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22Luis Thielemann, "Donde se mezcla la esquizofrenia con el crimen y el extremismo": Caracterización y crítica comunista a la izquierda rupturista en la coyuntura del asesinato de Pérez Zujovic (1971) Revista www.izquierdas.cl, ISSN 0718-5049, IDEA/USACH, Santiago de Chile,
número 16, agosto 2013, pp.156-167
"Donde se mezcla la esquizofrenia con el crimen y el extremismo": Caracterización y crítica comunista a la izquierda rupturista en la coyuntura del asesinato de Pérez Zujovic (1971)
"Where schizophrenia mixed with crime and extremism": Characterization and communist critique to the rupturist left at the juncture of the murder of Perez Zujovic (1971)
Luis Thielemann H*.
Resumen
Este breve artículo busca reconstruir los códigos discursivos, estratégicos e ideológicos de la posición Comunista respecto de la izquierda rupturista y las acciones subversivas. Para el caso se revisan las reacciones públicas e internas del Partido Comunista ante el asesinato de Edmundo Pérez Zujovic, ocurrido en junio de 1971, en el marco de una rápida descomposición de las opciones institucionales de resolución del conflicto político.
Palabras clave: Vanguardia Organizada del Pueblo, Edmundo Pérez Zujovic, Izquierda armada, Partido Comunista, Unidad Popular
Abstract
This brief paper seeks to reconstruct the discursive, strategic and ideological codes at the Communist position on the Chilean disruptive and subversive left. For the case we review the public and internal reactions of the Communist Party over the murder of Edmundo Perez Zujovic, occurred in June 1971, as part of a rapid decomposition of institutional options for a resolution to the political and social conflict.
Keywords: VOP, Edmundo Pérez Zujovic, Communist Party, UP, armed left
* Chileno, Licenciado en historia, PUC; estudiante del Programa de Doctorado en Historia, Universidad de Chile, becario CONICYT, [email protected]
Luis Thielemann, "Donde se mezcla la esquizofrenia con el crimen y el extremismo": Caracterización y crítica comunista a la izquierda rupturista en la coyuntura del asesinato de Pérez Zujovic (1971) Revista www.izquierdas.cl, ISSN 0718-5049, IDEA/USACH, Santiago de Chile,
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Introducción
El inesperado crimen de Edmundo Pérez Zujovic, ocurrido el 8 de junio de 1971, conmocionó a la clase política y a la sociedad chilena en general. En medio del año de "la fiesta", como lo llamara Tomás Moulian, la euforia gobernante se rompió cuando el deseado acuerdo político con la Democracia Cristiana, que le daría seguridad al avance socialista de la Unidad Popular, vio enterrar sus posibilidades junto al cuerpo del acribillado ex-ministro del interior del gobierno de Frei Montalva. Así entonces, la importancia del crimen de la VOP reside en el momento político del hecho.
Sus gestores, la Vanguardia Organizada del Pueblo, VOP, era un grupo armado, construido por distintas fracciones del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y el Partido Comunista, cuya envergadura política y práctica era de escasa valoración para los demás actores del periodo. Sus cuadros, obreros, estudiantes y algunos ex-delincuentes, encontraron en los discursos vociferantes de una buena fracción de la UP y del MIR, un importante beneplácito ideológico y un difuso ideario estrategista a sus acciones fuera de la ley y la institucionalidad. Su famosa definición política resume la distancia estratégica con la izquierda tradicional y también con el MIR: "La subversión debe hacerse con delincuentes, porque son los únicos no comprometidos con el sistema: los obreros luchan solamente por aumentos de sueldo, y los estudiantes son pequeños burgueses jugando a la política; en el hampa está la cuna de la revolución". En esas condiciones podían ser entendidos, como de hecho fue, como una versión extrema, casi una caricatura, del discurso que acusaba el supuesto desgobierno ocurrido por el advenimiento de los partidos marxistas y revolucionarios al poder central del Estado1.
