Научная статья на тему 'La Revolución Cultural y Democrática y el pensamiento de Álvaro García Linera. ¿Renovación o retroceso de la praxis sobre la transición socialista?'

La Revolución Cultural y Democrática y el pensamiento de Álvaro García Linera. ¿Renovación o retroceso de la praxis sobre la transición socialista? Текст научной статьи по специальности «Языкознание и литературоведение»

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transición socialista / marxismo / García Linera / Bolivia / Vivir Bien / socialist transition / marxism / García Linera / Bolivia / Vivir Bien

Аннотация научной статьи по языкознанию и литературоведению, автор научной работы — Julio Diego Zendejas Máximo

La autodenominada Revolución Cultural y Democrática en Bolivia incluye entre sus propuestas componentes del nacionalismo, del indianismo y del marxismo y declaró el horizonte del “Vivir Bien” como superación del capitalismo. Ello plantea la cuestión de cómo se relaciona ese proceso con la tradición marxista de la transición al socialismo. Para contestar a ese cuestionamiento el artículo revisa primero cómo es formulado el proyecto en los documentos de los gobiernos del Movimiento al Socialismo, luego hace una recuperación crítica del pensamiento de Álvaro García Linera sobre el marxismo y el socialismo buscando ver la relación entre ambos, proyecto y pensamiento, y cierra con una reflexión sobre si esta experiencia contribuye a la renovación o al retroceso de la praxis socialista.

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The Cultural and Democratic Revolution and the thought of Álvaro García Linera. Renewal or setback of the praxis on the socialist transition?

The self-proclaimed Cultural and Democratic Revolution in Bolivia includes between its proposals components of nationalism, Indianism and Marxism and declared the horizon of “Vivir Bien” as overcoming capitalism. This raises the question of how that process relates to the Marxist tradition of the transition to socialism. To answer this question, the article first reviews how the project is formulated in the documents of the Movimiento al Socialismo governments, then makes a critical recovery of the thought of Álvaro García Linera on Marxism and socialism searching to see the relationship between the two, project and thought, and closes with a reflection about if this experience contributes to the renewal or setback of socialist praxis.

Текст научной работы на тему «La Revolución Cultural y Democrática y el pensamiento de Álvaro García Linera. ¿Renovación o retroceso de la praxis sobre la transición socialista?»

52, agosto 2023: 1-25

La Revolución Cultural y Democrática y el pensamiento de Álvaro García Linera. ¿Renovación o retroceso de la praxis sobre la transición socialista?

The Cultural and Democratic Revolution and the thought of Álvaro García Linera. Renewal or

setback of the praxis on the socialist transition?

Julio Diego Zendejas Máximo*

Resumen: La autodenominada Revolución Cultural y Democrática en Bolivia incluye entre sus propuestas componentes del nacionalismo, del indianismo y del marxismo y declaró el horizonte del "Vivir Bien" como superación del capitalismo. Ello plantea la cuestión de cómo se relaciona ese proceso con la tradición marxista de la transición al socialismo. Para contestar a ese cuestionamiento el artículo revisa primero cómo es formulado el proyecto en los documentos de los gobiernos del Movimiento al Socialismo, luego hace una recuperación crítica del pensamiento de Álvaro García Linera sobre el marxismo y el socialismo buscando ver la relación entre ambos, proyecto y pensamiento, y cierra con una reflexión sobre si esta experiencia contribuye a la renovación o al retroceso de la praxis socialista.

Palabras clave: transición socialista, marxismo, García Linera, Bolivia, Vivir Bien

Abstract: The self-proclaimed Cultural and Democratic Revolution in Bolivia includes between its proposals components of nationalism, Indianism and Marxism and declared the horizon of "Vivir Bien" as overcoming capitalism. This raises the question of how that process relates to the Marxist tradition of the transition to socialism. To answer this question, the article first reviews how the project is formulated in the documents of the Movimiento al Socialismo governments, then makes a critical recovery of the thought of Álvaro García Linera on Marxism and socialism searching to see the relationship between the two, project and thought, and closes with a reflection about if this experience contributes to the renewal or setback of socialist praxis.

Key words: socialist transition, marxism, García Linera, Bolivia, Vivir Bien

Recibido: 9 de mayo 2023 Aceptado: 22 agosto 2023

* Mexicano. Licenciado en Sociología, Maestro y Doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente realiza una estancia posdoctoral en el Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Estudios Regionales de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos con el proyecto "El pensamiento socialista en la América Latina del siglo XXI. Los casos de Cuba, Bolivia, México y Venezuela" con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. diego86unam@gmail.com. https://orcid.org/0000-0002-9601-0785

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Introducción

Al tomar posesión como presidente, Evo Morales inició su discurso pidiendo un minuto de silencio por los mártires de la liberación nacional de Bolivia, mencionó entre otros a Túpac Katari y a Ernesto Guevara, recordó luego los agravios del colonialismo, de la república y del neoliberalismo contra los pueblos originarios y señaló que la "revolución cultural democrática" por él encabezada era la continuidad de las luchas de estos pueblos y de aquellos caídos. Como parte del programa que guiaría la "revolución", mencionó la necesidad de acabar con el "Estado colonial", "desarrollar" al país, recuperar la soberanía, combatir el latifundio, luchar contra la corrupción y concluyó citando al Subcomandante Marcos y el "mandar obedeciendo" como orientación de su acción de gobierno.

La transformación planteada buscaba reeditar el proyecto desarrollista latinoamericano pero guiado por lo que debería ser un nuevo Estado incluyente de las nacionalidades indígenas hasta entonces negadas. Este componente era resultado de la influencia de la lucha indianista y de su demanda de un Estado indígena, aunque no en su versión extrema, de un país independiente y diferente del boliviano, sino en una más "multicultural" que, "indianizando" Bolivia, buscaba que la nación refundada incluyera por igual a blancos, mestizos e indios. Con la herencia indianista planteó al Vivir Bien (VB) como horizonte para la propuesta de cambio. Por otro lado, la referencia al Che y sobre todo la presencia de Álvaro García Linera (AGL) en la vicepresidencia del nuevo gobierno dan cuenta de la influencia de la izquierda marxista en el proyecto del Movimiento al Socialismo (MAS). Un marxismo que pretendía, entre otras cosas, sintetizar precisamente indianismo y crítica de la economía política. Con estos componentes la Revolución Cultural y Democrática (RCyD) revivió el nacionalismo pero al mismo tiempo incluyó al indianismo y al marxismo como elementos ideológicos y políticos esbozando la búsqueda de una nueva forma de organización social como fin último del proyecto. Cabe entonces preguntarse ¿cómo es entendido el Vivir Bien en tanto propuesta de cambio social?, ¿que implican la Revolución Cultural y Democrática y el pensamiento de García Linera en tanto proyecto de transición socialista?, ¿cómo se relacionan con las experiencias históricas y con la tradición marxista?

En lo que sigue se busca responder a estas interrogantes. Para ello se revisan primero, a partir de documentos oficiales, los objetivos y estrategias de la RCyD para describir cómo es auto percibido este proceso y de qué manera concibe el VB en tanto finalidad del mismo, luego se hace una recuperación crítica del pensamiento de AGL sobre el marxismo y el socialismo para entender la relación entre ambos, proceso y pensamiento, y se cierra con una reflexión de cómo se relaciona esta experiencia con la tradición marxista de la transición al socialismo y en particular se cuestiona si contribuye a la renovación o al retroceso del pensamiento y la acción socialistas.

La Revolución Cultural y Democrática y el horizonte del "Vivir Bien"

El indianismo surgió en los años 70 como respuesta política de los propios indios tanto a la negación colonial del Estado boliviano y su nacionalismo homogeneizador como a la del marxismo eurocéntrico incapaz de incorporarlos teórica o prácticamente. Demandaba autonomía intelectual y un país independiente que reconstruyera la grandeza de los pueblos andinos prehispánicos. Enfrentados y debilitados sus esfuerzos organizativos, y bajo influencia de una visión idealizada del mundo indígena, parte del indianismo derivó durante las siguientes dos décadas en posiciones "multiculturales" que abandonaron la cuestión del indio como problema político y económico y lo redujeron al de la convivencia entre culturas, o en interpretaciones mágico-religiosas de su pensamiento como el "pachamamismo" o el "amautismo" No obstante, la renovada colonización de los territorios de los pueblos originarios impulsada por el neoliberalismo hizo que desde esa deriva surgiera la concepción

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del Vivir Bien como intento de síntesis de las formas de vida indígena y que esta se planteara como posible soporte de la refundación boliviana.1 De tal forma el indianismo que asume la RCyD es más uno de sus resultados culturalistas que el surgido originalmente, no obstante, al reencontrarlo con el marxismo, trataba de recuperar su carácter emancipador. En lo que sigue veremos el resultado de esta aproximación.

Según el Plan Nacional de Desarrollo: Bolivia digna, soberana, productiva y democrática para Vivir Bien la Revolución Cultural y Democrática es de carácter anticolonial y antineoliberal por lo que su objetivo es el "cambio del patrón de desarrollo primario exportador" por uno que permita la acumulación interna en aras del crecimiento nacional. Para ello propone recuperar la soberanía sobre los recursos naturales estratégicos y su industrialización, la renta obtenida debería servir para generar una nueva redistribución de la riqueza que acabe con la desigualdad y la exclusión social heredadas por el periodo colonial y profundizadas por el neoliberalismo.2

El principal promotor de este cambio debería ser el Estado como importante actor económico; contra el dogma dominante, plantea un actor estatal fuerte. Pero el cambio del patrón de desarrollo no se entiende solamente como modificación de la propiedad de los recursos naturales y de la reorientación del excedente, se le percibe como reorganización completa de la sociedad boliviana a partir de la recuperación de las estructuras económicas y políticas comunitarias indígenas:

Esta estrategia conduce a la construcción de una nueva sociedad fundada en la energía y en la capacidad derivadas de la multiculturalidad que posee el país y de la diversidad de las prácticas solidarias ejercitadas por las comunidades urbanas y rurales, en la construcción de una nueva forma organizativa nacional sustentada en la nueva institucionalidad emergida de nuestra multiculturalidad; afirmada en un nuevo Estado social comunitario, descolonizado, y fundada en la multidiversidad social urbana y rural, como expresión de la diversidad de intereses y aspiraciones de cambio en función del Vivir Bien, ahora y mañana.3

El VB se plantea como horizonte, ideología y práctica para la refundación del país: "Nuestra propuesta se basa en la concepción del Vivir Bien, propia de las culturas originarias e indígenas de Bolivia. A partir de los elementos comunitarios [...] postula una visión cosmocéntrica que supera los contenidos etnocéntricos tradicionales del desarrollo". El modelo orientado y basado en esta visión no sería el mismo de la visión unilineal y universalizante occidental sino una nueva forma de entenderlo: "nuevo desarrollo, cuyas raíces se hundan en la pluralidad cultural, en el encuentro y en la

1 Ejemplos de esa evolución fueron la participación de Víctor Hugo Cárdenas, antiguo dirigente indianista, en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada para tratar de paliar el impacto social de las políticas neoliberales mediante programas estatales de carácter "multi" y "pluricultural" y la propia vida de Fausto Reinaga que pasó de ser uno de los principales sistematizadores del pensamiento indianista a rechazar toda su obra previa para pregonar la filosofía amáutica. Para la historia del indianismo véase Pedro Portugal y Carlos Macusaya, El indianismo katarista. Un análisis crítico (Bolivia: Fundación Friedrich Ebert (FES), 2016). Sobre el papel de las políticas "pluri-multi" en el neoliberalismo boliviano y el VB como apropiación e intento de síntesis de su vida comunitaria por parte del movimiento indígena; Gaya Makaran y Pabel López, Recolonización en Bolivia. Neonacionalismo extractivistay resistencia comunitaria (México: Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe-Universidad Nacional Autónoma de México, Bajo Tierra Ediciones, 2018), 79-84 y 148-149. Un análisis detallado de la discusión sobre este concepto en Bolivia puede encontrarse en Salvador Schavelzon, Plurinacionalidad y Vivir Bien/Buen Vivir. Dos conceptos leídos desde Bolivia y Ecuador post-constituyentes (Quito: Ediciones Abya Yala, CLACSO, 2015), en especial el segundo capítulo.

