Научная статья на тему 'El concepto de revolución pasiva en la obra de Antonio Gramsci: un aporte al debate en torno a los criterios de uso'

El concepto de revolución pasiva en la obra de Antonio Gramsci: un aporte al debate en torno a los criterios de uso Текст научной статьи по специальности «СМИ (медиа) и массовые коммуникации»

CC BY
3
1
i Надоели баннеры? Вы всегда можете отключить рекламу.
Журнал
Izquierdas
Scopus
ESCI
Ключевые слова
revolución pasiva / Antonio Gramsci / hegemonía / marxismo / Passive revolution / Antonio Gramsci / Hegemony / Marxism

Аннотация научной статьи по СМИ (медиа) и массовым коммуникациям, автор научной работы — Laura Marina Vázquez

El objetivo de este artículo es explorar el carácter múltiple del concepto de revolución pasiva, elaborado por Antonio Gramsci, como herramienta teórica y ponderar su valor estratégico. Partimos del análisis de lo que consideramos los antecedentes analíticos del concepto en los escritos pre-carcelarios del autor. A continuación, nos centramos en el concepto mismo, en su método de elaboración y en las distintas propuestas de Gramsci. Concluimos con el análisis de algunos trabajos contemporáneos que dentro del marxismo retoman estas distintas propuestas

i Надоели баннеры? Вы всегда можете отключить рекламу.
iНе можете найти то, что вам нужно? Попробуйте сервис подбора литературы.
i Надоели баннеры? Вы всегда можете отключить рекламу.

The passive revolution concept in Antonio Gramsci´s work: A contribution to the debate on the using criteria

The objective of this paper is to explore the multiple character of the concept of passive revolution, developed by Antonio Gramsci, as theoretical tool and ponder its strategic value. We begin with the analysis of what we consider the analytic background of the concept in his pre-prison writings. Following, we address the concept itself, its construction method and the different proposals that Gramsci developed. Thereafter we analyze some contemporary works that from within Marxism have developed avenues of inquiry revisiting these different proposals.

Текст научной работы на тему «El concepto de revolución pasiva en la obra de Antonio Gramsci: un aporte al debate en torno a los criterios de uso»

El concepto de revolución pasiva en la obra de Antonio Gramsci: un aporte al debate en torno a los criterios de uso

The passive revolution concept in Antonio Gramsci's work: A contribution to the debate on the using criteria

Laura Marina Vázquez*

Resumen: El objetivo de este artículo es explorar el carácter múltiple del concepto de revolución pasiva, elaborado por Antonio Gramsci, como herramienta teórica y ponderar su valor estratégico. Partimos del análisis de lo que consideramos los antecedentes analíticos del concepto en los escritos pre-carcelarios del autor. A continuación, nos centramos en el concepto mismo, en su método de elaboración y en las distintas propuestas de Gramsci. Concluimos con el análisis de algunos trabajos contemporáneos que dentro del marxismo retoman estas distintas propuestas.

Palabras clave: revolución pasiva, Antonio Gramsci, hegemonía, marxismo.

Abstract: The objective of this paper is to explore the multiple character of the concept of passive revolution, developed by Antonio Gramsci, as theoretical tool and ponder its strategic value. We begin with the analysis of what we consider the analytic background of the concept in his pre-prison writings. Following, we address the concept itself, its construction method and the different proposals that Gramsci developed. Thereafter we analyze some contemporary works that from within Marxism have developed avenues of inquiry revisiting these different proposals.

Key words: Passive revolution, Antonio Gramsci, Hegemony, Marxism.

Recibido: 7 de febrero 2022 Aceptado: 28 julio 2022

Introducción

El concepto de revolución pasiva emerge como tal en la obra de Antonio Gramsci en el contexto del encarcelamiento fascista, en los célebres Cuadernos de la Cárcel, ya a partir del primer cuaderno cuya producción puede ubicarse en torno a los años 1929 — 1930. Tanto el concepto en sí como varias ideas y criterios asociados a él reaparecerán en los cuadernos subsiguientes profundizándose y vinculándose

Argentina, Profesora de Enseñanza Media y Superior en Historia y doctorando en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Becaria CONICET con sede de trabajo en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Correo electrónico: vazquezlauram@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4954-8590

con otros elementos propios del constructo gramsciano. Existe toda una serie de problemáticas que son abordadas a través del análisis de las revoluciones pasivas.

A partir del análisis de la historia de la Revolución Francesa y su impacto en la historia europea del siglo XIX, con particular atención al surgimiento de los Estados modernos y al Estado italiano específicamente, Gramsci indaga en el rol de los intelectuales y su relación con la capacidad dirigente de los grupos sociales que devienen dominantes en este proceso. Analiza las variantes concretas de construcción hegemónica de estos sectores y su relación con las problemáticas y desafíos de la organización y construcción hegemónica de los grupos subalternos. En este sentido el análisis del caso italiano es bien pormenorizado, con especial énfasis en la llamada "cuestión meridional", y se remonta hasta el Renacimiento. También ocupa un lugar central en el análisis el fenómeno que en términos de Trotsky podríamos llamar desarrollo desigual y combinado, articulando así lo nacional con lo internacional y el desarrollo del pasado con las tareas del presente. Ahora bien, la lógica de la revolución pasiva como es analizada por Gramsci no se limita al surgimiento de los Estados modernos, sino que es ensayada por el mismo autor como posible criterio de investigación de otros fenómenos como el fascismo y el americanismo — fordismo. El desarrollo de este carácter múltiple y complejo del análisis gramsciano es el que nos proponemos revisar, para poder a partir de allí analizar algunos trabajos contemporáneos que dentro del marxismo profundizaron vías de indagación que retoman estas distintas propuestas de Gramsci.

Si bien la temática de este trabajo se desarrolla en los escritos carcelarios del pensador sardo, el recorrido que proponemos de su línea de pensamiento sigue algunas inquietudes que desde muy temprano en su vida ocuparon un lugar preponderante y fueron gestando análisis cada vez más profundos en los cambiantes contextos en los cuales se desarrolló su reflexión y praxis. Creemos que este recorrido por algunos de sus escritos pre-carcelarios nos asistirá para comprender el sentido de las múltiples elaboraciones de Gramsci en torno al concepto de revolución pasiva y para acercarnos a un criterio de indagación que permita explorar este carácter múltiple de la herramienta teórica y su valor estratégico en el contexto de la teoría social contemporánea.

Las inquietudes del militante y del dirigente

Algunas de las problemáticas que van a ser objeto persistente de las reflexiones de Gramsci pueden encontrarse ya en su juventud. Como militante del Partido Socialista Italiano (PSI) y como secretario de la comisión ejecutiva provisional de la sección de Turín, Gramsci asume posición muy rápida y claramente respecto de la Revolución bolchevique de noviembre de 1917. Desde entonces comienza el desarrollo de una de las inquietudes que marcarán toda su vida y obra, y cuyo análisis irá adaptándose a los distintos contextos históricos de su praxis, cómo traducir la experiencia rusa a Italia y al resto de Europa occidental.

El contexto histórico italiano entre los años 1917 y 1921 estuvo marcado por una fuerte conflictividad social que movilizó a diversos sectores. Por un lado, la experiencia de la Primera Guerra Mundial lejos de apaciguar la ya problemática política interna y de resolver el problema persistente de la unidad nacional los agravó. Italia a pesar de formar parte del bando vencedor en la contienda experimentó la necesidad de orden y cambio radical que atravesó a los países vencidos. En este contexto surgieron las primeras manifestaciones de excombatientes y se desarrollaron en 1919 las primeras organizaciones del combattentismo. Fue una minoría en principio la que adhirió a las organizaciones extremistas o revolucionarias como los fasci de combattimento o la lega proletaria, no obstante, lo cual se extendieron

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

rápidamente la aversión por el liberalismo parlamentario y la idea de que era necesario un cambio radical contrario a los fermentos de masas de Alemania, Rusia y Hungría.

Por otro lado, al fuerte impacto movilizador que la triunfante revolución bolchevique tuvo entre las masas obreras, se sumó la creciente polarización social que se vio agravada por la crisis económica de posguerra. La expansión meteórica de la industria asociada al esfuerzo bélico en el norte dio paso, luego de finalizado el conflicto, a elevadas tasas de desempleo y a un proceso inflacionario que hizo estragos en el poder adquisitivo de los salarios. El fermento entre las masas obreras, altamente sindicalizadas y cercanas a la militancia del PSI y de los anarquistas, estalló en una serie de huelgas que en 1919 llevaron al paro a más de un millón de obreros en el centro y norte de Italia, en lo que se conoce como el Biennio Rosso. Con la ciudad de Turín como epicentro surgió el proceso de ocupación de fábricas que se expandió en 1920 a todo el Piamonte y que se dio una forma de organización propia y novedosa, el consejo de fábrica. Éstos surgen en el contexto de los debates teóricos suscitados por la incapacidad de las vastas organizaciones sindicales y sus estructuras representativas, de canalizar, a través de las comisiones internas como habían sido establecidas durante el periodo bélico, la creciente combatividad de las masas de trabajadores, pero más importante aún, surgen directamente de la experiencia práctica de los trabajadores que avanzaron sin un plan predeterminado y dieron su forma a estos organismos. No fueron pocos los debates que esto planteó a la vanguardia del movimiento obrero italiano, alentado por la Revolución Rusa y el régimen de los soviets, y en polémica por el rol que correspondería entonces a los sindicatos cuyos niveles de afiliación no habían hecho sino crecer en los últimos años. Las discusiones giraban en torno a la participación de los obreros no afiliados y a las diferencias entre socialistas y anarquistas.

