Научная статья на тему 'EXPERIENCIA CIUDADANA Y CONSTRUCCIóN SOCIO-POLíTICA. EL TALLER DE CIENCIAS SOCIALES LUIS VITALE DE CONCEPCIóN'

EXPERIENCIA CIUDADANA Y CONSTRUCCIóN SOCIO-POLíTICA. EL TALLER DE CIENCIAS SOCIALES LUIS VITALE DE CONCEPCIóN Текст научной статьи по специальности «Социологические науки»

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HISTORIOGRAFíA / TRANSICIóN DEMOCRáTICA / HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE / EPISTEMOLOGíA DE LA HISTORIA

Аннотация научной статьи по социологическим наукам, автор научной работы — Meza Sánchez Alexis, Valdés Vera Mario

A base del pensamiento y obra historiográfica del historiador Luis Vitale, los autores de este trabajo dan cuenta de su labor de renovación disciplinaria emprendido hace un par de décadas en la perspectiva de la llamada “historia del tiempo presente”. A este respecto, exponen sobre sus propósitos iniciales, su paulatino despliegue y los resultados que en el momento es posible apreciar en materia de logros, limitaciones y desafíos.

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Текст научной работы на тему «EXPERIENCIA CIUDADANA Y CONSTRUCCIóN SOCIO-POLíTICA. EL TALLER DE CIENCIAS SOCIALES LUIS VITALE DE CONCEPCIóN»

Experiencia ciudadana y construcción socio-política. El Taller de Ciencias Sociales Luis Vitale de Concepción*

Citizen experience and sociopolitical construction. The social sciences workshop in the city of Concepcion

Alexis Meza Sánchez** Mario Valdés Vera

Dedicado a Lucho Vitale

Resumen

A base del pensamiento y obra historiográfica del historiador Luis Vitale, los autores de este trabajo dan cuenta de su labor de renovación disciplinaria emprendido hace un par de décadas en la perspectiva de la llamada "historia del tiempo presente". A este respecto, exponen sobre sus propósitos iniciales, su paulatino despliegue y los resultados que en el momento es posible apreciar en materia de logros, limitaciones y desafíos.

Palabras clave: historiografía, transición democrática, historia del tiempo presente, epistemología de la historia

Abstract

On the basis of Luis Vitale's thought and historiographical work, the authors of this paper show his disciplinary renovation work undertaken two decades ago in the context of "history of present time". In this regard, they expose their initial purposes, the gradual deployment of historiographical renovation and results in terms of achievements, constrains and challenges.

Keywords: historiography, democratic transition, history present time, epistemology of history

* Una primera versión de este trabajo fue presentado como ponencia en las 2das Jornadas de Historia de las izquierdas en Chile "Emprendimientos editoriales y medios de comunicación de masas: experiencias y desafíos, siglos XIX y XX", en la Mesa 5. Comunicaciones: nuevas realidades, nuevas perspectiva, realizada el viernes 4 de junio de 2010, en el Centro Literario de la Universidad de Santiago de Chile.

** Chileno, Académico Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, alexismezasanchez@yahoo.es

*** Chileno, Académico Universidad de Concepción, mvaldes@udec.cl

Introducción

Este trabajo tiene varias dificultades, las cuales queremos explicitar de entrada. Primero, se trata de revisar la experiencia del Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale', agrupamiento de académicos penquistas, de la cual los autores son parte, que tiene poco más de una década de desarrollo. Esta experiencia sin embargo, no nos remite a un hecho estrictamente pasado, sino a algo que está aún en curso, por lo que el balance dialoga a su vez, con la proyección de las tareas del presente y el futuro.

En segundo lugar, el origen del texto está en la ponencia presentada por los autores a las 2das Jornadas de Historia de las Izquierdas. Ya el participar en este evento implica un posicionamiento político nítido, pues en nuestro caso, no se trataba de exponer un objeto de estudio ajeno, sino que describir y analizar nuestra propia experiencia colectiva. Por ello se combina aquí, no solo el ya complejo cruce entre historia y política, sino también los requerimientos de un trabajo académico con el testimonio. Sujeto y objeto por tanto convergen en un solo habla y en un mismo texto. Tarea nada sencilla y no sabemos si bien lograda.

Por último se trata de un escrito a 2 voces. Si esto ya es difícil de construir, lo es más cuando se trata de narrar una experiencia que involucra muchas más voces. Los énfasis, u omisiones que aquí se puedan presentar, son responsabilidad exclusiva de los autores de este artículo, el cual tiene por objeto sistematizar las ideas -fuerza que le dan piso a esta experiencia de construcción sociopolítica, que es el Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale' de Concepción.

Historia y política: un cruce necesario

Para quienes incursionamos en el estudio de la historia desde los años de la dictadura y la década del 90', ésta ofrecía más preguntas que respuestas. Mientras la sociedad chilena vivía momentos de plena ebullición, encarnados por movilizaciones populares antidictatoriales, las jornadas de protesta nacional, el plebiscito de 1988 o el cambio de mando de 1990, la historiografía tradicional no registraba estos hechos. Tampoco las clases de historia permitían debatirlos. Existía un claro veto a nuestra historia del tiempo presente.