Esta ponencia busca presentar una reconstrucción de la crítica comunista a la VOP y sus acciones, y como a través de estas se atacó al general de la posición rupturista del MIR y la izquierda de la UP. Esta crítica, como veremos, versó desde tres lecturas sobre lo que se denominó ultraizquierdismo. Primero, el terrorismo y la violencia política como algo ajeno a la democracia republicana y las autoridades constitucionales, identificadas en ese momento con el itinerario estratégico de los sectores gradualistas de la UP, entre los que estaba el PC. Segundo, la obligación doctrinaria de combatir el ultraizquierdismo, en tanto amenaza para la revolución socialista que se asumía "ya en marcha". Tercero, una crítica
1 Sobre la VOP, ver Felipe del Solar y Andrés Pérez, Anarquistas: Presencia libertaria en Chile (Santiago, RIL editores, 2008), pp. 69 - 73; y, Jorge Pomar R. "La Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP): Origen, subversión y aniquilamiento. ¡El pan que con sangre fue quitado, con sangre será recuperado!" en Eduardo Rey Tristán y Patricia Calvo González, Actas del XIV Encuentro de Latinoamericanistas Españoles, "200 años de Iberoamérica (1810-2010)" (Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, 2010), pp.1496 - 1506.
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que igualaba el actuar ultraizquierdista de violencia política como algo demencial o propio de patologías psiquiátricas.
I. "Las normas de convivencia"
El sentido republicano del Partido Comunista de Chile, ya sea como posición estratégica o como creencia ideológica, ha sido destacado por numerosos estudiosos de la historia política chilena previa al Golpe de Estado, como un elemento estabilizador del régimen político entre 1932 y 19732. La línea política Frentepopulista, predominante en la mayor parte de la historia del PCCh desde 1933 o 1935, le otorgaba un carácter democrático-burgués a la revolución por venir. De esta forma, se fue construyendo una posición que privilegió la acción sistémica, legitimando de facto las formas y límites políticos de la República para la acción política, significando un factor relevante en el afianzamiento de la Democracia representativa3. Tal posición, sostenida incluso a posteriori en documentos de 1975 emanados por la Dirección clandestina del PC4, atacaba el "infantilismo militarista" de las organizaciones armadas, en ese caso el MIR, a la vez que aun sostenía la tesis gradualista del avance revolucionario, reivindicando un marco del "pluralismo", democracia y aseguramiento de "las libertades sociales y políticas del pueblo chileno". Para mediados del año 1971, la defensa de la institucionalidad fue uno de los argumentos sostenidos por el Gobierno de la Unidad Popular y los Comunistas para atacar a la VOP y a toda la ultraizquierda.
Salvador Allende debió rendir su "Informe al Pueblo"5 de junio de 1971 en condiciones excepcionales. La mañana de ese día 16 de junio, habían muerto dos funcionarios de Investigaciones, otro, herido aquel día, los seguiría en su destino días después. Todo sucedió en la sorprendente escena de un ataque suicida con ametralladoras, granadas y dinamita, protagonizada por el último vopista Heriberto Salazar, al cuartel de investigaciones de calle General Mackenna en Santiago. El presidente Allende, tras pedir "un minuto de respetuoso silencio por los caídos, homenaje consciente del pueblo de
2 Por ejemplo, Alan Angell, Partidos Políticos y Movimiento Obrero en Chile (México, Ediciones ERA, 1974); Ricardo Yocelevzky, "El Desarrollo de los partidos políticos chilenos hasta 1970", en Argumentos, n°7 (Agosto de 1989), p. 7 - 48; Alonso Daire, "La política del Partido Comunista desde la post-guerra a la Unidad Popular" en Augusto Varas (comp.), El Partido Comunista de Chile: estudio multidisciplinario (Santiago, CESOC - FLACSO, 1988), pp. 141 - 239; y, Tomás Moulian e Isabel Torres D., "Sistema de partidos en la década del sesenta", en Tomás Moulian, La forja de las ilusiones (Santiago, Akhilleus, 2009), pp. 79 - 83.
