Научная статья на тему 'De Barracas a Bella Vista: la trayectoria intelectual y militante de Susana Fiorito (1953-1988)'

De Barracas a Bella Vista: la trayectoria intelectual y militante de Susana Fiorito (1953-1988) Текст научной статьи по специальности «Языкознание и литературоведение»

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Intelectuales / clase obrera / pequeña burguesía / sindicatos / partidos políticos / Intellectuals / working class / petite bourgeoisie / trade unions / political parties

Аннотация научной статьи по языкознанию и литературоведению, автор научной работы — José Alberto Barraza

El artículo tiene como objetivo reconstruir la trayectoria de Susana Fiorito entre 1953 y 1988. Analizaremos su paso por los distintos espacios de militancia teniendo en cuenta sus debates con intelectuales y dirigentes partidarios. Indagaremos su labor en la Secretaría de Prensa del Sindicato de Trabajadores de Fiat Concord a partir de los intercambios con los miembros de la comisión directiva y su vinculación con el movimiento obrero. Finalmente, examinaremos su producción escrita y sus testimonios orales para indagar cómo fue la transición de una persona de origen pequeño burgués a realizar una actividad intelectual en un barrio obrero. abordar el vínculo entre los intelectuales y la clase obrera argentina. De este modo, el itinerario de Fiorito reflejó el fenómeno de radicalización política de un sector de los intelectuales, entre las décadas del sesenta y setenta, quienes buscaron fusionarse con el movimiento obrero con la idea de acercarlos a las ideas socialistas.

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From Barracas to Bella Vista: the intellectual and militant career of Susana Fiorito (1953-1988)

The aim of this article is to reconstruct the career of Susana Fiorito between 1953 and 1988. We are going to analize her passage through the different areas of militancy taking into account her debates with intellectuals and party leaders. We are going to explore her work in the Press Secretary of Fiat Concord Workers Union from the exchanges with the members of the board of directors and her links with the labor movement. Finally, we are going to examine her written production and oral testimonies to explore how a person of petty-bourgeois origins transitioned to carry out an intellectual activity in a working-class neighborhood. Thereby, Fiorito's itinerary expressed the phenomenon of political radicalization of a sector of intellectuals between the sixties and seventies who sought to merge with the labor movement with the idea of bringing them closer to socialist ideas.

Текст научной работы на тему «De Barracas a Bella Vista: la trayectoria intelectual y militante de Susana Fiorito (1953-1988)»

52, julio 2023: 1-24

De Barracas a Bella Vista: la trayectoria intelectual y militante de Susana Fiorito

(1953-1988)

From Barracas to Bella Vista: the intellectual and militant career of Susana Fiorito (1953-1988)

José Alberto Barraza*

Resumen: El artículo tiene como objetivo reconstruir la trayectoria de Susana Fiorito entre 1953 y 1988. Analizaremos su paso por los distintos espacios de militancia teniendo en cuenta sus debates con intelectuales y dirigentes partidarios. Indagaremos su labor en la Secretaría de Prensa del Sindicato de Trabajadores de Fiat Concord a partir de los intercambios con los miembros de la comisión directiva y su vinculación con el movimiento obrero. Finalmente, examinaremos su producción escrita y sus testimonios orales para indagar cómo fue la transición de una persona de origen pequeño burgués a realizar una actividad intelectual en un barrio obrero. abordar el vínculo entre los intelectuales y la clase obrera argentina. De este modo, el itinerario de Fiorito reflejó el fenómeno de radicalización política de un sector de los intelectuales, entre las décadas del sesenta y setenta, quienes buscaron fusionarse con el movimiento obrero con la idea de acercarlos a las ideas socialistas.

Palabras Clave: Intelectuales; clase obrera; pequeña burguesía; sindicatos; partidos políticos.

Abstract: The aim of this article is to reconstruct the career of Susana Fiorito between 1953 and 1988. We are going to analize her passage through the different areas of militancy taking into account her debates with intellectuals and party leaders. We are going to explore her work in the Press Secretary of Fiat Concord Workers Union from the exchanges with the members of the board of directors and her links with the labor movement. Finally, we are going to examine her written production and oral testimonies to explore how a person of petty-bourgeois origins transitioned to carry out an intellectual activity in a working-class neighborhood. Thereby, Fiorito's itinerary expressed the phenomenon of political radicalization of a sector of intellectuals between the sixties and seventies who sought to merge with the labor movement with the idea of bringing them closer to socialist ideas.

Keywords: Intellectuals; working class; petite bourgeoisie; trade unions; political parties.

Recibido: 1 de junio 2023 Aceptado: 26 julio 2023

* Argentino, Profesor y Licenciado en historia. Actualmente becario en el CIECS-CONICET, Córdoba, Argentina. Mail: kbzonbarraza@hotmail.com.

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Introducción

El estudio acerca de los vínculos entre los intelectuales y los trabajadores es una temática que viene adquiriendo una mayor relevancia en la historiografía sobre el movimiento obrero argentino. El presente artículo pretende contribuir a esta vertiente historiográfica con el análisis de la trayectoria intelectual y militante de Susana Fiorito entre 1953 y 1988. Fiorito nació en 1928 en el seno de una familia pequeñoburguesa de origen italiano de la Ciudad de Buenos Aires. En 1953, a los veinticinco años de edad, fue miembro del grupo de la revista Contorno y luego integró las filas de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI). De 1960 a 1969, formó parte del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) donde integró el Secretariado Nacional y estuvo a cargo de la edición de Liberación, el órgano de prensa de la organización. En 1970, junto con su pareja, decidió viajar a la provincia de Córdoba, en el marco de la radicalización del movimiento obrero y estudiantil. A fines de esta década, fue parte de la Secretaría de Prensa del Sindicato de Trabajadores de Fiat Concord (SiTraC), labor que desempeñó hasta la disolución del gremio por decreto presidencial en 1971. Escribió sobre el movimiento obrero argentino y creó el archivo del SiTraC que aún sigue en pie. A comienzos de los 80, decidió mudarse al barrio obrero de Bella Vista (Córdoba) para constituir una biblioteca popular y emprender actividades comunitarias en la población, aún con sus 92 años de edad.

Intentaremos responder a los siguientes interrogantes: ¿qué razones impulsaron a Fiorito a incorporarse a la arena intelectual y política? ¿De qué manera se desenvolvió su actividad y qué relaciones entabló con miembros de diversas organizaciones políticas? ¿Cuáles fueron los motivos que suscitaron su acercamiento al SiTraC, un espacio compuesto en su totalidad por obreros? ¿Cómo fue la transición de una intelectual pequeña burguesa a una activista cultural y archivística comprometida con la clase trabajadora en un barrio humilde de la ciudad de Córdoba? También indagaremos si Fiorito realmente se ajustó a los parámetros o el modelo del "intelectual revolucionario" cuya elaboración teórica, conducta de vida y compromiso se encontraba subsumido a los asuntos de la clase obrera más allá de pertenecer orgánicamente a una organización; o, más bien, fue una "profesional revolucionaria" cuya actividad militante sobre los trabajadores se desplegó bajo la línea política y los criterios metodológicos del partido.1

En este sentido, nuestra pesquisa se enfocará en la reconstrucción del itinerario de Fiorito en función de sus relaciones con los intelectuales, dirigentes sindicales y partidarios. Indagaremos sus primeros pasos en la militancia y, también, sus simpatías con otras organizaciones partidarias como Vanguardia Comunista (VC) y El Obrero. Abordaremos su actividad en la Secretaría de Prensa, sus relaciones con los dirigentes gremiales y los motivos que derivaron en la formación del archivo del SiTraC. Por último, seguiremos la etapa de la constitución de la Biblioteca de Bella Vista como resultado de la transición de una intelectual de origen pequeñoburgués a una voluntaria o trabajadora comunitaria en un barrio obrero.

1 Enzo Traverso, Revolución. Una historia intelectual,, (Madrid: AKAL, 2022), 248 y 353. En relación a la obra de Traverso, Silvia Sigal y Oscar Terán coinciden en esta apreciación al sostener que el fenómeno de radicalización de la intelectualidad argentina estuvo asociado a la necesidad de la intelligentzia por enlazar su itinerario con la clase obrera y elevarlos al plano de las ideas socialistas. De esta manera, buscaban aplicar esquemáticamente lo que Vladimir Lenin expuso para la situación rusa en su famosa obra ¿Qué Hacer? (1902). En Silvia Sigal, Intelectuales y poder en la década del sesenta, (Buenos Aires: Puntesur Ediciones, 1991), 213; Oscar Terán, Historia de las ideas en Argentina: diez lecciones iniciales, 1810-1980, (Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2015), 254.

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La hipótesis central que guía a esta investigación es que la trayectoria de Susana Fiorito no fue ajena al fenómeno mundial de radicalización política que impactó en un sector de la intelectualidad argentina a mediados del siglo XX, que influyó en su decisión de incorporarse a la militancia partidaria y comprometerse con la emancipación de la clase obrera. Esta etapa de efervescencia política, se manifestó en el retiro de Fiorito de organizaciones policlasistas, UCRI o el MLN, para profundizar sus vínculos con los trabajadores y los partidos de izquierda. Aunque sin establecer una militancia orgánica, su independencia y autonomía fueron las que permitieron a Fiorito su ingreso a la Secretaría de Prensa del SiTraC, donde estableció un contacto directo con distintos dirigentes gremiales. A pesar de momentos históricos adversos, como la intervención del sindicato en 1971 o la represión durante la última dictadura militar, Fiorito mantuvo su postura de fomentar la politización de los trabajadores. A través de la constitución del archivo del SiTraC y la biblioteca de Bella Vista, se consumó el tránsito del entorno pequeñoburgués de sus orígenes a residir y convivir en un barrio obrero. Por lo tanto, su itinerario expresa que tanto el fenómeno de radicalización de la intelectualidad argentina como su vínculo con los trabajadores es un proceso contradictorio y no exento de tensiones.

De Contomo a la UCRI

La familia de Fiorito vivió de las rentas provenientes de las tierras que había heredado de sus abuelos paternos. Radicada en una pequeña quinta del barrio de Barracas (ciudad de Buenos Aires), Fiorito pasaba mucho tiempo en la biblioteca familiar. Así, surgió su entusiasmo por la lectura y decidió volcarse al estudio de las lenguas vivas, luego de concluidos sus estudios secundarios. Se especializó en la traducción de francés y años después, de inglés. Desde su juventud, se interesó por los acontecimientos nacionales y se acercó a las ideas de las corrientes progresistas y de izquierda, lo cual implicaba una serie de conflictos con su seno familiar.