2 Ministerio de Planificación y Desarrollo, Plan Nacional de Desarrollo: Bolivia digna, soberana, productiva y democrática para Vivir Bien (Bolivia: MPD, 2006), 1-5.

3 Ibid., 6.

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complementariedad de conocimientos tiene el objetivo de acabar con el mito del progreso lineal que pretende dividir a las culturas entre "modernas" y "atrasadas"; entre "primitivas" y "avanzadas"".4

El VB es concebido como incorporación de las racionalidades y estructuras comunitarias de los pueblos originarios al proceso de reorganización económica y política. Por eso plantea no solo un desarrollo distinto sino una nueva forma de pensar y organizar la sociedad; un horizonte alternativo a la modernidad capitalista. El VB y la descolonización, como inclusión de las culturas hasta entonces negadas, deberían ser el motor del cambio socioeconómico y político:

el Vivir Bien pensado en este marco conceptual, corresponde a un patrón de desarrollo y democratización integral, plurinacional y diversificado [...] se trata de un patrón en el que el desarrollo y la democratización tienen una importancia pareja, simultánea y paralela. No existe desarrollo sin democratización, sin la extensión de la participación social en la actividad y en las decisiones sobre la política, la economía y la cultura.5

Se propone la conformación de nuevas formas políticas, de una nueva organización institucional del poder, busca nuevas formas de organización social: "La descolonización implica en lo político aceptar las prácticas políticas de los pueblos sometidos y excluidos; en lo económico reconocer las economías de los pueblos agrarios y nómadas junto a las comunidades urbanas" El nuevo patrón de desarrollo debe incluir las prácticas de solidaridad y cooperativas de las economías campesinas y el nuevo Estado incluir sus prácticas de democracia comunitaria para: "la construcción de un Estado para todos con la participación de todos". El combate al colonialismo debe permitir el "desmontaje del liberalismo" y la "reversión del centralismo del mercado" mediante nuevas formas interculturales y comunitarias que den paso a "una nueva «estatalidad» y «societalidad»"6 Ergo, así planteado, el VB supone un modelo socioeconómico y político distinto al del mundo burgués, al de la modernidad capitalista. La construcción del VB sería la transición hacia una sociedad poscapitalista.

Esta visión es reafirmada en la Agenda Patriótica 2025: 13 pilares de la Bolivia digna y soberana, pero ahí además se explicita que con estos "pilares" "se promueve la construcción del socialismo comunitario". Se define que el "nuevo patrón de desarrollo" lleva al Vivir Bien y que su consolidación será la realización de un socialismo.7 Se vinculan pensamiento y prácticas comunitarias con el proyecto socialista.

Tales tesis se desarrollan aún con más claridad en Bolivia: Juntos vamos bien para Vivir Bien. Programa de gobierno 2015-2020. En ese documento se explica que la RCyD es resultado de la crisis de hegemonía que vivió la nación y de su resolución a favor de las fuerzas populares, por lo que ella es: "la revolución más profunda de toda nuestra historia por el tipo de Estado Plurinacional que estamos construyendo, por la naturaleza nacional-popular y comunitaria del bloque en el poder y por el proyecto político del Socialismo Comunitario para el Vivir Bien que se está llevando adelante". Se explica que el "proceso de cambio" es una revolución porque pretende modificar las estructuras sociales de origen colonial, que es democrática porque, aparte de haber triunfado electoralmente, persigue una "democracia ampliada", que sin negar la representativa, incluya la directa y comunitaria, y que es cultural pues busca incorporar los saberes de los pueblos indígenas promoviendo el diálogo intercultural y la descolonización.8

4 Ibid., 10-11.

5 Ibid., 12.

6 Ibid., 14-25.

7 Ministerio de Planificación y Desarrollo, Agenda Patriótica 2025: 13pilares de la Bolivia digna y soberana (Bolivia: MPD, 2014).

8 MAS-IPSP, Bolivia: Juntos vamos bien para Vivir Bien. Programa de gobierno 2015-2020 (Bolivia: MAS, 2014), 4-11.

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De tal manera el "Modelo Económico Social Comunitario Productivo" que se busca construir sería un "modelo de transición hacia el Socialismo Comunitario para el Vivir Bien", socialismo diseñado por los propios bolivianos de acuerdo con su realidad. El modelo se define como social en tanto persigue la distribución de la riqueza, la reducción de la desigualdad y la erradicación de la pobreza, como comunitario pues quiere articular las diferentes formas económicas sobre los principios indígenas de "reciprocidad, complementariedad, solidaridad, redistribución, igualdad, sustentabilidad, equilibrio, justicia, transparencia y respeto por la Madre Tierra" y productivo en tanto busca diversificar la economía y superar el modelo primario-exportador.9

Aunque en el primer programa de gobierno se planteaba al VB como horizonte social implícitamente anticapitalista no quedaba claro cuál era su relación con el socialismo. Criticaba al colonialismo y al neoliberalismo pero no definía la búsqueda socialista. Ahora se plantea como un socialismo comunitario propio de las características indígenas presentes en la formación social boliviana en encuentro con la tradición obrera revolucionaria: "es una síntesis de las aspiraciones políticas de la clase obrera hacia la construcción del socialismo, y de las naciones y pueblos indígena originario campesinos hacia un potenciamiento de las formas comunitarias de producción y reproducción de la vida".10

Este socialismo debería expandir las relaciones democráticas a todas las esferas de la sociedad y permitir "la liberación y fortalecimiento de las fuerzas políticas, sociales y productivas de la comunidad". Ahora se plantea ideológicamente que el VB solo puede ser realmente tal si es anticolonial, anticapitalista y antiimperialista.11 De esta manera la RCyD sería un proceso de transición al socialismo. Un socialismo producto del cambio de patrón de desarrollo y del diálogo entre culturas, un socialismo que potenciaría las formas comunitarias a la vez que lograría el desarrollo, otro desarrollo.

Bolivia: Juntos vamos bien para Vivir Bien define que hasta entonces el proceso de cambio había pasado por dos etapas: 2006-09 cuando se luchó en el marco del viejo Estado por la nacionalización, el nuevo modelo económico y la distribución de la riqueza, y a partir de 2009 con la creación del Estado Plurinacional cuando habría empezado el camino hacia el VB. El proceso fue abortado por el golpe de Estado de 2019 pero dos años después, tras duras luchas callejeras y una nueva victoria electoral, retornaría el MAS al gobierno aunque lo haría con un programa que renuncia al objetivo socialista y se centra en el proyecto nacional desarrollista.

Ya el propio título del Plan de Desarrollo económico y social2021-2025. Reconstruyendo la Economía para Vivir Bien, Hacia la Industrialización con Sustitución de Importaciones deja constancia de la naturaleza de sus propuestas y perspectivas. Este sugiere que el gobierno del presidente Luis Arce retoma la senda iniciada en 2006 y que se enmarca en la perspectiva de largo plazo de la Agenda Patriótica de alcanzar el VB12, pero esto es parcialmente cierto. El mismo pone más énfasis en el proyecto industrializador y la perspectiva comunitaria aparece de manera más retórica y simbólica que práctica. Las referencias a la filosofía originaria y las formas de vida indígena solo aparecen para asegurar que todas las políticas de industrialización buscarán hacerse con respeto a la "Madre Tierra" pero la economía comunitaria no existe como parte activa del modelo a impulsar y mucho menos como parte de la perspectiva superadora del capitalismo pues el concepto del socialismo comunitario no se encuentra presente en todo el documento.

Por ejemplo se afirma que: "El Estado es el agente económico más importante, y los otros actores, como el privado, el social cooperativo y el social comunitario, aportan al desarrollo económico y social"

9 Ibid., 17.

10 Ibid., 21.

11 Ibid., 22-23.

12 Ministerio de Planificación y Desarrollo, Plan de Desarrollo económico y social 2021-2025. Reconstruyendo la Economía para Vivir Bien, Hacia la Industrialización con Sustitución de Importaciones (Bolivia: MPD, 2021), 3-6.

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sin esclarecerse de qué manera se dará esa aportación del sector comunitario y además se le ubica en un papel secundario y totalmente dependiente de la acción estatal. Más adelante se dice que el proyecto económico es "un modelo esencialmente redistribuidor del ingreso"13, de distribución de la riqueza generada por los sectores estratégicos para superar la pobreza y la desigualdad no como base de un nuevo orden social, la idea de que es un modelo para la transición a otro sistema no está aquí presente. A pesar de que este plan se presenta como continuidad, en realidad se retrotrae a la perspectiva inicial centrada en el "desarrollo" y en el VB como horizonte anticapitalista difuso abandonando su posible relación teórico-práctica con una perspectiva socialista.

Estos vaivenes en la concepción del VB y su relación con un programa desarrollista y/o anticapitalista/socialista expresan las contradicciones de los diferentes sujetos y elementos ideológicos que componen la RCyD y de manera más profunda los problemas teórico-prácticos de la visión de la transición que los pretendió articular. Por eso cabe entonces preguntarse, ¿cómo se relaciona esta propuesta con el pensamiento socialista sobre la transición? Para adelantar la respuesta es necesario acercarnos ahora al pensamiento de quien ha sido uno de sus formuladores, Alvaro García Linera. Interesa sobre todo resaltar su interpretación del marxismo y la evolución de su concepción sobre el socialismo para entender su relación con las formulaciones descritas pues sus planteamientos no han sido solo palabra sino también acción, su teoría se ha convertido en política.

