Научная статья на тему 'Formation of nomina instrumenti by means of suffixation(spanish-bulgarian)'

Formation of nomina instrumenti by means of suffixation(spanish-bulgarian) Текст научной статьи по специальности «Языкознание и литературоведение»

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Аннотация научной статьи по языкознанию и литературоведению, автор научной работы — Petrova Rayna

The aim of this paper is to carry out contrastive analysis between the Bulgarian and the Spanish language with respect to the instrument nouns. We will attempt to define the differences and similarities between the two languages subject to comparison and describe the suffixes, which form nomina instrumenti.

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Текст научной работы на тему «Formation of nomina instrumenti by means of suffixation(spanish-bulgarian)»

Научни трудове на Съюза на учените в България-Пловдив. Серия В. Техника и технологии, естествен ии хуманитарни науки, том XVI., Съюз на учените сесия "Международна конференция на младите учени" 13-15 юни 2013. Scientific research of the Union of Scientists in Bulgaria-Plovdiv, series C. Natural Sciences and Humanities, Vol. XVI, ISSN 1311-9192, Union of Scientists, International Conference of Young Scientists, 13 - 15 June 2013, Plovdiv.

FORMACIÓN DE NOMINA INSTRUMENTI POR SUFIJACIÓN (ESPAÑOL-BÚLGARO) Rayna Petrova Universidad de Plovdiv "Paisiy Hilendarski"

FORMATION OF NOMINA INSTRUMENTI BY MEANS OF

SUFFIXATION (SPANISH-BULGARIAN)

Abstract

The aim of this paper is to carry out contrastive analysis between the Bulgarian and the Spanish language with respect to the instrument nouns. We will attempt to define the differences and similarities between the two languages subject to comparison and describe the suffixes, which form nomina instrument!.

1. Introducción

En nuestra época, marcada por el auge de las comunicaciones y las tecnologías, constantemente nos hacemos testigos de la aparición y la implantación, en nuestros hogares, en nuestros puestos de trabajo y en nuestra vida cotidiana, en general, de varios aparatos, utensilios, dispositivos que pretenden facilitar la existencia de los humanos. Esto, por su parte, conlleva a la necesidad de denominar todos estos recursos y herramientas, lo que favorece la rápida creación de los nombres de instrumento, así como su renovación y adaptación a las circunstancias. En este sentido, la derivación de nomina instrumenti resulta ser un campo de estudio bastante fructífero tanto desde el punto de vista de la formación de palabras como desde el punto de vista lexicológico, lexicográfico y neológico.

2. Consideraciones teóricas y metodológicas

En el presente trabajo intentaremos hacer un análisis contrastivo entre el búlgaro y el español en lo que respecta a la formación de nombres de instrumento por sufijación, estudiando los sufijos que dan lugar a nomina instrumenti y estableciendo las similitudes y las diferencias entre las dos lenguas emparentadas. Centraremos nuestra atención en la función y el significado de los sufijos, en los cambios fonéticos, morfológicos y semánticos que se producen en los respectivos derivados nominales.

En general, los derivados calificados como nombres de instrumento sirven para denominar, por una parte, objetos con la ayuda de los cuales se realiza la respectiva acción por un agente, por ejemplo: destornillador 'algo con que (alguien) destornilla', o bien, y, principalmente, cuando se trata de equipos o las piezas automatizadas de estos, para denominar objetos "caracterizados como portadores o agentes de una acción" (Radeva 2007: 111)1, por ejemplo: interruptor 'algo

1 Aquí y en adelante la traducción es nuestra.

que interrumpe'. Existe una estrecha relación entre el concepto de 'instrumento' y el de 'agente' porque, como se ha señalado, ambos son participantes activos en alguna acción. Puesto que las paráfrasis que admite la noción de instrumento no suelen ser suficientemente restrictivas, los límites entre nomina instrumenti y nomina agentis se difuminan con frecuencia. La diferenciación de las dos categorías de derivados nominales se basa, sobre todo, en su semántica.

Es por eso, tal vez, que a la hora de analizar los derivados nominales los estudiosos suelen agruparlos junto con derivados que designan otros conceptos. Soluciones así vemos, por ejemplo, en la Nueva Gramática de la Lengua Española (2010) donde los derivados, objeto de nuestro trabajo, forman parte del llamado grupo de "Nombres de agente, instrumento y lugar" (NGLE 2010: 99) y también en Varela Ortega (2009: 51), quien, clasificando los sufijos según el significado que aportan a la base, reúne en un grupo "los sufijos nominales que indican objetos, recipientes e instrumentos".