Cuando ya trabajaba como personal de maestranza en la Facultad de Filosofía y Letras (Buenos Aires), a los veinticinco años, conoció y formó pareja con el escritor Ismael Viñas. En 1953, fundaron la revista Contorno —junto con Noé Jitrik, Juan José Sebreli, León Rozitchner y Ramón Alcade, entre otros intelectuales y académicos— que se destacó por su línea crítica hacia la literatura tradicional y la incorporación de ideas provenientes del existencialismo y el marxismo. Podemos apreciar este aspecto en la publicación del segundo número, cuando Rozitchner sostiene que los trabajadores son "una clase sobre la cual podemos proyectar nuestros afanes, porque son ellos los que nos lo señalan a través de la historia y porque constituyen la negación de nuestro régimen"2. Cinco años después, este grupo decidió incorporarse a la UCRI que, junto a la UCRP (Unión Cívica Radical del Pueblo), constituían las dos fracciones de la UCR (Unión Cívica Radical). En una entrevista realizada en 2016, Fiorito manifestó su negativa a afiliarse al partido, dado que deseaba mantener su "independencia" porque "descreía de la organización partidaria".3 No obstante, dos años después manifestó que un día se reunió con miembros del Comité Nacional de UCRI y la invitaron a afiliarse a la organización y ella aceptó ser parte de "la lista para convencionales en Ciudad de Buenos Aires"4. Consideramos que esta contradicción en su recuerdo podría deberse a su postura de mantenerse independiente de las organizaciones políticas por las experiencias personales que tuvo que transitar y que veremos a continuación. Para Fiorito, su

2 León Rozitchner, "Experiencia proletaria y experiencia burguesa", Contorno, N° 7, (1956): 8.

3 "El capitalismo no sirve y los que lo van a derrotar son los obreros, no los movimientos populares", El Aromo, N° 77, (29 de enero de 2016). Enlace: https: / / razonyrevolucion.org/el-capitalismo-no-sirve-y-los-que-lo-van-a-derrotar-son-los-obreros-no-los-movimientos-populares-por-por-ianina-harari/

4 Bibiana Fulchieri, El Cordobazo de las mujeres: memorias, (Córdoba: Letras y Bibliotecas de Córdoba, 2018), 137.

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adhesión al radicalismo se basaba principalmente en la influencia que había ejercido en ella el libro de Arturo Frondizi, uno de los principales dirigentes de la UCRI, Petróleo y Política5. La tesis principal de su obra es que los recursos naturales, entre ellos los hidrocarburos, debían ser explotados por el Estado, bajo la creación de empresas públicas, como el caso de Yacimientos Públicos Fiscales (YPF) en 1922. En la editorial de Contorno de febrero de 1958, se pueden observar las coincidencias con Frondizi:

Nuestro país tiene una vasta región de fronteras: sus provincias interiores, la mayor parte de su superficie, de sus posibilidades, inexplotadas, no civilizadas [...] El Estado es dueño de una importante parte de la economía básica nacional, y puede fácilmente llegar a serlo del resto. Parecen estar dadas las condiciones para que tan enorme potencia se ponga al servicio de la construcción de un gran país, posesión efectiva de la comunidad6.

A los treinta años de edad, Fiorito votó por la lista presidencial encabezada por Frondizi que, en las elecciones de 1958, en un hecho inédito en la historia argentina, obtuvo el triunfo en la totalidad de las provincias. El dirigente radical llegó al gobierno nacional gracias al pacto que selló con Juan Domingo Perón, expresidente argentino y en ese entonces exiliado en Venezuela. Perón convocó a sus seguidores a votar por Frondizi, en virtud de la proscripción vigente contra el peronismo.7

Sin embargo, la participación de Fiorito en el partido no duró mucho tiempo por dos motivos. El primero fue que en las filas de la UCRI había un sector de intelectuales que argumentaba que el partido debía elaborar una crítica acerca de su trayectoria política en el pasado8. A pedido de un dirigente de la organización, Fiorito publicó su primer libro titulado Un drama olvidado: las huelgas patagónicas 1920-21, donde se propuso desentrañar las causas que motivaron la política represiva del radicalismo sobre el movimiento obrero del sur argentino, al final de la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen (1916-1922). Además de la reconstrucción crítica de los hechos, Fiorito comentó que el libro constituyó un "punto de inflexión" con relación a su militancia en las filas del radicalismo y determinó su acercamiento a las ideas marxistas. Las huelgas patagónicas fue uno de los principales conflictos en la historia del movimiento obrero argentina de comienzos del Siglo XX. La lucha de los obreros rurales surgió con motivo a los bajos salarios, los despidos, por motivo de la caída del precio de la lana a nivel internacional, y las duras condiciones de trabajo en las estancias. La huelga fue reprimida por el gobierno nacional a través del ejército y las bandas organizadas por los estancieros. En la conclusión de su obra expuso que la derrota de las huelgas patagónicas se debió a que el pliego de reclamos de los obreros era de "corte reformista" en alusión a la dirigencia del conflicto agrupada principalmente en el anarquismo asociado a ideas o planteos revolucionarios:

Esta contradicción fundamental, insoluble en el marco de un planteo reformista, constituye la clave principal de la tragedia [...] Con esto no queremos decir que un planteo revolucionario (y no reformista) y la conciencia sobre la necesidad de destruir la actual sociedad para edificar otra,

5 Arturo Frondizi, Petróleo y Política, (Buenos Aires: Raigal, 1954).

6 Ismael Viñas, "Una opción: subordinación, independencia, desarrollo", Cuadernos Contorno, N° 2, (1958): 2.

7 El peronismo fue un movimiento político de carácter nacionalista y policlasista cuyo nombre deriva del general Juan Domingo Perón, presidente de Argentina entre 1946-1955 y 1973-1974.

8 Cesar Tcach, De la Revolución Libertadora al Cordobazo: Córdoba, el rostro anticipado del país, (Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2012), 136.

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sean garantía para el triunfo del movimiento proletario. Desde la Comuna francesa de 1871 hasta nuestros días, centenares de movimientos revolucionarios han fracasado, pero la clase obrera ha aprendido de esas derrotas, porque estas fueron precedidas de bravos combates. En Santa Cruz, sofocada por el reformismo, muere la primera gran oleada de luchas del movimiento obrero argentino, iniciadas con el siglo9.

Cabe señalar que, para la elaboración de su trabajo, Fiorito recurrió a bibliotecas y archivos personales para recopilar material documental. En su búsqueda, conoció a Pedro Milesi, un dirigente sindical trotskista que le proveyó una importante cantidad de documentos y publicaciones de la época. Así, comenzó un vínculo político y afectivo que perduró por varias décadas.

El segundo motivo del alejamiento de Fiorito fue la política del Gobierno nacional frondizista. A semanas de asumir la presidencia, Frondizi inició un plan económico que contradecía absolutamente las ideas de su libro. Inició un plan de racionalización de las empresas estatales y reprimió las luchas de los trabajadores mediante el ejército. Además, incentivó la penetración y concentración de las empresas extranjeras en ramas industriales estratégicas. En esta línea, el 27 de julio de 1958, el presidente firmó un contrato donde le concedía la explotación de los recursos petrolíferos a compañías norteamericanas. Este hecho fue el detonante para que Fiorito y Viñas decidieran retirarse de la UCRI. Pero específicamente en el caso de la primera, las políticas del gobierno frondizista significaron solo la punta del iceberg en su alejamiento del radicalismo. A través del estudio de las huelgas patagónicas y su vínculo con Milesi podemos visualizar un paulatino acercamiento hacia las ideas marxistas y más precisamente al campo político de la izquierda.

Su militancia en el MLN

En una entrevista con el autor de este artículo, Fiorito se preguntaba si después de su renuncia al radicalismo debían continuar en una organización política o desarrollar su actividad de manera autónoma. En 1960, junto a Viñas y otros miembros retirados de la UCRI, decidió formar parte del MLN, popularmente conocido como Malena. El año de fundación de la organización fue importante en cuanto a la radicalización y la agitación del movimiento obrero y estudiantil a nivel nacional e internacional. Sucesos como la revolución cubana y las insurrecciones anticoloniales en Asia y África expresaron la fuerza política de la ideología antiimperialista, nacionalista y socialista. En Argentina, luego de la ocupación del frigorífico Lisandro De la Torre (enero de 1959), se desarrollaron importantes conflictos en varios sectores gremiales que generó la división del movimiento peronista. Un sector de la dirigencia sindical fue proclive a integrarse al nuevo régimen político, incluyendo la negociación con las Fuerzas Armadas. Esta estrategia puede resumirse en el siguiente lema: "construir el peronismo sin Perón". En cambio, el otro sector se posicionó a favor de otorgar un mayor contenido revolucionario al movimiento bajo la crítica hacia el control verticalista de los sindicatos e impulsar un mayor protagonismo a las bases obreras10.

9 Susana Fiorito, Un drama olvidado. Las huelgas patagónicas de 1920-21, (Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1971), 111-112.

10 Daniel James, Resistencia e Integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina, 2.a ed. (Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2006), 262; Alejandro Schneider, Los compañeros. Trabajadores, izquierda y peronismo. 1955-1973, (Buenos Aires: Imago Mundi, 2006), 91.

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En el plano nacional, el MLN planteó una crítica al peronismo y al radicalismo por su fracaso para completar el "ciclo de la revolución democrático burguesa"11. En el caso del peronismo, como expresión de un sector de la burguesía nacional, podía llevar a cabo un "rol positivo" en la liberación nacional y social.12 El MLN criticó al Partido Comunista (PC) por sus políticas "reformistas"; por las alianzas históricas con sectores burgueses "proimperialistas", como el caso de la Unión Democrática en 1946; y por defender la coexistencia pacífica para evitar "fricciones con los Estados Unidos" a nivel internacional"13. Además de Viñas y Fiorito, el grupo contó con la participación de Ricardo Piglia, Andrés Rivera, Eugenio Gastiazoro y José Vaizelles, entre otros. Aparte de los intelectuales, en sus filas participaban sectores universitarios y sindicales. Fiorito fue parte del secretariado nacional de la organización hasta 1968 y se ocupó de tareas organizativas como la edición del órgano de prensa, Liberación, y la conformación del Instituto de Estudios de Economía Argentina (IDEA) en 1963. También, fue parte del consejo de redacción de la revista Nueva Política. Participó en numerosas conferencias sobre temas relacionados al movimiento obrero argentino.

