Научная статья на тему 'Roberto Hinojosa: ¿revolucionario nacionalista o Goebbels criollo?'

Roberto Hinojosa: ¿revolucionario nacionalista o Goebbels criollo? Текст научной статьи по специальности «Биологические науки»

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BOLIVIA / REVOLUCIóN MEXICANA / LáZARO CáRDENAS / SOCIALISMO / REFORMA AGRARIA / INDIGENISMO

Аннотация научной статьи по биологическим наукам, автор научной работы — Schelchkov Andrey

Motivado por diversos documentos encontrados en México, lugar donde el boliviano Roberto Hinojosa pasó varios años de su vida, el autor de este artículo describe aquí aspectos de la vida y obra de este personaje. Estos documentos revelan momentos de su trayectoria que, por lo general, han estado fuera de la atención de las pocas investigaciones que se han hecho sobre su vida.

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Текст научной работы на тему «Roberto Hinojosa: ¿revolucionario nacionalista o Goebbels criollo?»

Andrey Schelchkov

Roberto Hinojosa: ¿revolucionario nacionalista o Goebbels criollo?

Revista IZQUIERDAS

Año 1, Número 2 ISSN 0718-5049

Roberto Hinojosa: ¿revolucionario nacionalista o Goebbels criollo?

Roberto Hinojosa: Nationalist revolutionary or a creole Goebbels?

Andrey Schelchkov*

Resumen

Motivado por diversos documentos encontrados en México, lugar donde el boliviano Roberto Hinojosa pasó varios años de su vida, el autor de este artículo describe aquí aspectos de la vida y obra de este personaje. Estos documentos revelan momentos de su trayectoria que, por lo general, han estado fuera de la atención de las pocas investigaciones que se han hecho sobre su vida.

Palabras clave: Bolivia, Revolución mexicana, Lázaro Cárdenas, Socialismo, Reforma Agraria, Indigenismo

Abstract

Motivated by various documents found in Mexico, where Bolivian Roberto Hinojosa spent several years of his life, the author of this article describes aspects of life and work of this man. These documents reveal moments of his career, which generally have been outside the attention of the few investigations that have been made on his life.

Keywords: Bolivia, Mexican Revolution, Lázaro Cárdenas, Socialism, Agrarian Reform, Indigenism

Un personaje histórico con una biografía extraordinaria, no es un hecho raro en un país como Bolivia. Parece que la propia tierra dota a sus hijos de una suerte única. Bolivia da al mundo

* Investigador del Instituto de Historia Universal de la Academia de Ciencias de Rusia. Traducción: Olga Lepijina

Andrey Schelchkov

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innumerables ejemplos de destinos extraños, de peripecias contradictorias, de historias trágicas y, lamentablemente, olvidados hasta por sus mismos connacionales. "Bolivia no tiene memoria", la famosa frase de Alcides Arguedas, aparece muy justa cuando tocamos la historia de un país con tanta gente olvidada. Roberto Hinojosa no escapó a esta regla.

Personaje extraordinario, le correspondió ser el protagonista de las paginas más fulgurantes de la historia de Bolivia y, por tanto, merece la atención de los historiadores no solo de este país, sino, de toda América Latina, al ser él una figura de dimensiones continentales. Su vida y su dramática muerte son ejemplares. Sus pasos políticos, su individualidad brillante, sus

ideas originales y poco comunes, son el objeto del presente artículo.

*

En la bibliografía y la literatura histórica, el nombre de Roberto Hinojosa es mencionado solamente con relación a los acontecimientos que protagonizó: la confusa Revolución de Villazón, en 1930, y su propia trágica muerte, durante los sangrientos días de Julio de 1946. Existen apenas 3 ensayos sobre la vida de este colorido personaje. El más extenso y detallado es de Valentín Abecia López, al que podemos considerar como el único trabajo dedicado exclusivamente a Hinojosa1. Un vasto capitulo le dedicó Guillermo Lora en su fundamental obra sobre el movimiento obrero boliviano, donde no podía prescindir de esta figura eminente2. Durante los últimos años su nombre apareció en las páginas del interesante y fundado libro de Irma Lorini3. Entre otros escritores que han tocado la historia de Roberto Hinojosa, vale la pena mencionar a Manuel Frontaura Argondoña quien, más que historiador, fue testigo de los acontecimientos, actuando en política coetáneamente con Hinojosa.

Roberto Hinojosa, joven cochabambino, apenas con 20 años entró en la lucha política y social, cosa común entre muchos jóvenes de buenas familias del Valle. Según Guillermo Lora, en 1920 fue elegido Presidente de la Federación de Estudiantes de Cochabamba, cuna de eminentes políticos nacionales y, en cierto sentido, semillero de muchas nuevas agrupaciones políticas de aquella época.

El radicalismo y la inquietud propios de su edad, llevaron a Hinojosa a las filas de los opositores izquierdistas al gobierno de Bautista Saavedra. No sabemos qué ideas profesaba o qué actividades desempeñaba, no obstante, molestaba bastante al gobierno y sus acciones tenían una importancia nacional al punto de ser expulsado del país. Su primer exilio lo pasó en Buenos Aires y Montevideo, participando activamente en la vida de las organizaciones radicales de estudiantes. Se destacó por su brillante elocuencia y fuerte energía4. Entre las

1 Abecia López V. 7, Políticos Bolivianos, La Paz, 1986

2 Lora G. Historia del movimiento obrero boliviano, Vol.2, La Paz, 1969

3 Lorini, I. El moviemiento socialista "embrionario" en Bolivia, 1920 - 1939: entre nuevas ideas y residuos de la sociedad tradicional, La Paz, 1994

4 Abecia Lopez V. Op.cit., p.98

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organizaciones estudiantiles propulsoras de la reforma universitaria, Hinojosa ganó fuerte prestigio y popularidad. Entre 1925—1926, colaboró en el diario Crítica, de Buenos Aires, escribiendo artículos y reseñas llenas de rebeldía y critisismo social. Entre sus correligionarios y compañeros, no cabían dudas que era comunista5.

En 1926 volvió a Bolivia con una docena de los oradores jóvenes argentinos, uruguayos y brasileños, radicales en sus pensamientos y expresiones. Muchos de ellos hicieron una carrera política importante en sus países6. El éxito de este viaje propagandístico fue grande. El nombre de Hinojosa se hizo popular en su propio país. El Presidente Hernando Siles, buscando apoyo en la juventud radical, en especial entre estudiantes, invitó a Hinojosa a que colaborara en política, entregándole el cargo de secretario de la Embajada de Bolivia en Brasil.

En Brasil, Hinojosa se incorporó activamente a las organizaciones locales de estudiantes y de jóvenes intelectuales de corriente radical. Continúa sus trabajos periodísticos en Crítica bonaerense, escribiendo extensos artículos para Folha académica, de Sao Paulo, órgano portavoz de la reforma universitaria, de las ideas antiimperialistas y socialistas7. Frecuenta las reuniones, manifestaciones y marchas, interviene con su palabra ardiente y pujante. Su actitud francamente anti-imperialista y antiamericana, sus discursos y escritos contra la política de EEUU en Nicaragua y a favor de México revolucionario, provocaron un escándalo diplomático iniciado por la embajada americana, la que intervino con una moción de protesta frente al gobierno boliviano. La Paz tuvo que reaccionar, y llamó a Hinojosa a Bolivia pidiéndole la renuncia a su cargo. Hinojosa desobedece las órdenes del gobierno, se niega a regresar y rompe públicamente con el gobierno de Siles8.