La forma de enterarnos sobre lo ocurrido en el país era acudiendo a la memoria social. Al recuerdo de nuestros amigos y familiares, que nos contaban 'selectivamente' algunos hechos, a modo de no comprometer nuestra integridad en tan compleja coyuntura. Por tanto, era una memoria autocercenada, dado que el ejercicio de recordar no solo era

traumático, sino además iba acompañado del consejo de no involucrarse en política, pues eso era peligroso. A veces (se nos dijo) era mejor no saber ni preguntar.1

De ahí, que para nosotros el vínculo entre historia y política resultaba natural, pero a la vez prohibido. La memoria se transformó por tanto en un vehículo para conocer el pasado, pero también para forjar identidad. Una identidad horizontal, construida entre silencios y omisiones, que nos empujó a participar de la vida académica y política desde un sentido compromiso colectivo. Nuestra identidad académica y política por tanto, se gestó desde la necesidad compartida de investigar, educar y conocer sobre nuestro pasado reciente. Esto, no como un mero ejercicio de erudición, sino con la explícita intención de aportar a la construcción de una sociedad más democrática, justa, inclusiva y pluralista.

Por otro lado, las orgánicas políticas vivían también procesos de dispersión. Divisiones, fragmentaciones y desconfianzas, pululaban entre quienes tenían experiencia militante, especialmente en la izquierda más radical. Esto acompañado por el inicio de una 'transición pactada', que operaba a través de sus órganos de inteligencia y soplonaje, para intervenir y disuadir su accionar político rebelde a los consensos de la elite. A su vez la política de los acuerdos, dejaba fuera de juego y con escaso margen de maniobra a dichas agrupaciones, que fueron perdiendo cada vez más incidencia2.

Por ello, reagruparse, reflexionar sobre el nuevo escenario generado en la ahora post-dictadura, requería a nuestro juicio mirar la historia, desde nuevas categorías y matrices analíticas, pero sobre todo, comprometida con los problemas de nuestro tiempo y nuestra realidad social y política.

Otra variante que nos interesaba promover y discutir, era la denominada 'historia regional'. Sabido es que producir conocimiento historiográfico fuera de Santiago, es una tarea compleja. No solo los principales archivos y bibliotecas se encuentran ubicados en la ciudad capital, sino que aquí se concentra la mayor cantidad de actividades académicas, casas editoriales y centros de difusión.

Ello junto a la construcción de una historiografía nacional que a nuestro juicio no recogía las especificidades locales, las singularidades de los distintos territorios, enmarcando bajo al grueso abrigo de 'lo nacional', una homogeneización cultural y simbólica que invisibilizaba a los procesos y actores locales. Concientes de que el hinterland penquista, cobijaba un pasado rico en tensiones, conflictos, iniciativas y proyectos autonómicos, nos propusimos la tarea de estudiarlos desde una dimensión sociopolítica, que aporte a la desconcentración y descentralización del conocimiento histórico.

Así es como este colectivo, se anclaba en su preocupación por la historia reciente y la historia regional, en una perspectiva sociopolítica, que problematice y complejice las

1 Al respecto ver Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale': Chile... a 30 años. Historias de memorias, Ponencia colectiva presentada a las Jornadas Interuniversitarias de Concepción, "A 30 años... Memoria, Sociedad, Política y Cultura", organizadas por la carrera de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián, los Departamentos de Español, Ciencias Históricas y Sociales y Sociología de la Universidad de Concepción y el Taller de Ciencias Sociales "Luis Vitale Cometa", los días 12 y 13 de septiembre del 2003. Texto completo en www. historiaviva. cl/documentos/

2 Cabe recordar el rol de 'La Oficina', aparato creado por la Concertación para capturar información y desarticular a los grupos de izquierda que seguían operando militarmente.

relaciones entre los sujetos y su tiempo histórico, aportando herramientas para la intervención en la escena pública. Esa es la motivación inicial que nos aglutina.

Los primeros pasos

El Taller de Ciencias Sociales "Luis Vitale Cometa" de Concepción, nace entre las últimas luces del S. XX y los albores del Siglo XXI. Su "pre-historia", la constituye el Taller de Ciencias Sociales que se realizaba en el Liceo de Hombres de Concepción, Enrique Molina Garmendia3, que algunos de nosotros empujamos siendo aún estudiantes de la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía de la U. de Concepción (UdeC). Ahí, conjuntamente con algunos profesores del Departamento de Historia de dicho Liceo, se organizaban los días viernes en la tarde, sesiones de análisis y debate, en torno a variados temas de historia, política, filosofía y literatura. Asistían con regularidad, estudiantes de 2°, 3° y 4° año medio. Dictaban los Talleres, estudiantes universitarios de diversas carreras de la UdeC, generándose un espacio de trabajo muy grato y a la vez exigente y riguroso. Esta experiencia se prolongó al menos por 4 años en el segundo lustro de la década del 90'. Se trataba de una iniciativa desplegada por estudiantes universitarios y secundarios, autogestionada, que discutía sistemáticamente diversos problemas teóricos y políticos, en un contexto donde el debate social, era cada vez más escaso.

Concientes de la necesidad de proyectar esa comunidad de ideas y trabajo, parte de ese grupo constituyó el Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale Cometa'. Al surgir la necesidad de dar un nombre a la agrupación, dos criterios imperaron.: nominar al Taller con el nombre de un historiador que haya dedicado su obra al vínculo entre historiografía y política; en segundo lugar, se quería homenajear en vida a alguno de los maestros de las generaciones precedentes a la nuestra.

Así se consensuó el nombre de 'Luis Vitale Cometa', quien además se había desempeñado como profesor del Instituto de Sociología de la Universidad de Concepción a inicios de la década del 70'4 Vitale nos había acompañado en algunas actividades del colectivo años anteriores, dando muestras de su experiencia y notable calidad humana. Telefónicamente le comunicamos nuestra decisión, a la cual respondió con una de sus habituales bromas y de inmediato nos asignó algunas tareas urgentes.