Si bien, décadas después, Fiorito manifestó que el MLN era "un partido con un programa burgués progresista" donde "no cuestionábamos la propiedad de los medios de producción", suscribió a sus principales postulados programáticos.14 En un artículo en coautoría con Viñas y Vaizelles, Fiorito analizaba la industria argentina como un escenario de concentración de capitales extranjeros y, en algunos casos, asociados con sectores de la burguesía nacional en detrimento de las medianas y pequeñas empresas. Los autores concluyen que la monopolización de los principales rubros industriales en Argentina "es constante":

La burguesía independiente o relativamente independiente ocupa siempre y únicamente los niveles inferiores: ganaderos medianos, industriales medianos. La cúspide siempre está ocupada por los monopolios extranjeros y la gran burguesía asociada. De ahí la debilidad de los intentos nacionalistas burgueses15.

Podemos apreciar en la conclusión del artículo que Fiorito acordaba con uno de los pilares programáticos del MLN: la crítica hacia el imperialismo y la defensa de los intereses de los medianos y pequeños empresarios. No obstante, el fragmento citado denunció que los medios de producción se encontraban en manos capitalistas, pero no propuso un plan de expropiaciones y ni mencionó el actor social que emprendería esta tarea histórica. Por lo tanto, la salida a los problemas estructurales de Argentina solo podía llevarse a cabo dentro de los márgenes del sistema capitalista. Este problema volvió a plantearse en un folleto que Fiorito escribió junto con Gastiazoro en donde analizaron minuciosamente las principales problemáticas que atravesaban a la industria y el transporte ferroviario. Sin embargo, en las conclusiones de su escrito, ambos autores ofrecían como solución a la situación crítica de los ferrocarriles un plan de reactivación de "objetivos nacionales" dentro de "esquemas burgueses":

11 Julieta Pacheco, Nacional y Popular. EL MA1FNA y la construcción del programa de liberación nacional (1955-1969), (Buenos Aires: Ediciones RyR, 2012), 90.

12 "Peronismo y Revolución (Parte III)", Liberación N°15, (1ra quincena de junio de 1963), 2.

13 José Vaizelles, Políticay sindicatos, (Buenos Aires: Ediciones del Movimiento de Liberación Nacional, 1964), 41.

14 "El capitalismo no sirve y los que lo van a derrotar son los obreros, no los movimientos populares".

15 Susana Fiorito, José Vaizelles e Ismael Viñas, "Concentración monopolista e historia industrial", Nueva Política, N° 1, (1965): 64.

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Con un plan de objetivos nacionales [...] y no dirigido por intereses ajenos, se lograría la unificación total del mercado nacional, el estímulo al desarrollo del interior, el establecimiento de un punto de apoyo a la industria nacional. El ferrocarril se integraría como un instrumento al servicio de la colectividad, dentro de un plan general del transporte [...] en la incorporación de numerosos núcleos humanos a un más alto nivel de civilización y progreso, en el aprovechamiento racional de nuestros recursos naturales16.

Es importante remarcar que el proyecto fundacional del MLN era propiciar el desarrollo de la clase obrera, pero consideraban que aún era incapaz de llevar a cabo las tareas históricas de la liberación nacional. Por lo tanto, debía plantearse una política de alianzas con sectores de la burguesía nacional y la pequeña burguesía.17

En realidad, el testimonio crítico de Fiorito hacia el programa del MLN nos conduce hacia otro aspecto de su trayectoria: su desplazamiento del secretariado nacional en 1968. Este hecho fue un punto de inflexión en su itinerario dado que la medida fue llevada a cabo por su pareja, Ismael Viñas. Los sucesos internacionales y nacionales de finales de la década del sesenta como el mayo francés, la primavera de Praga o el Cordobazo en Argentina fue un punto de inflexión para el conjunto de las organizaciones de izquierda en materia de intervención política y desarrollo organizativo. En el caso del Malena, motivó un debate en torno al carácter que debía adquirir la organización para afrontar la nueva etapa histórica. Esta discusión dio lugar una profunda división interna en la dirección del MLN: el sector encabezado por Viñas, por un lado, y el grupo compuesto por Gastiazoro y Fiorito, por el otro.

Al creer que se encontraban en una nueva coyuntura, Viñas cuestionó la estructura organizativa y responsabilizó a Fiorito de una serie de problemas relacionados a la ausencia del crecimiento del número de miembros como resultado de las tendencias intelectuales y sectarias al interior del MLN. Según este sector, esta situación provocaba una escasa inserción en la clase obrera y una incapacidad para homogeneizar al conjunto de los miembros en una sola línea política.18 Ante el debate interno que produjo esta resolución, la dirección del MLN anunció en Liberación un cambio en la línea organizativa y propagandista con el fin de "centralizar nuestra acción" y proceder a una estructuración de características partidarias a través del funcionamiento de reuniones semanales, finanzas, actividades de difusión, etc.19 Si leemos el argumento del secretariado nacional, la separación de Fiorito se explicaría por un ajuste organizativo, pero en realidad había cuestiones políticas de fondo: la relación que debía tener el MLN con la clase obrera y la necesidad de transformarse en un partido político en el marco del nuevo contexto histórico. Sin embargo, ¿por qué apartaron a la responsable del órgano de prensa y de organización?

Por lo que deducimos de la autocrítica, al interior de la organización existían diversas tendencias políticas. Esto puede verse en el debate en torno a la existencia o no de tareas democrático-burguesas pendientes en Argentina. Un claro ejemplo fue la postura de la organización en torno a la medida del gobierno nacionalista peruano de Juan Francisco Alvarado de expropiar a la empresa petrolera norteamericana International Petroleum Company a comienzos de 1969. El sector compuesto por Fiorito y Gastiazoro, sostuvo que la medida se inscribía en los intentos históricos de las burguesías

16 Eugenio Gastiazoro y Susana Fiorito, Ferrocarriles: ¿restructuración o entrega?, (Buenos Aires: Movimiento de Liberación Nacional, 1965), 21-22.

17 "Papel de alianzas en la revolución", Liberación, N° 31, (1ra quincena de julio de 1965), 3.

18 "El Papel de la autocrítica", Liberación, N° 58, (2da quincena de febrero de 1969), 3.

19 "El cambio de línea", Liberación, N° 60, (2da quincena de abril de 1969), 3.

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nacionales por "liberarse de la tutela imperialista" como fueron los casos de Lázaro Cárdenas en México, Jacobo Arbenz en Guatemala y Perón en Argentina. Por lo tanto, había que bregar por radicalizar "esas medidas revolucionarias" para concretar "la expropiación total de la burguesía oligárquica y el apoyo real en las masas populares" en pos de alcanzar la liberación nacional.20 En cambio, Viñas defendió la idea que no existían tareas democráticas pendientes y, por lo tanto, había que organizar a la clase obrera en función de conquistar, sin etapas intermedias, el socialismo21. Entonces, se podría hipotetizar que el desplazamiento de Fiorito pretendía ser aleccionador en el marco de aquellas divergencias políticas y la puja por el control del secretariado nacional. También creaba las condiciones para una depuración de miembros o la disolución de la organización. Finalmente, se concretó la segunda opción y el MLN fue disuelto por impulso de Viñas a mediados de 1969. Sus miembros pasaron a formar parte de diversas organizaciones políticas (trotskistas, maoístas y peronistas) lo cual reflejaba la heterogeneidad de su propuesta programática. Se trató de la última experiencia de Fiorito como militante formal de una organización. Su disolución coincidió con un proceso más general que impactó en otras organizaciones de la izquierda argentina como el PC y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).22

Nuevas simpatías políticas

Fiorito no fue ajena al proceso de efervescencia social que estaba viviendo la clase obrera y el estudiantado a fines de los 60. Se trató de acontecimientos que influyeron en su vida y favorecieron la ruptura con sus experiencias políticas pasadas para dedicarse a estrechar vínculos más firmes con los trabajadores. El levantamiento de los obreros y estudiantes cordobeses el 29 de mayo de 1969, no solo le asestó una herida de muerte a la dictadura de Onganía, sino que abrió una etapa de radicalización y combatividad a lo largo de Argentina. Este período impactó en la intelectualidad argentina y, particularmente, en Fiorito que entendió que se encontraba en una "disyuntiva" porque había dejado de creer en la liberación nacional o en alianzas con sectores de la burguesía, pero sí creía en una "revolución" encabezada por la clase obrera23.

Cuando se mudó a Córdoba, Fiorito se reencontró con Milesi, que desde 1967 vivía en la localidad de Bialet Massé. En la casa de Milesi, Fiorito estableció un vínculo con Agustín Tosco, dirigente gremial de la seccional cordobesa de Luz y Fuerza, y Susana Funes, su pareja. Al igual que Fiorito, Funes militó en el MLN, luego decidió acercarse al PC, cuyos dirigentes tenían un asiduo intercambio con Tosco. A principios de los 70, la provincia de Córdoba se había convertido en un

20 "Perú: golpe a los monopolios", Liberación, N°58, (2da quincena de febrero de 1969), 7.

21 Pacheco, nacional y popular, 277-278; Matias Rubio, "Eugenio Gastiazoro: del MLN al PCR, de la Economía a la Historia (1965-1989)", Anuario de la Escuela de Historia, N° 31, (2019): 12.

22 El Partido Comunista Revolucionario (PCR) surgió como un importante sector de militantes que fueron expulsados por el PC y que constituyeron el Comité Nacional Comunista Revolucionario (PC-CNRR) en el año 1967. De acuerdo a los registros, la fracción inicial del PCR contó con alrededor de cuatro mil militantes, "la mayoría de ellos estudiantes y un escaso componente obrero". Vease Rubio, "Eugenio Gastiazoro", 4. En el caso del PRT, su división fue en 1968 por sus diferencias en torno a la estrategia de la lucha armada. Esto da a lugar a una separación cuyas partes adoptaron los nombres de su órgano de prensa dando lugar al PRT-El Combatiente, con Mario Santucho como su principal dirigente, y el PRT-La Verdad bajo la dirección de Nahuel Moreno. En el caso del PRT-El Combatiente, en su V Congreso celebrado en 1970, resolvió la formación del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Véase Daniel De Santis, comp., "Las resoluciones del IV Congreso", A vencer o Morir. PRT-ERP documentos, Tomo N°1, (Buenos Aires: Editora Guevarista, 2015) 143-208; Martín Mangiantini, Itinerarios militantes. Del Partido Revolucionario de los Trabajadores al Partido Socialista de los Trabajadores (1965-1976), (Buenos Aires: Imago Mundi, 2018).