Permaneciendo en Brasil, Hinojosa sigue colaborando con los diarios de izquierda, frecuentemente publica artículos y mantiene correspondencia con sus correligionarios en Bolivia. Su popularidad en Bolivia crece entre los grupos de izquierda opositores a Siles. Entre sus amigos y corresponsales, se destaca el conocido e influyente sindicalista Enrique Loza, uno de los líderes del Partido Obrero Socialista (POS) fundado en 1922. En las elecciones al Congreso, en 1927, el nombre de Hinojosa figura en la lista de este partido junto a los del propio Loza, Tristán Marof (Gustavo Navarro) y M.L. Dick Ampuero9.

A principios de 1927, Hinojosa vuelve a Bolivia donde se conoce con Marof, reconocido líder de la intelectualidad revolucionaria marxista. Junto a Marof participa en la fundación, en Potosí, del Partido Socialista Maximalista. Este último término era bastante usado por los ideólogos y políticos de izquierda en aquella época, como sinónimo de la revolución

5 Ibídem

6 Frontaura Argondoña, M, La revolución boliviana, La Paz, 1974, p.131

7 Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE). Archivo Histórico Genaro Estrada (AHGE). México. Roberto Hinojosa — Fondo (F). 21, legajo (l). 26, expediente (exp.) 108.

8 Ibídem

9 Lorini I. Op.cit. p.166

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comunista tipo bolchevique. El nuevo partido tendría una corta vida, pero atrajo la atención del gobierno al reprimir a sus líderes. Pero también llamaría el interés de la Internacional Comunista de Moscú.

En efecto, el centro moscovita de la IC pidió a su estado mayor en América Latina, radicado en Buenos Aires, información más concreta sobre este grupo boliviano10. En febrero de 1927, Marof e Hinojosa eran arrestados y luego expulsados del país. El gobierno caracterizó sus actividades como subversivas y comunistas11. La izquierda latinoamericana protestó enérgicamente contra la represión. A su voz se unió la de algunos diputados bolivianos, pero todo fue inútil: ambos tenían que abandonar el país. Estas acciones del gobierno reavivaron la atención de la IC, antes muy indiferente al acontecer del país andino. La primera edición del órgano oficial de la Internacional Comunista La Correspondencia Sudamericana salió con una fuerte protesta contra el arresto y exilio forzado de los revolucionarios bolivianos.

Hinojosa vuelve a Buenos Aires donde continúa sus trabajos periodísticos, especialmente en La Crítica. Sus escritos se distinguían por su brusco tono anticlerical y antimilitarista. Estos puntos de su pensamiento cruzan todos sus artículos y panfletos de la época. También centra su crítica en el régimen agrario de Bolivia, es decir, contra el dominio latifundista en el campo. Prácticamente en todos sus trabajos estuvo la presencia de la máxima expresión de solidaridad con la revolución mexicana y contra el imperialismo12. Es notable como sus construcciones teóricas e ideológicas estuvieron expresamente ligadas a las candentes cuestiones políticas mexicanas y a los esfuerzos de la diplomacia del país azteca por sostener su imagen en el continente. De ahí proviene el activo anticlericalismo de los artículos de Hinojosa que, evidentemente, no servían para el uso interno en Bolivia, país donde el problema del rol de la Iglesia en la sociedad, no era tan agudo como en México.

El gobierno mexicano estaba preocupado por el deterioro de la imagen del país que expresaban las noticias del movimiento de los cristeros. De ahí que estuviese interesado en fomentar el movimiento anticlerical en otros países latinoamericanos. Hablando francamente, Hinojosa cumplía los encargos que a este respecto le entregaba la embajada mexicana, con la que establece relaciones muy cordiales.

Es en este contexto que Hinojosa pedirá a la embajada azteca que financie su viaje a México haciendo referencia, precisamente, a sus méritos como propagandista voluntario de la revolución mexicana. Como pretexto para fundamentar su viaje, se sirve de cartas y mensajes de diferentes organismos estudiantiles del Continente (Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia) dirigidas al presidente Calles. En junio de 1927, Calles dio orden de

10 Rossiskii Gosudarstvenni Arkhiv Sotzialnoi i Polititcheskoi Istorii (Archivo Nacional de la Historia Socio-Política de Rusia), RGASPI. Moscú, Rusia, Fondo 495, Legajo 122, No.1, ff. 4-5.

11 SRE.AHGE. 1927, Roberto Hinojosa, F.21, l.26, exp.108.

12 Ibídem. En este dosier del archivo mexicano, existen innumerables recortes de las publicaciones de Hinojosa de este período

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darle a Hinojosa 800 dólares americanos para el viaje. No obstante, la cancillería mexicana insistió en que esta visita tendría un carácter estrictamente personal y privada13.

Al día siguiente de recibir el cable de la presidencia mexicana, Hinojosa ya está de viaje rumbo a México vía Paraguay y Chile14. No obstante, en la frontera con Chile lo detienen por las irregularidades de su pasaporte: había vencido su vigencia. Como resultado de este incidente, debe cancelar su viaje y regresa a Buenos Aires, donde tramita el asunto y pide más recursos para tomar otra ruta. Esta vez los mexicanos le niegan el dinero15.

Entre tanto, los "escandalosos" discursos de Hinojosa en el ambiente universitario porteño provocan la ira de las autoridades argentinas, en especial de los militares. Su conexión con la embajada mexicana dificulta las relaciones de los representantes aztecas dado el radicalismo de las posiciones de Hinojosa. Los mexicanos declaran públicamente que no tenían ninguna relación con el exiliado boliviano y, por algún tiempo, efectivamente congelan los contactos con él. Estuvieron forzados a hacerlo después del impasse diplomático con el gobierno argentino16.

Mientras tanto, Hinojosa se dedica de nuevo a política interna boliviana. Sigue manteniendo su relación con Marof, a pesar de las duras discusiones que sostienen sobre la vía de la revolución latinoamericana y en las que Marof interviene desde posiciones del marxismo revolucionario al estilo bolchevique, oponiéndose a la confusa idea socialista de Hinojosa. En esta confrontación ideológica aparece la idea de la revolución continental que contagia a ambos. A pesar de sus diferencias, ellos tomarán la misma idea, la que elaborarán de modo separado. Ambos concibieron la preparación de una sublevación armada que debía comenzar en Bolivia y luego pasar a los países limítrofes: en Chile, por ejemplo, se debería enfrentar a la dictadura de Ibáñez del Campo. Comenzaron a comprar armas y a preparar gente para una intervención revolucionaria en Bolivia17.

Después del conflicto con Marof, quien en aquel momento era muy bien recibido por la IC, Hinojosa se convierte en blanco de la crítica de la prensa comunista en Argentina, siendo calificado de pequeño burgués anarquista18. En septiembre de 1927, en La Crítica, Hinojosa publica su "Programa mínimum" -después de la revolución rusa, término de moda imitando a la Social Democracia y al Comunismo rusos- de La Juventud Revolucionaria de Bolivia, es decir, de un grupo de sus partidarios que nunca formaron una organización como tal. Este programa es el único documento que evidencia la existencia de este grupo.

13 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa. - Cable de 17 de Junio de 1927 - F.21, l.26, exp.108.

14 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa. - Carta de 18 de Junio de 1927 - F.21, l.26, exp.108.

15 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa. - Cable de 29 de Agosto de 1927 - F.21, l.26, exp.108.

16 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa. - Cable de 01 de Septiembre de 1927 - F.21, l.26, exp.108.

17 Existen tstimonios de Marof sobre este asunto, apenado que su gente tuvieron que cortar los preparativos de la rebelión después del fracaso de la "Revolución de Villazón" de Hinojosa en 1930. - Baciu S. Tristan Marof de cuerpo entero, La Paz, 1987, p.69 - 70

18 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa. F.21, l.26, exp.108.

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No hay duda que este grupo existió y este programa sirvió de base ideológica para las acciones de los partidarios de Hinojosa durante la "Revolución de Villazón", en 1930. En este documento se fusionaron las ideas más radicales de su tiempo. En primer lugar, entre las reivindicaciones figura la nacionalización de las minas, y el autor sigue al lema de Marof: ¡Minas al Estado!, acompañada de la nacionalización de las grandes industrias, los ferrocarriles y el telégrafo. Como paso transitorio, se proponía la entrega al Estado de 52% de las acciones de las empresas19.

