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Las tradiciones antimperialistas de la Comintern y la política exterior de los países
del Eje del Socialismo del Siglo XXI
The anti-imperialist traditions of the Comintern and the Foreign Policy of the countries of the
Axis of "Socialism of the XXI century"*
Rouslan V. Kostiuk**
Resumen: El artículo está dedicado al análisis de la política exterior de las naciones del llamado Eje del "Socialismo del Siglo XXI" a través del prisma de las tradiciones históricas antiimperialistas de la Comintern. El autor aclara el significado de la lucha antiimperialista en la tradición marxista, de la Segunda Internacional y de los postulados planteados por Vladimir Lenin. Tanto la ideología como la práctica de la III Internacional, durante 19191943, se construyeron sobre los principios del antiimperialismo, una de las características esenciales de la Comintern. Varios ejemplos concretos, incluidos los relacionados con América Latina, muestran la trascendencia de la estrategia antiimperialista para el funcionamiento de la III Internacional. Además, el autor recurre a la experiencia histórica de la política exterior antiimperialista de los regímenes de izquierda en América Latina durante la Guerra Fría, tomando como ejemplo los casos de Cuba, Chile y Nicaragua. El artículo contiene conclusiones sobre la importancia fundamental de la línea antiimperialista y solidaria en el accionar de la izquierda latinoamericana en el siglo XXI, como lo demuestra, en particular, el factor del Foro de Sao Paulo. El autor llega a la conclusión de que, en general, los países del Eje del "Socialismo del Siglo XXI" están implementando una política exterior de izquierda con un componente antiimperialista muy potente en las condiciones geopolíticas contemporáneas. En la etapa actual, Cuba y Venezuela son los ejemplos más vivos y los actores más influyentes y autorizados de este rumbo. El autor se refiere a los casos de la política exterior de hoy día en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, considerando el antiimperialismo en su política exterior principalmente como una política contra las acciones estadounidenses. Finalmente, el autor muestra qué tradiciones de la Tercera Internacional están presentes de facto en la política actual de los regímenes de izquierda latinoamericanos.
Palabras clave: Comintern, antimperialismo, política exterior, Socialismo del Siglo XXI, izquierda, América Latina, EE.UU.
Abstract. The article is devoted to the consideration of the foreign policy of the axis of "socialism of the XXI century" through the prism of the historical anti-imperialist traditions of the Comintern. The author clarifies the meaning of the anti-imperialist struggle in the tradition of Marxism, the Second International and the teachings of V. I. Lenin. The article shows that both the ideology and the practical activities of the III International in 1919-1943 were built on the basis of the principles of anti-imperialism,
Este artículo fue elaborado gracias al apoyo de la Fundación Científica Rusa (proyecto 19-18-00305, "La Comintern en América Latina, las tradiciones históricas y los procesos políticos").
Rusia. Doctor en Historia, profesor de Saint-Petersburg State University, rouslan_k@mail.ru
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which was one of the essential features of the Comintern. Specific examples, including those related to Latin America, show the significance of the anti-imperialist strategy before the functioning of the Third International. Also in the scientific article, the author refers to the historical experience of the anti-imperialist foreign policy of the leftist regimes in Latin America during the Cold War, considering the cases of Cuba, Chile and Nicaragua as examples. The article concludes about the fundamental importance of the anti-imperialist line and solidarity in the activities of the Latin American left movement in the 21st century, as evidenced, in particular, by the factor of the Sao Paulo Forum. The author comes to the conclusion that, in general, the countries of the axis of "socialism of the 21st century" are implementing a left-wing foreign policy with a very powerful anti-imperialist component in modern geopolitical conditions. At the current stage, Cuba and Venezuela are the most influential and authoritative representatives of this course. In the article, the author refers to the cases of modern foreign policy of Cuba, Venezuela, Bolivia and Nicaragua, considering anti-imperialism in their foreign policy primarily as a policy against US actions. In conclusion, the author shows which traditions of the Third International are de facto present in today's policy of the leftist Latin American regimes.
Keywords: Comintern, anti-imperialism, foreign policy, the Socialism of the 21st century, Latin America, USA.
Recibido: 23 julio 2022 Aceptado: 6 noviembre 2022
Introducción
El antimperialismo fue y sigue siendo un principio estratégico para la izquierda, tanto en el ámbito global, como en el latinoamericano. Las ideas anticolonialistas y antimperialistas formaron parte esencial de la herencia del movimiento obrero y socialista internacional en el siglo XIX e inicios del siglo XX, y también los conceptos antimperialistas cimentaron las bases de la III Internacional (la Comintern) fundada en Moscú en 1919. La formación de la URSS y el desarrollo de su partido gobernante, el PCUS (no solamente asociado estrechamente con la Comintern sino como una fuerza dominante dentro de aquella Internacional) dio el impulso hacia la implementación de una nueva política exterior, revolucionaria y antimperialista.
Los partidos de izquierda influenciados por las ideas marxistas (sobre todo, los que se habían adherido a la corriente leninista) fueron partidarios fuertes y convencidos de las ideas antimperialistas en el siglo XX, y no nos referimos solamente a los partidos comunistas "clásicos". A su vez, el impulso adicional al imperialismo fue dado por la Revolución dirigida por Fidel Castro y su Movimiento del 26 de julio. La Revolución Cubana de 1959 no solamente llevó a esta nación caribeña al sendero de la construcción socialista, sino convirtió a la Isla de Libertad en un ejemplo y modelo de implementación de una política exterior revolucionaria antimperialista e internacionalista que aglutinaba tanto tradiciones nacionales como las tradiciones del comunismo internacional. La política exterior autónoma realizada por el gobierno de la Unidad Popular en Chile, entre 1971 y 1973, y el gobierno sandinista tras el derrumbe de la dictadura somocista, también contuvieron una dimensión antimperialista significativa.
Este tema ha sido estudiado de cierta manera, sin embargo, el nivel y profundidad de análisis no es el mismo en las obras existentes. Cabe empezar con varios trabajos enfocados en la historia de la Internacional Comunista cuyos autores prestaron mucha atención a diferentes aspectos de la estrategia antimperialista de la Comintern. En primer lugar, nos referimos a las obras generales de William Z.
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Foster y Pierre Broué.1 El tema de las relaciones entre los comunistas y la Liga Mundial contra el Imperialismo fue también investigado en los libros del venezolano Manuel Caballero y los rusos Lazar y Víctor Jeifets, quienes se ocuparon de analizar los pormenores de la evolución de los enlaces entre la Comintern y los partidos comunistas latinoamericanos.2
No obstante, los estudios existentes todavía están llenos de lagunas significativas; además, hace falta una investigación general que abarque el tema del vector antimperialista de los gobiernos de la izquierda radical latinoamericana contemporánea. Hay varias obras interesantes para el análisis del tema, cuyos autores se enfocan en estudiar tanto la política exterior de los gobiernos de la izquierda latinoamericana como la política exterior de estas naciones sin distinciones entre izquierda, centro y derecha. La lista podría ser larga, pero destacaremos autores como J.C.Morales Manzur, E. Domínguez López, I.Sagar Zazy, y G.Thies Cameron. No obstante, estos autores se refieren en sus trabajos a los aspectos particulares del tema, estando pendiente el estudio de la influencia de tradiciones antimperialistas hacia la política exterior de los gobiernos de la izquierda latinoamericana.
El objeto de este artículo es demostrar el vínculo permanente entre las tradiciones marxistas y las ideas antimperialistas, entre la Comintern y los principios e implementación de aquellas teorías por los países que forman el Eje del Socialismo del Siglo XXI, es decir, Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Nos referimos al concepto político (propuesto por el sociólogo alemán Heinz Dietrich)3 que se usa para describir las realidades de la construcción socialista en los países latinoamericanos gobernados por la izquierda radical.
En ese contexto escogimos como método de investigación varias herramientas generales de los estudios históricos. Nos basamos en los principios de objetividad científica, el análisis sistémico y comparativo, el método narrativo y el análisis del contenido para el estudio pormenorizado de las fuentes históricas. En particular, el análisis comparativo fue implementado para investigar la política exterior y los postulados ideológicos en el ámbito de relaciones internacionales propuestos por los regímenes izquierdistas latinoamericanos, mientras que el método narrativo contribuyó a demostrar la dinámica de la evolución de las ideologías antimperialistas desde el marxismo "clásico" hasta la Comintern y la política de hoy día. Por último, el análisis del contenido nos resultó indispensable para trabajar con los documentos de la III Internacional y de la izquierda contemporánea.
Para alcanzar nuestros objetivos, hemos elaborado un texto dividido en dos secciones (con sus correspondientes subdivisiones). En la primera nos concentraremos en el análisis de varios aspectos históricos del tema, tales como el antimperialismo del movimiento obrero internacional en su versión original marxista, la teoría y las actividades prácticas de la Internacional Comunista, así como la experiencia de la política exterior antimperialista de los gobiernos de izquierda en la época de la Guerra Fría. En segundo lugar, abordaremos el estudio del antimperialismo en el siglo XXI; en este contexto prestamos atención a la estrategia antimperialista del Eje del Socialismo del Siglo XXI destacando también los casos nacionales de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
Utilizaremos algunas fuentes primarias "clásicas" (nos referimos a las obras de Carlos Marx, Federico Engels y Vladimir Lenin), además recurriremos a varios documentos emanados desde la Comintern. Estas fuentes primarias nos permiten destacar el significado del tema del imperialismo y de la lucha antimperialista para los fundadores de la que hoy podría ser denominada como corriente marxista-leninista, agregando el aspecto anticolonialista planteado por la III Internacional; estos
1 William Z. Foster, La historia de las tres Internacionales. El movimiento obrero y socialista desde 1848 hasta hoy día (Moscú, Gospolitizdat, 1959); Pierre Broué, Histoire de l'Intemationale Communiste 1919-1943 (Paris, Fayard, 1997).
