Научная статья на тему 'Unir y luchar: judíos y negros en el comunismo estadounidense de entreguerra s'

Unir y luchar: judíos y negros en el comunismo estadounidense de entreguerra s Текст научной статьи по специальности «История и археология»

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Comunismo Estadounidense / liberación negra / historia judía / Comin tern / Partido Comunista Estadounidense / United States Communism / black liberation / Jewish history / Comintern / C PUSA

Аннотация научной статьи по истории и археологии, автор научной работы — Jacob Zumoff

Este artículo examina la interacción de los comunistas judíos y negros en las décadas de 1920 y 1930, las primeras décadas del movimiento comunista en Estados Unidos. Durant e este período, los militantes de raíces judías constituyeron un gran número de militantes del Partido Comunista, y uno de los enfoques comunistas más importantes fue la l ucha por la liberación negra. Muchos judíos comunistas vieron la lucha contra la opre sión negra como un reflejo de su propia lucha contra la opresión antijudía, a pesar de que ambas formas de opresión tenían papeles diferentes en el capitalismo estadounide nse. Esto se expresó por el hecho de que cuando la Comintern luchó por “americanizar ” el comunismo en los Estados Unidos, esto significó disminuir la influencia de las federaciones de lenguas extranjeras (incluido el grupo ídish) y enfatizar la lucha por la liberación negra. Los judíos comunistas fueron cruciales en este proceso de “ameri canización”, en parte debido a su identificación con la lucha contra la opresión negra.

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Unite and Fight: Jews and Blacks in Interwar American Communism

This article examines the interplay of Jewish and black Communists in the 1920s and 1930s, the first decades of the Communist movement in the United States. D uring this period, the militants of Jewish desce nt made up a large number of Communist Party members, and one of the most important Communist focuses was on the fight for black liberation. Many Jewish Communists saw the fight against black oppression as a reflection of their own fight against anti Jewis h oppression, even though both forms of oppression played different roles in United States capitalism. This was expressed by the fact that when the Comintern struggled to “Americanize” Communism in the United States, this meant lessening the influence of f oreign language federations (including the Yiddish group) and emphasizing the fight for black liberation. Jewish Communists were crucial in this process of “Americanization,” in part because of their identifi cation with the fight against black oppression.

Текст научной работы на тему «Unir y luchar: judíos y negros en el comunismo estadounidense de entreguerra s»

51, mayo 2022: 1-12

Unir y luchar: judíos y negros en el comunismo estadounidense de entreguerras Unite and Fight: Jews and Blacks in Interwar American Communism

Jacob Zumoff*

Resumen: Este artículo examina la interacción de los comunistas judíos y negros en las décadas de 1920 y 1930, las primeras décadas del movimiento comunista en Estados Unidos. Durante este período, los militantes de raíces judías constituyeron un gran número de militantes del Partido Comunista, y uno de los enfoques comunistas más importantes fue la lucha por la liberación negra. Muchos judíos comunistas vieron la lucha contra la opresión negra como un reflejo de su propia lucha contra la opresión antijudía, a pesar de que ambas formas de opresión tenían papeles diferentes en el capitalismo estadounidense. Esto se expresó por el hecho de que cuando la Comintern luchó por "americanizar" el comunismo en los Estados Unidos, esto significó disminuir la influencia de las federaciones de lenguas extranjeras (incluido el grupo ídish) y enfatizar la lucha por la liberación negra. Los judíos comunistas fueron cruciales en este proceso de "americanización", en parte debido a su identificación con la lucha contra la opresión negra.

Palabras Claves: Comunismo Estadounidense; liberación negra; historia judía; Comintern; Partido Comunista Estadounidense

Abstract: This article examines the interplay of Jewish and black Communists in the 1920s and 1930s, the first decades of the Communist movement in the United States. During this period, the militants of Jewish descent made up a large number of Communist Party members, and one of the most important Communist focuses was on the fight for black liberation. Many Jewish Communists saw the fight against black oppression as a reflection of their own fight against anti-Jewish oppression, even though both forms of oppression played different roles in United States capitalism. This was expressed by the fact that when the Comintern struggled to "Americanize" Communism in the United States, this meant lessening the influence of foreign-language federations (including the Yiddish group) and emphasizing the fight for black liberation. Jewish Communists were crucial in this process of "Americanization," in part because of their identification with the fight against black oppression.