En la cuestión agraria, Hinojosa expuso una idea original de reforma de los latifundios tras su nacionalización: su redistribución a base de enfiteusis20. Esto, con todo, no era una novedad en legislación agraria boliviana: por medio de la ella se había buscado radicar a los emigrantes argentinos exilados en Bolivia durante el gobierno de Ballivian, en la primera mitad del siglo XIX. Pero esta práctica agraria no tuvo éxito. A comienzos del siglo XX, el tema se hizo de nuevo objeto de discusión en Argentina, ante todo entre los socialistas que levantaban la problemática de la actualidad de las reformas de Rivadavia en las nuevas condiciones económicas y sociales. También este tema fue debatido en México durante la primera etapa de reforma agraria. En esos años se realizaba una ardua discusión sobre la cuestión agraria entre los marxistas a la luz de las transformaciones que estaban aconteciendo en la URSS. La idea de estatización de la tierra como un paso transitorio a su socialización, era bastante popular entre los marxistas. Estas discusiones teóricas influyeron en Hinojosa. Debemos reconocer que si bien en otros problemas Hinojosa cambiaba frecuentemente de opinión, en el asunto de la enfiteusis se mantuvo fiel a sus ideas iniciales, conservándolas toda su vida.

Entre otros puntos del programa, vale rescatar definiciones muy progresistas para su época: igualdad de derechos para la mujer, derecho al divorcio, reforma universitaria, legislación social. El programa de Hinojosa fue bastante avanzado: además de las reformas democráticas generales, insistía en el cambio del sistema político. Parece que Hinojosa fue el primero en proponer para Bolivia un sistema político funcional, liquidando el demo-liberalismo con su parlamentarismo y sus partidos políticos. Planteó crear un sistema de democracia funcional fundamentado en la formación de órganos estatales según el principio gremial y social-profesional con delegaciones de estudiantes, obreros, sindicatos, asociaciones profesionales, organizaciones indígenas21. Pasados diez años, estas ideas se harían muy populares en la élite política boliviana22. Hinojosa no inventó esta teoría política, pero era el primer boliviano en proponerla como alternativa nacional. En estos años, esta teoría se discutía ampliamente en Chile, en Italia, o México. Hinojosa vio en estas ideas la base del

19 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa, Reseñas y recortes de la prensa, F.21, l.26, exp.108.

20 Ibídem

21 Ibídem

22 Durante los gobiernos militar'socialistas (1936 —1939) los principios de la democracia funcional era la doctrina oficial del régimen y base de la reforma política

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futuro sistema político boliviano, apto para sustituir a la democracia liberal, degradada, según su criterio. Sin duda era un pionero político.

El radicalismo de Hinojosa y su fuerte viraje hacia la izquierda revolucionaria, asustó a sus amigos mexicanos que prefieren mantenerse desvinculados de él. Pasados unos meses de silencio, Hinojosa reaparecerá ante a la representación diplomática mexicana: en septiembre de 1928 vuelve a pedir recursos financieros para viajar a México. La negativa respuesta de cancillería mexicana, hecha de manera poco cortés, provoca su ira, enviando cartas indignadas a la embajada. Amenaza hacer un gran escándalo por la prensa, desenmascarando a los diplomáticos mexicanos23. No sabemos a qué secretos se refería Hinojosa. No obstante, los mexicanos fueron intransigentes. El Secretario de Relaciones Exteriores, por medio de un cable, instruye con indignación a sus representantes en Buenos Aires para que "no se dejaran chantajear por propagandistas baratos", cortando todo tipo de relaciones con Hinojosa24. Ni siquiera le ayudó una carta humillante y vergonzosa, por su tono lisonjero, que dirigió al Presidente Calles y en la que, sin reserva ninguna, pero insistentemente, reclama por recursos financieros para el prometido viaje a México25. A pesar de todos estos gestos, sus relaciones con México se mantuvieron congeladas hasta la llegada a la Presidencia de República del general Lázaro Cárdenas, en 1934. Contra Hinojosa había pesado el hecho de haber tenido en el pasado relaciones amistosas con Marof, considerado por la diplomacia mexicana como uno de los organizadores de la campaña anti mexicana en los países latinoamericanos. Según México, estos difamadores estaban dirigidos por Moscú26. En estas circunstancias, Hinojosa se concentra en la política nacional boliviana.

La vida política en Bolivia estaba preñada de convulsiones. La aguda crisis de relaciones con Paraguay, después de los incidentes de Vanguardia, puso al país al borde de la guerra. La situación interna del gobierno de Siles era muy delicada: los partidos tradicionales estaban en plena confrontación con el régimen y el joven Partido Nacionalista todavía carecía de fuerza e influencia políticas. Siles se deslizaba a un vacío de soporte social. De esto, Hinojosa dedujo que bastaba un atrevido asalto al poder para que el país se sublevara contra del gobierno.

Con un grupo de exilados bolivianos en Argentina, comenzó a preparar una sublevación armada que, por lo demás, era la misma gente con que Marof contaba para su proyecto de revolución. Hinojosa mantenía contactos con algunos socialistas y sindicalistas en Bolivia. La figura clave en esta conexión era el diputado y sindicalista E. Loza, entusiasmado con los planes revolucionarios de Hinojosa27. Hinojosa persuadió a sus compañeros de que, dentro de Bolivia, estaba todo listo para una revolución y que su plan contaba con el apoyo de

23 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa. - Carta de 11 de Septiembre de 1928 - F.21, l.26, exp.108.

24 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa. - Cable de 12 de Septiembre de 1928 - F.21, l.26, exp.108.

25 SRE.AHGE. 1927. Roberto Hinojosa. - Carta de R.Hinojosa a P.Calles de 04 de Octubre de 1928 - F.21, l.26, exp.108

26 Sobre rusos y Rusia. Antología documental, México, 1994. p.333.

27 Lorini I. Op.cit., p.194 - 195

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organizaciones obreras, estudiantiles y de militares en diferentes departamentos del país. Hinojosa sabía convencer, y su gente lo seguía ciegamente.

Sostenía que la proclamación de una república socialista obrero-campesina en Bolivia era el único remedio para evitar la guerra con Paraguay, iniciándose los cambios que pusieran fin a la arcaica estructura feudal del país28. La situación en Bolivia, que comenzó a sentir los golpes de la crisis económica mundial de 1929, se agudizó en 1930, año en que Siles declaró sus planes de reelección presidencial. Realmente parecía que el país estaba muy cerca de una revolución violenta. A partir de 4 de Junio, La Paz estaba en plena rebelión protagonizada por organizaciones estudiantiles. Para Hinojosa, esto era una señal más para actuar.

La mañana del 16 de Junio de 1930, un grupo armado liderado por Roberto Hinojosa, atacó el puesto de frontera y aduana del pueblo fronterizo de Villazón, el que fue ocupado por los revolucionarios. Fue proclamado el inicio de la revolución socialista obrero-campesina en Bolivia. Los revolucionarios declararon la marcha hacia La Paz29. Hinojosa, líder de los sublevados, fue proclamado Presidente provisorio de la República.