Una de ellas era integrar en nuestras reflexiones la perspectiva latinoamericanista y la otra seguir de cerca al movimiento social mapuche y a las generaciones juveniles, en

3 El Liceo de Hombres de Concepción, hoy llamado "Enrique Molina Garmendia", es el de mayor tradición en la ciudad. Fue fundado el año 1823, siendo el tercero más antiguo del país. Por sus aulas han pasado importantes actores de la vida política y cultural penquista y dicho espacio sirvió además para desarrollar las primeras clases de la Universidad de Concepción, fundada en 1919.

4 Luis Vitale, historiador nacido en Argentina el año 1927. Fue discípulo de José Luis Romero, destacado medievalista e historiador de las ideas. Llegó a Chile a comienzos de la década del 50' y tuvo una intensa actividad política y social. Fundó la CUT junto a Clotario Blest. Militó en el trotskismo. Es uno de los fundadores del MIR. Preso político durante la dictadura militar. Entre sus obras más relevantes se cuentan: Esencia y apariencia de la Democracia Cristiana (1964); Interpretación Marxista de la Historia de Chile, 6 Tomos; (1967-1993); Historia General de América Latina, 9 Tomos, (1983); De Bolívar al Ché. La larga marcha por la unidad y la identidad latinoamericana (2002). Falleció en Santiago de Chile el 27 de junio del 2010.

quienes confiaba Vitale, se incubaba un potencial crítico y rupturista al neoliberalismo de nuevo cuño. La rebelión pingüina del 2006 y la heroica lucha de las comunidad mapuche, no hacen sino ratificar ese asertivo presagio de hace poco más de 10 años atrás.

Fue así como el Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale' de Concepción, definió su trabajo en torno a 3 ejes principales:

1.- Analizar y difundir la historia reciente de Chile y América Latina.

2.- Vincular el conocimiento histórico con los espacios educativos a través de la actividad pedagógica.

3.- Desarrollar nuevas lecturas y métodos para la investigación histórica regional.

En este marco se desarrollaron algunas actividades que tenían un carácter bianual, tales como los "Diálogos con la Historia Social Chilena" y los "Seminarios de Historia Regional". Estas iniciativas, si bien estaban dirigidas principalmente a profesores y estudiantes historia y ciencias sociales, congregaban a un variado público, atento a las reflexiones que inspiraban la convocatoria.

Con el objetivo de reforzar los lazos de integración, al calor de la reflexión conjunta, y el debate disciplinario, que enriquezca nuestras prácticas pedagógicas diarias, el Taller de Ciencias Sociales "Luis Vitale Cometa" lanza estos "Diálogos..." que pretenden humildemente constituirse en un aporte en esa dirección. La Reforma Educacional, lleva al profesorado a analizar críticamente no solo las metodologías que se están utilizando, sino también a asumir nuevos enfoques analíticos en el estudio y enseñanza de la Historia, que tienen que ver con recoger los disensos historiográficos, incorporar plenamente un criterio analítico por sobre uno que se base en el clásico relato o exposición de hechos, que llevan a modificar incluso las bases de la temporalidad cronológica y lineal tradicionales. Lo anterior requiere más que esperar recetas mágicas, a indagar por si mismos en la búsqueda de esos lineamientos, actualizarlos, confrontarlos e incorporarlos a nuestro quehacer pedagógico5.

Entre las temáticas abordadas en estos espacios se cuentan el debate en torno al problema de la memoria reciente, las experiencias y procesos de rebeldía del movimiento popular chileno, el pensamiento latinoamericano, la identidad local, entre otros, aspectos que estaban ausentes en el debate historiográfico penquista.

Este último elemento no es menor, por cuanto si bien en la escena universitaria nacional, las distintas casas de estudio fueron abriendo progresivamente las puertas a exponentes de una visión historiográfica crítica, en Concepción dicha pluralidad estaba claramente ausente. Mantenían la conducción de las instancias de formación e investigación historiográfica, académicos de signo conservador que habían hecho carrera en los años de

5 Convocatoria a 1ra versión de los' Diálogos con la Historia Social Chilena: el grato acoso de la memoria reciente' (Agosto - Septiembre 2002). Participaron en este evento los historiadores Mario Garcés, Sergio Grez, Leonardo León, María Angélica Illanes, Julio Pinto y Gabriel Salazar, entre otros.

la dictadura. Esto era materia de constante reclamo de parte del movimiento estudiantil penquista6.

Sobre este particular asunto, el Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale', se fue transformando en un espacio que alentaba 'por fuera' de la academia tradicional penquista, diálogos y debates en torno a los nuevos sujetos y procesos que abordaba la historiografía nacional, específicamente la 'nueva historia social chilena'. Esto se materializaba en incesantes jornadas de trabajo que concitaban un interesante número de participantes, entre profesores, estudiantes y público en general, interesado por estas materias.

El Taller, también se involucró de lleno en el debate local. A propósito del Informe Valech, un grupo de académicos penquistas, adherentes de la dictadura pinochetista, publicaron en la prensa local una Declaración, que objetaba sus conclusiones y se permitía hacer algunas 'precisiones' al contexto histórico.

En dicha Declaración se señalaba que el Informe Valech "presenta una vez más un conjunto de falsedades, contradicciones y afirmaciones infundadas, acompañadas de graves omisiones". No conformes con ello, ponen en duda la veracidad de los testimonios de los detenidos y torturados que el Informe recopiló, y concluyen que no es una "razonable visión del período". Terminan señalando que

Millones de chilenos guardan en su memoria, en sus documentos personales y en su conciencia recta, una visión claramente diferente a la propuesta por la Comisión sobre la obra humanizadora del Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden, aún en medio de sus defectos. A la conservación y difusión de esa verdad completa seguiremos dedicando nuestro estudio, nuestra investigación y publicaciones y nuestra docencia.7

Tras ello, los miembros del Taller, redactaron y promovieron un Documento que pretendía refutar la declaración de los historiadores de derecha, y disputar el sitial hegemónico desde el cual imponían una visión particular y sesgada de los hechos históricos.

