Научная статья на тему 'El Partido Comunista de la Unión Soviética, el Partido Comunista argentino y la dictadura militar, 1976-1983'

El Partido Comunista de la Unión Soviética, el Partido Comunista argentino y la dictadura militar, 1976-1983 Текст научной статьи по специальности «История и археология»

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dictadura militar / fascismo / comunismo / Unión Soviética / Argentina / derechos humanos / Montoneros / military dictatorship / fascism / communism / Soviet Union / Argentina / human rights / Montoneros

Аннотация научной статьи по истории и археологии, автор научной работы — Andrey Schelchkov

Este texto representa un análisis de las controversias de las relaciones de la Unión Soviética y del Partido Comunista argentino con el régimen militar en 1976-1983, basándose en los documentos del archivo del CC del PCUS. En el contexto del sistema socialista internacional y el Movimiento comunista internacional entrando a la crisis, sus relaciones con la dictadura militar presentaba una serie de los problemas políticos, que correlacionaban y condicionaban las actitudes de todas las partes: los comunistas argentinos ocuparon la posición de apoyo al régimen preocupados por la conservación de las estructuras y el aparato del partido, justificándose en los intereses de la URSS en la colaboración económica con Argentina, y viceversa, la parte soviética seguía su política de la cooperación económica con el régimen militar teniendo su aprobación por la parte del PC argentino. Estas actitudes hacia la dictadura militar argentina provocaron complicaciones dentro del movimiento comunista internacional, solucionadas a medias por el PCUS sin poder evitar un cierto aislamiento del PC argentino.

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The Communist Party of the Soviet Union, the Communist Party of Argentine and the Military Dictatorship, 1976-1983

This text represents an analysis of the controversies of the relations of the Soviet Union and the Communist Party of Argentine with the military regime in 1976-1983, based on the documents of the CC archive of the CPSU. In the context of the international socialist system and the international communist movement entering the crisis, its relations with the military dictatorship presented a series of political problems, which correlated and conditioned the attitudes of all parties: the Argentine communists occupied the position of support for the regime concerned with the preservation of the structures and apparatus of the party, justifying it by the interests of the USSR in economic collaboration with Argentina, and on another side, the Soviet part followed its policy of economic cooperation with the military regime having its approval by the part of the Argentine CP. These attitudes towards the Argentine military dictatorship provoked complications within the international communist movement, half-solved by the CPSU without being able to avoid a certain isolation of the Argentine CP.

Текст научной работы на тему «El Partido Comunista de la Unión Soviética, el Partido Comunista argentino y la dictadura militar, 1976-1983»

51, julio 2022: 1-21

El Partido Comunista de la Unión Soviética, el Partido Comunista argentino

y la dictadura militar, 1976-1983

The Communist Party of the Soviet Union, the Communist Party of Argentine and the Military Dictatorship, 1976-1983

Andrey Schelchkov*

Resumen: Este texto representa un análisis de las controversias de las relaciones de la Unión Soviética y del Partido Comunista argentino con el régimen militar en 1976-1983, basándose en los documentos del archivo del CC del PCUS. En el contexto del sistema socialista internacional y el Movimiento comunista internacional entrando a la crisis, sus relaciones con la dictadura militar presentaba una serie de los problemas políticos, que correlacionaban y condicionaban las actitudes de todas las partes: los comunistas argentinos ocuparon la posición de apoyo al régimen preocupados por la conservación de las estructuras y el aparato del partido, justificándose en los intereses de la URSS en la colaboración económica con Argentina, y viceversa, la parte soviética seguía su política de la cooperación económica con el régimen militar teniendo su aprobación por la parte del PC argentino. Estas actitudes hacia la dictadura militar argentina provocaron complicaciones dentro del movimiento comunista internacional, solucionadas a medias por el PCUS sin poder evitar un cierto aislamiento del PC argentino.

Palabras clave: dictadura militar, fascismo, comunismo, Unión Soviética, Argentina, derechos humanos, Montoneros.

Abstract: This text represents an analysis of the controversies of the relations of the Soviet Union and the Communist Party of Argentine with the military regime in 1976-1983, based on the documents of the CC archive of the CPSU. In the context of the international socialist system and the international communist movement entering the crisis, its relations with the military dictatorship presented a series of political problems, which correlated and conditioned the attitudes of all parties: the Argentine communists occupied the position of support for the regime concerned with the preservation of the structures and apparatus of the party, justifying it by the interests of the USSR in economic collaboration with Argentina, and on another side, the Soviet part followed its policy of economic cooperation with the military regime having its approval by the part of the Argentine CP. These attitudes towards the Argentine military dictatorship provoked complications within the international communist movement, half-solved by the CPSU without being able to avoid a certain isolation of the Argentine CP.

Key words: military dictatorship, fascism, communism, Soviet Union, Argentina, human rights, Montoneros

Recibido: 2 abril 2022 Aceptado: 23 junio 2022

* Dr. en Historia, investigador del Instituto de Historia Universal de la Academia de Ciencias de Rusia, Moscú. Correo

electrónico: sch2000@mail.ru. Researcher ID: T-8612-2018; ORCID: 0000-0002-7780-781X

Este texto hecho dentro del proyecto № 22-28-00103 del RNF https://rscf.ru/project/22-28-00103/

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Las relaciones soviético-latinoamericanas en el período 1973-1983 siguen siendo un tema poco estudiado. El investigador de este tema, Rafael Pedemonte, llamó a este período "años de silencio"1. Las relaciones soviético-argentinas durante el período de la dictadura militar ocupan un lugar especial, es una problemática sobrecargada de las contradicciones históricas, las luchas doctrinales y las presiones internacionales. En la historiografía rusa, este tema no ha sido estudiado en detalle, y en la Argentina la investigación existente se basa principalmente en fuentes publicadas. Dentro de la historiografía argentina, además de los escritos de los publicistas y periodistas como el de Ceferino Reato2, hay aportes muy importantes para la investigación, sobre todo hay que mencionar Daniel Campione, Horacio Tarcus, y sobretodo de Natalia Casola3. En el trabajo de Casola se destaca la gran trayectoria del PCA, político y doctrinario desde los años 30, hacia el conformismo y el reformismo que explica su posición frente a la dictadura militar en consonancia con política exterior de la URSS de la convivencia pacífica.

Nuestra hipótesis es demostrar a través del análisis de los documentos confidenciales de la diplomacia y del CC del PCUS los motivos de la política soviética en la Argentina, la línea del PCA durante la dictadura militar en relación con la política exterior de la URSS, además de proponer una visión de interdependencia de la actitud exterior de Moscú con su posición en el Movimiento Comunista Internacional en el cual la conducta del PCA frente a la dictadura y su apoyo de parte del PCUS provocó unas crisis que los soviéticos trataron de atenuar para que no mine la posición hegemónica del PCUS. No pretendemos describir todos los aspectos políticos, económicos e internacionales del problema, sino presentar un cuadro documentado con los materiales del archivo del departamento internacional del Comité Central del PCUS, ubicado en el RGANI (Archivo Ruso de la Historia Moderna).

Después del golpe militar de marzo de 1976, las actividades de todos los partidos fueron suspendidas, pero no prohibidas. En junio de 1976, las organizaciones políticas y sindicales de izquierda, principalmente peronistas de izquierda, fueron disueltas y prohibidas. La actitud del nuevo régimen hacia la izquierda fue diferente, y una característica sorprendente fue la actitud tolerante hacia el Partido Comunista, que conservó su estructura partidista. La Embajada soviética, caracterizando a la Junta Militar como la reacción derechista, vio este rasgo nuevo para los regímenes militares en Argentina, que previamente habían prohibido a todos los partidos, un deseo de parecer "democrático y progresista" frente a la opinión pública argentina y mundial4.

El PC argentino no fue incluido en la lista de los partidos prohibidos y continuó operando, aunque de acuerdo con los decretos (los de 1976 y 1978), que complementaron dicha prohibición, algunas organizaciones que estaban dirigidas u orientadas por el Partido Comunista, en particular los sindicatos, los grupos estudiantiles, fueron incluidos en la lista de proscripción, y el comité de solidaridad con Chile COMACHI fue particularmente reprimido5. El PC fue visto como un partido parlamentario, sus actividades debían ser suspendidas, pero no fueron prohibidas. Un papel importante

1Pedemonte R. Una historiografía en deuda: las relaciones entre el continente latinoamericano y la Unión Soviética durante la Guerra Fría / / Historia Crítica. No. 55. Bogotá, enero — marzo 2015. P. 240.

2 Reato C. Disposición final. La confesión de Videla sobre los desaparecidos. Buenos Aires: Sudamericana, 2012.

3 Casola N. El PC argentino y la dictadura militar. Militancia, estrategia política y represión estatal. Buenos Aires: Imago Mundi, 2015; Casola N. "¡Los comunistas no somos subversivos!". El PC y la dictadura militar argentina (1976-1983), ARCHIVOS de historia del movimiento obrero y la izquierda, No. 2, 2013; Cernadas J., Tarcus H. Las izquierdas argentinas y el golpe del 24 de marzo de 1976. Una selección documental, Políticas de la Memoria, N° 6/7, Verano 2006-2007; Campione D. El Partido Comunista de Argentina y el golpe de 1976, Revista Herramienta, P. 15. — http:/ /www. rebelión. org/docs/24748. pdf (consultado el 24 de enero de 2022)

4 La situación en los partidos políticos de Argentina tras el golpe militar, 30 de noviembre de 1976, RGANI (Archivo Ruso de la Historia moderna). Fondo (F.) 5, Legajo (L). 69, Expediente (exp.) 2831. P. 42.