Los revolucionarios emprendieron su obra con un amplio programa escrito por Hinojosa. El texto de este programa fue publicado en 1944 en un libro de su autoría dedicado a los acontecimientos del 1930. El "manifiesto" contenía 70 puntos, lo que resultaba un tanto desmedido para un llamamiento a la acción. En él figuraba la nacionalización de las minas, de las industrias, y los ferrocarriles. Aparecían puntos nuevos: la deuda externa de Bolivia, la anulación de las obligaciones y deudas de los ciudadanos bolivianos con el fisco, la abolición de los impuestos30. En estos aspectos se reflejaba la opinión ampliamente divulgada en aquel momento de la imposibilidad del pago de la deuda externa en condiciones de crisis económica mundial. Dentro de un año, esta posición de Hinojosa había dejado de ser revolucionaria perdiendo su carácter subversivo dado que muchos países -entre ellos Bolivia- suspendieron el pago de las obligaciones de la deuda. De otro lado, la medida de eliminación de impuestos, combinada con el libre comercio y el levantamiento de todas las barreras aduaneras en el continente31, evidenciaron que en el pensamiento de Hinojosa gravitaban ideas bastante avanzadas.

Igual que en el programa de la Juventud Revolucionaria (1927), figura una reforma agraria radical. Para Hinojosa, la solución agraria en Bolivia no consistía en un simple reparto de la tierra, sino en la liquidación de toda la gran propiedad privada en el campo y la nacionalización de la tierra32. Nuestro personaje siempre estuvo en contra de convertir los fundos de los gamonales en pequeñas y medianas propiedades campesinas, punto prácticamente común en todos los partidos y corrientes políticas reformistas y

28 Lora G. Op.cit., p.252

29 Lorini I. Op.cit., p.194

30 Hinojosa R., La revolución de Villazón, La Paz, 1944, p.26

31 Ibid., p.25-26

32 Ibid., p.25

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revolucionarios de la época, inclusive marxistas. Para él, la solución para el campo era la estatización de la tierra, no obstante, en el programa de Villazón, los siguientes pasos de esta reforma no estaban claros.

La parte política del documento era todavía más confusa. Se reclamaba por el voto universal sin ningún tipo de restricciones33. Por su parte, La "cuestión social" ocupaba un lugar importante. Como en otros documentos pertenecientes a su pluma, aparecía el punto de la sindicalización general de la sociedad como paso transitorio para las transformaciones hacia socialismo. Las relaciones laborales debían fundarse a base de la colaboración y convivencia social entre empresarios y asalariados y, en casos de nacionalización, entre estado-empresa y obreros. Propuso introducir el sistema de participación obrera en las ganancias de las empresas, y crear comisiones mixtas obrero-patronales para solucionar posibles conflictos laborales34. Esta parte socio-política del programa no podía satisfacer a los marxistas radicales, pero asustaba a los reformistas moderados. Sin embargo, dentro de seis años, estas ideas se convirtieron en parte importante de la doctrina oficial del régimen militar-socialista de David Toro y Germán Busch, (1936 — 1939).

Un programa tan voluminoso y confuso provocaba la impresión de una mezcla ecléctica de diferentes corrientes ideológicas, padeciendo tanto la exaltación exagerada como el desbalance de sus componentes. De un lado, no satisfacía a los revolucionarios radicales que le reprocharon ignorancia, confusión ideológica y reformismo y, de otro, asustaba a los centristas y reformistas nacionales que notaron en la revolución de Villazón una peligrosa amenaza anarquista.

La revolución no encontró ningún apoyo dentro del país: la población local fue indiferente a los manifiestos y llamamientos de los jóvenes capitalinos. Hinojosa animaba a sus compañeros persuadiéndolos de que a favor de la revolución se habían levantado varias guarniciones militares y que los obreros habían declarado una huelga revolucionaria. El campo estaba, según usus dichos, en plena sublevación35. La realidad estaba lejos de estas declaraciones. Después de algunas confrontaciones en Salitre, Talina, Mojo y Tupiza, las tropas gubernamentales libraron Villazón de los revolucionarios. Hinojosa y sus compañeros huyeron al extranjero. El gobierno arrestó a varios participantes de la aventura, entre ellos, al diputado Loza, que era Secretario del Comité revolucionario de Villazón36.

En su mayoría, las organizaciones bolivianas de izquierda no apoyaron la revolución de Villazón. En Agosto de 1930, bajo la presión de los marxistas, el IV Congreso obrero condenó las acciones de Hinojosa. Los anarquistas, representados por J. Moisés, también se apartaron de los sucesos de Villazón y condenaron la actitud de Hinojosa, a pesar de que la acción y el

33 Ibid., p.29

34 Ibid, p. 26-27.

35 Lora G. Op.cit., p.255.

36 Mas detalladamente estos acontecimientos están descritos por G.Lora y I. Lorini; Lora G. Op.cit., p.256 — 258; Lorini I., Op.cit., p. 194 - 195.

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programa de Villazón correspondió, en teoría y práctica, al anarquismo37. Los comunistas calificaron los acontecimientos como una aventura pequeñoburguesa. Marof entró en una ardua discusión pública con Hinojosa y, muchos años después, seguía reprochándole haber actuado prematuramente en Villazón y no comprender el carácter de la revolución latinoamericana. El único político de renombre que apoyó decisivamente la revolución en Villazón y su programa, fue Víctor Raúl Haya de la Torre.

El propio Hinojosa no emprendió ningún análisis serio de sus pasos, ni de las causas del fracaso. Pensaba que un buen manifiesto, un buen programa, eran capaces de levantar a las masas para la revolución social. Las causas de la derrota del movimiento de Villazón eran, según su visión, el aislamiento y lejanía de Villazón. También argumentaba, sin asomo de humor, que una de las causas principales del fracaso había sido "una dificultad inesperada de movilidad ferroviaria": el tren cargado de panfletos revolucionarios que se dirigía al interior del país, fue interceptado por tropas militares poco después de partir de Villazón38.

Después de la fuga de Villazón, Hinojosa se refugió en Uruguay. El gobierno boliviano lo acusó en el robo de la caja de aduana de Villazón. Bolivia reclamó la extradición de Hinojosa como delincuente común, pero la opinión pública se movilizó en su defensa. Aunque todos reconocían el hecho de haber sacado el dinero de la aduana por parte de los revolucionarios, el caso era obviamente político39. Luego a la acusación del robo de dinero, se añadió otra, la de falsificación de moneda boliviana. Hinojosa fue detenido en Montevideo. Con la presión de la prensa progresista y de los organismos obreros y estudiantiles favorables a Hinojosa, las autoridades no se atrevieron entregarlo a Bolivia. Mientras tanto, se reveló que Hinojosa imprimía la moneda boliviana sustituyendo el retrato de Bolívar por el suyo propio, lo que formalmente, no constituía falsificación. La acusación judicial se destruyó totalmente y en 1932 Hinojosa fue liberado de la cárcel. No obstante, queriendo evitar complicaciones con el gobierno boliviano, las autoridades uruguayas lo obligan a abandonar el país40.

De Uruguay Hinojosa se dirige al Perú donde conoce las trágicas noticias del inicio de las hostilidades en el Chaco. Con impulso patriótico escribe una carta a Daniel Salamanca donde se ofrece para servir a la patria en este momento dramático de su historia, y pide la autorización de regreso. El pedido fue negado, como debía de suponer41. Más tarde, en abril de 1934, la embajada de México en Lima recibió la orden de entregarle una suma determinada para su viaje a México como invitado de la Universidad42. Viajaba al país del norte que, por entonces, vivía una agitada campaña electoral que culminaría con la asunción a la Presidencia de Lázaro Cárdenas, figura trascendente de la política latinoamericana del siglo XX.

37 Lorini I. Op.cit., p.114

38 Lora G. Op.cit., p.256.

39 SRE.AHGE. 1934. Hinojosa R

40 Ibídem

41 Abecia López V. Op.cit., p.102.

42 SRE.AHGE. 1934. Hinojosa R

. F.III, l.126, exp.12, No.7788. . F.III, l.126, exp.12

Andrey Schelchkov

Roberto Hinojosa: ¿revolucionario nacionalista o Goebbels criollo?