El pensamiento de Alvaro García Linera: entre comunitarismo y economicismo

El largo camino que desembocaría en la participación de García Linera como actor y teórico de la RCyD empezó a fraguarse mucho tiempo atrás. En su etapa de estudiante en México formó parte de un grupo que pretendía iniciar una lucha revolucionaria en Bolivia a través de la acción armada. Esta "vanguardia mestiza" se encontraría de vuelta a su patria con una "vanguardia india" encabezada por Felipe Quispe Huanca que perseguía objetivos similares dando lugar, no sin contradicciones propias de las diferencias étnicas de los componentes, al Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK).14

Este encuentro, así como la disolución de la base social obrera, producto de la privatización minera, en la que actuaba fundamentalmente el grupo mestizo, obligó a sus miembros a redefinir su estrategia -desplazando su acción política hacia las comunidades campesinas indígenas- y a replantear sus concepciones teóricas sobre el sujeto revolucionario. Escudriñando en un Marx desconocido, sobre todo en los escritos de sus últimos años de vida en torno a las formas comunistas precapitalistas, AGL trataba de fundamentar el potencial revolucionario de la comunidad indígena existente en Bolivia.15

En ese contexto de insurrecto escribió Las condiciones de la revolución socialista en Bolivia (A propósito de obreros, aymaras y campesinos) donde criticaba a la izquierda tradicional (sobre todo al stalinista Partido Comunista de Bolivia y al trotskista Partido Obrero Revolucionario) por sus visiones deterministas que consideraban que el atraso económico nacional obligaba a una primera etapa de carácter "democrático burgués" antes de una posible revolución de carácter socialista. AGL o Qhananchiri ("el que aclara",

13 Ibid., 80-85.

14 Escárzaga, Fabiola Escárzaga, La comunidad indígena insurgente. Perú, Bolivia y México (1980-2000) (Bolivia: Universidad Autónoma Metropolitana, Plural Editores, 2017), 232-238.

15 García Linera declaró que el cerco a La Paz de 1979 representó una primera develación del sujeto originario, la lectura de Mariátegui durante la preparación para la lucha armada y el conocimiento de la consideración étnica por parte de la guerrilla guatemalteca habrían sido parte del progresivo interés teórico y político por la comunidad campesina indígena. No obstante parece que tal interés se consolidó hasta ese momento de desplazamiento del espacio de acción militante impuesto por la avanzada neoliberal que privatizó la minería y desdibujo a la clase obrera tradicional del país. Ibid., 239-241; Stefanoni, Pablo, Franklin Ramírez y Maristella Svampa. Las vías de la emancipación. Conversaciones con Alvaro García Linera (México: Ocean Sur, 2009).

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seudónimo aimara con el que rubricó los trabajos de esa época) afirmaba en cambio que la persistencia y la reconstitución de la comunidad indígena harían posible construir formas socialistas si se enmarcaban en el triunfo de una revolución obrero-campesina.16 La revolución socialista encontraba viabilidad en el sujeto indígena, apoyado por el proletario, y en su forma de vida comunitaria, el posible soporte de las nuevas relaciones sociales:

En la actual comunidad campesina, tanto en aquellas que conservan la propiedad colectiva de la tierra, pero también en aquellas en las que ha sido recientemente privatizada existen y se reproducen formas desarrolladas de trabajo colectivo [...] estas características concretas de la comunidad andina, son de gran valor estratégico. Señalan a la comunidad campesina no como un estorbo que impide la realización de tareas socialistas, sino al contrario, constituyen una poderosa palanca que puede permitir de una manera más rápida y global, la instauración de las formas de producción y apropiación colectivas (SOCIALISMO) .17

En concordancia con estos planteamientos el EGTK tenía a la comunidad como base de su acción pero también la pensaba como soporte para la configuración de la nueva sociedad. Esta visión intentaba sistematizar y aplicar la lucha de Túpac Katari en 1781-1783 y por eso Quispe entendía la estrategia como una "Guerra revolucionaria de Ayllus", una guerra realizada por las comunidades indias, y a su objetivo como la reconstitución del sistema comunitario precolonial, como un "colectivismo de ayllus".18

De tal manera la comunidad indígena se convirtió en objeto privilegiado de la acción y el pensamiento de AGL intentando desentrañar su realidad y su potencial emancipativo para orientar la acción revolucionaria. Se convirtió en base de su teoría y propuesta socialista. Por eso en la Introducción al Cuaderno Kovalevsky, escrito también en 1988, cuestiona otra vez la lectura positivista del marxismo y reivindica una visión "multilineal" de la historia en Marx. Contra las visiones etapistas, que pregonan una secuencia ineluctable de los modos de producción, recupera una interpretación abierta a caminos particulares y específicos según la dinámica de cada formación social. Ello le permite interpretar que si bien el capitalismo ha tendido a desaparecer las formas comunitarias estas no tienen necesariamente que sucumbir antes de una posible lucha socialista y que incluso pueden ser su base si se conjugan con las propias tendencias comunistas surgidas en el seno de las contradicciones del sistema:

mientras se mantenga esta lucha contra la imposición capitalista, aún no realizada plenamente (existencia de trabajadores comunitarios del campo), y por las propias tendencias de su realización consumada (existencia del proletariado), se abre la posibilidad de continuidad, en condiciones nuevas, de los cursos históricos comunitarios no capitalistas, pero ahora como integrantes impulsores de un nuevo camino histórico: el comunismo, que representa, en parte, la continuidad de la antigua trayectoria no capitalista, pero también su superación, porque la nueva comunidad estará marcada por las guerras anticapitalistas que ayudaron a derrotar, tanto

16 Álvaro García Linera, Las condiciones de la revolución socialista en Bolivia (A propósito de obreros, aymarasy campesinos) (La Paz: Ediciones Ofensiva Roja, 1988).

17 Ibid., 166-168.

18 Felipe Quispe, Tupak Katari Vive y Vuelve... carajo (Qullasuyo: Ediciones Pachakuti, 2007); Escárzaga, Comunidad indígena insurgente, 248-255.

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a las fuerzas capitalistas, como a las antiguas fuerzas internas que la empujaban a su disolución.19

Atacaba al "marxismo deformado" y a su "concepción tecnicista y estática del socialismo"20 pues con esa perspectiva se volvían pregoneros del capitalismo y enemigos de la comunidad indígena desconociendo las "tendencias socialistas revolucionarias en el campo". Cuestionaba entonces la necesaria 'etapa' de modernización e incluso la proletarización como un proceso necesariamente revolucionario dando cuenta en cambio que este puede contar con las relaciones y sujetos comunitarios para ir adelante:

Marx se preocupó por entender la naturaleza real de las sociedades con relaciones comunitarias extendidas, porque esa particularidad comunitaria, aún sobreviviente en gran escala en medio de la colonización y el capitalismo industrial, constituyó para él la clave y la posibilidad de la revolución socialista en esos países, sin que tengan que pasar obligatoriamente por la completa proletarización de la sociedad que, en muchos casos, si bien acercó de una nueva forma a la sociedad hacia la posibilidad del comunismo, también la alejó; como en Europa, donde la plena subordinación de la sociedad, incluido el campo, al capital ha creado sus propios mecanismos, que también estrangulan ininterrumpidamente las luchas socialistas de las masas proletarias.21

Con estas relecturas de Marx, AGL colocaba la revolución socialista como una posibilidad para Bolivia y encontraba a su sujeto y fundamento en el campesino indígena y su forma comunitaria de ser y existir. Su país no tenía por qué esperar un desarrollo completo del capitalismo, subsunción real, sino que podía emprender una lucha antitisistémica partiendo de sus condiciones sociohistóricas particulares. El socialismo podía construirse a partir de la potenciación de las formas comunitarias prexistentes y resistentes a la disolución capitalista.

Esas formulaciones son llevadas a su máxima expresión teórica durante el periodo de su encarcelamiento (1992-1997) por participar en el EGTK. En Forma valor y forma comunidad. Aproximación teórica-abstracta a los fundamentos civilizatorios que preceden al Ayllu Universal desarrolla una interpretación propia de la crítica de la economía política hecha por Marx en El Capital buscando explicar los fundamentos históricos y sociales del valor como forma fundamental de la sociedad capitalista y los

19 Alvaro García Linera, La potencia plebeya: acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia. Antología y presentación de Pablo Stefanoni (México, D. F: Siglo XXI Editores, CLACSO, 2015), 35. El Cuaderno Kovalevsky son un conjunto de notas hechas por Marx a un libro sobre la propiedad comunal del historiador ruso Maksim Kovalevsky y que el propio autor le había regalado en 1879. Mucho tiempo inéditas, las anotaciones revisan los posibles derroteros que podían seguir las formas de propiedad comunitaria de la tierra y su potencial emancipador y por eso fueron parte de las lecturas heterodoxas que hizo y promovió el grupo mestizo del EGTK. De hecho fueron parte de las publicaciones que realizaron en el marco de su trabajo intelectual militante. Escárzaga, Comunidad indígena insurgente, 268-271.

20 Ibid., 39-40.

21 Ibid., 50. Años después, al presentar un libro sobre materiales desconocidos de Marx, regresó sobre esta interpretación dando cuenta de cómo ella le permitió al crítico alemán considerar la lucha de liberación de las colonias como punto de partida de la revolución metropolitana y apuntó algunos elementos para el estudio de su génesis, por ejemplo los borradores de El Capital (Grundrisse). Alvaro García Linera, "Marx y la visión multilineal de la historia", en Marx 200: presente, pasado y futuro, coordinado por Esteban Torres, (Buenos Aires: CLACSO, 2020), 61-78. Ortega, Jaime y Torres Tomas, analizaron y sintetizaron también la crítica al "marxismo progresista" que García Linera realizó en Demonios escondidos y momentos de revolución, libro de 1991, resaltando como el combate al mito del progreso le permite cuestionar el carácter revolucionario del desarrollo de las fuerzas productivas y reconocer ese potencial más bien en las "extremidades", en la periferia, del sistema mundial donde persisten sujetos y espacios no capitalistas que pueden asumir el "punto de vista del proletariado". "El rechazo de lo inerte: Alvaro García Linera y sus primeras lecturas de Marx", Kavilando, no. 21 (2017): 457-470.

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contrasta con la lógica de la comunidad como posible soporte de una nueva forma de organizar la vida colectiva de la humanidad.22

Ya en libertad retoma ese esfuerzo desde una perspectiva más política. En "¿Es el Manifiesto comunista un arcaísmo político, un recuerdo literario? Cuatro tesis sobre su actualidad histórica", de 1999, parte de ese punto de vista comunitarista para realizar una fuerte crítica a la experiencia de la Unión Soviética sosteniendo que "el "socialismo realmente existente" lo único que hizo fue desplegar, por nuevos medios, la mercantilización estatalizada de la vida económica de estructuras sociales tan abigarradas como las de los países de Europa Oriental" y terminó deviniendo "revolución nacional burguesa" al no poder expandirse globalmente.23

Explicaba que detrás de la estatización, como supuesta propiedad de todo el pueblo, se encuentra en realidad el "poder de una burguesía de Estado en posibilidad de disponer privadamente de parte del excedente social" simulando hacerlo en nombre de la "patria" o la "revolución". La propiedad estatal "simplemente instaura al Estado como "capitalista colectivo""; cuando las luchas de los trabajadores no logran cuestionar y superar las formas sociales burguesas terminan recreando su dominación y convirtiéndose ellas mismas en "fuerzas productivas políticas del capital". Ni dicha propiedad ni el propio Estado pueden construir la nueva sociedad. El Estado suplanta la acción de los sujetos populares y recompone las relaciones de dominación; a través de la representación, expropia la voluntad general recreando las condiciones de posibilidad de sujeción de una clase por otra, por ello el movimiento revolucionario debe orientarse a la disolución del Estado y a buscar una "forma organizativa de nuevo tipo".24

En "Narrativa Colonial y Narrativa Comunal", de 1998, apunta también: "El mentado "socialismo" al que convocaban, en realidad solamente encubría un capitalismo de Estado y un correlato político que, precisamente, idolatraba al Estado y a cualquier práctica que lo venerara. [...] por igual exhiben inescrupulosamente una obsesión por la suplantación de la plebe, por la representación perennizada, por la reificación de la jerarquía".25 En contraposición señala que con el renacer de la lucha indígena su política "se muestra como posibilidad de rebasamiento de todo régimen de Estado". En la "comunidad insubordinada" se encuentra "la supresión de todo modo de delegación de poderes en manos de especialistas institucionalizados". La "desenajenación del poder político y económico, moral y espiritual" es la contribución más significativa del movimiento indígena, "constituye un golpe mortal al Estado del Capital" pues "exige la autodeterminación común en todos los terrenos de la vida".26 Formas nuevas de organizar la economía y la política pueden encontrarse o partir del ejemplo práctico de la vida comunitaria indígena.