5Casola N. El Partido Comunista argentino y la última dictadura militar. La cuestión de la legalidad / / Contracorriente. Una revista de historia social y literatura de América Latina. Vol. 13, No. 2. 2016. P. 48-49.

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en la actitud de los militares hacia el PC tuvo tanto la posición del propio partido en relación con el régimen militar, como su obvia conexión con la URSS, mientras las relaciones económicas soviético-argentinas obtuvieron mayor peso, sobre todo desde 1979.

El PCA y el régimen militar

Al día siguiente del golpe, el 25 de marzo de 1976, el PCA emitió una declaración en cual se demostró su aceptación del cambio político y inclusive notó que los objetivos declarados de la Junta Militar coinciden con la línea del partido, en lo que se refiere a la independencia económica, la seguridad, la soberanía y la justicia social6. Inmediatamente después del golpe, se enviaron emisarios del partido a las provincias para transmitir a la militancia la posición de la dirección, expresada en la declaración del PCA. En algunas provincias, los comunistas conocieron esta declaración del partido a través de las transmisiones de la radio de Moscú, incluso antes de que llegaran los delegados del CC7. Se alentó a los miembros del partido a cooperar con las autoridades, a comparecer en las citaciones de la policía, a no esconderse y a anunciar a la policía o a los militares su militancia del PCA, que, según su idea, servía como garantía contra las represalias. A menudo así fue, pero donde las autoridades militares locales estaban encabezadas por los llamados "pinochetistas", la represión recayó sobre los comunistas también, como en el caso de Córdoba que estuvo bajo el mando de Luciano Benjamín Menéndez, uno de los líderes de los "pinochetistas".

El partido en el período anterior al golpe desarrolló los contactos con los militares, apostando a sus contactos con los oficiales, especialmente con el ala nacionalista y antiimperialista del ejército (según la óptica del PCA), capaz de aliarse con las masas populares lidiando por un gobierno progresista y democrático8. Apenas 2 meses antes del golpe, Arnedo Álvarez convenció al embajador soviético de que, a pesar del peligro de un golpe reaccionario, en las FFAA dominan los sentimientos antigolpistas9. Sin embargo, ya en febrero, Rubén Iscaro informó al embajador soviético que el golpe tendría lugar en el marzo, refiriéndose tanto a los rumores como a la información de los círculos militares10. En ese momento, en el MCI hablaban mucho no solo sobre el peligro derechista y proimperialista que representa la parte reaccionaria de las FFAA latinoamericanas, sino también sobre la facción democrático nacionaliasta de la misma, citando ejemplo boliviano (J.J. Torres), los regímenes militares peruano, panameño, ecuatoriano, lo que dio lugar a las especulaciones sobre la posibilidad de algún tipo del "bonapartismo progresista" en la Argentina11.

Después del golpe, dentro del PCA surgieron desacuerdos sobre la línea política, pero todas las decisiones fueron tomadas por un grupo estrecho de líderes. Como escribió Rodolfo Puiggrós, el PCA siempre ha sido gobernado por personas que viajaban a Moscú12. Fue un grupo que gozaba de la confianza de los camaradas soviéticos. El viejo líder Rodolfo Ghioldi, siempre partidario de la línea

6 Resoluciones y declaraciones. Año 1976/1977. Buenos Aires: Fundamentos, 1978. P. 10-11.

7 Casola N. "¡Los comunistas no somos subversivos!". El PC y la dictadura militar argentina (1976-1983), ARCHIVOS de historia del movimiento obrero y la izquierda, No. 2, 2013. P. 144.

8 Nuestra Palabra. Organo del Partido Comunista, año II, n° 114. 24/9/1975. p. 7. — Cernadas J., Tarcus H. Las izquierdas argentinas y el golpe del 24 de marzo de 1976. Una selección documental, Políticas de la Memoria, N° 6/7, Verano 2006-2007. P. 34.

9 Transcripción de la conversación con el Secretario General del Comité Central del PCA, camarada Álvarez Arnedo, 9 de enero de 1976, RGANI. F.5, l. 69, exp. 2832. P. 3.

10 Informe sobre las conversaciones mantenidas en la recepción del 23 de febrero de 1976 en la embajada, 10 de marzo de 1976, RGANI. F.5, l. 69, exp. 2832. P. 26-27.

11Campione D. El Partido Comunista de Argentina y el golpe de 1976, Revista Herramienta, P. 15. — http:/ /www. rebelión. org/ docs/24748. pdf (consultado el 24 de enero de 2022)

12 Cernadas J., Pittaluga R., Tarcus H. La historiografía del Partido Comunista de la Argentina. Un estado de la cuestión, El Rodaballo, No. 8, 1998. P. 38.

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moderada, esta vez abogó por una crítica más severa al régimen militar, mientras que el grupo dominante de Héctor Agosti, Orestes Ghioldi, Oscar Arévalo partieron de la premisa que, aunque el golpe fue un evento desagradable, fue aceptable, y el partido no debería haber entrado en una dura oposición a los militares13.

Una consideración importante del PCA en la política de ambivalencia hacia la dictadura fue el deseo de preservar su aparato y estructuras partidarias a escala nacional. Los investigadores argentinos Jorge Cernadas, Horacio Tarcus y Roberto Pittaluga señalaron:

Si bien el partido sufrió en este ciclo una serie de reveses políticos sucesivos, a partir de 1945, el aparato partidario alcanzó (en relación a su influencia política real) proporciones gigantescas (medido en número de cuadros rentados, locales, propiedades, aparato periodístico y editorial, peso dentro del espacio cooperativo-bancario, de las empresas de servicios sociales, etc.). Este es un dato clave para comprender cómo, en momentos en que se desata la crisis social y política de los años 1975-1976, se imponga sobradamente dentro de sus filas los intereses de ese denso funcionariado, que llevó a privilegiar los intereses de autopreservación del aparato partidario por sobre cualquier otra cosa14.

El especial interés en preservar la estructura del partido en parte se explica por los frecuentes cambios en su situación legal los cambios de momentos de la ilegalidad, clandestinidad y semilegalidad en los años 50-60, convirtieron esta idea de autopreservación en un valor primordial, incluso por sobre las tareas políticas estratégicas15.

Al evaluar el balance del primer año de la dictadura y confirmando la razón de su línea política, en una entrevista en la embajada soviética, Arnedo Álvarez afirmó que "el PC ha preservado plenamente su estructura, las organizaciones del partido continúan trabajando para aumentar sus filas"16. El aumento en el número de miembros del partido fue un gran logro y sirvió para justificar la política de mantener la legalidad del partido a costo de la cooperación "constructiva" con el régimen militar17.

En mayo de 1976, el CC del PCA aprobó el informe de Orestes Ghioldi "Democracia renovada o pinochetismo" (publicado en un librito separado), que afirmó que Videla no fue un representante de los grupos extremistas en las Fuerzas Armadas, lo que contradecía las declaraciones del propio Videla sobre la solución basada "en la montaña de cadáveres" de los enemigos de la seguridad nacional18. El PCA sostuvo su versión de la lucha interna faccional en el ejército, proponiendo apoyar la más moderada de ellas, encabezada por Videla, en contraste con el ala ultranacionalista, "pinochetista"19.

Videla, Viola fueron vistos por el PCA como un ala "moderada" del ejército, mientras que los "pinochetistas" fueron personificados por Luciano Benjamín Menéndez. En su primera declaración después del golpe, el PCA señaló al "pinochetismo" en el ejército como un peligro al que hay que

13 Kozul P.R. La postura política del Partido Comunista Argentino entre los años 1976 — 1983. ¿Rumbo a una política errante o errante en una política sin rumbo? Revista Izquierdas, Santiago de Chile, No 16, agosto 2013, P. 81.

14 Cernadas J., Pittaluga R., Tarcus H. La historiografía del Partido Comunista de la Argentina. Un estado de la cuestión, El Rodaballo, No. 8, 1998. P. 39.

15Campione D. El Partido Comunista de Argentina y el golpe de 1976, Revista Herramienta, P. 12. — http:/ /www. rebelión. org/ docs/24748. pdf (consultado el 24 de enero de 2022)

16 Información, 25 de marzo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 24.

17 Águila G. El Partido Comunista Argentino entre la dictadura y la transición democrática (1976-1986), Revista de la Historia Actual. Rosario, Vol. 6. No.6. Año 2008. P. 62.

18 Kozul P.R. La postura política del Partido Comunista Argentino entre los años 1976 — 1983. ¿Rumbo a una política errante o errante en una política sin rumbo?, Revista Izquierdas, Santiago de Chile, No 16, agosto 2013. P. 87.