2 Manuel Caballero, Latin America and the Comintern 1919-1943 (Cambridge, Cambridge University Press, 2002); Lazar Jeifets y Víctor Jeifets, Komintern y Latinskaya Amerika: liudi, struktury, resheniia [La Comintern y América Latina. Personas, estructuras y decisiones], (Moscú, Rosspen, 2019).
3 Heinz Dietrich, Der Sozialismus der 21. Jahrhunerts. Wirtchaft Gesellschaft und Democratie nach der globalen Kapitalismus (Homilius, 2006).
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documentos son importantísimos para trazar los enlaces entre la teoría marxista y la Comintern y su aplicación por los partidos comunistas. Otra base documental para este artículo son los discursos de los jefes de estado de los países del Eje Bolivariano (el Eje del Socialismo del Siglo XXI), los materiales de los partidos gobernantes en aquellas naciones, así como de sus Ministerios de Relaciones Internacionales; las publicaciones de ALBA también fueron de gran ayuda. Contrastaremos las fuentes teóricas con los materiales sobre las actividades prácticas de la izquierda latinoamericana gobernante para definir los rasgos comúnes y específicos de los regímenes en poder de la izquierda latinoamericana y para destacar el papel de la estrategia antimperialista en su política exterior.
El antimperialismo en las tradiciones marxistas y en el siglo XX
La Comintern afirmaba ser heredera ideológica y política del marxismo. Este postulado se expandía a la esfera de la estrategia de la política exterior de la III Internacional. Aún en la mitad del siglo XIX los fundadores del marxismo insistían que los obreros y gobiernos socialistas deberían implementar un política exterior clasista independiente y afirmaban al mismo tiempo que "de todas las clases opositoras ahora a la burguesía sólo el proletariado se denomina como la clase revolucionaria auténtica".4 Desde los tiempos de las revoluciones europeas de 1848-1849 Carlos Marx y Federico Engels planteaban la necesidad de una política exterior propia para la clase obrera que estaría en confrontación con la política internacional tanto de la aristocracia feudal como de la burguesía.
La Primera Internacional (la Asociación Internacional de Trabajadores) fue fundada precisamente dentro de este marco teórico. Uno de los objetos de crítica para los marxistas fue la política exterior del zarismo ruso. Al mismo tiempo, Marx y Engels insistían que las clases poseedoras de varias naciones compartían intereses comunes profundos. En ese contexto, el Manifiesto de la Primera Internacional declaraba:
"La aprobación impúdica, la falsa simpatía o la indiferencia idiota con que las clases superiores de Europa han visto a Rusia apoderarse del baluarte montañoso del Cáucaso y asesinar a la heroica Polonia; las inmensas usurpaciones realizadas sin obstáculo por esa potencia bárbara, cuya cabeza está en San Petersburgo y cuya mano se encuentra en todos los gabinetes de Europa, han enseñado a los trabajadores el deber de iniciarse en los misterios de la política internacional, de vigilar la actividad diplomática de sus gobiernos respectivos, de combatirla, en caso necesario, por todos los medios de que dispongan".5
Al mismo tiempo, la Segunda Internacional marxista fue consecuente en rechazar las actividades coloniales y preparaciones militares no sólo de Rusia, sino también de Gran Bretaña, Francia y Alemania, lo que se desprende de varias resoluciones de los congresos de aquella unión socialista mundial. Antes de 1914, el año del inicio de la Gran Guerra, la Segunda Internacional advirtió más de una vez a las masas trabajadoras sobre la amenaza inminente de una guerra mundial. Los socialdemócratas estaban seguros sobre el hecho de que
"las guerras en la etapa contemporánea están exclusivamente causadas por el capitalismo y el modo específico de la competencia económica internacional de los estados capitalistas en el mercado mundial, así como por el militarismo que es una de las herramientas más poderosas
4 Carlos Marx, Federico Engels, El Manifiesto del Partido Comunista (Moscú, Politizdat, 1955), 11.
5 Carlos Marx, El Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de Trabajadores, en: Carlos Marx, Federico Engels, Obras, 2a edición, Vol. 16 (Moscú, Politizdat, 1960) 9.
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del dominio burgués <.. .> Las guerras sólo se terminarían con la desaparición de sociedades capitalistas".6
Sin embargo, con el inicio de la Gran Guerra la mayor parte de la socialdemocracia europea prefirió alinearse en la misma trinchera con sus gobiernos nacionales, lo que llevó a la Segunda Internacional al declive y su desintegración. Al mismo tiempo los años de la guerra fueron el tiempo de cristalización y consolidación de la corriente revolucionaria internacional que en 1919 se convirtió en una base para formar la Comintern.
Uno de los centros más importantes de esa corriente fue el bolchevismo ruso que planteaba las tesis (formuladas por Vladimir Lenin) sobre el imperialismo como una etapa superior del desarrollo capitalista. La referencia a Lenin no es accidental para nuestro estudio. Nosotros partimos del planteamiento de que la ideología cominternista y —posteriormente— del comunismo internacional, se basaba plenamente en los postulados marxistas y leninistas. Los regímenes del Eje del Socialismo del siglo XXI (no obstante sus diferencias visibles) aprovechan también varios principios formulados por los fundadores del marxismo y por Lenin.
Al declarar la ruptura con los lemas social-patrióticos de la mayoría de los partidos socialdemócratas, Lenin escribió:
"El imperialismo surgió como desarrollo y continuación directa de las características fundamentales del capitalismo en general. Pero el capitalismo solamente se convirtió en imperialismo capitalista cuando su desarrollo alcanzó un grado muy alto, cuando algunos de los rasgos fundamentales del capitalismo comenzaron a convertirse en su contrario, cuando tomaron forma y se revelaron las características de la época de transición del capitalismo a un sistema económico y social más elevado. Desde una perspectiva económica, lo esencial de este proceso es la sustitución de la libre competencia capitalista por el monopolio capitalista".7
Al mismo tiempo, el dirigente bolchevique estaba seguro de que
"el capital financiero es una fuerza tan considerable, puede decirse tan decisiva, en todas las relaciones económicas e internacionales, que es capaz de someter, y realmente somete, incluso a los Estados que disfrutan de la más completa independencia política".8
La cadena de eventos revolucionarios en Rusia en 1917 y la transformación de la revolución burguesa y democrática en revolución socialista llevaron a los bolcheviques al olimpo político y la Comintern fue la encargada de implementar su plan de una revolución proletaria mundial, convirtiéndose en una alianza internacional potente con visible predominio de los comunistas rusos.
La Internacional Comunista fundada por la iniciativa de Lenin y sus partidarios aceptó por completo la doctrina teórica y la práctica del bolchevismo ruso, unas fuerzas decisivas en las filas de la Comintern. La actitud hacia los imperialismos y la política exterior imperialista no fue una excepción. Según el Manifiesto de la IC a los proletarios de todo el mundo, aprobado por el Primer Congreso Mundial de la Comintern, el 6 de marzo de 1919, "la guerra imperialista que opone a las naciones entre sí se ha convertido y se convierte cada vez más en guerra civil que opone a las clases entre sí".9
6 Jean-Jacques Becker, "La II Internationale et la guerre", Publications de l'École Française de Rome, Rome 95 (1987), 10.
7 Vladimir Lenin, "El imperialismo, fase superior del capitalismo", -
https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/lenin imperialismo.pdf , 54.
8 Ibid, 50.
9 Le premier Congrès de l'Internationale Communiste (Paris, 1919) 212.
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Consecuentemente, el recién nacido movimiento comunista internacional rechazó rotundamente al sistema de relaciones internacionales de Versalles y la política exterior de las potencias imperialistas, así como al colonialismo. A inicios de la década de 1920, la Comintern estaba segura de que "la preparación económica, política, ideológica y técnica de una nueva guerra se desarrollaba a plena velocidad en todo el mundo capitalista".10 Otra circunstancia clave fue el hecho de que el nacimiento del Estado Soviético en Rusia significaba la formación de un centro activo de la política revolucionaria e internacionalista implementada a nivel estatal en coordinación estrecha con el movimiento comunista mundial.
Un elemento esencial tanto de la política exterior del "Moscú rojo" como de la doctrina ideológica de la III Internacional en las décadas 1920 y 1930, fue una firme línea anticolonialista que estaba en plena coincidencia con la estrategia general antimperialista de la Comintern. Varios congresos mundiales de la III Internacional tomaron resoluciones al respecto. En la primera resolución sobre coloniasismo tomada por el Segundo Congreso en 1920 los comunistas enfatizaban la necesidad de
"prestar atención especial al papel enorme de los pueblos coloniales en la lucha en contra del colonialismo en todo el mundo y a la necesidad de una cooperación estrecha entre el proletariado revolucionario de los países imperialistas y los pueblos oprimidos en lucha de vastas regiones coloniales y semicoloniales del globo".11
La agenda de la diplomacia soviética a lo largo de muchos años incluyó dichos lemas. En el caso concreto de la estrategia de la IC acerca de relaciones internacionales, hay que tomar en cuenta que a partir de la estalinización de la Comintern y la aplicación del concepto de "clase contra clase" los enfoques teóricos cominternistas se estigmatizaron en dogmas; un ejemplo fue la tesis sobre el vínculo inseparable entre la guerra y el capitalismo, lo que significaba la necesidad de acabar con el capitalismo para evitar nuevas guerras.12
Durante la existencia de la Comintern los objetos principales de la lucha antimperialista de los comunistas fueron las mayores potencias coloniales que eran pilares del sistema de Versalles, o sea, Gran Bretaña y Francia; Alemania fue agregada a la lista tras el ascenso al poder de los nazistas liderados por Adolfo Hitler. Sin embargo, existió también una potencia específica regional. En particular, los comunistas latinoamericanos desde finales de los años veinte estaban indicando al imperialismo norteamericano como la principal amenaza. El Partido Comunista de México, según explica Víctor Jeifets, anunció el peligro del imperialismo de los EE.UU. aún antes, en el período de 1921-1924.13 Lo mismo apunta el investigador argentino Daniel Kersffeld refiriéndose a las actividades de la Liga Antimperialista de las Américas: 'La fundación de la LADLA estuvo motivada por una estrategia de la Comintern tendiente a la creación de un amplio frente de lucha en contra del imperiallismo estadunidense y europeo".14 Los materiales de la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana (Buenos Aires, 1929), así como las resoluciones de los congresos anteriores de la IC, orientaban a los partidos comunistas de la región a que su deber revolucionario exigía una lucha incansable en contra del imperialismo en todos los frentes y requería "unirse dentro de una fuerza
10 La Internacional Comunista en los documentos. Las decisiones, tesis y llamamientos de los Congresos de la Comintern y los Plenos del CEIC, 1919-1932 (Moscú, Partizdat, 1932) 176.