Este Documento titulado "Nuestra historia está llena de memoria", concitó la adhesión inmediata de destacados académicos penquistas y fue difundido en distintos espacios y foros de discusión.

Al cierre el documento declara:

Los mismos que gozaron ayer, de todos los medios de difusión para sus discursos políticos e historiográficos, y que hoy pretenden conservar unilateralmente dicho privilegio, deben tener claro que en nuestra región,

6 Para ahondar en esta materia ver Alma Barra y Miguel Urrutia: Lo social y lo político en el movimiento estudiantil de la Universidad de Concepción (1973 - 1983). Sujetos Históricos para un tiempo de Transición, Tesis para optar al Título de Profesor de Historia y Geografía de la Universidad de Concepción, 1992; Alexis Meza: Un tropezón no es caída. Historia del movimiento estudiantil de la Universidad de Concepción (19902000). Disponible en www.archivochile.com.

7 Texto completo en www.historiaviva.cl/documentos/. Está titulada como "Declaración de Historiadores y Profesores de Historia"

emergen otras voces, que ancladas desde las ciencias sociales, están dispuestas a dar con ellos la batalla por la memoria y disputar el debate público, en aras de la verdad, la justicia y la esperanza, por una sociedad sin torturadores y efectivamente democrática.

Nuestra región dio una amplia lucha por la defensa de los DDHH, en los duros años de la dictadura. Ejemplos sobran. En memoria de esa historia, nos negamos a este nuevo ejercicio de la negación, para impulsar este otro compromiso con la verdad, la democracia y la justicia social8.

Como se puede apreciar, el Taller desplegó a través de actividades diversas y documentos una serie de iniciativas que ponían de relieve su interés de debatir los problemas propios de la disciplina y su interacción con los espacios de deliberación pública.

A continuación desarrollaremos los conceptos que definen nuestros 3 ejes de acción: la historia reciente, la tarea docente y la historia regional.

La historia también se escribe en tiempo presente

Hasta hace poco tiempo los historiadores eran renuentes a abordar temáticas del tiempo presente. Imperaba en la academia una cierta idea fuerza, de que para garantizar la real objetividad que merece todo trabajo académico, era necesario tomar distancia del objeto de estudio y ello implicaba dejar pasar un tiempo prudente para abordar los hechos históricos9.

Esta cuestión, impuesta de facto hace que durante prácticamente toda la década del 90', el terreno de la 'historia reciente' no fuera abordado historiográficamente. Ello, con la excepción notable de algunos sociólogos y economistas, que abordaron la problemática de la mal llamada transición, entre los que destaca sin duda el trabajo de Tomás Moulián "Chile actual: Anatomía de un mito".10

VVAA: "Nuestra historia está llena de memoria", texto completo publicado en www. historiaviva. cl/documentos/ . Entre los adherentes a este documento se cuentan: Ricardo Vargas, Karen Alfaro, José Luis Cifuentes, Manuel Fernández, Robinson Silva, Mario Valdés Vera, Giovanni Díaz, Alexis Meza, Leonardo Mazzei, Alejandra Brito, Eduardo Aquevedo, Manuel Antonio Baeza, Miguel Urrutia, Fernando Robles, entre otros. Varios de ellos ocupaban cargos de gestión directiva en universidades regionales.

9 Al respecto y para ilustrar los avances que respecto a esta fórmula se dan en el resto de América Latina, ver el interesante libro de Marina Franco y Florencia Levín (compiladoras): Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2007. También es recomendable Margarita López, Carlos Figueroa y Beatriz Rajland (Editores): Temas y procesos de la historia reciente de América Latina, Ed. ARCIS/CLACSO, 2010, especialmente la Parte 1: Contribuciones al debate sobre el concepto de historia reciente.

10 Tomás Moulián: Chile actual: Anatomía de un mito, Ed. ARCIS/LOM; Santiago, 1997. El texto de Moulián, convertido en best-seller, remeció los cimientos de la construcción neoliberal y mimetizó en un continuum la obra 'revolucionaria' de la dictadura con la obra concertacionista. Nombrar otros trabajos que marcan la excepción. Siendo rigurosos, habría que mencionar también los trabajos de Mario Garcés y Gonzalo de la Maza: La explosión de las mayorías. Protesta nacional 1983-1984, ECO, Santiago, 1985, en el cual se sistematiza y ordenan esquemáticamente las jornadas de protesta nacional, incursionando los autores en un proceso en pleno desarrollo al momento de editar el libro, y de P. Guillaudat y P Mouterde: Los

Como Taller siempre pensamos que el trabajo historiográfico, no se menoscaba al interactuar con los hechos contemporáneos. Nos parece que esa pretensión 'objetivista' o 'cientificista', oculta una intencionalidad eminentemente política, por cuanto es de interés de quienes concuerdan con el orden imperante, no escarbar históricamente en sus fuentes de legitimidad ni en sus mecanismos de coacción. Cabe recordar que los más destacados historiadores liberales y conservadores del S. XIX participaron activamente en la política contingente. ¿Ello le resta méritos a su obra? A nuestro juicio no.