Según el carácter categorial de la base onomasiológica y del rasgo onomasiológico que constituyen la estructura onomasiológica, Radeva (2007: 87) distingue tres tipos de categorías onomasiológicas características de la derivación en búlgaro: mutación, transposición y modificación. Dentro de esta clasificación, la autora considera los nombres de instrumento como una subcategoría de la categoría onomasiológica de mutación, junto con las subcategorías nomina agentis, nomina actoris, nomina loci, nomina patientis y nomina atributiva.

Coseriu (1978: 250-252) propone una solución menos tradicional, situando la formación de nomina instrumenti, junto con la formación de nomina agentis, en la llamada por él "composición prolexemática". Según el estructuralista, en los derivados deverbales lector y despertador los dos elementos constituyentes de dichos sustantivos son, respectivamente, un lexema y un "prolexema"2 (es decir, un elemento de naturaleza pronominal), que están en una relación de tipo gramatical: [como "alguien" o "algo"] + leer ^ lector, ídem + despertar ^ despertador. Los elementos -tor y -dor aquí son prolexemas, es decir, figuran en lugar de una clase de nombres de objeto.

En este sentido, cabe señalar que Alvar y Potier también defienden la existencia de un cierto paralelismo entre sufijación y composición: "Sufijación y composición representan dos soluciones distintas a un mismo problema: el de la integración, en el plano de la palabra, de los elementos de una construcción analítica; esta afinidad entre sufijación y composición aparece en cabrero = guardacabras" (Alvar, Potier 1983: 361). En el caso de cabrero, podemos sobrentender el verbo cuidar, guardar, etc. y expresar el agente y el objeto, mientras que en guardacabras expresamos el verbo y el objeto sin hacer mención del agente.

Los planteamientos de Coseriu y de Alvar y Potier no carecen de fundamento, sobre todo, si nos adentramos en el análisis diacrónico de ciertas palabras. Sin embargo, no es nuestro objetivo aquí entrar en el complejo problema de delimitación entre composición y derivación, por lo cual, a efectos de nuestro estudio optamos por utilizar el término "sufijación".

A la hora de analizar los sufijos (y los afijos, en general) la mayoría de los lingüistas toman en consideración los criterios que se indican a continuación: a) si modifican o no la categoría gramatical (parte de la oración) de la base con la que se combinan, b) la clase gramatical a la que pertenece la base con la que se combinan, c) la clase gramatical a la que dan lugar, d) la forma por medio de la cual se manifiestan (Almela Pérez 1999; Álvarez García 1979; Coseriu 1977; 1978; Radeva 2007; Varela 1990, Lang 1990, entre otros).

Siguiendo estos criterios, presentamos a continuación el análisis de los sufijos búlgaros y españoles que generan nombres de instrumento.

3. Análisis de los sufijos búlgaros

-ach3. Se une a bases de verbos transitivos en presente, por ejemplo: brásne > brasnách,

2 En la terminología de Coseriu el "prolexema" es aquel morfema ligado que, a pesar de ese carácter, establece relaciones similares a las gramaticales y es representativo de una clase de lexemas.

3 Los ejemplos del búlgaro se dan en caracteres latinos, conforme al Sistema directo de transliteración del alfabeto búlgaro.

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vlekách, smukách. Los sustantivos de este tipo son característicos del lenguaje coloquial. El acento cae sobre la vocal sufijal.

-achka. Se combina con bases de verbos transitivos de las tres conjugaciones, eliminándose la vocal temática, por ejemplo: kopá-e > kopáchka, tsed-í > tsedáchka, otvár-ya > otvaráchka. Este sufijo se caracteriza por una productividad bastante grande sobre todo en el campo de la terminología técnica y de producción. El acento cae sobre la primera sílaba del sufijo.

-lnik. Se relaciona con bases que terminan en vocal: hladí > hladílnik, búdi > budílnik. Los nombres formados con el sufijo -lnik y, más raras veces, con el sufijo -nik (podémnik) son típicos de la terminología técnica. El acento cae sobre la vocal que antecede el sufijo.

-álnya/-ílnya. Predominantemente, estos dos sufijos suelen formar sustantivos locativos (sablekálnya, chakálnya, lyupílnya). No obstante, se dan casos en los que, por razones de sinonimia, designan también nombres de instrumento (perálnya, sushílnya). Generalmente, se relacionan con bases verbales acabadas en consonante, aunque existen excepciones (miyálnya). El sufijo -álnya se combina con bases de verbos de primera y tercera conjugación, mientras que el sufijo -ílnya se combina con bases de verbos de segunda conjugación. Dichos elementos sufijales son de productividad limitada.