11 Foster, La historia, 324.
12 La Comintern, Stenograficheskii otchet VI Kongressa Kominterna [Acta taquigráfica del VI Congreso de la Comintern], vol. 6 (Moscú-Leningrado, 1929), 85.
13 Víctor Jeifets, Komintern y evolutsiia levogo dvizheniia Meksiki [La Comintern y evolución de la izquierda mexicana] (San Petersburgo, Nauka, 2006), cap. 4-5.
14 Daniel Kersffeld, Contra el imperio: Historia de la Liga Antiimperialista de las Américas (México D.F., 2012).
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potente internacional y luchar decididamente en contra de la conquista por la burguesía latinoamericana y estadounidense"15.
Un rasgo específico de la estrategia de la III Internacional fue su alineamiento inequívoco con la política exterior de la 'Tatria del Proletariado Mundial", la URSS. El VI Congreso Mundial de la Comintern declaraba al respecto en 1928:
Los métodos de lucha con el peligro de guerras imperialistas, la contradicción entre las potencias imperialistas en su competencia por los mercados se expresa más y más claramente. Pero incluso más rápidamente se desarrolla la contradicción básica que divide el mundo en dos campos: de un lado, todo el mundo capitalista, del otro lado, la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, sobre el cual se agrupan el proletariado internacional y los pueblos oprimidos en las colonias.16
Sin embargo, tal alineamiento se convirtió en un problema serio en algunos años. Mientras la línea básica antimperialista de la Comintern estuvo intacta durante toda su historia, las tareas del curso exterior de la URSS no fueron tan estáticas. Así, el ascenso de los nazistas al poder en Alemania obligó a Moscú a reconciliarse, por lo menos de manera parcial, con las democracias de Europa Occidental y activar su participación en la Liga de Naciones. Consecuentemente, la URSS declaró que el fascismo se convirtió en el enemigo principal y este fue tildado por la Comintern como "una dictadura abierta terrorista de los elementos más reaccionarios, más chauvinistas y más imperialistas del capitalismo".17
De manera paralela (aunque no sin imposición de la voluntad explícita de Moscú) el Séptimo Congreso de la Comintern planteó en 1935 el propósito de formar en varios países "un frente amplio popular y antifascista sobre la base del frente único proletario".18 Este mismo foro comunista afirmaba: "La unidad de acciones del proletariado en escala nacional e internacional sería una herramienta potente que haría a la clase obrera capaz no solamente de defenderse de modo eficiente, sino también de llevar una contraofensiva en contra del fascismo y el enemigo de clase".19 Este mismo Congreso afirmó que el fascismo alemán fue el puño principal de la contrarrevolución internacional y la fuerza mayor de la reacción mundial fascista, el instigador principal de una nueva guerra imperialista.20
A nuestro juicio, sería incorrecto afirmar que el enfoque general de la Comintern hacia la estrategia antimperialista y el Frente Popular (y antes hacia la táctica "clase contra clase") fue repetido en América Latina como un calco absoluto de los enfoques europeos. Los casos específicos de México, Brasil y países de Centroamérica desmienten tal planteamiento. Sin embargo, la Comintern a lo largo de su existencia fue una estructura política internacional estrictamente disciplinada y burocratizada, y no solamente proponía a los partidos miembros modelos ejemplares para desarrollar tácticas nacionales, sino precisamente imponía una estrategia ideológica y política global a seguir que podría tolerar muy pocas excepciones.
La orientación sin compromiso a la Unión Soviética afectó también a la evolución de las posturas de la Comintern hacia el imperialismo, sobre todo, en la primera etapa de la Segunda Guerra mundial, y luego, con el inicio de la Gran Guerra Patriótica de la URSS tras la invasión alemana hacia aquel país.
15 Jeifets y Jeifets, La Komintern, 154.
16 La Internacional Comunista en los documentos, 793-794.
17 CEIC, XIII Plenum IKKI. Te^isy i postanovleniia [El XIII Pleno del CEIC. Las tesis y resoluciones], (Moscú, 1934), 6.
18 Broué, Histoire, 662.
19 Georgui Dimitrov, I%brannyeproi^vedennia [Obras selectas], vol. I, (Moscú, Gospolitizdat, 1957) 394.
20 Ibid, 377.
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Veamos algunos aspectos de la doctrina antimperialista de la III Internacional. Incluso en la primera fase de sus actividades, cuando el bolchevismo ruso se apostaba sinceramente a prender el fuego de una revolución mundial en los países claves del "núcleo" del sistema imperialista, los comunistas rusos y sus partidarios extranjeros entendieron la importancia de desarrollar una lucha antimperialista y anticolonial en la periferia de la política mundial. En 1919 Lev Trotsky declaró abiertamente: "Toda la situación internacional está a punto de cambiar, de tal modo que el camino hacia Paris y Londres a partir de ahora pasa por las ciudades de Afganistán, Punjab y Bengalia".21 Tal enfoque significaba la necesidad de acelerar el proceso de formación de partidos comunistas fuera del continente europeo, tanto en Asia como en la vasta zona de América Latina. No fue accidental el papel desempeñado en la Comintern por el hindú Manabendra Nath Roy, uno de los fundadores del Partido Comunista Mexicano en 1919 y promovido a partir de aquel momento por Mijail Borodin (el emisario de la III Internacional) como uno de los dirigentes de la lucha antimperialista en Asia; Roy presentó su tesis sobre el problema nacional y colonial (complementarios a las tesis de Lenin) en el Segundo Congreso de la Comintern, se convirtió en uno de los fundadores del PC de India y de una escuela militar y política creada en Tashkent para los militantes comunistas en países asiáticos.22
Desde primeros momentos de la existencia de la Comintern, sus proyectos de una revolución mundial prestaron atención al Oriente donde se podía combinar los lemas antimperialistas y anticolonialistas. El congreso de los trabajadores de Oriente convocado por los bolcheviques y sus aliados extranjeros en Bakú en 1920 aprobó una declaración simbólica sobre la oposición al imperialismo e intentó fundar las bases organizativas de tal oposición, según indica Ian Brichall.23 Tras el declive de la ola revolucionaria en Europa en 1922-1923, Asia y, en particular, China, se convirtieron en objetos principales de la expansión revolucionaria cominternista, y la propaganda antimperialista de la III Internacional, sobre todo, tomaba en cuenta los factores 'locales" asiáticos. Moscú esperaba ansiosamente el triunfo de una revolución proletaria en China. Tras la supresión sangrienta de una revuelta comunista en Shanghai, varios dirigentes soviéticos afirmaban que "el poder estaba tirado en las calles. El Partido no supo cómo tomarlo. Y, lo que es peor, ni siquiera lo quiso. Tenía miedo de tomarlo".24 Otro objeto significativo para la Comintern en aquel período fue el factor de la lucha antimperialista de los comunistas indios.
Las actividades antimperialistas de la III Internacional tuvieron tanto una dimensión global, como una regional o local, por lo menos, en lo que se refería a varios proyectos antimperialistas y anticolonialistas internacionales en las décadas de 1920 y 1930. Lo dicho tiene que ver con el Congreso de la Liga Antimperialista en Bruselas (organizado, sobre todo, por la iniciativa de la Comintern) al cual fueron invitados los representantes del APRA peruano, el Kuomintang chino y algunas otras organizaciones nacionales revolucionarias no comunistas. Pierre Broué destaca la presencia no sólo del peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, el fundador del APRA, sino también del prestigioso y respetado intelectual nacionalista mexicano José Vasconcelos.25 La Comintern actuaba de la misma manera en 1932-1933 cuando emprendió los congresos internacionales antibélicos en Amsterdam-Pleyel; varios intelectuales de izquierda, los representantes de las corrientes radicales socialistas, algunos dirigentes independientes sindicales y las asociaciones antimilitaristas recibieron invitaciones a participar. Otro ejemplo brillante de las actividades antimperialistas de la III Internacional fue la postura tomada por el
21 Lev Trotsky, Note au CC du PCR, 5 aout 1919, en: The Trotsky Papers. Vol. 1 (La Haye , 1964) 627.
22 John Patrick Haithcox, Communism and Nationalism in India; M.N. Roy and Comintern Policy, 1920—1939. (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1971); Michael Goebel, "Geopolitics, Transnational Solidarity, or Diaspora Nationalism? The Global Career of M.N.Roy, 1915-1930", European Review of History 21:4 (2014) 487-491.