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Año 1, Número 2 ISSN 0718-5049

Las autoridades superiores de México y, en particular, el presidente Cárdenas, solo tiempo después harían caso al periodista boliviano con su reputación de revolucionario y firme antiimperialista. Hinojosa obtuvo la posibilidad de visitar México gracias a sus influencias en organismos estudiantiles y a sus viejas relaciones "callistas" que, en cierta forma, estaban alejadas de los círculos izquierdistas cercanos al general Cárdenas. Más todavía, durante los primeros meses de su estadía en México, Hinojosa vive dificultades económicas que fueron comentadas en los informes de la policía política que vigilaba a los extranjeros sospechosos43.

En 1934 Hinojosa trabaja como periodista en el diario El Nacional de la ciudad de México, donde gana apenas 40 pesos por mes cantidad que, obviamente, lo pone en una situación difícil. Por si esto fuera poco, el consulado boliviano reclama con notas de protesta a la cancillería mexicana por la estadía de Hinojosa, pidiendo su expulsión. Como resultado de estas tensiones, se le colocan obstáculos para obtener un permiso legal de trabajo. No tenía derecho a ganar siquiera los honorarios por sus artículos en el periódico. Inclusive estaba multado por la policía a la enorme suma para él de 100 pesos, al haber trabajado sin el permiso legal44. No obstante, su situación cambia rotundamente gracias a su energía y autopromoción: supo atraer la atención sobre su persona de la nueva administración del Presidente Cárdenas.

Durante los primeros dos años de la presidencia cardensista, Hinojosa viaja por el país y escribe algunos libros dedicados a las transformaciones revolucionarias del gobierno. En este sentido, se distinguirá entre la brillante pléyade que rodea a Cárdenas. Según la expresión de Frontaura Argondoña, Hinojosa "brilló entre gente brillante".

En 1936, como producto de sus viajes y encuentros con el Presidente, y los análisis de la reforma agraria ejidataria en la Comarca Lagunera, escribe uno de sus libros más famosos El Tren olivo en marcha, el que une a otros ya publicados: La Rebelión de la raza de bronce y La Guerra del Chaco, este último, dedicado al Presidente Cárdenas, seguramente como retribución a su apoyo financiero para imprimirlos45. Hinojosa interviene frecuentemente con discursos y conferencias propagandísticas, convirtiéndose en activo y exitoso agitador de la política gubernamental. Son, a no dudarlo, los años más provechosos de la vida de Hinojosa.

En estas publicaciones se presentará no solo como un político maduro y hábil, un panfletista brillante, sino también, como pensador original. Gran parte de sus obras se dedican a la cuestión agraria, lo que era natural, recordando su participación en la divulgación de la experiencia de la reforma ejidataria de la Comarca Lagunera. No se cansaba de repetir que las reformas mexicanas eran un ejemplo para solucionar el problema agrario e indígena de

43 Ibid.

44 SRE.AHGE. 1934. Hinojosa R. F.III, l.126, exp.12

45Archivo General de la Nación (AGN), México, Fondo Lázaro Cárdenas (FLC), Carta de R.Hinojosa a L.Cárdenas de 20 de Diciembre de 1936 — 135.2/212.

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Bolivia, cuestión que para él era la base de la transformación general de su país. En una conferencia en la Universidad de Yucatán (marzo de 1940), sostenía que había que dar al indio la tierra y el trabajo para que éste creara la Euro-india soñada por los idealistas46. La reforma ejidataria era, en su opinión, el certero camino de la revolución social y de la formación de un sistema colectivo y solidario47.

Sostenía que la solución de la cuestión agraria debía conjugarse con la superación de la división en castas de la sociedad boliviana, promoviéndose así la mestización de la cultura y de los estamentos sociales, es decir, Bolivia debía transitar por el camino trazado por la revolución mexicana. Escribía: "No se trata del resurgimiento integral de la cultura original del pasado, ni del predominio de una sangre determinada en el futuro americano, lo que anhelamos; sino la formación de una cultura nueva que, en la Euro-india soñada por pensadores, artistas y poetas, fusione el espíritu de los pueblos y raza"48. Esta era la fórmula de las tareas y objetivos de la revolución nacional en Bolivia.

La solución del problema agrario con la reforma colectivista, debía echar las bases de la nueva economía, del nuevo sistema social diferente del capitalismo. Se trataba de la creación del Estado cooperativista: el modelo de esta nueva sociedad estaba presentado por la reforma ejidataria de la Comarca Lagunera. Así lo sostenía Hinojosa: "El ejido lagunero aspira a crear una sociedad cooperativista en ritmo de evolución hacía el socialismo. No se trata aquí remediar con una receta heroica y transitoria una enfermedad crónica, sino de transformar todo el sistema económico y social de características capitalistas en otro nuevo, basado en los lineamientos generales del materialismo dialéctico. El ejido lagunero aspira a construir una sociedad cooperativista de vigorosa significación económica, de cultura humanista y de emoción, traducida en arte al servicio de la elevación espiritual de una clase redimida"49. Es notable que Hinojosa, en sus construcciones literario-ideológicas, no se limita a repetir los postulados oficialistas del cardenismo -en su justificación de la reforma ejidataria-, sino que usa sus propios argumentos e ideas, propone sus fundamentos ideológicos para probar la necesidad de la reforma agraria colectivista. Como en años anteriores vuelve, una vez más, a las ideas de enfiteusis. Propone transformar la experiencia reformista de la época de Rivadavia con las necesidades del periodo de "transformación hacia el socialismo"50. Según Hinojosa, el objetivo de la reforma ejidataria y de todo el gobierno cardenista, era "formar un ejido de estructura económica equitativa; de expresión social solidaria y altruista; de cultura racionalista; y de emoción enaltecida por los sentimientos del bien y de la verdad"51.

46 AGN. FLC. Reseñas.135.2/212.

47 Hinojosa R. La revolución de Villazón. p.7.

48 Ibídem

49 Hinojosa R. El Tren olivo en marcha, México, 1937, p.26

50 Ibídem

51 Ibid., p.27.

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Su vida en México revolucionario y la influencia de los colaboradores de Cárdenas —sobre todo, de la izquierda marxista- fueron fundamentales en la evolución ideológica de Hinojosa.

51 en los años 20 había apoyado el lema "Minas al Estado" (porque el Estado era considerado el mayor explotado y subyugado por los monopolios), ahora concretiza esta demanda con la consigna "Minas a los trabajadores". La influencia de la Revolución mexicana se refleja en el hecho de aceptar una fusión ideológica entre marxismo e indigenismo. Según Hinojosa, el indigenismo debía ser una parte integral de la ideología revolucionaria latinoamericana52.

En algunos puntos de su pensamiento, Hinojosa iba más a la izquierda que los propios comunistas. Escribió un serio trabajo dedicado al tema del petróleo, tomando en cuenta la política cardenista de nacionalización de esta industria. En este escrito, dedicó un capítulo al tema del ascenso del fascismo en Europa y en el mundo. Sostenía que fascismo era ultima fase del imperialismo, pretendiendo así completar la concepción leninista de imperialismo como ultima y final fase del capitalismo53. Indicaba que la ideología del fascismo era una mezcla de mística, de social-democracia y de sofismas culturales. Es curioso y asombroso que en esto él repitiera las tesis de la Internacional Comunista de antes de su Séptimo Congreso, al ver en la socialdemocracia a una especie de fascismo. Reitera, por todas partes, que la socialdemocracia, al igual que las democracias de los países imperialistas, eran gemelas del fascismo. Para Hinojosa, el objetivo de fascismo era el petróleo, por tanto, Rusia y los países latinoamericanos eran el objetivo principal de la expansión fascista54. Por eso, la nacionalización del petróleo en México era, antes que nada, un acto antifascista y antiimperialista. Llama a todas las fuerzas progresistas a la defensa de México contra la ofensiva imperialismo y del fascismo criollo.