23 Fulchieri, El Cordoba^o de las mujeres, 137.

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laboratorio político para el conjunto de las organizaciones de izquierda, dado el incremento de la combatividad y la politización de los trabajadores. Además de Luz y Fuerza, comenzaron a tomar protagonismo los obreros provenientes de sindicatos como la Unión Tranviaria Automotor (UTA) y el Sindicato de Mecánicos Automotores y Trabajadores Afines (SMATA). Con el Cordobazo, la figura de Tosco logró una proyección nacional como un dirigente opositor al modelo sindical tradicional argentino y el principal referente del sindicalismo de la liberación cuyas principales banderas fueron la defensa de la democracia gremial y la emancipación social de los trabajadores a partir de una unidad popular de carácter antiimperialista.

El 23 de marzo de 1970, los obreros de Fiat Concord reunidos en asamblea decidieron la expulsión de la conducción del SiTraC y eligieron una comisión provisoria para dirigir los asuntos gremiales hasta su normalización vía elecciones. Este hecho, inédito en la historia del movimiento obrero argentino, se cristalizó finalmente el 14 de mayo cuando los operarios ratificaron su decisión a través de una toma de la fábrica. Esta táctica fue imitada por los trabajadores de Fiat Materfer con el Sindicato de Trabajadores de Materfer (SiTraM). Por su metodología asamblearia y sus acciones radicales como la ocupación de los establecimientos, el SiTraC y el SiTraM se convirtieron en una referencia para los trabajadores que comenzaron a implementar sus métodos en las fábricas de calzado, el vidrio y diversas reparticiones públicas. Incluso un sector de la intelectualidad argentina decidió interiorizarse sobre el fenómeno de los sindicatos de Fiat. Invitaban a los principales dirigentes a disertar en actividades públicas o eran entrevistados para revistas culturales y académicas.

Separada de Viñas, Fiorito formó pareja con Andrés Rivera a quien conocía de su paso por el MLN. Rivera había sido parte del grupo de militantes del MLN que decidieron sumarse a las filas de Vanguardia Comunista (VC)24, una organización de tendencia maoísta, que resolvió trasladar a su dirección nacional a Córdoba. En una entrevista, Fiorito reconoció su acercamiento a VC porque los consideraba "políticamente honestos". No obstante, no se consideraba una militante orgánica del partido. Esto se debía a que tenía diferencias sobre la "vía de la revolución en Argentina".25 En este caso, es posible que Fiorito se haya referido a la postura de VC según la cual el campesinado y los peones rurales constituirían la fuente principal para forjar una dirección revolucionaria articulada con la clase obrera en los centros urbanos. Tiempo después, VC reconoció que el Cordobazo había tomado desprevenida a la organización. Por lo tanto, la intervención en los sindicatos de Fiat formaba parte de una reorientación en el trabajo político del partido.26 En Concord, VC había logrado una significativa influencia en el gremio al incorporar a dos miembros de la Comisión Directiva, José Páez y Carlos Monjes, y mantenía un intercambio con Carlos Masera (secretario general) y Gregorio Flores, vocal del SiTraC27.

Pese a estas discrepancias, la relación entre los dirigentes maoístas y Fiorito fue bastante fluida, a tal punto que el partido la propuso para colaborar con la estructuración organizativa del SiTraC. Su

24 Sobre VC, podemos decir que surgió a mediados de los 60 a partir de una escisión del Partido Socialista Argentino de Vanguardia y en oposición a la degeneración del PC a nivel internacional. Justamente en el marco del conflicto entre la Unión Soviética y China en los años sesenta, VC fue la primera organización argentina de izquierda que suscribió al maoísmo, pero manteniendo la doctrina teórica y organizativa del marxismo-leninismo de los partidos comunistas en el mundo. En cuanto a la política nacional, uno de los principales factores de su escisión se debió a la caracterización del peronismo como una expresión política de la burguesía nacional. Vease Brenda Rupar, "El partido Vanguardia Comunista: elementos para avanzar en una caracterización del maoísmo argentino (1965-1971)", Revista Izquierdas, N°36, (2017): 105-125.

25 Entrevista del autor a Susana Fiorito,11 de marzo de 2018.

26"Proyecto de Resolución sobre la construcción del Partido. Vanguardia Comunista en marcha hacia la constitución del partido comunista revolucionario", (1969), 5.

27 Horacio Tarcus, "Introducción a una crítica de mí mismo: un diálogo con Ricardo Piglia sobre historia, política y literatura",

Políticas de la Memorias, N° 19, (2019): 52.

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novel dirección carecía de la experiencia para llevar a cabo una serie de tareas relacionadas al funcionamiento del sindicato. Pensamos que detrás de la propuesta de la dirección nacional del partido existía la intención de concretar la incorporación de Fiorito al partido. De lo contrario, resulta llamativo que se propusiese a una intelectual externa a la organización para tomar una responsabilidad de carácter estratégico para el partido: influir en la elaboración de la línea sindical y profundizar su vinculación con la comisión directiva del SiTraC.

Entonces, el trabajo de Fiorito en el SiTraC desde noviembre de 1970 resultó provechoso para ambas partes. En el caso de Fiorito, su ingreso le permitió interiorizarse sobre los problemas concretos que vivía una fracción de la clase obrera industrial en Córdoba. A su vez, fue testigo de los debates en materia sindical y política que se vivían al interior de la comisión directiva. Su aceptación iba más allá de un deseo por llevar a cabo una tarea ad honorem y voluntaria. Implicaba, además, poner en práctica la fusión entre los intelectuales y los trabajadores a partir de su acercamiento a los dirigentes obreros y colaborar en la comprensión de ciertos fenómenos políticos que superaban el ámbito fabril y gremial. Este aspecto, en parte pudo ser influido por la disolución del MLN, cuando una de las fracciones, encabezada por Horacio Poggio, decidió que sus miembros debían comenzar a participar de agrupamientos sindicales con un marcado punto de vista "obrerista"28. También podía expresar lo que VC denominaba la "proletarización de los intelectuales", es decir su inserción plena en la vida de los trabajadores, incluyendo trasladarse a sus respectivos barrios dado que los intelectuales debían "transformarse en sólidos puentes entre la ideología revolucionaria y la vanguardia del movimiento obrero" dado que "el proletariado no puede formar sus propios intelectuales sin la ayuda de los ya existentes".29

Mientras tanto, para la organización maoísta tuvo un doble beneficio. Por un lado, la VC lograba insertar a sus miembros, en este caso una simpatizante, a la hora de recabar información o discutir sobre una determinada línea sindical. Por el otro, su iniciativa de incorporar al SiTraC a una intelectual con una importante ascendencia en aquel momento, como Fiorito, fue un motivo de propaganda por parte de VC hacia el resto de las organizaciones de izquierda. Además, Fiorito acordó con su política en referencia a los gremios, como la de impulsar un "sindicalismo paralelo" a las prácticas burocráticas de gran parte de los gremios integrados a la Confederación General del Trabajo (CGT). A partir de una serie de anotaciones, Fiorito detalló sus coincidencias en un artículo del periódico No Transar, órgano de prensa de VC. Allí, se sostenía el apoyo al SiTraC y SiTraM y un llamado a mantener distancia con la CGT para no conducir 'la energía revolucionaria" al "molino" de las tendencias burocráticas y reformistas encarnadas en Rucci y Tosco.30 Por esta nota al margen, también podemos deducir un acuerdo con la crítica hacia el sindicalismo de liberación, cuyo principal referente era el dirigente lucifuercista, como una corriente que no se diferenciaba ante las masas de la conducción tradicional peronista. No obstante, VC planteó que era importante "acompañar a los trabajadores" a delimitar su identidad o identificación con el peronismo, dejando en claro que la dirección del movimiento era la "expresión política de la burguesía nacional"31.

En el próximo apartado, veremos que, a mediados de 1971, Fiorito comenzó a manifestar algunas diferencias con VC que coincidieron con sus simpatías hacia la organización El Obrero. Su acercamiento se concretó porque esta organización fue creada a partir de un desprendimiento de la regional cordobesa del MLN y su nombre se debía al nombre del boletín que los militantes difundían

28 Pacheco, Nacional y Popular, 272.

29 "Proyecto de resolución sobre construcción del partido", Comité Nacional de VC, (noviembre de 1971), 22-23.

30 "Fiat mostró el camino", No Transar, N" 94, (3 de noviembre de 1970), 5.

31 Rupar, "El partido Vanguardia Comunista", 122.

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en los lugares de trabajo32. Su militancia se concentraba principalmente en el sector estatal (empleados municipales y provinciales) y en las fábricas automotrices, particularmente, IKA-Renault. Cuando la entrevistamos, Fiorito sostuvo que su simpatía con El Obrero provenía de la crítica que sostuvieron sus miembros con el MLN en cuanto a que no abogó por profundizar una mayor inserción en el movimiento obrero industrial33. Según Juan Assales, obrero metalúrgico, militante del MLN y luego de Política Obrera, Fiorito tuvo su acercamiento con El Obrero gracias a los vínculos con algunos de sus principales dirigentes como Roberto Vélez, Cesar Ituburu, y los hermanos Raquel y Jorge Camilión.34

En las anotaciones de Fiorito en los márgenes de los materiales de la organización pudimos encontrar otras coincidencias tales como la caracterización de la comisión directiva del SiTraC, como la "perspectiva política" que plantea "el objetivo del socialismo y proclama la necesidad de la vía revolucionaria".35 Por lo tanto, la intervención entre los trabajadores era un "paso necesario" en la línea de construir un partido revolucionario de la clase obrera. Por último, Fiorito destacó la crítica de El Obrero hacia el peronismo, al considerarlo un "movimiento burgués con apoyo político del proletariado y de importantes sectores de la pequeño burguesía":

En la actualidad, el peronismo es el movimiento político que más contribuye, a través de sus direcciones (Perón incluido, por supuesto, y en primer lugar), al "sagrado" interés de la burguesía en su conjunto de mantener sumisa e impotente a la clase obrera [...] El saldo histórico fundamental que deja el peronismo para la clase obrera es cada vez más notorio y evidente: la pérdida completa de su independencia de clase y consecuente subordinación ideológica, política y organizativa a su enemigo de clase, la burguesía36 [las comillas son del original].

Su coincidencia con el fragmento citado nos permite afirmar que hubo un cambio en su apreciación sobre el peronismo con relación a su pasado en el MLN. El Malena consideraba que el movimiento peronista era progresivo para el movimiento obrero en el camino de concretar la liberación nacional y social. En cambio, a partir de sus intercambios con VC y El Obrero, Fiorito comprendió que el peronismo se convirtió en un obstáculo para las tareas emancipadoras de los trabajadores.

