la oligarquía. Sin embargo, el limitado desarrollo organizacional y el racionalismo político del MSP no contribuyeron al éxito de su política representativa.

Nuestra exploración de la experiencia del MSP nos ha permitido recuperar un lenguaje político que, si bien no logró volverse hegemónico, sí contribuyó al debate en torno a las posibles salidas a la crisis del Estado oligárquico en el Perú de mediados del siglo XX. Destacados intelectuales y políticos que se identificaron como socialprogresistas entre 1955 y 1962 continuaron sus intereses en el campo de la academia a través del Instituto de Estudios Peruanos y en el campo político colaborando con el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas.

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Anexo. Matriz de análisis del discurso político del Movimiento Social Progresista

Dimensiones de análisis Movimiento Social Progresista (1956-1962)

1. Destinatarios Prodestinatario Los obreros, campesinos y clases medias que conforman el pueblo trabajador comprometido con la transformación nacional.

Contradestinatario La oligarquía aliada del imperialismo, las dictaduras de partido único y el APRA de la convivencia.

2. Nodos estructurantes El socialismo humanista, la revolución no violenta y la democracia integral.

3. Componentes del discurso Descriptivo El subdesarrollo nacional y la persistencia del autoritarismo.

Didáctico La racionalidad política y el humanismo.

Prescriptivo La libertad, la igualdad, la cooperación, la participación y el pluralismo.

Programático -La realización de una revolución basada en reformas para alcanzar el desarrollo nacional. -El Estado Socialista Democrático y Humanista. - La sociedad comunitaria.

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