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EL PARTIDO COMUNISTA ARGENTINO Y LA GUERRA DE LOS SEIS DíAS Текст научной статьи по специальности «Политологические науки»

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PARTIDO COMUNISTA ARGENTINO / MEDIO ORIENTE / GUERRA / ESTADO DE ISRAEL / NACIONALISMO / ANTIIMPERIALISMO

Аннотация научной статьи по политологическим наукам, автор научной работы — Saborido Mercedes

En el trabajo se propone revisar la visión del Partido Comunista Argentino, (manifestada tanto en los órganos de prensa partidarios, como las opiniones de los dirigentes especializados) acerca de la llamada guerra de los Seis Días. En particular, se preocupa en destacar el discurso utilizado por el comunismo argentino a la hora de legitimar y avalar la causa árabe y su visión con respecto al Estado de Israel.

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Текст научной работы на тему «EL PARTIDO COMUNISTA ARGENTINO Y LA GUERRA DE LOS SEIS DíAS»

*

El Partido Comunista Argentino y la guerra de los Seis Días The Communist Party of Argentina and the six days war

Mercedes Saborido**

Resumen

En el trabajo se propone revisar la visión del Partido Comunista Argentino, (manifestada tanto en los órganos de prensa partidarios, como las opiniones de los dirigentes especializados) acerca de la llamada guerra de los Seis Días. En particular, se preocupa en destacar el discurso utilizado por el comunismo argentino a la hora de legitimar y avalar la causa árabe y su visión con respecto al Estado de Israel.

Palabras clave: Partido Comunista Argentino - Medio Oriente-guerra - Estado de Israel- nacionalismo- antiimperialismo.

Abstract

The present work proposes a revision of the Argentine communist party (express both in the press organs and specialist leaders' opinions), about the Six Days war. In particular, is concerned to highlight the discourse used by the Argentine Communism when legitimize and support the Arabian cause and its view regarding state of Israel.

Key words: Argentine Communist Party - Middle East- war- state of Israel- nationalism, anti-imperialism

Copia preliminar fue presentada en el 54 International Congress of Americanist 2012 Argentina, Doctora en Historia Contemporánea, Investigadora y Profesora en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). [email protected]

Introducción

La guerra de los Seis Días tuvo un fuerte impacto a nivel internacional debido a varios factores: el primero de ellos, fue que la intervención directa de la Unión Soviética, e indirecta de los Estados Unidos generó siempre una posibilidad de escalada atómica. Por otra parte, los asuntos de Medio Oriente de alguna forma tuvieron implicancias en el mundo occidental, fundamentalmente por la importancia del petróleo. Asimismo, la clara alineación de Israel con los Estados Unidos, y de Egipto y Siria con la Unión Soviética no dejó lugar a confusiones. Y eso quedó evidenciado en la ruptura de las relaciones diplomáticas entre la URSS e Israel, la segunda vez desde la creación del Estado sionista. Por último, el avance vertiginoso de las tropas israelíes sobre territorio egipcio puso de manifiesto la superioridad de las Fuerzas Armadas israelíes sobre el resto de la región.

El objetivo de esta ponencia es analizar la posición del Partido Comunista Argentino (PCA) con respecto a la guerra de los Seis Días. Asimismo, se preocupa en destacar el discurso utilizado por el comunismo argentino para el caso concreto de la llamada guerra de los Seis Días, un conflicto lejano geográficamente pero con una resonancia a nivel nacional e internacional. El tema es pertinente si consideramos la significación que tiene la comunidad judía en la Argentina, tanto a nivel cuantitativo -la más importante en América Latina1-, como también a nivel cualitativo- se ha destacado en muchos ámbitos, fundamentalmente en el intelectual-; y además la influencia que ha tenido y tiene el discurso de izquierda en ciertos sectores de elite y del movimiento obrero, aunque su influencia haya sido mayor durante el período anterior al peronismo (Camarero: 297). Si bien el peso político del PCA a nivel de movilización de masas y capacidad de negociación y presión respecto de otros sectores políticos y sociales era prácticamente nulo, tuvo una fuerte presencia en los debates de la izquierda y fue tanto un espacio de concentración intelectual como un modelo negativo para las izquierdas no comunistas. Como explica Bulacio, el PCA fue, hasta los años de la década de 1960, "la principal fuerza marxista de la Argentina, tanto por la extensión de su estructura organizativa, como por sus lazos con el llamado 'socialismo real' y debido a su política editorial vastísima que se expreso en sus periódicos, revistas, libros y folletos" (Bulacio:53). Eso hizo del PCA un punto de referencia ineludible dentro del ámbito intelectual-político. En este sentido, los avatares políticos del PCA fueron un centro de atención y discusión para el pensamiento y la militancia de izquierda en el momento.

Se sostiene la hipótesis de que el PCA, firme en su alineamiento con la URSS, apoyó la causa árabe en contra de la visión sionista. Si bien en el origen del conflicto en Medio Oriente (1948), se ha podido comprobar que el comunismo local decidió enarbolar la bandera de la independencia contra el imperialismo británico, y por lo tanto, consideró

1 Los censos sobre la religión datan de 1960 ya que después de entonces, no se preguntó más sobre religión. Los judíos eran el 1.54 por ciento de la población, un total de 200.000 habitantes. Ese porcentaje deja a la Argentina en el primer país con mayor porcentaje de población judía de Latinoamérica y el tercero en toda América, por detrás de Estados Unidos y Canadá. Para este tema: (AA.VV); (Devoto) (Klich) (Lewin)

justa la causa sionista, conforme fueron desarrollándose los acontecimientos, y la URSS fue distanciándose de la defensa de los derechos judíos en la zona, el PCA realizó el mismo viraje, identificándose ya a partir de mediados de la década de 1950 con la causa árabe.

El comunismo judío

El PCA, con excepción del anarquismo, fue el único de los partidos de izquierda que contó con Secciones Idiomáticas, cuyo objeto era la captación de obreros inmigrantes, dentro de las cuales se encontraba la Sección Idiomática yiddish. Como explica Bilsky:

La actividad comunista en el medio judío partió del reconocimiento de las particularidades étnicas del trabajador judío, pero, a diferencia del Bund, le negó todo carácter 'nacional' y criticó acerbamente al sionismo, incluso en su versión poalei sionista2 de izquierda (Bilsky: 61).