Otro factor que explica el no inmiscuirse en la historia reciente, de parte de la 'nueva historia social' (en esta primera hora), es que tras la derrota de 1973, se produce un desmembramiento de la historiografía de sello crítico. Los historiadores marxistas, son exonerados de las universidades, desaparecidos y/o torturados. Otros parten al exilio, generándose una inevitable y lamentable diáspora. El 'reagrupamiento cognitivo', como le llama Gabriel Salazar, se da muy lentamente a través de los Encuentros de historiadores, la publicación de la Revista "Nueva Historia", editada en Inglaterra o los jóvenes historiadores de los 80' que incursionaban en la historia oral.11

Estos grupos, fueron asumiendo en los hechos, que para comprender la dimensión de lo ocurrido en 1973, había que investigar en el largo aliento, el proceso de configuración del movimiento popular chileno desde el origen del capitalismo moderno (S. XIX). De este modo se podría poner en contexto histórico las tensiones y dilemas propios del proyecto popular, que había sido dramáticamente derrotado en 1973.12

Esta matriz de análisis, se aborda mirando críticamente lo realizado por la historiografía marxista en los años 60' y 70'. Por ende se trata de una ruptura epistemológica, con su escuela madre.

Esto empieza a cambiar drásticamente tras la detención de Pinochet en Londres. La sociedad chilena, empieza a demandar más historia reciente, provocándose lo que algunos denominaron el boom de la memoria o el boom de la historia. Ello empujó a la academia a hacerse cargo del tema, resituando la preocupación por densificar históricamente la actividad política13.

movimientos sociales en Chile, 1973-1993, LOM Ediciones, Santiago, 1998. Aunque estos últimos de menor repercusión, tienen el valor de adentrarse en las sinuosas arenas de la historia reciente, cuando aún esta era menos que incipiente.

11 Ver Gabriel Salazar: "Historiografía y dictadura en Chile: búsqueda, dispersión, identidad", en La historia desde abajo y desde dentro, Ed. Facultad de Artes Universidad de Chile, Santiago, 2003, pp. 97-144.

12 Entre los trabajos más relevantes de la Nueva Historia Social Chilena se cuentan: Gabriel Salazar:

Labradores, peones y proletarios. Formación y crisis de la sociedad popular chilena del siglo XIX, Ed. Sur, Santiago, 1985; Sergio Grez: De la regeneración del pueblo a la huelga general. Génesis y evolución del movimiento popular en Chile (1810-1890), 2da Edición, RIL Editores, Santiago, 2007; Julio Pinto: Trabajos y rebeldías en la pampa salitrera, Ed. USACH, Santiago, 1998; María Angélica Illanes: 'Ausente señorita. El niño chileno, la escuela para pobres y el auxilio. Chile 1890-1990 (Hacia una historia social del siglo XX en Chile), Ed. JUNAEB, Santiago, 1991; Mario Garcés: Crisis social y motines populares en el 1900, Ed. Documentas/ECO, Santiago, 1991; Eduardo Devés: Los que van a morir te saludan. Historia de una masacre: escuela Santa María de Iquique, 1907, Ed. Nuestra América, Santiago, 1987. La mayoría de estos trabajos han sido reeditados y constituyen lectura obligada para quienes desean conocer la historia social chilena.

13 Relevante es aquí el Manifiesto de Historiadores, difundido en diversos medios los primeros meses del año 1999.

Resulta evidente que este resurgimiento del interés historiográfico ha venido a fortalecer la disciplina, pues acrecienta los debates y fomenta nuevos espacios y medios de formación y difusión.

Por ello, siendo este uno de los ejes que motivaron la creación de nuestro Taller, hemos procurado participar activamente en los distintos espacios de producción y difusión historiográfica.

Lo hacemos desde 2 definiciones elementales. Una, reconocer los aportes sin distinción, sino más bien complementarios de la historiografía marxista y la nueva historia social, sin relevar sus puntos de ruptura, sino sus convergencias; y en segundo lugar, sin disociar los aspectos sociales de la dimensión política, pues considerábamos, que dicha dicotomía, no permitía abordar la complejidad del 'hecho histórico', ni tampoco permitía discutir en torno a su operatividad política.

De ahí que postulemos una historia sociopolítica:

Como Taller de Ciencias Sociales "Luis Vitale", nos interesa satisfacer ciertas demandas intelectuales, pero también arraigadas convicciones políticas. Nuestra formación se había desmarcado de todo lo contingente, y fuimos testigos vivenciales, de cómo se entendía la enseñanza de la historia sólo en su cualidad de 'hecho pasado'. Al contrario, nos interesa la historia como materia viva y no simple acumulación erudita. Y esto lo hacemos, a través de nuestra condición de educadores, que decididos a incidir en el debate público, acudimos a la historia como una fuerza difusora de nuestra construcción como sociedad, con sus dilemas, debates y desafíos. Nos queremos hacer cargo, de aportar a un nuevo proceso de politización de la ciudadanía, instalando el conocimiento histórico como constitutivo de poder social.14

En esto coincidimos con el historiador Sergio Grez, cuando afirma que,

En el contexto actual de la llamada 'crisis de los grandes relatos' y de la arremetida de las posiciones que tienden a borrar las fronteras de la disciplina de la historia, haciendo de ella una mera técnica literaria o un género puramente ensayístico, es importante afirmar que si la historia tiene - como creo- un sentido (o sentidos) que es posible desentrañar, lo político y la política son elementos vitales para que la historiografía no sea una simple performance intelectual y contribuya a hacer más inteligible el devenir de las sociedades humanas15

La historia tiene sentido en tanto muestra capacidad de dialogar con su tiempo presente. Ello sin duda contiene una alta carga de politicidad.

14 José Luis Cifuentes: "Memoria, identidad y proyecto. Nuestra historia en tiempo presente", en Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale': Historia sociopolítica del Concepción contemporáneo. Memoria, identidad y territorio, Co-edición ESCAPARATE/ Universidad ARCIS, Concepción, 2006, p. 34.

15 Sergio Grez: "Escribir la historia de los sectores populares ¿Con o sin la política incluida?", en POLITICA, Volumen 44, 2005, p. 29.