Key Words: United States Communism; black liberation; Jewish history; Comintern; CPUSA Recibido: 3 febrero 2022 Aceptado: 14 mayo 2022

Introducción

A los ojos del anticomunismo más vulgar en Estados Unidos, el comunismo consiste en una doctrina de judíos que quieren manipular a los negros en contra del sistema capitalista. En 1931, Angelo Herndon, un joven negro del sur, fue arrestado en Alabama acusado de agitador "comunista". En su autobiografía, Let Me Live (Déjame Vivir, 1937), registró como la prensa amarillista reaccionó cuando tres mujeres blancas fueron atacadas en Birmingham y explicaba: "querían hacer del incidente una siniestra conspiración de negros 'malos', corrompidos por judíos y rojos extranjeros, para derrocar al

* Ph.D. in History, University of London, New Jersey City University Department of History jacob.zumoff@gmail.com

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gobierno blanco del Sur" (158). Ciertamente, y lejos de establecer estereotipos, desde los años 1920, el movimiento comunista tuvo un papel importante en la lucha contra la opresión racial en Estados Unidos, y gran parte de los militantes eran judíos. Asimismo, los más fuertes oponentes al comunismo y a la integración racial odiaban a los judíos. El comunismo era tal vez la única fuerza política multirracial que combatía la explotación y discriminación racial y anhelaba construir una sociedad solidaria e igualitaria a través de la dictadura del proletariado. Tanto los comunistas judíos como los comunistas negros tenían un papel fundamental en esa causa.1 Este artículo explora el papel de los comunistas judíos en la lucha contra la opresión a la población negra en los años 1920 y 1930. Posteriormente, en los 1940 y 1950, a partir de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, la fundación del estado de Israel, la Guerra Fría, el crecimiento económico posguerra y el movimiento por derechos civiles, las relaciones entre el comunismo, los negros, los judíos y la sociedad norteamericana toda, cambiaron mucho y adquirieron otras formas, que exceden al presente artículo.2

De acuerdo con numerosas investigaciones, el artículo actual sostiene que, para varios judíos inmigrantes o sus hijos, sumarse a las filas comunistas en Estados Unidos, representaba una manera de hacerse más "americano". Por eso, si la lucha antirracista era un tema nodal en la sociedad norteamericana, involucrarse con ella era una forma de integrarse a la nueva sociedad. Pero, además, la situación de opresión étnica que traían los inmigrantes judíos los volvía más sensibles y dispuestos a luchar contra cualquier tipo de discriminación.

Tradicionalmente, existen dos escuelas generales de la historiografía del comunismo en Estados Unidos. Por un lado, hay los historiadores de la escuela fundada por Theodore Draper quien, en sus libros en los 1950, se enfoca en la relación entre el PC en Estados Unidos y la Internacional Comunista y la Unión Soviética, argumentando que al final de cuentas el comunismo en Estados Unidos no era estadounidense, pues, porque se quedaba afuera de las tradiciones políticas estadounidenses. Por otro lado, los "revisionistas" intentan a demostrar que los comunistas eran parte de las tradiciones más "americanas" del radicalismo y del movimiento obrero y que las conexiones entre el PC y la URSS no eran fundamentales. Al partir del fin de la Unión Sovietica y la Guerra Fría—y con fuentes nuevos como los archivos de la Comintern—otros historiadores han intentado de complicar la historiografía. Por ejemplo, Bryan Palmer y Jacob Zumoff en sus libros argumentan que el movimiento internacional ha jugado un papel positivo en el desarrollo del comunismo en Estados Unidos, al menos hasta la consolidación del estalinismo en los últimos años del 1920.

Asimismo, muchos historiadores han escrito sobre la relación entre el comunismo estadounidense y la población negra en aquel país. Desde los 1920 escritores anticomunistas se han enfocado en el énfasis de los comunistas en combatir la opresión racial para demostrar que los comunistas eran ajenos de la normalidad estadounidense. Es decir, porque los comunistas se pusieron en contra del racismo estadounidense, tenían que quedarse afuera y en contra de la sociedad entera. Al mismo tiempo, para combatir la influencia comunista entre los negros estadounidense, escritores anticomunistas presentaron comunismo como un peligro a la población negra en Estados Unidos. El ejemplo más conocido es el libro por Wilson Record, The Negro and the Communist Party (El negro y el partido comunista, 1951), que argumentó que la Unión Soviética les usaba a los negros.3 Después de

1 En eso capitulo no intento de determinar quién es y quién no es un judío, y uso el termino no en un sentido religioso sino para describir alguien que viene de raíces judíos.

2 No intento en eso artículo a resumir el debate sobre las relaciones entre Lenin y Stalin, y del comunismo en los 1920 y los 1930—ni en el comunismo estadounidense, ni en nivel internacional. Véase Zumoff, 2014 sobre el partido comunista estadounidense en los 1920 y su transformación desde un partido revolucionario leninista un partido estalinista reformista.

3 Durante la época electoral de 2016, se reflejaba la vieja obsesión sobre la "manipulación rusa" de la población negra en la preocupación sobre la supuesta maniobra rusa en los medios sociales; la primera vez tragedia, la segunda, farsa.