Como las otras Secciones Idiomáticas, la Sección Judía promovió actividades barriales y culturales. Se colocó en segundo lugar de importancia detrás de la numerosa Sección Italiana, con una representación del 14 por ciento sobre el total de los integrantes del Partido Comunista. (Bacci: 161)

Desde su origen hasta mediados de la década de 1930, el comunismo judío fue, como explica Svarch, clasista e internacionalista (Svarch: 9). Esta postura los enfrentó directamente con la vertiente socialista sionista de la comunidad judía, que presentaba la identidad judía como factor aglutinante del conjunto de la sociedad, a la inversa de los comunistas, que primaban la cuestión clasista e internacional. Mientras que los comunistas sostenían como objetivo ultimo la revolución socialista, para los sionistas era la creación del Estado de Israel.

Tanto el sionismo y el comunismo apoyaron con entusiasmo la creación del Estado de Israel: en el caso de los segundos, el apoyo de la Unión Soviética y el bloque oriental a la partición de Palestina y la creación de esta organización política sirvieron de basamento para el fervoroso apoyo al nuevo Estado. Así fue que interpretaron a Israel como un país que abrazaba el espíritu democrático, que luchaba contra el imperialismo y que impulsaba la lucha por la justicia social no solo en su territorio sino en el resto de los países donde vivían judíos, fundamentalmente en Europa Oriental (Dagan: 20-21). Pero a pesar de toda la singularidad que concedieron los comunistas judíos al Estado de Israel, lo pensaban como una comunidad más, igual a otras similares repartidas por el mundo. La diferencia

2 Movimiento sionista socialista originando en los círculos de trabajadores rusos a fines del siglo XIX, que dio origen a los partidos Israelíes Mapam, Mapai, y actualmente a Meretz y el Partido Laborista Israelí.

clara entre una comunidad y otra estaba dada por el status político. De acuerdo con ese concepto, su status no confería al Estado de Israel ninguna ventaja sobre el resto del pueblo judío (Svarch: 9). El enfrentamiento entre sionistas y progresistas en relación con el Estado de Israel se produjo como consecuencia de los virajes de la política de la URSS en la zona.

Dentro de la comunidad judía, la década de 1950 estuvo caracterizada por el fuerte debate "en torno a la identidad judía en Diáspora y a una representación apropiada de la misma" (Bacci: 159). En el caso del autodenominado progresismo, nucleado en su mayoría en el ICUF (Idisher Cultur Farband, Federación Cultural Judía), su política identitaria se centró en torno a dos aspectos: la cuestión idiomática y la cuestión nacional. Como explica Bacci, en lo referente al idioma, ellos privilegiaron el yiddish en contraposición al hebreo, que era el idioma que por ese entonces el Estado de Israel y con él el sionismo, intentaban instaurar como lengua originaria. En relación a la cuestión nacional, el progresismo consideró importante la nacionalización de los judíos con la condición de proletarizar a los cuadros políticos (Svarch: 9). Pero la construcción de esa identidad trajo muchos inconvenientes a los judíos progresistas argentinos, que tuvieron que sortear problemas tales como compatibilizar el ser judío y comunista en una Argentina de carácter democrático.

Las instituciones nucleadas dentro del ICUF habían sido muy importantes para la militancia judía comunista, fundamentalmente en aquellos períodos de persecución que sufrió el partido, ya que estas instituciones periféricas sirvieron como canales políticos. Hasta 1952 contó con un importante prestigio y protagonismo dentro de la comunidad judía. La defensa a ultranza por parte del progresismo argentino de la política soviética, trajo como consecuencia que en 1953 el ICUF fuera expulsado de las instituciones centrales de la comunidad, debido a una serie de juicios antisemitas ocurridos dentro de la esfera de influencia soviética que culminó con el llamado "affaire de los doctores del Kremlin". No obstante, se mantuvo firme en su defensa del comunismo, circunstancia que

3 En diciembre de 1952 se reportó en Kiev el primero de una serie de juicios por "crímenes económicos": dos de los tres hombres acusados eran judíos. Pero el shock más severo tuvo lugar en enero de 1953 en Moscú en el conocido como "complot de los doctores del Kremlin". Esa fue una increíble historia acerca de un grupo de físicos, la mayoría de ellos judíos, que en otras épocas habían sido funcionales a Stalin, complotados para terminar con la vida de sus enemigos en la década de 1930 de una manera "médica". Pero en los últimos años del líder comunista, la desconfianza y los rumores de potenciales atentados contra su persona lo tornaron una persona muy desconfiada. Ese grupo de médicos quedó involucrado un supuesto intento de conspiración contra el líder máximo y fueron condenados a muerte.3Frente a las acusaciones de antisemitismo formuladas por distintos actores mundiales, el gobierno de Checoslovaquia publicó una nota el 5 de febrero de 1953 haciendo referencia a que la "arrogancia de los agentes sionistas israelíes en su territorio3, constituía un instrumento de la política de agresiva del imperialismo americano. Al día siguiente, el Ministro de relaciones exteriores de Israel en Praga, Arieh Leon Kubowi fue declarada persona no grata generando un efecto contagioso en el estado polaco. En relación directa con estos episodios, el 9 de febrero explotó una pequeña bomba en la embajada soviética en Tel Aviv ocasionando daños al edificio y tres empleados heridos. Si bien el presidente de Israel y el Knesset condenaron el incidente y el ministro de Israel en Moscú intentó reunirse con el ministro de relaciones exteriores asociado Bazarov; todos los esfuerzos fueron vanos. Tres días más tarde, el ministro israelí recibió una nota, en la cual se informaba que a la vista de que no se cumplían las mínimas condiciones necesarias para el

lo marginó en cierto sentido de la comunidad, desafiando su capacidad de supervivencia. Ejemplo de esa defensa fue, en el ámbito intelectual, el libro de Rubén Sinay titulado La invención del antisemitismo soviético4, editado años después, en el que defendía a la Unión Soviética de las acusaciones de aplicar políticas antisemitas.