Sí, en algunas cuestiones, Hinojosa evolucionaba hacia la izquierda, en el problema de la reforma universitaria abandona sus anteriores posiciones radicales, circunstancia muy contradictoria al tenerse en cuenta que su carrera política se había basado en su condición de líder estudiantil reformista. Ahora, en México, se vuelve enemigo de la reforma. Sostuvo que solamente el socialismo científico y la pedagogía marxista debían ser la base de existencia de las universidades, dado que la autonomía universitaria era una noción clasista etc.55 Al respecto, repetía la argumentación típica de la doctrina comunista que servía de justificación a la política del cardenismo contra el movimiento estudiantil opositor. Tanto el cardenismo como el comunismo, siendo doctrinas políticas de partido único, negaban la autonomía universitaria. Hinojosa seguía esta tesis: "Solo a quienes ignoran lo que es la pedagogía marxista se les puede ocurrir proclamar la autonomía universitaria, autonomía por la que luchan desesperadamente la iglesia mexicana y la clase rastacuera de la Argentina"56. Como es obvio, Hinojosa cambiaba sus pareceres de acuerdo con las necesidades políticas del régimen cardenista.

52 Hinojosa R, La revolución de Villazón. p.7, 13

53 AGN. FLC. Manuscrito "Miserias y grandezas de la historia petrolera de México", 135.2./212.

54 Ibídem

55 AGN. FLC. Articulos y reseñas, 135.2/212.

56 Hinojosa R. Al pueblo boliviano, México, 1936. p.6.

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El gobierno mexicano era muy generoso en retribuir los servicios propagandísticos de Hinojosa: los viajes por México y los países vecinos, eran pagados por las autoridades. El Presidente Cárdenas ayudó a Hinojosa en el momento difícil de su vida privada: cuando enfermó gravemente su mujer, una bella soprano dramática que perdió la posibilidad de cantar, el gobierno mexicano pagó el viaje, la operación quirúrgica y la rehabilitación en Chicago, además de la estadía de la pareja57. Hinojosa apreciaba esta actitud del Presidente y de todo México aunque nunca perdió la ocasión de recordar a los mexicanos los servicios prestados por él a su país: "por México -señalaba- he sacrificado mi carrera diplomática y he conocido la cárcel en Buenos Aires y en Río por rectificar las falsas informaciones dadas por el cable sobre la Revolución mexicana"58.

Hinojosa desarrolló una actividad política pujante en el ámbito progresista internacional, principalmente en los círculos izquierdistas de América Latina. Siendo un reconocido líder estudiantil y viajando como representante del cardenismo, contacta y visita numerosas organizaciones, congresos y foros progresistas de Latinoamérica y EEUU. En 1936 propone la iniciativa de convocar a un Congreso latinoamericano de partidos políticos de izquierda en Guanajuato, en 1937. Sobre este punto, en carta al Presidente Cárdenas, expone: "La iniciativa me ha correspondido y la idea ha producido, por ventura, excelente impresión tanto en México como en los demás países de América"59. Y continúa: "será, pues, México el llamado a tomar el timón de la nave Indoamericana, que navega actualmente sin derrotero fijo. México tiene el prestigio y la autoridad necesarios para cumplir esa misión de perfiles históricos en el proceso evolutivo del Continente (...) El Gral. L. Cárdenas es, con sobrada justicia, conceptuado como el líder del despertar social de Indo-américa, y yo quiero dar a los dirigentes de los partidos políticos de izquierda de ese continente, la oportunidad de conocerlo, de ponerse en comunicación con Ud., para que sepan su obra y puedan repetirla, como única manera de emancipar positivamente a nuestras clases despotizadas, oprimidas y angustiadas"60. Por supuesto, el gobierno mexicano apoyó esta idea y el plan financiero de una acción tan prometedora y ventajosa para la propaganda del régimen, en el interior y el exterior.

Hinojosa fue tremendamente activo en la organización de este Congreso. En primer lugar, contactó a los políticos latinoamericanos que conocía personalmente y consiguió que ellos aceptasen la participación en el evento. Entre ellos figuraban eminentes personalidades de la política continental: Grau San Martín, de Cuba; Alfredo Palacios, de Argentina, Marmaduque Grove, de Chile, a V. R. Haya de la Torre, del Perú, y otros más. Hay que hacer notar que todos estos nombres siempre fueron grandes amigos del régimen mexicano. Con estos nombres la representatividad del Congreso estaba garantizada, lo que representaba una carta muy fuerte para Hinojosa ante el Palacio Presidencial. Como parte de los

57 AGN. FLC. Carta de R.Hinojosa a L.Cárdenas de 17 de Mayo de 1936, 135.2/212

58 AGN. FLC. Carta de R.Hinojosa a L.Cárdenas de 20 de Diciembre de 1936, 135.2/212

59 AGN. FLC. Carta de R.Hinojosa a L.Cárdenas de 17 de Mayo de 1936, 135.2/212

60 Ibídem

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preparativos crea un diario llamado Nuevo Continente, publicación que se convierte en una agencia de informaciones para otros periódicos y medios de comunicación progresistas de Centroamérica y el Caribe. Habitualmente, los artículos de Nuevo Continente era reiterados en periódicos de otros países como La Prensa (Cuba), Mediodía (Cuba), Arco Iris (Puerto Rico), El Diario Nacional (Colombia) etc. Hinojosa escribe y publica sus propios artículos sobre temas del agro, el petróleo, o sobre la situación internacional.

Declara que el objetivo del Congreso en Guanajuato era elaborar el programa mínimo de acciones antiimperialistas y revolucionarias que unieran en un único frente a los liberales de Colombia y comunistas de Chile, a los auténticos de Cuba y a los socialistas argentinos, a los batllistas uruguayos y a los anarquistas. La base de esa unión antiimperialista debía ser el cardenismo, o sea, el nacional-reformismo de izquierdas. Sobre el programa de acción, escribía: "No estamos en la época de discurrir por las alturas del pensamiento, sino de hacer. Mas, para hacer, es indispensable que, por los menos, los directores del movimiento social de América nos pongamos de acuerdo sobre un programa mínimum y una táctica básica"61. La idea de unión de todas las fuerzas progresistas de América alrededor de un objetivo común prescindiendo de las diferencias ideológicas, era muy atractiva, pero demasiado idealista y romántica.

Al Congreso de Guanajuato de julio de 1937, fueron invitados numerosos partidos de izquierda y de centro, de ambas Américas: los comunistas de EEUU, Chile, Uruguay, Brasil, México, el APRA, los liberales de Colombia, Bolivia, Brasil, los radicales de Chile, los auténticos y "Joven Cuba", batllistas, del Uruguay, los anarco-sindicalistas de todo genero. La lista de invitados ocupa varias páginas62. También fueron invitados los representantes de la prensa progresista. Para las autoridades mexicanas, el Congreso debía servir como poderosa acción propagandística, objetivo apuntado por el propio Hinojosa: "Este Congreso de Partidos Políticos de Izquierda que se pretende reunir en México, tendrá dos significados positivos: beneficioso porque se consolidará el prestigio de la revolución mexicana, y porque fortalecerá las simpatías con las fuerzas sociales de América, la mayoría de las cuales tienen abierto el camino para alcanzar el poder"63.

Hinojosa mismo tomó en sus manos la tarea de escribir el programa del encuentro. En él, además de las ideas clave de su discurso, como lucha antiimperialista, la liberación de los negros e indígenas, aparecen puntos nuevos, como la nacionalización del canal de Panamá. Como en los tiempos de la revolución de Villazón, de nuevo reaparece su idea de abolición de los impuestos aduaneros y de las fronteras económicas: reclama una unión aduanera, el libre comercio en el continente, la disminución de impuestos y tasas. Como ya hemos anotado, en los anteriores programas de Hinojosa, estas medidas eran pensadas por él como una panacea de salvación y liberación económicas. Obviamente, reiteraba sus posiciones sobre el tema

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61 AGN. FLC. Informe de 10 de abril de 1937 - 135.2/212

62 AGN. FLC. Congreso de los partidos políticos de izquierda, 1937, 135.2/212

63 Ibídem

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agrario, aspecto donde sigue los dogmas de nacional-reformismo: deja de hablar de enfiteusis, y solo indica la necesidad de usar el "principio de la función social" en la reforma agraria. Haciendo el resumen de su programa, Hinojosa indicaba que la revolución mexicana ya había dado el ejemplo de las reformas necesarias que habrían de repetirse en otros países64.