19 Resoluciones y declaraciones. Año 1976/1977. Buenos Aires: Fundamentos, 1978. P. 27-28.

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resistir20. Por lo tanto, el PCA llamó a la unidad de las fuerzas de democracia contra los posibles intentos del golpe pinochetista contra el régimen moderado existente, de hecho, llamando a unirse al gobierno de facto21. Al mismo tiempo, los comunistas nunca explicaron cómo iban a resistir un posible golpe "pinochetista", dado que habían hecho todo lo posible para restringir las actividades de sus propias células con el fin de no violar la orden de la suspensión de las actividades de los partidos políticos. La entrevista que Jorge Rafael Videla brindó al diario Clarín el 30 de enero de 1977 y su Proyecto de Desarrollo Nacional, provocaron cierto entusiasmo en la dirección del PCA que apoyó al presidente22.

Después del golpe, la dirección del PCA mantuvo los contactos activos con los militares. Según Rodolfo Ghioldi, la persona clave en estos contactos fue Fernando Nadra23. El informe soviético del 1977 constó:

El Partido Comunista está llevando a cabo un trabajo político significativo en las Fuerzas Armadas. Durante 1976, se celebraron alrededor de 800 reuniones a diversos niveles entre representantes del PC y las Fuerzas Armadas. El miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA Rúben Íscaro en una conversación con el Embajador Camarada S.P. Dokarev el 20 de enero de 1977 señaló que todas estas reuniones pasaron en la atmósfera amistosa. Los contactos con los militares nacionalistas moderados son de particular importancia, ya que ayudaron a neutralizar la represión contra el PC por parte de elementos reaccionarios24.

El PCA apoyó la política "antiterrorista" de los militares, llamando a la oposición armada como "ultraizquierdista", acusándola en alinearse de hecho con los pinochetistas dentro del ejército, dispuestos a derrocar a los moderados y establecer una dura dictadura similar a la chilena25. No fue noticia que el PCA fuera hostil a los grupos armados de izquierda, a la izquierda revolucionaria, apoyada por "los camaradas cubanos". Ya en el primer llamamiento después del golpe, el PCA condenó enérgicamente la actitud de la ultraizquierda26. Como señaló la embajada soviética: "El CC del PC lleva a cabo un trabajo constante en los círculos militares convenciéndolos de no participar en las actividades de las organizaciones extremistas"27.

Los días 18 y 19 de diciembre de 1976, se celebró el pleno clandestino del CC del PCA, al que asistieron 41 delegados de casi todos los comités regionales del partido. Las resoluciones del plenario apoyaron la política de llegar a un acuerdo entre civiles y militares. Por lo tanto, el trabajo entre los militares fue reconocido como una parte importante de las actividades de los comunistas. Los comunistas se reservaron el derecho a la crítica del régimen ante el peligro del golpe pinochetista dentro del ejército. Al mismo tiempo, algunos miembros del CC culparon a Videla por el terror de Estado, por

20 Resoluciones y declaraciones. Año 1976/1977. Buenos Aires: Fundamentos, 1978. P. 13.

21Moretti I.I. Tiempo de verdugos. Los partidos de izquierda ante la instauración de la última dictadura cívico-militar argentina, Revista de la Red de Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea. No. 5, Córdoba, Diciembre 2015-Mayo 2016. P. 32.

22 La actitud del Partido Comunista argentino ante el gobierno militar de J. Videla, 19 de febrero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1832. P. 24.

23 Transcripción de una conversación con Rodolfo Ghioldi, miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA, 9 de octubre de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 87.

24 La actitud del Partido Comunista Argentino frente el gobierno militar de J. Videla, 19 de febrero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1832. P. 20-21.

25 Casola N. El Partido Comunista argentino y la última dictadura militar. La cuestión de la legalidad, Contracorriente. Una revista de historia social y literatura de América Latina, Vol. 13, No. 2, 2016. P. 39-40.

26 Resoluciones y declaraciones. Año 1976/1977. Buenos Aires: Fundamentos, 1978. P. 12.

27 La situación en los partidos políticos de Argentina después del golpe militar, 30 de noviembre de 1976, RGANI. F.5, l. 69, exp. 2831. P. 43.

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las desapariciones y asesinatos, lo que fue disonante con la línea de la dirección28. El informe soviético sobre el pleno destacó: "El PC se opuso a los intentos de las fuerzas de derecha de provocar a los sindicatos para agravar las relaciones con el gobierno de Videla con el fin de crear una atmósfera de caos en el país favorable para la llegada al poder de los pinochetistas"29.

El PCA se negó a caracterizar al régimen militar como fascista, e incluso evitó el uso del término "dictadura", como había llamado a los anteriores regímenes militares30. En el mismo pleno de diciembre también se discutió el tema de las violaciones de los derechos humanos, sobre el cual el PCA tomó la posición ambigua, pero fue aceptada con comprensión por los camaradas soviéticos, acostumbrados a defenderse de las acusaciones occidentales de violar los derechos humanos en la URSS. El informe soviético destacó:

El Partido Comunista, condenando igualmente las acciones matonas de las organizaciones de derecha y de ultraizquierda, se opone al desencadenamiento de la campaña internacional por los derechos humanos en Argentina y contra la definición del carácter del gobierno militar argentino como un gobierno de tipo fascista"31.

Además, según Rubén Íscaro, esta campaña internacional por los derechos humanos en Argentina fue dañina para el ala moderada de los militares, y es avivada por los políticos de izquierdistas y la emigración, a los que el PC considera como sus contrincantes32. Por lo tanto, el PC no apoya esta campaña.

La actitud del PCA y de los países socialistas hacia el régimen militar argentino jugó un papel importante en la creación de su imagen en el extranjero, de un gobierno moderado, mientras las declaraciones de la oposición izquierdista sobre el genocidio y la represión parecían exageradas. Este factor influyó enormemente en la socialdemocracia europea y, a través de ella, en las políticas de sus países hacia la dictadura argentina. Sólo en 1979, después de una visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esta imagen se desmoronó, y los informes sobre los asesinatos y las desapariciones en Argentina impactaron la opinión pública internacional33. Los comunistas ya no podían hacer la vista gorda ante el evidente terror político, y tuvieron que protestar tímidamente, reconociendo la "falta de ley y de la orden" en el país34. Lograron liberar a algunos de sus líderes y activistas. Igual que otros partidos, tuvieron que estar satisfechos con esto y observar pasivamente cómo se desarrollaba la represión. Los comunistas actuaron con la esperanza de que el régimen militar implicara un curso para la transición democrática, para la restauración de las verdaderas instituciones republicanas. En 1977, Orestes Ghioldi, en una entrevista a la revista moscovita "América Latina", llegó a llamar la Argentina un "oasis democrático" rodeado por los estados vecinos donde se establecieron

28 Transcripción de una conversación con el 1-er Consejero de la Embajada de Hungría Miklós Bernat, 14 de enero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 31.

29 La actitud del Partido Comunista argentino ante el gobierno militar de J. Videla, 19 de febrero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1832. P. 22.

30Campione D. El Partido Comunista de Argentina y el golpe de 1976, Revista Herramienta. P. 16. — http:/ /www. rebelión. org/ docs/24748. pdf (consultado el 24 de enero de 2022)

31 La actitud del Partido Comunista argentino ante el gobierno militar de J. Videla, 19 de febrero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1832. P. 23.

32 Transcripción de la conversación con Rubén Íscaro, miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA, 20 de enero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 5.

33Casola N. El Partido Comunista argentino y la última dictadura militar. La cuestión de la legalidad, Contracorriente. Una revista de historia socialy literatura de América Latina. Vol. 13, No. 2. 2016. P. 46.

34 Transcripción de la conversación con Héctor Agosti, miembro de la dirección de amigos argentinos, 22 de abril de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 51.

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las dictaduras fascistas35. En 1979, los comunistas declararon que habían cambiado su política. Según Fernando Nadra:

Si antes dirigíamos nuestros esfuerzos para evitar que los pinochetistas llegaran al poder ó el gobierno evolucione hacia la derecha, ahora nos propusimos la tarea de presionar al gobierno para que resuelva los problemas relacionados con la restauración de las libertades democráticas, las formas constitucionales del gobierno, la libertad de las actividades de los partidos políticos y de los sindicatos36.

De hecho, no hubo ningún cambio radical en la táctica comunista, el grupo Videla-Viola seguía siendo apoyado por el PC, lo que se reflejó en las decisiones del Comité Ejecutivo del Comité Central de 9 de junio de 197937. Como dijo un miembro de la dirección del PCA, Oscar Arévalo: "Hasta cierto punto somos videlistas"38. Al mismo tiempo, los comunistas criticaban duramente la política económica neoliberal del Ministro Martínez de Hoz como antipopular39.