Memoria para la acción. El rol de los educadores

Nuestro colectivo está formado por profesores. Tenemos por tanto una preocupación central por cómo se enseña y sobre el uso social del conocimiento histórico. El ¿para qué (nos) sirve la historia?, no la entendemos como una cuestión baladí, sino por el contrario, es lo que da sustento conceptual a nuestro quehacer.

De ahí que nos provoca mucho sentido la díada memoria y construcción de ciudadanía. La memoria histórica es fuente para la configuración del carácter de la ciudadanía. Sin memoria, la construcción ciudadana es fragmentaria, navega en aguas turbulentas, deambula por un desierto de sentidos.

Cuando la memoria, es difundida unilateralmente desde las esferas de poder, que controlan la sociedad, esta se transforma en una memoria inducida, impropia, carente de sentido de pertenencia, lejana, abstracta. Es por ello, que nosotros reivindicamos la memoria social - popular como fuente constructora de identidad, portadora de una fuerza lateral, que le da vigor y construye comunidad. En la medida que se reconoce como una voz válida en el debate público, esta memoria es capaz de interpelar, de cuestionar y de construir, evitando la reproducción de un orden social dominante, que solo le atribuye un rol de comparsa a los pobres del campo y la ciudad.

Es aquí cuando la memoria y la historia, dejan de ser patrimonio de los poderosos y emergen como un campo de disputa. Disputa legítima sobre cómo se comprende el pasado, pero sobretodo cómo se interviene en el presente y cómo se construye el futuro.16

En este contexto es que creemos en una memoria viva, promotora de la acción colectiva. No la entendemos como un objeto de museo, que rememora el anecdotario particular o colectivo, ni menos como objeto de culto. La 'memoria para la acción' se activa desde el empuje colectivo que propicia la educación ciudadana.

Por eso concebimos el trabajo docente como una tarea intelectual. Como un espacio de gestión socio-cultural, que promueve la construcción de nuevas realidades y no la mera reproducción del statu quo.

En esto coincidimos con uno de los principales exponentes de la pedagogía crítica Henry Giroux, cuando señala que:

Yo creo que los académicos deben combinar los roles interdependientes del educador crítico y del ciudadano activo. Ellos deben encontrar formas de conectar la práctica de la enseñanza en el aula, con el manejo del poder en la sociedad más amplia (...) Desde esta perspectiva, el educador como intelectual público se convierte en el responsable de ligar diversas experiencias que producen el conocimiento, las identidades y los valores sociales en la universidad, con la calidad de vida política y moral en la sociedad (...) Los intelectuales que sienten un gran sentido de responsabilidad hacia la humanidad pueden no ser capaces de esto y no tienen necesariamente que explicar los problemas de la

16 Ver María Angélica Illanes: La Batalla de la memoria, Ed. Planeta/Ariel, Santiago, 2002.

humanidad en términos de pretender ser absolutos de abarcar todo, por el contrario, los intelectuales públicos necesitan acercarse a los temas sociales conscientes de las múltiples conexiones y asuntos que unen a la humanidad, pero ellos necesitan hacerlo como intelectuales que se mueven dentro y a través de diversos lugares de aprendizaje como parte de una política comprometida y práctica que reconoce la importancia de hacer preguntas, hacer distinciones, trayendo a la memoria todas aquellas cosas que tienden a ser pasadas por alto o dejadas atrás en el apuro por hacer juicios y acciones colectivas.17

Reivindicamos por tanto, al educador como un intelectual público, cuyo quehacer está relacionado estrechamente con su aproximación a la realidad educativa que requiere gestionar, ya sea para intervenirla, conservarla o transformarla.

Una historia descentrada y descentralizadora

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La historia regional tiene una trayectoria larga en la escena historiográfica chilena. Hace muchos años, académicos de universidades diversas se dan cita en las llamadas Jornadas de Historia Regional18.

Sin embargo, su sello ha estado impregnado por un tinte conservador. Su objeto de estudio ha privilegiado las acciones político - institucionales de grandes prohombres; el accionar militar o el impacto colateral de algún hecho bélico sobre la economía; el rol de los eclesiásticos, inmigrantes o empresarios. Esto por supuesto en línea, con lo que era hasta hace poco tiempo, la producción historiográfica predominante en el país.

La irrupción de la nueva historia social, ha ampliado el foco de la mirada a nuevos actores (mujeres, jóvenes, trabajadores, campesinos); conflictos sociales, laborales o políticos (procesos de disciplinamiento socio-laboral, asonadas rebeldes, huelgas, masacres); o nuevas lecturas para los procesos abordados tradicionalmente (políticos o eclesiásticos benefactores - progresistas, otros efectos colaterales de los procesos de inmigración o industrialización). Esto sin duda ha enriquecido las perspectivas de análisis.

Si bien en ambos registros, se aprecia un acotamiento geográfico - territorial, que permite situar el objeto de estudio al espacio regional, las matrices analíticas que le subyacen, reproducen mayoritariamente los esquemas de análisis del 'problema a escala nacional', no advirtiendo la singularidad del espacio, del objeto y de los sujetos que interactúan regionalmente. Esto es a nuestro juicio un acotamiento espacial de las mismas reflexiones ya situadas nacionalmente.

Lo complejo de hacer historia regional, radica justamente en su singularidad, en rescatar su especificidad. No basta con plantearse las mismas preguntas en espacios

17 Henry Giroux: "Intelectuales públicos y la política educacional", en Revista Praxis: www. revistapraxis.cl, N°1, Mayo de 2002, p.4.

18 Las XVI Jornadas de Historia Regional se desarrollarán este año en la Universidad de Viña del Mar. Se trata de un evento bi-anual.

geográficos diversos. Ahí, 'lo regional' se transforma en un mero eufemismo y no en objeto

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de conocimiento .