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los 1960 y los movimientos de derechos civiles y de la Nueva Izquierda, otros historiadores han argumentado que los comunistas hayan jugado un papel clave en la lucha antirracista en el país; ejemplos incluyen Glenda Gilmore, Paul Lyons, Mark Naison, y Mark Solomon. Sin embargo, a pesar de las diferencias entre ellos mismos, esos escritores han aceptado que la influencia del comunismo internacional ha frenado la "americanizatión" del comunismo en Estados Unidos. Jacob Zumoff, en su libro, The Communist International and US Communism (La Internacional Comunista y el comunismo estadounidense, 2016) insistió que antes de la consolidación del estalinismo en la época pos-leninista, que la Comintern ha empujado a sus camaradas en Estados Unidos a lidiar con la realidad de su país, incluyendo luchar por la liberación negra.

Para tanto los negros como los judíos, cada grupo veía sus propias luchas como transnacionales, aunque en maneras diferentes. Asimismo, la historia de los judíos y los negros en el movimiento comunista estadounidense nos ofrece la posibilidad de examinar las tensiones entre lo nacional y lo internacional en el comunismo en Estados Unidos. Para cada grupo oprimido, el transnacionalismo del comunismo—internacionalismo proletariado—se veía como una manera de liberarse de su propia opresión particular. Y cada grupo se usó la experiencia del otro para entender su propia historia. Los primeros comunistas judíos en Estados Unidos, en su mayoría inmigrantes europeos, la lucha de los bolcheviques contra de la opresión antijudía en el antiguo imperio ruso fue clave en su decisión a unirse a la Comintern. Sin embargo, como parte del proceso de construir un movimiento comunista con el fin de obtener poder proletario en Estados Unidos, los comunistas judíos—especialmente los que nacieron en el país—vieron la opresión de los negros en Estados Unidos como fundamental por el capitalismo estadounidense y muchos se identificaron con esta lucha por la liberación negro. Por otro lado, para los negros estadounidenses atraídos al comunismo, la lucha de los bolcheviques en el ex imperio Ruso contra la opresión antijudia era clave en su decisión a unirse al PC en Estados Unidos. En esto sentido, para los comunistas judíos, la lucha de los negros en Estados Unidos les ofreció un reflejo de su propia lucha, y para los negros en Estados Unidos, la lucha de los judios en Rusia le ofreció algo similiar.

La cuestión judía y la cuestión negra

Si bien en la historia estadounidense la discriminación a varios grupos étnicos inmigrantes ha sido frecuente, la marcada 'línea de color" entre negros y blancos ha sido siempre la fundamental. La clase dominante capitalista (compuesta de blancos) depende de ella para mantener su poder clasista, y así también la utiliza para obstaculizar las luchas multirraciales y multiétnicas de la clase obrera (compuesta de tanto obreros blancos como obreros negros). Para la inmigración judía las posibilidades de integración social fueron radicalmente distintas que para los negros estadounidenses; mientras estos últimos estuvieron obligados a una segregación forzada, los judíos, al igual que otros europeos blancos, fueron conducidos a una asimilación forzada.4 Sin embargo, debido al histórico antijudaísmo europeo, extendido también en el capitalismo norteamericano, las prácticas antijudías de principio de siglo tenían rasgos comunes con el racismo hacia la población negra.5

Desde los años 1920s, miles y miles de negros del sur, es decir, la zona esclavista durante la Guerra Civil (1861-1865), se mudaron a las ciudades industriales del norte del país, especialmente Chicago y Nueva York. Eso cambió notablemente la naturaleza de la cuestión negra, porque esto ya no

4 Por supuesto existe la opresión antijudia diferente que la opresión antiinmigrante.

5 Sobre la diferencia entre los negros y los inmigrantes en el capitalismo estadounidense, véase R. Fraser, 1955: 36-38.

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era un "problema del sur", sino del país entero. Esa población se integraba cada vez más en la economía capitalista (especialmente en sectores claves del proletariado industrial), aunque siempre bajo los preceptos de la segregada forzada. Desde la perspectiva comunista, la opresión hacia los obreros negros podía convertirse en una gran fuerza revolucionaria. Es decir, la lucha por la liberación negra podría funcionar como palanca que impulsara la lucha del proletariado entero. En cambio, para la tradición social-democrática, esa causa no revestía una especial importancia. El Partido Socialista (SP), fundado en 1901, tenía gran presencia de obreros judíos, especialmente en Nueva York. Los inmigrantes judíos integraban grupos lingüísticos como la Federación Socialista Judía (JSF) o actuaban en el propio partido, pero casi no había militantes negros, lo que refleja su falta de atención a "la cuestión negra". El ala derechista del socialismo aceptó y naturalizó el racismo estadounidense, mientras el ala izquierdista lo denunció, pero no se movilizó la clase obrera para defender a la población negra contra los ataques racistas durante el "verano rojo" del 1919.