22 Este trabajo es considerado por el propio autor como el más acabado de su obra teórica y "matriz conceptual" de sus subsecuentes investigaciones. Alvaro García Linera. Forma valor y forma comunidad. Aproximaciones teórica-abstracta a los fundamentos civilizatorios que preceden al Ayllu Universal (La Paz: Muela del diablo editores, CLACSO, 2009), 7-12. Ortega y Torres consideran que esta elaboración es en gran medida deudora de la lectura de Bolívar Echeverría y sus seminarios sobre El Capital en la Universidad Nacional Autónoma de México de los cuales habría participado el autor durante sus estudios en este país. Su perspectiva sería así parte de una tradición que interpreta esa obra como fundamento de la crítica al conjunto de las formas sociales burguesas y que se distancia de otras lecturas marxistas con presencia en América Latina como las de "filosofía de la praxis" o la althusseriana. No obstante tendría también diferencias con ella pues no retoma sus referencias políticas, en lugar de recuperar a Rosa Luxemburgo o a los consejistas, se inclina por Lenin y Gramsci. Además, la lectura del boliviano es centrada en la periferia del sistema mientras la del autor ecuatoriano se hace con carácter universal. "Rechazo de lo inerte", 462-469. AGL señala en la introducción de ese libro que al proponerse la lectura sistemática de la obra cumbre de Marx recordó aquellos seminarios.

23 García Linera, La potencia plebeya, 74-75, 82.

24 Ibid., 129-131, 168.

25 Ibid., 257-258.

26 Ibid., 267-269.

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De tal manera, contra el marxismo osificado e incapaz de guiar una práctica revolucionaria, promovía uno creativo que permitiera analizar la realidad en busca de las posibilidades comunistas existentes en ella. Un marxismo heterodoxo frente a la ortodoxia soviética pero ortodoxo por su apego al método del materialismo histórico para indagar en la realidad concreta las posibilidades de acción política de las clases trabajadoras. Contra el economicismo, como él mismo lo llama, que bloqueaba cualquier posibilidad de pensar la revolución, reclama la dialéctica como arma para dilucidar el potencial emancipador en las contradicciones generales del sistema y en su forma específica de ser en la realidad boliviana.

Contra el falso socialismo estatista esgrime un socialismo basado en el potencial comunitario de los pueblos indígenas y en la posibilidad de que sus prácticas y saberes permitan construir relaciones económicas no mercantiles, no enajenantes, y formas políticas no autoritarias, no delegativas. Un pensamiento socialista fuertemente arraigado en una revisión crítica de la tradición marxista y de la experiencia de la URSS e influenciado por el encuentro con la tradición indianista. Proponía una renovación teórica y práctica del proyecto socialista a través de un intento de síntesis entre marxismo e indianismo, entre proletariado y comunidad.

Mediante su incorporación a la vida académica de la Universidad Mayor de San Andrés y por medio de su participación en el grupo intelectual Comuna, García Linera se convirtió en un importante crítico del programa neoliberal y de ahí en una suerte de intérprete de los movimientos sociales que luchaban contra los efectos de tal programa. A partir del año 2000 comenzó a colaborar en la orientación de dichos movimientos y a ser su voz ante los medios de comunicación donde se volvió un referente. Esta condición de vínculo entre la crítica de las masas y la de las palabras lo hizo una compañía ideal para la candidatura presidencial de Evo Morales que pretendía llevar al gobierno la agenda política que había surgido de las luchas populares de estos años. Así, ante la invitación del líder sindical, se incorporó a su campaña y se convirtió en vicepresidente. El triunfo del binomio en 2005 y las tareas de gobierno no acabaron con su reflexión pero si cambiaron el lugar de enunciación.27 Tampoco cambiaron sus nodos centrales pero si su interpretación. La posibilidad socialista-comunista ya no se pensará desde la guerrilla, la cárcel o la academia sino desde la gestión estatal. Como vimos, el VB como horizonte de los gobiernos del MAS se entiende como un socialismo comunitario que encuentra su base social en la extensión de la praxis de los pueblos indios, se entiende que sus prácticas comunitarias pueden ser la base de una democracia sustancial y de las nuevas relaciones de producción y reproducción social expresando así en gran medida la propuesta teórica formulada previamente por AGL.

Sin embargo, en la formulación gubernamental y en los escritos posteriores del vicepresidente aparece una tensión con el "desarrollo" que ahora cuestiona al socialismo como posibilidad de acción inmediata y lo desplaza en el tiempo. A la par, la fuerte crítica al estatismo y sus promotores es desplazada por la

27 Tomás Torres, Comunidady Estado en Alvaro García Linera. Un análisis a través de sus lugares de enunciación (1988-2017) (Santiago de Chile: Ariadna Ediciones, 2018), analiza la evolución de los conceptos comunidad y Estado en la obra de García Linera precisamente a partir de lo que considera cuatro diferentes "lugares de enunciación": "guerrillero (1988-1992)", "carcelario (1992-1997)", "académico (1997-2005)" e "institucional (2006-2017)". Contra las visiones críticas que ven rupturas en tal evolución, sostiene que hay una continuidad teórica explicada por la relación entre la producción intelectual y el contexto histórico en que ella se inscribe. Tal interpretación, como veremos más adelante, no da cuenta de las transformaciones políticas que los cambios teóricos venidos con los lugares de enunciación implican y por tanto no es capaz de reconocer la ruptura estratégica que suponen para la praxis que pregonan. Por su parte Jaime Ortega, "La crítica de la economía política en Bolivia: Alvaro García Linera lector de Marx", RELIGACIÓN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, no. 16 (2019): 23-35, propone dos momentos de diferenciación en la producción de AGL; la del "joven", marcada por la influencia y el uso de la crítica de la economía política al interpretar la realidad boliviana y la de "madurez" centrada en los problemas de la política, el Estado y el poder, la redefinición de estos y el diálogo con otras propuestas conceptuales.

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llamada "razón de Estado", desplazamiento que en el fondo conlleva también una transformación de la concepción del Estado con importantes implicaciones teórico-políticas.

De tal manera en "Autonomías indígenas y Estado multinacional", escrito en 2004 ya con la perspectiva de la posible reorganización institucional del país, retoma la problematización de la persistencia del componente indígena en la formación social boliviana pero entendiéndola como uno de los "cuatro regímenes civilizatorios" que la conforman. Conformación que es "desarticulada" pues solo una de ellas, la "moderna mercantil capitalista", es expresada por el Estado. Con esa caracterización considera que dos terceras partes de Bolivia no estarían incorporadas realmente, sino solo formalmente, a la lógica capitalista, pues formarían parte de los regímenes "mercantil simple", "comunal" y "amazónico". En la medida en que el Estado boliviano, en sus diversas etapas históricas, ha negado dicha diversidad, la "revolución descolonizadora" consistiría en la articulación de las diversas lógicas y técnicas políticas de cada una de esas civilizaciones bajo un régimen de autonomías, de diverso grado y extensión, en el marco de un "Estado multinacional y multicivilizatorio". El Estado podría, "con un poco de esfuerzo y apoyo", impulsar esa diversidad para romper la "estructura monorganizativa del Estado".28 Está pensando en la posible reorganización estatal y en el carácter de ese futuro proceso. Lo entiende como revolución descolonizadora y considera que el Estado puede ser cuando menos facilitador de las prácticas de las comunidades, consideración que parece extraña al corpus intelectual que hemos visto, pero que irá consolidándose en los siguientes años.

Puntualiza que la descolonización, en la medida que solo afecta las relaciones de "dominación étnico-cultural", no podría ser una revolución socialista, está implicaría que las otras "lógicas societales, productivas, organizativas, políticas y simbólicas" se liberen del dominio de la moderna capitalista. Entonces el proceso descolonizador parece un primer momento de la lucha, la potencialidad indígena se reduce a su influencia para reorganizar el Estado mientras su potencial emancipador, en tanto portador de otra racionalidad civilizatoria, queda dejado a la 'lógica histórica".29 Lo central de la reflexión son las condiciones para construir Estado y la debilidad material de la comunidad para ir más allá de ese proceso.

No se ha abandonado el proyecto socialista pero ha cambiado su concepción en cuanto a la temporalidad de su realización pues ha variado la valoración sobre las capacidades de las comunidades para soportar tal proyecto. Según AGL:

El triunfo del MAS abre una posibilidad de transformación radical de la sociedad y el Estado, pero no en una perspectiva socialista (al menos en corto plazo), como plantea una parte de la izquierda. Actualmente hay dos razones que no permiten visualizar la posibilidad de un régimen socialista en nuestro país. Por un lado existe un proletariado minoritario demográficamente e inexistente políticamente; y no se construye socialismo sin proletariado. Segundo: el potencial comunitarista agrario y urbano está muy debilitado. En los últimos 60 años se ve un retroceso de la actividad comunitaria productiva y una erosión de los lazos comunitarios.30

Con este diagnóstico el ahora vicepresidente nos explica que la "utopía socialista" solo podría plantearse en 20 o 30 años después de: "la construcción de un Estado fuerte, que regule la expansión de la economía industrial, extraiga sus excedentes y los transfiera al ámbito comunitario para potenciar

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28 García Linera, La potencia plebeya, 297-302, 330-337.

29 Ibid., 330.

30 Alvaro García Linera, "El «capitalismo andino-amazónico»", Rebelión, (2006). Disponible en: https://rebelion.org/el-capitalismo-andino-amazonico/

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formas de autoorganización y de desarrollo mercantil propiamente andino y amazónico".31 El socialismo sería posible después de la industrialización, luego del "capitalismo andino-amazónico", sería una segunda etapa. Ya no hay condiciones para el socialismo, no hay ni la base material ni el sujeto proletario y la comunidad es débil. Se va consolidando su reinterpretación sobre el socialismo, no por nada aquí lo llama utopía, palabra que casi nunca asocia al concepto, y también el del papel del Estado en el mismo. En una entrevista reafirmó dicha interpretación explicando al mismo tiempo que el momento más autonomista de su pensamiento había quedado atrás:

Mis momentos de mayor lectura autonomista, autogestionaria y de posibilidad comunista son los momentos anteriores a la movilización social. En los momentos en que comienzan a desplegarse las movilizaciones vemos sus enormes potenciales pero también tenemos muy claras las limitaciones que van aflorando. Recuerdo que, desde 2002, vamos teniendo una lectura mucho más clara y hablamos del carácter de la revolución como democrática y descolonizadora. Y dijimos: no vemos aún comunismo.32

Contradictoriamente cuando la comunidad y el sujeto indígena se convirtieron en el soporte de la movilización popular antineoliberal es cuando descubre sus límites emancipatorios. Nos aclara que el "horizonte general de la época es comunista" pero no inmediato sino distante; no es el horizonte del día que termina sino de uno por venir. Esta nueva visión sobre la temporalidad posible para el socialismo va de la mano de la resignificación sobre el papel del Estado en esa posibilidad. Nos reitera, en esto si en línea con sus postulados primigenios, que el hecho estatal no puede sustituir "las capacidades autoorganizativas de la sociedad", pero ahora considera que el "Estado revolucionario" si puede contribuir a impulsarlas.33 El problema de la comunidad persiste pero cada vez más puesto en relación de subordinación con el del Estado.