3 Tomás Moulian e Isabel Torres D., "Sistema de..., Op. Cit., p. 81.
4 "Manifiesto al Pueblo de Chile" y "El Ultraizquierdismo, caballo de Troya del imperialismo", comentados en Rolando Alvarez V., Desde las sombras: Una historia de la clandestinidad comunista(1973-1980) (Santiago, Lom ediciones, 2003), pp. 127 - 132.
5 Salvador Allende, Informe al Pueblo (16 de junio de 1971), p. en Archivo Salvador Allende, http://www.salvador-allende.cl/Discursos/1971/Informe%20al%20pueblo16junio71.pdf
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Santiago a las víctimas del terrorismo", se apresuró en decretar tres días de duelo nacional. Anteriormente, el 13 de junio de 1971, el mismo Allende había establecido los tonos del discurso político del gobierno respecto del asesinato político de la VOP: "Todo chileno debe comprender que la conjura sediciosa no sólo dañaría al gobierno. Es un intento deliberado, suicida de arrastrar al país a la anarquía". El presidente insistió en aquel momento que "la seguridad del Estado interesaba por cierto a todos los chilenos, vistieran o no uniforme", pidiendo comprender comprender que "hacer las transformaciones económicas, políticas y sociales, iba a encontrar como ya lo había encontrado, la resistencia implacable de aquellos heridos en los intereses"6.
La preocupación de Allende era también la preocupación estratégica del allendismo y los comunistas. Esta sostenía la defensa de la institucionalidad como defensa de la denominada "vía chilena al socialismo", es decir, empujar transformaciones estructurales intentando evitar la confrontación violenta con la derecha o las clases propietarias. Esta apuesta significaba no sólo evitar cualquier tipo de aventura armada, sino además que reprimir cualquier intención de ésta en todo el arco de fuerzas políticas y sociales. Para Allende y el sector gradualista de la UP, la defensa institucional significó la garantía de su propia existencia como proyecto, de ahí que sus palabras fueran dirigidas tanto a la población como a los elementos "rupturistas" de la alianza gobernante y en general a la Izquierda.
Para el Partido Comunista, el ataque de la VOP a Pérez Zujovic hacía posible una lectura similar. La CUT, embarcada en una participación activa en el gobierno de la UP desde su novena conferencia nacional (febrero de 1971), mantenía entonces una dirección hegemonizada por el PC y el allendismo7, por lo cual la línea política asumida no podía sino rechazar tajantemente el accionar de la Izquierda rupturista. La Central, junto al Plenario Nacional de Federaciones y movilizada por el atentado, convocó a un acto de masas para el 16 de junio, en el cual se llamaba a parar la "conspiración reaccionaria derechista e imperialista" y a respaldar al gobierno: "Obreros, campesinos, estudiantes, empleados, comerciantes, mujeres de nuestro pueblo, unidos en su lucha contra los enemigos de la patria, convergerán desde sus sitios de trabajo"8. La idea de una defensa patriótica del gobierno era expresiva de la crítica republicana a la violencia política.
De la misma manera, el Comité Nacional de la Unidad Popular, espacio de enlace entre los partidos de la alianza, emitió una declaración pública tras el asesinato en el mismo tono republicano y de acento patriótico que el de la CUT: "El de hoy es un atentado contra el país y contra esta convivencia que es norma esencial y base del gobierno del compañero
6 Última Hora, domingo 13 de junio de 1971, p. 20.
7 Franck Gaudichaud, "Construyendo Poder Popular: La CUT, el Movimiento Sindical y las luchas obreras en el periodo de la Unidad Popular", en Julio Pinto V. (Coordinador - Editor), Cuando hicimos historia. La experiencia de la Unidad Popular (Santiago, Lom ediciones, 2005), p. 87.