La Secretaría de Prensa del SiTraC

Cuando ingresó a la Secretaría de Prensa del SiTraC, Fiorito fue testigo de los debates al interior de la comisión directiva en torno al modelo sindical que debían adoptar. Como mencionamos anteriormente, Fiorito coincidió con la posición de VC de defender la línea de los sindicatos paralelos para "mantenerse independientes" y formar un gremio "único del complejo Fiat".37 Esta postura, defendida principalmente por Páez y Monjes, trajo acuerdos y disidencias al interior de la directiva del

32 Guido Lissandrello, "La izquierda y el movimiento obrero. La experiencia de El Obrero en Córdoba (1970-1973)", Razón y Revolución, N° 21, (2011): 135; Federico Cormick, "Poder Obrero y el FAS: los orígenes frentistas de OCPO", Archivos de la Izquierdasy el Movimiento Obrero, N° 9, (2016): 56.

33 Entrevista a Susana Fiorito; Organización Comunista Poder Obrero, Aproximación al Socialismo Revolucionario en los '70, (Buenos Aires: Ediciones A vencer, 2009), 226-227.

34 Entrevista del autor a Juan Assales, 12 de junio de 2022.

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35 "El Programa del SiTraC-SiTraM para su discusión", El Obrero, (mayo de 1971), 1.

36 "El Peronismo (Esbozo de Tesis)", El Obrero, (1971), 2-4.

37 "Fiat marca el camino", boletín de la agrupación Comisiones Obreras, agosto de 1970, p. 20. Subarchivo N°19, Ficha N° 31.

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sindicato de Concord. No obstante, a esta idea se incorporó el secretario general del SiTraC, Masera, que entendía que la organización de los sindicatos por empresa permitiría una mayor participación de los afiliados y evitaba su burocratización, tal como ocurrió en gremios como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). A diferencia del criterio del sindicalismo paralelo, Alfio Taverna, militante del Partido Obrero (Trotskista) [en adelante PO (T)]38 defendió la adhesión a la UOM con el fin de conformar un "sindicato único de la industria metalúrgica".39 Flores mantuvo una posición similar a la del militante trotskista, al denunciar a los sindicatos por fábrica de querer "fracturar al movimiento obrero" y opinaba que se debía avanzar hacia "una federación que nos agrupara" 40. A su vez, estas posturas se fundaban en que la división de los obreros de la industria automotriz en varios gremios respondía a una necesidad de la burguesía al impedir su unidad como rama industrial.

Un segundo debate que atestiguó Fiorito en su lugar de trabajo fue la adhesión del SiTraC al clasismo, que comenzó en el mes de octubre de 1970 por un intercambio entre Flores y miembros del peronismo ortodoxo. Defensor de las ideas socialistas, Flores intervino sosteniendo que los sindicatos debían bregar a favor de un orden socialista, donde la clase obrera conquistaría la propiedad de los medios de producción y así, se eliminarían todas las barreras que engendraron la desigualdad social41. Junto a los miembros de VC en Concord, Fiorito coincidió con la línea general de la organización de construir una tendencia clasista en los sindicatos de Fiat. Por lo tanto, la intervención de Flores propició una discusión programática para sumar a esta postura a aquellos compañeros de otras corrientes políticas o que se habían destacado en las luchas por la recuperación de los gremios y la defensa de los intereses de los operarios en la fábrica. Sin embargo, desde aquel debate en el cuerpo de delegados, la definición en favor del clasismo y el socialismo por parte de los sindicatos de Fiat se consolidó. De hecho, en una entrevista a los secretarios generales del SiTraC y SiTraM a mediados de marzo de 1971, ambos dirigentes coincidieron en la idea de construir una "alternativa socialista" y declararse "independientes políticamente de la burguesía, en especial de sus alas nacionalista-populista y liberal-progresista".42

A través de la secretaría de prensa del SiTraC, Fiorito colaboró con la publicación de comunicados, declaraciones y, sobre todo, boletines. El primer ejemplar salió el 13 de enero de 1971, en formato tabloide de ocho páginas, y en su interior se podía apreciar una exposición sobre los problemas que atravesaban los operarios en la fábrica y sus principales demandas, como la aplicación de la jornada de seis horas para las áreas insalubres (forja y tratamientos térmicos); la eliminación de los premios a la producción y un incremento salarial acorde al costo de vida. Pero lo más importante, en palabras de Fiorito, era que el boletín reflejaba la "posición política" del sindicato sobre la situación nacional.43 En este caso, se refiere a la nota "El SiTraC y la política" que contiene los principales lineamientos programáticos del gremio:

Es evidente que tanto al gobierno como a las empresas les preocupa y

molesta que los trabajadores puedan comprender cuáles son las verdaderas

38 El PO (T) fue una corriente de origen trotskista creada en 1958 y adhirió al programa de la IV Internacional. Su principal dirigente fue J. Posadas, el seudónimo de Homero Cristali.

39 "La experiencia de SiTraC y SiTraM y la necesidad del sindicato único de la industria metalúrgica y la lucha por el partido obrero basado en los sindicatos", Voz Proletaria N° 693, (6 de noviembre de 1971), 11.

40 Carlos Masera, "Nacimiento del clasismo" en SITRAC: Sucesos y Proceso, (versión inédita dactilografiada, 2015, entregada al autor en Ciudad de Córdoba el 30 de noviembre del 2018).

41 Gregorio Flores, SITRAC-SITRAM: Del Cordobazo al clasismo, (Buenos Aires: Ediciones Magenta, 1994).

42'SiTraC-SiTraM: somos clasistas" Revista Panorama, N°202, (15 de marzo de 1971), 11.

43 "El capitalismo no sirve y los que lo van a derrotar son los obreros, no los movimientos populares"

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causas del empobrecimiento de nuestro país y su dependencia cada vez mayor [.] Claro está que, para conocerlo, es necesario tener una política. Y para oponerse a que esta farsa continúe, hay que tener una política. ¿Cuál es la política de los trabajadores? Los trabajadores queremos que el pueblo sea el dueño de las riquezas de la Nación y que nadie se apropie del fruto de nuestro trabajo, porque entendemos que nuestro trabajo debe estar al servicio de la sociedad.44

La confección del material surgió con base en su intercambio con Masera, Domingo Bizzi y Rafael Clavero, el secretario de prensa, con el que Fiorito entabló un importante vínculo afectivo que perduró con el correr del tiempo. Las notas para el boletín las redactaban los propios delegados y luego se discutían en conjunto. Además de la edición e impresiones de los materiales, Fiorito tomaba nota de las reuniones de la comisión directiva y otras tareas como la limpieza del local gremial, incluyendo los baños. Estas labores, ad honorem, a veces generaba tensiones con los dirigentes del SiTraC, porque los consideraba "muy manifestadores" pero en cuanto a la organización del mobiliario y el espacio eran "un rotundo desastre".45 Tanto Bizzi como Masera coincidieron en que el funcionamiento y proyección del SiTraC solo pudo concretarse gracias a la labor de "mano dura" de Fiorito con sus integrantes.46 Pero las discusiones con ellos no se circunscribieron meramente al ámbito administrativo, sino que incluyeron ciertas prácticas misóginas relacionadas a la cultura obrera de la década del setenta. Era habitual una división de responsabilidades: por un lado, los dirigentes sindicales dedicaban su tiempo a discutir con los operarios o movilizarse por alguna demanda colectiva. Por el otro, la secretaria que, además de estar encargada de la elaboración de los materiales, debía velar por el orden y limpieza del recinto gremial como si fuese una empleada de limpieza. Primero por medio del grupo Contorno y luego con sus compañeras del MLN, Fiorito fue una "apasionada lectora de las obras de Simone de Beauvoir"47. Aunque no se consideraba feminista, entendía que la opresión de la mujer era producto del sistema capitalista, pero consideraba que a partir del cuestionamiento del sistema se podría concretar el cambio social favorable a las mujeres. Esto incluía el debate con los miembros del sindicato sobre el reparto de los deberes. Pero, al mismo tiempo, Fiorito reconoció que los miembros del SiTraC le enseñaron:

Muchisimas cosas, porque además yo era porteña [oriunda de Capital Federal] y por lo tanto tengo poco sentido del humor y los cordobeses tienen mucho sentido del humor. Esa cosa de la política, el drama porque el estar perseguido, con los problemas con sus familias, la forma con que se bancaron eso y encima encararlo con humor. El cómo hacer lo que pensás me lo enseñaron el grupo dirigente de Fiat Concord.48

En este pasaje, podemos apreciar que la llegada de Fiorito a Córdoba y, particularmente, a un sindicato industrial fue un cambio en su itinerario al asimilar una serie de patrones culturales de la

44 "El SiTraC y la política", boletín del SiTraC, (13 de enero de 1971), 8.

45 Fulchieri, El Cordobazo de las mujeres, 138; Entrevista a Susana Fiorito, op cit.

46 Entrevista del autor a Domingo Bizzi (26 de marzo de 2018); Entrevista del autor a Carlos Masera (30 de noviembre de 2018).

47 Fulchieri, El Cordobazo de las mujeres, 137; Adrian Celentano, "Susana Fiorito y el archivo de los Cordobazos, del clasismo y de la nueva izquierda", Revista de Historia Social y de las Mentalidades, N° 24, (2020): 170.

48 Entrevista a Susana Fiorito.

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región, como el humor y la crítica a la cultura porteña por pertenecer a un sector elitista de la sociedad argentina.

A mediados de 1971, Fiorito comenzó a discrepar con la postura de los sindicatos paralelos, porque consideraba que estaba conduciendo al SiTraC-SiTraM hacia el aislamiento del resto del movimiento obrero. En una nueva nota al margen, no estaba de acuerdo con la caracterización de VC con respecto a que los sindicatos de Fiat profundizaron "su calidad política y estaba despuntado una dirección revolucionaria" convirtiéndose en la "avanzada" del movimiento obrero cordobés.49 Su divergencia radicaba en que los operarios de Concord se encontraban atravesando un reflujo. Es importante remarcar, que el 14 de enero de 1971 los obreros de Concord ocuparon el establecimiento y lograron revertir los despidos de tres delegados y cuatro miembros de la comisión directiva. El 15 de marzo, los trabajadores de Fiat participaron de las jornadas del "Segundo Cordobazo" o "Viborazo" en alusión al discurso del gobernador provincial, Félix Uriburu, de amenazar con descabezar "víbora que anida en Córdoba", en referencia al comunismo. La movilización obrera produjo el desplazamiento del presidente de facto, Roberto Levingston, por el general Agustín Lanusse y los sindicatos clasistas de Fiat lograron una proyección nacional50. Luego de estos episodios, la empresa italiana endureció su postura al negarse a otorgar un incremento salarial acorde a los valores inflacionarios y rechazar una serie de demandas de los trabajadores (eliminación del premio de la producción y la insalubridad en forja) para incluirlas en el nuevo convenio colectivo. A su vez, el gobierno militar comenzó una política de persecución sobre el SiTraC y SiTraM que se expresó en el encarcelamiento de sus principales dirigentes, como Gregorio Flores, y el asesor letrado de los sindicatos, Alfredo Curutchet.