Como militante del PSI y defensor de los consejos de fábrica, Gramsci intervino activamente en este contexto y en estos años su marxismo avanzó en posicionamientos nodales. La experiencia rusa, el ascenso de masas y la creciente polarización social lo empujaron de manera vertiginosa a una praxis signada por la inmediatez de los acontecimientos. Gramsci asume tempranamente en "La revolución contra el Capital", publicado ya en diciembre de 1917 en el periódico del PSI, Avanti!, un antietapismo y antidogmatismo que serán, como veremos más adelante, premisa indispensable de sus reflexiones en torno a la revolución pasiva como proceso de unificación estatal inacabado y en torno también a la dinámica de construcción de la hegemonía proletaria, tanto en términos generales como específicos al caso italiano:

(...) La predicación socialista ha puesto al pueblo ruso en contacto con las experiencias de los demás proletariados. La predicación socialista permite vivir dramáticamente en un instante la historia del proletariado (...) ¿Por qué había de esperar que se renovase en Rusia la Historia de Inglaterra, que se formase en Rusia una burguesía, que se suscitara la lucha de clases y que llegara finalmente la catástrofe del mundo capitalista? El pueblo ruso ha pasado por todas esas experiencias con el pensamiento, aunque haya sido con el pensamiento de una minoría. Ha superado esas experiencias1.

La posibilidad de traducir la experiencia rusa a Italia en el contexto de la pujante movilización y autoorganización obrera de Turín se presentaba en Gramsci como tarea inobjetable y sin la necesidad

1 Antonio Gramsci, «La Revolución contra el Capital», Avanti!, 24 de noviembre de 1917: 3.

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

de muchas intermediaciones. Toda su praxis en esta época se centra en el desarrollo y fomento de los consejos de fábrica, entendidos estos como la traducción del soviet ruso. De hecho L'Ordine Nuovo (L'ON), fundado en mayo de 1919 por el grupo socialista turinés del que formaba parte, rápidamente asume la función y el programa político de la defensa de los consejos:

El Estado socialista existe ya potencialmente en las instituciones de vida social características de la clase obrera explotada. Relacionar esos institutos entre ellos (...) significa crear ya desde ahora una verdadera y propia democracia obrera en contraposición eficiente y activa con el Estado burgués, preparada ya desde ahora para sustituir al Estado burgués en todas sus funciones esenciales de gestión y de dominio del patrimonio nacional. (...) Ya desde hoy los obreros deberían proceder a elegir amplias asambleas de delegados, seleccionados entre los compañeros mejores y más conscientes, en torno a la consigna: "Todo el poder de la fábrica a los comités de fábrica", coordinada con esta otra: "Todo el poder del Estado a los consejos obreros y campesinos2.

Los enfrentamientos entre el movimiento consejista, los sindicatos, los industriales y el gobierno no tardaron en llegar. En sus puntos más álgidos, abril y septiembre de 1920, la huelga general se extendía por todo el Piamonte, Turín era sitiada por el ejército y las fábricas evacuadas a punta de ametralladora. Pero sin duda, lo que selló en gran medida la suerte de los consejos fue la posición adoptada por los líderes nacionales del PSI que rechazaban cualquier ensanchamiento del conflicto y no apoyaron al movimiento frente a los cuestionamientos de la mayoría de los oficiales sindicales. No mucho después de que cristalizara este posicionamiento del PSI, en 1921, Gramsci y Amadeo Bordiga serán los referentes de la escisión del ala revolucionaria del partido que fundarán el Partido Comunista de Italia (PCdI), vinculado a la Internacional Comunista (IC).

Luego de la derrota del movimiento obrero italiano, el contexto político y social se tornó cada vez más reaccionario. En respuesta al fermento social de los años precedentes las organizaciones más extremistas del combattentismo se volcaron de lleno a la violencia política. El squadrismo se expandió rápidamente al servicio de los productores agrícolas y muchas veces, como en las provincias de Alessandria, Pavía y Arezzo, requeridos y financiados directamente por las confederaciones agrarias, y con la indispensable complicidad del bloque liberal en el gobierno. En 1921 el fascismo fue incluido en el bloque liberal de cara a las elecciones parlamentarias de mayo, dejando en evidencia la complicidad del Estado y el rey. Fue, de hecho, el rey Víctor Manuel III quien decidió no oponer resistencia a la amenaza de golpe de estado del fascismo, encarnada en la Marcha sobre Roma en octubre de 1922, y ofreció en cambio a Mussolini el puesto de Primer Ministro. El fascismo había llegado, tan solo en dos años, al poder.

Durante el periodo que va de 1923 a 1926, el régimen fascista llevó adelante la transformación del partido y la neutralización de la oposición. El fascismo combinó la integración parlamentaria de otros movimientos, como los nacionalistas y los católicos, con la persistente violencia escuadrista contra el movimiento obrero, el PCdI, y las concejalías y ayuntamientos vinculados a los partidos de izquierda.

2 Antonio Gramsci, «Democracia obrera», L'Ordine Novo, 21 de junio de 1919: 1-2.

La dirección del PCdI, con la línea política de Bordiga como dominante, adoleció desde temprano de un infantilismo de izquierda3 que le valió efusivas amonestaciones y críticas por parte de Lenin, lo cual no logró impedir sin embargo que se hiciera naufragar la estrategia del frente único en Italia. Este menosprecio de la importancia estratégica de las cambiantes relaciones entre las clases y sus fracciones impactó en las sucesivas lecturas del fascismo que se fue planteando y en la forma de lucha que fue adoptando. La subestimación del fascismo como un fenómeno pasajero en principio, explicaba el ascenso de Mussolini como una "crisis ministerial" (Terracini) o, como señalaría más tarde el propio Bordiga en el acuerdo sobre el fascismo en el V Congreso de la IC, como "un cambio del personal gubernamental de la burguesía"4. Dentro del PCdI prevaleció aquella línea general del bordiguismo, a pesar de los análisis disidentes de Gramsci, que ya en 1921 tienen la lucidez de señalar la base social pequeñoburguesa del fascismo, a este como expresión de una tensión dentro de la clase burguesa y el rol en ello del gran capital5. Desde 1923 en adelante, la oposición a la dirección bordiguista por parte del grupo de L'ON, con el liderazgo de Gramsci y Togliatti, en el contexto de una ola de violencia fascista que empuja a la emigración y desintegración de los organismos del partido, abre una crisis dirigencial. Ésta se resolverá recién luego de enconados debates, en el Congreso de Lyon de 1926, donde el grupo de L'ON obtendrá la amplia mayoría y donde Gramsci marcará, con precisión y claridad, el camino del frente único antifascista y anticapitalista en las Tesis de Lyon.

Es muy claro para Gramsci que la etapa de ascenso y fervor revolucionario de las masas populares ha terminado y que la clase obrera italiana en este periodo se encuentra a la defensiva ante el avance del fascismo y la complicidad del régimen liberal. Aquella voluntad de traducir la experiencia rusa a Italia no ha caducado, pero el sentido de desarrollo de la realidad social sí, el gran capital ha pasado a la ofensiva y la nueva coyuntura habilita y requiere una reflexión analítica menos inmediatista. El propio Gramsci lo expresa así en 1924:

Nuestro actual programa tiene que reproducir en la situación hoy existente en Italia la posición adoptada en los años 1919-1920. Tiene que reflejar la situación objetiva de hoy, con las posibilidades que se ofrecen al proletariado para una acción autónoma, de clase independiente; tiene que continuar, con los términos políticos actuales, la tradición de intérprete fiel e integral del programa de la Internacional comunista. El problema urgente, la consigna necesaria hoy es la del gobierno obrero y campesino. Se trata de popularizarla, de adecuarla a las condiciones concretas italianas (.)6.

La otra gran inquietud que comienza a profundizarse y que será central de la reflexión gramsciana es la de cómo construir la hegemonía del proletariado. En esta etapa la actividad de Gramsci se va a centrar en las necesidades de construcción del partido, organización, disciplina y dirigencia, y en la disputa con la dirección bordiguista. La defensa de la táctica del frente único pondrá en el centro de la escena la problemática del campesinado que en Italia asume la forma histórica concreta de la "cuestión meridional". No queremos decir con esto que no se encuentre en el Gramsci precedente una

3 Expresión crítica acuñada por Lenin para referirse a la práctica partidaria de rechazar la participación política en los espacios legales del régimen parlamentario por su carácter burgués. En el caso del bordiguismo véanse las Tesis de Roma de 1922.

4 Nico Poulantzas, Fascismo y dictadura, (Buenos Aires: Ed. Siglo XXI, 2016), 75.

5 Antonio Gramsci, 1921. «El pueblo de los simios», L 'Ordine Novo, 2 de enero de 1921: I (2).

6 Antonio Gramsci, «El programa de L Ordine Novo», L 'Ordine Novo, 1 a 15 de abril de 1924: 2.

concepción clara sobre el rol del campesinado en la lucha anticapitalista, textos de L'ON de 1920 como "Obreros y campesinos"7 o "Por el Congreso de los consejos de fábrica. A los obreros y campesinos de toda Italia"8, establecen con claridad la necesidad de una alianza obrero — campesina dirigida por el proletariado. Tampoco queremos sugerir que Gramsci no tuviera una conciencia clara de la "cuestión meridional", como sureño emigrado al norte, experimentó de forma directa sin duda no solo la profunda brecha que separa las organizaciones socio-económicas septentrional y meridional, sino también los prejuicios construidos desde ambas geografías. Pero es en esta etapa de avance del capital que sus elaboraciones sobre estas problemáticas cobran una relevancia decisiva para la praxis revolucionaria y ganan en profundidad analítica. Es esta la línea de pensamiento y de indagación que lleva de forma directa a las posteriores elaboraciones en torno al Risorgimento como revolución pasiva.

Ya en 1923 Gramsci pone de manifiesto la especificidad que tiene en Italia la cuestión campesina:

(...) creo que después de la decisión del Ejecutivo Ampliado [de la internacional Comunista] sobre el gobierno obrero y campesino, nosotros debemos dar una importancia especial a la cuestión meridional, es decir a la cuestión en la cual el problema de las relaciones entre obreros y campesinos se plantea no sólo como un problema de relación de clases, sino también y especialmente como un problema territorial, es decir como uno de los aspectos de la cuestión nacional9.