Pero si bien el complot generó un distanciamiento de trascendencia (fueron unos meses de ruptura de relaciones diplomáticas) entre el Estado judío y el soviético, eso no significó en la práctica un viraje por parte de los últimos en relación con los regímenes árabes a los que seguía definiendo como "reaccionarios y feudales". El acercamiento entre ambas comunidades se dio recién a partir de 1955, cuando los soviéticos comenzaron a venderles armas vía Checoslovaquia.

Durante los años posteriores al affaire, el progresismo intentó crear un nuevo "ser judío" en el que se buscaba compatibilizar la militancia comunista y el hecho de ser judío. Discutió en el ámbito de la prensa incontables veces con el sionismo, que a partir de estos acontecimientos se transformó en el enemigo principal. Así, esos dos movimientos de izquierda judía lucharon por el liderazgo dentro del ámbito comunitario.

Ambas agrupaciones sostuvieron durante este período posturas diametralmente opuestas en relación tanto con el affaire anteriormente nombrado, como ante el conflicto de Suez. El enfrentamiento se debió a la clara alineación política de las dos: mientras que el sionismo respondió incondicionalmente a la política emanada del Estado de Israel, el comunismo llamado "progresismo" actuó de manera similar frente a las consignas "bajadas" por el Estado soviético.

El sionismo, que desde hacía años venía luchando por conseguir la hegemonía en la dirección de la comunidad judía organizada y sus instituciones, logró imponerse en la Argentina en 1956, cuando la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), obtuvo el permiso por parte de Israel de modificar su organización interna asemejándola al modelo israelí. Ese fue el golpe de gracia para el progresismo judío, que a partir de ese momento vio relegada su influencia a pequeños nichos de poder (Rein:191-192).

El PCA y la guerra

El PCA, surgido del ala del Partido Socialista en 1918, se encontró desde su origen fuertemente condicionado por el régimen soviético5. Si bien nunca logró consolidarse como un partido de masas -y menos aun con el surgimiento del peronismo- logró sobrevivir a lo largo de la historia jugando un papel de cierta trascendencia en algunos

desarrollo de la misión diplomática en Israel, el gobierno soviético decidía romper relaciones con el Estado de Israel .(Mastny: 154)

4 Si bien en ese libro no trata el tema de los "doctores del Kremlin", discute con el Dr Bleger,-intelectual de la comunidad judía local- y con todos los detractores de la URSS.

5 En 1919 se creó en Moscú la Tercera Internacional destinada a coordinar las estrategias y el accionar de los partidos comunistas nacionales que se iban conformando. Sobre este tema HAYEK, Milos: Historia de la Tercera Internacional, Editorial Crítica, Barcelona, 1984.

episodios de la historia local. Al igual que la mayoría de sus colegas latinoamericanos, se suele argüir que los comunistas argentinos respondieron de forma lineal a las directrices emanadas desde el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en Moscú. De allí que con frecuencia se encontró frente a contradicciones surgidas de la inadecuación entre las directivas soviéticas y la situación política local.

En 1948 el PCA apoyo sin ambages la creación del Estado de Israel en consonancia con la actitud planteada por parte de la URSS en la zona. La causa sionista fue percibida como una causa justa, y fue defendida con entusiasmo por parte del comunismo local frente a las fuerzas imperialistas de Gran Bretaña. A partir de 1953, y debido a los juicios antisemitas mencionados en párrafos anteriores, la URSS e Israel, rompen relaciones diplomáticas. Fue a partir de allí que el comunismo soviético, y por lo tanto, el argentino, se distanciaron de la defensa de los derechos judíos en la zona. Al analizar los sucesos de 1956 se pudo percibir un sensible cambio de visión e incluso en algunos momentos, cierto discurso incriminatorio. Pero fue durante la llamada "guerra de los Seis Días", la tercera contienda árabe-israelí, cuando el discurso comunista se presentó manifiestamente acusador. Eso se debió a la estrategia desplegada por Israel en el conflicto de anexionar territorios egipcios y sirios así como también de incorporar dentro de su propio Estado a la histórica ciudad de Jerusalén, hecho que fue percibido por este sector de izquierda como un acto claro de imperialismo. A diferencia de la contienda de 1956, donde si bien Israel fue culpabilizado y criticado virulentamente por el comunismo argentino fue concebido como un estado más dentro de la coalición de países agresores, en este conflicto Israel deja de lado su posición secundaria para pasar a ser una potencia de primer orden. En las acusaciones de los párrafos siguientes no hay medias tintas; el comunismo argentino es implacable en su juicio sobre Israel.

El apoyo generalizado de la opinión pública mundial progresista a la causa árabe fue evidente durante el desarrollo de la contienda. La guerra de los Seis Días ha quedado en el imaginario colectivo como la primera guerra injusta protagonizada por Israel, donde ese país pasó de ser víctima a victimario.

Los culpables de los acontecimientos bélicos para los comunistas habían sido los dirigentes israelíes que en esa época estaban alienados claramente a los ideales ultranacionalistas, proimperialistas de derecha:

Estas políticas de los dirigentes sionistas de derecha, además de ser una provocación para los pueblos que luchan por su liberación nacional y social, contraria los mejores intereses y anhelos del propio pueblo israelí, que no solamente sufre la explotación interna sino que es víctima también de la política exterior agresiva de los imperialistas y belicistas, que lo conducen a periódicas guerras con los pueblos árabes. 6

6 Nuestra Palabra (Junio 13 de 1967): central del Partido Comunista".

"¿Qué hay detrás del conflicto árabe- israelí? Declaración del Comité

En la declaración del Comité Central del PCA, el partido "llama a la clase obrera y al pueblo argentino, a las fuerzas patrióticas y antiimperialistas a denunciar y repudiar la indigna y criminal agresión imperialista contra los pueblos árabes perpetrada por los buenos oficios del gobierno sionista de derecha de Israel"7. Dentro de los reclamos que hicieron, los más destacables fueron: solidaridad, respetar el principio de autodeterminación de los pueblos y corte de suministros al enemigo.8 Asimismo, lo que llama la atención es el reclamo de que "ni un solo argentino debe enrolarse en las filas del agresor"9. Es evidente que ese llamamiento se vincula con la con la discusión constante entre el progresismo y el sionismo.10

Este último, representado en el periódico Nueva Sión, en los preludios de la

contienda lanzó una campaña propagandística llamando "a la solidaridad judía, por la

integridad del hogar nacional, Israel: Tierra de paz y progreso"11. Sostenía que la guerra

no era una guerra más, sino que era una cuestión de supervivencia misma del Estado de

Israel: "Israel se transformó así, en otro estado sobre el que pende la amenaza de la

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destrucción y aniquilación total.