El joven Partido Comunista estadounidense

Como han señalado varios historiadores, las filas del comunismo contaban con muchos militantes judíos, si bien la proporción de comunistas de raíces judíos eran mucho más alta de la proporción de judíos en el movimiento comunista (Fine 2007: 373-374). En 1919, inspirada por la Revolución de Octubre en Rusia, nació la Internacional Comunista (Comintern) y el Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA) 6 que se nutrió del ala izquierda del Partido Socialista. La Comintern quería forjar un partido capaz de conducir una revolución en el corazón del imperio norteamericano y llevar a la clase obrera al poder. Para realizar esa tarea, era necesario a ganar influencia entre los obreros angloparlantes del país, había que comprenderlos, es decir, "americanarse"7. Varios de los fundadores del CPUSA eran de judíos, aunque es imposible determinar exactamente cuántos porque tenían diferentes ascendencias y hablaban diferentes idiomas (Nathan Glazer;1961). En 1921, se integraron varios miembros Federación Socialista Judía (JSF) y en 1922 desde el entorno partidario salió en ídish el primer ejemplar de Morgen Freiheit (Epstein, 1969: 113; Orenstein, 1978; Soyer 2005).

Se calcula que hasta mitad de siglo XX, un tercio del Comité Central del CPUSA estaba integrado por judíos norteamericanos (McIlroy y Campbell, 2019; Michels, 2012: 15). La estrategia de "americanizar" el comunismo y lidiar con las cuestiones nacionales del país tenía, claramente, que tener al idioma inglés como principal vehículo y publicar propaganda en ella. Esto minimizaba el poder político de los grupos étnicos, no sólo por su distancia idiomática, sino porque, en los primeros tiempos, solían enfocarse más en la política de sus países de procedencia que en la de Estados Unidos. Los debates con respecto a la americanización y el uso de los idiomas en el CPUSA no sólo atravesaban a los judíos idishistas, sino a otros grupos. Por ejemplo, la federación finlandesa publica tres periódicos cuotidianos en 1922 mientras ni existía uno solo diario en inglés; los 600 miembros del grupo italiano publicaban 9,000 ejemplos de su revista semanal y los menos de 300 comunistas griegos publicaban 2,000 ejemplares de su revista semanal. Sin embargo, la dinámica de los judíos comunistas era única. Existían 66 grupos locales del grupo ídish, quien contaban con 1,100 militantes y distribuía 30,000 ejemplares dell diario ídish Freheit, es decir 1.5 ejemplares por cada miembro del PC entero (Zumoff, 173). Según el historiador Tony Michels, el Freheit "atrajo la más impresionante variedad de poetas y

El CPUSA se conocía con otros nombres en su juventud, pero es más fácil usar un sólo nombre. Por la historia del CPUSA (y una discusión historiográfica más amplia, véase Zumoff, 2014). Los estudios clásicos del tema son Draper, 1957 y Draper, 1960.

Véase Vladimir Lenin, La Enfermedad Infantil del 'l%quierdismo" en el Comunismo (1920), en Lenin, 1966.

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escritores de ficción de cualquier periódico ídish" (2005:41).

El historiador Paul Mishler (1995: 148) sugiere, por ejemplo, que mientras muchos finlandeses venían al comunismo como una manera de conservar sus raíces y frenar la asimilación a la sociedad angloparlante, los judíos, por el contrario, veían una forma ideal de americanarse. En ese sentido, estos últimos reflejaban ese proceso que Isaac Deutscher (1969) llamó "del judío no-judío"; es decir, se proponían romper completamente con la mentalidad religiosa del pasado y abrazar las causas universalistas e internacionalistas, tal como lo proponía el CPUSA.8 La fundación del CPUSA ocurría en el contexto de la Revolución Bolchevique y una ola huelguística generalizada. El contexto de posguerra opacaba la violencia que los negros habían sufrido en el "Verano Rojo" y hasta entonces, el Partido sólo tenía un militante negro, Otto Huiswoud (de Surinam neerlandés). Sin embargo, la "americanización" del CPUSA implicaba atender a la "cuestión negra" y esto incluía forjar cuadros políticos negros.

La Comintern empuja a sus camaradas a priorizar la liberación Negra

La Comintern hizo de la cuestión negra un asunto de importancia no sólo en las filas comunistas, sino en el movimiento obrero más amplio, como han explicado autores como Solomon y Zumoff. James P. Cannon (1996), fundador del CPUSA y después el líder más conocido del trotskismo norteamericano, en 1959 escribió: "Las principales discusiones sobre 'la cuestión negra' ocurrieron en Moscú, y la forma de abordarla fue elaborada allá (...) como todas las siguientes elaboraciones de esta línea política".

Los primeros negros que unieron a las filas comunistas en Estados Unidos vinieron de la African Blood Brotherood (ABB, la Hermandad de Sangre Africana) un grupo de inmigrantes antillanos en la colonia negra de Harlem, en Nueva York. Fundada en 1919 por el periodista antillano Cyril V Briggs, quien publicó la revista mensual The Crusader, la ABB fue atraída por el anticolonialismo y antiimperialismo de la Comintern, no por el trabajo del actual PC en Estados Unidos. En 1921, Briggs y otros dirigentes de la ABB se unieron al PC. 9 Es interesante notar algunas semejanzas entre la ABB como radicales negros antillanos y los judíos radicales quien se unieron al PC.