Será sin embargo en 1926 cuando las reflexiones de Gramsci en torno a la "cuestión meridional" cobren toda su centralidad. Es posible identificar en "La situación italiana y las tareas del PCI" (o Tesis de Lyon) y en "Algunos temas sobre la cuestión meridional"10, todos los elementos e inquietudes que serán la argamasa de sus análisis carcelarios sobre la revolución pasiva. La debilidad del capitalismo italiano, la problemática de la unidad nacional, el sistema de compromisos que se establece entre la burguesía industrial y los grandes terratenientes, y en el que se sostiene el débil Estado italiano, el rol de la pequeña burguesía urbana y de los intelectuales del bloque agrario, la relación de explotación colonial del norte sobre el sur y la paupérrima situación de la mayor parte del campesinado, todos estos elementos aparecen en los textos mencionados. No nos interesa aquí desarrollarlos en profundidad porque reaparecerán en el apartado siguiente en el análisis de los Cuadernos. Lo que consideramos relevante de este breve recorrido que proponemos lleva al desarrollo del concepto de revolución pasiva es su valor interpretativo. El Gramsci de los Cuadernos, aislado del partido y de la actividad política a la que había dedicado la mayor parte de su vida, impedido de continuar con su praxis revolucionaria, no se abandona a un teoricismo intelectual, ni muchos menos académico. No desarrolla conceptos y/o teorías sublimadas, sino que, una vez más, adapta su praxis a su contexto histórico y a las condiciones que le toca vivir. Los textos que mencionamos expresan algunas de las inquietudes que lo dominaban

7 Antonio Gramsci, «Obreros y campesino», L'Ordine Novo, (03 de enero de 1920): 2.

8 Antonio Gramsci, «Por el Congreso de los consejos de fábrica», L'Ordine Novo (27 de marzo de 1920): 1.

9 Antonio Gramsci, «Carta al CE del PCdI» (1923), acceso el 12 de mayo de 2022, en: http://www.gramsci.org.ar/

10 Manuscrito inacabado que Gramsci estaba escribiendo al momento de su arresto por las autoridades fascistas, fue encontrado en su hogar y publicado en 1930 en París.

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

en 1926, esto es, justo antes de ser encarcelado, e ilustran por qué Gramsci reflexiona sobre estas problemáticas y creemos también explican por qué les dará continuidad en lo que resta de su vida.

El rechazo al etapismo que encontramos tan tempranamente en Gramsci continúa siendo la premisa de su análisis:

El proletariado tiene en Italia una importancia superior a la que posee en otros países europeos, incluso en los de un capitalismo más avanzado, y es sólo comparable a la que tenía en Rusia antes de la revolución. Esto se debe sobre todo al hecho de que, en virtud de la escasez de materias primas, la industria se apoya preferentemente en la mano de obra (trabajadores especializados) y en segundo lugar a la heterogeneidad y los conflictos de intereses que debilitan a la clase dirigente. Frente a esta heterogeneidad, el proletariado se presenta como el único elemento que, por su propia naturaleza, tiene una función unificadora y coordinadora de toda la sociedad. Su programa de clase es el único programa "unitario", es decir, el único cuya realización no conduce al ahondamiento de los conflictos entre los diversos elementos de la economía y de la sociedad y no entraña una amenaza para la unidad del estado. Junto al proletariado industrial existe, además, una gran masa de proletarios agrícolas, concentrada sobre todo en el valle del Po, muy propensa a recibir la influencia de los obreros de la industria y, por tanto, fácilmente movilizable en la lucha contra el capitalismo y el estado. El caso de Italia constituye una confirmación de la tesis de que las condiciones más favorables para la revolución proletaria no se encuentran necesariamente siempre en los países donde el capitalismo y el industrialismo han llegado a su más alto grado de desarrollo, sino que pueden existir en cambio allí donde el tejido del sistema capitalista ofrece menor resistencia, por sus debilidades estructurales, al embate de la clase revolucionaria y de sus aliados11.

De esta premisa se desprende que las problemáticas de la unificación nacional inacabada, son no solo la matriz de las problemáticas socio-económicas que configuran la estructura social italiana sobre las que hay que intervenir, sino que también se convierten en tarea programática del movimiento obrero y en condición de la construcción de su hegemonía:

En el campo proletario los comunistas turineses han tenido un "mérito" indiscutible: haber planteado la cuestión meridional ante la atención de la vanguardia obrera, presentándola como uno de los problemas esenciales de la política nacional del proletariado revolucionario. En este sentido han contribuido prácticamente a sacar la cuestión meridional de su fase indistinta, intelectualista, llamada "concretista", para hacerla entrar en una fase nueva.

11 Antonio Gramsci, «La situación italiana y las tareas del P.C.I.» (1926), acceso el 12 de mayo de 2022, en https: / /www.marxists.org/espanol/gramsci/tareas.htm: 5.

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

El obrero revolucionario de Turín y Milán resultaba ser el protagonista de la cuestión meridional (...).

(...) El proletariado puede convertirse en clase dirigente y dominante en la medida en que consigue crear un sistema de alianzas de clase que le permita movilizar contra el capitalismo y el Estado burgués la mayoría de la población trabajadora, lo que significa en Italia dadas las reales relaciones de clase existentes, en la medida en que consigue obtener el consenso de las amplias masas campesinas. Pero la cuestión campesina está en Italia históricamente determinada, no es la "cuestión campesina y agraria en general"; en Italia la cuestión campesina tiene, por la determinada tradición italiana, por el determinado desarrollo de la historia italiana, dos formas típicas y peculiares: la cuestión meridional y la cuestión vaticana. Conquistar la mayoría de las masas campesinas significa, por tanto, para el proletariado italiano, dominar esas dos cuestiones desde el punto de vista social, comprender las exigencias de la clase que representan, incorporar esas exigencias a su programa revolucionario de transición, plantear esas exigencias entre sus reivindicaciones de lucha12.

El Risorgimento como revolución pasiva

Para comprender la cuestión campesina en la forma histórica específica en que se desarrolla en Italia, Gramsci analiza, a lo largo de los Cuadernos, la "cuestión meridional" y la "cuestión vaticana". Ambas problemáticas encuentran sus factores determinantes en la historia italiana y europea anterior al Risorgimento, pero es este proceso particular de unificación estatal el que falla en trascenderlas y acaba articulando su forma en derredor de esas problemáticas irresueltas. El concepto de revolución pasiva aparece entonces refiriendo la dinámica específica de la introducción por parte de los grupos dominantes de cambios estructurales limitados, sin revolución, sin intervención de las masas populares. Veamos brevemente el análisis de Gramsci para el caso italiano.

Los dos aspectos fundamentales de la especificidad del caso italiano, la "cuestión meridional" y la "cuestión vaticana", son analizados en reiteradas instancias a lo largo de los Cuadernos. La cuestión meridional se remonta a la peculiaridad con que se presenta en Italia la relación ciudad-campo, peculiaridad que deviene del carácter que desarrollaron las comunas medievales:

El aparato monárquico (...) permitió a la burguesía francesa desarrollar más que la completa autonomía económica alcanzada por la burguesía italiana, que sin embargo fue incapaz de salir del terreno toscamente corporativo y de crearse una civilización estatal integral propia. (Hay que observar cómo las Comunas italianas, reivindicando los derechos feudales del conde sobre el territorio circundante de la diputación, y habiéndoselos incorporado, se convirtieron en un elemento feudal, con el poder ejercido por un comité corporativo en vez de por el conde)13.

12 Antonio Gramsci, Algunos temas sobre la cuestión meridional,, (Buenos Aires: Quadrata Editor, 2002), 77.

13 Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcelvol.2, (Distrito Federal: Ediciones Era, 1999), 333 (C5§123).

Este carácter feudal que desarrolla la burguesía comunal sienta las bases del atraso italiano, tanto en términos políticos como económicos:

(...) la pequeña y mediana propiedad agrícola no está en manos de campesinos cultivadores, sino de burgueses de los poblachones o aldeas (...), o sea un estrato de la población económicamente pasiva que del trabajo primitivo de un número determinado de campesinos extrae no solo su propio sustento, sino que además consigue ahorrar: modo de acumulación de capital de los más monstruosos y malsanos porque se basa en la inocua explotación usuraria de los campesinos mantenidos al borde de la desnutrición y (...) porque al poco capital ahorrado corresponde un gasto inaudito14.

En consecuencia, el desarrollo urbano se configura en toda su peculiaridad y así también lo hace la relación con el campo:

En Italia el urbanismo no es sólo, y ni siquiera "especialmente' un fenómeno de desarrollo capitalista y de la gran industria. Sin embargo, también en estas ciudades, de tipo medieval, existen fuertes núcleos de población del tipo urbano moderno; pero ¿cuál es su posición relativa? Se hallan sumergidos, apretados, aplastados por la otra parte, que no es de tipo moderno y es la inmensa mayoría (...)

En este tipo de ciudad existe, entre todos los grupos sociales, una unidad ideológica urbana contra el campo, (...) un frente único implícito contra las reivindicaciones del campo que, de realizarse, harían imposible la existencia de ese tipo de ciudad15.

De este modo, una vez que el territorio italiano se encontraba bajo dominación extranjera y que la Revolución Francesa había dado a toda Europa el empuje hacia la formación de los Estados modernos (jacobinismo y Restauración mediante), en Italia el proceso de unificación nacional se dio sin participación de las clases populares. Por un lado, las ciudades industriales del norte acaudilladas por los sectores políticos conservadores encontraron en el Estado piamontés la vía ideal para sacudirse la dominación austríaca sin la temida activación del elemento popular. Por esta razón el programa político de los moderados16 y del rey de Cerdeña-Piamonte se configura más como el de una expansión territorial sobre el norte de la península que como el de una unificación nacional. De hecho, la expulsión de Austria se concreta con la ayuda de Francia antes que con la integración de las masas campesinas. Por otro lado, la heterogeneidad de las ciudades y los sectores urbanos, producto de la ya

14 Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcelvol.6, (Distrito Federal: Ediciones Era, 2000), 64 (C22§2).

15 Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel vol.5, (Distrito Federal: Ediciones Era, 1999): 407-408 (C19§26).

16 Hoy llamada "Derecha histórica", es el movimiento impulsado por los terratenientes, profesionales e intelectuales italianos que dotaron al nacionalismo conservador de una forma en principio retórica, vinculada al "nacionalismo cultural" humanista del Renacimiento, y luego política, expresada en programas nacionales conservadores como los de Massimo D'Azeglio o Vicenzo Gioberti que visualizaban una unificación de iniciativa monárquica.

analizada debilidad de la burguesía italiana, configuraba en toda su complejidad el problema nacional a resolver:

(...) En el Risorgimento, además, se manifiesta ya, embrionariamente, la relación histórica entre Norte y Sur como una relación similar a la de una gran ciudad y un gran campo: siendo esta relación no ya la orgánica normal de provincia y capital industrial, sino la que se da entre dos vastos territorios de tradición civil y cultural muy distinta, se acentúan los aspectos y los elementos de un conflicto de nacionalidad.