23 Ian Brichall (2018), The Communist International and Imperialism. URL: https://viewpointmag.com/2018/02/01/communist-international-imperialism (accessed to 06. 04. 2022)
24 Broue, Histoire, 436.
25 Ibid., 447.
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comunismo internacional durante la guerra civil en España. Sin olvidar que tanto en España misma, como en países latinoamericanos pendientes de lo que estaba pasando, esta guerra civil fue siempre — de acuerdo a Ángel Viñas — "un campo controvertido que ha recogido y recoge el choque de tradiciones político-culturales muy definidas",26 es menester recordar que la III Internacional formó las Brigadas Internacionales, el contingente masivo y combatiente para apoyar a la República, y al mismo tiempo intentaba coordinar sus campañas de solidaridad con la España Republicana con otras agrupaciones internacionales, en primer lugar, con la Internacional Obrera Socialista.
Para América Latina, sin embargo, la actitud de la Comintern cambió tras el inicio de la táctica de "clase contra clase" en 1928-1929, los partidos comunistas abandonaron alianzas con los "socios pequeño-burgueses" (los llamados poputchiks en la terminología bolchevique) en todas las esferas, inclusive el movimiento antimperialista y antibélico. A pesar de que aquellos movimientos frentistas objetivamente aumentaron la escala de la retórica anticolonialista y antimperialista de la Comintern, Moscú impuso la división de las fuerzas de izquierda y revolucionarias en las circunstancias latinoamericanas. Como indica justamente Manuel Caballero, los comunistas latinoamericanos ya a lo largo de la década de 1920 consideraban que los Estados Unidos "al absorber a Sudamérica, se hubieran convertido en una potencia más grande en historia, y aún peor, el "núcleo de la reacción mundial" se transformaría en el "gendarme de la burguesía mundial".27 Para muchos comunistas latinoamericanos Washington ya fue o estaba a punto de convertirse en "el peor de todos los imperialistas rapaces, así como iban a ser "el último reducto de la reacción mundial"".28 Fue un punto de divergencia entre los partidos comunistas latinoamericanos y de Europa Occidental; para los segundos (así como para los comunistas de Asia), el principal objeto de crítica fue el histórico imperialismo de las potencias europeas. De ahí, la estrategia antimperialista en América Latina presuponía la unidad de actividades proletarias de ambas Américas, la coordinación de acciones antimilitaristas y oposición abierta y conjunta a planes y actividades de Washington, todo aquello fue dirigido en contra del imperialismo estadounidense. Este contexto no hay que olvidarlo hoy día, al analizar las posturas de los gobiernos izquierdistas contemporáneos en América Latina.
Uno de los ejemplos más brillantes de los comunistas latinoamericanos involucrados en la lucha antimperialista en el período de la Comintern fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Cuba y de la sección cubana de la LADLA, Julio Antonio Mella. Su arresto en La Habana en 1925 (bajo la acusación de haber organizado un atentado) a el cual el joven líder estudiantil respondió con una huelga de hambre, provocó una repercusión latinoamericana e internacional y conllevó una campaña de solidaridad con Mella desplegada en toda América Latina.29 Mella, perseguido por el gobierno autoritario y en conflicto con los dirigentes dogmáticos de su propio partido, tuvo que ir al exilio a México. Al abandonar su patria, no dejó de participar en las actividades antimperialistas y prontamente asistió al Congreso Mundial en contra de la Opresión Colonial (celebrado en Bruselas en 192730); además, siguió siendo militante activo del comunismo latinoamericano y del movimiento antimperialista.
Varias secciones nacionales de la Comintern (sobre todo, la mexicana, la cubana, la brasileña) participaban en las actividades de las organizaciones regionales e internacionales antimperialistas. Además, los partidos comunistas latinoamericanos expresaban su protesta en contra de la injerencia de Washington en los asuntos internos de sus países respectivos (fue muy espectacular la campaña de
26 Angel Viñas, "Guerra Civil Española y cambios de paradigma", Cuadernos Americanos №2 (2015) 11.
27 Caballero, Latin, 78.
28 Ibid., 81.
29 Victor Jeifets, Lazar Jeifets, "El encuentro de la izquierda cubana con la Revolución Rusa: el Partido Comunista y la Comintern", Historia Critica №64 (2017) 88.
30 Daniel Kersffeld, Contra, 56-80; Christine Hatzky, Julio Antonio Mella. 1903-1929, una Biografía. (La Habana: Editorial Oriente, 2008).
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solidaridad con la resistencia sandinista en Nicaragua31) y en contra del actuar de las compañías estadounidenses y europeas en la región.
La experiencia de la política exterior antimperialista de los gobiernos de izquierda en América Latina en el siglo XX
Los límites de este artículo no permiten extenderse demasiado para contar todos los pormenores de la política antimperialista exterior de los regímenes progresistas en el hemisferio occidental durante la "Guerra Fría". No obstante, cabe hacer notar que la experiencia y las ideas de la Comintern se expresaron en las doctrinas y en las actividades cotidianas de varios gobiernos.
La revolución cubana de 1959 no solamente sacó a esta nación caribeña fuera de la influencia de Washington. Empujó a los revolucionarios liderados por Fidel Castro a adoptar la ideología marxista-leninista y tomar el sendero de las estrechas relaciones de alianza con la URSS. La contribución de Cuba a la estrategia internacional de la "comunidad socialista de naciones" entre las décadas de 1960-1980 fue considerable y logró traspasar los marcos regionales. Esto coincidió plenamente con las tradiciones revolucionarias internacionalistas de la Comintern. Los mismos comunistas cubanos partieron del planteamiento sobre los partidos comunistas y partidos obreros como una "vanguardia" en la "lucha democrática y antiimperialista en nuestra región".32
Los sentimientos revolucionarios y antimperialistas fueron el enfoque básico de la política exterior implementada por La Habana. Al mismo tiempo, el gobierno de Fidel Castro prestaba mucha atención al desarrollo del movimiento revolucionario latinoamericano. Según la resolución sobre la política internacional adoptada por el I Congreso del PCC en 1975, el país, "al participar en la lucha que se desarrollaba en la arena internacional, daba un significado especial al desarrollo del movimiento democrático, de liberación nacional y antimperialista en América Latina para lograr la liberación nacional de sus pueblos y su futuro paso hacia el socialismo".33 La política exterior de los comunistas cubanos fue ideologizada y doctrinaria lo que también parecía un reflejo del modelo cominternista. El mismo Fidel Castro hizo notar en 1976 que el "détente internacional para nada significaba que el imperialismo había perdido su esencia agresiva. La paz sólida solo se podría asegurar en el caso de que el imperialismo — por el cambio de balance en la arena internacional — ya no pueda atreverse a realizar una agresión militar...".34
El internacionalismo cubano se reflejaba en varias partes del mundo, sobre todo, en África, desde Argelia hasta Angola. Por cierto, según indican Víctor y Lazar Jeifets, Cuba tomó su decisión de ayudar a Angola sin consultarlo previamente con los dirigentes de la URSS.35 Al referirse a esta política internacional, Fidel Castro explicaba: "En algunos casos hemos enviado armas, en otras — hemos enviado especialistas (a los instructores militares, doctores, obreros de construcción), a veces enviábamos al mismo tiempo obreros de construcción, y doctores e instructores".36
Otro ejemplo de implementación de una política exterior de izquierda en América Latina durante la "Guerra Fría" fue el de Chile durante el gobierno de Salvador Allende. Las relaciones del gobierno de Unidad Popular (UP) con el mundo en 1970-1973 diferían
31 Kersffeld, Contra, 100-120.
32 Victor Jeifets, Lazar Jeifets. ¿Moscú, Beijing o la Habana? Los conflictos dentro de la izquierda latinoamericana en torno al a lucha insurreccional, Izquierdas 49 (2020), 2772.
33 "La resolución sobre la política internacional adoptada por el I Congreso del Partido Comunista de Cuba (diciembre de 1975)", en: Vneshniiapolitika sotsialisticheskoi Kuby, (Moscú, 1980) 70.
34 Fidel Castro (1976), La política exterior de Cuba socialista, ... 46.
35 Víctor Jeifets y Lazar Jeifets, "Traditsiia internatsionalizma v ideologii kubinskoi revolutsii", Latinskaya Amerika 8 (2020), 73.
36 I syezdKommunisticheskoi partii Kuby. Gavana, 17-22 dekabria 1975g., (Moscú, Gospolitizdat, 1976), 269-273.
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notablemente del curso que habían tomado las administraciones anteriores; se pudo detectar una dimensión antimperialista. El gobierno como tal consistía de elementos marxistas, y el mismo Presidente Allende había declarado en 1970: "Estoy convencido profundamente que la Gran Revolución Socialista de Octubre tiene realmente un significado histórico para los pueblos del mundo, porque impactó enormemente todo el desarrollo de la humanidad".37
El gobierno de la UP inicia los intercambios de Chile con los países socialistas, pues antes de 1970 eran casi inexistentes.38 Hizo énfasis especial en las relaciones con Cuba, con la cual La Moneda coordinaba a veces su política exterior. Los partidos de la UP partían del hecho de que el gobierno chileno quería "testimoniar su simpatía, amistad y fraternidad hacia Cuba".39 La administración de Salvador Allende estuvo también en contra del dominio pro-imperialista dentro de la Organización de Estados Americanos y propuso crear una organización cualitativamente nueva, "de latinoamericanos y para latinoamericanos", al afirmar que "un pre-requisito para realizar tal proyecto sería un seguimiento completo de los principios del "pluralismo ideológico", de autodeterminación y de no-injerencia en asuntos internos.40 La postura oficial de La Moneda fue el apoyo a 'la integración y la complementación de nuestras economías, en el marco de la Asociación Latinoamericana de libre comercio y del Mercado Común de los países andinos".41 Al rechazar las formas de integración existentes en las Américas dado sus dependencias del imperialismo, el gobierno de Salvador Allende planteó el asunto de la reforma en tales organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio para que estos dejaran de servir como herramientas de los intereses imperialistas.