Cuando apareció este programa, muchos participantes abandonaron la idea de participar en el Congreso: demasiado radicalismo asustó a varios políticos moderados. Otro factor negativo de los preparativos fue el desmesurado rol y melomanía de Hinojosa, quien concentró todos los trabajos de organización. Era evidente que no quería dejar en manos de otros los laureles del organizador65. Sus posibilidades, sin embargo, era muy restringidas. Sin una infraestructura estatal fuerte, esta iniciativa, inclusive con un enorme apoyo financiero, estaba condenada al fracaso. El Congreso no se realizó.

Los preparativos más importantes del Congreso fueron la formación del Comité de organización y la edición de Nuevo Continente. Hinojosa hizo todo lo posible para elevar estos hechos a nivel de acontecimientos de envergadura internacional. En México, en septiembre de 1937, tuvo lugar un banquete dedicado a la creación del Comité organizador y al que asistieron más de 500 personas, la mayoría diputados y senadores mexicanos66. Era un triunfo personal de Hinojosa, su cúspide política.

Entre 1938-1940, Hinojosa continua su servicio propagandístico a favor del régimen cardenista. Da numerosas conferencias en organizaciones obreras de Panamá y Colombia; como periodista participa en la conferencia de los Ministros del Exterior de La Habana, en 194067. También sigue dando conferencias en el interior del país sobre la reforma ejidataria. Acompaña al Presidente Cárdenas en sus viajes por el país haciendo su labor propagandística. Está totalmente involucrado en la política interna de México. A la llegada de León Trotzky a México, consigue una cita con él y le ofrece su libro con "una melosa dedicatoria"68. Pero con Trotzky no establecerá mayores relaciones porque era obvio que Hinojosa no estaba interesado en acercarse a un exiliado de los soviets: sus intereses estaban ligados con la elite mexicana, mientras que Trotzky y sus ideas no le provocaba mucha simpatía.

Al mismo tiempo, no aparta sus ojos del acontecer político boliviano. Durante la Guerra del Chaco y después de haber llegado a México, Hinojosa interviene con posiciones radicalmente antimilitaristas y antiguerristas. Critica severamente a los círculos gubernamentales del país y su aventura en el Chaco69. Después del golpe militar-socialista de mayo de 1936 y la instauración del régimen del "socialismo de estado", Hinojosa se hará opositor a este régimen

64 Ibídem

65 Ibídem

66 AGN.FLC. Informe a L.Cárdenas de 11 de septiembre de 1937, 135.2/212.

67 AGN.FLC. Cable 11 de septiembre de 1940, 135.2/212

68 Abecia Lopez V. Op.cit., p.105

69 Hinojosa R, El tren olivo, p.63

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aunque las autoridades mexicanas vieron en él el inicio de transformaciones radicales para Bolivia, al estilo mexicano70.

Hinojosa calificó a los militares-socialistas como instrumento enmascarado de la oligarquía con influencia fascista. Sin embargo, no consiguió evitar la positiva imagen de estos elementos militares en calidad de búsqueda de las transformaciones y reformas. En su crítica a los militares, Hinojosa repetía los tesis de los comunistas: "No hay más que un socialismo: el socialismo científico, de tácticas y principios diáfanamente definidos. Los socialismos cristianos, reformistas, radicales, evolucionistas etc., pertenecen a la categoría de la social-democracia, o sea, la primera etapa del fascismo"71. Y luego, da una conclusión puramente bolchevique: "sólo un partido de clase, de táctica revolucionaria e ideario marxista"72 es capaz de llevar a cabo verdaderas transformaciones socialistas.

El único programa de la revolución boliviana era, según Hinojosa, el de "la socialización de las fuentes de riqueza y de la economía de Bolivia, de establecimiento de una sociedad sin clases, y un gobierno socialista científico con la suma del poder."73. Las propuestas de Hinojosa para Bolivia están expuestas y formuladas de acuerdo con el más puro marxismo bolchevique. Es evidente que ello era el resultado de la enorme influencia del marxismo en el cardenismo, en los marcos del cual Hinojosa actuaba. Analizando la situación post-bélica de Bolivia, Hinojosa sostiene que el ejército es el único instrumento capaz llevar adelante cualquier programa reformista o revolucionario74. En cierta medida, esto era una previsión profética de su futura colaboración con los militares en los años 40, aunque realizando un programa muy diferente al expuesto por él en 1936.

Con la caída del régimen militar-socialista después del suicidio de Germán Busch, en 1939, y en espera de las elecciones en Bolivia, Hinojosa decide regresar a su país. Habían varias motivaciones para esta decisión: de un lado, el período del General Cárdenas llegaba a su fin y las perspectivas de un periodista izquierdista boliviano en México, eran muy confusas, lo que lo obligaba a pensar sobre el regreso a la patria. De otro lado, Hinojosa recibe muchas cartas de Bolivia de parte de sus antiguos amigos y contactos que le llaman a volver75. Hinojosa usó estas cartas para su autopromoción.

En noviembre de 1939 escribe varias cartas a Cárdenas por las que persuade al general a que debe regresar a Bolivia para participar en la vida política local. Le confiesa que había recibido numerosos pedidos de parte de organizaciones obreras y estudiantiles que le ruegan

70 Ver el trabajo del autor dedicado a este asunto: Schelchkov A.A. El régimen del "socialismo de estado" en Bolivia (1936-1939), Moscú, 2001

71 Hinojosa R. Al pueblo boliviano, México, 1936, p.12

72 Ibid.,p.13

73 Ibídem

74 Ibídem, p.10

75 AGN. FLC. Carta de R.Hinojosa a L. Cárdenas de 11 de Noviembre de 1939, 135.2/212

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presentar su candidatura a las elecciones presidenciales76. No sabemos si esto es verdad o un juego propagandístico de Hinojosa; lo que sabemos es que estas noticias causaron en Cárdenas una buena impresión. En una charla muy amistosa Cárdenas le aconseja no participar en estas elecciones y le pide quedarse más tiempo en México y lo invita a acompañarlo en un viaje a Tabasco, para enero de 194077.

No obstante, en febrero de 1940, Hinojosa informa a Cárdenas sobre su inquebrantable decisión de regresar a Bolivia78. Después del triunfo de Enrique Peñaranda en las elecciones presidenciales en Bolivia, Hinojosa está lleno de entusiasmo y de fe en el futuro. Considera que la figura de Peñaranda es la expresión máxima de las fuerzas de izquierda y de los socialistas. Escribe a Cárdenas de que está convencido que después de triunfo electoral de Peñaranda, Bolivia va a seguir el camino de México revolucionario79. Rara y incomprensible confusión. Mientras tanto, Hinojosa no consigue irse inmediatamente de México y se queda por un tiempo más: está involucrado en la compaña electoral de Ávila Camacho y, solamente, al acabar este trabajo, los mexicanos le concedieron los fondos para su viaje hasta Santiago de Chile desde donde pasará a Bolivia80 en 1944, con Gualberto Villarroel está en el poder.