8 Ultima Hora, domingo 13 de junio de 1971, p. 19.
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Presidente Allende"9.
En consonancia, Orlando Millas, diputado comunista en el periodo, resume la posición del PC de limitar el conflicto político al marco legal y constitucional, elevando la defensa de la democracia representativa al nivel de la defensa nacional: "Nosotros consideramos que es un atentado en contra del país. En contra de todas las fuerzas democráticas sin distinción alguna y en contra de las normas de convivencia, que son la base fundamental del Gobierno del presidente Allende"10.
Volodia Teitelboim, senador del PC y preeminente líder comunista, cerraría la discusión sobre la violencia política, en particular el asesinato, en una apología de la acción política institucional y contraria al terrorismo que resultó rayana en el estoicismo o la martiriología. Cabe destacar que sus palabras se encuentran en un documento que aunque se hizo público, fue parte de un encuentro interno, el Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Junio de 1971, por lo tanto es posible considerarlas como una posición real del Partido más que una mera muestra de "buenos modales republicanos" ante el país. Teitelboim relata con vehemencia que "En la sustancia vital misma de la filosofía, principios, conducta, o sea, en la teoría y práctica de la Unidad Popular y de cada uno de los partidos que la integran, está la proscripción absoluta del método del terrorismo y por cierto la condenación más categórica y definitiva del asesinato político. Nunca el movimiento chileno en toda su existencia tuvo otra posición en la materia". Esta definición se sostenía, según Volodia Teitelboim, en que "Desde 1952, durante tres presidencias, los que apoyamos y perdimos con nuestro candidato Salvador Allende, jamás reaccionamos ante la derrota con la sombra de un crimen o de un delito. Supimos perder, porque el pueblo está consciente de que sólo el que sabe perder sabe ganar, aprender del revés para organizar la victoria del futuro"11. Tal argumentación, revestida de una épica moralizante y vista a contraluz de lo sucedido tras 1973, hacía notoria cierta inocencia en la elaboración táctica y estratégica sobre la violencia política y los traumas sociales en la transición al socialismo. De la misma forma, expresa también la creencia errada de que el conflicto político seguiría encuadrado en las formas republicanas que tuvo hasta 1970, donde las reglas del "juego limpio" democrático eran respetadas por casi todas las fuerzas políticas y sociales.
II. Los "falsos revolucionarios"
A pesar de lo visto en el primer punto, no es sostenible que la posición del Partido Comunista ante el terrorismo y la violencia política fuese solamente una mera muestra de "inocencia republicana". Aunque tal actitud es subyacente a muchos de los discursos
9 El Mercurio, 8 de junio 1971, p. 20.
10 Ibídem.
11 Volodia Teitelboim, "Frei quiere concentrar a su lado liderato de oposición". Intervención en el Pleno de Comité Central del Partido Comunista. En El Siglo, 26 de junio de 1971.
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públicos e internos del PC, ésta se vio principalmente determinada por la doctrinaria crítica leninista al terrorismo, al ultraizquierdismo y a la acción vanguardista desvinculada de las masas. Por otra parte, la percepción en la línea gradualista de la UP también coincidía con la posición comunista, en tanto que una imagen de radicalización y aumento de la acción subversiva daría peso a las críticas de la derecha de la DC, amenazando así la unidad del pretendido "bloque por los cambios". El asesinato de Edmundo Pérez Zujovic fue clave en la confirmación de ese juicio12.
Salvador Allende, como portavoz de la Unidad Popular y de esa línea en particular, definió como "falsos revolucionarios" a los militantes de la VOP a partir de una argumentación de claras bases leninistas. "¿Por qué digo que la gente de la VOP eran falsos revolucionarios? Porque los revolucionarios, y sobre todo los que tienen como pensamiento filosófico el marxismo como método para interpretar la Historia, sabemos perfectamente bien que la revolución la hacen las masas organizadas y disciplinadas, con un alto nivel político; y no los hechos esporádicos de un atentado determinado"13.