Una de las primeras decisiones en el área de la política exterior del gobierno de la UP fue el ingreso en el Movimiento de los Países no Alineados fortaleciendo, sobre todo, los contactos con su pilar socialista. Dentro de las Naciones Unidas el gobierno chileno tomaba en este lapso temporal posturas similares o cercanas a las de la URSS y sus aliados (en tales temas como la guerra en Vietnam, el conflicto árabe-israelí, el desarme nuclear, etc.).
Definitivamente la política exterior del gobierno revolucionario sandinista en Nicaragua no solamente fue antimperialista sino también se enfocada en contra de Washington. Una necesidad vital de reforzar las relaciones con la URSS fue una de las líneas permanentes de la teoría y práctica sandinista a partir del época pre-revolucionaria.42 Pardo Santiago Pozas indica que los procesos revolucionarios desatados en Centroamérica y el Caribe provocaron la alarma en Estados Unidos resucitando el miedo al expansionismo soviético-comunista en toda la región considerada históricamente como un "patio trasero" de Washington y "la cuarta frontera" norteamericana."43 No hay de sorprenderse que el gobierno sandinista en la década de 1980 había logrado un apoyo amplio de parte de Cuba, la URSS y en general del movimiento comunista internacional.
37 Iosif Grigulevich, Salvador Allende, (Moscú, 1974), 146.
38 Jorge Magasich Airola, "La Política internacional chiliena del gobierno de la Unidad Popular 1970-1973: un intento de pluralismo en las relaciones internacionales", Tiempo Histórico 7 (2013), 21.
39 La Nación, Santiago de Chile, 27.07.1971.
40 Yuri Godunski y Aleksandr Sizonenko, Vneshniia politika pravitelstva Narodnogo Edinstva Chili (1970-1973 gg.) [La política exterior del gobierno de la Unidad Popular en Chile (1970-1973)] (Moscú, 1976), 99.
41 Jorge Magasich Airola, "La Política", 22.
42 Sandinistas. Ideology and Politics. URL: whtp://brown.edu/Research/Understanding_the_Iran_Affair/n-sandinistas.php (accessed 05. 09. 2020)
43 Pardo Santiago Pozas, Nicaragua (1979-1990), actor singular de las relaciones internacionales en el final de la guerra fría, Tesis doctoral (Leioa, Universidad del País Vasco, 2020) 23.
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El antimperialismo como el principio unificador para la izquierda latinoamericana y el Eje del "Socialismo del Siglo XXI"
La dimensión antimperialista fue y sigue siendo el principio unificador para varios segmentos (muy diferentes en otros aspectos) de la izquierda latinoamericana, sobre todo, para sus corrientes radicales, inclusive los partidos comunistas. Los profundos sentimientos antimperialistas de la izquierda latinoamericana se reflejan en la política exterior respectiva de varios gobiernos izquierdistas manteniendo los postulados cominternistas. De acuerdo con Juan Carlos Morales Manzur, el antimperialismo latinoamericanista, que hoy reconocemos como "rasgo identitario de actores políticos y sujetos sociales en distintas latitudes de nuestra América, prolonga un legado intelectual construido durante varias generaciones"; el autor indica que este antimperialismo tiene como momento inaugural la resistencia cultural.44
Aunque el principio de solidaridad antimperialista evolucionó a lo largo de varias décadas, sigue siendo parte esencial de la estrategia política de los comunistas latinoamericanos y del mundo en general. En particular, se refleja en la postura tomada hacia las actividades del imperialismo occidental en los Balcanes, el Gran Oriente Próximo y, obviamente, en América Latina misma. La resolución política adoptada por el XVI Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros en Guayaquil en 2016 llama a "reforzar la solidaridad con los Partidos Comunistas y Obreros, y con los pueblos en las luchas por la emancipación nacional y social que se libra en América Latina y en otras partes del mundo", llama al mismo tiempo a "afirmar el derecho de los pueblos a la soberanía, contra el gran capital y las imposiciones de interferencia y agresiones imperialistas".45 El movimiento comunista internacional y latinoamericano está bien enterado sobre los retos y amenazas que el imperialismo contemporáneo presenta: "Se agudizan los antagonismos, se forman focos de tensión imperialista, la agresión imperialista lleva como una consecuencia la escalada de actividades bélicas, ataques, operaciones desestabilizantes, sanciones de parte de fuerzas imperialistas cuyos protagonistas son los EE.UU. y otras potencias poderosas capitalistas de la UE"46
El Foro de Sao Paulo (FSP) toma una postura firme antimperialista; decenas de partidos y grupos de izquierda latinoamericanos se han adherido a este Foro aunque mantienen diferentes posturas ideológicas sobre varios otros asuntos. La Declaración Final del XX Encuentro del FSP en La Paz en 2014 afirmaba:
"En este marco de confrontaciones militares también existe una ofensiva, de las fuerzas capitalistas neoliberales y del imperialismo, a través de sus corporaciones multinacionales empresas y de la banca internacional, buscando controlar los recursos naturales, especialmente los bosques, los mares y las fuentes de agua, que alientan conflictos socio-ambientales, territoriales y culturales.. ,".47
44 Juan Carlos Morales Manzur, "El antiimperialismo latinoamericano y sus aportes a las ideas de unidad continental", Espacio Abierto 25:1 (2016). URL: https://redalyc.org/joumal/122/12246589008/html (accessed to 12. 04. 2022)
45 "XVI Encuentro internacional de Partidos comunistas y obreras". URL: https: / / drive.google.com/file/d/0B-pp8SIF2W0EJXgzUkN4S0E0NDBiTVhYRnd5aWx5ZG8y0FZN/view?resourceekey=0-GZ2G7Gr7j9imoV s2UmeLQ (accessed 13. 04. 2022)
46 "21 IMCWP, Appeal of the 21st International Meeting of Communist and Worker's Parties". URL: https:/ / solidnet.org/article/21-IMCWP-Appeal-of-the-21st-International-Meeting-of-Communist-and-Workers-Parties/ (accessed 13. 04. 2022)
47 "Declaración Final del XX Encuentro del Foro de Sao Paulo". URL: https: / / forodesaopaulo.org/declaracion-final-del-xx-encuentro-del-foro-de-sao-paulo/ (accessed 13. 04. 2022)
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Cabe notar que en sus actividades cotidianas el FSP (y lo mismo los partidos comunistas latinoamericanos) parte del hecho de que EE.UU. es el adversario imperialista principal y más peligroso para los pueblos de Latinoamérica, y este planteamiento es similar a muchos de los postulados de la Comintern. En la Resolución Final del XXIV Encuentro del FSP en La Habana (2018) sus participantes declararon que
«Los EUA y sus aliados necesitan consolidar la percepción de que la historia continental entró en una fase regresiva imparable a favor del capitalismo que combina la guerra mediática, jurídica y económica, la injerencia externa y la criminalización del movimiento y la protesta social, entre otros, que sirven a los golpes de nuevo tipo (judicial y parlamentario) o la derrota electoral."48
Una postura similar fue expresada — a nivel intergubernamental — por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que aglutina a los países del Eje del Socialismo del Siglo XXI. El ALBA fue fundado por iniciativa de Cuba y Venezuela y está orientado hacia la cooperación en el ámbito comercial, económico y social,49 además los miembros de la Alianza demuestran solidaridad en el área de la política exterior. En particular, tiene que ver con el rechazo de la injerencia imperialista en los asuntos internos de países soberanos de América Latina, sus protestas en contra de las sanciones y embargos estadounidense impuestos a Cuba y Venezuela, así como la condena a las actividades de Washington en varias partes del planeta. El ALBA afirma oficialmente que "el imperialismo está poniendo en peligro el futuro de la vida en el planeta, con su política militarista de injerencia y agresión, y causando la degradación catastrófica del medio ambiente."50 Sin embargo, la crisis sistémica no solamente logró agravar la situación política, social y económica en Venezuela, sino, como lo indica Dmitry Rozental, tuvo sus consecuencias internacionales llevando a una disminución de las actividades del ALBA.51
Cuba, las tradiciones antimperialistas vigentes en el siglo XXI
De todos los países definidos como pertenecientes a la izquierda anticapitalista Cuba tiene la mayor experiencia de implementación de una política exterior antimperialista. Su experiencia socialista, revolucionaria y libertadora impactó de cierto modo a los procesos revolucionarios orientados hacia cambios socialistas en toda América Latina en el siglo XXI.52
Entre otros aspectos, la postura "anti-Washington" es una parte esencial y primordial de la política exterior de La Habana. Mientras Fidel Castro aún dirigía el gobierno, tildó la política de la administración republicada encabezada por George Bush Jr. como "un producto del cálculo a sangre fría, que forma razones para un rearmamento y gastos colosales para comprar y producir armas, mientras la "Guerra Fría" ya había acabado y mucho antes de los eventos del 11 de septiembre".53 Al mismo tiempo, F. Castro tuvo que reconocer que "Washington ya no es capaz de acudir a una dictadura
48 "Declaración final del XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo — 15 al 17 julio de 2018 — La Habana, Cuba". URL: https: / / forodesaopaulo.org/declaracion-final-del-xxiv-encuentro-del-foro-de-sao-paulo-15-al-17-de-julio-de-2018 (accessed 13. 04. 2022)
49 Bruce M. Bagley and Nagdalena Defort (eds.), Decline of US Hegemony? A Challenge of ALBA and a New Latin American Integration of the Twenty-First Century (New York — London, Lexington Books (Lanham/Boulder), 2015), 255.