La dirección del PCA sintió cierta incomodidad, incluso ante los camaradas soviéticos, por el apoyo tan frontal al régimen, porque esto claramente contradecía a los principios del MCI y de la política exterior de la URSS. La dirección del PCA, explicando su posición, defendió su convicción que Videla estuvo a punto de anunciar el tránsito a la democracia, de lo contrario todos los partidos políticos, incluido el PCA, van a cambiar su actitud, volviendo a recurrir a la movilización de las masas40. En una conversación confidencial, los líderes del partido honestamente expresaron a los camaradas soviéticos que no podían aceptar las iniciativas de las organizaciones de base para crear un frente amplio con todas las fuerzas antidictatoriales, ya que los métodos de lucha y los objetivos del PCA y de los peronistas de izquierda eran diferentes. El PCA apostó por los acuerdos de la dirección del partido con los militares y otros partidos para crear un gobierno cívico-militar sin poner en peligro al partido y sus cuadros, lo que hubiera sucedido en el caso de la movilización de base y la alianza con la izquierda non conformista, ni hablar de los así llamados extremistas (montoneros)41. Esta línea fue defendida por el PCA hasta la caída del régimen.

Los comunistas mantuvieron reuniones con representantes de otros partidos, principalmente radicales y peronistas, con la esperanza de que estos contactos entre partidos se convirtieran en la base de un gobierno cívico-militar de transición. Esta política multipartidaria se inició antes del golpe y continuó después de éste42. Incluso después de la Guerra de Malvinas, cuando el gobierno militar vivía los últimos días de crisis, el PCA todavía habló de un "gobierno cívico-militar" de transición, convencido que ni los militares ni los civiles pudieron ofrecer una solución a los problemas del país43.

35 Entrevista al miembro del Comité Ejecutivo del CC del Partido Comunista argentino Orestes Ghioldi, América Latina. Moscú, No.3, 1977. P. 126.

36 Informe sobre las conversaciones mantenidas en la Embajada de Checoslovaquia en relación con la fiesta nacional del país, 9 de mayo de 1979, RGANI. F.5, l. 76, exp. 1209. P. 20.

37Transcripción de la conversación con el Secretario del Comité Provincial (Buenos Aires) del PCA, camarada Alejandro Echenique, 13 de junio de 1979, RGANI. F.5, l. 76, exp. 1209. P. 31.

38Transcripción de la conversación con el camarada Oscar Arévalo, miembro del Comité Ejecutivo del CC del Partido Comunista, 10 de mayo de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 54.

39 Resoluciones y declaraciones. Año 1976/1977. Buenos Aires: Fundamentos, 1978. P. 19-20.

40Acta de la conversación con un miembro del Comité Ejecutivo del CC del PC camarada Fernando Nadra, 9 de marzo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 21.

41 Transcripción de la conversación con el historiador marxista argentino Leonardo Paso, 22 de abril de 1976, RGANI. F.5, l. 69, exp. 2832. P. 44.

42 Resoluciones y declaraciones. Año 1976/1977. Buenos Aires: Fundamentos, 1978. P. 12.

43Águila G. El Partido Comunista Argentino entre la dictadura y la transición democrática (1976-1986), Revista de la Historia Actual, Rosario, Vol. 6, No.6, 2008. P. 63.

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Las relaciones entre el PCA y el régimen no fueron ideales: hubo allanamientos y destrozos (como de la oficina del partido en Rosario), cientos de comunistas sufrieron represión, fueron detenidos, torturados, asesinados y desaparecidos. El partido protestó contra la represión (generalmente ante las autoridades militares o policiales locales), pero no expuso al propio régimen al fuego de la crítica. Un informe de la embajada de URSS sostuvo: "La dirección del PC, apoyando el curso político de la Videla, entiende que Videla está jugando un doble juego con el PC, pero "también estamos jugando un doble juego con él por razones tácticas", enfatizó Arnedo. Señaló que el partido estaba trabajando en condiciones difíciles. En dos años, cientos de activistas fueron arrestados, 109 personas han desaparecido, las bombas han explotado varias veces cerca de los Comités Central y de los comités locales de la CPA, las oficinas del partido han sido allanadas"44. En 1978, el Secretario General del partido Arnedo Álvarez señaló que uno de los obstáculos para la paz en el país seguía siendo la cantidad enorme de prisioneros políticos y de desaparecidos, pero considerando que la imagen del país fue un tema de mucha preocupación de las FFAA, los comunistas se opusieron a la crítica internacional del régimen militar por las violaciones de los derechos humanos45. Esta doble posición del PCA le complicó su situación política interna y externa, sobre todo en el MCI.

PC Argentino y el Movimiento Ccomunista Internacional: cuestiones de la táctica

en relación a la dictadura argentina

Aunque el PCA tuvo una concordancia completa con el PCUS, y un interés común de no tocar el tema del fascismo y de la represión por parte de los militares, con otros partidos surgió cierta tensión. Ante la creciente crítica al PCA en el campo de la izquierda internacional, el partido decidió establecer en Europa un Comité de sus representantes en París, Roma y Praga cuya tarea fue a explicar a los partidos hermanos su posición y la situación en Argentina46. Hasta las fórmulas muy moderadas y neutrales de la prensa soviética, incluyendo las revistas científicas e ideológicas, que no escribió nada sobre las represiones, pero llamando el régimen como dictadura militar, no satisfizo plenamente a los comunistas argentinos, que presentaron una lista de reclamos al CC del PCUS. A los comunistas argentinos les irritaron especialmente las publicaciones soviéticas sobre el fascismo latinoamericano, incluso en el periódico principal Pravda (artículo de K. Obydin, 5 de abril de 1978)47. Frente a eso las autoridades soviéticas tomaron las medidas apropiadas, y las formulaciones que podían causar descontento de los "amigos" desaparecieron de la prensa soviética, transmitiendo a la prensa sus recomendaciones sobre la interpretación de los procesos en la Argentina48.

El conflicto por la interpretación y la postura política frente a los regímenes militares en el Cono Sur alcanzó mayor envergadura con algunos partidos hermanos latinoamericanos. En primer lugar, esto se refería al PC uruguayo. Los desacuerdos con los uruguayos sobre la política hacia las dictaduras militares llegaron a las relaciones conflictivas. Según diplomáticos búlgaros, que tenían buenas fuentes de información en el PC argentino, este último ofreció asilo a los uruguayos en apartamentos ilegales, ayudando a los miembros del partido que llegaban al país, pero los uruguayos se

44 Transcripción de la conversación con el Secretario General del PC Jerónimo Arnedo Álvarez, 29 de marzo de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 37.

45 Comunistas argentinos desaparecidos. Apoderado del Partido Comunista. Buenos Aires: s.d., 1982. P. 8.

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46 Memorándum al CC del Partido Comunista Búlgaro, 19 de febrero de 1976, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1832. P. 28.

47 Transcripción de una conversación con el camarada Oscar Arévalo, miembro del Comité Ejecutivo del CC del Partido Comunista de Argentina, 10 de mayo de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 54.

48 Nota de V. Chernyshov al CC del PCUS, 15 de marzo de 1978 - RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 10; Transcripción de la conversación con el miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA camarada Oscar Arévalo, 1 de febrero de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 12-15.

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negaron a aceptar esta ayuda por razones de principio. Los comunistas argentinos expresaron su descontento con las actividades y las ideas expresadas por el líder del PC uruguayo y eminente figura en el MCI Rodney Arismendi sobre la situación en América Latina, sobre el fascismo y las tácticas de lucha. Arismendi criticó al PCA estando en Moscú y en otros países socialistas, especialmente entre los estudiantes latinoamericanos, incluidos los miembros del PC argentino. Este tema fue tocado por Arnedo Álvarez en su discurso en el pleno del CC de diciembre de 1976. Una explosión de descontento en el PCA fue provocada por un artículo de Arismendi publicado en Hungría, refiriéndose al tema del régimen militar argentino49. La respuesta del PCA llamó las tesis de Arismendi como equivocadas. Pidió al PCUS que insinuara a Arismendi que no interfiriera más en los asuntos del partido argentino50.

Tales tensiones entre los partidos comunistas de los países vecinos preocuparon a Moscú, que siempre abogó por la consolidación del MCI sobre la base de la lealtad al PCUS, y, por lo tanto, los desacuerdos debían resolverse en las oficinas de Moscú a puertas cerradas. Los funcionarios diplomáticos soviéticos preguntaron directamente a los líderes argentinos:

Respondiendo a la pregunta que planteamos sobre los rumores que circulan en el cuerpo diplomático51 de que J. Arnedo [Álvarez] condenó la declaración del camarada Arismendi, cuya esencia es que hoy en América Latina no hay más las perspectivas de desarrollo democrático y que en esta región se establecen los regímenes fascistas, el camarada Arnedo respondió que nunca había expresado ninguna condena al camarada Arismendi. Hablando sobre este tema en concreto, tal declaración, por quienquiera que se exprese, es errónea52.

Fue difícil esperar una respuesta diferente, pero la tensión entre los partidos de los países vecinos fue innegable. Los soviéticos insistieron en una reunión en Moscú de los líderes de los partidos del Cono Sur, para dsicutir la posición especial de los comunistas argentinos con respecto a la dictadura. A la reunión asistieron Rúben Íscaro del PCA, Luis Carlos Prestes (PC brasileño), Luis Corvalán (PC de Chile) y Rodney Arismendi (PC del Ururguay). Como resultado de estas conversaciones, Arismendi no estuvo satisfecho con las explicaciones, aunque admitió que el PCA mejor entiende la situación local, y agradeció la información de Íscaro53. En apariencia, el conflicto se resolvió en Moscú. Si Corvalán evitó expresar las críticas al PCA, en el partido chileno hubo una fuerte crítica a los argentinos54.