El comunismo repudió con fuerza la utilización del nacionalismo exacerbado por parte de la dirigencia israelí que, intentando exaltar los valores de su colectividad, provocaban sentimientos irracionales y adoctrinaban a la población para una guerra injusta cuyos únicos beneficiados eran los empresarios petroleros:

Los dirigentes de la oligarquía sionista de derecha utilizan los sentimientos del pueblo judío en cuanto al propio Estado para estimular presiones chovinistas; en caso, el nacionalismo burgués se presenta bajo la forma de instrumento del imperialismo y, principalmente, de los monopolios petroleros13.

Ante esas acusaciones el sionismo argentino, respondió de forma implacable, cuestionando su desarraigo y su poca capacidad de análisis de los hechos:

7 Ibidem

8 Ibidem

9 Ibidem

10 En ocasión de la contienda, la revista Nueva Sion de tres ediciones se ocupó prácticamente en su totalidad del problema de la guerra. En las mismas encontramos artículos varios, todos ellos de alguna manera respondiendo a las acusaciones del comunismo judío. Artículos como "a propósito del ICUF" están destinados a desestimar con ejemplos las afirmaciones radicales del progresismo. En la revista del 28 de julio de 1967, el sionismo lanzó un "especial" llamado "La URSS ante Israel" en el que narró de forma detallada, como la URSS apoyó la creación del Estado de Israel". La manera en la cual se presenta el articulo está pensando sin lugar a dudas para mostrar (o intentar mostrar) la incoherencia de la URSS y su política en Medio Oriente.

11 Nueva Sion: (27mayo de 1967)

12 Nueva Sion (27 de mayo): "Por la integridad y soberanía de Israel".

13 Nuestra Palabra (13 de junio de 1967): "Cosas y aspectos del conflicto".

Las voces de la izquierda cosmopolita y desarraigada de su propio pueblo nos dicen: son ustedes nacionalistas, están contagiados de un clima chauvinista. Para ustedes el centro del mundo es lo judío y no ven el trasfondo histórico y social de la lucha mundial entre el progreso y la reacción14.

El comunismo argentino repudió el accionar de parte de la comunidad judía local que, destacando los valores antisoviéticos del gobierno de la "Revolución Argentina"15, ponderó su accionar. Para el PCA era una reacción perfectamente explicable si se consideraba, primero la escasa independencia de la comunidad judía local, y segundo, las relaciones que mantenía Tel Aviv con nazis de la talla de Kiesinger16:

Pero la oligarquía sionista ha tenido la posibilidad de una demostración antisoviética, realizada en medio de gritos: "VIVA EL GOBIERNO ARGENTINO", es decir viva la dictadura militar fascista. En esto, la oligarquía sionista derechista de Buenos Aires es fiel a las normas de sus mayores en Tel Aviv, los cuales están a partir un confite con el nazi Kiesinger y negocian con los nazis Strauss y Globke17. No es por nada que Ben Gurión se traslado a Bonn para el ultimo adiós a Adenauer.18

En relación con la anexión unilateral de Jerusalén por parte de Israel, con un titulo provocador: "Jerusalén anexada. ¿Cómo en los tiempos de Hitler?"19, el comunismo sostuvo lo siguiente:

La actitud israelí de anexar unilateralmente y contra toda la opinión internacional la parte jordana de Jerusalén y los alrededores, ha terminado de pintar de cuerpo entero los objetivos reales de la "Blitzrieg" dayanista. Bastaron tres leyes "expeditivamente" aprobadas por el Knesset para

14 Nueva Sion (30 de junio de 1967): "A propósito del ICUF".

15 Revolución Argentina fue el nombre con el que se autodenominó la dictadura militar liderada por el General Juan Carlos Onganía que tomó el poder el 28 de junio de 1966 y se mantuvo hasta el 25d e mayo de 1973, aunque Onganía fue sucedido primero por el general Roberto Marcelo Levingston y luego por Alejandro Agustín Lanusse.

16Kurt Georg Kiesinger: político conservador alemán y por ese entonces canciller de la Republica Federal de Alemania. Había sido afiliado del partido nazi durante la era Hitler.

17 Hans Josef Maria Globke: jurista nazi que formuló, entre otros asuntos, la ley de emergencia que le dio a Hitler poderes dictatoriales y que luego del a Segunda Guerra Mundial, fue asesor en materia de seguridad interna durante la administración Adenauer.

18 Nuestra Palabra (13 de junio de 1963): "Cosas y aspectos del conflicto"

19 Nuestra palabra (4 de julio de 1967): "Jerusalén anexada. ¿Cómo en los tiempos de Hitler? ".

convertir en tiras el papel de status internacional de esa ciudad creado y garantizado por la ONU, y reiterado en los pronunciamientos de la inmensa mayoría de los representantes de los distintos países que intervienen actualmente en el debate de la Asamblea General sobre el Cercano Oriente. 20

El reclamo judío de la importancia de la ciudad de Jerusalén para la comunidad fue una de las banderas enarboladas por el Estado de Israel, que la utilizó para criticar la postura soviética ante los acontecimientos en Medio Oriente:

En esta esencia agresiva y provocadora de la política israelí "desde posiciones de fuerza" la que no puede parapetarse en declamaciones sobre la "espiritualidad" del judaísmo como la que aparece insertada entre exabruptos antisoviéticos de la peor especie en la solicitada dada a conocer recientemente por la DAIA conjuntamente con la Federación de Comunidades Israelitas de la Argentina y la Organización Sionista Argentina. Culpa de que la URSS ayuda a los países árabes contra la joven democracia judía. Falsedad de cabo a rabo. La URSS envía, y no lo oculta, armas y todo tipo de ayuda a los pueblos árabes que luchan por la liberación nacional y por el progreso social21.