En 2008, a tres años de su participación en el gobierno, en "El Estado en transición. Bloque de poder y punto de bifurcación" problematiza los componentes estatales y busca entenderlos en sus momentos de cambio hacia nuevas formas, es decir, cuando se encuentran en cuestionamiento y debilidad, cuando entran en crisis. Analiza que tales crisis contienen varios episodios siendo el "punto de bifurcación" aquel en que se decide la reconstitución del viejo sistema político en cuestión o se consolida uno nuevo.34 Su preocupación desde luego era comprender el momento histórico por el que atravesaba la lucha de clases en Bolivia y las posibilidades inmediatas de sobrevivencia del gobierno encabezado por Evo Morales. En términos generales, señala que se está configurando un nuevo sistema político pero aún inestable. Al pasar revista sobre la situación interna del bloque popular reconoce una "tensión entre el estatismo, más ligado a la monopolización de decisiones, o el comunitarismo, más vinculado a la democracia de los movimientos sociales". Y su mismo pensamiento da cuenta de esta tensión cuando al referirse a las FFAA las reconoce, "paradójicamente", como uno de los elementos que han contribuido a la estabilización del sistema político promovido por la RCyD. Ese "ensamblaje histórico entre lo indígena-popular y lo militar" se debería a la incorporación de las fuerzas castrenses al programa desarrollista, estamos, explica, "ante una estrategia de renovada expansión territorial de la presencia del Estado a través de su estructura coercitiva".35 El estatismo antes atacado ahora es celebrado, incluso si es su aparato militar el que se fortalece.

31 Ídem.

32 Stefanoni, Ramírez y Svampa, Las vías de la emancipación, 74.

33 Ibid., 75-76.

34 García Linera, La potencia plebeya, 501-505.

35 Ibid., 511-514.

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Después de aquellas reflexiones centradas en la construcción estatal, y su importancia para la estabilidad del proceso, hay una suerte de retoma de las preocupaciones por la posibilidad socialista-comunista. Este viraje puede observarse en como la Agenda Patriótica y el plan Bolivia: Juntos vamos bien para Vivir Bien intentan vincular el desarrollismo con el objetivo del buen vivir entendido como proyecto socialista. En esos documentos, como vimos, el VB es definido, como un socialismo comunitario reflejando las preocupaciones renovadas de AGL por el objetivo comunista.36 Pero estas inquietudes no vuelven al radicalismo comunitario previo sino que piensan el comunismo desde la experiencia estatal. Así en 2010, señaló:

Lo que se viene haciendo, desde 2005 y con mucha más fuerza a partir de la promulgación de la nueva Constitución en 2009, es construir un Estado real que totalice, unifique y represente a la sociedad [...] Nuestro gran reto es construir, entre el capitalismo —depredador de la naturaleza, empobrecedor de la gente, asesino de niños y trabajadores— y un socialismo comunitario [.] un Estado integral que unifique a todos. Este Estado integral, que en Bolivia tiene la forma de Estado plurinacional, autonómico y comunitario de derecho, es un periodo de transición, un puente en el que vamos a ir trabajando y construyendo nuestro socialismo comunitario, fruto de lo que somos, de nuestras capacidades, virtudes y potencias contenidas en los barrios, comunidades, fábricas, asambleas y universidades.37

Reitera que la posibilidad socialista en Bolivia radica en su contenido comunitario, que este no es un obstáculo sino una ventaja: "tenemos esa fuerza, lo que para unos es un sinónimo de retraso, para nosotros, los revolucionarios, es una fuerza productiva de socialismo". Entiende el socialismo como una lucha donde: "Fragmentos de capitalismo se mantienen, pedazos de socialismo comienzan a surgir, unos derrotan a los otros, retroceden, vuelven a avanzar, es un periodo de transición" y al socialismo comunitario como horizonte último, siendo sus fuentes "la clase obrera, ciencia y tecnología y [...] comunitarismo, distribución comunitaria; la suma de mundo obrero y mundo comunitario, de ciencia y tecnología contemporánea y de trabajo y propiedad comunitaria". La formulación es ambigua pues se refiere al socialismo como fin y como periodo de tránsito pero explica que ese período se define por la construcción del llamado "Estado integral"; por la construcción de un Estado que sea real expresión de la voluntad general donde ha de desaparecer la separación entre sociedad civil y política. Tal orientación es lo que convierte a este camino en una "vía democrática" y por eso se "juega" en la conquista de hegemonía por el proletariado y los pueblos campesinos originarios.38

Simplificando podemos decir que el socialismo comunitario sería la comunidad indígena más la ciencia y la técnica del capitalismo. La transición sería construcción de un Estado que auténticamente exprese a la sociedad; sería una construcción de democracia económica y política al establecerse la hegemonía popular. Considerando este último punto la transición aparece sobre todo como una lucha por las conciencias, como una lucha ideológica. Concepción que se vincula profundamente con su definición de lo que ahora considerara es el Estado o más precisamente su elemento definitorio.

36 Según explica Luis Arce, él y Carlos Villegas, junto a otros profesionales, redactaron el programa de gobierno presentado en las elecciones de 2005 por el MAS y este fue la base del primer Plan de Desarrollo. Luis Arce, Un modelo económico justo y exitoso. La economía boliviana, 2006-2019 (México: FCE, 2021), 75 y 90-91. En esta obra, como en ese primer plan, el modelo económico no se encuentra asociado a la idea de un socialismo comunitario. Por otro lado, Bolivia: Juntos vamos bien para Vivir Bien contiene la misma caracterización sobre las etapas de la RCyD elaborada por AGL en sus textos así como prácticamente comparte sus definiciones relativas al VB como socialismo.

37 Alvaro García Linera, Hacia el Gran Ayllu Universal. Pensar el mundo desde los Andes. Antología y compilación de Alvaro Zárate Huayta (México: Editorial ARCIS, Altépetl Editores, 2015), 318-319.

38 Ibid., 324-329.

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En Las tensiones creativas de la revolución. La quinta fase del Proceso de Cambio da cuenta de una nueva etapa de la RCyD en la que ha sido superado el momento de posible restauración del régimen anterior y la oposición se encuentra en repliegue mientras el "gobierno revolucionario" se está consolidando. En tal escenario la lucha entre el bloque conservador y el popular ha pasado momentáneamente a segundo lugar pues el nuevo momento se caracteriza por las tensiones al interior del propio bloque renovador y estas por la disputa entre la ralentización del proceso o su radicalización.39

Las cuatro tensiones que identifica y su caracterización ponen de relieve la nueva relación que establece entre comunidad, Estado y socialismo y dejan ver de qué manera se han reconfigurado estos elementos en una continuidad que es también discontinua, permanecen en su pensamiento pero no de la misma manera en que eran concebidos originalmente. La primera tensión que identifica es entre Estado y movimientos sociales, entre monopolización y socialización, entre concentración y descentralización de las decisiones que afectan al conjunto de la sociedad. Ella se resolverá en el destino del Estado, en la posibilidad de su disolución. En la explicación de esta tensión se ve clara la reinterpretación de que el Estado puede ser algo más que representación fetichizada de la comunidad. De hecho sostiene que hasta que se puedan inventar otras figuras, "será a través del Estado, de sus funciones de gestión socializada, que los pueblos puedan expandir territorialmente la comunitarización".40 El Estado es ahora el espacio privilegiado de la transición y la forma más factible para expandir comunidad.

Una segunda tensión, entre amplitud clasista de la base social del proyecto y su núcleo dirigente indígena y popular, reafirma la idea de que el avance pasa por la capacidad del bloque revolucionario para "irradiar" su hegemonía al resto de la sociedad. Ejemplificador es que la "resolución" de esta tensión se entiende como la "ampliación" del concepto pueblo a todos aquellos que apoyen al Vivir Bien.41 Como si la aceptación ideológica borrara las contradicciones estructurales. La tercera es la que se da entre los intereses generales, de la comunidad nacional, y los particulares, mientras que la cuarta es el conflicto entre la necesidad de industrialización y el VB como relación de convivencia armónica con la naturaleza. Esta última pone de manifiesto todas las contradicciones de los gobiernos del MAS y las dificultades de AGL para renovar la visión del tránsito socialista mostrando un retroceso determinista en su pensamiento.

En la descripción de la misma crítica a quienes interpretan el proceso de nacionalización "como un tipo de capitalismo de Estado, que no contribuiría a consolidar una mirada comunitarista" pues sostiene que la renta generada con ese proceso no se está convirtiendo en acumulación privada, de una burguesía o burocracia, sino que está sirviendo para satisfacer necesidades sociales: "el Estado, a través del excedente generado en la industrialización, comienza a desprenderse gradualmente de la lógica capitalista de la apropiación privada como norma económica e introduce expansivamente la lógica del valor de uso, de la satisfacción de necesidades, de fundamento comunitario y comunista, como principio rector de actividades económicas".42

Con tal argumentación toda política pública de distribución tendría carácter socialista haciendo abstracción de que la renta se obtiene primero de una producción basada en relaciones de explotación capitalista y que se realiza después en un mercado, es decir que tal distribución tiene lugar en una estructura social basada en productores privados e independientes orientados por la ganancia. Además no da cuenta de los fenómenos que convierten el control de ese excedente y su distribución en nuevas

39 Alvaro García Linera, Las tensiones creativas de la revolución. La quinta fase del Proceso de Cambio (La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, 2011), 8-12.

40 Ibid., 28-35.

41 Ibid., 39-41.

42 Ibid., 65-67.

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formas de sujeción y control político.43 Consideraciones que están en el pensamiento previo de AGL pero que aquí han desaparecido.