Los dos vieron la opresión como un sistema transnacional y decidieron que las luchas de la Comintern y de los Bolcheviques mostraron el camino a su propia liberación. En el verano del 1922, durante el IV Congreso de la Comintern, por primera vez, la cuestión negra fue discutida ampliamente y se constituyó una comisión específica para seguir el desempeño (o más bien, la falta del desempeño) sobre el tema por parte de varios partidos comunistas, especialmente los de Estados Unidos y Sudáfrica10. Por USA asistieron el poeta jamaiquino Claude McKay y Otto Huiswoud y ambos ayudaron a preparar una moción que determinaba que "el problema negro se había convertido en una cuestión vital de la revolución mundial"11.

Si bien esa moción tenía varios problemas, incluyendo el tratamiento de la población negra en África y en América como una sola cuestión, sin tomar en cuenta las diferentes historias y experiencias, constituía un avance que la Comintern se diera cuenta de la importancia que la opresión racial tenía en el sistema imperialista-capitalista. A pesar de esto, McKay y otros dirigentes negros criticaron al CPUSA

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Sobre el concepto de la americanización del comunismo en Estados Unidos véase Zumoff, 2014. Sobre la ABB, véase James 1999 y Zumoff 2014.

Tesis sobre la cuestión negra," adoptado por el IV Congreso de la Comintern, en Internacional Comunista, 2017: 238. La moción fue presentado al congreso por Rose Pastor Stokes (nacido Rose Wieslander en Polonia en 1879), una fundadora del CPUSA. Véase Riddell, 2012:947.

Tesis sobre la cuestión negra," adoptado por el IV Congreso de la Comintern

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por su actitud indiferente en la lucha antirracista, y hasta denunciaron actitudes racistas al interior de sus filas.12

Si la opresión antijudía motivó a los trabajadores judíos a solidarizarse con la lucha de los negros, para McKay, la opresión zarista y la liberación judía gracias a los bolcheviques era un ejemplo que demostraba como el comunismo podía ser la vía para liberar a los negros en Estados Unidos. En 1919, cuando escribió su poema famoso "If we must die" (Si tenemos que morir), sobre los ataques del Verano Rojo, también declaró que "si el bolchevismo había hecho a Rusia un lugar seguro para el judío, tal vez podría hacer a Estados Unidos un lugar seguro para el negro"13 Después de viajar a la Unión Soviética, en 1923 McKay escribió sobre su experiencia y caracterizó al antiguo imperio zarista como una mezcla étnica y racial, argumentando que Estados Unidos trataba a los negros peor de lo que Rusia había tratado a los "no rusos", incluyendo a los judíos. Sin embargo, comparó la opresión a los judíos durante el zarismo y su condición bajo el socialismo para demostrar que los negros en Estados Unidos podían experimentar una transformación similar si apoyaban la Revolución14.

En 1925, Lovett Fort-Whiteman, primer cuadro comunista negro nacido en Estados Unidos, escribió sobre el mismo tema argumentando que: "podría decirse que el judío era el negro de Rusia en la medida en que 'la cuestión judía' exhibía en su perfil muchas características similares al problema del negro en Estados Unidos"15 Llamó la atención sobre la segregación a la población judía durante el zarismo, los linchamientos periódicos a gran escala denominados 'pogroms' y subrayó como los bolcheviques habían abordado estos problemas raciales con una franqueza y comprensión científica como en ningún otro país en el mundo; pues dondequiera que el judío estuviera antes segregado y excluido, después de la revolución se había convertido en un miembro pleno de la vida nacional.16

Los judíos y la cuestión negra en los años 1920

En los años 1920s, el partido pasaba por una intensa etapa de luchas facciosas 17. Una de ellas versaba sobre el nivel de "bolchevización" del CPUSA. Es decir, existía una tensión entre desarrollar un partido para la clase obrera angloparlante y la campaña internacional de bolchevización y estalinización de la Comintern en sí misma, como de su sección en Estados Unidos18 Para centralizar todos los esfuerzos hacia la cuestión negra desde el Partido, además, había que desalentar el accionar las federaciones fraternales de lenguas extranjeras. Los grupos ídish y finlandeses, entre otros, perdieron influencia en el Partido, y varios militantes de las federaciones lingüísticas salieron del CPUSA. Sin embargo, varios judíos nativos y angloparlantes siguieron en las filas de un partido ya "americanizado".

Es importante notar que muchos judíos y, también otros grupos de inmigrantes, aunque no se afiliaban al CPUSA, apoyaban una política más amplia y se unieron al International Workers' Order (IWO). Hasta caer víctima del anticomunismo durante la Guerra Fría, el IWO contó con miles de miembros que recibían seguro médico y disfrutaban actividades culturales en varias lenguas. Los judíos eran parte importante del IWO, pero los negros también participaron. El IWO era una organización

Eso fue el tema de su libro, Negros en América, comisionado por Trotsky, pero no publicado en inglés sino en ruso. Citado en James, 2017: 176.