En la misma línea, y tras citar a Lenin, el ex-presidente insistió, usando un pedagógico tono, en hacer recordar "algunos hechos que la Historia nos demostró con elocuencia clara, para que no lo olviden y comprendan de dónde vienen y a dónde van esos atentados terroristas, que nunca fueron de la clase obrera organizada, ni de los partidos auténticamente revolucionarios"14.
La interpretación de la VOP como un grupo por fuera de las "clases estratégicas", los derivaba inevitablemente a ser asociados al Lumpen, al ultraizquierdismo infantil y de estar manejados por agentes contrarrevolucionarios, o bien las tres situaciones a la vez. Allende, es claro al categorizar a la VOP como "revolucionarios vinculados con delincuentes (...) revolucionarios infiltrados para actuar como ejecutores de una acción que está destinada a favorecer intereses de otros, que los usan, los pagan o los inducen, pero ellos no miden las consecuencias de su acción"15.
Los comunistas, coincidentes con su presidencialismo durante la UP, aunque evidentemente también con su estrategia, se alinearon en el mencionado Pleno del Comité Central de junio de 1971 con la definición hecha por Volodia Teitelboim en ese encuentro: "Los enemigos del Gobierno, aunque partan de puntos opuestos del espectro político, disparan contra el mismo blanco y por lo tanto coinciden en convertirse en enemigos mortales de la revolución en marcha"16.
12 Tomás Moulian, "La vía chilena al Socialismo: Itinerario de la crisis de los discursos estratégicos de la Unidad Popular", en Julio Pinto V. (Coordinador - Editor), Cuando..., Op. Cit., p. 51; y, "La Unidad Popular: Fiesta, drama y derrota", en Tomás Moulian, La forja...,Op. Cit., p. 277.
13 Salvador Allende, Informe..., Op. Cit., p. 10.
14 Ibídem.
15 Salvador Allende, Informe..., Op. Cit. p. 11.
16 Volodia Teitelboim, "Frei..., Op. Cit.
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Mario Zamorano, importante dirigente interno del Partido y uno de los Detenidos Desaparecidos de Calle Conferencia en 1976, en clara alusión al MIR criticó en su informe a los que "desean apresurar el tranco de la revolución". En el mismo plano de la categorización echa por Allende, Zamorano indicó en el documento que "Los revisionistas de las ideas del marxismo-leninismo, buscan "atajos" que les permitan acelerar el proceso revolucionario, no obstante que ellos los han conducido a los más sonados fracasos y, por último, con sus acciones de ultra izquierda, como siempre, han terminado sirviendo la política de la derecha. En los hechos sus acciones "revolucionarias" terminan haciéndole el juego a la contrarrevolución"17.
Esta definición del pleno encuentra su mayor densidad en el informe de José Cademártori18, diputado y miembro de la Comisión Política del Partido en el periodo. Acusando que la provocación es una de las armas del "enemigo", Cademártori denunció "la manipulación y aprovechamiento de las actividades del grupo terrorista del VOP". Sin detenerse en el domicilio de Izquierda de la organización, el documento sostiene que ésta "se constituyó como una banda terrorista, al servicio consciente o inconsciente de los enemigos del pueblo, por lo cual, no se justifica otra actitud que la del rechazo más absoluto de sus actividades". Además, el entonces diputado subrayó el "intento sedicioso de la reacción" que estaría detrás del atentado de la VOP, toda vez que "el asesinato del ex Ministro del Interior demuestra una vez más a quienes favorecen tales métodos y que quienes los practican son verdaderos provocadores al servicio de los enemigos de la revolución".