En el plano nacional, la radicalización obrera fue un factor de presión en la constitución del Gran Acuerdo Nacional (GAN), un acuerdo político dirigido por Lanusse que contó con el apoyo del ex presidente Juan D. Perón, para entonces exiliado en España. El GAN planteaba la transición de un régimen dictatorial a uno democrático mediante un proceso de institucionalización que incluía la apertura electoral51. En este sentido, bajo la orden de Perón, las organizaciones sindicales y políticas debían encuadrarse en la salida institucional, de lo contrario, serían reprimidas por las fuerzas militares. Frente a este operativo, la dirección de VC resolvió que la consigna para esta etapa debía ser la sostenida por los sindicatos Fiat: "Ni golpe Ni elección, Revolución".52 Las diferencias de Fiorito con la organización maoísta no significaban que no hubiese acuerdos en temas como la caracterización del GAN, entendido como la unidad de fuerzas políticas para enfrentar la radicalización obrera en curso. En un artículo titulado "Terón, el pasaje de retorno está pago", Fiorito remarcó y adhirió a la frase: "la burguesía encuentra ahora en Perón una última carta para detener el avance incontenible de la lucha de masas". Aunque en el mismo párrafo subrayó que el partido estaba sobredimensionando la caracterización al sostener: "en todo este proceso el nombre de Perón y la marcha peronista fueron apabulladoramente silenciados por el grito de Ni golpe Ni elección, Revolución".53 En la misma medida, Fiorito coincidió con la línea de El Obrero que denunció al GAN como la política del gobierno militar para "neutralizar la protesta obrera" y "restaurar la alianza con la burguesía" a través de "elecciones libres".54

49 "En este mayo ataquemos el acuerdo antinacional". No Transar, N° 100, (6 de mayo de 1971) 1.

50 Carlos Mignon, Córdoba Obrera. El sindicato en la fábrica 1968-1973, (Buenos Aires: Ediciones Imago Mundi, 2014), 276; James P. Brennan, El Cordobazo. Las guerras obreras en Córdoba 1955-1976, 3.a ed. (Buenos Aires, Waldhuter Editores, 2015), 218.

51 Liliana De Riz, Retorno y derrumbe. El último gobierno peronista, (Argentina: Hyspamerica, 1986), 42-43.

52 "Hoy más que nunca: Ni golpe Ni elección Revolución", No Transar, N° 99, (25 de marzo de 1971), 1.

53 "Perón, el pasaje de retorno está pago", No Transar, N° 100, (6 de mayo de 1971), 10.

54 "Proyecto de publicación pública sobre SMATA", El Obrero, (1972), 5.

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Las disidencias entre Fiorito y VC se profundizaron en el marco de la convocatoria al Congreso del SiTraC-SiTraM, celebrado en agosto de 1971, para el cual las comisiones directivas enviaron un proyecto para su posterior debate y resolución. En otros artículos se ha descrito en profundidad sobre el debate al interior del Congreso, caracterizado por duros enfrentamientos y una maraña de posiciones55. Para Fiorito, que tomó apuntes con el objetivo de elaborar un boletín, fue una experiencia frustrante porque en vez de "proyectar al clasismo como un fenómeno nacional" culminó siendo "una rosca entre los partidos políticos a morir".56 Más allá que esta opinión es reciente, puede visualizarse en los documentos de la época. En el borrador de convocatoria al evento, Fiorito deslizó su postura sobre el criterio que debía imperar para la convocatoria: colectivizar las diversas experiencias y conflictos obreros a lo largo del país, pero dejando en claro que no iban a ser "aparateados" por los partidos de izquierda, entre ellos VC.57 Esta idea se reforzó en el ínterin del congreso con una nota manuscrita que decía: "esta fue la propuesta de arreglo al PB, lucha en el medio del Plenario, para que PB aceptara firmar. La trenza no tuvo resultado por burda".58 Si bien Fiorito consideró que había que establecer un acuerdo con otras fuerzas políticas, esta debía ser el producto de una deliberación colectiva y no un acuerdo entre algunas organizaciones. En un texto mecanografiado donde puede leerse un balance del congreso, Fiorito expone una conclusión que merece ser citada:

Como consecuencia lógica de esta situación real, 24 horas de deliberaciones no pudieron hacernos arribar a la aprobación de una declaración que expresara un acuerdo de principios y de posiciones más completa. Por lo tanto, no habiendo acuerdo más completo de principios, era imposible constituir una dirección, ni tampoco concretar formas más altas de organización. El que no se haya concretado ninguna de estas dos cosas significa que no hemos caído en deformaciones burocráticas: cuando se constituya una dirección, no va a ser en razón de la fuerza, o de la mera cantidad de votos o del aparato, sino de verdaderos y claros acuerdos sobre qué quiere decir "clasista", cuales son nuestros objetivos, como tenemos que actuar para alcanzarlos59 [Las comillas son del original]

De la represión al archivo del SiTraC

Por orden firmada por Lanusse (la resolución N°304/71), el 26 de octubre de 1971 se decretó la disolución de los sindicatos de Fiat, la cesantía de empleados municipales, principalmente, aquellos que componían el "ala clasista" en su sindicato y la intervención —en paralelo con el despido de los miembros de la comisión directiva y delegados— del sindicato de empleados públicos. Ante este golpe certero, la Secretaría de Prensa del SiTraC se convirtió en una máquina de publicar comunicados, notas de prensas, etc. En consecuencia, la labor de Fiorito se intensificó de manera considerable y llegó a trabajar "sin descanso" hasta altas horas de la madrugada. Además de redactar las declaraciones, Fiorito

55 Brennan, El Cordobazo, 224; Rodolfo Laufer, "El Congreso de SITRAC-SITRAM y la frustración del frente nacional del sindicalismo clasista", Sociohistórica, N° 50, (2022): 9.

56 Entrevista a Susana Fiorito.

57 "Esquema para un material para planta sobre el Congreso", (agosto de 1971).

58 "Proyecto de declaración para el congreso de sindicatos combativos, agrupaciones clasistas, y obreros revolucionarios", (28 de agosto de 1971), 4.

59 Susana Fiorito, Balance del Congreso del 28 de agosto, (1971), 2-3.

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transcribió las reuniones entre los dirigentes, los operarios despedidos y Curutchet sobre los pasos a seguir para concretar la normalización del gremio y la reincorporación de los cesanteados con el fin de obtener un seguimiento sobre los asuntos.

Además, al ser disueltos los sindicatos, ya no contaban con un local gremial y no podían realizar las prestaciones correspondientes, incluyendo los gastos de las familias de los dirigentes que se encontraban presos. De esta manera, Fiorito organizó una carpeta donde reunió una serie de listados con los ingresos y gastos, así como las contribuciones de parte de los obreros, asociaciones sindicales, y las demás organizaciones sociales y políticas. La situación de aislamiento comenzó a adquirir un carácter desesperante y un importante sector de los despedidos comenzó a aceptar las indemnizaciones ofrecidas por Fiat. En la misma carpeta, se puede apreciar cómo Fiorito había conservado los recibos de sueldos, los listados con liquidaciones y las actas con los acuerdos laborales.

A fines de marzo de 1972, la campaña por la reincorporación de los despedidos sufrió un revés con el secuestro del gerente de Fiat, Oberdan Sallustro, por un comando del ERP y asesinado por las fuerzas policiales. La muerte del directivo precipitó el cierre de las negociaciones con la empresa y una intensificación de la represión, que se extendió al ámbito fabril de Concord y Materfer. Fiorito suscribió y mecanografió el comunicado que emitió el SiTraC sobre el hecho: "los responsables de esta situación son los directores y ejecutivos de la empresa que en ningún momento se sintieron preocupados por la situación angustiosa de los obreros presos o por el hambre y la enfermedad de sus hijos".60 Más allá de que el hecho complicó la situación, Fiorito consideró que debía predominar la crítica hacia la empresa sobre los trabajadores de Fiat y esto significaba que debía preservarse la unidad entre los activistas.

Llamativamente, no hemos dado con ningún documento que refiera a una postura crítica de parte de Fiorito sobre las acciones de las organizaciones guerrilleras, que, por su parte, habían logrado acercar a sus filas a algunos dirigentes del SiTraC como Masera y Flores. Este silencio plantearía un distanciamiento de las posturas de VC, que apoyaba la lucha armada e insurreccional de las masas bajo la estrategia de la guerra popular prolongada de Mao Tse Tung. Pero no acordaba con las operaciones militares como el asalto a camiones blindados o la guardia de un establecimiento fabril, porque entendía que se trataba de acciones "putchistas", opuesta a la organización genuina de los trabajadores.61 La misma crítica presentó El Obrero cuando afirmó que la "acción armada" no debe suplantar al "sindicalismo clasista y la huelga política de masas".62 El testimonio de Francisco Bauer, miembro de la organización, obrero de IKA-Renault y amigo de Fiorito, nos ofrece la siguiente pista:

Después de las elecciones de 1973, El Obrero entró en una crisis terminal como motivo de la lucha armada. El grupo se dividió en una asamblea: un sector se va a la lucha armada [se refiere a Organización Comunista Poder Obrero) y el otro se disuelve. Yo me aparto porque consideraba que la lucha armada era inconducente, aunque habia hecho entrenamiento militar como autodefensa en la fábrica y contra la burocracia sindical. La Fiorito tomó la misma decisión cuando comenzó a ver que las acciones armadas conducían más a endurecer la represión que a organizar a los obreros.63

60 "De SiTraC", Clarín, (23 de marzo de 1972), 30.

61 "Lucha armada el camino de las masas", No Transar,, N°92, (7 de septiembre de 1970), 12.

62 "Lucha sindical y lucha armada", El Obrero, (1972).

63 Entrevista del autor a Francisco Bauer, (10 de marzo de 2023).

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El relato de Bauer nos permite conjeturar que el silencio de Fiorito se debió, por su preferencia, a ponderar la defensa del SiTraC y los puestos de trabajo, sobre la operación de la organización guerrillera. Eso incluía mantener el vínculo con dirigentes como Masera y Flores, simpatizantes de las acciones armadas y cercanos a las Fuerzas Armadas por la Liberación (FAL) y el PRT-ERP respectivamente. No obstante, eso no quería decir que acordó con las operaciones militares de estas fuerzas políticas y particularmente con el secuestro de Sallustro.