En el periódico de la Organización Nacional por la Avanza de Gente de Color (National Association for the Advancement of Colored People, NAACP), The Crisis, Daily Worker en 1925, "La cuestión racial en la Unión Soviética." Daily Worker, 7 marzo 1925.

Véase Zumoff, 2014, por una discusión completa del faccionalismo de que sufrió el partido en aquel tiempo. Véase Zumoff, 2014: cap. 7 y 8.

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aliada al CPUSA en su compromiso profundo con la igualdad racial, su apoyo a los derechos civiles para los negros, y el anticolonialismo en el extranjero (Robert Zecker 2018:98). Tanto el IWO como el CPUSA intentaron forjar una cultura igualitaria, una cosa que no existía en la cultura capitalista estadounidense segregada de color y raza.

Queda fuera de nuestro análisis las discusiones por controlar el partido, pero mencionemos que las dos facciones más grandes eran entre William Z. Foster (exdirigente sindical) y C.E. Ruthenberg y Jay Lovestone (ex miembros del Partido Socialista). Había un tercer grupo más pequeño dirigido por James P. Cannon y William F. Dunne (dos exsindicalistas) que a veces apoyó a una u otra. En cada uno de esos tres grupos había militantes judíos, pero sobresalían en el grupo de Lovestone, el único secretario judío del CPUSA. No son claros los motivos, pero casi todos los negros también estaban con esa facción. Tal vez, esto se relacionaba con la insistencia de Foster a trabajar adentro ("bore from within") de los sindicatos de la AFL, muchos que negaban membresía a obreros negros. Por otro lado, la facción de Ruthenberg-Lovestone se presentaba como la más leal a la Comintern—organismo que había protegido a los comunistas negros y empujado la línea a favor de sus causas.19

En 1928, la facción de Cannon fue expulsada por apoyar a León Trotsky. Pocos meses después, en 1929, el grupo de Lovestone fue expulsado por apoyar a Nikolái Bujarin. El CPUSA quedó en manos de Earl Browder, figura leal a Stalin y la Comintern hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los comunistas negros mantuvieron su apoyo a la Comintern y rompieron con Lovestone, pero otros se fueron con él a un nuevo partido. Cannon, Shachtman y Abern organizaron la Liga Comunista de América, un partido trotskista, casi sin negros, pero con muchos militantes judíos.20 Desde su inicio, los trotskistas en Estados Unidos buscaron reclutar a obreros e intelectuales negros. En 1938 y 1939, C.L.R. James, el escritor antillano, militaba en las filas trotskyistas.21 Durante la segunda guerra mundial, mientras el CPUSA apoyaba plenamente (después de entrar a la guerra la URSS) a Estados Unidos y los Aliados, los trotskistas veían la guerra estadounidense como una guerra interimperialista, aunque defendieron a la URSS. Por eso, ganaron el apoyo de militantes negros como el Dr. Edward Keemer, un médico que se negó a unirse a las fuerzas armadas segregadas y terminó en la cárcel. Muchos de los "lovestonistas" fueron judíos (incluyendo a Will Herberg, quién, después de dejar el comunismo, fue uno de los filósofos judíos más influyentes en Estados Unidos). En los 1930s, esta facción se fue alejando de la izquierda y después de la segunda guerra mundial, terminó apoyando a la burocracia sindical en su cruzada anticomunista vinculada a la CIA. 22 Los comunistas judíos y la "americanización" del CPUSA en los 1920

¿Cuál era el papel de judíos comunistas en la transformación del CPUSA y su atención a la cuestión negra? Si bien no se puede hablar de un papel específicamente "judío" sino de un proceso que involucró a todo el Partido, es posible ver algunos rasgos de la experiencia judía en él. De todos los grupos inmigrantes que se volcaron al comunismo estadounidense, los judíos fueron firmes militantes de construir un comunismo más "americano". Eso fue especialmente evidente entre los judíos nacidos en Estados Unidos o quienes llegaron en su juventud. Salvo para algunas excepciones de temprano retorno a Rusia Soviética, probablemente eso se vinculaba con la ausencia de un país al cual regresar.

19 Palmer, 2004: 193-221; Zumoff, 2014: 331.

20 La obra Communism and the Negro (Shachtman, 2003), expone la perspectiva trotskista sobre la liberación negradesde el esclavismo, y argumenta contra la directiva estalinista acerca de que los negros estadounidenses tenían que luchar por un estado propio, es decir, la autodeterminación por la franja negra.