(. ) las fuerzas urbanas del Norte estaban netamente a la cabeza de su sección nacional, mientras que, para las fuerzas urbanas del Sur, ese no era el caso, por lo menos en igual medida. Las fuerzas urbanas del Norte, por lo tanto, debían obtener de las del Sur que su función directiva se limitase a asegurar la dirección del Norte con respecto al Sur en la relación general de ciudad-campo, o sea que la función directiva de las fuerzas urbanas del Sur no podía ser más que un momento subordinado de la más vasta función directiva del Norte17.

En este punto Gramsci está analizando justamente lo que sería la raíz de la composición pasiva del conflicto que se da el Risorgimento. Al no integrarse a las masas campesinas en el proceso de construcción del nuevo Estado, de la nueva unidad nacional, tampoco puede propiciarse la unidad de todas las fuerzas urbanas y la problemática del atraso relativo del sur queda irresuelta, las relaciones sociales fundamentales quedan intactas. La endeble nueva unidad queda configurada entonces en programas políticos que refuerzan la economía y hegemonía del Norte, reduciendo al Me%zzpgiorno a un mercado de ventas semicolonial. A su vez "La falta de planteamiento de la cuestión agraria llevaba a la casi imposibilidad de resolver la cuestión del clericalismo y de la posición antiunitaria del Papa"18.

Ahora bien, estos elementos de espacialidad y de atraso relativo también son objeto de análisis por parte de Gramsci en términos histórico - políticos y de construcción hegemónica. La composición pasiva de los conflictos en el Risorgimento fue posible porque el grupo dirigente, en este caso, el de los moderados, liderado por Camillo Benso Cavour, representaba a un grupo social relativamente homogéneo y desarrolló un programa concreto. Los moderados, señala Gramsci, "(.••) eran intelectuales "condensados' (...) eran una vanguardia real, orgánica de las clases altas, porque ellos mismos pertenecían económicamente a las clases altas"19. En virtud de esta organicidad los moderados ejercían una atracción "espontánea" sobre toda la masa de intelectuales existentes en la península "(.••) en estado "difuso', "molecular', por las necesidades, aunque fuese elementalmente satisfechas, de la instrucción y de la administración"20. Por el contrario, el Partido Acción21, que se proponía la unificación de iniciativa popular, no se apoyaba específicamente en ninguna clase histórica, carecía de

17 Gramsci, Cuadernos de la cárcel, 5: 413 (C19§26).

18 lbMem: 415 (C19§26).

19 Gramsci, Cuadernos de la cárcel,, 5: 388 (C19§24).

20 lbMem: 388 (C19§24).

21 Movimiento político inspirado en el pensamiento de Giuseppe Mazzini, quien, influido por las ideas del romanticismo en su vertiente democrática, fundó a mediados de 1830 la Joven Italia, sociedad secreta destinada a la causa de la unificación de una república italiana construida por el pueblo. Uno de los mayores exponentes de este movimiento fue Giuseppe Garibaldi.

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

un programa concreto de gobierno y en última instancia sus órganos de dirección oscilaban según los intereses de los moderados. En términos de construcción hegemónica:

Para que el Partido de Acción se hubiese convertido en una fuerza autónoma y, en último análisis, hubiese logrado por lo menos imprimir al movimiento del Risorgimento un carácter más marcadamente popular y democrático (...) habría debido contraponer a la actividad "empírica' de los moderados (...) un programa orgánico de gobierno que reflejara las reivindicaciones esenciales de las masas populares, en primer lugar de los campesinos: a la "atracción espontánea' ejercida por los moderados habría debido contraponer una resistencia y una contraofensiva "organizadas' según un plan.22

En este y otros parágrafos Gramsci analiza en profundidad cómo operan sobre el movimiento mazziniano varios condicionantes que dificultan la construcción hegemónica de una alternativa de base más popular. El clima post-1815, reaccionario frente a la activación de las masas y la actitud paternalista del Partido de Acción son algunos de ellos, pero el factor más condicionante se encontraría en la debilidad de la burguesía italiana inserta en una lógica internacional que en términos de Trotsky podríamos referir como de "desarrollo desigual y combinado":

(...) cuando el impulso del progreso no va estrechamente ligado a un vasto desarrollo económico local que es artificialmente limitado y reprimido, sino que es el reflejo del desarrollo internacional que manda a la periferia sus corrientes ideológicas, nacidas sobre la base del desarrollo productivo de los países más avanzados, entonces el grupo portador de las nuevas ideas no es el grupo económico, sino la capa de los intelectuales, y la concepción del Estado de la que se hace propaganda cambia de aspecto: este es concebido como una cosa en sí, como un absoluto racional23.

Lo cierto es que el Partido de Acción continuó siendo dirigido indirectamente por los moderados incluso después de expulsados los austríacos y concretada la unificación. Y es que, señala Gramsci: (...) la supremacía de un grupo social se manifiesta de dos modos, como "dominio' y como "dirección intelectual y moral'. Un grupo social es dominante de los grupos adversarios que tiende a "liquidar' o a someter incluso con la fuerza armada y es dirigente de los grupos afines y aliados. (...) el llamado "transformismo' no fue sino la expresión parlamentaria de esta acción hegemónica intelectual, moral y política24.

Gramsci va a reflexionar sobre el fenómeno del "transformismo" en reiteradas ocasiones. Como proceso de elaboración de una clase dirigente cada vez más numerosa dentro de los cuadros

22 Gramsci, Cuadernos de la cárcel,, 5: 389 (C19§24).

23 Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcelvol.4, (Distrito Federal: Ediciones Era, 1986), 233 (C10§61).

24 Gramsci, Cuadernos de la cárcel,, 5: 387 (C19§24).

establecidos por los moderados, se trata de la absorción gradual pero continua, a través de métodos diversos, de los elementos activos surgidos de los grupos aliados e incluso de los adversarios. Señala que "En este sentido, la dirección política se convirtió en un aspecto de la función de dominio, en cuanto que la absorción de las elites de los grupos enemigos conduce a la decapitación de éstos y a su aniquilamiento durante un periodo a menudo muy largo"25. Y de hecho fue esta eficacia en la dirección la que hizo posible el Risorgimento en las formas y los límites que se dio, sin el elemento jacobino, como "revolución sin revolución" o "revolución pasiva".

Esta reflexión de largo aliento en la que se embarca Gramsci en su etapa carcelaria, busca desagregar a partir del análisis histórico concreto, por un lado, las relaciones de fuerza sobre las que se fue constituyendo el dominio y dirección de la burguesía italiana que acaba dotándose de un Estado débil e inacabado; por el otro, busca desagregar los elementos que participan del proceso de construcción de un proyecto hegemónico y su ponderación en términos de la interacción de dinámicas de resolución pasiva o activa de los conflictos propios de la formación social en la que actúa. Se sigue de hecho en los Cuadernos en múltiples apartados el análisis de las dinámicas e interacciones entre los grupos dominantes y los subalternos, las mecánicas de dominio y dirección de los primeros, y las dificultades de desarrollo autónomo que deben afrontar los segundos26. Las inquietudes respecto de la construcción de una hegemonía proletaria y de las intermediaciones de una eventual traducción de la experiencia rusa en occidente alcanzan en el Gramsci encarcelado nuevas profundidades analíticas.

La revolución pasiva más allá del Risorgimento y de Gramsci

La indagación de Gramsci en la dialéctica revolución-restauración busca, según Adam Morton, "(...) capturar la modificación de las relaciones sociales en las que las nuevas fuerzas eficientes de las clases sociales surgen efectivamente para desarrollar y ejercer transformaciones "moleculares" en el locus del poder para combinar elementos de revolución-restauración"27. De hecho, Gramsci observa que este principio de "revolución sin revolución" en la construcción del Estado moderno es aplicable al surgimiento o modernización de otras formaciones estatales además de la italiana28. También ensaya el análisis de las transformaciones introducidas en Italia por el fascismo en estos términos cuando señala:

(...) se tendría una revolución pasiva en el hecho de que por la intervención legislativa del Estado y a través de la organización corporativa, en la estructura económica del país serían introducidas modificaciones más o menos profundas para acentuar el elemento "plan de producción", esto es, sería acentuada la socialización y cooperación de la producción sin por ello tocar (o limitándose solo a regular y controlar) la apropiación individual y de grupo de las ganancias. En el cuadro concreto de las relaciones sociales italianas, ésta podría ser la única solución para desarrollar las fuerzas productivas de la industria bajo la dirección de las clases dirigentes

25 Ibídem: 387, C19§24.

26 Entre los más relevantes para las temáticas que venimos desarrollando: C3§48, C25§5,C25§2.

27 Adam D. Morton, «Viajando con Gramsci: la espacialidad de la revolución pasiva», en Horizontes Gramscianos. Estudios en torno al pensamiento de Gramsci, coordinado por Massimo Modonesi, (México: Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, UNAM, 2013),109.

28 Gramsci, Cuadernos de la cárcel,, 2: 216-217 (C4 §57).

iНе можете найти то, что вам нужно? Попробуйте сервис подбора литературы.

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

tradicionales, en competencia con las más avanzadas formaciones industriales de países que monopolizan materias primas y que han acumulado capitales imponentes29.