El diputado comunista, calibrando la mira hacia su izquierda, se dispuso a extender la argumentación en función de criticar las posiciones rupturistas, en especial al MIR. Tras valorar la declaración de la organización nacida en la Universidad de Concepción que condenaba abiertamente el atentado de la VOP19, fue enfático en señalar que "la mayor parte de las actividades del MIR dañan al Gobierno Popular, como es el caso de las tomas de fundos, industrias, empresas, como línea general de acción política. Sus invocaciones a la lucha armada y su concepción de la lucha de clases como un enfrentamiento armado inevitable y fatal no corresponden a la realidad chilena que se caracteriza por una serie
17 Mario Zamorano, "Marchamos hacia la celebración de los 50 años de vida del Partido Comunista de Chile". Informe al Pleno del Comité Central del Partido Comunista. En El Siglo, 26 de junio 1971.
18 José Cademártori,"Avanzamos decididamente por la ruta que nos lleva a construir el socialismo". Informe al Pleno del Comité Central del Partido Comunista. En El Siglo, 25 de junio de 1971.
19 "Los Rivera y los Salazar, acicateados por las masacres y asesinatos de los anteriores gobernantes, instrumentalizados por sus enemigos de clases, sus organizaciones posiblemente infiltradas por la reacción, en un proceso político tan complejo como el chileno, objetivamente entregaron el pretexto para la contraofensiva reaccionaria y sediciosa (...) Ellos, por encima de su arrojo personal, no entendieron la importancia de la táctica y la racionalidad política. (...) Objetivamente, más allá de sus sentimientos, entregaron el pretexto que la derecha y el freísmo [sic] necesitaban para abrir su ofensiva reaccionaria y sediciosa, y por ello hemos condenado su accionar públicamente". Movimiento de Izquierda Revolucionaria, El MIR a los obreros, estudiantes y soldados. Declaración pública, 16 de junio, 1971.
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sucesiva de confrontaciones cotidianas entre el pueblo y la reacción en todos los frentes de la lucha social. Nuestra obligación es tratar de evitar este choque armado. Ello es posible, si unimos cada vez más fuerzas en torno al Gobierno y atamos así las manos de la ultrarreacción". El documento del titular del Comité Central se cerró con una categórica advertencia a la organización de Enríquez y Von Showen, donde indica que de persistir en la actitud descrita, aquello "conducirá a graves dificultades que queremos evitar y que, de producirse, no serán de responsabilidad de la Unidad Popular"20.
La idea de que la violencia política, el terrorismo o las acciones subversivas, como factores que afectaban el funcionamiento de la compleja maquinaria estatal-partidaria que significaba entonces la UP, a la vez que favorecía a la Oposición, se hizo el principal argumento desde las filas comunistas en su crítica a la izquierda de posición rupturista. Luis Figueroa, presidente nacional de la CUT para el periodo y diputado desde 1969, declaró en el mismo pleno del PC que "A menudo los francotiradores de ultraizquierda se suman consciente o inconscientemente a esta campaña, apoyándose en anhelos reales de importantes sectores de trabajadores que tienen una pésima situación y que ven equivocadamente en una toma o en un paro un aporte o una contribución al éxito de la revolución en que estamos empeñados". Posteriormente, desglosó el activismo del ultraizquierdismo, en el cual "Hay sectores que se incorporan por primera vez a la lucha, que tienen escasa conciencia política y social, a los cuales debemos educar y ganar. Hay también una buena dosis de oportunismo y hay quienes quieren pescar a río revuelto"21.