El PC argentino estaba preocupado por el estado de ánimo general de malentendido de su política de cooperación con el régimen militar, lo cual contrastaba con la posición de los Partidos Comunistas en los países vecinos. Los líderes del PCA pidieron la asistencia del PCUS para organizar una campaña a favor del PC argentino en los partidos comunistas y en la prensa amiga en Europa. Con este fin, se organizó el viaje de Atós Fava a Europa en 197955. El Partido Comunista Argentino, durante los años de dictadura, estuvo aislado y bajo constante crítica y con las acusaciones del oportunismo e incluso de la cobardía y la traición a los intereses del socialismo y la clase obrera. Al PCUS costó mucho

49 Transcripción de la conversación con Erich Hempel, Consejero de la Embajada de la RDA en la Argentina, 13 de enero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 28.

50 Transcripción de la conversación con Francisco Linares, responsable político de asuntos culturales del CC del PCA, 31 de mayo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 54.

51 Lo más probable es que estemos hablando del cuerpo diplomático de las embajadas de los países socialistas en Argentina, y en particular, se trata de la nota del enviado búlgaro al Comité Central del PCUS.

52 Información, 9 de febrero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 11.

53 Transcripción de la conversación con Francisco Linares, responsable político de asuntos culturales del CC del PCA, 31 de mayo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 55.

54 Transcripción de la conversación con el miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA camarada Oscar Arévalo, 1 de febrero de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 15.

55 Transcripción de la conversación con Rubén Íscaro, miembro del Comité Ejecutivo del CC del PC, 25 de abril de 1979, RGANI. F.5, l. 76, exp. 1210. P. 34.

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trabajo suavizar esta crítica, que indirectamente también tocaba a la URSS en plena colaboración con el régimen militar argentino.

Delicada situación en el campo comunista: PCA frente a Cuba y Montoneros

La otra cara del mismo problema fue la posición de los cubanos, que también criticaron a la PCA, en primer lugar, por su posición extremadamente negativa en relación con las organizaciones de izquierda pro-cubanos56. Fernando Nadra se quejó de los cubanos a la Embajada Soviética:

Los empleados de la Embajada de Cuba en Buenos Aires continúan manteniendo contactos con Montoneros, critican constantemente la línea política de la PCA en relación con el gobierno del presidente Videla, identificando el régimen fascista de Pinochet con el gobierno militar existente de Argentina y complicando así las actividades del PCA dirigidas a unir a todas las fuerzas progresistas del país, neutralizando a las fuerzas de derecha, impidiéndoles llegar al poder57.

Sin embargo, estas quejas fueron en vano, las autoridades soviéticas en su política en América Latina respetaron las preferencias ideológicas y políticas de Cuba, cuyas raíces se remontan al inicio de su revolución y los turbulentos años 60.

Un problema difícil no solo para el PCA, sino también para Moscú, seguía siendo el terror contra los grupos rebeldes de izquierda, de los cuales, el más importante era Montoneros. Su líder, Mario Firmenich, visitó Moscú antes del golpe, declaraba constantemente su simpatía por la URSS y su lealtad al marxismo-leninismo. Los camaradas soviéticos mantuvieron contactos con Montoneros a través de los cubanos. Firmenich informó a los cubanos la disposición a librar una lucha armada contra el régimen, y que su movimiento tenía 5.000 combatientes, y su presupuesto anual fue de 14 millones de dólares, el fondo total contó con más de 70 millones58. Los servicios secretos soviéticos prefirieron actuar a través de los cubanos, sin exponer en peligro ni sus buenas relaciones con el régimen ni a los "amigos" (comunistas). Los diplomáticos cubanos entregaban a la embajada materiales y documentos de Montoneros y del ERP para el envío a Moscú a consideración del CC del PCUS. Los cubanos buscaron involucrar a la URSS en la prestación de asistencia a Montoneros59.

En agosto de 1977, Arnedo Álvarez solicitó una reunión en la Embajada Soviética en relación con el problema de Montoneros. Lamentó que Montoneros contaran con el apoyo de los Partidos Comunistas de Italia y España, y que en la conferencia de prensa de Montoneros en México asistieron representantes de la URSS y Checoslovaquia, lo que puso en peligro la posición del PC en Argentina. El PCA se vio obligado a condenar enérgicamente a Montoneros en una declaración especial que fue publicada en los periódicos más reaccionarios de la Argentina. El PCA estaba preocupado por que los "pinochetistas" en las FFAA lo aprovechen para reclamar la prohibición de los comunistas. Según Fernando Nadra, "se decidió enviar una carta al presidente J. Videla por medio de una persona de confianza de éste, para explicar una vez más la posición de los comunistas en relación con las actividades de las organizaciones

56 Transcripción de la conversación con Francisco Linares, responsable político de asuntos culturales del CC del PCA, 31 de mayo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 55.

57 Transcripción de la conversación con Fernando Nadra, miembro de la dirección de amigos argentinos, 14 de septiembre de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 84.

58 Transcripción de la conversación con el consejero de la Embajada de Cuba Justo Hernández de Medina, 21 de mayo de

1976, RGANI. F.5, l. 69, exp. 2832. P. 45 - 47.

59 Transcripción de la conversación con el Primer Secretario de la Embajada de Cuba, camaradas Roberto C. Carbrera Barrios y Gustavo Hernández Pérez, 16 de marzo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 50.

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terroristas y en particular de Montoneros, lo que fue necesario después de las noticias de la prensa sobre los episodios mencionados en México"60.

En esta carta confidencial, los comunistas volvieron a asegurar su apoyo al gobierno, y pidieron investigar quién estaba atrás de esta campaña de prensa contra los comunistas y, por lo tanto, contra la política del gobierno61. Arnedo Álvarez señaló: "Los cubanos están tomando medidas para vincular a Montoneros con los Partidos Comunistas de Italia, España, Portugal, México, presentándolos como revolucionarios ... De hecho, el líder de Montoneros Firmenich es un tipo sin clara postura. Él es un nacionalista de derecha, un fascista"62. Los líderes de PCA afirmaron que las actividades de Montoneros causaron el golpe de Estado en 1976. Montoneros, los peronistas de izquierda siempre habían sido apoyados por los cubanos. Arnedo Álvarez dijo que trató de convencer a los cubanos en relación a Montoneros, pero no lo consiguió, y la única esperanza fue su próxima reunión con Fidel Castro en La Habana.

La reunión de Fidel Castro con Arnedo Álvarez en Cuba decepcionó en gran medida al líder argentino. A la pregunta sobre apoyo de Cuba a Montoneros, Fidel dijo que 'la dirección cubana no presta asistencia ninguna a la organización terrorista Montoneros". Al mismo tiempo Arnedo Álvarez pudo ver con sus propios ojos cuántos miembros de este grupo estaban en Cuba, y destacados funcionarios cubanos del partido y del Estado no ocultaban sus simpatías a Montoneros63. La posición de los comunistas cubanos era extremadamente incómoda para el PCA, ya que este último no podía criticarla abiertamente por muchas razones, y la posición especial de Cuba en el movimiento comunista latinoamericano en los años 70-80 y sus discrepancias con el PCA agudizaron el aislamiento del PC argentino en medio de los partidos latinoamericanos. Nada cambió en la posición de Cuba, y en 1979, durante la celebración del 20 aniversario de la Revolución Cubana, a pesar de todas las peticiones de los argentinos, Fidel no recibió a Arnedo Álvarez, quien llevó un mes esperando en Cuba, lo que fue un punto más agudo de las relaciones de los cubanos con el PCA64.

Por otro lado, los funcionarios cubanos trataron de convencer a los camaradas soviéticos de sus razones en el conflicto con el PCA. Así, el embajador cubano en Argentina, V. Aragonés Navarro, dijo a su colega de la URSS que la posición de apoyo a la dictadura fue perjudicial para el MCI. El informe de la embajada soviética sobre este tema sostuvo:

Habiendo analizado la posición de la dirección del PCA en relación con el gobierno de Videla, el embajador declaró que era errónea, ya que no debería haber ningún apoyo a la junta militar por parte de los comunistas. Tampoco está clara la tesis del Partido Comunista sobre la creación de un gobierno cívico-militar. Dijo que no es la primera vez que el Partido Comunista de Argentina toma posiciones erróneas en los asuntos políticos internos" 65

Los dirigentes del PC de Cuba pidieron a los compañeros soviéticos que se reunieran con Firmenich, quien se encontraba en Cuba, asegurando que Montoneros no buscan la ayuda material y

60 Transcripción de la conversación con un miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA camarada Fernando Nadra, 3 de agosto de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 70-71.

61 Traducción de la carta fechada el 20 de julio de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 75-77.

62 Transcripción de la conversación con el Secretario General del CC del PCA, camarada Arnedo Alvarez, 3 de agosto de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 65 - 68.

63 Transcripción de la conversación con Rodolfo Ghioldi, miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA, 9 de octubre de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 87 - 89.

64 Transcripción de la conversación con el Embajador de Bulgaria P. Karadionov, 10 de abril de 1979, RGANI. F.5, l. 76, exp. 1209. P. 15.