En esta propuesta Gramsci se desplaza más allá del análisis de los procesos de formación estatal, se avoca al análisis del desarrollo de la formación social ya estatizada, pero sosteniendo las coordenadas fundamentales que el concepto de revolución pasiva venía a ponderar. Por un lado, la dinámica revolución-restauración, es decir, la introducción de cambios estructurales sin transformaciones revolucionarias y sin participación del elemento popular. Por el otro, la influencia del sistema inter-estatal, el desarrollo desigual del capitalismo, su espacialidad irregular. Estas coordenadas que parecen orientar una indagación que hace pivote en el principio de revolución pasiva reaparecen a su vez en el análisis del americanismo-fordismo, como veremos a continuación. Sucede que este principio que denota la capacidad de la burguesía, aun cuando ya ha perdido su carácter revolucionario, de introducir cambios socio-económicos en la formación social mientras incorpora a la vez que restringe las demandas de los sectores subalternos, articulando una composición pasiva de los conflictos, llevó a Gramsci a reflexionar sobre la posibilidad de identificar en otros procesos este principio y de preguntarse si podía en definitiva tratarse del proyecto hegemónico de la burguesía para todo un periodo histórico. La respuesta a esta pregunta queda abierta a la reflexión en la medida en que no se corresponde en los Cuadernos con una elaboración liminar. Distintos autores han perseguido esta avenida de reflexión con distintos resultados. Lo cierto es que como criterio de interpretación general permite un acercamiento crítico a ciertos procesos temporal y geográficamente muy divergentes que comparten sin embargo el carácter de "reacción burguesa" frente a la movilización o activación de los sectores subalternos. Esto ha implicado que desde su reconocimiento como elemento fundamental de la obra de Gramsci en la segunda mitad de los años setenta hasta la actualidad se lo continúe explorando en busca de claves que ayuden a comprender no solo los procesos de formación y transformación estatal sino también diversos procesos sociopolíticos de pérdida de protagonismo del movimiento obrero y de reflujo de los movimientos de masas. Una revisión exhaustiva de estas exploraciones y de los usos del concepto exceden por mucho los límites de este trabajo, nos interesa más bien analizar, a la luz del recorrido precedente, la relación entre los elementos que son tomados como centrales en las distintas claves de lectura desde las que se aborda contemporáneamente el concepto y lo que esto implica en términos de los cánones de uso.

Un primer conjunto de trabajos que profundizan de manera interesante en la espacialidad de la elaboración de Gramsci construyen su clave de lectura del concepto de revolución pasiva a partir de la centralidad del análisis gramsciano del rol del Estado y el sistema inter-estatal. Las coordenadas más relevantes de esta dimensión analítica datan en el ámbito latinoamericano de la segunda mitad de los años ochenta. Los trabajos de Javier Mena y Dora Kanoussi30 no solo establecieron la centralidad del concepto en el andamiaje teórico gramsciano, considerado el tema central en torno al cual se articula toda la obra del pensador sardo y las dimensiones más relevantes de su análisis, sino que también reconstruyeron los vínculos analíticos con la obra de Lenin. Es en gran medida en relación a estos últimos que se desarrolla el análisis de la revolución pasiva a partir de la centralidad del rol del Estado,

29 Gramsci, Cuadernos de la cárcel,, 4: 129 (C10I§9).

30 Javier Mena y Dora Kanoussi, La revolución pasiva: una lectura de los Cuadernos de la Cárcel,, (Puebla, Universidad Autónoma de Puebla: 1985); «Sobre el concepto de Revolución Pasiva» en Dialéctica, núm. 10, México, (1988): 97-129.

en tanto forma concreta que adopta el orden social burgués como resultado del proceso de modernización que hace avanzar al capitalismo en ausencia de "rasgos jacobinos". Sostienen los autores: "El estado como resultado del movimiento histórico-político y síntesis de la relación entre las clases, eje de toda la reflexión gramsciana, es también índice de las raíces leninistas de su pensamiento político para el que rige también la primacía de la política y la centralidad de la cuestión del estado en la teoría revolucionaria"31. El otro elemento que se configura como central en el concepto de revolución pasiva, las relaciones inter-estatales, deviene para los autores de esta relación no lineal entre una estructura débil y una superestructura que obedece, a través de los intelectuales encarnados en el Estado, a una tendencia universal. De este modo se vuelve central en la lectura la concepción de la revolución pasiva como la superación nacional de un proceso que es internacional.

Un trabajo más reciente que explora una clave de lectura alternativa dentro de estas coordenadas generales es del David Morton32. Este propone que la espacialidad de la revolución pasiva lejos de tratarse de una metáfora fue constitutiva de la "realidad" de las relaciones sociales espaciales y de las prácticas de poder estatal en Italia. Para Morton "(...) la situación de revolución pasiva refleja el condicionamiento geográfico e histórico real del Estado como una relación social dentro de un sistema inter-estatal. (...) En suma, revolución pasiva no era simplemente una metáfora espacial sino, más concretamente, una estrategia emergente de espacialización que estructuró y dio forma al poder estatal en Italia"33. Y más aún, en la extensión del principio de revolución pasiva a otros procesos históricos de formación estatal, Gramsci está capturando, señala Morton, la divergencia de estos en las condiciones de desarrollo desigual y combinado, ofreciendo en definitiva el reconocimiento tanto de la fragmentación interna de Europa en términos de una división este-oeste (en el análisis comparativo de la sociedad civil y política de Rusia y occidente) como de la comprensión de la estructuración norte-sur de la geografía (en el análisis de la "cuestión meridional" ya desarrollado), el territorio, el lugar y el espacio. Se trataría de un concepto que revela continuidades y cambios en el dominio político del capital.

En la lectura de Morton, las circunstancias geopolíticas de la revolución pasiva influyeron la comprensión espacial de Gramsci respecto de las transformaciones del capitalismo internacional y el desarrollo de la hegemonía norteamericana a principios del siglo XX. Morton enfatiza la espacialidad en las elaboraciones de Gramsci sobre el fordismo-americanismo como revolución pasiva. América, sostiene el pensador sardo, estaría introduciendo, con el peso implacable de su producción económica, transformaciones de las bases materiales de la civilización europea (fordismo). Estas transformaciones generan forzosamente la oposición de diversos sectores sociales, siendo la de los sectores subalternos, aquellos que deben ser "racionalizados" según los nuevos fines, la más determinante. En este sentido, "La adaptación a los nuevos métodos de producción y de trabajo no puede darse solo a través de la coacción social (...) La coerción, por consiguiente, debe ser sabiamente combinada con la persuasión y el consenso y esto puede obtenerse en las formas propias de la sociedad dada, mediante una mayor retribución que permita un determinado nivel de vida capaz de mantener y reintegrar las fuerzas desgastadas por el nuevo tipo de fatiga" 34. Morton enfatiza este vínculo señalado por Gramsci entre las características culturales del americanismo que se introducen en las sociedades europeas y los patrones emergentes de la producción fordista a los que están unidos intrínsecamente, que son los que marcaron

31 Mena y Kanoussi, «Sobre el concepto de Revolución Pasiva»: 115.

32 Morton, óp. Cit.

33 lbídem: 101.

34 Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel,, 6: 87 (Q22§13).

el carácter y el predominio de la geopolítica estadounidense. Entiende así que un aporte fundamental del análisis gramsciano en términos de revolución pasiva es la comprensión del constante cambio de la geografía y espacialidad del poder que surgió en el siglo XX. En este sentido la pregunta de Gramsci sobre si el americanismo puede constituir una "época" histórica de desarrollo gradual del tipo revolución pasiva35, anticiparía los rasgos estructurales del capitalismo del siglo XX.

Para Morton "Revolución pasiva es una expresión de la configuración y reconfiguración de la lucha de clases a través de la cohesión estructurada (o "solución espacial") del poder estatal en condiciones de desarrollo geográfico desigual y combinado". En este sentido, ante la problemática de trasladar el concepto a otras espacialidades y/o momentos históricos, Morton concluye que puede ensayarse sin degenerar en un universalismo simplista o una generalización totalizante. Esto es posible en tanto en el capitalismo existe una jerarquía de escalas que descansa sobre la inserción de distintos territorios y formaciones sociales en condiciones de desarrollo desigual. De aplicarse críticamente, el concepto de revolución pasiva concluye, puede revelar la especificidad de otras espacialidades como parte de la geografía desigual del poder estatal.

Un segundo conjunto de trabajos contemporáneos que abordan el concepto de revolución pasiva asignan un rol central al elemento de tensión dialéctica entre las dos tendencias o momentos del proceso concebido como "revolución-restauración". La combinación de elementos de conservación — innovación, restauración — renovación o preservación — transformación, asume un lugar central en estas claves de lectura. A su vez, habilitan, debido al análisis de esa tensión dialéctica, la exploración de las fronteras o cánones de uso del concepto a partir de la delimitación de esta dinámica para categorías diferenciadas pero que presentan cierta vecindad, como el cesarismo o la contrarreforma.

Desde esta perspectiva, Massimo Modonesi36 propone una hipótesis de lectura del concepto de revolución pasiva que traslada a un segundo plano el aspecto estructural de transformación socioeconómica (elemento de progreso) como definitorio del proceso, aspecto que como vimos es central en el conjunto de análisis precedente. Modonesi propone en cambio como criterio fundamental de los procesos de revolución pasiva los aspectos vinculados con las dinámicas de subjetivación política. En esta lectura subjetivista la pasividad, como elemento y factor de la subalternidad, adquiere centralidad en la configuración y alcance del concepto. El fundamento de esta lectura se encuentra en gran medida en el siguiente pasaje de los Cuadernos:

Tanto la «revolución-restauración» de Quinet como la «revolución pasiva» de Cuoco expresarían el hecho histórico de la falta de iniciativa popular unitaria en el desarrollo de la historia italiana, y el hecho de que el progreso tendría lugar como reacción de las clases dominantes al subversivismo esporádico e inorgánico de la masas populares como «restauraciones» que acogen cierta parte de las exigencias populares, o sea «restauraciones progresistas» o «revoluciones-restauraciones» o también «revoluciones pasivas»37.

Para Modonesi, aquí se expresa lo que Gramsci busca identificar, la combinación fundamental de dos tensiones, tendencia o momentos desiguales y dialécticos, cuya caracterización es ensayada de

35 Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel,, 6 (Q22§1).

36 Massimo Modonesi, «Revolución pasiva y subalternización» (2016), acceso el 12 de mayo de 2022, en https://rebelion.org/revolucion-pasiva-y-subalternizacion/

37 Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel vol. 3, (Distrito Federal: Ediciones Era, 1984), 231(C8§25).