Esta disección entre lo que se identificó como una vanguardia oportunista irresponsable y los sectores populares que podrían seguirlos de forma honesta, fue un punto de tensión irresoluble en el seno comunista. La izquierda rupturista, que en 1971 comenzó a utilizar la táctica de forzar el uso de los resquicios legales para la socialización de fábricas por parte de la Unidad Popular, significó un problema para el Gobierno según la militancia sindical del PC. Estos grupos comunistas en la base sindical, fueron demandados doblemente desde el aparataje partidario-estatal de la UP, por una parte para aumentar la producción y, por otra, para contener la radicalización. El informe de Claudio Alemany sobre el Frente Sindical del Partido, era directo en su juicio a "la acción de los ultras de todos los pelajes, que empujan a los trabajadores a asumir posiciones equivocadas y perjudiciales para el curso que debe seguir el proceso revolucionario chileno (...) Y ahí tenemos, 'las tomas de fábricas' muchas de ellas, sin ninguna significación en el proceso de desarrollo de liberación económica del país. Así por ejemplo, en Valparaíso, se llegaron a tomar hasta una fábrica de ropa de guaguas, que tiene 16 trabajadores. Se tomaron la lavandería 'City Service', y en Concepción se tomaron una panadería, obligando al Gobierno a
intervenirla"22.
20 José Cademártori,"Avanzamos..., Op. Cit.
21 Luis Figueroa, "Trabajadores se jugarán enteros contra la sedición". Intervención en el Pleno del Comité Central del Partido Comunista. En El Siglo, 26 junio 1971.
22 Claudio Alemany, "La clase obrera por su gran experiencia está en condiciones de vencer los obstáculos".
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III. "Psicópatas y delincuentes semianalfabetos"
Una tercera forma que adquirió la crítica comunista para con la VOP, tuvo relación con el carácter de clase de sus miembros muertos y apresados, con su discurso y con una práctica de la violencia política y el terrorismo que se creía perdida en la noche de los tiempos del movimiento obrero chileno. Acusados por igual como delincuentes y enfermos mentales, los vopistas fueron ubicados en las peores categorías conferidas para el ultraizquierdismo por la doctrina marxista-leninista.
Carlos Toro, dirigente comunista y, para el periodo, subdirector de la Policía de Investigaciones de Chile, fue uno de los hombres de la UP a cargo de la persecución de los vopistas tras el atentado del 8 de junio de 1971. Una entrevista aparecida en la revista Ahora resumió mucho de esta adjetivación. Descartando de entrada que la VOP tuviese ideología alguna, Toro los describió como "Vagos sin fines políticos. No sabrían que hacer ni siquiera con una municipalidad de pueblo chico. Sus integrantes eran psicópatas y delincuentes semianalfabetos. Llevaron a cabo cogoteos y asesinatos comunes. Se habían lanzado a la aventura de la violencia y vivían una película de gangsters(sic)"23.
Salvador Allende, por su parte, tras calificar a los vopistas de "falsos revolucionarios" los identificó como "Psicópatas sanguinarios"24. Para el jefe de gobierno de la UP, el ataque suicida de Heriberto Salazar habría sido "una acción unipersonal de un fanático terrorista suicida", la que evidenciaba "cómo esta gente del VOP odiaba a Investigaciones y cómo odiaba al Gobierno por haber hecho las investigaciones que condujeron a sus sanciones"25.
Esta sicologización de las razones de la VOP fue central en el informe de Volodia Teitelboim al mencionado Pleno del Comité Central del Partido. Como buen intelectual que que ve retornar los fantasmas del pasado obrerista, Teitelboim sentenció que "este trágico capítulo político-patológico escrito por la VOP, donde se mezcla la esquizofrenia con el crimen y el extremismo, no es nuevo en la historia social", agregando que "esta supuesta teoría de la VOP que aspira a cancelar el marxismo", en alusión al famoso documento vopista citado anteriormente y donde se explica su opción por el lumpen proletariado, "no es una novedad en los anales de la patología política"26.
El enlace entre la supuesta irracionalidad patológica de los miembros de la VOP y su utilización, muy racional, por parte de la Derecha, habría sido fruto de un itinerario propio
Informe al Pleno del Comité Central del Partido Comunista sobre los problemas del Frente Sindical. En El Siglo, 26 de junio de 1971.