-lka. Los nombres deverbales, formados con el sufijo -lka y sus variantes -alk(a), -ilk(a), designan objetos (equipos, utensilios) con los que se efectúa la acción indicada por el verbo: zalagálka, obuválka, ostrílka. Sin embargo, hay también otros sustantivos derivados que designan recipientes, destinados a la realización de una acción: poílka, hranílka. El sufijo se une a la base aoristo de verbos transitivos (stárzhe ^ stárga > stargálka) de las tres conjugaciones búlgaras, combinándose con bases terminantes en vocal que en primera y tercera conjugación es [a] (barkálka, iztriválka, oblegálka) y en segunda conjugación es [i] (merílka, tochílka, hranílka). El acento cae sobre la vocal delante del sufijo. Las voces formadas con el sufijo -lka son propias del estilo coloquial, existiendo además deverbativos paralelos con el sufijo -achk(a): barkálka y barkáchka; tsedílka y tsedáchka.

-l(o). Igual que el sufijo anteriormente analizado, éste también se combina con las bases aoristo de verbos transitivos que terminan en [a] en primera y tercera conjugación (stargálo, smetálo) y, respectivamente, en [i] en segunda conjugación (kosílo, ostrílo). El acento siempre cae sobre la vocal que precede el sufijo. Este resulta bastante productivo a la hora de formar sustantivos de género neutro. En cambio, su variante femenina -l(a) no es productiva: metlá, pilá, strelá.

-ka. Se añade sobre todo a verbos no derivados: svíri > svírka, darzhí > drázhka. De verbos derivados están formados los sustantivos zabrádka, zavívka, pokrívka. Los verbos con que se combina el sufijo también suelen ser transitivos: lyulée > lyúlka, shtípe > shtípka. El acento está sobre la sílaba anterior al formante.

-ator. Da cabida a voces como ventilátor, izolátor, perforátor que son unidades léxicas prestadas, pero se perciben como derivadas, ya que en búlgaro se utilizan verbos prestados con el sufijo -ira, que motivan semánticamente los sustantivos: perforíra > perforátor, izolíra > izolátor. Los derivados deverbales formados con el sufijo -ator son propios de la terminología científico-técnica. El acento cae sobre la primera sílaba del sufijo.

4. Análisis de los sufijos españoles

-dor/-dora. (Del lat. -tor, -oris). Los derivados regulares que se forman mediante el sufijo -dor/dora mantienen la vocal temática: [a] en la primera conjugación, [e] en la segunda, [i] en la tercera (apunt-a-dor, conten-e-dor, repart-i-dor). Para las formaciones irregulares que no conservan la vocal temática se ofrecen las variantes -tor¡-tora y -sor/-sora (proteger > protector, interrumpir > interruptor, difundir > difusor, imprimir > impresora). El acento ocupa el lugar sobre la vocal [o] del sufijo. Las formaciones en -dor se caracterizan por su alta productividad sincrónica, "debido a su proliferación en el léxico técnico" (Lang 1990: 189). Casi todos los sustantivos formados

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con este sufijo se derivan de verbos transitivos que no son de estado (aserradora, cargador, impresora, lavadora, remolcador), con pocas excepciones como contenedor, tenedor (derivados de verbos transitivos de estado), navegador (derivado de un verbo intransitivo). Muchos, además, son adjetivos sustantivados que muestran los dos géneros. Entre tales dobletes están: aspirador -aspiradora; batidor - batidora; secador - secadora, etc. (NGLE 2010: 124).

Cabe señalar aquí el interés que despierta en los lingüistas el criterio de selección del femenino -dora (lavadora, aspiradora, etc.), en sincronía, frente al masculino -dor (exprimidor, secador, etc.). Algunas de las versiones al respecto giran en torno al tamaño del objeto designado. Lang (1990: 189), por ejemplo, explica dicho criterio mediante la asociación con los conceptos subyacentes de 'máquina' (género femenino) y 'aparato' (género masculino), seleccionándose el femenino para maquinara de tamaño más grande frente al masculino para objetos más pequeños.

Alvar y Potier (1987: 295), añaden al tamaño también la complejidad, afirmando que las formas femeninas se aplican a aparatos que se consideran más importantes como, por ejemplo: secador (del cabello) vs. secadora (de una lavandería).

Rainer (2009: 202; 1993: 455), en cambio, descarta el tamaño como dimensión pertinente, proponiendo una asociación entre -dora y 'máquinas prototípicas', es decir, propulsadas por un motor, frente al sufijo -dor de aplicación más amplia, por ejemplo: exprimidor (aparato manual), pero exprimidora (máquina eléctrica, pero no necesariamente más grande). Sin embargo, también reconoce que la presencia de un motor no siempre es razón suficiente para hacer dicha selección.