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

diversas maneras (restauración y renovación, preservación y transformación, etc.). Si bien en estos binomios Modonesi ve más una serie de matices que una sinonimia, señala que en definitiva Gramsci conserva la denominación de revolución pasiva, en detrimento de las otras expresiones, porque expresa con mayor claridad el sentido de lo que quiere señalar. De este modo, sostiene que Gramsci:

Escoge la palabra revolución -con toda la carga polémica que implica la elección de dicho término y asumiendo una versión amplia, descriptiva y no político-ideológica del concepto- y el adjetivo pasiva, a fin de distinguir claramente esta específica modalidad de revolución, no caracterizada por un eficaz movimiento subversivo de las clases subalternas sino, por el contrario, como contra-movimiento de las clases dominantes que impulsa un conjunto de transformaciones objetivas que marcan una discontinuidad significativa y cambios importantes pero limitados y orientados estratégicamente a garantizar la estabilidad de las relaciones fundamentales de dominación38.

En este sentido la revolución pasiva es siempre un movimiento de reacción "desde arriba" e implica una acción previa "desde abajo" que es subordinada y subsumida en el proceso. Más aún, sostiene el autor, la pasividad no es solo descriptiva de la forma que adopta el proceso sino también prescriptiva en tanto proyecto reactivo de los grupos dominantes. Leer esa pasividad, propone Modonesi, a la luz de la caracterización que hace Gramsci de lo subalterno, permitiría, en función de esa primacía genealógica del principio antagonista y de la finalidad conservadora de la revolución pasiva, entenderla como "revolución subalternizante". Se trataría entonces de un proyecto o proceso de reconducción a la subalternidad o de re-subalternización.

Como podemos observar, en Modonesi la dialéctica entre lo activo y lo pasivo en la condición de subalterno está en el centro de la interpretación de los procesos de revolución pasiva. Considera que la pasividad, como tendencia relativa, está presente como causa del proceso y como consecuencia. Lo que Gramsci llama el "subversivismo esporádico e inorgánico de las masas populares"39, en tanto falta de acción autónoma, puede ser entendido como la presencia de cierto grado de pasividad (subalternidad) que impide la realización de una revolución activa pero que genera la reacción de los grupos dominantes. Éstos para evitar que las masas sean o sigan siendo activas, "acogen cierta parte de las exigencias populares"40 o, como señala Modonesi, generan un consenso "desde arriba" o "movilización controlada". Según este último, las concesiones sirven para producir pasividad y es este carácter el que sanciona el éxito político del proyecto-programa. La revolución pasiva se realizaría cuando logra desactivar y subalternizar.

Si bien esta interpretación es consistente con los procesos históricos puntuales que hemos analizado en los cuales Gramsci ensaya o desarrolla el concepto, es cierto que el sardo dedicó más atención al alcance y límites del carácter revolucionario que a las formas de pasivización. Modonesi fundamenta su hipótesis de lectura a partir de dos aspectos relevantes. Por un lado, el contexto de producción de la obra, la activación política de las masas luego de la Primera Guerra Mundial y su posterior reconducción a la pasividad relativa, encarnada en el fracaso de la expansión de la revolución

38 Modonesi, «Revolución pasiva y subalternización».

39 Gramsci, Cuadernos de la cárcel, 3: 321 (C8§25).

40 Ibídem.

socialista fuera de Rusia y la recomposición hegemónica de la burguesía en Occidente, marca el sentido de la reflexión de Gramsci hacia la subalternidad y la tensión existente en ella entre los aspectos activos y pasivos. Por el otro, destaca lo que es la constante en el conjunto de la obra de Gramsci, la reflexión en torno a la disminución de la distancia existente entre las clases subalternas y el poder, distancia que en Gramsci solo se puede cubrir con una construcción subjetiva de conciencia, en un proceso de activación de las masas. Este proceso parte necesariamente de la subalternidad, pasa por el antagonismo y la autonomía, y concurre en la hegemonía.

En otro trabajo de Modonesi sobre el concepto de revolución pasiva41 se aprecia aún más el énfasis interpretativo en las dinámicas de subjetivación política y se hace más evidente la contraposición con las claves de lectura que, como vimos, se centran en el aspecto estructural de transformación socioeconómica como elemento definitorio. Modonesi propone que, a partir de la noción de progreso en Gramsci, se puede distinguir entre revoluciones pasivas de distinta orientación. La distinción entre el sentido progresivo o regresivo de un proceso de reconfiguración de la dominación burguesa es, en realidad, introducido por Gramsci en relación al fenómeno del cesarismo. De acuerdo a la lectura de Modonesi "Todo cesarismo sería, por lo tanto, simultáneamente progresivo y regresivo —y en efecto Gramsci menciona de paso la posibilidad de formas «intermedias»—, aunque un elemento tendencialmente prevalezca y etiquete nominalmente al fenómeno"42.

Modonesi desarrolla la articulación entre los conceptos de revolución pasiva y cesarismo. Señala que, al igual que sucede con el transformismo que es introducido en el análisis del Risorgimento, el cesarismo es un fenómeno que puede operar viabilizando la revolución pasiva en tanto recurso posible que opera como solución vía una personalidad carismática a una situación de "empate catastrófico". Si bien se trata de categorías diferenciadas y de procesos no necesariamente convergentes, no todo cesarismo opera en el marco de una revolución pasiva y no toda revolución pasiva se instrumenta mediante el fenómeno del cesarismo, la profunda articulación entre ambas sostiene Modonesi, permite hacer extensiva aquella lógica dialéctica, reconocida por Gramsci entre lo progresivo y lo regresivo, del cesarismo a los procesos de revolución pasiva. De este modo se construye un canon de uso del concepto que, por un lado, delimita los procesos de revolución pasiva como aquellos de reconfiguración de la dominación burguesa que contienen los elementos de la tensión dialéctica entre lo progresivo y lo regresivo. En este sentido los fenómenos colindantes serían en términos de lo exclusivamente progresivo: la revolución activa; en términos de lo exclusivamente regresivo: la contrarreforma. Por otro lado, este canon de uso establece, en consecuencia, distintas combinaciones de elementos progresivos y regresivos, en las que unos u otros resultarán dominantes y marcarán la tendencia general del ciclo de transformaciones. Retomando el énfasis interpretativo en el aspecto de subjetivación política, que propone Modonesi como clave de lectura de toda la obra gramsciana, el criterio de lo progresivo y regresivo relega el aspecto estructural y se construye con relación a si se amplían las fuerzas políticas de las clases subalternas o si se pasivizan.

Otro análisis de los Cuadernos que indaga en el vínculo cesarismo - revolución pasiva como vía de aproximación a los escenarios históricos concretos susceptibles de ser analizados mediante esta doble lente es el de Francesca Antonini43. La autora reconstruye las afinidades formales y "de principio"

41 Modonesi, «Pasividad y subalternidad. Una relectura del concepto gramsciano de revolución pasiva» en La revolución pasiva. Una antología de estudiosgramscianos (Bellaterra Edicions, SCCL: 2022).

42 lbídem: 250.

43Francesca Antonini, «Revolución pasiva y cesarismo» en La revolución pasiva. Una antología de estudios gramscianos (Bellaterra Edicions, SCCL: 2022).

entre ambas categorías, en varios casos sustentadas también en los vínculos filológicos de los fragmentos que analiza. Entre las afinidades formales destaca, al igual que Modonesi, la tensión entre elementos progresivos y regresivos en las situaciones que describen ambos conceptos; la similitud entre la revolución pasiva como revolución "desde arriba" y el cesarismo como la dominación del cuadro político por parte de una figura carismática; la similitud en la base de ambos procesos, en la revolución pasiva "existe una fundamental «debilidad de los subalternos» y esta misma debilidad se encuentra también en el contexto de «equilibrio de fuerzas» que precede el ascenso de un «líder carismático»"44.

Más significativo aún, Antonini destaca que en la elaboración de ambos conceptos Gramsci parte de los principios esbozados por Marx en el prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política de 1859, lo cual revela no solo que pertenecen al mismo cuadro histórico-teórico sino a la misma raíz intelectual. Esta parcial "sobreposición" entre ambas categorías permite a la autora concluir que se trata de herramientas diferenciadas pero complementarias para el análisis de transformaciones político-sociales que se desarrollan en contextos de hegemonía incierta, de crisis.

Un tercer trabajo que consideramos también asigna un rol central al elemento de tensión dialéctica entre las dos tendencias o momentos del proceso de revolución pasiva concebido como "revolución-restauración" es el de Carlos Nelson Coutinho, La época neoliberal: ¿revolución pasiva o contrarreforma?45. Si bien en otros análisis del autor la tendencia interpretativa dominante es más bien la de una caracterización por la extrema derecha de los procesos de revolución pasiva contemporáneos, contemplando fenómenos dictatoriales o símil fascistas46 (lo cual constituye un objeto de debate al que nos referiremos más adelante), en el trabajo que aquí analizamos lo que se propone es, justamente, establecer como frontera al canon de uso del concepto, el elemento de restauración-conservación. Coutinho señala que procesos de transformación como los desatados por el neolibralismo no pueden ser considerados en términos de revolución pasiva, en tanto esta supone, según las elaboraciones de Gramsci, una dinámica de restauración que ha aceptado, sin embargo, parte de las exigencias populares. De este modo, junto con el predominio de las viejas clases se introducen modificaciones que abren el camino, a su vez, para nuevas modificaciones. Este proceso dialéctico, señala el autor, no se observa en el neoliberalismo en el cual predomina la conservación, e incluso la restauración. Para caracterizar al ciclo neoliberal Coutinho retoma de la obra de Gramsci un concepto menos desarrollado, el de contrarreforma. Inicialmente asociado en los Cuadernos al Concilio de Trento, luego se extiende su uso a otros fenómenos que comparten el carácter de "restauración" propiamente dicha. En estos, la dinámica entre lo "nuevo" y lo "viejo" se resuelve en un rotundo predominio de lo segundo. En este sentido, "Nos enfrentamos a un intento de suprimir radicalmente lo que, como hemos visto, Marx llamó «victorias de la economía política del trabajo» y, en consecuencia, a la restauración total de la economía política del capital. Es por eso que la noción de contrarreforma parece más adecuada para una descripción genérica de la época contemporánea"47

A partir de las dos coordenadas generales de lectura que hemos identificado hasta aquí se plantean ciertas problemáticas que cabe destacar, en tanto contribuyen a la definición de los cánones de uso del concepto de revolución pasiva. Una primer problemática, que podemos enmarcar dentro del conjunto de trabajos que abordan el concepto a partir del rol central de la tensión dialéctica