La causa de la guerra de los Seis Días -y la posibilidad de una guerra de carácter atómica- fue para el comunismo el despliegue de los intereses del imperialismo, el cual estaba encarnado por Inglaterra, Estados Unidos e Israel:

El imperialismo yanqui e inglés, con la complicidad del gobierno sionista de derecha de Israel, ha preparado una nueva agresión a Egipto, Siria, y demás pueblos árabes sin tener en cuenta que esta guerra de agresión puede extenderse y llegar a los horrores de una guerra nuclear. 22

Según el comunismo, "la declaración del gobierno norteamericano acerca de su

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neutralidad es una farsa" , porque en la práctica Estados Unidos secundaba los intereses de Israel en la zona. La estrategia norteamericana en Medio Oriente consistía en generar un foco de conflicto para distraer la atención pública mundial de lo que estaba ocurriendo en Vietnam:

20 Ibidem

21 Ibidem

22 Nuestra Palabra (13 de junio de 1967): "¿Qué hay detrás del conflicto árabe- israelí? Declaración del Comité central del Partido Comunista"

23 Nuestra Palabra (13 de junio de 1967): "Cosas y aspectos del conflicto"

Al encender las llamas de la guerra destructora en el Medio Oriente, los imperialistas norteamericanos, ingleses y las demás fuerzas reaccionarias se proponen, al mismo tiempo que distraer la atención mundial de su criminal guerra de exterminio contra el heroico pueblo vietnamita, conservar y reconquistar los odiosos privilegios coloniales: se proponen ejercer un dominio incontrolado sobre las inmensas riquezas petrolíferas que atesora el subsuelo de los países árabes24.

Y citando a Victorio Codovilla, principal líder del comunismo:

(...) nunca como ahora -dijo el Camarada Codovilla en su informe- ha sido tan acertada la calificación dada al imperialismo yanqui como gendarme de los pueblos, pues, en procura de la dominación y expoliación de otros pueblos, intensifica su criminal guerra contra Vietnam, sostiene a los sectores mas chovinistas, revanchistas, fascistas de Alemania Occidental, presta apoyo a todas las fuerzas reaccionarias en el poder o fuera de él en los países que se han liberado o luchan por liberarse del colonialismo.25

La participación de la URSS en el conflicto fue directa tanto en el plano material como en el discursivo. De allí que, los comunistas locales, publicaron un número considerable de artículos con el propósito de prestar apoyo incondicional al accionar de los soviéticos en la zona. Una vez más la Unión Soviética se presentaba como la defensora de la paz mundial y de los derechos de los más débiles frente a las fuerzas imperialistas, que para el campo comunista siempre fueron los países del bloque capitalista, aliados de Israel:

La Unión Soviética sentó posición: quien se atreva a desatar una agresión a Medio Oriente, tendrá que hacer no solo frente a la potencia unificada de los países árabes, sino también la resuelta resistencia a la agresión por parte de la Unión Soviética y de los estados amantes de la paz (...) solo las fuerzas del imperialismo, a cuya zaga marcha Israel, pueden estar interesadas en tal eventualidad.26

Se acusa a los sionistas del mundo en general, y a los argentinos en particular, de olvidar que fue el accionar de los soviéticos en la Segunda Guerra Mundial, el que

24 Nuestra Palabra (13 de junio de 1967): "¿Qué hay detrás del conflicto árabe- israelí? Declaración del Comité central del Partido Comunista"

25 Nueva Era N° 8 (Año XVIII. Junio): "Peligro de guerra mundial"

26 Ibidem

posibilitó la salvación de los judíos: "Arthur Miller dijo que si no fuera por el Ejército Rojo no existirían judíos en el mundo. Pero los "gorilas" del sionismo porteño van a escupir a los portones de la embajada soviética".27

Los marxistas-leninistas, afirman, fueron siempre defensores de los intereses de la comunidad judía porque "ya en 1913 Lenin escribía: 'los comunistas, como

internacionalistas conscientes no pueden dejar de ser irreconciliables y jurados enemigos

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del antisemitismo'." Avanzando en esta cuestión, afirman que fueron los bolcheviques en la era de Lenin los primeros que intentaron dar solución al problema del antisemitismo: "La revolución encabezada por Lenin, la revolución bolchevique, rompió las cadenas de la opresión nacional y con el decreto del 8 de agosto de 1918 la Unión Soviética "dio el

29

primer golpe al antisemitismo y al problema judío la mejor solución"29.

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Con la llegada de los bolcheviques al poder, se hicieron todos los esfuerzos para generar una mejor situación de vida a los judíos que vivían por ese entonces en la URSS:

Obrando en consecuencia el gobierno soviético tomó todos los recaudos, desde su instalación, para desterrar del seno de las masas 'esa ponzoña que la escuela, la prensa, la tribuna parlamentaria, y no solo la hez de los Cien Negros, sino también profesores reaccionarios, hombres de ciencia...con el fin de sembrar ignorancia, mal y odio contra los judíos (...) por eso la Constitución soviética establece la igualdad de derechos de los ciudadanos.30

La sensación de malestar para el mundo socialista se hacía aun más fuerte debido a la supuesta campaña antisoviética que estaba llevando a cabo el mundo sionista debido a la intervención de la URSS en la contienda:

Los sectores reaccionarios del sionismo han orquestado una campaña internacional de calumnias antisoviéticas tratando de demostrar que la URSS está en contra del Estado de Israel. "No señores, no es contra Israel que se pronuncia la Unión Soviética sino contra la política agresiva que practican los círculos gobernantes de dicho estado. Y recordó que la URSS había votado en 1947 a favor de la resolución de la ONU sobre la creación en territorio de la ex colonia británica de Palestina dos estados independientes: uno judío y otro árabe.31