La nueva situación nacional generó un profundo debate en las tendencias políticas que participaron de la directiva del SiTraC, incluyendo a la propia Fiorito. Las elecciones nacionales se celebraron el 11 de marzo de 1973. La fórmula presidencial del FREJULI encabezada por Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima obtuvo el triunfo con el 49.5 % de los sufragios. En Córdoba, para gobernador y vicegobernador, obtuvieron el triunfo Ricardo Obregón Cano y Atilio López, que revalidarían su triunfo en segunda vuelta el 15 de abril. Las posturas de los dirigentes de los sindicatos de Fiat fueron disímiles. Por un lado, Florencio Díaz (SiTraM) fue candidato a diputado provincial por el FREJULI, mientras que Taverna, Masera y Flores votaron por la lista peronista a nivel provincial y nacional, a excepción del último que votó en blanco en los comicios presidenciales. El Partido Socialista de los Trabajadores (PST) presentó a Páez como candidato a gobernador, a Bizzi como diputado provincial y a Raúl Suffi (SiTraM) como intendente de la capital cordobesa, además de la adhesión pública de Milesi. Mientras que Fiorito, junto a referentes de VC, PCR y El Obrero, se abstuvo de votar, una práctica que mantendrá con el correr de las décadas. En un comunicado titulado "Una verdadera posición clasista ante las elecciones" sostuvieron:

El llamado a elecciones para institucionalizar el GAN es la forma que hoy ha inventado la dictadura para conseguir la participación popular en su Acuerdo. Así se ha armado un gran Circo, y en el escenario han puesto 8 o 9 candidatos para que el pueblo se haga la ilusión de que se trata de elegir a uno de ellos [...] no importa por quien votemos si participamos de la institucionalización, el GAN está salvado (...) La alternativa no es presentar un candidato mejor, por más obrero y clasista que se diga. Hoy la clase obrera debe oponerse a las elecciones, cuestionar el Acuerdo, negarse a participar de la institucionalización (...) Apoyados en nuestra experiencia clasista, en las luchas y en los triunfos que arrancan con el Cordobazo, nos comprometemos ante la clase obrera (...) a persistir en la lucha y dedicar todos nuestros esfuerzos para impedir que se institucionalice aún más la explotación, la opresión y la represión.64

El 20 de junio de 1973, ocurrió la llamada "masacre de Ezeiza", donde un millón y medio de personas se movilizaron hacia el aeropuerto para celebrar el retorno definitivo de Perón al país. Al llegar al acto, las columnas que respondían a las organizaciones peronistas de izquierda, como Montoneros, fueron "emboscadas con disparos de armas de fuego provenientes de los sectores ortodoxos y de derecha del peronismo"65. Este trágico suceso causó una conmoción en el pueblo argentino. Luego de la renuncia de Cámpora, las elecciones presidenciales volvieron a celebrarse el 23 de septiembre de 1973. Los comicios dieron como resultado el triunfo de la fórmula encabezada por Juan Perón e Isabel Perón, su tercera esposa, con el 62 % de los votos. El presidente electo se propuso

64 "Una verdadera posición clasista ante las elecciones", (Córdoba, 15 de febrero de 1973).

65 Horacio Verbitsky, Ezeiza, (Buenos Aires: Editorial Contrapunto, 1985), 14.

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profundizar la política del pacto social colocando al frente del plan económico a José Gelbard, titular de la Confederación General Económica (CGE). En realidad, esta decisión buscaba unificar a la clase empresarial y la cúpula sindical para enfrentar el "ascenso de la combatividad de los trabajadores" 66. Los sucesos de Ezeiza y las declaraciones de Perón en los días posteriores mostraban que el gobierno nacional no iba a manejarse como un árbitro entre las clases sociales, sino que se volcaba claramente a favor de los sectores más ortodoxos del Movimiento Peronista.

En ese contexto, Fiorito escribió un trabajo sobre el sindicalismo y los trabajadores: Argentina: sindicatos y movimientos de masas bajo el seudónimo de Natalia Duval. Lejos de circunscribir su análisis al plano de la provincia de Córdoba, Fiorito pretendía reforzar esta tesis: la combatividad y la radicalización de los obreros cordobeses fue un fenómeno nacional, que incluyó las luchas de los trabajadores de la central eléctrica de El Chocón (Río Negro), los ingenios azucareros tucumanos y los conflictos en fábricas y cordones industriales en provincias como Santa Fe y Buenos Aires. En este sentido, el surgimiento del SiTraC-SiTraM entroncó con otros fenómenos como la recuperación del SMATA cordobés a manos de la lista marrón encabezada por René Salamanca, dirigente del PCR. Por lo tanto, en su conclusión, planteaba que el proceso de institucionalización que vivía la Argentina, con el retorno del peronismo al poder, era sostenido por un bloque compuesto por el empresariado, el gobierno y la burocracia sindical. De este modo, pretendía explicar la feroz represión que se desató sobre los sindicatos clasistas para canalizar el resto de los conflictos sociales o "rebeldías" a través de "mecanismos institucionales de la democracia burguesa" como las elecciones67.

Fiorito no se detuvo a analizar las causas que determinaron la disolución de los sindicatos de Fiat. Siempre coincidió con la frase de Masera que al SiTraC lo "disolvieron más por sus aciertos que por sus errores"68. Aunque, como pudimos notar anteriormente, un aspecto crítico de su balance se puede encontrar en los intentos de los partidos de izquierda por influir abiertamente sobre la política de los gremios, a punto de intentar convertirlos en un apéndice de sus organizaciones. En su último artículo, tampoco se detiene a indagar sobre los motivos que derivaron en el fracaso de la integración de las direcciones de Concord y Materfer con el SMATA. Aunque posteriormente sí analizó este punto:

En el SMATA había mucha trenza de distintos partidos políticos, grupos, etc. Y era además un sindicato que tenía bases en distintas fábricas, lo cual era dificil acordar puntos de vistas, programas, etc. [...] A mí no me dejaron entrar al SMATA. Después que disolvieron los sindicatos de Fiat, no me dejaron entrar al SMATA, me echaron del hall [...] Ahí hubo muchos intereses, disueltos SiTraC y SiTraM, el SMATA vio la posibilidad de quedarse con los gremios de Fiat [...] aún en los sindicatos más a la izquierda, en aquel tiempo el aparato sindical pesaba y la posibilidad de influencia política de afuera con la patronal y el Estado, pesaba. Uno puede hacer una diferencia entre [Elpidio] Torres y Salamanca, pero hay un peso de los compromisos políticos.69

66 De Riz, Retorno y Derrumbe, 84-85; Richard Gillespie, Soldados de Perón: los Montoneros, (Buenos Aires: Grijalbo, 1987), 172.

67 Natalia Duval, [Susana Fiorito], "Argentina: sindicatos y movimientos de masas", Historia del Movimiento Obrero Argentino, N° 95 (1974): 292.

68 Carlos Masera, "Nacimiento del clasismo", 5.

69 Entrevista a Susana Fiorito.

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Para Fiorito, el fracaso de un sindicato que aglutinase al conjunto de la industria automotriz constituyó el "segundo golpe" que sufrió el SiTraC y SiTraM, luego de la intervención militar en octubre de 1971. Manifestó que el hecho le había provocado "una profunda tristeza" dado que no se concretó la "unidad" por "rencillas o trenzas" entre organizaciones por encima del interés del conjunto de los trabajadores.70 Mantuvo su colaboración con los despedidos hasta mediados de ese año, pero luego tuvo viajar de urgencia a Capital Federal para cuidar al hijo mayor de Rivera que había contraído cáncer.

Del archivo del SiTraC a la biblioteca de Bella Vista

A lo largo de dos años de trabajo, Fiorito logró reunir un vasto material documental que decidió trasladar a Buenos Aires en 1974. Podríamos decir que sus prácticas archivísticas se remontaban a su paso en la UCRI, cuando reunió el material para la elaboración de su primer libro. En el marco de la dictadura de 1976, se desplegó una amplia represión sobre los trabajadores, estudiantes y profesionales. En un contexto adverso para la actividad pública, Fiorito inició un trabajo clandestino para resguardar los documentos del SiTraC. Comenzó por dividir el material en varias carpetas y destinarlas a casas de familias o personas sin ningún tipo de militancia, para evitar todo tipo de sospecha. Manifestó que esa tarea solo fue posible gracias a la ayuda de "N", la letra que identificó a un militante que colaboró en la conservación de los documentos71. De acuerdo al relato de Bauer, esta persona sería Raquel Camilión, miembro de El Obrero:

Luego de la intervención del SiTraC y de alejarse de El Obrero, la Fiorito se fue a Buenos Aires. Pero mantuvo su relacion con Raquel Camilión con la que organizó la documentación y la bibliografía que después desembocara en la Biblioteca de Bella Vista. Recuerdo visitarlas en varias ocasiones y ayudarlas en la organización de la biblioteca, cuando aún estábamos en la dictadura militar.72

Luego, decidió enviar copias a instituciones universitarias extranjeras como el Instituto de Amsterdam (Holanda), Harvard (Estados Unidos) y Campinhas (Brasil). Sobre cuáles fueron sus propósitos a la hora de reunir un material que durante el período dictatorial ya alcanzaba los 18 mil folios, Fiorito afirma que buscaba "salvarlo de las fuerzas militares, la cana [policía], la burocracia y el olvido". Sentía que el archivo permitiría "reconectar" la "experiencia" de los operarios de Fiat con las futuras generaciones.73 Claramente, quería evitar el problema de la ausencia de fuentes que sufrió cuando tuvo que reconstruir el período de las huelgas patagónicas de 1920 y 1921. A mediados de la década del ochenta, ya en democracia, Fiorito continuó su labor archivística y comenzó a entrevistar a dirigentes del SiTraC como Masera, Clavero, Flores y Santos Torres. Es importante señalar que el objetivo inicial de Fiorito al constituir el archivo fue el resguardo de la documentación frente a la intervención de los sindicatos por parte del gobierno lanussista en 1971. Durante la última dictadura militar, varios de los activistas de Fiat fueron asesinados e integran las listas de desaparecidos. La preservación y el microfilmado de los documentos fueron actos de valentía y resistencia al régimen

70 Ibíd.

71 Adrian Celentano, 'Susana Fiorito", 180.

72 Entrevista a Francisco Bauer.

73 Entrevista a Susana Fiorito.

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castrense. Por último, en el contexto de la institucionalización democrática en Argentina y algunos países latinoamericanos a principios de los 80, la incorporación de la voz de algunos de los protagonistas del SiTraC y SiTraM reflejaba que el archivo había logrado sobrevivir a aquellos difíciles acontecimientos, convirtiéndose en un banco de fuentes para la historia del movimiento obrero argentino.