23 Ahora, N°14, año 1, 20 de julio, 1971
24 Salvador Allende, Informe..., Op. Cit. p. 10.
25 Salvador Allende, Informe..., Op. Cit. p. 15.
26 Volodia Teitelboim, "Frei..., Op. Cit.
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de "sociedades secretas", las cuales, según la explicación de Teitelboim, "constituyen sectas fantásticas, enloquecidas, extrañas a toda realidad, a los intereses del movimiento conjunto del pueblo. Se vuelven en los hechos, reaccionarios y acaban por ser instrumentos de la derecha". El senador comunista explicó esta instrumentalización de la siguiente manera: "Los arrebatos y las explosiones demenciales sirven objetivamente según la lógica irrefutable de los hechos, a los enemigos. Constituyen una rebelión contra el espíritu de unidad y disciplina que caracteriza al proletariado, a la Unidad Popular, a todo el Movimiento Revolucionario chileno. Su acción aventurera y suicida está alejada de toda realidad, y contribuye para instrumentar las campañas de la sedición derechista"27. Así, la VOP era sindicada por la nomenclatura comunista como una contrarrevolucionaria explosión demencial; un problema que más que político, era psiquiátrico.
Conclusión
Como hemos visto, el ascendente e irresoluto conflicto político que tuvo lugar entre las dos tendencias estratégicas de la Izquierda durante la Unidad Popular, a saber gradualistas y rupturistas, encontró en la coyuntura del crimen de Pérez Zujovic un particular campo de batalla. Las críticas del PC a lo que se entendió como ultraizquierdismo, ilustran bastante bien las categorías y argumentos usados desde la posición comunista en ese debate, ofreciendo el caso de estudio, gracias a su impacto político y social, un repertorio amplio de los mismos.
La argumentación republicana, usada por los comunistas como argumento contra la violencia política, nos deja la sensación de haber sido una opción que fue levantada para igualar la defensa de la institucionalidad y el gobierno como defensa del proceso revolucionario identificado en la Unidad Popular. A pesar de que las investigaciones historiográficas han destacado el papel del sentido republicano en la política del PC, es difícil discernir qué parte de este discurso correspondió a una definición táctica y cuál a una sentida postura ideológica.
Respecto de la crítica política a la ultraizquierda, podemos decir que es explicable en la concatenación interpretativa que encuentra su origen en la visión leninista del marxismo, base doctrinaria del comunismo internacional del periodo. El PC de Chile, fiel observante de la línea soviética, empleó todo el arsenal argumentativo construido en las disputas con anarquistas y otros grupos radicalizados que polemizaron con Lenin y los bolcheviques en su tiempo. Esta crítica doctrinaria enlazó perfectamente con la política de alianzas de los comunistas y el allendismo en la UP, la cual necesitaba la cercanía de las capas medias y la Democracia Cristiana a la vez que buscó alejar a los grupos radicalizados o subversivos.
27 Ibídem.
Luis Thielemann, "Donde se mezcla la esquizofrenia con el crimen y el extremismo": Caracterización y crítica comunista a la izquierda rupturista en la coyuntura del asesinato de Pérez Zujovic (1971) Revista www.izquierdas.cl, ISSN 0718-5049, IDEA/USACH, Santiago de Chile,
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De la misma forma, la virulencia retórica, la denostación incluso mental de los vopistas, creemos que encuentra explicación en los desesperados e infructuosos intentos comunistas por contener la radicalización de la izquierda de la UP y de importantes franjas de su base.
En tiempos en que la historiografía acerca del Partido Comunista y la Izquierda ha tenido un despliegue importante, uno de los espacios vacíos más notorios es la escasa investigación que se ha hecho sobre la relación de los comunistas con las diversas izquierdas que han existido en Chile. Sabemos que es una relación que no ha sido armónica, pero esa única constatación no es capaz de describir su relieve complejo. Esperemos que este escrito sirva a ese fin.
Recibido: 6 junio 2012 Aceptado: 12 abril 2013
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