27 Nuestra Palabra (13 de junio de 1963): "Cosas y aspectos del conflicto".

28 Nueva Era. N° 7 (Año XVIII ): "Israel, el Medio Oriente y la URSS"

29 Ibidem

30 Nueva Era N° 7 (Año XVIII ): "Israel, el Medio Oriente y la URSS"

31 Nueva Era N° 7 (Año XVIII): "Discurso de Kosiguin en la ONU".

Los soviéticos, a pesar de ese ataque, se presentaban como los defensores del derecho de la autodeterminación de los pueblos, y de la lucha de liberación contra la fuerza del imperialismo capitalista y de la paz mundial:

La posición del campo socialista volvió a manifestarse en la reunión de dirigentes de los partidos comunistas y obreros y los jefes de gobierno de la Unión Soviética, Checoslovaquia, Polonia, Bulgaria, Hungría, Alemania Democrática, y Yugoslavia efectuada el 11 y 12 de julio en Budapest. La constatación de que las fuerzas agresivas del imperialismo, con los EE UU a la cabeza, lanzan un reto a las fuerzas pacificas de todo el mundo. La conferencia ratificó el apoyo dado por los países socialistas a los Estados árabes.32

Los países del bloque socialista, liderados por la URSS, "se mueven inmediatamente a favor de los agredidos, prestándole amplia solidaridad moral y material. Con serenidad y firmeza encararon la difícil tarea de salvar la paz mundial y la independencia de los pueblos agredidos."33 Aunque la defensa de la paz no significa el atropello del derecho de los más débiles:

El discurso del presidente de la delegación soviética ante la ONU dejó bien en claro que la defensa apasionada de la paz no significa ceder en el derecho de los pueblos a su autodeterminación ni en lograr el castigo de los agresores: 'quien desató la guerra contra los Estados árabes no debe abrigar esperanza de sacar ventaja de ello'. Y agregó: 'la Unión Soviética no reconoce las anexiones territoriales por parte de Israel'.34

Como paradoja de la historia, una nación que lucho por su independencia ahora se encontraba conspirando en contra del proceso emancipador de los países árabes: "El gobierno reaccionario de Tel Aviv, de acuerdo con el de los Estados Unidos, Alemania Occidental y Gran Bretaña organizó minuciosamente un ataque a los países árabes, tratando de cortar el proceso emancipador que se opera en ello" 35

Rubén Sinay, dirigente comunista de origen judío y líder intelectual del ICUF, sostuvo que las potencias occidentales e Israel se esforzaban por querer hacer ver una imagen distorsionada de la política soviética presentando a la URSS como si fuera la enemiga de Israel y aliada de los enemigos de ese país: (...) ninguna calumnia más desvergonzada que ésta, lanzada contra el país que, a costa de tremendos sacrificios, salvó del exterminio nazi a los judíos que actualmente viven en el mundo, y que decidió la

32 Nuestra Palabra ( 18 de julio de 1967): "La Flota soviética custodia la paz en Suez"

33 Nueva Era N° 7 (Año XVIII): "Discurso de Kosiguin en la ONU".

34 Ibidem

35 Ibidem

independencia de Palestina y el estado de Israel contra las intrigas anglo- norteamericanas. (Sinay: 42)

Dentro de la campaña de difamación contra los soviéticos, otro elemento utilizado asiduamente era la injusta idea de que "la URSS se había aliado al nazi Nasser" (Ibidem). Esta acusación era injusta para los comunistas "(...) ya que los que se aliaron con nazis fueron los lideres sionistas de derecha que pactaron acuerdos con los nazis de Bonn (,..)"(Ibidem)

Realizando una defensa a ultranza de toda la política exterior soviética, no solo en el Cercano Oriente sino también a nivel mundial (como el caso de Chipre, Cuba e Israel en 1948), los comunistas argentinos se esforzaron por resaltar la importancia que la URSS le dio a la lucha por la paz y el anticolonialismo, amén de las características particulares de cada país y su posición estratégica: "(...) La URSS apoya en el Medio Oriente a todos los movimientos anticolonialistas y a los gobiernos que encabecen esas luchas, independientemente del régimen interno y de la magnitud del "territorio estratégico" de esos países (...)." (Sinay: 46-47)

Sinay, en su furibundo ataque contra el Estado de Israel, enumeró una lista de razones por las cuales no hay que apoyar a los sionistas, las cuales giraban en torno de su política pro-occidental:

Israel proporcionó armas a los terroristas de la OAS (organización del ejército secreto, organización terrorista francesa de extrema derecha) contra el pueblo argelino; ha enviado armas a Tchombé primero y a Mobutu después, para sus represiones sangrientas del pueblo congoleño; Israel ha enviado armas a Salazar para reprimir el movimiento anticolonialista de Angola; reforzó sus vínculos económicos y armamentistas con Alemania Occidental, Israel colabora con la OEA; apoya la agresión norteamericana a Vietnam; apoyó todas las campañas antisoviéticas organizadas por los Estados Unidos. (Sinay: 47-48)

Lo anteriormente mencionado demostraba que la línea divisoria en el Cercano Oriente no pasa por árabes-judíos, sino entre fuerzas proimperialistas y antiimperialistas. (Sinay: 48)

Los intereses económicos, fundamentalmente el petróleo, fueron los que hicieron del Medio Oriente una zona geoestratégica de primer interés mundial. Y como tal, el conflicto, por más que se pretenda racial o nacional, tiene como trasfondo al capitalismo y al interés del mundo occidental por el "oro negro":

(...) no se trata de un conflicto racial o nacional. La reacción dirigente del Estado de Israel, está ahora, como lo estuvo siempre, en un mismo frente con la reacción pro imperialista árabe. Sirven al mismo amo. Un amo feroz que no tendrá empacho en sacrificar a los pueblos de Israel y de los

países árabes en aras de sus planes de guerra y de sus beneficios petroleros. (Ibidem)