Más adelante explica que el capitalismo es un modelo suicida pues conduce a la destrucción de la naturaleza y que en cambio "Las fuerzas productivas comunitarias y la ética laboral agraria incorporan una mirada distinta a la lógica capitalista respecto a cómo vincularnos con la naturaleza". Sin embargo en seguida nos dice: "En eso consiste el Vivir Bien: en utilizar la ciencia, la tecnología y la industria para generar riqueza".44 Definido así el buen vivir queda reducido a otra forma de alcanzar el crecimiento material y no es una alternativa social ni civilizatoria sino que reproduce la racionalidad socioeconómica dominante. Si el VB es solo otra forma de desarrollo, de crecimiento económico, no se separa del economicismo soviético que anheló permanentemente "alcanzar" y "superar" a los países occidentales.45

De tal manera en esta etapa el intento de renovación socialista-comunitarista emprendido por AGL se encuentra en una tensión entre su fundamentación dialéctica marxista y la impostura práctica que la pospone indefinidamente debido a énfasis economicistas y estadocéntricos. Por ejemplo, en una conferencia de 2013, formuló "9 tesis sobre el capitalismo y la comunidad universal". Las tesis dan cuenta de las transformaciones del capital en la época reciente y sus impactos en la reconfiguración de los sujetos del trabajo. Explica que tales transformaciones, sobre todo la subsunción de la naturaleza a la valorización, han dado un papel privilegiado a las formas comunitarias de lucha pero en la novena sostiene que la lucha pasa "necesariamente" por el poder del Estado. Aclara que "La lucha política desborda el Estado; pero también pasa por el Estado, constituye el Estado", esto sería así puesto que se trata de una lucha para la "construcción de un liderazgo político-cultural general" y de superar los límites de las luchas locales.46 La revolución no es la destrucción estatal o en todo caso esa destrucción pasa, inevitablemente, a través del propio Estado. Antes la apuesta era por desaparecerlo ahora a que este se democratice hasta ser una autentica representación de la sociedad, representación que, es cierto, no sería ya Estado.

43 A pesar de que el MAS prometía una renovación de la vida pública, durante su gestión se mantuvieron e incluso potenciaron las viejas relaciones de servilismo político del país. El ciclo de precios altos de las materias primas le permitió al gobierno crear una extensa red corporativa y clientelar basada en la distribución discrecional de la renta a través de bonos u obras o mediante la corrupción. Esto implicó principalmente a las organizaciones y comunidades populares pero se extendió también a lideres e intelectuales de los sectores medios. Makaran y López, Recolonización política, 180-193.

44 García Linera, Tensiones creativas, 70. En verdad la industrialización se ha vuelto, como dicen Makaran y López, una obsesión de AGL, y por eso toda la evaluación positiva que este hace del modelo económico impulsado por el MAS se basa en los mismos criterios hegemónicos y ortodoxos sobre crecimiento del PIB o el aumento de exportaciones. Su compulsión por la "modernización", como única forma de entender la transformación social, relativiza y tergiversa el socialismo. Recolonización en Bolivia, 151-155. De hecho comparte criterio con Luis Arce quien para valorar el éxito del proceso boliviano se refiere exclusivamente a los mismos criterios convencionales y exhibe con orgullo que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional lo reconozcan, Modelo económico justo y exitoso, 42, 399-400.

45 En su crítica al "marxismo soviético" Marcuse señaló que su interpretación determinista había convertido al "espíritu comunista" en una réplica de la racionalidad competitiva y productivista del capitalismo, Herbert Marcuse, El Marxismo soviético (Madrid: Alianza Editorial, 1975). Más recientemente Lowy en su propuesta ecosocialista ha retomado el señalamiento de Marx de que las fuerzas productivas en el capitalismo han devenido fuerzas destructoras de la naturaleza y que un proyecto alternativo implica por tanto una transformación civilizatoria que rompa con la ideología del progreso ilimitado, y su productivismo y consumismo asociados, que también estuvo presente en el modelo burocratizado del socialismo, Michael Lowy, Ecosocialismo. La alternativa radical a la catástrofe ecológica capitalista (Buenos Aires: Ediciones Herramienta, El Colectivo, 2011). Por su vez Gudynas ha evidenciado que las concepciones de "desarrollos alternativos" no rompen con el antropocentrismo del discurso del progreso ni con la primacía de la valoración mercantil sobre la naturaleza y por eso más bien se trata de construir "alternativas al desarrollo", Eduardo Gudynas, "Desarrollo y sustentabilidad ambiental: diversidad de posturas, tensiones persistentes", en La Tierra no es muda: diálogos entre el desarrollo sostenible y el postdesarrollo, editado por Alberto Matarán y Fernando López, (Granada: Universidad de Granada, 2011).

46 Alvaro García Linera, ¿Qué es una revolución? y otros ensayos reunidos (Buenos Aires: CLACSO, Prometeo, 2020), 127-134.

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En la última tesis sostiene que la "comunidad universal" es una tendencia y potencia latente en las contradicciones del sistema pero que de no llegar a ser realmente mundial no será.47 Esta idea, que retoma de Marx y de Lenin, de que si la revolución no abarca a todo el mundo no podrá consolidarse, es parte de su entendimiento socialista desde el primer momento, sin embargo ahora su interpretación sugiere más un reconocimiento de las imposibilidades de las fuerzas comunitarias reales para emprender la transformación estructural y por tanto justifica la necesidad de una etapa intermedia aplazando indefinidamente la construcción comunista. El comunismo se ve como esbozos dispersos y espontáneos que brotan de las luchas populares pero nunca como el posible resultado de una acción organizada y coherente.

En otra conferencia de ese año, señaló la necesidad que la izquierda tiene, tras la derrota histórica de la experiencia soviética, de reconstruir un proyecto de sociedad para poder disputar el sentido común a la hegemonía conservadora. Apuntó que lo inmediato es revindicar una "sociedad de transición posneoliberal" pero que el "horizonte de época" es comunista.48 La fase, podríamos interpretar, es antineoliberal, el comunismo esta más allá, y solo será viable, tal vez, cuando sea superada esa primera etapa. Se tiene que avanzar al comunismo pero antes esta la etapa posneoliberal, es decir el periodo de construcción de un Estado "fuerte".

Por su parte en el discurso de toma de posesión para el nuevo periodo de gobierno, enero de 2015, insistió que el socialismo es un proceso de transición en el que los gérmenes comunitarios de la nueva sociedad, nacidos de las ancestrales relaciones comunitarias sobrevivientes y de las modernas tendencias comunistas engendradas por el enorme desarrollo científico-técnico del capitalismo, deben ampliarse, multiplicarse y generalizarse hasta volverse universales, y que el comunismo no puede nacer sino de la acción propia de los trabajadores, nunca del Estado, pero, insiste también, este si puede "ayudar": "La propiedad y gestión comunitaria no puede ser implantada por el Estado. Lo comunitario es la antítesis de todo Estado. Lo que un Estado revolucionario, socialista, puede hacer es ayudar a que lo comunitario que brota por acción propia de la sociedad, se expanda, se fortalezca".49

Otra vez el sujeto estatal aparece como promotor de la revolución mientras el comunismo se piensa como algo posible pero de advenimiento difuso, como una tendencia real, pero realizable solo en el futuro lejano y de maneras totalmente imposibles de pensar y hacer hoy. De hecho, y contra la afirmación teórica, se establece al socialismo como un momento diferenciado del comunismo, prácticamente aparece como una etapa, una fase. Solamente cuando haya desarrollo (industrialización) y Estado "real" podremos concebir la sociedad comunista. Se plantea entonces que si hay Estado revolucionario y socialista, hecho negado originalmente, pero que este no puede crear las relaciones comunistas, es su antítesis, por lo que cabe preguntarse: ¿cómo entonces las ayuda a que se expandan y fortalezcan? Y, más allá de las reales tendencias comunistas, ¿cómo se unificarán y universalizarán todos esos brotes de la nueva sociedad?, ¿será un puro proceso 'natural', espontáneo?

En muchas otras exposiciones de la segunda década del siglo AGL vuelve sobre esa misma visión de la transición reiterando los elementos que hemos resaltado: la reconsideración del papel positivo del Estado en la lucha socialista y el desplazamiento temporal del comunismo. Aquella reconsideración implica una interpretación de la forma estatal que abandona el campo teórico del marxismo. Partiendo de la obra del mismo nombre de Nicos Poulantzas, en "Estado, democracia y socialismo", ponencia de 2015, explica que efectivamente el Estado es una relación social en donde las clases disputan constantemente la forma de lo "universal" y lo "común" y por tanto se trata de un continuo proceso de

47 Ibid., 135.

48 Ibid., 147-152.

49 Ibid., 153-157.

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construcción y transformación de la dominación.50 Esa lucha se expresa en relaciones materiales e ideales pero, nos dice el vicepresidente, con primacía de las segundas:

Decimos que el Estado es materia, porque cotidianamente se presenta ante el conjunto de las y los ciudadanos como instituciones [...] Pero, por otra parte, el Estado asimismo es idea y símbolo. De hecho, es más idea y símbolo que materia, y es el único lugar del mundo donde la idea antecede a la materia porque la idea-fuerza, la propuesta social, el proyecto de gobierno, la enunciación discursiva triunfante en la trama de discursos que define el campo social, devienen en materia estatal, en ley, decreto, presupuesto, gestión, ejecución, etcétera.51

Esta formulación invierte la dialéctica materialista y la vuelve sobre su cabeza; las ideas estatales no son resultado de una correlación de fuerzas sociales concreta y de un momento histórico determinado sino agentes que preceden la configuración de la materialidad estatal, el Estado existe porque existen las ideas que le dan forma. Si bien Marx reconoce la realidad como expresión de "múltiples determinaciones", una de las cuales sin duda son las ideas en tanto ellas se convierten en fuerzas sociales objetivas, y por tanto una autonomía de la política y el Estado, tal afirmación se coloca más allá del marxismo pues establece claramente que es la idea la que crea la materia. Un poco después matiza que es "50% materia, 50% idea" pero más adelante reitera la predominancia de la idea cuando afirma "el Estado es el monopolio de las ideas-fuerza que orientan una sociedad".52 Llevada hasta sus últimas consecuencias esa afirmación centra la lucha revolucionaria en una lucha por cambiar las ideas. Así la "vía democrática al socialismo" sería un conjunto de:

transformaciones en las formas organizativas de las clases laboriosas, en su capacidad asociativa y de participación directa, y, sobre todo, en lo que denominamos la dimensión ideal del Estado, es decir, en las ideas-fuerza de la sociedad, en el conjunto de esquemas morales y lógicos con los que la gente organiza su vida cotidiana. De hecho, esta dimensión ideal del Estado —a veces soslayada por Poulantzas— quizás es la más importante a transformar.53

La construcción socialista sería sobre todo una disputa por las conciencias con lo cual, aunque reconoce la fase coercitiva de la hegemonía y de la propia revolución, en verdad reduce la lucha de clases a lucha ideológica, reduce la contraposición clasista a uno solo de sus aspectos mientras la dimensión estructural es dejada a la capacidad de "autodeterminación" de la sociedad, a ese nivel no puede hacerse nada pues se "suplantaría" la acción autónoma de las clases trabajadoras. El "Estado revolucionario" puede "ayudar" pero esa ayuda no incluye la posibilidad de crear un programa estratégico ni una política que tienda a unificar las experiencias de autodeterminación o potenciar de manera orgánica y concreta las formas productivas asociativas. Por ello en ¿Qué es una revolución?, de 2018, donde analiza los procesos revolucionarios a la luz de la experiencia bolchevique, podemos encontrar repetidas las interpretaciones hasta aquí referidas pero cuando toca pensar o problematizar los medios concretos de potenciar la comunidad no encontramos ni un solo esbozo del tema, solo la misma y repetida imagen de que el comunismo, de nacer, lo hará por la multiplicación y expansión de las formas comunitarias hasta llegar a universalizarse.54