65 Informe sobre las conversaciones mantenidas en un desayuno organizado en la embajada, 20 de septiembre de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 102.

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financiera, y su tarea era establecer un diálogo entre todas las fuerzas de izquierda66. Para los diplomáticos soviéticos, Cuba era un problema serio dentro del campo socialista, ya que la línea de los países socialistas hacia la cooperación económica con la Argentina podría ser minada por las actitudes ideológicas y políticas de Cuba en relación al régimen militar.

Los dirigentes cubanos lograron que Firmenich fuera recibido en la embajada de la URSS en La Habana en abril de 1978, lo que se hizo en confidencialidad. Entonces Firmenich declaró que su movimiento ejercía una enorme influencia en la sociedad, y si se celebraran las elecciones ciertamente habría recibido el 21-22% de los votos. Firmenich dijo que Montoneros estaban buscando contacto con el almirante Massera, quien podría renunciar a su cargo, pero quería permanecer en la política. Massera estaba asociado con los Estados Unidos. Todo esto, según Firmenich, daba una oportunidad de que la alianza de Montoneros con parte del ejército llegara al poder. Firmenich informó sobre los contactos de Montoneros con el líder del PSOE Filipe González, quien visitó Argentina, quien propugnó la idea de la "reconciliación nacional" a condición de que Montoneros no participaran en futuras elecciones. Montoneros reclamaron la democratización sin ninguna condición previa. Los propios Montoneros buscaron contacto con la administración Carter a través del gobierno mexicano.

Sobre su relación con la PCA, Firmenich dijo que había solicitado sin éxito una reunión con Arnedo Álvarez cuando éste estaba en Cuba en 1977. Firmenich afirmó que a Montoneros les gustaría tener una "relación estable" con el PCUS. Él trató de convencer a los soviéticos de que, ante el futuro sin militares, el propio PCUS necesitaría un aliado no relacionado con la dictadura, además ahora los trabajadores argentinos no entienden por qué la URSS mantiene la cooperación económica con el gobierno reaccionario de Videla67. Firmenich explicó francamente su deseo de establecer relaciones con la URSS por el hecho de que esta última tiene gran influencia en países progresistas como Argelia y Libia, que, en caso de una opinión favorable de Moscú, podrían proporcionar apoyo a Montoneros, sobre todo en armas68.

Aparte del PC cubano, el PCA no pudo encontrar entendimiento de su actitud hacia Montoneros con los partidos comunistas europeos. Rúben Íscaro, en calidad de invitado al congreso del PC de Italia, se quejó de las conversaciones desagradables con los camaradas italianos sobre este tema, ya que éstos no compartían la visión del PCA sobre Montoneros como terroristas, considerándolos el ala armada de la resistencia a la dictadura militar69.

Además del problema de la "extrema izquierda", el PCA tuvo que afrontar una situación incómoda con el movimiento internacional de solidaridad con los presos políticos de las dictaduras latinoamericanas. Durante una reunión de trabajo de los partidos comunistas latinoamericanos llevada a cabo en Moscú, se propuso la creación de un comité permanente sobre los presos políticos y la solidaridad. El PCA no apoyó esta idea del comité. Sin embargo, el PC de Cuba continuó insistiendo en la creación de un comité permanente, y este tema se volvió a la agenda en la reunión de los partidos del continente durante el Festival de la Juventud de La Habana en 1978. Bajo presión de sus camaradas, los comunistas argentinos aceptaron esta propuesta, pero con única condición de que los cubanos no iban a utilizar el comité para apoyar a Montoneros70.

66 Transcripción de la conversación con el Secretario General del Movimiento Peronista Montoneros Mario Firmenich, 19 de abril de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 45.

67 Transcripción de la conversación con el Primer Secretario de la Embajada de Cuba, Roberto Cabrera Barrios, 16 de noviembre de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 114

68 Transcripción de la conversación con el Primer Secretario del Partido Montoneros, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Montoneros Mario Firmenich, 19 de noviembre de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 79.

69 Transcripción de la conversación con Rúben Íscaro, miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA, 25 de abril de 1979, RGANI. F.5, l. 76, exp. 1210. P. 33.

70 Transcripción de la conversación con el miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA Camarada Oscar Arévalo, 1 de febrero de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351. P. 15.

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El PCA tuvo relaciones complejas con otros grupos de izquierdista rebelde como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Para el PCA siempre fue más fácil encontrar un lenguaje común con radicales o con peronistas que con los grupos partidarios de la lucha armada que trataron ejercer la presión sobre el PCA a través de Cuba y la URSS en nombre de la supuesta unidad revolucionaria antidictatorial. Mientras se encontraba en Argelia, uno de los líderes del ERP, Julio S. Santucho, hermano del fallecido líder de la organización, pidió una cita en la Embajada de la URSS, donde habló sobre la necesidad de la unidad de acción con el Partido Comunista, señalando que esta línea encuentra apoyo en las organizaciones de base de los comunistas, pero una negativa rotunda en la dirección del partido. Santucho mencionó el apoyo de Cuba al ERP, y también de parte de los partidos comunistas italiano y español, que a los ojos de los funcionarios soviéticos no fue una recomendación correcta. A pesar de todo, el ERP o Montoneros no perdieron la esperanza de influir al PCA a través de Moscú71.

Montoneros buscó el apoyo político y un reconocimiento de los países socialistas. En mayo de 1977, Firmenich apeló directamente a la URSS, Checoslovaquia y la República Democrática Alemana (RDA) pidiendo intercambio de opiniones. Él propuso viajar a estos países para reunirse con los representantes de sus PC. Este hecho preocupó a la dirección del PC argentino, el cual avisó a las embajadas pertinentes que, si este viaje se realizaba, y las autoridades argentinas se enteraban, podría causar un daño irreparable tanto a las relaciones entre los países como a la situación del PCA72. Fue una especie del veto.

El PCUS (la URSS) siguió de cerca la evolución de Montoneros, que declararon su postura marxista-leninista y su ruptura con el peronismo, teniendo sus principales contradicciones con el PC en la esfera de la táctica de resistencia al régimen militar. En 1978 la "nota analítica" al Departamento internacional del Comité Central del PCUS expuso:

Montoneros no expresan sus diferencias con el Partido Comunista de forma aguda, no niegan la posibilidad de unidad de las fuerzas de izquierda. Al mismo tiempo, cabe señalar que los comunistas argentinos, si bien critican correctamente a Montoneros por sus desviaciones nacionalistas, al mismo tiempo toman una posición excesivamente dura, sin tener en cuenta los cambios que han pasado en la organización de montoneros, el crecimiento de su prestigio internacional, en particular en Italia y España73.

La URSS entendía que, tarde o temprano, los militares cederían el poder, y no era necesario tomar posiciones demasiado categóricas contra la oposición de izquierda, que no estaba de acuerdo con el PCA. Además, la política del PCA ya no parecía impecable, como lo recordaban constantemente los exiliados latinoamericanos en Moscú.

La URSS y la dictadura argentina

El primer informe secreto de la embajada soviética sobre la situación en la Argentina después del golpe sostuvo que el poder pasó al "grupo nacionalista" (así llamados los videlistas), que no buscaban entrar en conflicto agudo con los sindicatos y los partidos políticos, mostrando moderación y contención. Al mismo tiempo, se constó que "detrás de los militares estaban los monopolios extranjeros y la oligarquía terrateniente", o sea se subrayó el carácter reaccionario del golpe74.

71 Transcripción de la conversación con Julio S. Santucho, 10 de diciembre de 1976, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 12.

72 Transcripción de la conversación con el Embajador de Checoslovaquia V. Pavlicek, 20 de mayo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 59.

73 Nota analítica, 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1349. P. 64.

74 Actividades de los sindicatos de Argentina bajo el régimen militar, 2 de junio de 1976, RGANI. F.5, l. 69, exp. 2831. P. 12.

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Un mes después del golpe, el embajador soviético fue recibido en la Cancillería argentina, donde se hicieron todas las declaraciones necesarias sobre la importancia de la colaboración entre los dos países. Los militares aseguraron el interés en la implementación de numerosos proyectos iniciados o planificados por los gobiernos anteriores. El embajador soviético insistió en la vigencia de acuerdos anteriores, así como sobre la apertura de las oficinas de representación de varias organizaciones soviéticas de comercio exterior en Buenos Aires. También se solicitó la realización de una exposición comercial e industrial de la URSS en Buenos Aires75. Todas estas declaraciones y planes debieron demostrar que los cambios políticos en Argentina no afectaron el interés y la voluntad de ampliar la cooperación económica. A posteriori, Videla recordó que la tolerancia de los militares con el PCA les proporcionaba los vínculos necesarios con la URSS, lo que resguardaba los intereses económicos del régimen, dado los problemas con el mercado europeo debido a las protestas contra las violaciones de los derechos humanos en Argentina76.