En el libro publicado por Sinay en relación con el conflicto de los Seis Días, el autor insiste en que el Cercano Oriente era importante por el petróleo y las bases estratégicas. (Sinay: 9). Y eso se debe a dos razones: la primera de ella tiene que ver con la rentabilidad de la extracción en esa zona. La segunda, con el grado de explotación salarial a que someter a los trabajadores árabes: "Su extracción es 22 veces más barata que en los Estados Unidos. El salario de los obreros del petróleo árabe es seis o siete veces más bajo que el de los obreros norteamericanos. (Ibidem). Asimismo, el petróleo de origen árabe servía para el suministro de grandes industrias occidentales: "(...) El petróleo árabe abastece industrias fundamentales de las potencias occidentales y la maquina bélica norteamericana en Vietnam (...)." (Sinay: 10)

Los refugiados palestinos

El tema de los refugiados palestinos, problemática surgida como consecuencia de la Naqba, y que con el transcurrir de los años y de los acontecimientos bélicos fue agravándose, fue objeto de tratamiento por parte de los comunistas argentinos recién en ocasión de la contienda de 1967. Al ser un grupo que no contaba con afiliación política clara, y que no logró organizarse hasta la aparición de la OLP -creada por la Liga Árabe en 1964-, puede parecer lógica su falta de tratamiento. No obstante, en la ONU la cuestión fue contemplada ya desde 1949.

La materia resulta sin duda trascendental si se considera que, como consecuencia de la falta de resolución de la misma por parte de la comunidad internacional, grupos terroristas como Al Fatah comenzaron a tener importancia en los aconteceres del Medio Oriente. El movimiento nacionalista palestino, luego aglutinado en la OLP, utilizó como discurso político el famoso "derecho de retorno" de los exiliados palestinos. Ese reclamo legal se tornó mucho más importante luego de la guerra de los Seis Días y la política expansionista implementada por el Estado de Israel.

Asimismo, otro concepto que empezó a presentarse en reiteradas ocasiones, que anteriormente no era mencionado fue el de nacionalismo palestino. Hasta aquí lo que se pudo percibir fue que al hablar de los palestinos se los incluía en la denominación global de los árabes. Se cree que tiene también relación con lo mencionado en el párrafo de arriba: mientras que el destino del pueblo palestino estuvo signado por los caprichos de sus vecinos árabes, era difícil identificarlos como algo distinto; pero cuando lograron organizarse -aunque fuera desplegando estrategias de carácter terroristas- la comunidad internacional percibió la diferencia entre unos y otros.

Quien prestó especial atención en esta ocasión a la problemática palestina fue Sinay en su libro "La verdad sobre el conflicto en el Cercano Oriente ". De hecho, los últimos apartados del libro tratan la materia con profundidad, ya que, como se verá en los párrafos

que siguen, supo interpretar el fenómeno "terrorista" con gran tino. Él reconoció a Al Fatah como una organización independiente que, a la par de la OLP, pretendía reivindicar los derechos nacionales del pueblo árabe palestino y de los refugiados árabes; a pesar de lo legítimo de sus anhelos, rechazó sus métodos terroristas y el no reconocimiento del Estado de Israel: "Sus repudiables métodos de lucha no solo han ocasionado víctimas inocentes entre las poblaciones judías fronterizas, sino que suministraron elementos propagandísticos a la reacción sionista para excitar a las pasiones populares" (Sinay: 26)

No obstante, el autor consideraba que "los actos criminales de Al Fatah no fueron determinantes para la actitud agresiva de Israel" (Ibidem) y que, por el contrario, Israel y su agresividad ha provocado que "los pueblos árabes tengan cada vez una actitud más hostil hacia Israel" (Ídem: 49). Los árabes y judíos convivieron pacifica y amistosamente en Palestina y ni siguiera la guerra de Independencia significó para el autor una verdadera guerra entre ellos. Fue el colonialismo el que generó problemas entre ambos pueblos. (Idem: 51)

Fue también la primera vez en la que un intelectual comunista argentino reclamó explícitamente la creación del Estado independiente de Palestina; afirmando que sin la resolución del problema nacional palestino, el conflicto nunca iba a cesar: "(...) y cuando los dirigentes sionistas se escandalizan tanto en torno a una consigna torpe y bárbara sobre la 'liquidación de Israel', no deberían olvidar que fueron ellos los primeros en facilitar la liquidación real de un estado: el árabe palestino, destruido antes de nacer". (Ibidem)

En el apartado titulado "El problema de los refugiados", el autor explica que el problema de los refugiados árabes se prolonga desde hace casi dos decadas, es decir, desde la Naqba. Los palestinos, abandonaron sus tierras obligados por la situación bélica: "El drama de los refugiados árabes se prolonga hace ya 19 años. Abandonaron sus tierras y hogares en territorio actualmente israelí hostigados por la guerra, por la reacción árabe y por las sangrientas provocaciones de los grupos de choque de Beguin" (Ídem: 53)

Las causas del "desastre" palestino son variadas, pero el autor ya por ese entonces incluye dentro de las mismas la política implementada por Israel en la guerra del 48. Este no es un detalle menor si se considera que por ese entonces todavía no se habían divulgado/descubierto documentos de trascendencia que mostraran la aplicación por parte de los sionistas de un plan sistemático de expulsión de los árabes residentes en determinadas zonas palestinas (Pappe) A pesar de este hecho, Sinay ya nos deja entrever la existencia de algo "sospechoso" en el problema de los refugiados, insistiendo en la evidente falta de elección por parte de los mismos, acusando lisa y llanamente a la política israelí.