Si asumimos que es Chile un país con un fuerte centralismo, que se ha instalado a sangre y fuego, la exploración de los contextos y procesos regionales, tiene una variante democratizadora, no solo del conocimiento acumulado, sino de la forma de comprender la construcción de 'lo nacional' y del propio Estado20.

En función de lo anterior, y con el afán de ser parte de este debate, el Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale', publicó el libro colectivo "Historia sociopolítica del Concepción contemporáneo. Memoria, identidad y territorio."21

Este texto recoge una serie de investigaciones monográficas referidas al movimiento estudiantil, el movimiento de derechos humanos, el movimiento de pobladores, la religiosidad popular, el bandidaje del siglo XIX, la producción historiográfica del historiador penquista Augusto Vivaldi Cichero y una reflexión sobre el problema de la memoria y la identidad. Todas ellas, problemáticas que abordadas desde la región del Bío Bío, buscaban dialogar con discursos y procesos de carácter más estructural. En la introducción, titulada "Hacía una Historia Sociopolítica Regional" los autores señalábamos:

Concepción y la región, han sido objeto de un conjunto de trabajos y estudios históricos. Esta producción no siempre ha sido evaluada desde ángulos problemáticos, o a partir de las perspectivas que dichos historiadores (o aspirantes a) instalan para aprehender lo regional. Un balance preliminar exige por tanto, no solo disponer de una herramienta analítica, sino que además debemos contar con criterios interpretativos que nos posibiliten la comprensión de su relato histórico, así como, las dimensiones de nuevas rutas de investigación que fortalezcan una historiografía regional de compromiso sociopolítico, hoy por hoy, inexistente.

Desde esta perspectiva, este libro, (...) busca una reflexión crítica sobre los modos de representación de lo regional, tanto en sus procesos, objetos de estudio, y en las implicancias que expresan sus discursos al interior de la región y en el debate público nacional. (...)

En consecuencia, postulamos una historiografía regional que da cuenta de lo local, que percibe las particularidades, que recupera la sociabilidad de la gente; en el fondo se trata de ver como habitamos y como construimos en un espacio determinado relaciones de poder de todo tipo (sociales, económicas, culturales, ideológicas, políticas, etc), desde las cuales surge la fuerza, para edificar un proyecto democratizador, ciudadano y

popular22.

19 Al respecto recomendamos Sandra Fernández (compiladora): Más allá del territorio. La historia regional y local como problema. Discusiones, balances y proyecciones, Ed. Prohistoria, Rosario, 2007.

20 Ver Esteban Valenzuela: Alegato histórico regionalista, Ed. Sur, Santiago, 1999.

21 Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale': Historia sociopolítica del Concepción contemporáneo. Memoria, identidad y territorio (2006), Co-editado por Ed. Escaparte y Universidad ARCIS. Este libro contiene trabajos de Karen Alfaro, José Luis Cifuentes, Manuel Fernández, Giovanni Díaz, Ricardo Vargas, Mario Valdés Vera y Alexis Meza.

22 Ibidem, Introducción, pp. 7 - 16.

Está lejos de nuestro interés promover una lectura 'localista' de los procesos sociales, que aparezca disociada de los grandes problemas. Por el contrario, de lo que se trata es de reconocer y valorar la existencia de los prismas regionales, para conocer mejor y en mayor profundidad, los dilemas estructurales que nos convocan como sociedad.

En ese punto compartimos la postura expuesta en su texto "Chile Descentrado...", que promueve María Angélica Illanes, cuando afirma que,

Este texto ubica el foco de su mirada fuera del centro: fuera del escenario propio de los héroes y los genios 'forjadores' de patria y república; de la capital como el gran monumento político; de los textos constitucionales instalados en la paz de las estanterías de los edificios de la ciudad; de los templos y las letanías del orden y el desorden, de la ley y la anarquía, de la civilización y la barbarie. Fuera del 'mito de Chile'.

Pero no nos confundamos. Si este texto ubica su mirada 'fuera' del centro, no pretende hacer historia 'sin' el centro. Por el contrario, queremos 'verlo mejor': a este texto le interesa hablar del centro, saber acerca del proceso de construcción histórica de nuestro sistema social, político y cultural republicano.23

En síntesis, a nuestro juicio, la historia regional no es una reproducción en micro, de los mismos esquemas analíticos que explican los procesos en macro. La espacialidad y temporalidad del objeto de estudio, lo define el investigador, a partir de detectar la especificidad y singularidad, que hacen del mismo un problema de investigación.

La capacidad de dialogar, discutir, complementar, comparar, otros espacios y temporalidades, es el aporte que la historia regional, puede hacer a las historias de tonalidad más general. A su vez, esto generará mayor difusión horizontal del conocimiento histórico, mayor profundidad y por ende mayor apropiación identitaria de los sujetos.

Situación actual y perspectivas

El campo de preocupaciones que enmarcó el origen del Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale', ha tenido un desarrollo notable en la última década.

Por una parte, la llamada nueva historia social, ha propiciado un conjunto de significativos estudios sobre la historia reciente de Chile, incursionando decididamente en el terreno de los complejos problemas de carácter sociopolítico. Esto se refleja en un prolífico listado de producciones historiográficas editadas por diversas casas editoriales, así como también la gran cantidad de Tesis que a nivel de Licenciatura, Maestrías y Doctorados se despliegan por diversas universidades chilenas. Todo lo anterior ha permitido posicionar una mirada crítica sobre la sociedad chilena actual, los horrores de la dictadura pinochetista y los pactos refundacionales y las deudas pendientes de la

23 Maria Angélica Illanes: Chile Descentrado. Formación socio-cultural republicana y transición capitalista (1810 -1910), LOM Ediciones, Santiago, 2003, p.7

postdictadura. A su vez emerge una 'nueva historia política'24, que releva los proyectos y orgánicas que inspiraron el actuar de la izquierda en los últimos 50 años.