Fiorito ayudó a mecanografiar las memorias de Flores (1994), que dio lugar a su libro: StlraC-SiTraM. Del Cordobazo al Clasismo. Años antes, Fiorito había publicado: Los sindicatos clasistas: SiTraC (1970-1971) con el seudónimo de Natalia Duval, y reeditado en 2011. Se trató de una selección de los documentos más importantes del sindicato de Concord, como sus boletines, comunicados de prensa y la transcripción de algunas asambleas. En su obra, destacó la experiencia del SiTraC y SiTraM como la "vanguardia del movimiento social" reflejada en un "avance de la conciencia política de un segmento significativo de la clase obrera y capas medias"74. En coincidencia con su artículo escrito en 1974, Fiorito solo se limitó a reconstruir los hechos que derivaron el surgimiento y disolución de los sindicatos clasistas. La publicación de sus documentos tuvo como objeto exponer las posiciones y balances de la conducción sindical, pero sin emitir un juicio sobre la experiencia del SiTraC salvo, como veremos a continuación, sus testimonios personales en las últimas décadas. Consideramos que la ausencia de opiniones personales se debió a su intención de recuperar la actividad de los sindicatos clasistas para incorporarlos a la "memoria de los trabajadores"75. Por lo tanto, apeló a que los lectores pudiesen extraer sus propias conclusiones sobre la actuación de los dirigentes gremiales en aquel momento.

En estos aspectos, pudimos identificar dos diferencias entre la obra de Fiorito y Flores. Por un lado, Flores pretendió que su escrito se convirtiese en un modelo para el conjunto del movimiento obrero, apelando a la rigurosidad de hechos para demostrar que el sindicalismo clasista no había "perdido vigencia"76. Por el otro, ofreció un balance crítico al afirmar que la disolución de los sindicatos de Fiat aconteció tanto por la "política de cuestionamiento a las patronales, el gobierno militar y las estructuras sindicales" como a los errores cometidos, como no impulsar una "táctica de alianzas" con el sector encabezado por Tosco en la CGT cordobesa.77 Por último, notamos una coincidencia con recuperar la historia y encuadrarla en la memoria colectiva de los trabajadores como sostuvo Fiorito; o, en el caso de Flores, destacar la vigencia de la experiencia clasista como un elemento indispensable para encarar el presente.

A partir de la década del ochenta, Fiorito, Rivera, Masera, Vélez y José Ponce, ex obrero de Concord, comenzaron a reunir fondos y donaciones que dieron lugar a la fundación de la biblioteca "Tedro Milesi" ubicada en el barrio de Bella Vista. Fallecido Milesi en 1981, Fiorito comentó que sus amigos y allegados querían "conservar la memoria de prácticas sociales que él y tantos otros concretaron en pueblos y ciudades, para mantener viva la conciencia de la clase obrera"78. Se refería a la conformación de una biblioteca destinada a los trabajadores, donde se trasladó el archivo del SiTraC que en ese entonces ya estaba microfilmado en su totalidad. La fundación de la biblioteca fue el 28 de noviembre de 1988 y, según el acta, sus objetivos fueron:

74 Natalia Duval [Susana Fiorito], Los sindicatos clasistas: Sitrac (1971-1979), (Buenos Aires: Razón y Revolución, 2011), 31.

75 Duval, Los sindicatos clasistas, 34.

76 Flores, SiTraC-SiTraM, 6.

77 Flores, SitraC-SiTraM, 139.

78 Héctor Schmuckler, et.al.., El obrerismo de Pasado y Presente: documentos para un dossier (no publicado) sobre SiTraC-SiTraM, (Villa María: Eduvim, 2014), 340.

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a) Propender el desarrollo del conocimiento, contribuyendo a ponerlo al alcance de todos a través del estímulo a la lectura, y la utilización de los medios gráficos, audiovisuales y electrónicos; b) Facilitar el acceso a la ciencia, las técnicas y las artes patrimonio de toda la humanidad y producto del esfuerzo común de los seres humanos difundiendo el saber especialmente entre quienes carecen de medios materiales y estímulos culturales para aproximarse a él; c) Impulsar el desarrollo de una conciencia autónoma y crítica que capacite a todos, sin distinción de edad, clase social, ni creencias para buscar colaborar y seleccionar la información que pueda contribuir a constituirnos en sujetos del proceso históricos y continuadores activos del avance de la humanidad hacia una sociedad libre y justa; d) Colaborar con los organismos e instituciones públicas y privadas que así lo requiera en la formulación de propuestas y proyectos del mismo tipo.79

Ubicada a escasos kilómetros del centro de la Ciudad de Córdoba, Bella Vista fue una barriada de trabajadores vinculados a la industria automotriz y aeronáutica por su cercanía a las fábricas IKA-Renault y la empresa estatal Industrias Mecánicas del Estados (IME). Sin embargo, como resultado de las políticas económicas del gobierno nacional de Carlos Menem, la privatización de IME y la reforma laboral que cercenaron una importante cantidad de puestos de trabajo, desde mediados de la década del noventa, comenzó a manifestarse un cambio en la composición social del barrio. Empezó a prevalecer el empleo informal y en negro, a la vez que se incrementaron otras problemáticas sociales como el delito y el tráfico de drogas. Esta situación fue testimoniada por la propia Fiorito:

Hace muchos años, Bella Vista era un barrio de obreros [...] los adolescentes entraban como aprendices a los 15 años y tres años después salían como fresadores, torneros o mecánicos era un barrio de trabajadores que el fin de semana se hacían su casa y ahora pasó a ser un barrio de desocupados, uno de los barrios con la mayor tasa de distribución de cocaína y consumo de paco [pasta base], y un lugar donde muchos púberes mantienen la casa llevando sobres de cocaína los viernes a los boliches, porque el padre está desocupado y la madre, que hizo tareas de limpieza en los barrios ricos, [...] ya no la tomaron más.80

Entonces, la constitución de una biblioteca pública en un barrio pobre resultó un doble desafío para Fiorito. Por un lado, significó la generación de herramientas que incentiven el acercamiento de los vecinos al espacio y adquieran el hábito de la lectura, que implicaba el aporte de profesionales y sectores con experiencia en el trabajo barrial. Por el otro, surgida de una familia con un buen pasar económico y una importante cantidad de libros, Fiorito apeló a conseguir los recursos económicos necesarios para sostener la biblioteca y adquirir ejemplares de diversas temáticas. Esto planteó la organización de campañas de recaudación de fondos, exigir subsidios estatales y articular con otros espacios institucionales para evitar el aislamiento y la deriva del proyecto. También requirió la formación de un equipo compuesto de vecinos, profesionales y voluntarios para constituir un consejo directivo para llevar este proyecto a un buen puerto.

79 "Acta de Fundación", Libro de Actas de la Fundación Pedro Milesi, (Ciudad de Córdoba, 28 de noviembre de 1988),1-3.

80 "Biblioteca Bella Vista", Sudestada, N°60, (julio de 2007), 17.

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Conclusiones

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El análisis en torno al itinerario de Susana Fiorito nos permitió una aproximación al estudio de la relación entre los intelectuales y un sector de la clase obrera argentina que intentó vincular su actividad gremial con la esfera política. Esta relación fue una de las variables del proceso más general de radicalización política a nivel mundial durante los años 60 y 70. En el caso de Fiorito, explica el pasaje de un entorno familiar pequeño burgués a desplegar un trabajo intelectual y político en un sindicato clasista. En el marco de una efervescente coyuntura histórica, su vida dio un giro de ciento ochenta grados con relación a sus experiencias pasadas, como su participación en el radicalismo. Su decisión de vincularse y defender los intereses de la clase obrera explicó su alejamiento de la UCRI y del MLN para acercarse a diversas organizaciones de izquierda.

Si bien, su trayectoria osciló entre el partidismo y el compromiso personal, Fiorito mantuvo una postura crítica y su intervención política se desenvolvió a partir de los acuerdos y disensos con aquellas personas con las que compartió un espacio de militancia o actividad gremial. En este caso, aprovechó sus vínculos con los partidos de izquierda para ingresar a la Secretaría de Prensa del SiTraC en donde desarrolló su trabajo con autonomía. Además, al no ser una militante orgánica, estableció intercambios con dirigentes de tradiciones políticas y sindicales disímiles. Esta independencia le permitió desenvolverse sin las presiones propias de las estructuras partidarias. Analizando su relación con los dirigentes del SiTraC, nos interiorizamos sobre las tensiones y algunos de los debates de la comisión directiva y los problemas organizativos por la falta de experiencia de sus dirigentes. Además, en un espacio netamente masculino, Fiorito no dudó en desarrollar su punto de vista sobre cómo encarar la organización de las tareas del gremio enfrentándose a ciertas prácticas misóginas de los sindicalistas. A su vez, ocupó un importante rol en la vinculación del SiTraC con los operarios de la fábrica y mantuvo una práctica administrativa y archivística que colaboró en la formación de los dirigentes del gremio y en el resguardo de la documentación del sindicato, especialmente durante una coyuntura histórica decisiva como los años entre la disolución de los sindicatos de Fiat y la última dictadura militar.

Por último, con el correr del tiempo Fiorito no se mantuvo al margen de la situación social. La combinación de su experiencia como escritora y archivera y su deseo por mantener intactos los vínculos con los obreros motivaron la fundación de una biblioteca para los vecinos en un barrio como Bella Vista. Es un proyecto que lleva las marcas de su vida militante y se orienta a la politización y a la formación intelectual de los trabajadores. De este modo, el presente artículo busca abrir una puerta para que futuras investigaciones indaguen sobre esta etapa de su trayectoria, además de su vida personal y testimonial. No obstante, a sus 92 años de edad, Fiorito persiste en su aspiración por fusionarse con la clase obrera para acercarlos a las ideas socialistas.

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Entrevistas utilizadas

Entrevista realizada a Susana Fiorito publicada en "El capitalismo no sirve y los que lo van a derrotar

son los obreros, no los movimientos populares", El Aromo, N° 77, 29 de enero de 2016. Enlace:

https://razonyrevolucion.org/el-capitalismo-no-sirve-y-los-que-lo-van-a-derrotar-son-los-obreros-no-

los-movimientos-populares-por-por-ianina-harari/

Entrevista del autor a Susana Fiorito, 11 de marzo de 2018.

Entrevista del autor a Domingo Bizzi, 26 de marzo de 2018.

Entrevista del autor a Carlos Masera, 30 de noviembre de 2018.

Entrevista del autor a Juan Assales, 12 de junio de 2022.

Entrevista del autor a Francisco Bauer, 10 de marzo de 2023.

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