21 Véase Rosengarten 2008:25. La relación entre James y los trotskistas es demasiado complicada por el trabajo actual.

22 Sobre Lovestone, véase Le Blanc y Davenport, 2015.

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Así también, los judíos en el mundo entero luchaban por condiciones ciudadanas igualitarias y para eso promovían la asimilación. Por eso, para ellos fue más importante construir un comunismo atento a las cuestiones nacionales estadounidense, que un comunismo basado en el primer paso en la nostalgia europea--una actitud muy diferente a la de otros colectivos como, por ejemplo, los finlandeses que se opusieron la americanización del CPUSA.23

Tal como he señalado, las historias de judíos y negros en Estados Unidos fueron bastante distintas. La identidad negra en Estados Unidos, con sus raíces en la esclavitud era (es) una marca indeleble, imposible de transformar; los descendientes de aquellos esclavos siempre serán negros. Por su parte, con el paso de las generaciones, los judíos podrían dejar de serlo con mayor facilidad, aunque esto no era pensado así por los primeros inmigrantes. Para entonces, ambos grupos, compartían una historia ancestral de opresión. De hecho, al contrario de los negros que todavía luchan por derechos igualitarios después de cuatro siglos en América del Norte, los judíos se han asimilado bastante, a pesar de algunos remanentes prejuicios antijudíos. Con el tiempo la inmigración judía se integró a la población blanca. La historiadora Hasia Diner argumentó que entre 1915 y 1935, los judíos "utilizaron a los negros para construir su propia identidad en los Estados Unidos porque se identificaron con sus 'imágenes'; la historia de esclavitud, la segregación, la violencia, la explotación económica y el desarrollo de una cultura grupal única e intensa (Diner, 1995: xiii-xxiv) Entonces, si bien los judíos en la segunda posguerra pudieron asimilarse a la sociedad estadounidense con bastante éxito, los negros estadounidenses nunca pudieron escaparse de la opresión racial a pesar de formar un parte integral de la sociedad ya hace siglos. Por eso, la propuesta comunista correspondía con la idea de que la población negra estadounidense sólo podía obtener plena igualdad social a través de una revolución proletaria que destruyera el sistema capitalista y creara una sociedad socialista.

Judíos Comunistas contra el capitalismo racista de los años 1930

En 1928, durante su VI Congreso, la Comintern cambió su programa sobre la "cuestión negra" y decidió que la población negra en Estados Unidos formaba una nación propia con el derecho a autodeterminación, es decir salir de Estados Unidos y formar su propio país. Por qué y cómo de eso cambio de rumbo tendrá que quedarse afuera del artículo actual, pero es importante notar que si bien la población negra estadounidense no conformaba a los rasgos de nacionalidad europea (o como han mostrado Shachtman [2003] y Fraser [1955] , al concepto marxista-leninista de la nación), el énfasis en la autodeterminación reflejaba la importancia por parte de la Comintern de la lucha contra la opresión racial en la Norteamérica. Muchos negros comunistas en Estados Unidos se opusieron a la nueva línea. Por ejemplo, basándose en el libro sobre la cuestión nacional por Stalin, Otto Hall polemizo: "Si un movimiento nacionalista entre los judíos fuera considerado reaccionario, entonces los movimientos nacionalistas entre los negros en Estados Unidos lo serían más porque tienen menos bases para el nacionalismo que los judíos a pesar del hecho de que tienen un campesinado"24 El blanco de su documento—su propio hermano, Haywood Hall (más conocido como Harry Haywood)—utilizó la situación negra para demonstrar las diferencias entre los negros en Estados Unidos y los judíos en Rusia (1978:220).

23 Véase Mishler, 1995.

24 Carl Jones (Otto Hall), "Is there a basis for the nationalist or separatist movement in the United States?', 14 de junio del 1928, en los archivos de la Comintern, 515:1:1239.

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En los años 1930, los comunistas llevaron a cabo una intensa campaña por los derechos de los negros en Estados Unidos. Una de las más famosas causas, difundidas en todo el mundo, fue la liberación de los "Scottsboro Youth"; se trataba de nueve jóvenes negros condenados a muerte en Alabama, a raíz de una supuesta violación a dos mujeres blancas, de lo cual no había evidencia. Ese tipo de injusticias raciales fueron muy comunes a lo largo de la década, y el CPUSA y sus aliados internacionales lo utilizaban para denunciar la "justicia racista" que caracterizaba al capitalismo. Los abogados que actuaron en ese caso, como Joseph Brodsky y Samuel Leibowitz, como varias otras figuras de prensa y escritores (en ídish y en inglés), que reclamaban la liberación de los jóvenes negros, estaban filiados con la izquierda judía25.

Hasta la década de 1960, en buena parte, la historiografía estadounidense defendía o minimizaba la opresión racial. Sin embargo, existían intelectuales que ya se planteaban construir una historia nacional en clave antirracista, incorporando a negros, izquierdistas y comunistas26. Tan importante eran los comunistas judíos en defender la causa de los negros que Harold Cruse, un escritor negro que había militado en el CPUSA en los 1940, argumentaba que intelectuales judíos como Herbert Apetheker usurpaban el lugar que correspondía a los intelectuales negros27. Como ha escrito Alan Wald (2000/2001), mucho de aquel argumento era equivocado, pero llamó la atención sobre la importancia en las relaciones comunistas judías-negras, y lo que el ámbito partidario les ofreció a muchos negros: lo que parecía un camino hacia la liberación. Pero también, el comunismo les ofreció a los trabajadores judíos un camino para hacerse más "americanos" a través de construir una nueva sociedad sobre bases socialistas donde, además, negros y blancos podrían trabajar y vivir juntos como camaradas.