44 Ibídem: 320.

45 Carlos Nelson Coutinho, «La época neoliberal: ¿revolución pasiva o contrarreforma?» en La revolución pasiva. Una antología de estudiosgramscianos (Bellaterra Edicions, SCCL: 2022)

46 Carlos Nelson Coutinho, Gramsci Um estudo sobre seupensamentopolítico (Editora Campus: 1989), 126 y 127.

47 Coutinho, «La época neoliberal: ¿revolución pasiva o contrarreforma?»: 197.

"revolución-restauración", es tratada con especial atención por Modonesi48 y se vincula a las lecturas que, como la de Coutinho49, sobreextienden el momento o elemento de restauración (conservación — preservación). En estos casos la revolución pasiva es concebida como "dictadura sin hegemonía"50. Modonesi atribuye el uso repetido de esta asociación a la circulación que tuvo en el ámbito latinoamericano la tesis de Christine Buci-Glucksman en este sentido. La problemática que encuentra es que la tendencia a identificar el concepto con fenómenos dictatoriales diluye o hace desaparecer los elementos de consenso que considera son fundamentales para entender la revolución pasiva como una forma de guerra de posiciones, con vocación y práctica hegemónica, que contiene una componente progresista, combinada con otra regresiva. La expresión en cuestión se encuentra en Gramsci51, pero no como una definición general sino en referencia a una modalidad puntual y particular de revolución pasiva que él observa en el caso del Piamonte en el Risorgimento, donde el Estado actúa como clase y como aparato militar-burocrático mientras que la función dirigente queda subsumida a la dominación. Gramsci no expande esta fórmula más allá de ese caso específico y, desde el punto de vista de Modonesi, sería más riguroso en consecuencia no hacerlo tampoco, ya que en los casos en los que Gramsci sustenta la proyección del concepto a canon interpretativo (fascismo, americanismo-fordismo) no se expresa ese fenómeno. Desde nuestro punto de vista cabe agregar que en el caso específico del Risorgimento, con posterioridad a la unificación articulada como señala Gramsci a través de la "función Piamonte", sí se acaba planteando la problemática de la construcción hegemónica, de la necesaria generación de consenso, en el desarrollo posterior del fenómeno del "transformismo" que, para el caso, Gramsci identifica netamente como una de las formas históricas que adopta en Italia la revolución pasiva. En este sentido, aún como modalidad puntual que puede adoptar la revolución pasiva como proceso, debería abordarse el análisis de la conceptualización del fenómeno de manera diacrónica y dialéctica, no fragmentaria y liminal.

La segunda problemática que rescatamos, en términos de canon de uso del concepto de revolución pasiva, se relaciona con cierta preocupación que expresa Modonesi respecto del análisis de procesos bien divergentes en cuanto a su carácter progresivo o regresivo. Analiza particularmente la aplicación del concepto al desarrollo político estatal mexicano que practica Morton, cuya perspectiva hemos enmarcado ya en las coordenadas interpretativas que asignan centralidad al rol del Estado y al sistema inter-estatal. En este sentido, siendo que Gramsci mismo propone toda una variedad de matices que puede adoptar el proceso, parece que la preocupación de Modonesi se orienta más hacia la opacidad de ciertos análisis que parecen no dar cuenta suficiente de los pasajes que se operan en el tránsito del predominio de uno a otro perfil, pasajes que surgen de e impactan en la construcción hegemónica y sus mecanismos de reproducción.

Otra crítica a este ejercicio interpretativo de Morton sobre el proceso mexicano es la esgrimida por Alex Callinicos52, específicamente en lo que concierne al análisis en términos de revolución pasiva de la estrategia de acumulación neoliberal implementada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante las décadas de 1980 y 1990. Esta crítica nos parece particularmente relevante en tanto

48 Massimo Modonesi, «Revoluciones pasivas en América Latina. Una aproximación gramsciana a la caracterización de los gobiernos progresistas de inicio de siglo», en Horizontes Gramscianos. Estudios en torno al pensamiento de Gramsci, coordinado por Massimo Modonesi, (México: Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, UNAM, 2013), 209-236.

49 Coutinho, Gramsci Um estudo sobre seupensamentopolítico.

50 Ibídem: 126.

51 Gramsci, Cuadernos de la cárcel, 5: 233 (C15§59).

52 Alex Callinicos, «The Limits of passive revolution», en Capital & Class, num. 3 (2010)

consideramos que ilustra una problemática en los cánones de uso, propia de las claves de lectura que asignan centralidad al rol del Estado, en la que se relega como elemento definitorio del proceso la dialéctica "revolución — restauración". La "vigorosa antítesis", la amenaza de ruptura radical, aunque inorgánica o esporádica, está ausente en el origen del proceso, emerge, en todo caso señala Callinicos, en respuesta a la reestructuración capitalista. En este sentido, el señalamiento de Callinicos se emparenta con las objeciones esgrimidas por Coutinho en su análisis de la distinción entre revolución pasiva y contrarreforma.

El tercer conjunto de trabajos que analizamos articula sus claves de lectura en torno a coordenadas interpretativas de tipo estratégicas. En este sentido, indagan en la concepción de la revolución pasiva en los Cuadernos en tanto caracterización de los desafíos que enfrentan los intentos por desarrollar una revolución activa. El eje de lectura se articula entonces en torno a los intentos de Gramsci de reactualizar, en el contexto diferenciado del periodo de entreguerras, la consigna de la "revolución permanente" elaborada por Marx y Engels a finales de la década de 1840. Si bien esta perspectiva de análisis comparte ciertas claves de lectura con el segundo conjunto de trabajos que hemos visitado, énfasis en procesos de subjetivación política y análisis en términos estratégicos, se diferencia en la vía de acceso al concepto que otorga centralidad a otras problemáticas. Como veremos, se pone en debate la interpretación gramsciana de la revolución permanente y sus vínculos con las elaboraciones de Lenin y Trotsky.

En un extenso trabajo sobre los Cuadernos, Juan Dal Maso53, dedica un capítulo al análisis del concepto de revolución pasiva y sus vínculos con otras categorías del constructo gramsciano que considera indispensables para definir el sentido interpretativo de su lectura. Dal Maso destaca la importancia de las categorías de crisis orgánica54 y catarsis55, señala los puntos de contacto que presentan con el concepto de situación revolucionaria de Lenin y concluye en este sentido que es posible descartar en el pensamiento gramsciano la idea de estabilidad estructural y desarrollo progresivo del capitalismo en tanto está planteada la crisis de hegemonía, del Estado en su conjunto, como perspectiva cercana. En este sentido, señala el autor, parece más productivo teóricamente comprender la revolución pasiva como respuesta al fracaso de la revolución activa de las clases subalternas que como proceso de modernización del capitalismo. Esta perspectiva lo aleja de las coordenadas ensayadas por el primer conjunto de trabajos que hemos visitado y lo aproxima a las claves de lectura del segundo conjunto, sin embargo, el análisis continúa por una vía distinta.

Dal Maso analiza la concepción gramsciana de la reactualización de la revolución permanente en estrecha vinculación con la constitución de la clase obrera como clase hegemónica, en tanto eje importante de reflexión en su pensamiento, e identifica algunos puntos de contacto con Trotsky. Las duras críticas de Gramsci a la estrategia de la revolución permanente desarrollada por Trotsky han sido contextualizadas y relativizadas a partir de diversas circunstancias, dificultades de acceso a la información, censura y propaganda stalinista, por Emanuelle Sacarelli56. Algunas de estas circunstancias aparecen en el análisis de Dal Maso a modo explicativo, si bien el autor no deja de señalar a su vez diferencias contundentes entre ambos revolucionarios, concluye que el Lenin que Gramsci rescata en

53 Juan Dal Maso, "El marxismo de Gramsci: notas de lectura sobre los Cuadernos de la Cárcel" (Buenos Aires: Ediciones IPS, 2016).

54 A partir del análisis del C13 §23, citado en Dal Maso: 81.

55 A partir del análisis del C10 I §6, citado en Dal Maso: 82.

56 Emanuele Sacarelli, Gramsci and Trotsky in the shadow of stalinism: the political theory andpractice of opposition (New York, Routledge: 2008).

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

los Cuadernos, en tanto es quien efectivamente reactualiza en la práctica la consigna de Marx y Engels, en oposición a Trotsky, es en realidad el Lenin más cercano a la perspectiva trotskista, el de las Tesis de Abril?1. En la lectura de Dal Maso, el concepto de revolución pasiva en tanto tendencia opuesta a la revolución activa previene cualquier interpretación "antipermanentista" y demuestra que la temática de la hegemonía siempre permanece en relación con la de la revolución permanente.

Otro trabajo que se inscribe en coordenadas similares al de Dal Maso es el de Peter D. Thomas, que sin embargo propone una metodología de análisis alternativa y elabora una interpretación de la revolución permanente en Gramsci muy distinta. El análisis de Thomas parte de un abordaje que descarta lo que el autor considera presupuestos interpretativos implícitos en la mayoría de los abordajes sobre el concepto de revolución pasiva. En vez de comprender la categoría "narrativizándola" como medio para develar un sentido pretendido y preexistente, propone una lectura que se detenga en la especificidad y temporalidad de cada instancia de uso sin presuponer su unificación, originaria o eventual, en un concepto. A partir de la idea de la revolución pasiva como "fórmula heurística" de las investigaciones de Gramsci, Thomas reconstruye el uso del concepto en los Cuadernos a partir del análisis de tres fases en que se articula con las reflexiones sobre la revolución permanente.