Asimismo, los historiadores han recobrado cierto protagonismo en los espacios públicos, a través de foros, manifiestos, declaraciones y vinculaciones en general con el mundo social, que demanda permanentemente 'pronunciamientos' sobre variadas materias. A la fecha se suman en los últimos 12 años, 3 Manifiestos de Historiadores, 3 Declaraciones de Historiadores en apoyo a la causa mapuche, por citar los actos más destacados. Estas últimas fueron acompañadas por sendas marchas y actividades públicas, para expresar solidaridad con el pueblo mapuche y situar históricamente, en perspectiva de largo plazo, la legitimidad de sus demandas.

La necesidad de articular colectivamente el trabajo intelectual, ha generado la constitución de varias agrupaciones de historiadores jóvenes principalmente, que han dado paso a publicaciones conjuntas o simplemente organizado actividades de carácter académico. Sin embargo en este punto cabe reconocer, que dichos agrupamientos pocas veces sobreviven al paso del tiempo y de las demandas propias del trabajo académico que inducen a la temprana diáspora.

Entre las materias pendientes, se cuenta aún un mayor vínculo entre historiografía y educación. Siguen imperando en las aulas de escuelas y liceos las tradicionales visiones historiográficas, que inducen un modelo de verdad y patrón conductual25.

Por otro lado, se aprecia un estancamiento en las formulaciones teóricas y metodológicas que permitan abordar los estudios regionales con mayor riqueza y profundidad.

Otro asunto que amerita mayor discusión, es la interrelación entre el conocimiento generado en Chile y los procesos que ocurren en el resto de América Latina. A nuestro parecer, el pensamiento crítico chileno, está en deuda con América Latina y requiere abrir sus líneas de frontera para pensarse en relación con otros y superar el ensimismamiento de 'lo nacional'.

Estas cuestiones pendientes, siguen siendo objeto de preocupación nuestra y determinan nuestro quehacer actual.

De ahí que como Taller de Ciencias Sociales 'Luis Vitale', nos proponemos fortalecer el trabajo a través de nuestra Revista HistoriaViva26 y del sitio web www.historiaviva.cl, los cuales pretendemos sean un soporte que se constituya en un espacio de difusión de investigaciones históricas, así como de promoción de trabajos

24 Entre otros cabe mencionar a Pedro Rosas: Rebeldía, subversión y prisión política. Crimen y castigo en la transición chilena, LOM Ediciones, Santiago, 2004; Olga Ulianova (Editora): Redes políticas y militancias. La historia política está de vuelta, Ed. Ariadna/USACH, Santiago, 2008; Rolando Álvarez: Desde las sombras. Una historia de la clandestinidad comunista (1973-1980), LOM Ediciones, Santiago, 2003; Sebastián Leiva: Revolución socialista y poder popular. Los casos del MIR y PRT-ERP (1970-1976), Ed. ESCAPARATE, Concepción 2010; Cristina Moyano: MAPU o la seducción del poder y la juventud. Los años fundacionales del partido-mito de nuestra transición (19691973), Ed. Universidad Alberto Hurtado, Santiago, 2009; Verónica Valdivia et al: Su revolución contra nuestra revolución, 2 Volúmenes, Ediciones LOM, Santiago, 2006-2008.

25 Ver Alexis Meza: "Historiografía social y enseñanza de la historia: distancias, ausencias y sobretodo desafíos", en Pablo Artaza et al: A cien años de la masacre de Santa María de Iquique, LOM Ediciones, Santiago, 2009, pp. 91-100.

26 Ver Revista HistoriaViva, N°1, 2010.

innovadores desplegados por jóvenes historiadores. Apostamos por construir un espacio de creación y reflexión académica que se sitúa desde la firme convicción de pensar históricamente, para contribuir al debate público acerca de los modos en los cuales se configura social y políticamente nuestra sociedad. No nos interesa historiar intramuros a nivel disciplinario, sino analizar con rigor intelectual, los dilemas que nos agobian en nuestro tiempo presente.

En eso estamos, por eso seguimos.

Concepción, diciembre de 2011

Bibliografía

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Sandra Fernández (compiladora): Más allá del territorio. La historia regional y local como problema. Discusiones, balances y proyecciones, Ed. Prohistoria, Rosario, 2007. Marina Franco y Florencia Levín (compiladoras): Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2007.

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María Angélica Illanes: La Batalla de la memoria, Ed. Planeta/Ariel, Santiago, 2002. Maria Angélica Illanes: Chile Descentrado. Formación socio-cultural republicana y transición capitalista (1810 - 1910), LOM Ediciones, Santiago, 2003, p.7 Margarita López, Carlos Figueroa y Beatriz Rajland (Editores): Temas y procesos de la historia reciente de América Latina, Ed. ARCIS/CLACSO, 2010.

Sergio Grez - Gabriel Salazar (Compiladores): Manifiesto de Historiadores, Ed. LOM, Santiago, 1999.

Alexis Meza: Un tropezón no es caída. Historia del movimiento estudiantil de la Universidad de Concepción (1990-2000). Disponible en www.archivochile.com. Alexis Meza: "Historiografía social y enseñanza de la historia: distancias, ausencias y sobretodo desafíos", en Pablo Artaza et al: A cien años de la masacre de Santa María de Iquique, LOM Ediciones, Santiago, 2009, pp. 91-100.

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Esteban Valenzuela: Alegato histórico regionalista, Ed. Sur, Santiago, 1999.

Recibido: 15 enero 2012 Aceptado: 23 agosto 2012

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