Un elemento importante de la política soviética fue la creación de ciertas imágenes en la opinión pública de la URSS con relación a los acontecimientos y procesos políticos en el exterior, que debían correlacionarse con las pautas de la propaganda y de la ideología oficial, siempre destacando como primordial la lucha revolucionaria por el socialismo. A mediados de los años 70, la propaganda soviética explotó la tesis sobre la naturaleza fascista de las dictaduras latinoamericanas como una suerte de lacayos del imperialismo, cuyo principal ejemplo fue el régimen de Pinochet en Chile. Comunistas locales, brasileños, bolivianos y uruguayos, caracterizaron a los regímenes en sus países como fascistas o militar-fascistas. Hubo un debate político en los medios académicos sobre la naturaleza de las dictaduras de derecha y el fascismo en América Latina77. En la literatura soviética el término más utilizado para las dictaduras en el Cono Sur fue "regímenes autoritarios de derecha del tipo fascista"78.

La definición del régimen como fascista no era un asunto solamente académico. Para la URSS y el MCI, en cuyo imaginario colectivo el VII Congreso de la Komintern y los discursos de Dimitrov eran una especie de la sagrada escritura, llamar fascista un régimen político requería una política antifascista de confrontación principista y frontal. Si en el caso de Chile todo fue claro y sin matices, ya que las relaciones se interrumpieron y la condena del régimen de Pinochet fue rotunda y categórica; en cambio, en Bolivia y Brasil, la política de la URSS parecía ambigua debido a la creciente cooperación económica con estos países donde los regímenes políticos fueron caracterizados por sus PCs como fascistas. Esto incluso llevó a un conflicto con los comunistas bolivianos, que siempre fueron leales a Moscú79. Ese problema no fue trivial, sobre todo por la lógica interna en la URSS. El caso argentino agregó más complejidad.

Las declaraciones de los comunistas argentinos sobre que los militares en su país ya son gente moderna y que habían dejado de ser anticomunistas, sirvieron para el ambiente interno ruso de una justificación de la política económica pragmática de colaborar con el régimen argentino, que sería impensable con el régimen de Pinochet80. La posición del PCA en relación con el régimen militar era la

75 Transcripción de la conversación con el Canciller Argentino Contraalmirante César Augusto Gussetti, 30 de abril de 1976 — RGANI. F.5, l. 69, exp. 2832. P. 40.

76Reato C. Disposición final. La confesión de Videla sobre los desaparecidos. Buenos Aires: Sudamericana, 2012. P. 116.

77 Este famoso debate fue publicado en la revista América Latina en 1975 antes del golpe de Estado en Argentina.

78 Informe del ILA AC de la URSS, 13 de junio de 1977, RGANI. F. 5. l. 73. exp. 1831. P. 73.

79 En noviembre de 1975, en La Paz se celebró clandestinamente el pleno del Comité Central del PCB, en el que se expresaron duras críticas contra la URSS y otros países socialistas por "su ayuda" al régimen de Hugo Banzer. Se dijo que la URSS "parece querer salvar al régimen de Banzer de la crisis". Los comunistas creían que Moscú debería "congelar" la cooperación con Banzer y no traicionar el internacionalismo proletario. — Transcripción de la conversación con Abelardo Villalpando en la Embajada Soviética el 20 de diciembre de 1975, RGANI. F. 5. l. 69. exp. 2833. P. 17-18.

80 Transcripción de la conversación con el historiador marxista argentino Leonardo Paso, 22 de abril de 1976, RGANI. F.5, l. 69, exp. 2832. P. 43.

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más adecuada para justificar el rápido crecimiento de la cooperación entre la URSS y Argentina. Todas las referencias a la dictadura argentina desaparecieron de la prensa soviética. En las revistas especializadas ("Revista Internacional", "América Latina") se publicaron solamente los textos de los comunistas argentinos, quienes negaban el carácter fascista de la dictadura lo que convenía al PCUS y a la Cancillería de la URSS. Este hecho fue enfatizado en su conversación con el almirante Massera por el embajador soviético: "Los organismos de información soviéticos, reflejando la actitud benevolente del pueblo soviético hacia el pueblo argentino, publican materiales sobre Argentina con la mayor cautela y delicadeza, sin tocar el prestigio de un estado amigo"81. En otras palabras, Moscú hizo la vista gorda ante el terror y la represión de la dictadura en Argentina.

En 1978, la revista soviética "América Latina" publicó un artículo de Arnedo Álvarez, basado en su discurso en Buenos Aires en agosto de 1977, expresando la ya conocida posición del PCA: multipartidaria, el gobierno de transición cívico-militar, el apoyo a Videla y la oposición a los grupos fascistas de los "pinochetistas" en el ejército. Sin embargo, en este artículo fue presentado un cuadro del terror político en el país. El artículo expuso las demandas de la liberación de los presos políticos y la búsqueda de personas desaparecidas. Arnedo Álvarez habló con entusiasmo sobre el desarrollo de la cooperación económica entre la URSS y Argentina. Al mismo tiempo, el autor rechazó rotundamente la noción del fascismo en América Latina, que usaban los partidos hermanos, chileno, uruguayo, boliviano. Arnedo Álvarez subsrayó: "No podemos estar de acuerdo con quienes creen que el avance de la reacción y el fascismo, inspirados por los monopolios internacionales, es la característica principal que caracteriza a la América Latina de nuestros días". Y más: "Nuestro deber es intensificar la lucha por la victoria sobre el fascismo y la reacción, que abrirá el camino a la regeneración democrática"82.

El PCA siempre ha sido un gran entusiasta del desarrollo de las relaciones económicas entre Argentina y la URSS, y otros países socialistas83. Una presencia económica considerable de la URSS en la vida del país otorgó al PCA una influencia adicional e incluso proporcionó cierta garantía contra la represión de la dictadura. Sus líderes reconocieron en la embajada de la URSS que los militares entienden que "Argentina mantiene relaciones comerciales importantes con los países del mundo socialista y, por lo tanto, ilegalizar el Partido Comunista sería un peligro para estas relaciones y contribuiría al aislamiento de Argentina en el ámbito internacional"84. Para la URSS, a pesar de todo el pragmatismo de la política económica, la posición del PC local no fue indiferente. Los comunistas a menudo se convirtieron en intermediarios comerciales, "solucionando problemas" en el complejo sistema burocrático de la URSS. Y esto se suma a la existencia de empresas de "amigos", que ayudaron financieramente al partido con sus ganancias de la cooperación con la URSS85.

Un fuerte aumento en el comercio entre Argentina y la URSS ocurrió después de 1979, cuando los Estados Unidos anunciaron un boicot a la URSS por la intervención militar en Afganistán, y Argentina se negó a unirse al embargo, y el comercio con la URSS alcanzó niveles récord. En esos años, a la URSS correspondió alrededor del 42% de todas las exportaciones argentinas, incluyendo el 80% de

81 Información de fecha 27 de marzo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 46.

82 Арнедо Альварес Х. Аргентина и современный мир, Латинская Америка. №1. 1978. С. 25. [Arnedo Alvarez J. Argentina i sovremennyi mir, Latinskaya Amerika. No1. 1978. p. 25.]

83Transcripción de una conversación con Rubén Iscaro, miembro del Comité Ejecutivo del Comité Central de la PCA, 20 de enero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 8.

84Transcripción de una conversación con miembros de la dirección de la Federación de Juventudes Comunistas de Argentina, 9 de diciembre de 1976, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 6.

85Un ejemplo conocido por la experiencia personal del autor del artículo, una organización "amistosa" en el campo de la cultura fue la empresa DAEFA, que era un monopolio de hecho de la oficina de representación de los artistas soviéticos en Argentina, que recibía contratos del Goskonzert, Goszirk (empresas soviéticas de los artistas) a precios especiales. El jefe de la empresa David Zwilich pasaba parte de las ganancias al Partido Comunista a través de Héctor Agosti, lo cual no fue gran secreto.

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los granos86. Mientras tanto, sin pretender ir a un conflicto serio con los Estados Unidos, el régimen argentino se unió al boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú, lo que fue simbólico.

Las relaciones soviético-argentinas no estuvieron exentas de conflictos. En septiembre de 1977, en el Atlántico Sur, el ejército argentino arrestó a varios barcos pesqueros soviéticos y búlgaros presuntamente ubicados en la zona de 200 millas de la zona económica Argentina. La embajada soviética, a través de los comunistas, sondeó el estado de ánimo de los militares sobre este incidente87. La reacción de las autoridades soviéticas fue moderada, ya que no intervino la cancillería, sino que la solución del conflicto fue derivada al Ministerio de Pesca de la URSS, que afirmó que el incidente podría haberse evitado si la parte argentina hubiera mostrado decencia y tacto88.

En realidad, no había ninguna simpatía política, ni siquiera unas relaciones neutrales entre los regímenes de la URSS (y por lo tanto sus "agentes" locales, el PC) y de Argentina. Las autoridades militares impidieron la distribución e incluso prohibieron algunas publicaciones soviéticas, inclusive la literatura no-política, las películas, las representaciones de grupos de arte, la revista de la agencia Novedades (Novosti). Como señalaron los funcionarios de la embajada soviética, después de un período de moderación y silencio, en 1977 el número de publicaciones antisoviéticas aumentó considerablemente89. En la URSS, la situación era más complicada. Las autoridades no quisieron crear una cierta disonancia entre la propaganda, la información y la verdadera política de cooperación económica con la dictadura reaccionaria, por lo tanto, a diferencia de las campañas de solidaridad con el pueblo chileno que desenmascaran los crímenes del régimen de Pinochet, el aparato propagandístico y de medios soviéticos guardó silencio sobre la dictadura argentina. Sobre la situación argentina se publicaban textos en un tono muy moderado en las revistas especializadas, no masivas, por autores académicos o por propios líderes comunistas argentinos. Por ejemplo, un artículo de S.A. Kazakov en la revista "América Latina" en 1977, describió en detalle la situación en las fuerzas armadas y la lucha interna después del golpe, pero sin mencionar la posición del Partido Comunista limitándose a frases generales sobre las dificultades económicas y la lucha de los trabajadores90.