En Bolivia, la carrera de Hinojosa tuvo éxito. Mantuvo las relaciones amistosas y de confianza con los oficiales y con el propio Villarroel, con quien eran paisanos81. Hinojosa sirvió al régimen como periodista encabezando el periódico Cumbre que, según Lora "careció de importancia dentro de la apasionada lucha que se libró bajo el régimen de Villarroel"82. Trabaja incansablemente, escribe en la prensa, interviene con discursos por la radio Illimani. Por su elocuencia y sus discursos ardientes a favor del régimen, sus enemigos lo llaman el "Goebbels crillo". Recibe de los militares un importante puesto de Jefe de la Dirección de la prensa, propaganda e información que Hinojosa convirtió en el ministerio de la propaganda, en el feo sentido de la palabra.

Ahora, la idea principal de Hinojosa era que los militares, junto a los obreros, indígenas y estudiantes, eran los portadores de la conciencia revolucionaria e únicos instrumentos de realización de las grandes transformaciones sociales para el país, dejando de lado toda la retórica marxista. En adelante se hizo un inquebrantable anticomunista, llamándose a sí mismo "nacionalista latinoamericano": "Somos nacionalistas latinoamericanos en el orden político-económico como una realidad del presente, impuesta por la necesidad de defender la soberanía y la independencia nacional de nuestro país". No obstante, seguía declarando convicciones socialistas: "Somos internacionalistas porque luchamos contra la organización

76 Ibídem

77 Ibídem

78 AGN. FLC. Carta de R.Hinojosa a L.Cárdenas de Febrero de 1940, 135.2/212

79 AGN. FLC. Carta de R.Hinojosa a L.Cárdenas de 11 de Marzo de 1940, 135.2/212

80 AGN. FLC. Informe de 4 de Abril de 1940, 135.2/212

81 Abecia Lopez V.Op.cit., p.105

82 Lora G. Op.cit., p.261

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capitalista de la sociedad, causa principal de la guerra entre los pueblos y de los crímenes entre los hombres"83.

Siguió fiel a México y a la revolución .Siguió haciendo propaganda de la experiencia mexicana de transformación social. Con su activa participación, el gobierno realiza varios proyectos en colaboración con México, por ejemplo, la represa de Angostura, en Cochabamba. Se juega activamente a favor de una solución agraria según las recetas mexicanas. En su contra intervendrá abiertamente en el Congreso Franz Tamayo, quien declaró que uno de los errores más grandes de México era su reforma agraria84. Copiando la experiencia mexicana, Hinojosa, por encargo de militares, intenta crear una confederación obrera oficialista, un partido y convoca a un congreso indígena.

La idea de Hinojosa era copiar la estructura política azteca y del Partido de la Revolución Mexicana. Para ello se propuso reunir a los sectores campesinos y obreros mediante una forma de confederación o congreso. En mayo de 1944, con dinero recibido de los militares interesados en debilitar la influencia y la fuerza políticas de su principal aliado, el MNR, Hinojosa crea el Partido de la Revolución Boliviana que en su nombre copia a su homologo mexicano. También buscó crear una confederación obrera opuesta a la CSTB marxista, denominada Comité Obrero encabezado por C. Mur Quinteros, líder sindical que apoyaba al gobierno de Villarroel85.

El gobierno destinaba muchos recursos a la actividad política de Hinojosa quien, al estilo mexicano, fundaba periódicos en diferentes ciudades, viajaba dando conferencias, etc., pero obtuvo poco resultado86. Más éxito tuvo con el congreso indígena, en mayo de 1945. Liderando la Dirección General de Prensa, Propaganda e Informaciones, en vísperas del citado congreso organizó una campaña de apoyo a través de los medios de información. En este plano, publicó los discursos que L. Cárdenas pronunció a propósito del Primer Congreso Indigenista en México. Sus artículos y discursos subrayaban la coincidencia en los puntos de vista sobre los problemas agrarios entre el gobierno boliviano y los reformistas mexicanos87. Claramente, la actividad propagandística de Hinojosa contribuyó al éxito del Congreso.

De otra parte, la participación de Hinojosa y su partido en las elecciones al congreso de 1946, resultó un fracaso. Los militares lo apoyaron en contra de la candidatura de M. Frontaura Argondoña (del MNR) en la misma circunscripción de Potosí. Hinojosa perdió las elecciones a pesar de una intensa compaña electoral88. Con estos resultados, el fracaso del partido de

83 Hinojosa R, La revolución de Villazón, p.32

84 SRE.AHGE. 1945. Bolivia.Embajada. Informes políticos reglamentarios, F.III, 1.453, exp.3

85 Abecia López, Op.cit., p.106

86 Frontaura Argondoña M., Op.cit., p.131

87 Antezana Ergueta L., Romero Bedregal H., Historia de los sindicatos campesinos: un proceso de integración nacional en Bolivia, La Paz, 1973

88 Frontaura Argondoña M. Op.cit., p.132

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Hinojosa era evidente: las recetas traídas de un país que vivió una verdadera revolución y que vivía un proceso de transformaciones radicales, no servían en Bolivia.

La suerte de Hinojosa estaba ligada al destino del régimen. La situación se agravó en 1946: el aislamiento de los militares y la agresividad de la oposición unida en un frente entre la izquierda y la derecha oligárquica, eran síntomas claros de inevitables nuevos cambios. Un primer signo de esto fue el frustrado golpe de estado del 13 de Junio de 1946. En represalia contra la oposición, los militares ocuparon el edificio y los talleres de La Razón, designándose un nuevo cuerpo de redacción comandado por R. Hinojosa89.

En Junio de 1946, la situación escapa del control del gobierno militar y la oposición asumió un abierto estado de rebelión. Después de los crueles acontecimientos de la mañana de 21 de Junio de 1946, La Paz entró en una histeria sádica sin precedentes en la historia boliviana. Existen varios testimonios sobre lo trágico que este día fue para Roberto Hinojosa. Citamos uno: "Durante los días revolucionarios, Hinojosa habría disparado una ametralladora desde el techo del hotel París, masacrando a muchos. Cuando se dio cuenta que había caído el Palacio de Gobierno, él, que estaba ahí mismo disparando contra el pueblo, huyó por los techos hacia la calle posterior. Tocó varias puertas para favorecerse. Nadie quiso abrir. Se le acercó un jovencito, diciéndolo ingenuamente: deténgase nomás señor Hinojosa, porque yo lo conozco. El aludido entonces sacó la pistola y mató al niño. Un revolucionario que estaba en el techo vio la escena y disparó contra Hinojosa, muriendo en ese lugar. Luego, su cuerpo fue arrastrado a la plaza indicada y, finalmente, lo colgaron en un farol del alumbrado público"90.

La violenta muerte de Hinojosa, lo puso al lado de los mártires de 1946. Con eso entró en el martirologio boliviano, pero, más allá de eso, Hinojosa es una figura extraordinaria, no solamente de la historia de Bolivia, sino de toda Latinoamérica. Como decía Frontaura Argondoña: "Roberto Hinojosa era una de las personalidades más extraordinarias y pintorescas que ha dado a luz un país acostumbrado a dar personalidades extraordinarias"91. Además de los asombrosos hechos de su biografía, Hinojosa atrae el interés del historiador por su creatividad, energía y pensamiento original. Sus ideas, teorías y creaciones, directa e indirectamente, influyeron en la formación del concepto de la revolución nacional y de un socialismo boliviano y latinoamericano. Fue un alto representante de la juventud rebelde del continente de la primera mitad del siglo XX; uno de los pioneros en la lucha por la liberación continental, sin fronteras y sin limitaciones nacionales. Luego le seguirían otros, que darían nuevos ejemplos de patriotismo latinoamericano.

Recibido: 18 enero 2008

89 Abecia López, Op.cit., p.109

90 Abecia López v.Op.cit., p.112-113

91 Frontaura Argondoña M. Op.cit., p.130

Andrey Schelchkov

Roberto Hinojosa: ¿revolucionario nacionalista o Goebbels criollo?

Revista iZQUIERDAS

Año 1, Número 2 ISSN 0718-5049

Aceptado: 5 de junio 2008

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