50 "Jornada Internacional de lucha Antiimperialista (2020)". URL: https://albamovimentos.net/jornada-internacional-de-lucha-antiimperialista/ (accessed 12. 04. 2022)
51 Dmitriy Rozental, Victor Jeifets, "Política de Venezuela en el ambiente de inestabilidad", Iberoamérica 4 (2018), 63.
52 Vadim Semyonov, Sotsiali^m i revolutsii XXI veka: Rossiia i mir, (Moscú, 2009), 197.
53 Fidel Castro y Ramonet, Ignacio, Biografía a dos voces (Barcelona, Debate, 2006), 604
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como en los épocas anteriores" y que "el imperialismo ya está privado de herramientas antiguas y no puede aplicarlas".54
El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los EE.UU. (caracterizado por Arturo López Levy como "el triunfo de la diplomacia y de la democracia"55) y el decrecimiento de intensidad en el conflicto cubano-estadounidense durante la Presidencia de Barak Obama para nada han cancelado el vector antimperialista y antiestadounidense en la política exterior de La Habana. Es, de cierta manera, una respuesta al planteamiento de tales investigadores como Ernesto Domínguez López y Helen Yaffe sobre una posibilidad del retroceso de Cuba en el asunto del antimperialismo para lograr una normalización de relaciones con Washington.56
A lo largo de la segunda mitad del siglo XX y las dos décadas de este siglo la política exterior de la Cuba socialista mantuvo su esencia revolucionaria e internacionalista casi siempre estando en desacuerdo con las posturas e intereses de los EE.UU. en temas tan diferentes como la lucha contra el terrorismo internacional, la situacion en el Oriente Próximo y en Asia del Este, la "primavera árabe" y la integración latinoamericana. La política exterior y la política doméstica cubana están determinándose una a la otra, lo que hace recordar la sociedad soviética de los tiempos de la Comintern y e incluso durante la perestroika. Estas circunstancias no han variado tras la renuncia de Fidel Castro a los puestos superiores en el gobierno y en el PCC. Tanto en la dimensión nacional, como en la global, Raúl Castro asumió el compromiso de "defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo", de acuerdo a sus propias palabras.57 Según la postura oficial del gobierno de Cuba y del PCC, el desarrollo del socialismo estatal y la implementación de la política exterior independiente y revolucionaria están fuertemente entrelazados entre sí.
Cuba mantiene su papel dirigente en el ALBA y — en gran parte — entre los países latinoamericanos orientados hacia el socialismo. Y a pesar de no abandonar antiguos postulados ideológicos, La Habana logra ampliar la cantidad y elevar la calidad de sus enlaces con otros países latinoamericanos.58 El modelo económico cubano no es el más atractivo hoy día ni siquiera para las fuerzas de izquierda, pero Cuba tiene posiciones de liderazgo moral y político entre los países que pugnan por una política de izquierda y antimperialista en América Latina. A nivel oficial el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba afirma que las "columnas vertebrales" de la política exterior cubana son "el internacionalismo, el antiimperialismo, la solidaridad y la unidad entre los países del Tercer Mundo."59
A nivel del PCC, se plantea realizar una política más activa, una ofensiva en el campo exterior, para alcanzar la movilización popular en las naciones latinoamericanas. Los comunistas cubanos afirman que conducen "la política exterior de la Revolución Cubana, que descansa en la noción de que un mundo mejor es posible y que para luchar por él se requiere del concurso de muchos y de la movilización de los pueblos".60 Este planteamiento se relaciona plenamente con la actitud de la III
54 Castro y Ramonet, Biografía, 560.
55 Arturo Lopez-Levy, US and Cuba swap embassies: victory of diplomacy and democracy. (2015). URL: https: / / fpip.org/us-and-cuba-swap-embassies-victory-of-diplomacy-and-democracy/ (accessed 28. 07. 2022)
56 Ernesto Domínguez López, Helen Yaffe, "The deep historical roots of Cuban anti-imperialism", Third worldQuarterly38:11 (2017), 2527.
57 Helen Sugelly, León Ortega, "La política exterior de Cuba en el Sistema Moderno de las Relaciones Internacionales", Revista Foro Cubano I:1 (2020) 83.
58 Víctor Kheifets y Kheifets, Lazar, "Kuba: pereosmysleniie roli strany v mirovom soobschestve", Mirovaya ekonomika i me^hdunarodnye otnosheniia 61:2 (2017), 95.
59 "Proyección. Principios de la Cancillería de la República de Cuba", URL: https://cubaminrex.cu/es/proyeccion (accessed 18. 04. 2022)
60 "Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República de Cuba, en la clausura del Octavio Congreso del Partido en el Palacio de Covienciones, el 19 de abril de 2021, "Año 63 de la Revolución"",
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Internacional que insistía en que la política exterior revolucionaria de la URSS estaba contribuyendo a radicalización y movilización de las masas populares en los países sometidos al yugo imperialista y los países dependientes.
Al centrar su antimperialismo contra los EE.UU., la diplomacia cubana aboga por las relaciones internacionales sin presiones y sumisión. Ellos critican a los miembros de la OTAN por su plan de "cercar a Rusia", sin embargo Cuba demuestra su respeto a las fronteras establecidas internacionalmente. En febrero de 2022, en la fase abierta del conflicto militar ruso-ucraniano, el MRE de Cuba declaró que "abogaría por una solución diplomática a través del diálogo constructivo y respetuoso".61 Cuba prefirió abstenerse durante las votaciones de la Asamblea General de la ONU respecto a las resoluciones que condenaban la postura rusa, aunque en 2014 había votado a favor de Moscú.
Esto comprueba que incluso tras el abandono del poder por los hermanos Castro, la política exterior de La Habana no sufrió cambios sustantivos en lo que se refiere a postulados antimperialistas. Esta actitud no solo se conserva en la doctrina, sino tiene su implementación en las muestras de solidaridad con los países del Sur global (en los ámbitos de salubridad, cultura y deporte), en la "diplomacia popular', en la participación activa en el ALBA etc. El PCC, a su vez, mantiene su curso hacia la unificación y alianza de las fuerzas de izquierda y progresistas en Latinoamérica desempeñando uno de los papeles claves dentro del FSP.
Venezuela, la diplomacia bolivariana como caso de una política exterior de izquierda
Venezuela, tal vez, es el único país latinoamericano que pueda competir con Cuba en el siglo XXI por ser el mayor protagonista del antimperialismo de izquierda en el hemisferio occidental. Desde el ascenso de Hugo Chávez a la presidencia se hizo claro que la política exterior venezolana adquiría postulados firmes antimperialistas. En particular, la declaración de Hugo Chávez hecha el 30 de octubre de 2001 causó complicaciones notables en las relaciones entre Washington y Caracas, tras la condena hecha por el presidente venezolano a las actividades estadounidenses en Afganistán.62 Una actitud igualmente estricta fue tomada por el gobierno chavista y sus aliados hacia las actividades de los EE.UU. y la OTAN en los Balcanes, en Iraq, en la crisis iraní, etc. El mismo Chávez y sus ministros interpretaban de manera inequívoca la política de Washington y de sus aliados en Europa occidental como una política imperialista que contradecía a los intereses de pueblos latinoamericanos. De acuerdo a Chávez, la esencia de la política exterior estadounidense sólo podría caracterizarse de la siguiente manera: "A los gobiernos insumisos hay que acusarlos de todo y a los gobiernos sumisos hay que apoyarlos en todo".63
La situación geopolítica formada por el giro a la izquierda en Latinoamérica aunada a la situación financiera que significaba grandes bonanzas petroleras permitió a Caracas implementar una política exterior activa destacando sus elementos antimperialistas y pan-latinoamericanistas. Como bien indican I. Sagar Zazu y G. Thies Cameron la combinación de varios factores hizo posible para Venezuela iniciar los proyectos multidimensionales que incluyeron intentos de unir algunos bloques comerciales, promover un nuevo banco internacional como la alternativa al Fondo Monetario
https://pcc.cu/sites/default/files/discursos/2305/2021 05/Discurso%20Clausura%208vo%20Congreso%20Diaz%30Canel pdf (accessed 18. 04. 2022)
61 "Llamamos a preservar la paz y la seguridad", URL: https://cubamix.cu/es/llamamos-preservar-la-paz-y-la-seguridad-intemacionales (accessed 15. 07. 2022)
62 Vladimir Bulavin, Emil Dabagyan, Victor Semyenov, Venezuela vpoiskakh alternativy (Moscú, 2002), 94.
63 Hugo Rafael Chávez Frias, Las líneas de Chávez, (Moscu, 2010), 172.
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Internacional, abastecer a los socios y aliados con el acceso al petróleo barato, y varias otras iniciativas dentro del marco anti-Washington.64
No hay de sorprenderse con la reacción negativa de los EE.UU. hacia esta política exterior de izquierda y antimperialista; Washington de pronto respondió con injerencias y sanciones. Venezuela ha incursionado en terrenos que suelen ser muy preocupantes para los EE.UU. (una amenaza de un embargo petrolero impuesto a las ventas del crudo para las empresas norteamericanas, el rechazo venezolano a fomentar una cooperación militar y participar en los ejercicios militares regionales y bilaterales con Estados Unidos).65 Sobre todo, el Pentágono estaba preocupado con las relaciones de alianza entre Venezuela y la Cuba castrista, pero precisamente en este aspecto Caracas no pudo y no quiso ceder. El bloque cubano-venezolano fue el "corazón" de la política exterior chavista bolivariana y tuvo que ver con su carácter internacionalista. Gracias a aquellas relaciones estrechas, los dos países lograron prender el mecanismo del ALBA que hoy día sigue siendo el único bloque intergubernamental con la agenda claramente de izquierda socialista.