50 Alvaro García Linera, Posneoliberalismo: tensiones y complejidades (Buenos Aires: CLACSO, Prometeo, 2020), 331-334.

51 Ibid.,336.

52 Ibid., 337, 351.

53 Ibid., 353.

54 García Linera, ¿Qué es una revolución?, 235-236.

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Este vacío parte de que nuestro autor considera que "aún no existen las condiciones materiales para una auto-unificación política directa -sin mediación- de los trabajadores, capaz de habilitar una planificación general y directa entre ellos".55 Tal afirmación obvia toda la discusión, y la experimentación práctica, que en la propia URSS buscó utilizar las herramientas de la computación para avanzar en una real planificación o propuestas más recientes que en una perspectiva similar buscan cimentar una teoría-práctica "cibercomunista" partiendo del enorme potencial de las tecnologías de la comunicación y la información hoy existentes56 y distiende en el tiempo la forma mercantil y estatal dando por hecho que no hay condiciones para su desaparición: "Al final, la necesidad temporal de un Estado revolucionario está anclada en la persistencia de la lógica del valor de cambio en la vida económica de las personas".57

Si no se buscan y ensayan mecanismos, que por supuesto serán necesariamente inacabados, imperfectos y temporales mientras no haya comunismo global, ¿cómo puede avanzarse en la supresión de la forma valor y de la forma Estado? Dado que en su perspectiva no es posible avanzar en esa dirección, entonces el socialismo como "fase" de lucha entre los brotes comunistas y la realidad capitalista se extiende indefinidamente hasta que surjan las condiciones mundiales de posibilidad sin que el hombre pueda actuar sobre ellas. Como vemos necesidad de la forma Estado y aplazamiento temporal del horizonte comunista van de la mano; dado que no podemos construir comunismo no podemos acabar con la figura estatal y dado que hay figura estatal no hay autodeterminación social posible, no hay comunismo.

Con tal lógica, como decía el Che, la construcción del socialismo en los países atrasados parece un "accidente" por llegar antes de tiempo y sirve de justificación al uso de los instrumentos del capitalismo en la sociedad de transición en lugar de buscar acabar con ellos.58 Por eso AGL valida la Nueva Política Económica (NEP) como una etapa de desarrollo que permite "ganar" tiempo hasta que existan condiciones para otras relaciones sociales:

Se puede aceptar la presencia de los capitalistas extranjeros a fin de obtener el financiamiento y la tecnología necesaria para el país. Se puede convivir con las relaciones de mercado en tanto se preparan las condiciones económicas para otras formas de intercambio. [...] Es posible solo si nos ayuda a mantener el poder político en manos del bloque de poder revolucionario. Porque en la medida en que le brinda permanencia y estabilidad al poder revolucionario, se gana tiempo para crear las circunstancias materiales y culturales que al final harán posible la continuidad del proceso revolucionario socialista.59

55 Ibid., 194.

56 Cockshott, Paul y Maxi Nieto, Ciber-comunismo. Planificación económica, computadoras y democracia (Madrid: Editorial Trotta, 2017).

57 García Linera, ¿Qué es una revolución?, 195.

58 Ernesto Guevara, Escritos y discursos. Tomo 8 (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1977), 23-24.

59 García Linera, ¿Qué es una revolución?, 228-229. Shavelzon considera que el "elogio de la NEP" es una justificación de la centralización del poder político y de la renuncia a cambios radicales y que por eso AGL sugiere que tras la movilización social disruptiva queda "esperar" hasta que suceda una nueva "ola" de lucha resignándose así a la administración de lo existente. Salvador Schavelzon, "Teoría de la revolución en Alvaro García Linera: centralización estatal y elogio de la derrota", Rebelión, (2018). Disponible en: https://rebelion.org/teoria-de-la-revolucion-en-alvaro-garcia-linera-centralizacion-estatal-y-elogio-de-la-derrota/. Genovese también ha dado cuenta de que la "dimensión utópica" en la obra del pensador boliviano ha sufrido un desplazamiento. Qhananchiri la ve cercana al presente, el vicepresidente la ve en un futuro más lejano. Guillermina Genovese, "Temporalidad y dimensión utópica en el pensamiento de Alvaro García Linera". 1o Congreso Internacional de Ciencias Humanas-Humanidades entre pasado y futuro. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, (2019). Disponible en: https://www.aacademica.org/ 1.congreso.internacional.de.ciencias.humanas/1457. A Tomás Torres, Comunidady Estado, 145-147, la falta de crítica y el énfasis en la continuidad más que en la ruptura en la valoración de su pensamiento le impiden comprender que la "preocupación económica" por el desarrollo de las fuerzas productivas en el "lugar

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Al recuperar la NEP como una etapa diferenciada del comunismo concuerda con quienes quieren ver en ella una teoría de la transición donde el mercado es parte del socialismo y no una política de repliegue táctico como la consideró Lenin. Primero habremos de crear la base material y luego las relaciones comunistas. Las persistencias comunitarias ya no son vistas strictu sensu como potencial socialista-comunista como en la primera época, sus deficiencias siempre reconocidas ahora son absolutizadas y pasan por tanto a ser obstáculo para la transición en tanto residuo de una sociedad que no es propiamente capitalista. ¿Qué balance podemos hacer entonces de la propuesta de la RCyD y su apuesta por el VB y del pensamiento de AGL respecto a la tradición marxista y socialista?, ¿contribuyen a su renovación o a su estancamiento?

La transición y la Revolución Cultural y Democrática ¿renovación o retroceso en la praxis socialista?

En el seno de la tradición marxista podemos definir de manera general dos formas de interpretar la construcción o tránsito al socialismo, una que, originada en una lectura economicista del marxismo, centra toda su atención en el desarrollo de las fuerzas productivas y otra que, siguiendo la interpretación teórica y metodológica de Marx, podemos definir como dialéctica por la relación que establece entre estructura y acción social. Mientras aquella reduce la construcción socialista al crecimiento y expansión de la base material, a su determinación económica, la segunda pone de relieve la interacción entre esa base y la lucha política, considera la praxis como elemento indispensable.60

Esta última entiende la base material como una condición necesaria pero no suficiente para realizar el socialismo, el nivel de desarrollo económico no es una limitante de la acción revolucionaria pues entiende que son los hombres los que hacen la historia. Pone énfasis en la interacción dialéctica entre estructura y subjetividad y por eso lo central es que la clase trabajadora controle el poder político y la producción; la participación directa de la sociedad es la condición sine qua non de la transición, en cambio, para la versión economicista, y los proyectos que se fundamentan en sus principios, el Estado es el actor indiscutible y las fuerzas productivas la razón y el medio que harán posible la transición. Ello es así porque consideran al Estado como representante de la sociedad y como el mejor instrumento para realizar el crecimiento económico. En la primera se pone el acento en la acción autónoma de los trabajadores y el trabajo es visto como un medio de emancipación, en la segunda la transición es primordialmente aumento de las fuerzas productivas y por tanto reproducción de la enajenación del trabajo, reproducción de la lógica productivista del capitalismo. Aquella privilegia la acción consciente de los trabajadores y postula la posibilidad de iniciar la construcción poscapitalista aún si las "condiciones objetivas" no están del todo dadas, la segunda niega esta posibilidad y la distiende hasta que existan tales condiciones suplantando entre tanto a quienes deberían ser sus actores.

Tras la muerte de Lenin la experiencia de la URSS asumió y generalizó la visión economicista hasta convertirla en hegemónica dentro de la teoría y la práctica socialista mundial pero surgieron también visiones como la de Mao Tse-Tung o la de Ernesto Guevara que ponían atención en los factores políticos, ideológicos y morales como palancas de la transformación, como elementos dinamizadores de la estructura económica, y luchaban precisamente contra la implantación determinista tanto en la

de enunciación institucional" representa una transformación y retroceso de la perspectiva marxista del autor y un posicionamiento distinto frente a la acción política transformadora.

60 Diego Zendejas, "La transición socialista en Marx y en el marxismo soviético: revisitando la visión clásica para pensar las propuestas contemporáneas", Reflexiones Marginales, no. 52 (2019). Disponible en: https://revista.reflexionesmarginales.com/la-transicion-socialista-en-marx-y-en-el-marxismo-sovietico-revisitando-la-vision-clasica-para-pensar-las-propuestas-

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República Popular China como en el seno de la Revolución Cubana. Reproductora de la lógica económica del capitalismo, el triunfo de la visión soviética desembocó en la contrarrevolución en Europa del Este y en la restauración capitalista en el gigante asiático, mientras en Cuba lidera las contrarreformas en curso.61

Como acabamos de revisar, la propuesta programática de la RCyD y sobre todo el pensamiento teórico-político de AGL fueron en gran medida una reacción precisamente a ese economicismo que impedía pensar la revolución difiriéndola hasta que la sociedad 'madurara' en sus condiciones materiales para hacerla posible. En el intento de incorporación de la comunidad indígena a la teoría y la practica socialista avanzaba la superación de esa perspectiva, el intento de síntesis entre indianismo y marxismo abría la posibilidad de una nueva praxis revolucionaria. Con el buen vivir entendido como horizonte socialista se revaloró la discusión sobre cómo se podía superar la sociedad del capital y la raíz indígena de la propuesta insinuaba una nueva "vía" pero esta no llegó a consolidarse, ni ideológica ni prácticamente.

Las formas comunitarias son el punto de partida del programa y la teoría que guían la RCyD, empero no es la visión originaria de AGL de que estas pueden servir desde ya, para decirlo con Marx, como punto de regeneración social sino una que supone que es necesario un periodo previo de desarrollo material cuyo principal actor es el Estado. Inicialmente pensaba que apoyándose en la potencia de la comunidad indígena y su racionalidad económica y política se podían empezar a construir nuevas relaciones sociales; nuevas formas de producción y nuevas formas de administración sin embargo después dicha interpretación es matizada: si pueden servir a ese soporte pero en un momento posterior, después del crecimiento económico y el fortalecimiento estatal. En la primera versión el sujeto privilegiado es la comunidad en el segundo el Estado, igual que en la visión soviética, la clase, allá el proletariado, aquí la comunidad, es sustituida por el Estado.

En los primeros textos AGL no considera que el nivel de desarrollo económico imposibilite el avance socialista y de hecho formalmente siempre reconoce la potencialidad transformadora de la comunidad agraria, pero a partir del balance de la lucha de los pueblos indígenas en el inicio del siglo y sobre todo a partir de la gestión de gobierno hay un cambio sustancial. Aunque siempre reconoció limitaciones en las comunidades originarias aquellas no eran vistas como obstáculo para iniciar el avance socialista, ahora considera que su debilidad y grado de desintegración imposibilitan iniciar tal proceso por lo cual el horizonte comunista es desplazado a un segundo momento y concebido como algo difuso y lejano. De esta manera el desarrollo de las fuerzas productivas toma prioridad sobre la praxis revolucionaria reproduciendo la visión determinista que originalmente había criticado a la izquierda boliviana. Dado que el horizonte comunitario es desplazado, el desarrollismo estatal se convierte en la realidad y el pensamiento de los gobiernos del MAS.