Al igual que en el análisis de Dal Maso la concepción gramsciana de la revolución permanente es considerada aquí nodal ya que se articula con su investigación sobre la revolución pasiva y la sobredetermina. Sin embargo, Thomas considera que el énfasis en las polémicas con Trotsky y sus determinaciones contextuales, que buscan abrir un camino que rescate posibles afinidades entre ambos, tiende a obcecar "(...) el grado en que la crítica gramsciana de la concepción que tenía Trotsky de la revolución permanente, independientemente de si su distorsión era legítima o no, estaba acompañada de una manera distinta de comprender su significado en la formulación que hicieron Marx y Engels (...)". En este sentido el análisis de Thomas va a concluir que la interpretación gramsciana de la fórmula de Marx y Engels es más similar a la de Lenin que a la de Trotsky, en tanto la permanencia no refiere a un proceso ininterrumpido en el tiempo, sino a una autonomía organizacional y a la autoconstitución del movimiento de la clase obrera en tanto fuerza política, no solamente social. La complejidad del análisis pormenorizado que hace el autor de las distintas fases de exploración del concepto en los Cuadernos excede el espacio de esta breve reseña, cabe destacar que se sostiene como nodal la relación dialéctica entre revolución pasiva y permanente. En este sentido, respecto de los cánones de uso de la categoría de revolución pasiva, Thomas sostiene que su importancia como contribución a los debates estratégicos de su momento habilita su uso, como "fórmula heurística", en la búsqueda de «superación» de la revolución en permanencia en condiciones contemporáneas.

Conclusiones

Sin lugar a duda Gramsci es un autor que pide ser usado, la riqueza y la sagacidad de sus elaboraciones invitan a la reflexión y sus propuestas de aproximación metodológica, de criterios de indagación proponen las vías posibles, los accesos. Seguramente sea esto también lo que hace a su difusión y reconocimiento mundial, y lo que implicó necesariamente el desarrollo de interpretaciones múltiples y en muchos casos incompatibles de los temas centrales de su obra. Sin embargo, el ejercicio de interpretación de sus elaboraciones y de los usos que se le han dado, solo nos acerca más a conocer su vida y sus inquietudes, a indagar en aquellas preocupaciones que lo acompañaron y que, puede decirse,

57 Lenin, Las Tesis de Abril (Buenos Aires: Editorial Anteo: 1969), citado en Dal Maso: 85.

marcaron su vida. Hemos propuesto un recorrido muy breve por algunos momentos de su vida, siempre a través de su obra, para indagar en esas inquietudes, en las reflexiones que suscitaron y en su relación con los cambiantes contextos en que se desarrollaron. Identificamos dos de las inquietudes que se presentan constantes e intrínsecamente relacionadas, la voluntad de traducir la experiencia rusa y la necesidad de construcción de un proyecto hegemónico autónomo, inmanente a la clase obrera en su conciencia revolucionaria. Extremadamente consciente del contexto social de su praxis revolucionaria, Gramsci avanza en profundidad analítica conforme la sociedad en la que vive pasa de estar marcada por la activación de las masas y la disputa del proyecto hegemónico dominante, a estar marcada por la reacción burguesa, su reconstrucción hegemónica y la necesidad de revisión y reconstrucción del proyecto hegemónico proletario. La necesidad de una comprensión más profunda de los mecanismos de dominación, de las intermediaciones de la sociedad civil y política, de las cambiantes configuraciones del capitalismo y de los procesos de subjetivación política en todo ello son indisociables de la contemporaneidad de su acción, incluso en el aislamiento carcelario. Consideramos que si puede establecerse un canon de uso de las elaboraciones de Gramsci, este debe seguirse de estas inquietudes fundamentales alumbradas siempre por la luz de la praxis revolucionaria.

En el sentido planteado hasta aquí consideramos que la preocupación fundamental en torno al concepto de revolución pasiva deviene del antietapismo, el antieconomicismo y cierto anticatastrofismo que podemos encontrar en Gramsci. Respecto del antietapismo entendemos que aquellas tareas que la burguesía sea o haya sido incapaz de resolver en su desarrollo como clase dominante, en su encarnación estatal, en su construcción hegemónica son, antes que nada, las tareas del proletariado y en tanto tales deben ser objeto de reflexión y determinación programática. Vemos como indisociable del análisis del Risorgimento como revolución pasiva esta premisa, a través del estudio de la "cuestión meridional" Gramsci busca ponderar el desarrollo histórico sobre el cual debe constituirse el programa político proletario. En este sentido, el concepto de revolución pasiva se presenta de alguna manera como sugiere Morton, como herramienta analítica capaz de revelar la especificidad de espacialidades que son parte de la geografía desigual del poder estatal, a su vez inserto en condiciones de desarrollo desigual en la jerarquía de escalas del capitalismo. Pero simultáneamente cabe destacar que, confrontado por la capacidad de la burguesía de desarrollar mecanismos de reconstrucción hegemónica políticamente eficaces, Gramsci orienta sus reflexiones hacia lo subjetual, sin caer en un subjetivismo que algunas veces le ha sido atribuido, marca el tenor antieconomicista (posición asumida ya en su juventud) y en cierta medida anticatastrofista de sus indagaciones. En este sentido, creemos que, en el análisis de la revolución pasiva en el Risorgimento y su posterior extensión a canon interpretativo, lo que se presenta en toda su constancia es la preocupación por los mecanismos de construcción hegemónica y la dialéctica con la que se desarrollan los proyectos competitivos, es decir, la preocupación por la traducción de la experiencia rusa en términos de construcción de la hegemonía proletaria.

De lo precedente se desprende que los cánones de uso del concepto de revolución pasiva propuestos en los trabajos que asignan un rol central al elemento de tensión dialéctica entre "revolución-restauración" (Modonesi, Coutinho, Antonini) y aquellos que articulan sus claves de lectura en torno a coordenadas interpretativas de tipo estratégicas (Dal Maso, Thomas) son más próximos a las inquietudes que Gramsci despliega en el conjunto de su obra y orientan el análisis a dimensiones bien gramscianas de indagación. La capacidad de pasivización o re-subalternización de las masas; la dialéctica entre elementos pasivos y activos en los grupos subalternos; la dialéctica entre los elementos progresivos y regresivos de los procesos de tipo revolución pasiva; la revolución pasiva como contraposición dialéctica de la revolución activa, como vía de indagación para la actualización de

REVISTA IZQUIERDAS

Izquierdas, 51, octubre 2022:1-24

las estrategias de una revolución activa y de los debates sobre esta como revolución permanente en sus varias formulaciones estratégicas. Todos estos elementos que los autores han desarrollado desde las dos grandes coordenadas interpretativas que hemos puntualizado, encontrándose en ocasiones una franca oposición al interior de las mismas, encierran todas las preocupaciones fundamentales de Gramsci, todas las consideraciones programáticas de cualquier proyecto hegemónico y todas las tareas analíticas fundamentales de cualquier estrategia de dirección revolucionaria. Creemos que más allá del "filo analítico" y de la rigurosidad teórica del concepto, es fundamental también el que resulta consistente con la praxis gramsciana.

Referencias bibliográficas

Antonini, Francesca. «Revolución pasiva y cesarismo» en La revolución pasiva. Una antología de estudios gramscianos, coordinado por Massimo Modonesi, 317-328. Bellaterra Edicions, SCCL, 2022. Callinicos, Alex. «The Limits of passive revolution», en Capital & Class, núm. 3 (2010). Coutinho, Carlos Nelson. Gramsci Um estudo sobre seupensamentopolítico. Editora Campus, 1989.

- «La época neoliberal: ¿revolución pasiva o contrarreforma?» en La revolución pasiva. Una antología de estudios gramscianos, coordinado por Massimo Modonesi, 189200. Bellaterra Edicions, SCCL, 2022.

Dal Maso, Juan. El marxismo de Gramsci: notas de lectura sobre los Cuadernos de la Cárcel. Buenos Aires: Ediciones IPS, 2016.

Gramsci, Antonio. «Carta al CE del PCdl» (1923), acceso el 12 de mayo de 2022, en: http://www.gramsci.org.ar/

- «La situación italiana y las tareas del P.C.I.» (1926), acceso el 12 de mayo de 2022, en https:// www.marxists.org/espanol/gramsci/ tareas.htm:

- Algunos temas sobre la cuestión meridional. Buenos Aires: Quadrata Editor, 2002.

- Cuadernos de la cárcel. Vol.2. D.F., México: Ediciones Era, 1999.

- Cuadernos de la cárcel. Vol.3. D.F., México: Ediciones Era, 1984.

- Cuadernos de la cárcel. Vol.4. D.F., México: Ediciones Era, 1986.

- Cuadernos de la cárcel. Vol.5. D.F., México: Ediciones Era, 1999.

- Cuadernos de la cárcel. Vol.6. D.F., México: Ediciones Era, 2000.

Mena, Javier y Kanoussi, Dora. La revolución pasiva: una lectura de los Cuadernos de la Cárcel, Puebla: Universidad Autónoma de Puebla, 1985.

- «Sobre el concepto de Revolución Pasiva» en Dialéctica, núm. 10 (1988): 97-129.

Modonesi, Massimo. «Revoluciones pasivas en América Latina. Una aproximación gramsciana a la caracterización de los gobiernos progresistas de inicio de siglo», en Horizontes Gramscianos. Estudios en torno al pensamiento de Gramsci, coordinado por Massimo Modonesi, 209-236. México: Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, UNAM, 2013.

Modonesi, Massimo. Revolución pasiva y subalternización, (2016), acceso el 12 de mayo de 2022, en: https://rebelion.org/revolucion-pasiva-y-sub alternizacion/

Modonesi, «Pasividad y subalternidad. Una relectura del concepto gramsciano de revolución pasiva» en La revolución pasiva. Una antología de estudios gramscianos, coordinado por Massimo Modonesi, 231256. Bellaterra Edicions, SCCL, 2022.

Morton, David, A. «Viajando con Gramsci: la espacialidad de la revolución pasiva», en Horizontes Gramscianos. Estudios en torno al pensamiento de Gramsci, coordinado por Massimo Modonesi, 99126. México: Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, UNAM, 2013. Poulantzas, Nico. Fascismo y dictadura. Buenos Aires: Ed. Siglo XXI, 2016.

Sacarelli, Emanuele. Gramsci and Trotsky in the shadow of stalinism: the political theory and practice of opposition. New York: Routledge, 2008.

Thomas, Peter, D. «Las revoluciones de Gramsci: pasiva y permanente» en La revolución pasiva. Una antología de estudios gramscianos, coordinado por Massimo Modonesi, 281-316. Bellaterra Edicions, SCCL, 2022.

i Надоели баннеры? Вы всегда можете отключить рекламу.