En relación con el derecho al retorno, Sinay explicó que ya en 1948 la Asamblea General de la ONU reconoció su derecho al retorno, y a ser indemnizados los que no lo hicieran. (Sinay: 53) Pero la estrategia israelí fue no permitir el ingreso de ningún árabe: "(...) los gobernantes israelíes se negaron a acatarla 'ni un refugiado árabe' (...)." (Ibidem) Según el autor, "las razones aducidas fueron variadas, pero no puede haber ninguna valedera para justificar una injusticia" (Ibidem). Una de ellas fue que los refugiados árabes podían ser asimilados en otros países árabes vecinos, en cuyas zonas fronterizas se

encuentran hacinados en verdaderas 'villas miserias' (Ibidem) Y aquí es donde por primera vez se percibe una diferenciación entre el ser palestino y ser, por ejemplo, egipcio:

Se pretende ignorar ahí que esas masas son palestinas y no egipcias, o sirias o jordanas; que su formación nacional, su historia, sus costumbres están íntimamente ligadas a la patria palestina y no a ninguna otra. De la misma manera que la condición de latinoamericano no suprime las características nacionales de los argentinos (Ibidem)

Si los judíos obtuvieron su derecho al retorno, lo mismo correspondería para los palestinos: "(...) el legítimo derecho nacional de retornar a su tierra ancestral después de 2000 años, de ausencia ¿Cómo desconocerles ese mismo derecho a una población que falta de su solar patrio hace solo 20 años? (...)." (Ídem: 54)

Además, el Estado de Israel solía presentar como excusa para no cumplir con los derechos palestinos el tema de que el Estado era muy pequeño:

Otro argumento es que el territorio de Israel es muy pequeño para absorber a un millón de nuevos pobladores, en tanto que los territorios árabes son inconmensurablemente mayores. (...) Porque no son un millón de "nuevos" pobladores, sino gente que dejó en territorio israelí tierra y viviendas; y a menos que hayan sido ilegalmente expropiados, disponen allí de los medios para volverse a radicarse. (Ibidem)

Para Sinay, no se trata realmente de un temor al fracaso, sino "sencillamente del racismo que impregna la ideología sionista de Dayan: 'nosotros queremos un Estado judío. Exactamente igual que los Tacuara de aquí, que piden la expulsión de los judíos en nombre de la pureza del tronco hispano'". (Ibidem)

Por último, el autor explicó que otra de las razones argüidas por los dirigentes sionistas en contra del derecho de retorno, fue lo peligroso de mixturar culturas y tener dentro de su territorio una 'quinta columna':

Dicen que según los dirigentes de Israel la repatriación de los refugiados seria una 'bomba de tiempo', pero los gobernantes sionistas se niegan tozudamente como "los conquistadores medievales" a devolver los territorios usurpados en los que viven una cantidad igual o mayor de árabes que la de los refugiados palestinos ¿Y qué constituyen ellos? ¿Una bomba de crema? (Ibidem)

Algunas consideraciones

La década de 1960 muy significativa para el desarrollo del PCA a nivel local. El surgimiento y auge de la "Izquierda Nacional", y de los sectores juveniles universitarios y revolucionarios, significaron que el PCA perdiera crédito dentro de la izquierda marxista. Su incomprensión de los sucesos nacionales e internacionales -entre ellos la Revolución Cubana, el movimiento de sacerdotes tercermundistas y la llegada de los textos de Gramsci-, lo dejaron relegado a un segundo plano, siendo reemplazado por partidos y movimientos de izquierda que, realizando una nueva lectura de los acontecimientos, se presentaron más atractivos y "realistas" a los ojos de los potenciales militantes. Hasta ese entonces, el PCA y su estructura habían sido tentadores para sectores intelectuales que encontraron allí un lugar donde exponer y publicar sus ideas. Pero a medida que transcurrieron lo años sesenta, el atractivo desapareció. En 1963, con el lema "por acción de las masas hacia la conquista del poder", el PCA declaró su apoyo a la vía pacífica como estrategia para el llegar al poder, dándole la espalda a la opción cubana. La ortodoxia partidaria y la nula democracia interna, provocaron una serie de rupturas como la de José Bleger en 1962, la de los intelectuales nucleados en torno de la revista Pasado y Presente en 1963 y finalmente en 1967 la fundación del Partido Comunista Revolucionario.

En relación a la contienda en particular, el comunismo argentino sustentó la idea de que los culpables de los acontecimientos bélicos habían sido los dirigentes del Estado de Israel, que si bien pertenecían al movimiento sionista, que incluso en algún momento abogó por los ideales socialistas, en esa época estaban alienados claramente a los ideales ultranacionalistas, pro imperialistas de derecha. La forma en que se caracterizó al estado de Israel fue explicita y sencilla, como lo solían hacer los comunistas. Y para ese entonces no había dudas de que el estado sionista era un estado imperialista con intenciones expansionistas y con estrategias "genocidas". Este último concepto fue utilizado incluso por la propaganda oficial soviética, con el objetivo de desprestigiar al bando opositor.

El tema de los refugiados palestinos, problemática surgida como consecuencia de la primera Naqba, y que con el transcurrir de los años y de los acontecimientos bélicos se tornó más compleja, fue tratada por primera vez por los comunistas argentinos en relación a la contienda de 1967. El derecho al retorno de los palestinos a sus tierras usurpadas por los israelíes fue contemplado por los organismos internacionales. En ocasión del conflicto de 1967, para los comunistas el accionar de los judíos era una flagrante injusticia y no había razón cultural ni económica que lo justificara. Una de las razones argüidas por el sionismo -desde los orígenes del conflicto - era que los palestinos podían ser asimilados por sus vecinos; pero es la primera vez para los comunistas que el ser palestino aparecía como algo diferente respecto de ser egipcio o jordano.

Fue también la primera ocasión en la que el comunismo reclamó explícitamente la creación del Estado independiente de Palestina; al considerar que sin la resolución del problema nacional palestino el conflicto no cesaría. Se piensa que el reconocimiento explícito de esa necesidad refiere al hecho de percibir la existencia de un importante

movimiento nacionalista palestino: Al fatah. Los palestinos ya no eran solo parte del mundo árabe, sino que constituían una identidad nacional diferente y autónoma.

Recibido: 22 septiembre 2011 Aceptado: 7 diciembre 2011

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Fuentes Primarias

-Nueva Era -Nuestra Palabra

-Sinay, Rubén. La verdad sobre el conflicto del Cercano Oriente. Buenos Aires: Tribuna, 1967.

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