Lo importante es el "bienestar" sin importar los mecanismos, las relacione sociales, con las cuales se logre. La llamada "economía plural" debía promover desde el Estado a las otras economías, en particular a la comunitaria, creando una articulación armoniosa de distintas racionalidades para promover un crecimiento equilibrado entre ellas. En realidad no hay articulación de diferentes formas

61 La historia de la construcción al socialismo en Cuba refleja en gran medida la lucha entre las dos interpretaciones. Desde los años 60 del siglo pasado el Che luchó contra la asimilación de la visión soviética en la isla y por la creación de un modelo propio pero desde los años 70 se impuso tendencialmente aquella hasta desembocar en las actuales reformas. Diego Zendejas, "La transición socialista en perspectiva cubana. Del Che a la actualización, dos visiones en disputa", Revista Cubana de Ciencias Sociales, no. 52-53 (2020): 9-28. Por otro lado el determinismo terminó justificando ideológicamente las reformas pro mercado tanto en la URSS como en China, pues es su derivación socioeconómica, teórica y política lógica. Diego Zendejas, Sobre la concepción del tránsito al socialismo en Cuba y Venezuela. Fundamentos ideológicos y repercusiones prácticas (México: Tesis de Doctorado en Estudios Latinoamericanos, Universidad Nacional Autónoma de México, 2021).

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económicas sino la imposición de la "moderna industrial" sobre la comunitaria, en realidad el modelo económico del MAS es la generalización de las relaciones sociales capitalistas a toda la formación social boliviana. La racionalidad comunitaria no ha sido ampliada y extendida pues ha quedado subordinada a la necesidad del crecimiento material.

Al justificar la etapa desarrollista AGL argumenta que la transferencia de la renta desde el Estado hacia las economías "microempresarial artesanal urbana y la campesina" se distancia del desarrollismo clásico puesto que ahora se persigue una "modernización pluralista" "dentro de la propia lógica microempresarial y campesina comunista" pero esto resulta cuestionable si pensamos que la lógica "microempresarial" conduce en su evolución, en tanto expresión mercantil, hacia el capitalismo. No puede decirse que la transferencia de excedente ha "potenciando" otras modernidades sino ampliado la lógica moderna industrial capitalista. Si partimos en cambio de que la lógica andina comunitaria concibe de manera diferente la relación hombre-naturaleza, de que si es otra lógica como el propio AGL ha explicado muchas veces, resulta entonces que cuando se afirma que la "mirada ambientalista" no puede imponerse al industrialismo62 se defiende solo la racionalidad productivista del capitalismo.

La concepción del VB como instrumentalización del conocimiento científico técnico o como mero acceso a los servicios básicos, no implica otra concepción económica, no es una racionalidad social distinta a la de la capitalista que reduce el bienestar a aumento de bienes materiales, que concibe a la técnica como solución a todos los problemas sociales y al desarrollo lo equipara con industrialización. En la práctica del VB según el MAS no hay "dialogo de saberes" sino reproducción de la racionalidad del capital.

A pesar de sus intenciones, al no construir una nueva lógica social sino subordinar las fuerzas comunitarias a la modernización capitalista, la RCyD ha devenido "fuerza productiva del capital". Antes AGL explicaba que no hay fuerzas productivas "ingenuas o neutras" pues todas aquellas están marcadas por su origen y funcionalidad para el capitalismo63 pero ahora estas mismas fuerzas son pensadas como instrumentos para la promoción de formas socioeconómicas distintas a las de la valorización. Todo lo justifica el crecimiento de la base material: el capitalismo puede usarse para el socialismo. Las formas capitalistas aparecen como formas insuperables y por ello necesarias durante la transición.

El exvicepresidente criticaba a todo el marxismo previo por no ser sino un nacionalismo que solo perseguía la modernización económica y la construcción del Estado nacional pero la RCyD no ha hecho sino hacer realidad ese anhelo. El "desencuentro" histórico entre indianismo y marxismo como "razones revolucionarias" no fue resuelto por la práctica masista ni por la elaboración teórico-conceptual de García Linera que en cambio retornó a los contornos de lo que el mismo definió como un "marxismo primitivo", una forma intelectual del "nacionalismo revolucionario radicalizado".64 Como señaló Stefanoni, Evo y el MAS ocuparon el lugar del nacionalismo65, un nacionalismo que ahora usa poncho. No hay descolonización del marxismo ni de su lógica economicista; lo indígena de "alternativa civilizatoria" se convirtió en barniz y maquillaje para la actualización del proyecto nacionalista.66

62 Stefanoni, Ramírez y Svampa, Las vías de la emancipación, 65-73, 78.

63 García Linera, La potencia plebeya, 92-95.

64 Ibid., 477-483.

65 Pablo Stefanoni, "Las tres fronteras de la "revolución" de Evo Morales. Neodesarrollismo, decisionismo, multiculutrualismo", en Bolivia: memoria, insurgenciay movimientos sociales, Compilado por Maristella Svampa y Pablo Stefanoni, (Buenos Aires: El colectivo, CLACSO, 2007).

66 Por eso Portugal y Macusaya califican al discurso del MAS de culturalista y "pachamamista" pues instrumentaliza lo indígena para legitimar su gobierno olvidando que el problema indio es un problema de poder. Indianismo katarista, 548-549. Como afirma Molina en el prólogo a esa obra, el MAS defiende los valores de la modernidad mientras que el indianismo ha devenido pachamamismo ritual, mero uso simbólico, ibid., 18-19. Lo mismo consideran otros indianistas como Félix Patzi que apunta

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Makaran y López han mostrado que los gobiernos del MAS no solo no han promovido la ampliación de las formas socioeconómicas, políticas y culturales de los pueblos indios sino que han continuado y avanzado como nunca en la destrucción de sus espacios y niveles de autonomía y autodeterminación construidos históricamente. Expandiendo la conquista territorial de la lógica de acumulación capitalista y de dominación estatal hasta espacios que se habían mantenido en resistencia, han renovado los procesos coloniales y su empeño progresista y modernizador. Al estudiar en detalle el conflicto en torno al TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure) como producto de la reproducción de la lógica extractivista en nombre del desarrollo evidenciaron que el supuesto Estado Plurinacional se ha convertido en instrumento de recolonización y el MAS en un "neonacioalismo extractivista", actualización populista que, a pesar de sus ínfulas nacionalistas, ha profundizado la dependencia al capital transnacional. Significativo es que, a pesar de este proceso de renovación colonial, los autores muestran también la renovación de la resistencia comunitaria y su construcción de contrahegemonía.67 De tal manera, y a pesar de que las prácticas del MAS las han debilitado y el pensamiento de García Linera les ha negado alcance, la praxis indígena sigue mostrando su potencial emancipador.

En definitiva la propuesta teórico-practica de transición de la experiencia boliviana, y todas sus contradicciones, expresan la inacabada síntesis entre crítica de la economía política y realidad indígena. Aunque la racionalidad comunitarista abría la posibilidad de pensar otras formas económicas, otra forma de organizar la reproducción social, terminó imponiéndose la lógica productivista moderna-capitalista que comparte la visión economicista del socialismo. Si por ella entendemos la configuración de una completa y radical forma de entender y organizar la vida social; de una teoría-práctica ajena a esa lógica, podemos afirmar que no hubo descolonización del marxismo ni del socialismo.

La RCyD bloqueó la posibilidad de seguir por la veta de interpretación-acción que AGL había abierto al recuperar la visión de Marx sobre las potencialidades revolucionarias de las comunidades agrarias y la interpretación no determinista de la historia que ella implica. Retrocediendo en la propia elaboración teórica y renunciando en la práctica a promover nuevas relaciones sociales socialistas-comunistas se perdió también la posibilidad de retomar la elaboración de una economía política de la transición.

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Se perdió una oportunidad histórica de tratar de crear nuevas relaciones sociales no capitalistas, no se avanzó en la superación de las formas mercado y Estado que promovían los programas del VB. El proyecto boliviano reconoce que las propias contradicciones del capital están creando condiciones para una nueva sociabilidad pero renuncia a tratar de aprovecharlas. El grado de socialización alcanzado por la producción y el despliegue sin precedentes de la ciencia, en particular de las tecnologías de la información y la comunicación, son parte de estas condiciones pero con los argumentos de que no hay suficiente desarrollo económico y de no suplantar la acción social de las clases trabajadoras el

que la descolonización ha quedado en discurso, lo comunitario se redujo a folclore sin expresarse en alternativas concretas o Constantino Lima para quien la llamada refundación de Bolivia no es sino fortalecimiento de la colonización. Otra muestra de que el desencuentro persiste es que el indianismo acusa que la desviación del MAS es producto de su apropiación por la izquierda socialista y marxista, es decir lo critican por supuestamente estar construyendo el socialismo fallido de la URSS. Abandonan la crítica al capitalismo y centrando su atención en lo étnico llegan a esbozar que la solución es un capitalismo indio como sugiere José Luis Saavedra. Estas posiciones pueden verse en las exposiciones reunidas en Moisés Gutiérrez. et. al., Historia, coyuntura y descolonización. Katarismo e indianismo en el proceso político del MAS en Bolivia (La Paz: Fondo Editorial Pukara, 2010). Por otra parte Starcebaum ha estudiado los cambios de García Linera respecto a lo nacional-popular señalando que estos han ido desde un primer momento de dura crítica a la revolución de 1952 como mero proceso de expansión capitalista, pasando por uno de reconocimiento de los avances y límites de las reformas sociales derivadas de ese hecho, hasta la validación del "evismo" como nuevo nacionalismo. Marcelo Starcebaum, "Entre la corrección étnica y las fases del proceso revolucionario: formas de lo nacional-popular en el marxismo de Alvaro García Linera", RELIGACIÓN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, no.16 (2019):111-122. 67 Makaran y López, Recolonización en Bolivia, 311-319.

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comunitarismo se convierte en un economicismo y por tanto en una visión conservadora que retrotrae la praxis socialista medio siglo. Con esta concepción el proceso de cambio boliviano se estancó en la recreación del desarrollismo, aún más con el gobierno de Luis Arce, y el pensamiento socialista de AGL retrocedió de un comunitarismo radical a un economicismo renovado.

Las posibilidades del comunismo las está creando el capital pero se necesita de la acción consciente sobre la organización de la reproducción social de la vida. Si se piensa que será el resultado afortunado de una virtuosa convergencia de todas las tendencias y luchas comunistas se renuncia a la acción consciente e inmediata, el comunismo sería un hecho fortuito y no un resultado de la praxis revolucionaria. La lucha es inherente al capitalismo, pero de ella no brotara espontáneamente el comunismo. Su realización requiere de la lucha ideológica pero también que esta se exprese en la acción económica planificada, como decía el Che, el "comunismo es un hecho de conciencia"68, supone una práctica orientada y organizada para desmontar las relaciones que reproducen la alienación de la vida social y su subordinación a la insaciable lógica de la valorización. Por ello, frente a la visión de la transición socialista difundida desde la experiencia boliviana solo nos queda citar al propio García Linera quien, ante luchas populares resignadas a ser meras defensas de lo ganado, afirmaba: "Ante esta mirada, el porvenir es una parálisis, peor aún, un regreso".

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