Conviene hacer aquí una observación acerca de este fenómeno en búlgaro, donde también podemos aludir la elipsis del concepto sobrentendido de 'máquina'. Sin embargo, no podemos hablar de una pura sustantivación de adjetivos, ya que los sustantivos difieren de los adjetivos por presentar un ablandamiento de la consonante al final de la palabra: perálnya (sustantivo), pero perálna (adjetivo) mashina, sushílnya, pero sushílna mashina.

-dero/-dera. (Del lat. -torius). Dan lugar a nombres de instrumento formados sobre bases nominales o verbales. Especialmente productiva en este caso resulta la variante femenina (abrazadera, alargadera, heladera, espumadera), aunque no faltan casos de nombres de instrumentos con el sufijo -dero (fregadero, colgadero). El menor número de los derivados nominales formados con la variante masculina se explica con el hecho de que en la lengua antigua no fue -dero, sino -dor el masculino más frecuente de -dera (NGLE 2010: 125). El acento siempre cae sobre la [e] del sufijo.

-ero/-era. (Del lat. -arius). A la hora de formar sustantivos que designan instrumentos o utensilios, este sufijo suele combinarse con bases nominales terminadas en vocal que, una vez agregado el sufijo, se apocopa. Es interesante el hecho de que dichos derivados muestran muy a menudo el género contrario al de su base nominal, por ejemplo, candela > candelero, minuta > minutero, tobillo > tobillera, llave > llavero, pero rodilla > rodillera. Otra vez el acento cae sobre la [e] del sufijo.

-nte. (Del lat. -antem). Este sufijo, en principio, forma adjetivos verbales, llamados tradicionalmente participios activos (DRAE 2001: 1593). Lo incluimos en nuestro trabajo porque muchos de estos adjetivos constituyen nominalizaciones de adjetivos -incluso algunos ya se han lexicalizado como sustantivos en la lengua- que designan nombres de instrumento o producto (estimulante, calmante, laxante, colgante, tirante, volante). La mayoría proceden de verbos de la primera conjugación y son de género masculino. El lugar que ocupa el acento es sobre la vocal temática del verbo respectivo.

Aquí cabe señalar también los adjetivos acabados en -icol-ica y en -ivo/-iva que también suelen sustantivarse para dar lugar a nombres de instrumento o producto a través del llamado un enfático: un elástico, un teleférico, un explosivo, un preservativo, una rotativa, etc. (NGLE 2010: 129).

-ón/-ona. (Del lat. onem). Entre otros, este sufijo da lugar también a sustantivos que designan instrumentos. Los derivados pueden formarse tanto sobre bases verbales (fregar > fregona, punzar 348

>punzón) como sobre nominales (cintura > cinturón, tapa > tapón). El acento siempre cae sobre la [o] del sufijo.

5. Conclusiones

Las conclusiones que podemos extraer del análisis hecho de los sufijos búlgaros y españoles anteriormente enumerados son las siguientes:

Los sustantivos que designan objetos e instrumentos, en ambas lenguas emparentadas, se forman, predominantemente, sobre verbos transitivos. Sin embargo, mientras que en búlgaro nomina instrumenti se realiza principalmente a través de sustantivos deverbales, en español las bases pueden ser tanto verbales (regar > regadera, abrazar > abrazadera) como nominales (candela > candelero, minuta > minutero).

Hay que añadir también el hecho de que una parte importante de los derivados españoles, por ejemplo, los formados con el sufijo -nte (calmante, estimulante) y el sufijo -dor (secador, acelerador), son, en efecto, derivados adjetivos sustantivados, que se utilizan en la lengua, indistintamente, como adjetivos y sustantivos. Este fenómeno no es propio de la lengua búlgara.

En lo que respecta a las maneras de las que los elementos sufijales se unen a las bases respectivas, en búlgaro encontramos dos modelos básicos: 1) apocopándose la vocal temática del verbo derivante (méli > meláchka); 2) relacionándose con la base aoristo del respectivo verbo (stárzha > stargálka).

En español el modelo general de formación de los derivados deverbales que designan instrumentos suele mantener la vocal temática perteneciente a cada conjugación (grabadora, barredera, batidora, calmante). Son raras las excepciones con que hemos dado (impresora, protector).

En lo que se refiere a los derivados nominales, hemos constatado que los nombres de instrumento suelen derivar, sobre todo, de sustantivos que terminan en vocal, sean de género masculino o femenino, que se queda excluida después de añadir el sufijo.

Una diferencia más constituye el lugar del acento que en español siempre se lleva por el sufijo, mientras que en búlgaro cambia de posición según el caso.

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