En la historiografía, existe una convicción de que la peculiaridad de la posición del PCA en relación con la dictadura se explica por el interés de la URSS en las relaciones económicas con Argentina y la creciente cooperación entre los dos países. Según Natalia Casola, el hecho de mantener relaciones diplomáticas y económicas con la URSS sirvió de prueba para el PCA de que en Argentina no había un régimen fascista91. Y viceversa, para la URSS, el hecho de que los comunistas no considerara n fascista al régimen era una excelente justificación de su política económica exterior. El mismo hecho de mantener, e inclusive mejorar las relaciones con la URSS, fue para el PCA una señal que el PCUS no comparte la idea de considerar el régimen como fascista, ya que fue una ruptura en el patrón de las modales de la Guerra Fría, cuando un golpe reaccionario de derecha siempre llevaba una ruptura de relaciones con la URSS92.

86Яковлева Н.М., Яковлев П.П. Россия — Аргентина: история и современность. М.: ИЛА РАН, 2017. С. 23. [Yakovleva N.M., Yakovlev P.P. Rusia - Argentina: historia y modernidad. M.: ILA RAN, 2017. Р. 23.]

87 Transcripción de la conversación con Rodolfo Ghioldi, miembro del Comité Ejecutivo del CC del PCA, 9 de octubre de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 87.

88 Латинская Америка. №1. 1978. С. 19. [América Latina. No1. 1978. p. 19].

89 Sobre algunas tendencias de propaganda anticomunista y antisoviética en Argentina, 24 de enero de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1832. P. 7-11.

90Казаков С.А. Вооруженные силы и политическая власть в Аргентине, Латинская Америка, №1, 1977, С. 59-76. [Kazakov S.A. Fuerzas Armadas y Poder Político en Argentina, América Latina, N° 1, 1977, P. 59-76.]

91 Casola N. El PC argentino y la dictadura militar. Militancia, estrategia política y represión estatal. Buenos Aires: Imago Mundi, 2015. P. 53.

92 Scocco M. El Partido Comunista argentino y sus organizaciones de masas en relación con el movimiento de derechos humanos, ARCHIVOS de historia del movimiento obrero y la izquierda, No. 15. 2019. P. 105.

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La URSS se convirtió en un actor clave no solo en la vida económica de Argentina durante la dictadura, sino también en el principal defensor del régimen militar argentino frente a los organismos internacionales por las acusaciones de violaciones a los derechos humanos. Hablando en la embajada soviética en 1977, Arnedo Álvarez simplemente comparó las actividades internacionales de la defensa de los derechos humanos apoyadas por el gobierno de James Carter dirigidas contra la URSS y Argentina, calificándolas de engañosas e hipócritas, como una interferencia imperialista en los asuntos internos. El líder comunista argentino mencionó el discurso de Leonid Brezhnev en el XVI Congreso de los sindicatos soviéticos, que acusó a Estados Unidos por utilizar el tema de los derechos humanos para interferir en los asuntos internos de otros países93. En una reunión del embajador soviético con el almirante Massera, ambos se solidarizaron condenando la campaña de Estados Unidos a favor de los derechos humanos tanto en la URSS como en Argentina94.

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Casola argumenta que, por un lado, el PCA se basó en las relaciones con la URSS para presionar a los militares protegiendo a sus miembros de la represión, y por el otro, que los militares utilizaron las declaraciones públicas de los comunistas en apoyo al régimen para su defensa frente a la opinión pública mundial y frente a las acusaciones de violaciones de los derechos humanos95. Esta opinión está plenamente respaldada por los documentos soviéticos.

Los derechos humanos fue el tema más difícil para la política exterior de la URSS y para la línea internacional del PCUS. Dada la línea bastante consistente del PCUS en relación con los regímenes chileno o paraguayo, la única salvación para la política soviética y su imagen internacional fue la posición del Partido Comunista Argentino, que asumió la carga de apoyar a la dictadura y negarse a condenarla no solo dentro del movimiento comunista, sino también en la arena internacional. Sin embargo, incluso dentro de la URSS, donde fue posible establecer la agenda necesaria, el PCUS prefirió una posición de silencio o dejar hablar a los comunistas argentinos, subrayando el respeto a los partidos nacionales en su postura política.

Conclusiones

Al principio, los observadores y diplomáticos soviéticos evaluaron inequívocamente al régimen militar como un gobierno reaccionario al servicio de los monopolios extranjeros y de la oligarquía terrateniente, y lo más importante, como un enemigo de la clase obrera. En el caso del régimen militar argentino, hubo una situación única de interés mutuo e interdependencia de las posiciones de los comunistas locales, la política exterior soviética y la dictadura militar. La posición del PCA no fue accidental, sino que fue el resultado no solo de la conveniencia política a los ojos de la burocracia del partido, sino también de la estrategia reformista arraigada en las prácticas del partido en décadas anteriores. La posición del PCA fue un producto de largos años de la burocratización y del mimetismo reformista, más claramente delineados ya en los 60 en su doble postura hacia la Revolución Cubana y nueva izquierda surgida en Argentina. Estos fenómenos fueron acompañados por semejantes procesos en la URSS, y específicamente en la política internacional del PCUS. Una lealtad al PCUS por parte de la dirección del PCA no fue solo un producto histórico y simbólico importante sino se apoyó en la coincidencia de los motivos políticos y doctrinarios del reformismo soviético en decadencia preocupado en mantener la unidad del MCI frente a las amenazas del eurocomunismo, del maoísmo y otros desvíos ideológicos según la doctrina del PCUS.

En la política exterior soviética siempre coexistían dos motivos interrelacionados: el interés nacional y los objetivos revolucionarios internacionales, visto el primero también a través de la perspectiva mundial socialista, autoidentificándose como "gran patria socialista mundial". Esto

93 Información, 25 de marzo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1833. P. 24.

94 Información de fecha 27 de marzo de 1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1834. P. 47.

95 Casola N. El PC argentino y la dictadura militar. P. 54.

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invariablemente llevaba la política exterior de la URSS a serias contradicciones cuando los principios del interés nacional y del apoyo al socialismo y progresismo internacional se enfrentaban con una realidad complicada, con los regímenes políticamente aliados a la URSS pero contrarrevolucionarios o anticomunistas, como fue el caso de Egipto de Nasser, el régimen Iraquí, o cuando los intereses intrínsecamente económicos de la URSS dictados por la necesidad de importaciones de los cereales ataron Moscú a sus relaciones con la Argentina haciendo vista gorda al régimen represivo anturevolucionario.

Los intereses políticos específicos de la URSS encontraron el apoyo de los comunistas argentinos, que a su vez confiaban en el capital simbólico de las relaciones con el país soviético como una especie de garantía de sus intereses, entendidos como de una corporación de la burocracia de las estructuras partidarias. El apoyo mutuo y el interés político común de los partidos comunistas de la URSS y argentino condicionó su solidaridad y acción conjunta en el área internacional, en el rechazo de la crítica de la violación de los derechos humanos, en la condena de la "ultraizquierda", personificada en el movimiento de Montoneros. Esta conducta común y del apoyo mutuo fue relevante no solamente en la política internacional, sino también dentro del MCI, resistiendo las críticas de otros partidos comunistas, como cubano, uruguayo, italiano etc, y de los movimientos revolucionarios del continente, aguantando el deterioro del prestigio de la URSS en este campo.

Aunque parece que el PCA desempeñó un rol secundario en la alianza con el PCUS, cumpliendo su deber de lealtad a la "gran patria socialista", en realidad fue un pragmatismo que unió ambas partes con sus objetivos específicos. Los soviéticos apoyando el PCA nunca descartaron otras variantes del posible acontecer político en la Argentina, manteniendo contactos ultra reservados con así llamados "ultraizquierdistas" y respetando la línea cubana en asuntos internos argentinos en apoyo a Montoneros. Mientras la política exterior soviética fue muy flexible y racional, las actitudes más dogmáticas y burocráticas de la dirección del PCA llevaron el partido al crisis interna y externa como en los años de la dictadura como después de la vuelta de democracia.

Referencias

Archivos consultados:

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Sobre algunas tendencias de propaganda anticomunista y antisoviética en Argentina, 24 de enero de

1977, RGANI. F.5, l. 73, exp. 1832.

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Transcripción de la conversación con Abelardo Villalpando en la Embajada Soviética el 20 de

diciembre de 1975, RGANI. F. 5. l. 69. exp. 2833.

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Transcripción de la conversación con el Secretario General del PC Jerónimo Arnedo Álvarez, 29 de marzo de 1978, RGANI. F.5, l. 75, exp. 1351.

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