Al criticar el golpe de estado en Honduras en 2009, el Presidente H.Chávez afirmó que este coup d'etat "es contra todo lo que se encarna en estas cuatro letras: ALBA, la Alianza Bolivariana no solo es una urgencia histórica sino la vía inexorable para hacerle frente a la crisis estructural del capitalismo y, por eso mismo, el instrumento unitario de mayor voluntad política a la hora de actuar en función de la impostergable unidad de Nuestra América".66 En cierta medida el ALBA continua tradiciones de estructuras post-cominternistas, tales como el Consejo de Ayuda Económica Mutua (el COMECON). Venezuela durante la Presidencia de H. Chávez y también durante el mandato de su sucesor, Nicolás Maduro, estaba contribuyendo y sigue haciéndolo a la unidad de las fuerzas antimperialistas en varias áreas. Según indicó N.Maduro en marzo de 2021 durante el Día Bolivariano convocado anualmente por los miembros del ALBA, "los EE.UU. parecen destinados por la providencia para plagar de miseria a la América en nombre de la libertad".67 El Partido Socialista Unido gobernante en Venezuela afirmó más de una vez que su país es el epicentro de la "resistencia antiimperialista".68 De acuerdo al prominente académico estadounidense Javier Corrales, Venezuela (sobre todo en el período chavista) podría ser caracterizado como "el país que estaba implementado un "balance de su propio soft power — la "fuerza social"69) lo que se reflejaba en la dimensión humanitaria de las relaciones con los países socios del ALBA.
Hoy día varios expertos y militantes de izquierda indican que la política exterior de Maduro es bastante oportunista y perdió la esencia y brillos antimperialistas que se pudieron ver claramente durante la Presidencia de H. Chávez. Estamos de acuerdo con la existencia de diferencias tanto en el estilo como en el contenido de esta política. Pero objetivamente tanto la República Bolivariana de Venezuela como Cuba siguen siendo pilares firmes y principales del antimperialismo latinoamericano y los críticos más consecutivos del modelo norteamericano del imperialismo en América Latina y el Caribe y, esto, incluso si tomemos en cuenta las contradicciones del desarrollo interno de Venezuela, lleva a Caracas los bonos de una solidaridad antimperialista de parte de la izquierda latinoamericana y cierto apoyo de parte de corrientes radicales de izquierda en todo el mundo. Al mismo tiempo, estamos de acuerdo con la conclusión hecha por los historiadores rusos Víctor Jeifets y Lazar Jeifets sobre que
64 Iñaki Sagar Zazu, Thies G. Cameron, "The Foreign Policy Rhetoric of Populism: Chávez, Oil, and Anti-imperialism",
Political Research Quarterly 72:1 (2019), 205.
65 Carlos A. Romero, 'La Política exterior de la Venezuela Bolivariana", Plataforma democratica, Working Paper 4 (2010), 18.
66 Chávez Frias, Las líneas, 147.
67 "Venezuela conmemora Día del Antiimperialismo Bolivariano", URL: https: / /telesurtv.net/venezuela-conmemora-dia-antiimperialismo-bolivariano-20210310-0003.html (accessed to 21. 04. 2022)
68 "Venezuela es epicentro de resistencia antiimperialista", URL: https: / /psuv.org.ve/portada/venezuela-es-epicentro-resistencia-antiimperialista/#.YmFuZnZBzIU (accessed 21. 04. 2022)
69 Javier Corrales, Using Social Power to Balance Soft Power: Venezuela's Foreign Policy, The Washington Quarterly (2009), 98.
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"la ideología y práctica de la Comintern impactaron la formación política de los dirigentes de la "Revolución Bolivariana", sobre todo, de Hugo Chávez.70 No obstante, el discurso antiestadounidense en la política exterior de Caracas no es el único contenido de tal política. Tanto durante la presidencia de H. Chávez, como durante el gobierno de N. Maduro, la diplomacia venezolana mantenía sus posturas consecuentes de condena a la ocupación israelí de los territorios palestinos, abogaba por el derecho de autodeterminación de Guadalupe y Martinica, así como reconocía la pertenencia de las Islas Malvinas a la Argentina.
Bolivia, el Buen Vivir para todo el mundo
Los postulados ideológicos del Movimiento al Socialismo (MAS) gobernante en Bolivia se pueden caracterizar en lo general como una mezcla de principios de izquierda socialista y del populismo de izquierda, y esto nos permite evaluar la política exterior de esta nación sudamericana en 2000-2010 como un caso del curso original internacionalista y antimperialista. Evo Morales y sus partidarios defienden las ideas y principios de igualdad, independencia, paz y "buen vivir" no solamente para los bolivianos mismos sino también para otros pueblos del planeta. Los dirigentes del MAS parten del postulado de que para reforzar "las relaciones con estos dos países [Cuba y Venezuela] firmó el Acuerdo Alternativa Bolivariana para los pueblos", acuerdo comercial que es considerado, "antineoliberal y antiimperialista", y alternativo al tratado de libre comercio con los Estados Unidos.71 El MAS y Evo Morales plantean — como una alternativa a las relaciones imperialistas y neoliberales — el comercio internacional justo y libre de criterios exclusivos de mercado y de una competencia no leal. Fue lógico que tal actitud llevó a Bolivia al ALBA durante la Presidencia de Evo Morales. Evo Morales deseaba ansiosamente diversificar las relaciones bilaterales buscando nuevos socios en Asia y África para disminuir la dependencia de Bolivia de las naciones occidentales y para esto recurría — entre otras cosas — a discursos más y más antimperialistas.72
Durante los tiempos de su presidencia Evo Morales declaraba repetidamente que el imperialismo es el enemigo principal de la humanidad y del progreso social y, en particular, es el adversario irreconciliable de los pueblos latinoamericanos y la integración continental. Al igual que los otros dirigentes de países del Eje del Socialismo del Siglo XXI, Morales consideraba que Washington es una amenaza para las naciones del mundo. Al inaugurar la Escuela Militar Antimperialista en 2016, declaró: "Si el imperio enseña — por conducto de las escuelas militares — a dominar en el mundo, nosotros — en esta escuela — vamos a enseñar como liberarse de la opresión imperialista".73 Es menester enfatizar que los socialistas bolivianos están seguros que el imperialismo es un peligro no solamente en sus aspectos militares, sino también en los ámbitos económico, social, ecológico y cultural, y tal postura tiene mucho que ver con el enfoque de la Comintern sobre la esencia del imperialismo.
La retórica del populismo de izquierda y hasta patriotera del MAS nunca impidió a los socialistas bolivianos plantear los lemas internacionalistas de la defensa en contra del imperialismo norteamericano. Precisamente esta amenaza, de acuerdo a los dirigentes del MAS, convierte a los
70 Victor L. Jeifets, Lazar S. Jeifets, "The Cominternist origins of current socialist Bolivarianism", Vestnik VolGU, Serie 4, History, Regional Studies, International Relations 27:2 (2022), 189.
71 Luis Alfredo Almanza Larrazabal, Las relaciones internacionales de Bolivia: ¿Un cambio de paradigma un su política externa? (2015) URL:
https://researchegate.net/publication/283091084 LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE BOLIVIA Un camb io de paradigma en su politica externa (accessed to 26. 04. 2022)
72 Coelho de Souza, Clayton M. Cunha Filho, Vinicius Santos, "Changes in the Foreign Policy of Bolivia and Ecuador: Domestic and International Conditions", Brazilian Political Science Review 14(3) (2020), 8.
73 "Bolivia Open's "Anti-imperialist" Military School", (2016) URL: https://voanews.com/a/bolivia-opens-anti-imperialist-military-school/3469495.html (accessed 26. 04. 2022)
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trabajadores de su país en parte natural del movimiento mundial anticapitalista y antimperialista. En 2018 Morales declaró — a nombre del MAS -: "Seremos antiimperialistas hasta la muerte, cómo no serlo cuando EE. UU planteó dividir a Bolivia. No es posible que haya una dependencia ideológica de dominación que se hacía en la escuela de las Américas. Hoy en día les llaman "ejercicios conjuntos" con el ejército de EE. UU".74 El actual Presidente de Bolivia Luis Arce Catacora (otro masista) ejerce, tal vez, la retórica menos fuerte en contra de Washington, sin embargo, al ser uno de los dirigentes del MAS, comparte los criterios de su partido sobre la necesidad de reforzar la solidaridad antimperialista.
El caso boliviano de inicios del siglo XXI demuestra, por cierto, que el movimiento socialista "desde abajo" podría ascender al poder no solamente en los países industrialmente avanzados, y que es capaz de llevar a cabo transformaciones radicales tanto domésticas como en el ámbito de la política exterior manteniendo una línea firme antimperialista. Este ejemplo — si la Comintern hubiese existido ahora — seguiría la táctica de la III Internacional respecto al movimiento revolucionario democrático latinoamericano.
La política exterior de Bolivia durante los gobiernos del MAS demuestra que la dimensión antimperialista no incluye exclusivamente los temas latinoamericanos y la retórica anti-Washington. Al igual que en los casos de Cuba y Venezuela, esa política se proyecta hacia el mundo entero coincidiendo con los enfoques globalistas de la Comintern. En particular, esto se refiere a la región del Gran Oriente Próximo. De tal modo el Ministerio de Relaciones Exteriores reaccionó a la nueva explosión de tensiones en los territorios palestinos en 2022 expresando su "firme rechazo a la escalada de violencia de Israel en contra el Pueblo, en Cisjordania y Jerusalén Oriental...".75 El otro comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Bolivia afirmaba: "nos unimos a los esfuerzos internacionales que conduzcan a la solución de los Estados, con la consolidación de un Estado Palestino libre, soberano e independiente con las fronteras internacionales anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital, de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas".76 Bolivia apoya también la lucha de liberación nacional del pueblo de la República Democrática Árabe de Sahara liderada por el Frente POLISARIO.