Recién en 1930 el CPUSA comenzó a atraer con éxito a intelectuales y obreros negros a sus filas. Durante la Gran Depresión, el partido tuvo protagonismo en los nuevos sindicatos industriales, en el movimiento de los desempleados, y ganó adhesión gracias al prestigio de la Unión Soviética que, a pesar de su degeneración estalinista, era el único país no capitalista durante esa década de miseria. Después del Congreso VII de la Comintern en 1935, con la perspectiva frentepopularista, el CPUSA daba apoyo a las reformas capitalistas de "New Deal" y buscaba una manera de construir una "frente democrática" con las fuerzas capitalistas liberales. La historia del CPUSA estalinista merece otro capítulo, pero baste decir que hubo una gran diferencia entre la política leninista de los 1920 y lo que vino después, pero la actitud de unidad multirracial se mantuvo. En 1938, el CPUSA en Harlem contaba con cerca de mil miembros negros (Naison,1983: XVIII) Ese era el resultado del activismo multiétnico cultural y político, y un reflejo de aquello era el cantante y actor Paul Robeson. Especialmente después de visitar la Unión Soviética en 1934, Robeson se identificó con el Frente Popular y sufrió persecuciones durante la guerra fría. Varias de sus canciones se basaban en las luchas del pueblo judío contra el antisemitismo y varios de sus seguidores y compañeros eran judíos. Después de los Peekskill Riots, los ataques anti-comunistas y anti-judíos en su concierto de de agosto de 1949 en Peekskill, Nueva York, el cantante manifestó que los negros le debían mucho al pueblo judío, pues cientos de ellos se habían presentado allí para defenderlo a él, y a toda la población negra (Karp 2003: 65).

25 Michels, 2012: 17; Diner, 1995: 42, 98; Uhlman, 1997. Sobre la campaña internacional, véase Pennybacker, 2009: cap. 1; Sullivan, 2012.

26 En esa escuela se encontraba Allen, Herbert Apetheker y Philip S. Foner, dos historiadores doctorados por la Columbia Universidad y víctimas del anticomunismo. Entre ellos, publicaron cientos de libros, incluso sobre la historia del movimiento obrero estadounidense y el papel de la esclavitud en la historia estadounidense, además de ediciones de grandes pensadores negros como Frederick Douglass y W.E.B. Du Bois.

27 En su libro, The Crisis of the Negro Intellectual (La crisis del intelectual negro, 1967), (162-63)

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Construir un mundo multiétnico: judíos, negros y comunistas

Es importante distinguir la composición del CPUSA en diferentes partes del país. Una gran parte residía en las ciudades norteñas, especialmente en Nueva York y Chicago y centros industriales como Pennsylvania y Ohio. En el sur, el partido era más pequeño y sujeto a una represión más violenta porque, como señala Robin D. G. Kelley para el caso de Alabama, "allí el Partido era una organización sureña, negra y de clase obrera" (1990: xii). Sin embargo, aunque no hubiera muchos militantes, judíos como James S. Allen (Sol Auerbach), Nate Ross (Rosenberg) y Sid Benson (Bernstein) organizaban y actuaban en las filas comunistas del Sur. El CPUSA no sólo les ofreció a los negros la posibilidad de obtener igualdad en un futuro socialista, sino que los impulsó a asumir papeles de responsabilidad y liderazgo en el mundo del trabajo (Korstad y Lichenstein, 1988:792). En la ciudad norteña de Filadelfia, dónde en 1930, cerca de un 75% de afiliados comunistas eran judíos y, a pesar de los prejuicios y tabúes siempre presentes, el partido ofreció a los negros la primera oportunidad accionar en conjunto (Lyons 1982: 77-78). Un futuro dirigente del partido en Filadelfia, Sherman Labovitz, acordó en su autobiografía su sentido de "alegría" que "la composición étnica de la lista de candidatos del Partido Comunista" en las eleciones del 1932 incluyeron además de su líder nacional, William Z. Foster, tanto el comunista negro James W Ford, para vicepresidente como el comunista judío Israel Amter para senador del estado de Nueva York (43). La historia del partido comunista estadounidense ocupa un espacio importante tanto en la historia de la colectividad judía como en la colectividad negra y por eso ambas deben estudiarse en forma vinculada. En definitiva, hemos intentado demostrar que, a pesar de las transformaciones en cada etapa, los comunistas de origen judío tuvieron un relevante papel en direccionar al movimiento hacia la igualdad de derechos para la población negra en Estados Unidos.

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