Los acontecimientos de 2019 cuando Evo Morales tuvo que renunciar durante las elecciones presidenciales con resultados polémicos y el MAS tuvo que abandonar — provisionalmente — el gobierno, demostraron claramente la existencia de la solidaridad entre las fuerzas de izquierda latinoamericana basada sobre los principios de internacionalismo y antimperialismo. El apoyo moral y político recibido por los socialistas bolivianos de parte de sus partidarios en otros países de Latinoamérica fue demostrado por casi toda la izquierda. A su vez, la línea de la política exterior implementada tanto por Morales, como por Arce, sigue siendo consecuente en su internacionalismo y antimperialismo, dirigidos hacia el reto de rediseñar el orden mundial haciéndolo más democrático y justo. Al mismo tiempo, es menester notar que la crítica de los imperialismos existentes en el mundo no es absolutamente igual; Bolivia como los demás países del Eje del Socialismo del Siglo XXI ataca, sobre todo, al imperialismo norteamericano. Según Evo Morales (quien sigue siendo dirigente del MAS), "los problemas ocasionados entre Rusia y Ucrania vienen de la OTAN, así como EE.UU. e Israel".77 El Presidente Luis Arce comparte casi el mismo criterio señalando que el conflicto ruso-ucraniano "nace del intento imperialista de sentar hegemonías para continuar explotando y oprimiendo a nuestros
74 URL: https://mundosputniknews.com/20180508/soberania-defensa-bolivia-1078484894.html (accessed 26.04.2022)
75 "Comunicado. Solidaridad con el pueblo palestino", (2022) URL: https: / / cancilleria.gob.bo/webmre/comunicado/4881 (accessed 26. 04. 2022)
76 "Comunicado. Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo palestino", (2021) URL: https://cancilleria.gob.bo/webmre/comunicado/4737 (accessed 08. 09. 2022)
77 "Los problemas ocasionados entre Rusia y Ukrania vienen de la OTAN", (2022) URL: https: / / masipsp.bo/evo-morales-los-problemas-ocasionados-entre-rusia-y-ukrania-vienen-de-la-otan/ (accessed 26. 04. 2022)
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pueblos".78 Los dos ni siquiera mencionan ciertos rasgos imperialistas que existen en el conflicto entre Rusia y Ucrania (en lo que se refiere a la postura de Moscú).
La nueva etapa de la retórica anti-Washington en Nicaragua
Las tensas relaciones entre Nicaragua y los EE.UU. no solo tienen que ver con la difícil y complicada situación en este país centroamericano, también están determinadas por el contexto histórico. Aún en su programa de 1969, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) había anunciado que "la Revolución Popular sandinista liquidará la política exterior de sumisión al imperio yanqui y establecerá una política exterior patriótica de absoluta independencia nacional y por una auténtica paz universal".79 A lo largo de los gobiernos sandinistas en la década de 1980 aquella promesa se convirtió en la línea firme de la política del gobierno de Daniel Ortega Saavedra.
Es cierto que al mismo tiempo que la retórica sandinista y sus políticas han evolucionado en comparación con la época de los años ochenta, también el mismo sistema de relaciones internacionales ha cambiado drásticamente. Pero como bien indica el experto en la política exterior de Nicaragua C.Mileva, tras el retorno del FSLN al poder en 2006, la política exterior diseñada en este tiempo desde Managua mostraba "un claro desfase con la realidad internacional contemporánea, manifestándose todavía a través de sus discursos o pleitos internacionales, y llevando la bandera de la cruzada contra el imperialismo".80 En el plano de la política doméstica el gobierno liderado por Daniel Ortega no coincide mucho con los demás países del Eje del Socialismo del Siglo XXI, pero en el ámbito internacional la inclinación de Managua hacia relaciones privilegiadas con Cuba y Venezuela es bastante obvia. En 2007, el gobierno sandinista decidió afiliarse con el ALBA. Tras esta resolución, Venezuela abastece a Nicaragua con el crudo petrolero y con préstamos, invierte en su economía (aunque las inversiones no son enormes), mientras los doctores cubanos trabajan en el sistema nicaragüense de salubridad.81 Tanto a nivel latinoamericano, como a nivel global (para ejemplo, en la ONU) Managua coordina sus actividades con La Habana y Caracas. En particular, las actitudes de la diplomacia nicaragüense respecto a las situaciones en el Norte de África y en el Oriente Próximo, así como en Asia del Pacífico, coinciden casi siempre con los puntos de vista venezolano y cubano.
En correspondencia con el empeoramiento de las relaciones entre Nicaragua y los EE.UU. debido a las represiones y persecución a las fuerzas opositoras en Nicaragua, la retórica antimperialista de Daniel Ortega u otros líderes del FSLN se hace más y más visible siendo dirigida hacia los EE.UU. y sus aliados en Europa Occidental. Desde el punto de vista del FSLN, su país al igual que varias otras naciones latinoamericanas es objeto de injerencia y presión por parte del imperialismo internacional encabezado por Washington. Tras su reelección como presidente, Daniel Ortega afirmó en noviembre de 2021: "Por eso es que hay tanto odio a los pueblos que luchamos por nuestra independencia, por nuestra soberanía. Por eso tanto odio contra Cuba, Venezuela, Bolivia. Ellos siempre sienten que estos pueblos se siguen rebelando y rompiendo las cadenas del colonialismo".82 Con mucha frecuencia los
78 "Arce afirma que la posición de Bolivia sobre Ucrania no ha afectado la inflación", (2022) URL: https: / / efe.com/efe/america/economía/arce-afirma-que-la-posicion-de-bolivia-sobre-ucrania-n-ha-afectado-inflacion/20000011-4808216 (accessed 28. 07. 2022)
79 FSLN, Programa histórico del FSLN. (Managua, 2006), 9.
80 Chialvo Mileva, Nicaragua: política exterior durante y post guerra fría, (Santa Fe, 2020), 20.
81 Nils McCune, Nicaragua and Contemporary American Imperialism, The Pallgrave Encyclopedia of Imperialism and Anto-imperialism. (Palgrave Macmilllan, 2019), 8. URL:
https://researchegate.net/publications/336530920 N Nicaragua and Contemporary American Imperialism (accessed to 26. 04. 2022)
82 "Daniel Ortega lanza su mas virulento discurso de odio contra los presos políticos", (2021) URL: https://confidencial.com/ni/politica/el-dictador-lanza-discurso-de-odio-contra-los-presos-politicos/ (accessed 26.04.2022)
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representantes oficiales de Nicaragua califican la política implementada por los EE.UU. y sus aliados europeos como una política "fascista" e incluso "nazista".
Al mismo tiempo, es menester indicar que la dimensión antimperialista en el caso de Nicaragua es, sobre todo, la retórica política. Es cierto que Nicaragua mantiene su firme alianza con Cuba y Venezuela y su membresía en el ALBA, mientras el FSLN sigue siendo un actor importante dentro del Foro de Sao Paulo. Al mismo tiempo, el modelo neoliberal de la economía nicaragüense, las condiciones beneficiosas para los inversionistas capitalistas extranjeros tras el regreso de los sandinistas al poder demuestran toda la artificialidad de la retórica "revolucionaria" del FSLN en las circunstancias contemporáneas.
Cabe notar también que no solo los gobiernos del Eje del Socialismo del Siglo XXI demuestran su solidaridad y apoyo a Nicaragua. El feedback con los actores principales de la izquierda latinoamericana construido durante varias décadas (así como en los casos de Cuba, Venezuela y Bolivia) funciona; el FSP durante los últimos años expresaba repetidamente su apoyo a la resistencia de Nicaragua a las presiones de parte de Washington. En particular, una de las resoluciones del FSP repudia "enérgicamente" la política "intervencionista" de los EE.UU. respecto a los asuntos interiores de la Nicaragua sandinista, el país al cual Washington aplica su conocida fórmula del imperialismo norteamericano para las naciones que "no quieren someterse a sus intereses hegemónicos: causar violencia, destrucción y muerte a través de las actividades desestabilizadoras de los grupos terroristas de la derecha putchista".83 La izquierda latinoamericana al alinearse con Nicaragua hace caso omiso a las violaciones de derechos humanos y a las represiones políticas en aquel país, y esta actitud hace recordar la postura similar tomada por muchos izquierdistas y progresistas hacia la URSS, y — aún más visible — por los miembros de la Comintern que se solidarizaban siempre con la postura soviética sin analizar realmente lo que estaba aconteciendo dentro de la Patria del proletariado mundial.
Conclusiones
Aunque es difícil repetir la experiencia de la Comintern dentro de la izquierda contemporánea, algunos elementos de esta experiencia se han integrado firmemente en las actividades no solamente de los partidos comunistas sino también de otras fuerzas progresistas. En la mayoría de los países del Eje del Socialismo del Siglo XXI los comunistas ni siquiera son parte del gobierno, sin embargo, la línea exterior izquierdista de aquellas naciones se corresponde en muchos aspectos a las actitudes del movimiento comunista internacional.
En las circunstancias actuales de América Latina y del Caribe son Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua los países que de manera más consecuente están implementando la política exterior de izquierda basada sobre principios antimperialistas. Es cierto que este antimperialismo tiene un sentimiento fuertísimo antiestadounidense, y en esto no difiere mucho de las declaraciones y actividades de las secciones latinoamericanas de la Comintern. Cuando los militantes de la izquierda latinoamericana están hablando sobre imperios, se refieren a los EE.UU. Pero no es el único objeto de su estrategia antimperialista. Pugnan en contra del neocolonialismo, y consideran que los Estados Unidos —como una superpotencia — es la fuerza motriz del imperialismo y neocolonialismo global, y por eso, la amenaza más peligrosa para las naciones latinoamericanas y para la lucha cotidiana por la unidad de progresistas y antimperialistas, para la solidaridad firme con la política de los gobiernos de izquierda y progresistas. Según el prominente intelectual boliviano y ex-vice-presidente Álvaro García Linera, el propósito de las fuerzas progresistas latinoamericanas es propulsar un mundo "sin
83 E. Herrera, "L'Infamie nicaraguayenne du Forum de Sao Paulo", Inprecor, Paris, 2018, №655-656, 6.
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capitalismo, colonialismo e imperialismo".84 Casi la misma fórmula que la Comintern había propuesto hace más de medio siglo.
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